Psicologia Humanista Oficial

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1º H

PSICOLOGÍA
HUMANISTA
Historia, Ciencia y Profesión

Patricia Tejero Sacristán


Diana Suñer Quesada
Marina Muñoz Sánchez
Lucía Moreno Molina
PSICOLOGÍA HUMANISTA
Desde hace cinco décadas, la Psicología Humanista ha ido
penetrando en forma muy significativa en los medios académicos, tanto
de pregrado como de postgrado, a nivel teórico como a nivel práctico.
Primero lo hizo más bien como protesta y alternativa de las dos
corrientes clásicas en psicología: el psicoanálisis y el conductismo;
después, presentando una visión integral, coherente y lógica, de la rica y
compleja dotación del ser humano. Esta visión integral se ha ido
consolidando con una firme fundamentación epistemológica de su
enfoque y con el desarrollo y estructuración de metodologías y técnicas
apropiadas y sensibles a lo más específicamente humano, como es la
libertad, la conciencia, la creatividad, los valores y los sentimientos.

Este marcado enfoque epistemológico y metodológico llega hasta el


punto de constituir un nuevo paradigma psicológico. Esto es debido a
la convicción de que las diferencias entre las diversas orientaciones de la
psicología actual arrancan de fuertes divergencias de naturaleza
epistemológica y que sólo partiendo de esa base se puede llegar a una
mayor unificación de la disciplina psicológica.

1. La “Tercera Fuerza” en Psicología


Durante la primera mitad del siglo XX, la Psicología caminó en dos
direcciones notablemente diferentes e incomunicadas. Por un lado, la
orientación conductista, objetivista, mecanicista y positivista. Por el otro,
el grupo de psicologías que se originaron con Freud y el Psicoanálisis. Sin
embargo, estas dos corrientes tenían como denominador común un
principio básico sobre la naturaleza del hombre que influirá el marco de
referencia conceptual y los métodos de investigación e interpretación de
los hallazgos consiguientes: el determinismo. Si para los unos la
conducta era interpretada como un proceso automático y casi-mecánico,
estimulado por el medio ambiente exterior (enfoque reactivo), para los
otros era un producto desencadenado por impulsos internos
(enfoque reactivo en profundidad).

El modelo metodológico físico fue ya considerado como inadecuado


en la década del 50 por insignes físicos como Heisenberg (1974) y
Oppenheimer (1956), quienes aconsejaron a los psicólogos no modelar su
ciencia sobre una Física ya superada e incapaz de ayudar a entender los
fenómenos psíquicos, en los cuales la mente humana entra como objeto y
como sujeto del proceso científico, y le señalaron la conveniencia de
abogar por un pluralismo en metodología que incluyera métodos
naturalistas y descriptivos.
Estimulada e insatisfecha ante esta serie de incongruencias, ha
nacido y se ha desarrollado una "Tercera Fuerza" en
Psicología, la Psicología Humanista, que presenta diferentes facetas: de
protesta, de desafío, de complemento, de extensión o de alternativa de
las otras dos corrientes, la Psicología Conductista y el Psicoanálisis. La
Psicología Humanista acepta los modelos y analogías de las otras dos
corrientes como guías legítimas para ciertas áreas de investigación, pero
no los considera como una descripción adecuada de los seres humanos y
menos soporta que sean elevados a la categoría de dogmas, como fre-
cuentemente lo han sido.

El movimiento humanista, más que una Escuela, es una nueva


orientación hacia la Psicología, un modo de pensar sobre el hombre y
toda la empresa científica que modifica la imagen que tenemos de los
seres humanos y libera a la Psicología de varias restricciones artificiales
que le impusieron teorías que ahora aparecen como superadas. No se
puede decir que los proponentes principales de esta orientación –
Abraham Maslow, Carl Rogers, Gordon Allport, Charlotte Bühler, Rollo
May, Viktor Frankl, Wilhelm Dilthey, Edward Spranger, William Stern,
Kurt Lewin, Kurt Goldstein, Gardner Murphy, Erich Fromm, Fritz Perls,
Eric Berne, al igual que un gran número de otros psicólogos actuales–
tengan una ideología básica común, pero tanto ellos como los demás
psicólogos humanistas simpatizan o comparten muchas posiciones
sostenidas por la Psicología de la Gestalt, la Psicología Adleriana, la
Junguiana, la Neo-Freudiana, la Psicología del Yo, la Fenomenológica, la
Existencial, la "Self-theory", la Transaccional y la Proactiva.

Siguiendo e integrando las ideas de la Asociación de Psicología


Humanista, podemos señalar cuatro características como las más
típicas en los autores más representativos de esta orientación
psicológica:

1. Una atención centrada en la experiencia humana consciente como


fenómeno primario ineludible al estudiar al ser humano. Las explicaciones
teóricas y la conducta externa son consideradas como posteriores y
secundarias ante la experiencia misma y ante la significación de ésta
para la persona.

2. Un énfasis en cualidades tan profundamente humanas como la


elección, la creatividad, la valoración y la auto-realización, en cuanto
opuestas a un pensar sobre los seres humanos en términos mecanicistas
y reduccionistas.

3. Fidelidad al "significado y valor" cuando se eligen los problemas de


estudio e investigación, y oposición al énfasis que se pone en la
objetividad metodológica a expensas de la significación.
4. Especial aprecio por la dignidad y valor del ser humano e interés
en el desarrollo del potencial inherente a cada persona.

Charlotte Bühler comparte la prioridad de estas características, pero


suele hacer énfasis especial en "el estudio y comprensión de la persona
como un todo" –actitud holista– y en la relación que la Psicología Huma-
nista tiene con el Existencialismo, como base filosófica subyacente, y
particularmente en la experiencia de la intencionalidad como "parte más
íntima de la persona y de su motivación". La intencionalidad, que tanta
relevancia ha tenido desde Franz Brentano para acá, es efectivamente
una nota distintiva de la orientación humanista. Sin el conocimiento de
los valores, metas y propósitos que animan la conducta humana, ésta
permanecería siendo siempre un misterio. Frecuentemente nos revela
menos el conocer lo que una persona hace que el porqué lo hace.

2. Metodología Científico-Humanista
En cuanto a la metodología científica, la Psicología
Humanista insiste, además, en que el estudio debe estar más centrado
en los problemas y menos concentrado en los medios y métodos. Poca
utilidad tendría el uso de un método muy "objetivo" si el problema
estudiado carece de importancia en la vida humana. Los medios no deben
prevalecer sobre los fines, sino estar supeditados a éstos.

En segundo lugar, los problemas humanos no pueden ser tratados


adecuadamente manejando simples abstracciones, palabras y conceptos,
como suelen hacer los intelectuales con mucha frecuencia. Es necesario
llegar a la experiencia real originaria, que es el proceso humano
básico del cual depende toda operación de la ciencia.

En tercer lugar, el ser humano es una unidad irreductible; cada


una de sus "partes" está relacionada con todas las demás. La
coordinación e interacción mutua de los procesos no permite aislarlos sin
que pierdan su naturaleza, su relevancia y su significado. Haciéndolo,
tenemos sencillamente otra cosa. Por esto, es necesario aprender la gran
lección de la Psicología de la Gestalt, la cual nos muestra que "el todo
contiene propiedades que no se encuentran en la suma de las partes". De
aquí, la necesidad de una metodología holista, que sea a la vez cientí-
fica y profundamente respetuosa de la naturaleza humana.

En esta línea de prioridades, los métodos de investigación deberán


ser fieles a la naturaleza del objeto estudiado, por profunda y compleja
que sea. La metodología deberá crearse, si es necesario, adaptarse y
estar en función de su objeto y jamás podrá sacrificarse la naturaleza del
objeto a una metodología prestada y más fácil de aplicar, hecho del
cual la Historia de la Psicología nos ofrece abundantes ejemplos.

