Una Oración en Medio de La
Una Oración en Medio de La
Una Oración en Medio de La
crisis
Una oración en medio de la crisis. Jonás 2:3-7 “3 Me echaste a lo profundo, en medio de los
mares, Y me rodeó la corriente; Todas tus ondas y tus olas pasaron sobre mí. 4 Entonces dije:
Desechado soy de delante de tus ojos; Más aún veré tu santo templo. 5 Las aguas me
rodearon hasta el alma, Rodeóme el abismo; El alga se enredó a mi cabeza. 6 Descendí a los
cimientos de los montes; La tierra echó sus cerrojos sobre mí para siempre; Mas tú sacaste
mi vida de la sepultura, oh Jehová Dios mío. 7 Cuando mi alma desfallecía en mí, me acordé
de Jehová, Y mi oración llegó hasta ti en tu santo templo”.
La oración de Jonás en el vientre del gran pez quedó registrada en la Escritura para
revelarnos muchas cosas y para enseñarnos diferentes y valiosos aspectos de la oración:
Ser lanzado al mar sin duda alguna significó para Jonás esperar sólo en Dios, confiar su
vida plenamente en la soberanía del Señor.
Nuevamente nos habla de las profundidades en las que estuvo, y como las aguas del mar,
sus corrientes y sus olas vinieron contra él.
El mismo pensó que había sido desechado por Dios, pues dijo: “Desechado soy delante de
sus ojos” versículo 4a. El concluyo quizá que su vida había terminado, y que había
terminado lejos del Señor.
Sin duda, la más grande pérdida no es la de los bienes terrenales, sino perderse la vida
eterna en la presencia de Dios.
Pero la frase: “Más aun veré tu santo templo” versículo 4b, nos permite ver la fe y
confianza que el profeta tenía en Dios a pesar del difícil momento que estaba viviendo.
A pesar de que todo le era contrario y sin posibilidades humanas, él seguía creyendo en la
bondad y misericordia de Dios.
En el versículo cinco el profeta nos narra algunas de sus vivencias en el vientre de aquel
gran pez y en aquellas grandes profundidades, fue sin duda un viaje no sólo incomodo sino
muy difícil, tuvo que lidiar con diversos niveles de agua, algas y otras plantas que se le
enredaban en su cabeza, quizá otros peces pequeños y otros alimentos en el vientre de
aquel gran pez, etc.
Sin embargo en medio de todas aquellas dificultades e incomodidades, el profeta dice:
“Mas tú sacaste mi vida de la sepultura, oh Jehová Dios mío” versículo 6. Aquí vemos una
vez más la fe del profeta en la misericordia y poder de Dios, aunque parece que llegará la
muerte sobre él (por eso usa la palabra “sepultura”), Jonás sigue confiando en que Dios lo
librará.
Finalmente el versículo siete nos muestra a un profeta agotado y cansado por esos días
difíciles y de lucha en aquel vientre del gran pez, pero aun así viene a su memoria el poder
de Dios, el único que lo podía librar de aquella situación, y por eso no deja de orar y
declara con fe: “mi oración llegó hasta ti en tu santo templo”.
No importa cuál sea tu situación, dificultad, prueba o crisis, Dios está dispuesto a
escucharte y ayudarte para salir adelante, confía en el poder y cuidado de Dios. El Señor
nunca te dejará ni te desamparará.
La Biblia nos enseña las grandes cosas que Dios hizo a favor de aquellos que levantaron su
oración a Dios, así que no renuncies a tu clamor, la respuesta del Señor viene pronto.