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UNIVERSIDAD MARTÍN LUTERO

Un Ministerio de las Asambleas de Dios


UML

Perfil protocolo de Investigación.


Tema: Factores que inciden en la actitud emocional en niños y niñas
de educación primaria, Colegio Moravo 571, Rosita RACCN primer semestre
2019

Para optar al título de: Licenciado/as en Psicología Clínica


Autor/as:
BR: Griselda Jennifer Martínez Soza
BR: Elías Enoc Monterrey Aguilar
BR: Nelly Lilieth Martínez Medina

Tutor:
MSc. Oscar Cantillano Larios
Rosita, 2019
I. Justificación
La actitud emocional pretende dar respuesta a un conjunto de necesidades
sociales que no quedan suficientemente atendidas en la educación formal. Existen
múltiples argumentos para justificarla. Así, por ejemplo, un sector creciente de la
juventud se implica en comportamientos de riesgo, que en el fondo suponen un
desequilibrio emocional, lo cual requiere la adquisición de competencias básicas
para la vida de cara a la prevención.

Desarrollar una investigación sobre las actitudes emocionales en niños y niñas de


educación primaria, es de cuantiosa importancia, porque se convierte en un
instrumento de primer orden en la expresión de la conducta humana para facilitar
el equilibrio entre lo que el niño o niña piensa, dice y hace. Además, le permite
identificar, comprender, manejar sus emociones, desarrollar la capacidad de
identificar sus propios sentimientos y los de sus semejantes, tolerar frustraciones,
mejorar su capacidad productiva, comunicacional, facilidad para resolver
conflictos, trabajar en equipo y cooperar. Es decir, que obtenga desarrollo
personal social.

En tal sentido, el niño o niña tiene un lugar y una función específica que le permite


de manera natural ir conformando las posiciones y escalones de autoridad para
establecer, convenir o aceptar a otros. Además, no se puede descartar que en la
vida familiar y escolar donde se desenvuelven los adolescentes se dan momentos
de descontrol emocional, por lo cual no se tiene la capacidad para percibir,
comprender, controlar e inducir emociones que afecte la interacción de sus
miembros, es así como los niños reaccionan ante la autoridad de los padres o
maestros que les imponen normas, griten y contravengan violentamente e insulten
y hasta agreden.

Se considera sustancial puesto que en la actualidad se presentan casos de


infantes con conductas inapropiadas dentro del centro de estudio .lo cual es un
caso de relevancia para el personal educativo en los diferentes colegios. Así
mismo le servirá a directores y docentes del centro de estudio y padres de familia,
de igual manera a todo aquel usuario que desee extraer esta investigación. ya sea
para uso propio, o bien para compartirla en talleres, proyectos u otros centros de
educación.

II. Planteamiento del problema


La actitud emocional de acuerdo con Vizquerra y Pérez (2012 p.12) es un término
que surgió a finales de los años 90, desde entonces ha tenido una gran acogida
en el ámbito educativo tanto en la parte teórica como práctica. Sin embargo, el
tema de las emociones ha sido algo tan antiguo como la misma humanidad, pues
son innatas al ser humano.

En las instituciones educativas los alumnos presentan diversos comportamientos,


desde la pasividad hasta la agresividad, los cuales pueden generar en el docente
momentos de tensión, hasta el punto de tomarse inmanejable la situación dentro y
fuera del aula de clase. Es allí donde surgen los estudiantes indisciplinados o
perezosos; algunos de ellos con comportamientos agresivos no solo hacia sus
compañeros sino con los mismos docentes y familiares. Otros son conocidos
como “los que no les gusta integrarse al grupo o se apartan de él”, y naturalmente
ni el uno ni el otro rinden académicamente. En términos generales, estos niños
son exclusivos y la ayuda que reciben es poca, por no decir que nula. En los casos
donde el docente se da a la ardua tarea de saber el porqué de la situación
problemática, este no cuenta con herramientas necesarias ni con la ayuda
institucional.

Los comportamientos de riesgo rara vez se dan aislados (Graczyk et al., 2000:
393; Jessor, 1993). Se da una coocurrencia de comportamientos problemáticos.
Dryfoos (1997) lo denomina “paquetes” de comportamientos desadaptativos. Por
ejemplo, del 28 % de estudiantes se implican en conducta antisocial, el 37 %
fuman, el 54 % consumen alcohol, el 72 % informan que son sexualmente activos
y el 34 % indican estar pasando por estados depresivos o haber considerado el
suicidio. Un 30 % de los jóvenes entre 14-17 años se implican en
comportamientos de multi-riesgo. Hurrelmann (1997) señala como el estrés en la
adolescencia correlaciona con el fracaso escolar, conducta social desviada,
delincuencia, integración en grupos de iguales desviados, consumo de drogas y
baja autoestima. P.99

Por ello, conocer los factores que inciden en la situación emocional de los
estudiantes es una tarea necesaria en el ámbito educativo, necesitamos una
nueva visión del estudio de la inteligencia emocional más allá de los aspectos
cognitivos e intelectuales que resalta la importancia del uso y gestión del mundo
emocional y social, para comprender el curso de las vidas de las personas.

Por esto el problema a investigar se enfocará en las actitudes que tienen los
estudiantes en relación a sus actividades educativas por lo cual se plantea se
plantea en la siguiente pregunta:

¿Cuáles son los factores que inciden en la actitud emocional de los niños y niñas
de educación primaria, del Centro Educativo Moravo, Rosita RACCN?
III. Objetivos
General
• Analizar los factores que inciden en la actitud emocional de los niños y
niñas de educación primaria, del centro educativo moravo, Rosita RACCN
primer semestre 2019
Específicos
1. Identificar los tipos de factores socioculturales que inciden en la actitud
emocional en los niños y niñas

2. Describir el comportamiento emocional en los niños y niñas de educación


primaria del Centro Educativo.