Finalmente, señalamos que muchos psicólogos humanistas se


consideran a sí mismos como opuestos al Conductismo y al Psicoanálisis,
considerando esta característica casi como una autodefinición. Abraham
Maslow, padre de la Psicología Humanista, tiene a este respecto un
pensamiento muy diferente. Él consideraba la orientación
humanista como "una estructura supraordenada más amplia" que puede
dar cabida al Conductismo, al Psicoanálisis y a otras posiciones en
Psicología. Maslow se oponía a las dicotomías (pro-freudiano o anti-
freudiano, pro-conductista o anti-conductista, etc.). Él decía de sí mismo:
"yo soy freudiano y soy conductista y soy humanista..." Lógicamente,
esta posición es un señalamiento y un programa de acción para las
futuras investigaciones psicológicas: su trabajo debe orientarse hacia el
estudio de la complementariedad de los diversos enfoques. La Psicología
Humanista desea abarcarlos e integrarlos todos en una visión del ser
humano más amplia, para lo cual adopta un paradigma epistemológico
sistémico.

Diferentes representantes de las ciencias que se relacionan con el


comportamiento humano (psicología, pedagogía, antropología, sociología,
historia, economía, ciencia política, etc.) claman por una nueva
metodología para el estudio de sus fenómenos.

En efecto, el concepto tradicional de ciencia y su método, parece


constreñir y aprisionar nuestro pensamiento cuando trata de comprender
la conducta humana. Se necesitaría, por lo tanto, un sistema lógico, una
metodología ágil y flexible capaz de adaptarse y captar la estructura de
las vivencias profundas que se dan en el ser humano y que dan razón de
ser de su comportamiento externo.

En muchos aspectos, el elemento diacrítico que se da entre la Psi-


cología Humanista y las otras orientaciones psicológicas es de orden me-
todológico. La orientación humanista se ubica en el problema que se
debe estudiar y en el pleno respeto a su naturaleza (el ser humano como
persona); las otras orientaciones han estado más centradas en
sus técnicas metodológicas, las cuales han sido consideradas como
la única vía para lograr algo confiable.

La idolatría del método proviene de los grandes resultados que su


uso ha proporcionado en el campo de las ciencias naturales; pero estos
beneficios no se pueden atribuir al método en sí, sino a su alto nivel
de adecuación al objeto de estudio de las ciencias naturales, que es, más
bien, pasivo y estático.
Por otra parte, la adecuación anterior sería, en cambio, ínfima en
relación con el objeto de estudio de la psicología (vida psíquica íntima y
su correspondiente manifestación externa) y, en general, con el objeto
que estudian todas las ciencias humanas.

La historia muestra que lo que ayer nos asustaba por considerarlo


revolucionario, hoy se considera sólo una buena intuición, mañana llega
ser una doctrina anticuada y poco después será juzgada como represiva y
hasta pura superstición. Según la primera edición de la Enciclopedia
Británica, el flogisto era "un hecho demostrado", según la última edición,
"el flogisto no existe"; al astrónomo Hubble le dieron el Premio Nobel por
ciertos hallazgos sobre el comportamiento de las galaxias, pero años
después se lo dieron a otro astrónomo por demostrar prácticamente lo
contrario. Ésa la vida de nuestra ciencia, y es natural y lógico que así
sea.

Por esto, no deja de ser lamentable la conducta de muchos inves-


tigadores cuyo ciclo de vida intelectual, tanto en la ciencia como en
metaciencia, se asemeja, más bien, –como ironiza Maslow– al
comportamiento de los corales marinos: mientras son jóvenes nadan
libremente en el océano, pero más adelante se vuelven sedentarios y se
calcifican; así viven seguros en su nicho. La tradición científica ofrece
también un nicho tranquilo y pacífico a los investigadores que han
aceptado sumisamente los cánones metodológicos consagrados por ella.

3. Un nuevo paradigma para la comprensión


del hombre

El progreso de la ciencia, y en general, del conocimiento, implica


bastante más que una gradual acumulación de datos, hechos y
técnicas científicas. Quizá, la psicología, en su orientación positivista y
experimentalista, haya pecado gravemente en este sentido. La riqueza de
hechos no es necesariamente una riqueza de pensamiento. Necesitamos
encontrar el método para organizar y estructurar ese material en
poderosas síntesis teóricas y no quedarnos perdidos en una inmensa
masa de datos inconexos y dispersos. Aunque es cierto –como afirma
Kuhn (1978)– que en cada época una comunidad científica adopta
un paradigma determinado, es decir, un cuerpo de creencias,
presupuestos, reglas y procedimientos que definen cómo hay que
practicar la ciencia, no es menos cierto que un paradigma se impone a
otro en la medida en que ofrece una respuesta a la crisis reinante y
demuestra mayor capacidad de resolver los problemas importantes que
vive esa comunidad.

En el caso de la psicología, el paradigma con que ha laborado hasta


ahora, ha alcanzado los límites de su utilidad en muchas áreas y se im-
pone la necesidad de hallar otro. No obstante, estamos en un período de
transición en el que las insuficiencias del paradigma usado son patentes,
pero no es clara la articulación del nuevo paradigma que deberá
sustituirlo. Sin embargo, por nuestra parte, hemos realizado un gran
esfuerzo para colaborar en dicha empresa, por medio de nuestra obra El
Paradigma Emergente: hacia una nueva teoría de la racionalidad
científica, 1ª edic. Gedisa, Barcelona, 1993; 2ª edic. Trillas, México,
1997.

La lucha entre paradigmas es siempre muy aguerrida. En general,


siempre se acusa al nuevo paradigma, que busca estatus y aceptación,
de no ser "científico", lo cual equivale a acusarlo simplemente de no
aceptar los criterios y reglas de "cientificidad" establecidos, es decir, de
no ser como el anterior. Es lógico que si es otro paradigma, tiene que ser
y presentarse en forma diferente. Por otro lado, ningún paradigma puede
defenderse a sí mismo con base en los criterios sobre los que se funda,
ya que se apoyaría en una argumentación circular. Por ello, el debate
debe centrarse en la ponderación de los criterios.

Con la aparición del psicoanálisis surgieron ejemplos muy claros de


esto; se le acusaba de no ser "científico", a lo cual respondían algunos
psicoanalistas diciendo que "la ciencia no era psicodinámica". Se dieron
con igual frecuencia muchos casos en el campo de las ciencias
socioeconómicas en los países socialistas, donde se acusaba a los
teóricos disidentes de ser "anticientíficos" en esa área, porque iban
contra la visión social y económica aceptada y sostenida por los líderes
de la comunidad.

Ante todo, hay una realidad que consideramos concreta y evidente:


que todo ser humano está ubicado en un tiempo y un espacio
determinados y que es el resultado de una historia personal, familiar,
social y cultural única e irrepetible. Este hecho hace que el individuo vea
las cosas desde un punto de vista que no coincide totalmente con el de
ningún otro ser humano.

En la conciencia de esta realidad está claramente implícito


cierto perspectivismo, es decir, que cada uno de nosotros tiene un punto
de vista del universo, que la realidad se compone de innumerables
puntos le vista, y cada individuo y cada época escoge solamente aquel o
aquellos que se acomodan más a su capacidad receptiva, y que es
absurdo pretender la posesión gnoseológica absoluta de la realidad:
nadie posee un "ojo de Minerva" o está dotado del "ojo de Dios".

