Jocabed
Jocabed
Jocabed
situación que estaba pasando y demostró su plena confianza en Dios, esta mujer se llama
jocabed.
Y a pesar de que en la biblia jocabed solo se menciona dos veces, fue la madre de
Moises, uno de los líderes más sobresalientes de la nación judía, Era el hombre que
hablaba cara a cara con Dios.
(Éxodo 1:22)
En el libro del Éxodo, tenemos a Satanás operando a través de Faraón, para la
destrucción de los niños judíos
Pero en medio de aquel violento ataque, los padres de Moises decidieron no dejarse
vencer por aquel edicto real, desafiaron aquella orden, aquella intimidación, cuando todos
los demas se dejaron arrebatar a sus hijos. Ellos decidieron desposeer a Satanás de
aquel niño, y aunque estaban corriendo peligro de muerte, pusieron a su bebé en las
manos Dios pues tenían fe en que Dios guardaría su vida.
(Éxodo 2:1-2).
Esta decisión salvó la vida de Moisés,
Pero lo que más llama mi atención es que la Biblia ocupa espacio para resaltar que
Jocabed vio a su hijo y le pareció hermoso (v. 2),
y pues todas sabemos que las madres siempre ven hermosos a sus hijos; pero la
Biblia lo que quiere resaltar no es solo la belleza física, sino que su madre vio algo
especial en su hijo; Jocabed pudo ver que Dios haría algo grande a través de la vida
de su hijo, ella intuía el plan de Dios para su bebe.
(Hch. 7: 20)
Como podemos ver, la belleza que vio Jocadeb en su hijo, fue la misma que vio Dios
en Moisés y no se refería solamente a lo físico sino a lo apto para sus planes.
¿pero estamos trabajando para que ellos sean útiles en las manos de Dios?
Como madres debemos mirar a nuestros hijos y reconocer sus potenciales, sus
habilidades, su llamado de Dios y ayudarlos para que avancen en ese llamado.
(Éxodo 2:3).
Jocabed tuvo que entregar sus sentimientos de madre a los pies del Señor,
renunció a ser madre.
Mas hay algo asombroso, algo que falta en toda la historia de Moisés, no
encontramos en toda la Biblia el nombre que Jocabed le dio a Moisés, ¿puede una
madre tener un hijo y aún después de tres meses no darle nombre? El nombre de
Moisés “sacado de las aguas” no le fue dado por Jocabed, sino por la hija de
Faraón, nunca oímos otro nombre sino el de Moisés. Cuán terrible debe ser esto
para una madre. ¿Cómo logró esto? Estregando sus sentimientos en las manos
del Señor, dejar que fuera Dios quien decidiera por ella.
“Tomó una arquilla de juncos y la calafateó con asfalto y brea, y colocó en ella al
niño y lo puso en un carrizal a la orilla del río”, Éxodo 2:3.
Tuvo que entregar su hijo a las aguas, pero lo más hermoso es la forma como lo
hizo. Se aseguró de que los materiales en los cuales iba a depositar al niño. En
Egipto el junco era la materia prima con la que se construían las embarcaciones;
luego la calafateó, la untó con asfalto y brea, le puso dos protecciones. El asfalto
se recogía de pozos de petróleo naturales que brotaban a la superficie de la tierra,
esto le daba a la arquilla una protección contra las infiltraciones de agua. La brea
es una resina que pega y solidifica la estructura para que no se deshaga.
Jocabed se aseguró de que aquello sobre lo cual entregaba a su hijo a las aguas
fuera adecuado, resistente a las aguas del Nilo. Nuestros hijos tienen que hacer
frente a unas aguas impetuosas en las escuelas, universidades, compañías, están
rodeados de un ambiente decadente y agresivo contra todo concepto moral. La
Biblia es cuestionada por maestros, amistades, estamos viviendo en los días del
fin, y las aguas contaminadas del pecado han tomado proporciones universales.
¿Estamos usando lo que puede vencer ese río impetuoso y contaminado? ¿Nos
preocupa lo que estamos usando para la arquilla de nuestros hijos?
RENOVANDO LA ENTREGA
“Y cuando el niño creció, ella lo trajo a la hija de Faraón, la cual lo prohijó, y le
puso por nombre Moisés, diciendo: Porque de las aguas lo saqué”, Éxodo 2:10.
Jocabed había tenido aquel hijo en sus brazos unos años más, sin embargo,
cuando llegó la hora, lo tuvo que entregar por segunda vez. Ésta es otra clave
hermosa: tuvo que renovar la entrega cuando el niño creció. Jocabed tuvo que
sacrificar de nuevo sus sentimientos, su amor de madre para que los propósitos
de Dios se cumplieran con su hijo y la nación de Israel. La elección era dura, pero
¿qué era mejor, un hijo vivo en otras manos o un hijo muerto en las suyas?
¿Preferimos un hijo vivo en las manos de Dios o un hijo muerto en nuestras
manos? Algunas veces nos aferramos, y traemos muerte en vez de la vida.
recubrió la canastilla para evitar que el agua penetrara y lo ahogara; así mismo
recubra la vida de su hijo con oración constante para que el mal no lo inunde y lo
ahogue.
Así pues llegó el día en el que pondría en acción lo planeado; entonces una vez
preparado el bebe en su canasta; esta fue colocada “en un carrizal a la orilla del río”
(v. 3) y es entonces cuando el corazón de Jocabed se derretía de dolor, pero además
de una fuerte preocupación ¿funcionará? En ese momento Jocabed estaba dando un
salto de fe, de confianza en que Dios recompensaría sus esfuerzos;
Cuando pasaron los tres primeros meses en la vida de Moisés, lo colocó en el río
(donde los bebés debían ser tirados), y se aseguró que él estuviera en las manos
de la hija de faraón. A esto se le llama fe y confianza en Dios. “Agarró el toro por
los cuernos” Enfrentó lo que se debía interpretar como su miedo en directo
llevando al niño al palacio de faraón.
1. ¿Por qué? Porque su fe era más grande que su temor. Su confianza en Dios
era más grande que su miedo al rey.
2. Me imagino a Moisés cuando hubo de enfrentar situaciones de crisis,
haber dicho: Mi madre no tendría miedo en estas circunstancias.
3. Necesitamos madres que sean mujeres de fe. ¿Estás enseñando a tus hijos
a poner su confianza en el Señor?
Es necesario que en esta hora se levanten las Jocabed de Dios para decirle a
Satanás que no le van a dejar a sus hijos en sus manos, ¿cuál madre pondría a su
hijo en las manos de un asesino? Satanás es el asesino más grande de todos los
tiempos, Jesús lo describe diciendo: “El ladrón no viene sino para hurtar y matar y
destruir” (Juan 10:10). El poder maléfico de este ladrón es incuestionable, ¿cómo
podemos dejarle en sus manos a nuestros hijos, nuestras familias?
Jocabed decidió luchar, pelear aquella batalla y Dios la respaldó. Dios estaba en el
asunto, Él está interesado en nuestros hijos, en nuestra familia. Ésta es una
batalla que tenemos que pelear por la fe y al lado del Señor. No importa cuánto se
tenga que luchar, arriesgar, sufrir, no se puede dejar en las manos de Satanás a
nuestros hijos, la fe en Dios vence al mundo y sus poderes (1 Juan 5:5).
4) No podemos decir que el éxito de Jocabed era porque ella vivía en un mundo mejor que el
de nosotros.