Amós 5
Amós 5
Amós 5
1) «Buscadme y viviréis»: “Pero así dice Jehová a la casa de Israel: «Buscadme y viviréis»” (v. 4), a partir
del verso 1 el profeta parece cambiar de tono para convertirse en un espectador que lamenta los
castigos que diezmarán las ciudades de Israel. En ese contexto, aparece la palabra: PERO, que
cambia totalmente el panorama por medio la misericordiosa disposición del Creador a brindar
generoso perdón. Si tan solo buscan a Dios de todo corazón, vivirán, una promesa que está en
absoluto contraste con la destrucción que se avecinaba sobre la nación, especialmente los centros
de idolatría del verso 5. Mientras exista el Todopoderoso, hay esperanza y posibilidad de perdón.
2) “Buscad a Jehová y vivid”: –repite el verso 6– y continúa diciendo: “no sea que acometa como fuego
a la casa de José y la consuma, sin haber en Bet-el quien lo apague”. El fuego consumidor del juicio
de Jehová ya estaba sobre “la casa de José”, el padre de Efraín, quien había sido fiel a Dios, aunque
llegó a ser parte de la corte del idólatra Faraón egipcio. Sin embargo, el Señor repite su oferta:
“Buscad a Jehová y vivid”. Sinceramente, ¿Hay vida verdadera fuera de Él?
3) “Buscad al que hace las Pléyades: según la Reina Valera 60, el siguiente llamado está dirigido
específicamente a quienes han corrompido la justicia en Israel y confían demasiado en sus
artimañas. Los versos 7 y 8 dicen: “Los que convertís en ajenjo el juicio, y la justicia la echáis por
tierra, buscad al que hace las Pléyades y el Orión, y vuelve las tinieblas en mañana, y hace oscurecer
el día como noche; el que llama a las aguas del mar, y las derrama sobre la faz de la tierra; Jehová es
su nombre” (v. 7-8 RV60). Solo Dios tiene el poder para sacarnos del lodo cenagoso del pecado.
4) “Buscad lo bueno y no lo malo, para que viváis”: los verso 10 al 13 revelan el pleno conocimiento
que tiene el Señor de los pecados de su pueblo, no obstante, la misericordia divina insiste en el 14:
“Buscad lo bueno y no lo malo, para que viváis; y así Jehová, Dios de los ejércitos, estará con
vosotros, como decís” (v. 14). La Omnisapiencia divina ya sabe que la mayoría de los israelitas no se
arrepentirán, sin embargo, la Eterna Misericordia luchará por salvar a un remanente como dice el
verso 15: “Aborreced el mal, amad el bien y estableced la justicia en juicio; quizá Jehová, Dios de los
ejércitos, tendrá piedad del remanente de José”.
“¡Oh gracia excelsa del amor, que Dios perdone al pecador!”, como dice el coro del himno 292 del
Himnario Adventista… Lamentablemente el capítulo termina describiendo la repugnante hipocresía del
pueblo de Israel, quienes deseaban que viniera el día de Jehová para ser librados de sus enemigos
porque estaban muy confiados en las manifestaciones externas de la religión, pero su corazón estaba
lejos de Dios. Hasta sus ofrendas se hicieron desagradables a los ojos del Señor y el “Día de Jehová” sería
para ellos una desgracia. Esta historia nos llama a la reflexión: ¿Cómo está nuestra relación con Dios
hoy? ¿Eres un religioso o eres un ardiente discípulo de Cristo? ¿Te conformas con asistir a una iglesia o
quieres una vida transformada por su poder? Búscalo de todo corazón y descubrirás lo que realmente
significa “vivir”…
#RPSP
Amós 5
Pr. Selvin Sosa
fb.com/selvinsosa77