Así pues, es fácil detectar que hay cierto intento de obligar a la


naturaleza a que encaje dentro de unos límites preestablecidos y relati-
vamente inflexibles, y a los fenómenos que no encajan en ellos
frecuentemente ni siquiera se les considera.
Mario Bunge, en su obra La investigación científica (1975), dice
que la psicología y la sociología, a pesar de su enorme acervo de datos
empíricos y generalizaciones de bajo nivel, siguen considerándose aún en
un estadio subdesarrollado porque no abundan en teorías lo sufi-
cientemente amplias y profundas como para dar razón del material
empírico disponible. Pero en ése como en otros departamentos de la
investigación, la teorización se considera frecuentemente como un lujo, y
no se admite como ocupación decente más que la recolección de datos, o
sea, la descripción. Y esto hasta el punto de que está de moda en esas
ciencias oponer la teoría (como especulación) a la investigación
(entendida como acarreo de datos). Esta actitud paleocientífica, sos-
tenida por un tipo primitivo de filosofía empirista, es en gran parte
la causa del atraso de las ciencias humanas. En realidad, ese punto de
vista ignora que los datos no tienen sentido ni pueden ser relevantes más
que en un contexto teorético, y que la acumulación al azar de datos, e
incluso las generalizaciones que no son más que condensaciones de
datos, son en gran parte pura pérdida de tiempo si no van acompañadas
por una elaboración teorética capaz de manipular esos resultados brutos
y de orientar la investigación (pp. 413–416; cursivas nuestras).

Examinando diferentes tipos de investigaciones se puede constatar,


lamentablemente con cierta frecuencia, que medir y contar son, algunas
veces, sustitutos del pensamiento, y que quien se centra precipitadamen-
te en la acumulación de datos no tiene tiempo o preparación para ser
crítico. Por esta razón, solía decir Einstein que la ciencia consistía en
crear teorías: "Ideamos una teoría tras otra –decía–, y lo hacemos
porque gozamos comprendiendo..., reduciendo los fenómenos, por un
proceso lógico, a algo ya conocido o (en apariencia) evidente" (1950). Es
natural que cuanto más alto queramos que suba el edificio de la ciencia,
más profundos y sólidos deberán ser los cimientos en que se apoya.

4. Características del paradigma científico-


humanista

Los principales representantes de la Psicología Humanista están de


acuerdo en que los puntos más significativos que debieran distinguir o
sobre los cuales se debiera construir un paradigma científico y
humanista para la Psicología pudieran ser los siguientes:

1. Reconocer, ante todo, la prioridad de la experiencia


inmediata. Esta experiencia tiene prioridad por su original inmediatez,
porque la vivimos y experimentamos antes de cualquier con-
ceptualización y aparición de significados, porque es el modo
fundamental en que se nos ofrece el mundo y porque es el fenómeno
básico para toda clase de actividades, incluyendo la misma ciencia.
2. Comprensión de la naturaleza de la conciencia y de la
conducta. El considerar la conciencia y experiencia interna como
fenómenos irrelevantes o secundarios más que soluciones son evasiones.
Husserl enfatiza la importancia de la conciencia por su principal
característica: la intencionalidad; es decir, "toda conciencia es conciencia
de algo", está dirigida hacia algo, hacia un objeto, el objeto intencional,
que es el que le da su sentido, su significado.

3. Adopción de un enfoque inicialmente descriptivo. De esta


forma, permitiremos al fenómeno que hable por sí mismo y en su
apariencia podrá revelar algo que no está plenamente patente o incluso
algo que se mantiene escondido a la observación normal. En este sentido
se dice que los fenómenos tienen "significado", "sentido" o "dirección",
porque provienen de algo y se refieren a algo que está más allá de lo que
"es dado". Este enfoque es también la mejor vía para distinguir y
diferenciar lo que ofrece el fenómeno de por sí y lo que le añade el ser
humano, pues toda persona es a la vez un "receptor" y un "dador" de
significados. El significado del fenómeno es el resultado de un proceso, la
resultante de una interacción, un diálogo o una dialéctica entre el sujeto
y el mundo.

4. Máxima relevancia a los presupuestos. La razón principal de poner


gran atención en los presupuestos es el hecho de que la Psicología no se
apoya en sí misma. La Filosofía fenomenológica se preocupa mucho de
describir lo que "aparece" precisa y exactamente como aparece. Para esto
utiliza la técnica de la reducción –epoché– y trata de poner entre paréntesis
todo conocimiento previo relacionado con el objeto y, sobre todo, los
presupuestos y los prejuicios. Pero éste es un ideal imposible de alcanzar en
forma completa. Por esto, si no se puede trabajar sin presupuestos, lo
mejor será clarificar bien los que se tienen; es decir, ser plenamente cons-
cientes de la perspectiva u óptica con que se mira, del enfoque que se
adopta y de la intención con que se trabaja.

5. El objeto de estudio necesita también una clarificación de acuerdo a


las siguientes puntualizaciones: es necesario entender lo presente para
descubrir el contexto. Se pone el énfasis en el descubrimiento y
comprensión de lo que está presente, de lo que es actual y real en el mo-
mento, para que después, por medio de la descripción, se llegue a
descubrir la estructura de la situación como un todo, en sus relaciones,
contexto y significado.

6. La inevitable presencia del científico en la ciencia. Esta presencia


ha sido tenida en cuenta muy poco. Se ha creído que puede haber una
presencia "neutra". Esto no es siquiera cierto en la Física (Oppenheimer,
1956). Los métodos "objetivos" no eliminan la presencia del investigador,
sino que simplemente lo hacen presente de otra forma. Se parte del
presupuesto que el enfoque objetivo es mejor que cualquier otro; pero,
podemos preguntarnos: ¿para qué fin o con qué intención?

La situación del laboratorio es una situación artificial.


Efectivamente, el investigador es el que la crea: selecciona el equipo,
define las variables, elige los estímulos, determina el número de sujetos
y los procesos para analizar los datos, etc. De esta forma, la situación de
laboratorio es un artefacto humano.

5. Conclusiones
El enfoque científico-humanista se puede caracterizar como:
centrado en el significado, la descripción, las diferencias cualitativas, el
proceso de clarificación y diferenciación progresiva, la investigación de
las relaciones intencionales, el trato de los fenómenos humanos con un
sentido humano y con un estilo humano, la articulación de los fenómenos
de la experiencia y la conducta en el contexto de una concepción más
amplia de la naturaleza, dando prioridad a la vida real y a la relación
hombre-mundo y teniendo en cuenta la presencia e implicación del
científico.

Considerando las últimas características de este paradigma, es


lógico concluir que la determinación de las variables que entran en juego
en una situación concreta no podrá ser realizada
completamente antes, sino, más bien, durante o después de la
investigación. Esto señala, igualmente, que aunque la
Psicología científico-humanista no es empirista o positivista, sí
es empírica (basada en la experiencia) y positiva (afirma la realidad).

Si tuviéramos que sintetizar en breves expresiones


las contribuciones que la Psicología Humanista ha dado al pensamiento
psicológico actual, podríamos señalar, entre otras, algunas de las
principales que Wertz (1998, pp. 46-47) enfatiza: la introducción de una
tradición histórica relevante, como la griega y la renacentista, en la
psicología moderna, y un fructífero diálogo con las humanidades; una
sólida y bien fundamentada crítica de las corrientes imperantes en
psicología (conductismo y psicoanálisis) que, debido a ello, han ido
atemperando sus viejas posiciones radicales; la inclusión de los aportes
del existencialismo y la fenomenología; nuevas orientaciones y
procedimientos psicoterapéuticos; nuevos tópicos de investigación: como
el cambio, el crecimiento, la salud, la auto-percepción, los valores, la
creatividad, el amor, el sentido de la vida y de la misma muerte;
principios teóricos, como el significado, la libertad, la intencionalidad, la
auto-realización y otros; y todo ello dentro de una marco teórico y
epistémico más comprehensivo y enraizado en una nueva y sofisticada
filosofía y teoría de la ciencia (paradigma sistémico), y respaldado por
una rigurosa y original metodología de la investigación (métodos
cualitativos) más fiel y sensible a las características peculiares que mejor
distinguen a los seres humanos.

Y, en una visión más amplia y comprehensiva, pudiéramos decir


que el movimiento humanista ha ido logrando a nivel mundial una serie
de "frutos" de amplísima repercusión, tanto a nivel de derechos
humanos, del niño, de la mujer, como a nivel de acuerdos políticos, de
desarme, de comercio y reducción del colonialismo, entre otros.