3. Proponer un plan de acción que contribuya a la salud emocional de los


niños y niñas del centro educativo moravo.
IV. Bosquejo
1. Definición de actitud emocional.
1.1 Actitud
1.2 Emociones
1.3 Motivación
2. Factores socioculturales.
2.1 Factores familiares
2.2 cultura
2.3 Interacción social
2.4 Desarrollo emocional
2.5 Relaciones interpersonales
3. Salud emocional
Charlas vivenciales como la:
3.1 Técnica del espejo
3.2 Autorretrato
3.3 Test de Autoestima.
3.4 Test de Ansiedad y Depresión
V.Marco teórico.
1.1. Actitud
(Según Wikipedia hizo su última actualización el 7 de marzo del 2019) donde nos
plantea que la actitud es el comportamiento que emplea un individuo para hacer
las labores. En este sentido, se puede decir que es su forma de ser o el
comportamiento de actuar, también puede considerarse como cierta forma de
carácter, por tanto, secundario, frente a la motivación biológica, de tipo primario
que impulsa y orienta la acción hacia determinados objetivos y metas.
en manifiesta que Una actitud es una disposición mental y neurológica, que se
organiza a partir de la experiencia que ejerce una influencia directriz o dinámica
sobre las reacciones del individuo respecto de todos los objetos y a todas las
situaciones que les corresponden”.
Tipos de Actitudes

Actitud positiva

(De esta manera Copyright 2019 Psicología y Mente. Por  Oscar Casillero Mimenza.
PP.1,5) Declara que los tipos de actitud más favorecedores es la actitud positiva, a
través de la cual se visualiza la situación o exposición a un estímulo de manera
que se favorece la interpretación positiva y optimista independientemente de que
se afronten dificultades, acercando al sujeto a la estimulación o acción y a la
búsqueda de la consecución de los objetivos de manera sana, confiada y
generalmente disciplinada. Suele ser contagiosa.

Actitud negativa

Tipo de actitud que genera una visión negativa y pesimista de la realidad,


generalmente maximizando la experiencia aversiva y dando poco valor o
directamente no viendo los aspectos positivos de la situación. Suele generar una
evitación de la actuación o una conducta quejumbrosa más allá de lo racional,
haciendo difícil la consecución de metas. Al igual que la positiva suele ser
contagiosa.

Actitud neutra
Podemos considerar como actitud neutra aquella en que el juicio y el pensamiento
no están teñida por una emocionalidad ni positiva ni negativa. Se trata de uno de
los tipos de actitud menos frecuentes y suele ser propia de personas que
pretenden ser imparciales en sus juicios.

Clasificación según su orientación a la actividad

Otro tipo de clasificación, no reñida con la anterior, hace referencia a la manera en


que las disposiciones individuales generan una aproximación u orientación
concreta hacia la idea de llevar a cabo una conducta o actividad. En este sentido y
podemos destacar las siguientes.

Actitud proactiva

Un tipo de actitud en la cual se prioriza la actuación y la búsqueda autónoma y


activa de una mejoría en la realización o desempeño de la actividad o de una
búsqueda autónoma de la solución de problemas que puedan surgir. Se trata de
un tipo de mentalidad que promueve la creatividad y la generación de valor
añadido, así como la persecución de la consecución de los objetivos presentes e
incluso buscando nuevos retos a alcanzar tras ello. Es muy cotizada en el
mercado laboral.

Actitud reactiva

Este tipo de actitud se vincula también a la actuación y puesta en marcha de


conductas, pero con una mentalidad más pasiva y dependiente de lo establecido.
Una persona reactiva dependerá en gran medida de instrucciones y recursos y
tendrá más dificultades para afrontar problemas imprevistos, no siendo
autónomos. Predispone al conformismo y a la no acción si no hay nada que
obligue a ella.

3. Clasificación según la motivación para actuar


Otro tipo de actitudes que pueden considerarse surgen no tanto de cómo nos
orientemos hacia la actividad sino lo que nos motiva a hacerlo. En este sentido
podemos encontrar los siguientes tipos de actitudes.

Actitud interesada. Este tipo de actitud implica que lo que busca en sujeto en su
acción es la consecución de sus propios objetivos individuales, no teniendo en
cuenta o valorando en muy poco las necesidades ajenas.

Se busca el propio beneficio, sea de forma directa o indirecta y pudiendo ser ello
más o menos evidente. Puede buscar también el beneficio de los demás, pero
siempre ha de reportar algún tipo de beneficio personal (aunque sea a nivel de
consideración social.

Actitud desinteresada/altruista. El sujeto con este tipo de actitud lleva a cabo


sus actos con el propósito de generar un beneficio para los demás o
independientemente de que pueda no generar ganancias o incluso que pueda
provocar pérdidas. Es poco habitual, pues la mayoría de acciones genera de
manera secundaria beneficios al propio sujeto aunque sea a nivel psíquico.

Actitud colaboradora/integradora. Un tipo de actitud de gran utilidad, promueve


la interacción con los demás de cara a que todos puedan lograr sus objetivos y
alcanzar sus metas tanto compartidas como individuales.

Actitud manipuladora. Este tipo de actitud es la que tiene quien utiliza de manera
voluntaria y consciente a los demás, cosificándolos de cara a obtener sus propios
objetivos, favorecer sus intereses o dirigir la situación hacia un punto deseado por
ellos.

Actitud pasiva. Se trata de un tipo de actitud derivado de una visión negativa de


la realidad, en la que se presenta una ausencia de iniciativa y actividad, no
buscando la aproximación a la acción sino su evitación. A nivel personal pueden
llegar a supeditar sus deseos a los de los demás, siendo dependiente y no
defendiendo sus derechos.
Actitud agresiva. Una manera de actuar y tomar las situaciones de tal manera
que se defienden los propios derechos independientemente de los de los demás,
llegando a ignorarlos o minusvalorarlos si son contrarios a los del propio sujeto.

Tipos de actitudes sobre la agresividad:

Actitud asertiva

Un tipo de actitud en la que el sujeto defiende sus propios opiniones y derechos de


forma consistente, pero respetando las de los demás y siendo flexible de tal
manera que se respeta al otro y se da espacio para la negociación.

Actitud permisiva

Este tipo de actitud se vincula en gran medida a la propensión a ser flexible en


grado superior, permitiendo y valorando desviaciones de la norma.

