Ensayo Sobre La Ceguera
Ensayo Sobre La Ceguera
Ensayo Sobre La Ceguera
tal vez
el deseó más profundo del ser humano sea poder darse a sí mismo, un día, el
nombre que le falta.
un simple ladronzuelo de
automóviles sin esperanza de ascenso en su carrera, explotado por
los verdaderos amos del negocio, que son los que se aprovechan de
las necesidades de quien es pobre.
en espíritus
simples, el remordimiento causado por el mal cometido se confunde
frecuentemente con miedos ancestrales de todo tipo, de lo que resulta
que el castigo del prevaricador acaba siendo, sin palo ni piedra, dos
veces el merecido.
no
es lícito obstinarse en confundir con una diosa griega lo que no pasa
de ser una vulgar masa de gotas de agua flotando en la atmósfera
lo que en definitiva
debería decirse de ella, en sentido lato, es que vive como le apetece y,
además, saca de ello todo el placer que puede.
no
iba a entregarse sin más a la desesperación, como hacen aquellos
que de su cuerpo sólo saben cuando les duele
El médico se
identificó cuando se pusieron al teléfono, luego dijo rápidamente, Bien,
gracias, sin duda la telefonista le había preguntado, Cómo está,
doctor, es lo que decimos cuando no queremos mostrar nuestra
debilidad, decimos, Bien, aunque nos estemos muriendo, a esto le
llama el vulgo hacer de tripas corazón, fenómeno de conversión
visceral que sólo en la especie humana ha sido observado
si lo que quieren
es convertir esto en un infierno, pueden seguir, van por buen camino,
pero recuerden que estamos entregados a nosotros mismos, que no
vamos a recibir ninguna ayuda de fuera,
ningún perro
reconoce a otro perro por el nombre que le pusieron, identifica por el
olor y por él se da a identificar, nosotros aquí somos como otra raza de
perros, nos conocemos por la manera de ladrar, por la manera de
hablar, lo demás, rasgos de la cara, color de los ojos, de la piel, del
pelo, no cuenta, es como si nada de eso existiera
Algunas palabras dichas a tiempo valen más que un discurso que agravaría la difícil
situación
la ceguera no era vivir banalmente rodeado de tinieblas; sino en el interior de una gloria
luminosa
se acostumbra tanto a tener ojos que cree que los puede utilizar incluso cuando no le sirven
para nada
Un estómago que trabaja en falso amanece pronto
Dicen los libros, y mucho más la experiencia vivida, que quien madruga por gusto o quien
por necesidad tuvo que madrugar, tolera mal que otros, en su presencia, sigan durmiendo a
pierna suelta, y con razón doblada en este caso del que hablamos, porque hay una gran
diferencia entre un ciego que esté durmiendo y un ciego a quien de nada le ha servido el
haber abierto los ojos.
de qué sirve tener los ojos límpidos y bellos como son éstos, si no hay nadie que los vea
Todos tenemos nuestros momentos de flaqueza, menos mal que todavía somos capaces de
llorar, el llanto muchas veces es una salvación, hay ocasiones en que moriríamos si no
llorásemos
en las adversidades, tanto las probadas como las previsibles, se conocen los amigos.
sería preciso que uno fuera completamente insensible para olvidar, así como así, la aflicción
de estas pobres gentes.
Si no somos capaces de vivir enteramente como personas, hagamos lo posible para no vivir
enteramente como animales
comparó la epidemia, o lo que fuese, con una flecha lanzada hacia arriba, y que, tras
alcanzar el punto más alto en su ascenso, se detiene un momento, como suspendida en el
aire, y empieza luego a describir la obligada curva de caída [...] la gravedad tratará de
acelerar hasta que desaparezca la terrible pesadilla que nos atormenta
No hay bien que siempre dure, ni mal que no se ature, máximas supremas de quien tuvo
tiempo para aprender con los golpes de la vida y de la fortuna
La prueba del progresivo deterioro del estado de espíritu general la dio el propio Gobierno
así es el mundo, tiene la verdad muchas veces que disfrazarse de mentira para alcanzar
sus fines
El. miedo ciega el miedo nos cegó, el miedo nos mantendrá ciegos
hay que reconocer que los primeros ciegos traídos a esta cuarentena fueron capaces, con
mayor o menor conciencia, de llevar con dignidad la cruz de la naturaleza eminentemente
escatológica del ser humano
pasé mi vida mirando al interior de los ojos de la gente, es el único lugar del cuerpo donde
tal vez exista un alma
bien vistas las cosas, no hay en el mundo nada que, en sentido absoluto, nos pertenezca
en aquel momento él era el más ciego de los dos, fue una pena que no se me ocurriera, o
quizá lo pensé y no tuve valor.
Iban las noticias circulando por la sala, desfiguradas cada vez que pasaban de un receptor
al receptor siguiente, disminuida o agravada la importancia de las informaciones conforme
el grado personal de optimismo o pesimismo propio de cada emisor.
Hasta en los peores males es posible hallar una ración suficiente de bien para que podamos
soportar esos males con paciencia.
Aunque ese instante de goce supremo pudiera duraros la vida entera, nunca los dos que
sois podreis llegar a ser uno solo.
