Formacion Ciencias de La Tierra 5to Año

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REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN

UE. ARQ. MONS. JUAN HILARIO BOSSET

AREA DE FORMACION: CIENCIAS DE LA TIERRA

DOCENTE: YERIKA PARRA

ACTIVIDAD DE FORMACION

LAS CIENCIAS DE LA TIERRA Y SUS IMPLICACIONES

Nuestro planeta es sorprendente y activo, con cambios permanentes por doquier, un


planeta que ha brindado condiciones inmejorables para que la especie humana proliferara y fuera
capaz de agregar valor a los recursos naturales, a través de su trabajo, su ciencia y su tecnología.
La Tierra está viva y en constante interacción, y esto la humanidad apenas lo está empezando a
entender. Es imperioso que lo haga para garantizar un vivir bien en armonía con el planeta con
prosperidad para todos. Las Ciencias de la Tierra hacen uso de métodos, técnicas y conocimientos
aportados por varias disciplinas científicas, que contribuyen a descifrar los misterios e
interrogantes acerca del planeta.

En algunos países, e incluso en el nuestro, se las llama Geociencias para destacar en forma
más breve que son varias ciencias cuyo objeto de estudio es la Tierra. El conocimiento de un
objeto complejo como la Tierra, y de los cambios que en ella se han producido a lo largo de los
tiempos, no es campo de acción exclusivo de una determinada ciencia, son muchas las que tienen
en común al planeta como centro de sus intereses. Estudiarla por partes, por aspectos y campos
de investigación, ha sido de gran ayuda a lo largo de la historia de la humanidad. Sin embargo,
esto ya dejó de ser así, es decir, todas aquellas disciplinas científicas que estudian la Tierra; su
estructura; su composición; sus recursos y materiales; su morfología y su funcionamiento; su lugar
en el espacio; su relación con los demás astros del Universo; su pasado; cómo y cuánto ha
cambiado; su evolución y cómo será en el futuro; entre otros muchos temas.

Este conjunto de disciplinas que estudian la estructura interna, la morfología superficial e


interna y la evolución de nuestro planeta, trabajan aunada con la geofísica, la geoquímica, la
geología, la sismología, la climatología, la meteorología, la pedología, la hidrología, la
geomorfología, y otras muchas. Estas ciencias no pueden ser consideradas como ciencias
“terminadas” ya que están en constante evolución, y a su vez suelen ser interdisciplinarias, dado
que estudian un mundo complejo y dinámico, cuyas características no pueden considerarse
aisladas de su propio medio.

Estudiar la Tierra nos coloca en la posición de conocer un vasto espacio de dimensiones


enormes. Analizar cualquiera de las magnitudes físicas de la Tierra, demanda estar preparados
para manejar cifras considerables. Esto acarrea dificultades prácticas para realizar los cálculos y
operaciones que se necesitan a fin de estudiar algunas variables físicas de la Tierra. Por esta razón,
las Ciencias de la Tierra a menudo utilizan procedimientos que hacen posible representar los
macrofenómenos terrestres en forma más manejable e incluso amigable para favorecer la
fidelidad de sus representaciones sin perder el rigor necesario.

Por esto, muchas magnitudes se expresan con la notación científica basada en potencias
de diez (10n) para manejar cifras con un número de dígitos reducido y comparar más fácilmente
magnitudes entre sí. Por ejemplo, la magnitud masa de la Tierra se expresa 5,9 x 1024 kg, en lugar
de escribir 5.973.600.000.000.000.000.000.000 kg que es una cifra que por sí sola resulta
complicada de escribir y más aún de comprender.

En ocasiones, se hace uso de los múltiplos de las unidades establecidas en el Sistema


Internacional de Medidas (SI). Por ejemplo, para expresar la temperatura de un cuerpo, el SI indica
el uso de la unidad Kelvin (K). Si necesitamos expresar, digamos, las temperaturas del Universo en
el primer segundo de su formación, las cuales eran tan altas que debieron rondar los 1010 K.
Podemos entonces hacer uso del múltiplo más cercano a este orden. Podría ser el múltiplo giga (G)
y expresar el dato como 100 GK que se lee cien giga Kelvin. Si usamos el múltiplo Tera (T) la
expresión de esta temperatura sería 0,1 TK que se lee cero coma uno Tera Kelvin.