Actitud emocional/emotiva

La actitud emocional o emotiva es la que tienen aquellas personas que tienden a


basarse en lo emocional y valorar los afectos propios y ajenos. Suelen ser más
generosos, románticos y afectivos tanto en sus interacciones como a la hora de
valorar las situaciones (a veces de manera incluso contraria a la racionalidad).

Actitud racional

La tienen personas que se basan en el uso de la lógica y la razón a la hora de


valorar la realidad, a menudo ignorando aspectos irracionales o emocionales.

1.2. Emociones.

¿Qué son las emociones? La Asociación Española Madrid Contra el Cáncer (AEMCC,
S.F). Dice en su artículo publicado, que Una emoción es un proceso que se activa
cuando el organismo detecta algún peligro, amenaza o desequilibrio con el fin de poner en
marcha los recursos a su alcance para controlar la situación

Fernández-Abascal y Palmero, (1999 pp.4-5).declara que Por lo tanto, las


emociones son mecanismos que nos ayudan a reaccionar con rapidez ante
acontecimientos inesperados que funcionan de manera automática, son impulsos
para actuar. Cada emoción prepara al organismo para una clase distinta de
respuesta; por ejemplo, el miedo provoca un aumento del latido cardiaco que hace
que llegue más sangre a los músculos favoreciendo la respuesta de huida. Cada
persona experimenta una emoción de forma particular, dependiendo de sus
experiencias anteriores, su aprendizaje y de la situación concreta. Algunas de las
reacciones fisiológicas y comportamentales que desencadenan las emociones son
innatas, mientras que otras pueden adquirirse. Unas se aprenden por experiencia
directa, como el miedo o la ira, pero la mayoría de las veces se aprende por
observación de las personas de nuestro entorno, de ahí la importancia de los
padres y los profesores como modelo ante sus hijos y alumnos.

Las emociones son propias del ser humano. Se clasifican en positivas y negativas
en función de su contribución al bienestar o al malestar. Todas las emociones,
tanto las de carácter positivo como las de carácter negativo, cumplen funciones
importantes para la vida. • Todas las emociones son válidas. No existen
emociones buenas o malas. Las emociones son energía y la única energía que es
negativa es la energía estancada. Por esta razón, es necesario expresar las
emociones negativas retenidas que pueden desencadenar problemas mayores. •
No podemos desconectar o evitar las emociones. Cualquier intento por
controlarlas a través del consumo de tabaco, alcohol u otras drogas puede generar
problemas más importantes a largo plazo. Podemos aprender a manejarnos con
nuestros estados emocionales.

Categorías básicas de emociones: El miedo es necesario ya que nos sirve para


apartarnos de un peligro y actuar con precaución. Nos ayuda a orientarnos, a
saber qué hacer, ante una situación nueva. Nos produce rechazo y solemos
alejarnos. Es adaptativo cuando impulsa a hacer algo para resolver un problema o
cambiar una situación difícil. Puede conllevar riesgos de inadaptación cuando se
expresa de manera inadecuada. Nos induce hacia la reproducción (deseamos
reproducir aquel suceso que nos hace sentir bien. La función de la tristeza es la de
pedir ayuda. Nos motiva hacia una nueva reintegración personal.
MIEDO: anticipación de una amenaza o peligro real o imaginario que produce
ansiedad, incertidumbre, inseguridad. Sorpresa, sobresalto, asombro y
desconcierto. Es muy transitoria y nos permite una aproximación cognitiva para
saber qué está ocurriendo.

Aversión Disgusto o asco hacia aquello que tenemos delante.

Ira: Rabia, enojo que aparece cuando las cosas no salen como queremos o nos
sentimos amenazados por algo o alguien.

Alegría: Sensación de bienestar y de seguridad que sentimos cuando


conseguimos algún deseo o vemos cumplida alguna ilusión.

Tristeza: Pena, soledad, pesimismo ante la pérdida de algo importante o cuando


nos han decepcionado

1.3. Motivación
Por lo que se refiere esta página web nos habla que file:///E:/MOTIVACION
%20ESCOLAR (2011) LA MOTIVACION ESCOLAR es un factor  relevante que conlleva
el éxito en cualquier área, “motivación” como lo cita  Alonso Tapia (1991:46) quien  afirma
que: “querer aprender y saber son las condiciones personales básicas que permiten la
adquisición de nuevos conocimientos y la aplicación de lo aprendido de forma efectiva
cuando se necesita”. Según lo expuesto por Tapia, se necesita la disposición y el interés
del alumno para obtener el aprendizaje, sin dejar de lado el papel del docente  a través de
estimulación  a las acciones logradas por el alumno, para que después en él se siembre el
interés y sea efectiva la motivación del docente en el alumno.

La motivación es la palanca que mueve toda conducta, lo que nos permite


provocar cambios tanto a nivel escolar como de la vida en general. En este trabajo
analizaremos la relevancia de la motivación en el proceso de  aprendizaje de las
matemáticas, al establecer que es elemento determinante para incrementar el
rendimiento en las clases.
La mayoría de los especialistas coinciden en definir la motivación como un
“conjunto de procesos implicados en la activación, dirección y persistencia de la
conducta” (Beltrán, 1995 p.23) O bien como lo afirma  Herrán (1999 p.25)

“La motivación es la acción y el efecto de motivar [que a su vez es dar causa o


motivo para algo], y motivo es lo que activa y orienta los comportamientos, la
motivación se define por uno para qué de naturaleza profundamente cognoscitiva
y emocional posibilite el aprendizaje. Sin motivación, no hay aprendizaje de
calidad”

Algunos Postulados Teóricos

 El autor Alonso Tapia (1991:p. 11) en su teoría afirma que querer aprender y
saber son las “condiciones personales básicas que permiten la adquisición de
nuevos conocimientos y la aplicación de lo aprendido de forma efectiva cuando se
necesita”. Según lo expuesto por Tapia, se necesita la disposición y el interés del
alumno para obtener el aprendizaje, pero a nivel de Educación Básica primera
etapa se requiere la colaboración del representante, a través de la estimulación y
gratificación en las acciones logradas por el niño, para que después en él se
siembre el interés y sea efectiva la motivación del docente en el alumno.