REPRESENTANTES
- GORDON W. ALLPORT (1897-1967). Publica, en 1937 el que fue una de sus
más interesantes obras acerca de la personalidad, en una voluminosa obra:
“Personalidad: Una interpretación psicológica.”

- CARL R. ROGERS (1902-1987). Desarrolló lo que él primero llamó


<<terapia no directiva>>, a la que después llamaría <<terapia centrada en
el cliente>>. En 1961, publica: “El proceso de convertirse en persona. Mi
técnica terapéutica.”

-ABRAHAM H. MASLOW (1908-1970). Sus obras más conocidas son:


“Motivación y personalidad”, en 1954. “El hombre autorrealizado”, 1962.
(Uno de los libros más leídos de psicología.)

- GEORGE A. KELLY (1905-1967). Pionero de las teorías cognoscitivas de


acercamiento a la personalidad. “La psicología de los constructos
personales”,1955.

Ahora, hablaremos más detalladamente de cada uno de estos autores, los


cuales fueron unos de los representantes más significativos de la Psicología
humanista.

Lo haremos según el orden expuesto anteriormente. Así, comenzaremos


con:
GORDON WILLARD ALLPORT
Gordon W. Allport (11 de noviembre de 1897, Montezuma, Indiana -
9 de octubre de 1967, Cambridge, Massachusetts). Fue un psicólogo
estadounidense. Ha contribuido enormemente al desarrollo del estudio de la
personalidad dentro del mundo de la psicología.

Según Allport, es muy importante para la psicología


el hecho de que cada hombre es único y diferente a los
demás (Tanto por la organización de sus procesos
mentales como por su sistema nervioso). Su teoría de la
personalidad, se enfoca sobre el adulto “en sí mismo”, más
que en la niñez o las experiencias y emociones infantiles.
En sus actos, el hombre demuestra la posibilidad de
responder de manera flexible, es decir, de diversas
maneras, ante situaciones a veces parecidas. También
puede elegir metas y proyectar su vida con cierto grado de
autonomía.

Estas tres son las características que acompañan a la


persona:

-Unicidad

-Flexibilidad

-Autonomía

Parte del análisis de la realidad para encontrar unos “elementos


clave” para que nos expliquen la estructura y, sobre todo, la dinámica del
hombre.

Propone como unidades válidas, para llegar a la individualidad o


unicidad propia de cada persona, no los impulsos, sentimientos, hábitos…,
sino los:

-“Rasgos” o “disposiciones”. Los divide en:

 Los “rasgos” o “disposiciones”, son manifestaciones de la


personalidad como un todo (Y no partes aisladas incapaces de
reconstruirla).

Entendidos, por él, como características comunes a los demás. Esto es


porque, al ser cada rasgo único de cada persona, dice que deberíamos usar
un término propio, sin embargo, esto implicaría complicaciones lingüísticas,
dado que habría que inventar una palabra para cada rasgo de cada hombre.
Así que su solución es, como hemos expuesto antes, usar términos
comunes al describir a una persona.
 Las “disposiciones personales” o “rasgos personales”, la otra forma
en que ha clasificado los rasgos, son unidades peculiares de cada
individuo que explican la consecuencia y armonía de la conducta y
que, descubiertas, aumentan la compresión, predicción y control del
individuo.

Y, Allport, entiende los rasgos como:

<<Sistema neuropsíquico (peculiar al individuo), generalizado y focalizado,


dotado de la capacidad de conectar muchos estímulos funcionalmente
equivalentes y de iniciar y guiar formas coherentes (equivalentes) de
comportamiento adaptativo y expresivo>>

-En función del significado que el rasgo tiene para el entendimiento de la


personalidad se habla de rasgos:

Cardinales. Se considera la característica más importante debido a


que dirige la mayor parte de las actividades y aspectos de la vida de
una persona (conducta). Pero no todas las personas son capaces de
desarrollar este tipo de rasgos, sino que poseen varios rasgos
centrales que dirigen su conducta.

Centrales. Son los rasgos principales del individuo, que caracterizan


su personalidad y además son las más evidentes en su
comportamiento, las cuales van desde 5 a 10 características por
persona.

Secundarios. Son las características menos importantes. La


persona puede mostrarlos, pero de manera poco frecuente, a
diferencia de los anteriores; y afectan al comportamiento en
determinadas situaciones

Así, la definición de rasgo está incluida dentro de la de “Personalidad”:

 La “personalidad” es la organización dinámica en el interior del


individuo de los sistemas psicofísicos que determinan su conducta
y su pensamiento característico, es decir, su forma de actuar y de
pensar. Y ésta es única de cada sujeto.

Los rasgos son esos sistemas psicofísicos definitorios de la


Personalidad, y explican modos genéricos y estilos de
comportamiento.
Las tres unidades primarias de la personalidad son:

-Físico,

-Inteligencia,

-Temperamento.

Además, en su obra domina una concepción estructural del individuo


constituido mediante un proceso de desarrollo o de “llegar a ser”, a través
del cual, el organismo biológico llega a transformarse en persona adulta,
cita el autor. Y es en su desarrollo, cuando adquiere esa estructura: La
personalidad. En cuanto sistema configurado y en proceso de desarrollo.

Por tanto, dice que:

-En la base está el organismo, el físico. Sobre éste se halla primero la


Personalidad; luego, la conciencia (que no abarca toda la personalidad, sino
una porción) abarca el “propium”, éste es, “el sí mismo”. Así que, aquí
vemos como hay ciertos rasgos que son comunes, y otros, sin embargo, los
que integran el propium, individualizan, y así se logra un estilo de vida
característico. Con este concepto, se refiere a la percepción que el sujeto
tiene de sí mismo (Lo que soy, lo que debo ser, lo que quiero ser).

Allport lo emplea para dar cuenta de la integración de las


características que definen al sujeto. Diferenciación y, al tiempo, integración
han conducido a la individualidad personal, que es lo que importa a Allport.

Su definición funcional se convirtió en una teoría del desarrollo por sí


misma. El “Self” (sí mismo) tiene siete funciones, las cuales tienden a
surgir en ciertos momentos de la vida:

1. La Sensación corporal se desarrolla en los primeros dos años de


vida. Tenemos un cuerpo, sentimos su cercanía y su calidez. Tiene
sus propios límites que nos alertan de su existencia a través del dolor
y la injuria, el tacto o el movimiento.

2. La Identidad Propia (del Self; de uno mismo) también se


desarrolla en los primeros dos años de vida. Hay un momento en
nuestra vida donde nos consideramos como entes continuos; como
poseedores de un pasado, un presente y un futuro. Nos vemos como
entes individuales, separados y diferenciados de los demás. ¿Serás la
misma persona cuando te levantes mañana? Claro que sí. Desde
luego, asumimos esta cuestión.

3. La Autoestima se desarrolla entre los dos y los cuatro años de edad.


También llega un momento donde nos reconocemos como seres
valiosos para otros y para nosotros mismos. Esta circunstancia está
íntimamente ligada al desarrollo continuo de nuestras competencias.

4. La Extensión de uno mismo (extensión del Self) se desarrolla


entre los cuatro y seis años de edad. Algunas cosas, personas y
eventos a nuestro alrededor también pasan a ser centrales y cálidos;
esenciales para nuestra existencia. ”Mío” es algo muy cercano a “Mi”
(“yo”) Algunas personas se definen a sí mismas en virtud de sus
padres, esposas o hijos; de su clan, pandilla, comunidad, institución o
nación. Otros hallan su identidad en una actividad: soy un psicólogo,
un estudiante o un obrero. Algunos en un lugar: mi casa, mi ciudad.
¿Por qué cuando mi hijo hace algo malo, me siento culpable?

5. La Auto imagen (imagen de uno mismo) también se desarrolla


entre los cuatro y seis años. Este sería “el reflejo de mí”; aquel que
los demás ven. Esta sería la impresión que proyecto en los demás, mi
“tipo”, mi estima social o estatus, incluyendo mi identidad sexual. Es
el principio de la conciencia; del Yo Ideal y de la “persona”.

