El Sábado Enseñaré... : Texto Clave: Éxodo 31:16
El Sábado Enseñaré... : Texto Clave: Éxodo 31:16
El Sábado Enseñaré... : Texto Clave: Éxodo 31:16
COMENTARIO
El sábado puede entenderse solamente si consideramos su génesis.
El término reposo en Génesis 2:3 deriva de la forma verbal hebrea sha-
bath (reposar, celebrar, cesar, desistir del trabajo, poner fin, descansar,
completar, guardar el sábado, observar). Curiosamente, este verbo está
relacionado con la observancia del shabat semanal (sábado, día de
reposo sabático). Lee Levítico 25:2.
Los orígenes
Desde el principio, los mandamientos expresados en relación con
el pecado no eran necesarios para Adán y Eva en Génesis 2, porque no
existía pecado. Por otro lado: “La ley de Dios existía antes de la creación
del hombre, de lo contrario, Adán no podría haber pecado” (Elena de
White, Signs of the Times, 14 de marzo de 1878).
Mientras tanto, el ejemplo autoritativo del Padre de Adán al guardar
el sábado era más que un mandato. Desde la perspectiva del Edén,
un hijo creado sigue el ejemplo de un Padre-Creador. Por lo tanto,
siglos antes de la existencia de los judíos, el sábado de la Creación se
convirtió en un monumento conmemorativo sin parangón en el tiempo,
ya que valida a Cristo como Creador y Soberano cósmico (Mat. 12:8;
Mar. 2:28; Juan 8:58).
Por lo tanto, el Shabbat (sábado) cumple una función cosmológica,
más que simplemente teológica. Sirve para explicar qué opinaba Yahvéh
de su creación. Básicamente, Yahvéh imprimió su sello divino en este
día como un testamento inmutable de su majestuosa función como
Artífice cósmico. Por lo tanto, cuando Yahvéh descansó el séptimo día,
lo reservó divinamente para el cosmos.
“El sábado es la pausa que refresca. El patrón es de seis días y un
día. Seis días de trabajo y un día de descanso. [...] Yahvéh, el director de
la sinfonía cósmica, ordena su composición en un compás de 6/7. ¡Uno,
dos, tres, cuatro, cinco, seis, descanso!” (C. E. Bradford, Sabbath Roots:
The African Connection, p. 58). “El día de reposo del cuarto mandamiento
fue instituido en el Edén” (HR 145).
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Señal de santificación
El sábado de la Creación es sin duda el santuario de Dios consagrado
en el tiempo. En otras palabras: “Yahvéh, después de haber puesto lo
mejor en su creación, declara que es muy buena. Entonces, como artista
consumado que es, Dios toma la tela del tiempo y hace algo especial
con ella el sábado, una catedral en el tiempo, esculpida a partir de
horas y minutos y hecha de la sustancia de la eternidad. Un regalo de
su mismo corazón.
“Debe tenerse en cuenta que Dios no hace el sábado y lleva a la
humanidad hacia este. Él crea a Adán y a Eva y les trae el sábado” (C. E.
Bradford, Sabbath Roots: The African Connection, p. 51; ver Eze. 20:12, 20).
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APLICACIÓN A LA VIDA
La Ley de Dios dice que debemos santificar el día de reposo y que
en él no debemos trabajar. Los hebreos se tomaban este mandamiento
muy en serio. Los fariseos y demás maestros de la ley enfatizaban que
“llevar una carga” se consideraba trabajo. Para evitar malentendidos,
fueron muy específicos sobre lo que era una carga. Una carga era, por
ejemplo, una comida del mismo peso que un higo seco, suficiente vino
para mezclar en una copa, suficiente leche para un trago, suficiente miel
para poner en una herida, etcétera, etcétera, etcétera.
1. Con restricciones tan estrictas, podemos imaginarnos las muchas
horas que la gente pasaba discutiendo sobre lo que el prójimo
debería haber hecho o no en sábado. ¿En qué medida estamos
atrapados en baches legalistas similares? ¿Cuáles son los peli-
gros de ser legalista? ¿Significa esto que debemos descartar las
normas de la iglesia que no sean puramente bíblicas? Explica.
2. Se ha dicho que la enseñanza es falsa si produce una religión
que consiste única o principalmente en la observancia de lo ex-
terno. ¿Cuán fácil es confundir la espiritualidad, nuestra relación
con Cristo, con las prácticas religiosas? ¿Cuáles son sus peligros?
¿Podría existir el peligro de que la Iglesia Adventista del Séptimo
Día caiga en esa trampa?
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