También el autor Dweck y Eliot (1983), “consideran en su teoría que los alumnos
que afrontan a la realización de una tarea teniendo como meta central el
aprendizaje, son diferentes de los sujetos a quienes preocupa de manera
fundamental quedar bien y / o evitar el fracaso”. Respecto a esta consideración,
significa que el alumno que se interesa por aprender tiene mayor capacidad de
conocimiento, se crea un reto hacia una meta a través del esfuerzo y el cambio, y
el alumno que se preocupa por quedar bien siente una amenaza en la obtención
de conocimientos, tiene miedo al fracaso de sus actividades.

Regresando a Tapia (1991), este autor presenta dos problemas motivacionales


afectivos que presentan los alumnos en sus experiencias de aprendizaje. Estas
son; las condiciones poco favorables en el aula y al uso incorrecto de la dimensión
afectiva por parte del docente y la institución. El primer problema plantea que el
alumno atribuye el logro de sus actividades a causas externas como la suerte, y el
fracaso se lo atribuye a causas internas, como el esfuerzo, la habilidad para el
estudio; y en el segundo problema plantea que los niños tratan de evitar el
fracaso.

Según Tapia (1991) señala, que el docente debe activar la curiosidad y el interés
del alumno y mostrar la relevancia de los contenidos muy bien. Sin embargo, hay
días en que el alumno viene predispuesto a no realizar ninguna producción escrita,
y participa en la producción oral, pero se requiere que el niño escriba para que
lleve soporte al hogar y pueda repasar los contenidos dados. Por ello el docente
debe estar atento a buscar fuentes de motivación incluyendo la posibilidad de la
recompensa.

El psicólogo Skinner consideraba que el aprendizaje se debe a la relación del


individuo con su ambiente y que el aprendizaje no es determinado por el niño, sino
por los refuerzos y el ambiente que se encuentra en el aula de clase.

En los planteamientos de Skinner,  el niño requiere de un ambiente agradable,


armonioso, donde se encuentre el apoyo de mamá y papá, y así, el docente con
sus conectivos de la motivación y reforzamiento logre un aprendizaje eficaz en el
cumplimiento de los niños

2. factores socioculturales

El autor Bruner, principal promotor de la Teoría del “New Look”, al exponer los
desarrollos de la Gestalt, contradice de la idea de que la percepción es un
proceso pasivo, proponiendo que la actividad perceptiva requiere un papel activo
por parte del perceptor y tanto la personalidad como los aspectos sociales influyen
sobre lo que se interpreta.

Reconoce el valor que tiene para explicar cómo la cultura influye en la construcción de
creencias que explican cómo la gente vive, se mueve, siente, comparte y decide

(Bruner, 1990). Manifiesta la necesidad de construir una ciencia de lo mental,


considerando los procesos por los cuales se crean y comparten los significados en una
comunidad, y este es el papel de la cultura.
Desde que la cultura apareció, no sólo tuvo una gran importancia en los procesos
adaptativos del ser humano y en su evolución como comunidad, sino que también
surgieron los sistemas simbólicos compartidos. Por esto es que es imposible
estudiar la psicología humana desde la individualidad de los sujetos o desde un
reduccionismo meramente biológico.

Además, nos experimentamos a nosotros mismos y a los demás mediante


explicaciones que da la psicología popular, y estas explicaciones van cambiando a
medida que cambia la cultura, dado que esta no es inmutable. Una de las tesis de
Bruner es que “las verdaderas causas de la acción humana son la cultura y la
búsqueda de significado dentro de la cultura” (p.35).

2.1. Cultura:

Según el autor Rodríguez Salazar (2008) puede definir,

A la cultura como “creencias y prácticas concretas que se asumen con distintos


grados de consenso, aceptación, reconocimiento y compromiso”. En este sentido,
es posible hablar de una programación cultural de la mente que diferencia a un
grupo de otro (Zubieta, Fernández, Vergara, Dolores, & Candia, 1995). La cultura
involucra un lenguaje, procesos de socialización, aprendizaje social, relaciones
sociales, normas y valores sociales (Guedes Gondim & Estramiana, 2010).

Según Lazarus, (1995) “Los vínculos sociales armoniosos dan lugar a


sentimientos de orgullo al sentir que estamos siendo positivamente evaluados por
otros. Mientras que los vínculos en los que se manifiestan relaciones inseguras
dan lugar a sentimientos de vergüenza, al sentir que estamos siendo evaluados de
forma negativa”. (Guedes Gondim & Estramiana, 2010, p.38)

Influencia de las dimensiones culturales en la expresión de las emociones

Hofstede (citado en Zubieta 1995) describe cuatro dimensiones culturales: la


relación con la autoridad o distancia jerárquica, la manera de enfrentar el conflicto,
la masculinidad/femineidad cultural y el individualismo/colectivismo. Los trabajos
realizados teniendo en cuenta el impacto de estas cuatro dimensiones culturales
en relación a la expresión de las emociones, muestran que en los países más
individualistas, como Estados Unidos, los sujetos están más motivados a la
expresión de emociones de atributos internos; además, los sujetos estarán más
predispuestos a afrontar situaciones de conflicto, modificando el ambiente con el
fin de preservar sus objetivos individuales. En cambio en los países más
colectivistas, como Colombia o Perú, son más sensibles al aspecto externo; esto
es porque valoran el cuidado por el mantenimiento de buenas relaciones.

2.2. Factores familiares.

Según E. Navarro, J.M. Tomás y A. Oliver (Noviembre 2006 p.8), refiere que la
familia es el primer contexto de desarrollo del auto concepto. En ella van a estar
presentes tanto las prácticas de disciplina familiar como el tipo e intensidad del
vínculo afectivo y el contacto físico, la predictibilidad del contexto, y como
consecuencia de todo ello, el apego familiar. No en vano, una de las funciones
psicológicas más importantes que se ha considerado que desarrolla la familia es la
formación del auto concepto o identidad de sus miembros según (Musitu y Allatt,
1994; Noller y Callan, 1991). Este proceso se produce tanto a través del clima
familiar, según señalan Noller y Callan.