6. La Adaptación racional se aprende predominantemente entre los


seis y doce años. El niño empieza a desarrollar sus habilidades para
lidiar con los problemas de la vida de forma racional y efectiva

7. El Esfuerzo o Lucha propia usualmente no empieza hasta después


de los doce años. Sería la expresión de mi Self en términos de metas,
ideales, planes, vocaciones, demandas, sentido de dirección o de
propósito. La culminación de la lucha propia sería, según Allport, la
habilidad de decir que soy el propietario de mi vida; el dueño y
operador.

Carl Rogers
Carl Rogers (1902-1987) es uno de los autores más conocidos del
movimiento humanista. Su método terapéutico, la terapia centrada en el
cliente, o terapia no directiva, parte de la hipótesis central de que el
individuo posee en sí mismo medios para la autocomprensión y para el
cambio del concepto de sí mismo, de las actitudes y del comportamiento
autodirigido. El terapeuta debe proporcionar un clima de actitudes
psicológicas favorables para que el paciente pueda explotar dichos medios.
Dos rasgos principales de la terapia centrada en el cliente:

- La confianza radical en la persona del cliente (paciente).


- El rechazo al papel directivo del terapeuta.
Para Rogers el ser humano nace con una tendencia realizadora que, si la
infancia no la estropea, puede dar como resultado una persona plena:
abierta a nuevas experiencias, reflexiva, espontánea y que valora a otros y
a sí mismo. La persona inadaptada tendría rasgos opuestos: cerrada, rígida
y despreciativa de sí mismo y de los demás.
Rogers insiste en la importancia que tienen las actitudes y cualidades del
terapeuta para el buen resultado de la terapia: las tres principales son
la empatía, la autenticidad y la congruencia.

Rogers quiso comprender y describir el cambio que sufre el


paciente cuando se siente comprendido y aceptado por el terapeuta:

 Se produce una relajación de los sentimientos: de considerarlos


como algo remoto se reconocen como propios y, finamente como un
flujo siempre cambiante.
 Cambio en el modo de experimentar: de la lejanía con que primero
experimenta su vivencia se pasa a aceptarla como algo que tiene un
significado, y al terminar el proceso el paciente se siente libre y
guiado por sus vivencias.
 Se pasa de la incoherencia a la coherencia: desde la ignorancia
de sus contradicciones hasta la comprensión de las mismas y su
evitación.
 Se produce también un cambio en su relación con los problemas:
desde su negación hasta la conciencia de ser él mismo su
responsable, pasando por su aceptación.
 Cambia igualmente su modo de relacionarse con los demás:
desde la evitación a la búsqueda de relaciones íntimas y de una
disposición abierta.
 De centrarse en el pasado a centrarse en el presente.

Abraham Maslow
Maslow (1908-1970), una de las figuras más conocidas de la
psicología humanista, comparte con otros psicólogos humanistas
la propuesta de un sistema holístico abierto a la variedad de la
experiencia humana y, por tanto, el rechazo del uso de un método
único para el estudio de esta diversidad. Propone integrar el conductismo y
el psicoanálisis en sistemas más amplios. Tuvo gran interés por las
personas humanamente excepcionales, lo que le llevó a una visión del
hombre que muestra lo que puede llegar a ser y lo que se puede frustrar. El
concepto central en la psicología de Maslow es el de autorrealización,
entendida como culminación de la tendencia al crecimiento que Maslow
define como la obtención de la satisfacción de necesidades progresivamente
superiores y, junto a esto, la satisfacción de la necesidad de estructurar el
mundo a partir de sus propios análisis y valores.

Maslow establece su jerarquía de necesidades, la más conocida de


sus aportaciones. Rechazó las teorías de la motivación que partían de
determinantes únicos de la conducta, proponiendo una teoría de
determinantes múltiples jerárquicamente organizados. Niveles:-
Necesidades fisiológicas (comida, agua, sueño,...), necesidades que aún
perteneciendo a este nivel tan básico tienen un componente de
individualidad.

Si estas necesidades fisiológicas son


razonablemente satisfechas aparece el
segundo nivel: las necesidades de
seguridad.

-Necesidades de pertenencia y amor.


La frustración en este nivel es la principal
causa de los problemas humanos de
ajuste.

-Necesidades de estima, que incluiría


la necesidad de sentirse competente, de
ser reconocido por los propios logros y de
sentirse adecuado.

Finalmente, el hombre se abre a las


necesidades de desarrollo, de autorrealización.

El proceso que lleva a la autorrealización culmina en lo que Maslow


llama “experiencia cumbre”, que se siente cuando se alcanza una cota
como ser humano, un estar aquí y ahora “perdido en el presente”, con la
conciencia de que lo que debería ser, es. Estas experiencias son
perfectamente naturales e investigables y nos enseñan sobre el
funcionamiento humano maduro, evolucionado y sano. Maslow identifica la
sanidad, la autorrealización y la creatividad.
Cuando el proceso hacia la autorrealización se corta, aparenten reacciones
desanimadoras, compensatorias o neuróticas y la conducta se focaliza hacia
la evitación impidiendo el desarrollo autónomo.
GEORGE KELLY
Su teoría de los Constructos Personales se
organiza en 11 corolarios y, estos desarrollan un
postulado fundamental: “Los procesos de la persona
están canalizados psicológicamente por los modos en que
anticipa los acontecimientos”.

Parte de reconocer la experiencia como punto base


de la psicología, y dice, que todos nosotros actuamos
como científicos:

“Todo hombre es un científico”. Así la teoría de Kelly


empieza con la “Metáfora prodigiosa -Los hombres,
tienen construcciones de su realidad, de la misma
forma en que los científicos tienen teorías.

-Tienen expectativas o anticipaciones, como los


científicos poseen hipótesis.

-Se embarcan en comportamientos que prueban esas expectativas, como


los científicos hacen con sus experimentos.

- Mejoran su comprensión de la realidad sobre la base de sus


experiencias, como los científicos ajustan su teoría para que encaje en los
hechos. Toda la teoría de Kelly surge de esta metáfora.

Este sería el movimiento central en el proceso científico: desde la


hipótesis al experimento u observación; desde la anticipación a la
experiencia o comportamiento.

“Construimos nuestras anticipaciones utilizando nuestra experiencia


pasada.”

Se trata de un ser que continuamente busca y procesa información,


construye hipótesis y modelos acerca de las cosas y personas, y también
acerca de sí mismo y opera de acuerdo con las representaciones que posee.
Toda la vida del individuo está determinada por las interpretaciones con que
construye y comprende su entorno, Además, cada persona se diferencia de
las otras, por su modo de interpretar los hechos, los modos en que
anticipan los acontecimientos. Y, cada hombre construye su propio modo de
ver el mundo, es decir, guardamos la experiencia en forma de
“constructos”. Elaboramos los nuestros propios. Según él, cuando miramos
al mundo exterior, lo hacemos a través de nuestras propias creencias, que
es, como hemos dicho, lo que él llama “constructos personales”

Así, estos constructos personales son, pues, procesos básicos de


organización a través de los cuales otorgamos significado a nuestra
experiencia. Y el proceso de organización es de naturaleza dicotómica o
polar, es decir, clasificamos las experiencias según las categorías opuestas.
Representan el modo en que miramos las cosas.

Estas polaridades son construidas de forma particular y distinta por cada


persona.

Amable – Antipático Sociable – Solitario Bueno – Malo

Los once colorios a los que se refería este autor son:

1. Interpretación. "Una persona anticipa los eventos interpretando sus


replicaciones"

2. Individualidad. "Las personas difieren entre sí en su interpretación de


los acontecimientos". Dos individuos no interpretan los eventos de una
misma forma.

3. Organización. "Cada persona desarrolla de manera característica, por


su conveniencia en la anticipación de los acontecimientos”.