Por otra parte, así como en las Ciencias de la Tierra se trabaja con magnitudes enormes,
también necesitamos unas pequeñísimas, porque el comportamiento del mundo micro es
definitorio para lo que ocurre a escalas mayores. Por ejemplo, el fenómeno de la radiactividad
ocurre a nivel del núcleo atómico de ciertos elementos químicos que se desintegran en forma
natural y a una tasa constante. Esta propiedad es utilizada para determinar la edad de formación
de las rocas que poseen minerales radiactivos. La edad se calcula por la cantidad del mineral
original radiactivo y la cantidad del isótopo generado.

Esto supone tener que trabajar con fenómenos que ocurren en el mundo de lo muy
pequeño como es el núcleo atómico y sus partículas, y con magnitudes muy pequeñas como la
masa y la cantidad de materia de tales isótopos. Al igual que las grandes dimensiones, las muy
pequeñas tienen las mismas complejidades para su manejo. En estos casos, también resulta
práctico usar la notación científica y trabajar con los submúltiplos de las unidades indicadas en el
SI. Por último, cuando el uso de las unidades fundamentales del SI resulta inconveniente porque el
fenómeno a describir es de magnitudes muy grandes o demasiado pequeñas, también existe la
posibilidad de usar unidades más apropiadas a la naturaleza del fenómeno.

Un ejemplo de esto lo tenemos en el Universo, donde usar la unidad de medida km para la


distancias no resulta práctico, aunque usemos potencias de diez y apelemos a los múltiplos. Las
distancias en el Universo son enormes y, como verás más adelante, el mismo está en expansión.
Frente a esto, la comunidad científica ha ido proponiendo nuevas unidades, que se han convertido
en convenciones de aceptación general. El año luz (a.l.) y la unidad astronómica (ua) son dos
buenos ejemplos para explicar lo que queremos decir.

Del mismo modo, esta área estudia fenómenos en una escala que oscila entre rangos de
valores de tiempo de gran extensión y de corta duración, el estudio de estos eventos también va a
permitir revelar una característica importante, que nos habla de la naturaleza activa y dinámica de
nuestro planeta. Los fenómenos terrestres ocurren permanentemente. Esta dinámica no se
detiene, y se clasifican en fenómenos atmosféricos, fenómenos geológicos y fenómenos
hidrológicos.
Hay que destacar que continuamente se están produciendo procesos de transformación,
algunos de los cuales son tan lentos y graduales que la escala de vida humana no es suficiente para
preciar sus consecuencias. Por ejemplo, el relieve se erosiona día a día aunque no lo podamos
apreciar directamente. La evidencia de tal desgaste se puede constatar en la cantidad de
sedimentos que llevan los ríos. En otras ocasiones, podemos apreciar las transformaciones
ocasionadas por los fenómenos naturales, pero sus consecuencias se han hecho tan habituales
para las personas que prácticamente las pasan por alto. Ejemplo de este tipo de fenómenos los
tenemos en la lluvia, el viento, las mareas, la sucesión de los días y las noches y las estaciones,
entre otros.

Junto a estos fenómenos, se presentan eventos súbitos sin que podamos tomar
previsiones ante su inminente aparición, sus transformaciones las podemos constatar en forma
inmediata y en algunas oportunidades pueden representar verdaderas catástrofes porque su
fuerza transformadora ocasiona daños e incidencia desastrosa para las actividades humanas y su
infraestructura. Lo relevante del aporte de las Ciencias de la Tierra a este respecto consiste en el
conocimiento de que el planeta es un objeto vivo en constante actividad y cuyo proceso de
formación aún está incompleto. Si este conocimiento es compartido por toda la población y por la
sociedad en su conjunto, las actividades económicas, sociales y ambientales se harán conforme a
su naturaleza y en armonía con la esencia del planeta

El sentido humanista, se puede llegar a ser una herramienta fundamental para la creación
de una cultura preventiva y solidaria con el planeta; para contribuir a establecer modelos
económicos racionales, no depredadores y sostenibles, todo lo cual redundará en la mejora de las
condiciones de vida de la sociedad mundial y allanará el camino de la lucha contra la pobreza,
porque son los habitantes más pobres los más vulnerables frente a eventos propios de la dinámica
terrestre.