Algunas investigaciones, incluso, relacionan factores familiares y escolares, de


modo que, por ejemplo, el modelo de Connell y Wellborn (1991) postula que el
contexto social influye sobre los sistemas de desarrollo del yo, que a su vez tiene
efectos sobre las obligaciones escolares. En el estudio de referencia, realizado
con niños y sus familias del área de Quebec, se comprobó que la implicación en
las actividades familiares y la calidad y estructura de la relación entre los padres y
sus hijos se asociaba de modo positivo con los procesos de formación del yo, en
cuanto a competencia, autonomía y relación.

La condición educativa atribuida a la familia está fuera de toda duda y discusión,


siendo cada vez mayor la conciencia de la importancia del papel de los
progenitores en el progreso y desarrollo educativo de sus hijos. Schiefelbaum y
Simmons (citado por Adell, Lozano Días 2002,) p. 91) consideran los antecedentes
familiares el determinante individual de mayor importancia y peso en el
rendimiento académico alcanzado por el alumno. Entre los factores familiares de
mayor influencia desta-can las variables de la clase social y el medio educativo y
familiar. Con relación a la clase social, las investigaciones al respecto informan de
que, a me-dida que se asciende en la escala social, los resultados y expectativas
futuras son mejores.

Autores Marchesi y Martín, 2002 p. 47) citado por la autora Lozano Díaz (2015)
informan que los alumnos de clase alta presentan un mejor uso de estrategias
meta cognitivas que los de clase social más baja. La influencia de la clase social
está mediada por el nivel cultural que, a su vez, determina las expectativas,
valores y actitudes de la familia respeto a la educación, es decir, la motivación de
logro depende más del nivel cultural de los padres que de su nivel de ingresos
(Llorente, 1990). Castejón y Pérez (1998) encuentran que la percepción de apoyo
familiar por parte del hijo incide directamente en el rendimiento, mientras que el
nivel de estudios de la madre lo hace indirectamente. Otras investigaciones
señalan que los componentes familiares más influyentes en el rendimiento no son
los socioculturales o económicos, sino los de la dimensión afectiva o psicológica;
es decir, aunque una buena formación académica de los padres, especialmente
de la madre, y un ambiente cultural positivo favorecen el rendimiento escolar, son
las variables afectivas y relacionales las que destacan como factor de rendimiento.

La influencia del clima educativo familiar se define por el grado y estilo de ayuda
familiar a los hijos que viene determinado por los elementos del contexto familiar,
como la dinámica de relaciones de comunicación y afectivas, las actitudes frente a
los valores, las expectativas, etc. En consonancia con esto, Marchesi y Martín
(2002) informan que las expectativas de los padres tienen una notable influencia
en los resultados académicos, incluso controlando los conocimientos iniciales y el
contexto socioeconómico. Castejón y Pérez (1998) encuentran relaciones
indirectas, sobre el rendimiento, de la percepción del alumno sobre la importancia
que sus padres conceden al estudio en casa. Otros estudios muestran que el nivel
de cohesión familiar (Caplan et al., 2002) y las relaciones familiares (Buote, 2001)
se muestran con capacidad de predicción del rendimiento. El estilo educativo de
los padres (democrático, autoritario, etc.) también es influyente tanto en el proceso
educativo de los estudiantes como en las relaciones familia-escuela,
investigaciones como la de Rodríguez (1986) manifiestan como un clima familiar
positivo favorece la formación de sujetos adaptados, maduros, estables e
integrados y un clima familiar desfavorable promueve la inadaptación, inmadurez,
des-equilibrio e inseguridad.

Factores personales falta…….

2.3. Interacción social.

https://es.wikipedia.org/wiki/Interacci%C3%B3n_social Esta página se editó por última vez el


24 abr 2019)  La interacción social es la manifestación mediante la cual se convoca
la posterior influencia social que recibe todo individuo. Estas se dividen en:

Relaciones persona-persona:

Interacción social: existe influencia mutua entre dos personas.

Relaciones persona-grupo:

Conformidad: la persona recibe influencia del grupo

Liderazgo: la persona influye sobre el grupo

Relaciones grupo-grupo:

Conflicto (generalmente motivado por la competencia

Cooperación

Relaciones intrapersonales:
Relaciones directas (decisión cognitiva seguida de acciones concretas: "He
decidido que es mejor para mí dejar a mi novio y yo le dije eso", o la decisión
afectiva, seguido de una acción expresiva: "Amo a mi novia y yo siempre le
demostrare eso") ;.

2.4. Relaciones interpersonales:

Directas (reacción cognitiva a la acción práctica de otra persona: "Mi novia desea
tener relaciones sexuales conmigo, y estoy de acuerdo, porque eso es mejor para
nosotros dos", o una reacción afectiva a la acción expresiva del otro: "Mi novio
muestra sus sentimientos hacia mí, y me responden de la misma forma");

Cruzadas (reacción afectiva a las acciones concretas del otro: "Mi pareja quiere
que me compre una casa, y por lo tanto supongo que él/ella me ama", o la
reacción expresiva a la acción práctica de otra persona: "Mi pareja dice que él/ella
me ama, y me pregunto ¿por qué es él/ella me dijo esto?").

La conducta social depende de la influencia de otros individuos y la interacción


social es una de las claves de este proceso. Si la conducta social es una
respuesta al estímulo social producido por otros, incluidos los símbolos que ellos
transmiten, la interacción social puede ser concebida como una secuencia de
relaciones estímulo-respuesta.