4. Dicotomía. "El sistema de interpretación de una persona está


compuesto de un número finito de constructos dicotómicos".

5. Elección. "Una persona elige por sí misma la alternativa en un


constructo dicotomizado para la cual anticipa la mayor posibilidad para
extensión y definición de su sistema".

6. Rango. "Un constructo es conveniente sólo para la anticipación de un


rango finito de eventos".

7. Experiencia. "El sistema de interpretación de una persona varía


conforme interpreta de manera sucesiva la réplica de los eventos".

8. Modulación. "La variación en el sistema interpretativo de una persona


es limitada por la permeabilidad de los constructos dentro de cuyo rango de
conveniencia se encuentra la variante".
9. Fragmentación. "Una persona puede emplear con éxito una variedad de
subsistemas de interpretación los cuales son inferencialmente incompatibles
entre sí".

10. Comunalidad. "En la medida en que una persona emplea una


interpretación de la experiencia que es similar a la utilizada por otra, sus
procesos psicológicos son similares a los del otro individuo.

11. Sociabilidad. "En la medida en que una persona entiende los procesos
de interpretación de otra, puede desempeñar un papel en un proceso social
que implique al otro individuo".

Personalidad e individualidad, quedan, así, enlazadas por estos constructos


personales.

-La “personalidad”, se definiría, entonces, desde el punto de vista de la


teoría de este autor como:

“Conjunto de categorías o el sistema interpretativo con que cada uno


hace frente, de modo consistente y característico, a las tareas y actos de su
existencia”.

Por tanto, lo que quiere decir es que:

Intentamos anticipar los sucesos que tendrían lugar en el mundo, del


mismo modo que formulamos esas hipótesis y desarrollamos teorías acerca
del mundo, y utilizamos los constructos como forma de mejorar las
experiencias venidas. Y de este modo todos los humanos sostenemos
teorías acerca de cómo es el mundo, de las otras personas y de lo que va a
pasar.

Y que si hay solamente una realidad verdadera no quiere decir que


haya sólo una forma de experimentarla sino que hay una o más
perspectivas o construcciones alternativas y algunas son más adecuadas
que otras pero ninguna está totalmente completa porque el mundo es muy
complejo e inmenso. Según Kelly la realidad no se manifiesta directamente
sino a través de los constructos personales por eso cada uno ve la realidad
de maneras distintas y el problema no viene de la realidad en sí, sino de la
construcción que haga de la realidad. El sufrimiento se da porque los
constructos de la persona no son los correctos para anticipar la realidad por
eso se han de sustituir por otros más adecuados.

“El hombre es quien crea sus propias maneras de ver el mundo; no es el


mundo quien las crea para él”.

Tanto él como su teoría se olvidaron, a excepción de unos cuantos


alumnos leales, muchos de los cuales se dedicaron más a la práctica clínica
que en el avance de la psicología de la personalidad.Las razones de esta
pérdida de atención no son tan difíciles de imaginar: en aquel momento la
rama “científica” de la psicología estaba aún anclada en el abordaje
conductista, prestando poca paciencia al lado subjetivo de las cosas; y la
parte clínica de la psicología consideraba que personas como Carl Rogers
eran mucho más fáciles de seguir. Kelly estaba por lo menos 20 años
avanzado a su tiempo. Ha sido solo recientemente con la llamada
“revolución cognitiva”, cuando las personas estamos verdaderamente
preparadas para entenderle.

PSICOLOGIA POSITIVA
La psicología positiva es una nueva rama de la psicología cuyo
principal objetivo es comprender y facilitar la felicidad y el bienestar
subjetivo y predecir con precisión los factores que influyen en estos
estados. Así pues la psicología positiva no sustituye a la psicología clínica
tradicional, sino que la complementa. La auténtica felicidad, clasifica las
emociones positivas en 3 categorías: las relacionadas con el pasado
(satisfacción personal, orgullo, serenidad), con el presente y con el futuro
(optimismo, esperanza, seguridad)

FELICIDAD

Estado que se produce en la persona cuando cree haber alcanzado


una meta deseada.

¿Hasta qué punto son felices la mayoría de las personas? Se


realizo un estudio a más de 1 millón de personas en 45 países de todo el
mundo, donde el 10 significaba felicidad máxima, 5 indicaba un nivel neutro
y 0representa la infelicidad. Se puede ver en el grafico que la puntuación
media de la felicidad es de 6,75, por lo que se llega a la conclusión de que
la persona normal es moderadamente feliz.
Es necesario identificar los factores que contribuyen a la felicidad,
cosa que no es tarea fácil. Ya que por ejemplo, placeres como puede ser el
fumar tabaco o consumir drogas generan una satisfacción inmediata pero a
la larga pueden causar una infelicidad asociada con la enfermedad. Algunas
diferencias individuales relacionadas con la felicidad se pueden explicar en
parte por diferencias de la personalidad.

CAUSAS DE LA FELICIDAD.
Los estudios de la felicidad basados en la personalidad indican que las
personas felices y las personas infelices tienen unos perfiles de personalidad
característicos. Las personas felices, son extrovertidas y optimistas, tienen
una autoestima elevada y un centro de control interno, mientras que las
personas infelices, tienden a tener unos niveles elevados de neuroticismo.
Hay varios factores que explican relación entre la extroversión y la felicidad,
ya que las personas extrovertidas suelen encajar mejor en entrono social,
por tanto estas personas se encuentran habitualmente en situaciones que
satisfacen sus necesidades de relacionarse con otras, y en consecuencia son
más felices.

Todas las pruebas indican que los rasgos básicos de la personalidad


como la extroversión y el neuroticismo se pueden deber a factores
genéticos. Así, los niños que tienen unos niveles elevados de actividad y de
afecto positivo se vuelven extrovertidos en consecuencia, es más probable
que sean felices, y los niños que son muy irritables y temerosos, muestren
unos niveles más elevados de neuroticismo cuando se hacen mayores.

También se ha visto que ciertos factores culturales y sociopolíticos


desempeñan un papel importante para la felicidad. En las culturas donde
hay igualdad social, países que cuentan con instituciones públicas eficaces,
relaciones entre los ciudadanos satisfactorias… suelen tener niveles de
bienestar subjetivo más elevados.

Desde el punto de vista general de las relaciones, el matrimonio, el


parentesco, las amistades intimas, la cooperación con conocidos y las
prácticas religiosas y espirituales están a asociados a felicidad y un
bienestar duraderos. En general las personas casadas con más felices que
las divorciadas, las separadas o las solteras, a no ser que se esté atrapado
en un matrimonio desgraciado. Esto es así debido a que el matrimonio
ofrece a las personas una gama de beneficios que las hacen felices.
Mantener el contacto con la red familiar refuerza el apoyo social, y este
apoyo, además de generar felicidad, también mejora el funcionamiento de
nuestro sistema inmunológico. Por otro lado, las relaciones de confianza
están asociadas a las felicidades por 3 motivos; en primer lugar, porque
puede que las personas felices sean seleccionadas con más frecuencia como
amigas y confidentes porque ofrecen una compañía más atractiva que las
personas tristes. En segundo lugar, las relaciones de confianza hacen que
nos sintamos más felices y satisfechos y por último, también ofrecen un
mayor apoyo social. En cuanto a la religión, se han encontrado
correlaciones entre la felicidad y la participación en actividades religiosas,
en primer lugar porque la religión ofrece un sistema de creencias que
permite a esas personas encontrar un significado en la vida y tener
esperanza en el futuro.

Este gráfico, hace referencia la conocida


frase “el dinero no da la felicidad”. Podemos
observar como con el tiempo, el aumento
de la renta nacional en un país rico como
EEUU, no supone un aumento del nivel de
bienestar.