También, consiste en la localización en el espacio terrestre de los fenómenos que estudia.


La necesidad de delimitar espacialmente cualquier hecho de interés, ha exigido la determinación
de la posición de las cosas con confiabilidad. Para lograrlo, se necesita tener un marco de
referencia útil y que no se preste a ambigüedades, de forma que no induzca a errores. La geodesia
es una de las Ciencias de la Tierra que se encarga de estudiar este aspecto. A lo largo de la historia
se han usado diversos sistemas que proporcionan coordenadas para ser usadas como puntos de
referencia. Pero ello implica algunas dificultades porque la superficie verdadera de la Tierra es
única, con irregularidades y curvatura, mientras que los sistemas de referencia proporcionan
superficies que se aproximan a ésta, sin reproducirla completamente, lo cual genera algunas
distorsiones para la determinación de las distancias horizontales y los desniveles de altura.

Así mismo, se han utilizado diversos modelos y representaciones gráficas como esferas y
mapas, que en los últimos tiempos han experimentado un importante salto tecnológico en el
campo de la fotografía aérea y satelital. El presente y el futuro de la geodesia, la cartografía, la
fotogrametría conllevan nuevas formas de hacer los mapas con el apoyo de los Sistemas de
Información Geográfica (SIG), lo cual redunda en una gran precisión que enriquece enormemente
el trabajo de posicionamiento de los fenómenos en el territorio, su análisis y su interpretación
para la gestión de sus resultados
Es de suma importancia saber cuáles son los equipos que se utilizan en esta área la brújula
para la orientación adecuada y ciertas mediciones como el rumbo y buzamiento de rocas; cinta
métrica para hacer mediciones de espesores y distancias; libreta de notas para el registro de los
datos levantados en sitio; lupa de bolsillo 20X o más, para magnificar objetos y superficies a
observar; GPS para el posicionamiento de estructuras, localización de hitos georeferenciados y
nuestra propia ubicación, altura y otras variables de interés; cámara fotográfica; reactivos como
ácido clorhídrico y agua oxigenada para la determinación de carbonatos y materia orgánica
respectivamente; mapas con la cartografía básica de la región a estudiar; herramientas como
martillo, cincel, mandarria, palas, barrenos, entre otros, el trabajo sistemático.

Es evidente que no podemos cuidar lo que desconocemos y, en este sentido, conocer


nuestro planeta es clave para protegerlo y mantenerlo en condiciones adecuadas para disfrutar
sus potencialidades y garantizar que las futuras generaciones también puedan desarrollarse
plenamente en él. Se trata de un compromiso de todas y todos sus habitantes. El papel de un es el
de proporcionar conocimientos fundamentales para el bienestar general de la población, en la
medida que comprendamos la importancia de los temas que aborda y sus implicaciones sociales,
económicas y ambientales, más aún cuando los problemas vinculados con el delicado equilibrio
planetario han adquirido especial relevancia.

A su vez, determina su impacto en el desarrollo humano, la gestión del territorio y de los


recursos de un país con características geológicas y geofísicas como el nuestro, requiere también
del desarrollo óptimo de la investigación y de aplicaciones de las diferentes disciplinas que
conforman las Geociencias.

Hay que destacar, que se debe ampliar la comprensión pública del destino del planeta y el
futuro de la especie humana. Esta comprensión es incompleta, si no se logra que todas y todos
desarrollemos la capacidad para evaluar, con juicio crítico, los problemas más acuciantes y
asumamos que son temas que nos conciernen, y pueden llegar a influir sobre el curso de las
acciones para lograr el imperativo ético de salvar al planeta y preservar la especie humana.

Finalmente, el mayor de los retos para las Ciencias de la Tierra reside en la reconstrucción
del pasado del planeta bajo condiciones no vistas en la actualidad. Sabemos que la Tierra antigua
era muy distinta a la de hoy. No obstante, para las Geociencias la comprensión del pasado,
contando con la presencia de los mismos procesos que tienen lugar en el presente, constituye la
base primordial para pronosticar cómo las condiciones del futuro pueden llegar a cambiar. Su
aporte en este sentido es de enorme valor para encontrar respuestas a los problemas
fundamentales que enfrenta la humanidad en nuestro tiempo y los que se tendrá que confrontar a
futuro.

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