La conducta de una persona es el estímulo para la respuesta de otra, que a su


vez, siguiendo la secuencia, pasa a ser luego el estímulo de la respuesta siguiente
de la primera persona. Las interacciones regularizadas de este tipo constituyen la
base de muchos de los hechos de influencia que ocurren dentro de las
sociedades. Podemos decir que la '''Respuesta (conducta)''' es proporcional tanto
a la '''[[actitud]]''' como al '''Estímulo''' Así, la influencia social ha de materializarse
en un cambio en nuestra actitud personal debido a que todo estímulo producirá un
efecto (o respuesta) que podrá grabarse en nuestra memoria. Mediante este
proceso simple y básico, se va conformando nuestra personalidad individual.
Como parte del que hacer en la etapa de la vida que nos corresponde, surge la
ineludible necesidad de hacerlo a la par con gran cantidad de personas que se
presentan a lado nuestro, y se nos da la oportunidad de compartir y aprender
nuevos puntos de vista e ir enriqueciendo el propio conocimiento, pues logramos
de esta manera perspectivas diferentes. Esto nos va enseñando día a día la forma
más adecuada para interactuar con el resto de la sociedad. Cuando no somos
directos con el mensaje o la indicación que queremos trasmitir a la(s) personas
con las que convivimos o tenemos trato, esto puede ser interpretado de una forma
negativa e incluso podemos dañar o lastimar a esa persona, complicamos la
interacción humana cuando es más conveniente decir: no me gusta, no quiero, por
el momento no me es posible; claro también está la otra cara de la moneda
cuando expresamos un hola, te quiero, muy bien, me gusta, etc.

Cabe mencionar que existen diferentes formas de interactuar con las personas, de
acuerdo al ambiente en el que nos encontramos, es decir, interactuamos diferente
cuando nos encontramos con la [[familia]] a como lo hacemos en el trabajo por
poner un ejemplo, generalmente con la familia interactuamos de una manera más
general, en cambio en el trabajo debemos hacerlo de una manera más cordial ya
que se debe a una relación laboral con nuestros compañeros de trabajo.

Autor Hollander, Edwin (1982). Principios y métodos de psicología social. Amorrortu


Editores. ISBN 9500180340.

Citado por Tapo, Codrin S (2001). Hypostatic Personality: Psychopathology of


Doing and Being Made. Premier.

2.5. Desarrollo emocional: Las sensaciones aportan información sobre el


grado de favorabilidad de un estímulo o situación, pero también producen
emociones positivas (alegría, satisfacción, deseo paz, etc.) o negativas (tristeza,
desilusión, pena, angustia, etc.) en grados variables y de intensidad diversa, que
se dan en un determinado contexto relacional; el niño va construyendo el
significado de sus experiencias emocionales a partir de sus interacciones con las
personas que lo cuidan. La actitud de estas personas desencadena respuestas en
los niños, respuestas que son propias de cada uno de ellos, y a su vez el niño
estimula con su presencia al adulto y así se establece un lazo único entre ellos. El
niño que reacciona con una sonrisa a la voz del adulto producirá una reacción
distinta en él, que aquel que no muestra interés al oír su voz; por otra parte, el
adulto que atiende al niño que se hace notar, ya sea con su llanto o gesticulando,
y pasa de largo sin atender al que está "callado" y "tranquilo", provocará
respuestas distintas en cada uno de ellos. De este modo cada niño irá
construyendo el concepto de sí mismo, la toma de conciencia de una realidad
externa a él, la idea de moralidad y el pensamiento. El intercambio relacional con
personas significativas en el primer año de vida enseñará al niño a interpretar las
reacciones de los demás y sus experiencias emocionales le permitirán evaluar
cómo actuar en consecuencia. A partir de esta edad, sus interacciones se tornarán
más complejas, sus acciones y respuestas también. Aprenderá a reconocer
patrones de conducta en los otros y a imitarlos, comenzará a manejar ideas y no
sólo acciones y estas ideas, como imágenes que se suceden en su interior, le
permitirán pensar las acciones antes de ponerlas en práctica. Con el desarrollo del
lenguaje verbal, pronto podrá sustituir dichas acciones por palabras. La relación
afectiva maestra-niño en este período adquiere un carácter dialogal, ella debe
hacerle sentir placer por la comunicación y el diálogo interactivo, respondiendo a
sus requerimientos con una invitación a la reflexión y no únicamente a la acción;
por ejemplo, si el niño dice "quiero la pelota", ella puede ir más allá de responder
"bueno" o simplemente pasarle la pelota, preguntando "qué harás con ella", para
así incitarlo a pensar en su petición y no Pedro Gallardo Vázquez satisfacer su
necesidad de acción; de esta manera el niño irá adquiriendo práctica en la
elaboración de ideas y en la reflexión sobre sus emociones, propósitos y deseos.
La maestra deberá encontrar estrategias adecuadas de interacción en cada
situación y etapa del proceso educativo, así como para cada niño en particular, ya
que su relación con cada uno de ellos es personal y única, y la etapa por la que
ellos atraviesan es decisiva para la construcción de la confianza en uno mismo, el
sentido de seguridad y la elaboración de las relaciones interpersonales.
La estructura de la sociedad actual no favorece un proceso educativo
personalizado y el carácter impersonal de las relaciones que se establecen en los
centros educativos, poco contribuye a fortalecer el potencial intelectual que nace y
crece en la interacción afectiva niño-adulto; es por esto que se hace perentorio
terminar con la dicotomía entre emoción e intelecto y reconocer que el desarrollo
intelectual está dinámicamente enlazado con las emociones y, en consecuencia,
es necesario educar conjuntamente ambos aspectos de la inteligencia,
favoreciendo la construcción de aprendizajes intelectual y emocionalmente
significativos (Fontaine, 2000). El niño aprende constantemente del entorno en el
que vive y se desarrolla. La entrada en la escuela amplía el entorno social del
niño, aun así, la influencia familiar sigue siendo para una gran mayoría el factor
básico en la determinación de su futura madurez personal.