En lo que tiene que ver con la salud, el ejercicio induce un estado de


ánimo positivo a corto plazo y hacer ejercicio con regularidad provoca una
felicidad mayor a largo plazo. Esto se debe al hecho de que hacer ejercicio
provoca la liberación de endorfinas, reduce la depresión, la ansiedad,
mejora la precisión en nuestro trabajo, la imagen que tenemos de nosotros
mismos…

Y en último lugar, mencionaremos como la situación laboral y la


satisfacción en el trabajo influye de forma muy positiva en los individuos.
Esto quiere decir que las personas que tienen un trabajo son más felices
que las que están en el paro, debido a que el trabajo puede ofrecer una red
de apoyo social, una oportunidad de satisfacer su curiosidad y el desarrollo
de sus aptitudes.

Una de las principales polémicas de este campo se centra en la distinción


entre las tradiciones hedónica y eudemónica. El enfoque hedónico define la
felicidad y la buena vía en función de la búsqueda del placer y la evitación
del dolor. En cambio, la tradición eudemónica, define la felicidad y la buena
vida en función de la plena realización del propio potencial.

FLUIDEZ

Las experiencias de fluidez se producen cuando nos dedicamos a unas


tareas o actividades difíciles pero controlables que exigen mucha habilidad y
ofrecen una motivación intrínseca. Estas tareas exigen plena concentración
y nos volcamos en ellas profundamente hasta el punto de dejar de pensar
en las preocupaciones y las frustraciones de la vida cotidiana. Las
experiencias de fluidez pueden producirse al leer, al practicar deporte, en
actividades artísticas y creativas…. La característica de todas estar es que
se convierten en un fin en sí mismas, aunque puede que estas tareas se
realicen inicialmente por otras razones, al final se convierten en un fin en sí
mismas.

Las tareas que conducen a experiencias de fluidez tienen unos


objetivos claro y la retroalimentación sobre el logro es inmediata, es decir,
un deporte como el tenis, el objetivo es anotar puntos y la
retroalimentación es inmediata porque cada competidor sabe en cada
momento si está ganando o perdiendo.

Otra característica de la fluidez, es que cuando estamos inmersos en


esta experiencia nuestra percepción del tiempo se altera, por ejemplo, si
estamos totalmente absortos en la lectura, las horas pasan volando y
parecen minutos.

ESPERANZA Y OPTIMISMO

Según una serie de investigaciones y experimentos, se demuestra


que la mayoría de las personas, especialmente las personas sanas, tienden
a verse a sí mismas de una manera optimista. El pensamiento humano se
caracteriza por una fuerte inclinación positiva, es decir, nuestra mente está
diseñada para pensar de una manera más positiva que realista o negativa.
Estas no son conscientes de tener ilusiones positivas, sobre todo porque
funcionan tan bien que no ven este carácter.

Una técnica que utilizamos con el fin de afrontar la información


negativa es el AUTOENGAÑO. Existen variedad de defensas como por
ejemplo, la negación y la represión son dos mecanismos de defensa muy
comunes que nos ayudan a mantener una visión positiva u optimista del
mundo. La negación consiste en no reconocer la existencia o el significado
de circunstancias amenazadoras del mundo exterior y la represión es una
forma de mantener fuera de la conciencia impulsos inaceptables que la
sociedad no exige no sentir. La atención selectiva, supone fijarnos en los
aspectos positivos de nosotros mismo y pasar por alto los negativos. Y por
último, los autoesquemas negativos, son un conjunto de creencias que nos
permiten prever situaciones donde es posible que recibamos información
negativa sobre nosotros mismos, por ejemplo, una persona dice que es
tímida y esa es la razón por la que no habla mucho.
También, existen 2 métodos para medir el optimismo, uno es el
temperamento optimista, que es la expectativa de que en el futuro ocurrían
más cosas buenas que malas. Este está asociado a una buena salud y una
respuesta positiva en la intervención médica. Y el segundo método es el
estilo explicativo optimista. Desde esta perspectiva, la persona optimista
explica las experiencias o los sucesos de carácter negativo atribuyendo sus
causas a factores externos o pasajeros y la persona pesimista, lo atribuye a
factores interno, estables. Por ejemplo, a la hora de suspender un examen,
la persona optimista lo relacionara con que le han preguntado lo que no se
sabía, en cambio, la pesimista pensará que no sirve para los estudios o que
es tonta.

INTELIGENCIA EMOCIONAL

Además de la inteligencia medida por las pruebas tradicionales del CI,


hay muchas otras inteligencias entre las que se encuentran la capacidad de
comprender y regular las propias emociones (inteligencia intrapersonal) y la
capacidad de comprender y regular las propias relaciones (inteligencia
interpersonal). Esta inteligencia emocional ha sido conceptuada de 2
maneras distintas:

 La primera, como un conjunto de aptitudes usadas para procesar


información sobre las propias y emociones y las emociones de los demás.
En este modelo podemos distinguir 4 apartados: percepción emocional,
integración emocional, comprensión emocional y control emocional. La
percepción emocional, se refiere a la capacidad de descifrar mensajes
emocionales cuando se expresan en una variedad de contextos que incluye
las expresiones fáciles, el tono de voz…las personas que tengan la
capacidad de percibir emociones van a estar más informada sobre su
entorno y se van a adaptar mejor a él. La integración emocional, es la
posibilidad de acceder a sentimientos que facilitan el pensamiento, es decir,
las personas que tienen una buena integración emocional tienden más a ver
las cosas desde un punto de vista optimista cuando se sienten felices y
desde un punto de vista pesimista cuando están tristes (estas personas
pueden ver las cosas desde múltiples puntos de vista cuando su estado de
ánimo varía). El tercer apartado, la comprensión emocional, se refiere a la
capacidad de comprender las repercusiones de nuestras emociones. Y por
último, el control emocional, nos permite regular las emociones y optar bien
por sentirlas o controlar la forma en que se expresan.
 El segundo modelo, identifica la inteligencia emocional como un rasgo
de la personalidad. En este vamos a econtrar 5 ámbitos diferentes: el
intrapersonal, interpersonal, control del estrés y el estado de ánimo
general. El equilibrio de todos ellos conllevan a un rendimiento efectivo.
La inteligencia emocional aumenta con la edad. Los hombres y las
mujeres tiene un nivel similar, pero los hombres tienen puntuaciones más
elevadas en los ámbitos intrapersonal, de adaptabilidad y de control del
estrés, mientras que las mujeres obtienen puntuaciones más elevadas en el
ámbito interpersonal, ya que estas son más conscientes de sus emociones y
actúan de una manera más responsables desde el punto de vista social que
los hombres.

EL APEGO Y EL DESARROLLO DE LA COMPETENCIA


EMOCIONAL.
Los niños que mantienen unas relaciones de apego con las personas
que les cuida acaban desarrollando una buena competencia emocional. Para
que un niño pueda desarrollar unas relaciones emocionales solidad, sus
padres deben responder a sus necesidades de seguridad y de cuidados
físicos. La conducta del apego está programada genéticamente, y aparece
en los niños de 6 meses a 3 años de edad cuando se enfrentan a un peligro.
En estos casos los niños buscan la proximidad de las personas que les
cuidan. Existen 4 estilos de apego:

Para terminar con la inteligencia emocional mencionaremos a las


personas que sufren TRASTORNO DEL ESPECTRO AUTISTA, debido a que
existe una similitud entre el extremo inferior de la dimensión de la
inteligencia emocional y ciertos rasgos del espectro autista. Estos se
caracterizan por anomalías en el desarrollo social, en el lenguaje y en la
conducta. Las anomalías del desarrollo social que aparecen por primera vez
en la infancia incluyen la ausencia de señales basadas en mirar a los ojos,
ausencia de gestos emocionales, problemas de apego con los padres,
escaso interés por las relaciones con otros niños…. El desarrollo del lenguaje
suele presentar retraso, las personas que sufren un trastorno del espectro
autista casi nunca participan en conversaciones prolongadas y muestras
poca creatividad en el uso del lenguaje. Y en cuanto a la conducta,
manifiestan un fuerte deseo de seguir rutinas y mantener la monotonía.