El amor, que dicen que es ciego, tiene también su palabra que decir
Lo que se hace por propia voluntad cuesta en general menos que lo que se hace por
obligación
Que una persona empieza por ceder en las pequeñas cosas y acaba por perder todo el
sentido de la vida
Cada cosa llegará a su propio tiempo, no por mucho madrugar se muere más temprano
No es por el aspecto de la cara ni por la presteza del cuerpo por lo que se conoce la fuerza
del corazón
Ciertas cosas es mejor dejarlas sin explicación, decir simplemente lo que ocurrió, no
interrogar lo íntimo de las personas
Hay ocasiones en las que de nada sirven las palabras, ojalá pudiera llorar yo también,
decirlo todo con lágrimas, no tener que hablar para ser entendida
Solo quien tiene que morir morirá, la muerte escoge si avisar
A no se esta última y no merecida dignidad, seamos capaces, al menos, de luchar por los
derechos que son nuestros.
Así como el hábito no hace al monje, tampoco el centro hace al rey, es esta una verdad que
conviene no olvidar
No siempre se cumplen los juramentos, unas veces por flaqueza, otras por causa de una
fuerza superior con la que uno no había contado
Como la historia humana tantas veces ha demostrado, no hay cosa mala que no traiga
consigo una cosa buena.
Algunos de estos ciegos no lo son sólo de los ojos, también lo son del entendimiento
Hay que tener paciencia, dar tiempo al tiempo, debíamos haber aprendido ya, y de una vez
para siempre, que el destino tiene que dar muchos rodeos para llegar a cualquier parte
Los ojos, los ojos propiamente dichos, no tienen expresión, ni siquiera cuando han sido
arrancados, son dos canicas, que están allí inertes, los párpados, las pestañas, y también
las cejas, son los que se encargan de las diversas elocuciones y retóricas visuales, pero la
fama la tienen los ojos
Las lágrimas que sentido tienen cuando el mundo ha perdido todo su sentido
No se si habrá futuro, de lo que ahora se trata es de cómo vamos a vivir este presente
Si seguimos juntos quizá consigamos sobrevivir, si nos separamos seremos engullidos por
la masa, despedazados
Algunos viejos son así, les sobra orgullo a medida que les va faltando tiempo
Las respuestas no llegan siempre cuando uno las necesita, muchas veces ocurre que
quedarse esperando es la única respuesta posible
Todos los relatos son como los de la creación del universo, nadie estaba allí, nadie asistió al
evento, pero todos sabemos lo que ocurrió
Si alguien sabe que no va a poder trabajar más, el único remedio, duren lo que duren, es
recurrir a los ahorros hechos en tiempo de prosperidad y de previsiones a largo plazo,
suponiendo que la persona hubiera tenido la prudencia de ir acumulando ahorros grano a
grano
Pero ninguno de nosotros, candiles, perros o humano, sabe, al principio, todo aquello para
lo que venimos al mundo
El primer ciego buscó la mano de su mujer y la retuvo con la suya, gestos como este indican
hasta qué punto el descanso del cuerpo puede contribuir a la armonía de los espíritus
Lo cierto y lo equivocado son sólo modos diferentes de entender nuestra relación con los
demás
Dentro de nosotros hay algo que no tiene nombre, esa cosa es lo que somos
Si alguna vez vuelvo a tener ojos, miraré verdaderamente a los ojos de los demás, como si
estuviera viéndoles el alma.
Un escritor acaba por tener en la vida la paciencia que necesitó para escribir
Es una vieja costumbre de la humanidad ese de pasar al lado de los muertos y no verlos
Bien cierto es que lo difícil no es vivir con las personas, lo difícil es comprenderlas
Más necesidad tendrían los que están vivos de resurgir de sí mismos, y no lo hacen
iban
las noticias circulando por la sala, desfiguradas cada vez que pasaban
de un receptor al receptor siguiente, disminuida o agravada la
importancia de las informaciones, conforme al grado personal de
optimismo o pesimismo propio de cada emisor.
sólo
quien tenga que morir morirá, la muerte escoge sin avisar.
Así como
el hábito no hace al monje, tampoco el cetro hace al rey, es ésta una
verdad que conviene no olvidar.
la fuerza de
las circunstancias y su naturaleza influyen mucho en el léxico
qué frágil es
la vida si la abandonan
No sé si habrá futuro, de lo
que ahora se trata es de cómo vamos a vivir este presente
las respuestas no
llegan siempre cuando uno las necesita, muchas veces ocurre que
quedarse esperando es la única respuesta posible.
el primer
ciego buscó la mano de su mujer y la retuvo con la suya, gestos como
éste indican hasta qué punto el descanso del cuerpo puede contribuir
a la armonía de los espíritus.
Dentro de nosotros hay algo que no tiene nombre, esa cosa es lo que somos.
las
enfermedades podrán ser diferentes de persona a persona, pero lo
que verdaderamente nos está matando ahora es la ceguera
Bien cierto es que lo difícil no es vivir con las personas, lo difícil es comprenderlas
un símbolo que
casi siempre fue de muerte se convierte en señal de vida
los libros
del mundo, todos juntos, son como dicen que es el universo, infinitos
el silencio es
el mejor aplauso
no hay manera de enjugar lágrimas como éstas, sólo el tiempo y la fatiga las
podrán reducir
bien sabemos
que no consigue cualquier mendigo ascender a la santidad por
muchas llagas que pueda tener en el cuerpo, y también en el alma,
lugar a donde no llega la lengua de los perros.
la costumbre
de caer endurece el cuerpo,
un
cuerpo acostado aguanta mejor el hambre