La vida familiar supone, por una parte, el centro de comunicaciones afectivas,


donde se van conformando las actitudes sociales; por otra, es también origen de
cuadros normativos de conducta. Cada tipo de ambiente ayuda al niño a descubrir
los diferentes aspectos de la vida que él asimila inconscientemente. El ambiente
familiar le ofrece seguridad y confianza, el entorno escolar le descubre otros niños
y le desafía en la conquista de habilidades que le satisfacen, el ambiente de la
calle le permite también encontrar muchas experiencias que recoge y poco a poco
integra. Hay otros tipos de ambientes que denominamos artificiales, basados en la
imagen, que ayudan a formar la mente o los sentimientos. El niño hace de la
pequeña pantalla un mundo real por el que desfilan hechos, acontecimientos,
sucesos, eventos, personajes, peligros, etc. Este ambiente también aporta al niño
una manera de ser y de vivir que influye decisivamente en su desarrollo intelectual
y moral. Es importante que los distintos ambientes interactúen y que resulten
constructivos. Hay que hacer lo posible para que la vida del niño transcurra en un
clima de amor, comprensión, seguridad y afecto. Desde que los bebés son muy
pequeños, experimentan y expresan emociones de diferente índole. Un bebé de
pocos meses sonríe a placer cuando es acariciado en brazos de su madre o su
padre y, al poco rato, puede mostrar su enfado cuando se le acuesta y deja sólo
en su cuna para que duerma una siesta. En realidad, desde el mismo momento
del nacimiento es posible observar en los bebés claras reacciones de agrado y
desagrado ante diferentes situaciones (agrado al ser acariciado o alimentado,
malestar cuando tiene sueño o hambre)

El desarrollo emocional en la educación primaria (6-12 años) son Cuestiones


Pedagógicas, con un importante valor comunicativo. Pero estas reacciones
globales dejan paso desde muy pronto a emociones específicas que van
apareciendo progresivamente (primero la alegría y el malestar, más tarde la cólera
y la sorpresa, y por último el miedo y la tristeza, en la mayoría de los casos, a lo
largo de la primera mitad del primer año de vida. Así, la alegría, el enfado, la
sorpresa, la ansiedad, el miedo y la tristeza son emociones básicas que podemos
observar en los niños durante la primera infancia (Harris, 1989, citado por Hidalgo
y Palacios, 1999:p.267). Un poco más tarde, al final de la primera infancia y en los
meses siguientes, los niños comienzan a comprender y experimentar emociones
más complejas como la vergüenza, la culpa o el orgullo, al tiempo que, un poco
más adelante, se observan los primeros indicios de comprensión y control
emocional. No obstante, todavía queda un largo camino por recorrer en lo que se
refiere al desarrollo emocional; a lo largo del resto de la infancia y la adolescencia,
los niños tienen que comprender la existencia de emociones contradictorias,
conocer y adoptar las normas de expresión de las emociones y aprender a
controlarlas. Vamos a referirnos a continuación a la comprensión de la
ambivalencia emocional, al desarrollo de la toma de perspectiva emocional y la
compresión de las emociones y al desarrollo de la autorregulación emocional.

Harter y Budding (1987, citados por Palacios e Hidalgo, 1999:369) describen una
secuencia evolutiva que consta de los pasos siguientes:

Alrededor de los 6-7 años, se observa una fase intermedia en la cual los niños
comienzan a admitir que algunas situaciones pueden provocar más de una
emoción, pero siempre teniendo en cuenta que una de ellas precede o sigue a la
otra (“Estaría asustado si un día me quedase solo en casa, pero me alegraría
mucho cuando llegasen papá y mamá
Gallardo Vázquez p.154 2006)Es en una tercera fase, hacia los 7-8 años, cuando
los niños comienzan a comprender que hay ciertos acontecimientos que provocan
dos sentimientos al mismo tiempo, aceptando primero la posibilidad de
experimentar dos emociones parecidas (“Si un amigo me rompiese mi
videoconsola, resentiría enfadado con él y triste por quedarme sin mi
videoconsola”) y admitiendo finalmente el hecho de que determinadas situaciones
pueden llegar a provocar emociones contradictorias (“Me da rabia tener que
recoger mi cuarto, pero me gusta lo ordenado que queda después.

El desarrollo de las emociones en la educación primaria se caracteriza, en


general, por una relativa serenidad, tras la tendencia al cansancio, la labilidad, los
miedos y el descontento, propios de la educación infantil. Pensemos que durante
el tramo educativo de los tres a los seis años, los niños van consolidando
progresivamente su adaptación a la escuela, su control emocional y afectividad
general, su motricidad y psicomotricidad, su subetapa cognitiva de pre
operaciones concretas, su temperamento, carácter y personalidad, su
conocimiento inter e intrapersonal, su conocimiento y comportamiento moral, su
proceso de socialización y sus intereses. No obstante, aunque la etapa de
educación primaria es muy amplia, ya que comprende tres ciclos de dos cursos
académicos cada uno, con lo cual habrá que tener en cuenta que el desarrollo se
produce paulatina y progresivamente, podríamos decir que, respecto al desarrollo
emocional se caracteriza por los aspectos siguientes (Herrera, Ramírez y Roa,
2004:263): Un alto y positivo sentimiento en el niño de sí mismo: físico, psíquico y
social; manifestado por un comportamiento en el que destaca su confianza en sí
mismo, en su poder, en sus ganas de hacerse notar, de hacerse valer; aunque
muestra ansiedad en situaciones frustrantes que empieza a aprender a controlar.

Una actitud optimista y alegre o desenfadada, controlando sus temores con


facilidad, haciendo gala de buen humor, realizando travesuras y sin que nada le
preocupe. c) Una serenidad global en sus emociones, manejando y controlando su
voluntad con facilidad, superando temores y fobias, lo que le permite mejorar
cualitativamente su desarrollo intelectual.
Salud emocional

Según esta (página https://www.todopapas.com fue actualizada en el 2019)


donde nos habla por su parte La autora (Galán Lucia pediatra). Que las personas que
tienen una buena salud emocional son aquellas que mantienen una armonía entre
lo que piensan, lo que sienten y lo que hacen. Son personas que se sienten bien
consigo mismas y que establecen relaciones positivas con su entorno. Esta
capacidad relacional para entablar y mantener buenos vínculos con los demás es
de suma importancia para determinar el grado de salud psíquica del que goza
alguien. De hecho, para el psicólogo Abraham Maslow, uno de los fundadores de
la corriente humanista, “la persona psicológicamente enferma es aquella que
nunca ha tenido suficientes buenas relaciones con los otros”.