SUPERDOTACIÓN, CREATIVIDAD Y
SABIDURÍA

La superdotación en la infancia, la creatividad en la edad adulta y la


sabiduría a una edad más avanzada son tres grandes logros del ciclo vital
que han sido estudiados por los psicólogos. Aunque el talento de los niños
superdotados es básicamente hereditario, estos niños suelen ejercitarlo de
una manera intensiva para llegar a dominarlo.

Los niños superdotados suelen proceder de familias centradas en los


hijos cuyos padres dan ejemplo del esfuerzo en el trabajo y de un
rendimiento elevado, ofrecen un entorno estimulante desde el punto de
vista intelectual y artístico, y ofrecen a sus hijos un nivel elevado de
autonomía, aunque esperan que sus hijos manifiesten un nivel elevado de
excelencia. Los niños superdotados presentan el doble de problemas de
ajuste conductual que los niños normales. En el plano biológico, los niños
superdotados tienen un hemisferio derecho más desarrollado o, si su
inteligencia general es excepcionalmente elevada, poseen más masa
cerebral. Muy pocos niños llegan a ser adultos creativos que hagan grandes
innovaciones en su campo.

Para Csikszentmihalyi, la creatividad supone un proceso sistémico por


el que una persona creativa que se ha sumergido en un ámbito desarrolla
una idea original y la presenta a los profesionales del campo. Es probable
que la creatividad esté favorecida por ciertos ámbitos y campos, por las
culturas y sociedades en las que estos se inscriben y por determinados
ámbitos personales. Según la teoría de la creatividad basada en la inversión
de Sternberg y Lubart (1999), una persona hace una aportación creativa a
un campo de ideas cuando “compra barato y vende caro en ese campo”, es
decir, cuando “compra” o adopta ideas mal desarrolladas, impopulares o
poco conocidas pero que ofrecen un buen potencial de desarrollo, e invierte
en ellas su creatividad para transformarlas en “productos creativos” antes
de pasar a ocuparse de otras ideas impopulares con un buen potencial de
desarrollo. Los rasgos de la personalidad asociados a la creatividad incluyen
la apertura a las experiencias, la rebeldía, y la ambición. La motivación
intrínseca es fundamental para la creatividad.

La sabiduría se ha conceptuado como una etapa final del desarrollo


de la personalidad, del desarrollo cognitivo o como nivel elevado del
desarrollo de aptitudes que comprende la personalidad y los procesos
cognitivos.
RASGOS POSITIVOS Y MOTIVOS

Existen relaciones entre ciertos rasgos y motivos por un lado y las


fuerzas personales o el bienestar subjetivo por otro. Los rasgos de la
personalidad son características personales relativamente estables que
influyen en la conducta. En los últimos años se ha ido imponiendo un
modelo de la personalidad que especifica cinco factores: estabilidad,
extroversión, apertura a las experiencias, simpatía y escrupulosidad,
asociados todos ellos a unas facetas que se pueden considerar fuerzas
personales. Estos factores se pueden evaluar de una manera fiable
mediante escalas de evaluación y cuestionarios.

Los estudios tipológicos han identificado una y otra vez un perfil muy
resistente asociado a unas puntuaciones elevadas en todos los rasgos del
modelo de cinco factores. Se pueden distinguir tres sistemas
neurobiológicos que en términos generales están asociados a unos rasgos
concretos de la personalidad. El sistema de facilitación conductual o sistema
de recompensas está asociado a la extroversión. Su función es impulsar la
conducta dirigida a la búsqueda de recompensas.

Los motivos parecidos a rasgos, sobre todo la motivación para el


altruismo, la afiliación, y el logro, constituyen fuerzas personales mientras
que los motivos parecidos a estados pueden tener un efecto significativo en
el bienestar subjetivo. El bienestar subjetivo está asociado a poseer unos
constructos personales de actuación que no se contradigan y que se
relacionen entre sí con coherencia.

EL YO POSITIVO

Puesto que cada vez ha sido más difícil creer en el orden sobrenatural
o en el orden social, desde principios del siglo pasado la gente se ha visto
más y más obligada a encontrar valores en otros lugares. Muchas personas
los buscan en su propio ego o yo, que se ha convertido en un elemento
fundamental en la psicología occidental moderna. Los temas relacionados
con el Yo que tienen más importancia para la psicología positiva incluyen la
autoevaluación y la autorregulación mediante el uso de mecanismos de
defensa y estrategias de afrontamiento. Los estudios de autoevaluación
indican que una autoestima elevada y unas creencias firmes sobre la
eficacia persona contribuyen a la fuerza personal y a la resistencia. La
eficacia personal y la autoestima difieren en la medida en que la autoestima
se ocupa de los juicios sobre la valía personal global, mientras que la
eficacia personal se ocupa de los juicios sobre las aptitudes personales
concretas.
Los estudios de la autorregulación indican que la salud y el bienestar
mejoran cuando se usan ciertas clases de estrategias para afrontar los
desafíos de la vida y se adoptan ciertos mecanismos de defensa para
controlar la ansiedad que surge de motivos sexuales, agresivos, y sociales
contradictorios. El concepto de estrategia de afrontamiento apareció en la
tradición cognitiva-conductual para explicar el control consciente de las
situaciones donde las exigencias externas sobrepasan nuestros recursos
personales.

La previsión, el altruismo, el humor, la autoafirmación, la


autoobservación, la sublimación y la supresión son defensas adaptativas.

RELACIONES POSITIVAS

La amistad, el parentesco, las relaciones y el matrimonio son unas


fuentes de felicidad extremadamente importantes. El ciclo vital de la familia
es un marco de referencia muy útil para conceptuar el desarrollo de las
relaciones positivas. Las familias son sistemas sociales especiales en el
sentido de que la pertenencia a ellas se basa en combinaciones de vínculos
biológicos, legales, afectivos, geográficos e históricos. En contraste con
otros sistemas sociales, el acceso a los sistemas familiares se produce
mediante el nacimiento, la adopción, la acogida familiar o el matrimonio y
los miembros solo pueden abandonarlos con la muerte. En la formación de
relaciones ajenas a la familia los adultos jóvenes deben abordar cuestiones
como la amistad, la confianza, y la traición, el perdón y el desagravio y la
gratitud.

La transformación que experimentan las familias tras una separación,


un divorcio, y un nuevo matrimonio también se puede contemplar como un
proceso por etapas. La primera es la decisión de divorciarse, la segunda se
planifica la separación, la tercera es la separación misma, la cuarta es el
periodo posterior al divorcio.

El principal objetivo de la última etapa del modelo es fundar una


nueva familia y las principales tareas de esta etapa son reorganizar las
relaciones en el seno familiar para dar cabida a los nuevos miembros y
facilitar su integración compartiendo recuerdos y relatos.

CAMBIO POSITIVO

El cambio positivo, el crecimiento personal y el desarrollo pueden


darse en respuesta a las oportunidades de cambio y a los desafíos
planteados a nuestros recursos de afrontamiento. Entre estos desafíos y
oportunidades se incluyen los relacionados con el final de una etapa
concreta del ciclo vital, los asociados a las transiciones de una etapa del
ciclo vital a la siguiente. Al afrontar estas oportunidades y estos desafíos
hacemos uso de nuestras fuerzas para adaptar nuestras estrategias para
controlar la situación a las exigencias que la situación plantea y a nuestra
preparación para hacer frente a los desafíos y oportunidades. El cambio y el
crecimiento siguen un curso previsible que pasa por las fases de
precontemplación, contemplación, planificación, acción, mantenimiento y
conclusión.

BIBLIOGRAFÍA
http://es.wikipedia.org/wiki/Gordon_Allport

http://www.biografiasyvidas.com/biografia/a/allport.htm

http://www.psicologia-online.com/ebooks/personalidad/allport.htm

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http://webspace.ship.edu/cgboer/maslowesp.html

http://webspace.ship.edu/cgboer/rogersesp.html

Libro: Psicología Positiva, la ciencia de la felicidad. Alan Carr

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