Una buena salud emocional se manifiesta en que la persona no se deja arrebatar


por sus emociones, esas respuestas psicofisiológicas a ciertos estímulos que, una
vez elaboradas, se convierten en sentimientos. Por tanto, las emociones vienen a
ser como descargas que acontecen en un breve espacio de tiempo y que van a
dar lugar a los sentimientos, en cuya elaboración ya entran otros ingredientes
como la voluntad, el perdón, la experiencia, etc. de la persona para atemperar esa
primera reacción psicofisiológica. Por tanto, las personas emocionalmente sanas
no pierden el control sobre sus sentimientos, pensamientos y comportamientos.

Cuando las emociones son se presentan de una manera negativa como la ira,
rabia, estas son muy intensas y nos abruman, pueden provocar fuertes
sentimientos de odio, tristeza, ansiedad, que a su vez afectan a nuestros
pensamientos y nuestros comportamientos. Es decir, que estas emociones tan
impetuosas terminan tiñendo toda nuestra visión del mundo y nuestra forma de
estar en él.

Además, nuestro cuerpo reacciona según la forma de sentir, pensar y actuar de


cada uno de nosotros. Por ejemplo, supongamos que tenemos un problema
laboral o afectivo por el que nos sentimos muy estresados, ansiosos, enfadados o
tristes. Si estos sentimientos se intensifican excesivamente y se prolongan mucho
en el tiempo, es muy probable que nuestro cuerpo reaccione y genere lo que se
denomina “la respuesta al estrés”. Así, la aparición de un herpes labial, jaquecas,
una presión arterial elevada o una úlcera estomacal es, con frecuencia, la
consecuencia de la vivencia de un fuerte estrés. Esto se explica por la íntima
conexión que existe entre el cuerpo y la mente.

La salud emocional es el hecho de enorgullecernos de ser racionales, no


debemos caer en el error de vivir de espaldas a las emociones. Debido que al
mismo tiempo son buenas, ya que nos permiten conocernos siempre por otra
parte nos aportan información si sabemos escucharlas. Ahora bien, una emoción
mal procesada, reprimida, no legitimada puede somatizarse en nuestro cuerpo y
provocar enfermedades. Asimismo, hay emociones que una vez
escuchadas (¿Qué me está queriendo decir esta rabia que siento? ¿Quizás que
no debo permitir esta situación más pues me hace daño? ¿Qué tengo que decir
¡basta¡?) y bien canalizadas no debemos alimentarlas, pues su adicción puede ser
muy tóxica y afectar profundamente a nuestra salud física. Contrariamente, si nos
sentimos bien, en paz con nosotros mismos, relajados, cuidamos una coherencia
interna (es decir, lo que queremos de la vida, decimos de la misma y hacemos con
nuestro día a día)… nuestra salud física será mejor sin duda alguna.

 Y es que la mente puede ser nuestra aliada pero también el peor de nuestros
enemigos. Pensamientos negativos, tóxicos, reiterados y automatizados pueden
hacernos perder la noción de quienes somos realmente. Podemos confluir de tal
forma con la emoción que nos provocan aquellos pensamientos, que cedemos
nuestra identidad a favor de, por ejemplo, una depresión, dolores crónicos,
desánimo y desesperanza. Una vez instaurada la enfermedad y alimentada por
nosotros mismos puede hacernos caer en un círculo vicioso que es difícil de
romper.

 Qué podemos hacer los padres para mejorar la salud emocional de nuestros
hijos?

 Podemos hacer mucho, podemos hacer “todo”.


 La salud es un concepto global, queremos niños equilibrados, alegres, que se
sientan capaces, que aprendan a aceptarse y quererse a sí mismos para que
puedan brindar a los demás lo mejor de su esencia. Para conseguir esto los
padres, en primer lugar, hemos de aceptarlas tal y como son, cuidado con la
tendencia a proyectar nuestras frustraciones, nuestras expectativas, nuestros
miedos. No podemos olvidar que son seres libres, no han venido al mundo para
hacerlos a nuestra medida.

 Después, amarlos, amar a tu hijo es darle el espacio para que sea quien es. Esto
significa amar incondicionalmente.

Antecedentes.

” (Gonzales y López, 2011, p. 15) (citado por Rodríguez


Macuna, 2015, p.12). La inteligencia emocional en el entorno
escolar es la capacidad de ser plenamente consciente de las
emociones propias, desarrollar la habilidad de ejercer una
regulación constructiva de las mismas

(Goleman, 1995, p.183). Citado por Rodríguez Macuna, 2015,


p.13). Emoción se refiere a un sentimiento y a los
pensamientos, los estados biológicos, los estados
Psicológicos y el tipo de tendencias a la acción que lo
caracterizan”
BIBLIOGRAFIA

Autor Teodoro Hernándezhttps://olelibros.com/comprar-libros/editorial-


olelibros/comportamiento-emocional/

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%20ESCOLAR.html
Boletín de Psicología, No. 88, Noviembre 2006, 7-25 (pdf)

https://www.todopapas.com/ninos/psicologia-infantil/salud-emocional-en-los-niños-
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Zubieta, E., Fernández, I., Vergara, A. I., Dolores, M., & Candia, L. (1995). Cultura

Rodríguez Salazar, T. (2008). El valor de las emociones para el análisis cultural. Papers:

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%20ESCOLAR.html

Antecedentes

Educación Emocional en niños de 3 a 6 años.facultad de psicologia

http://www.codajic.org/sites/www.codajic.org/files/Taller-pr%C3%A1ctico-Educacion-
Emocional.pdf

TESIS :MEJORANDO EL COMPORTAMIENTO

http://iraceniaeisabelcastillo.blogspot.com/
DESARROLLO DE LA INTELIGENCIA EMOCIONAL EN LOS NIÑOS Y NIÑAS DE PRE JARDÍN DEL JARDÍN
INFANTIL DE LA UPTC

https://repositorio.uptc.edu.co/bitstream/001/1415/2/TGT-165.pdf

file:///C:/Users/ismael/Downloads/antecedentes.pdf

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