Prueba de Lectura # 1

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INSTITUTO TÉCNICO PATIOS CENTRO DOS -SEDE PATIOS UNO-

GRADO UNDÉCIMO
Prueba de lectura #1 II PERIODO
Nombre: ______________________________ Fecha: __________________

Instrucciones:
Lea los siguientes textos y a continuación seleccione la letra que corresponde a la respuesta correcta:

RESPONDE LAS PREGUNTAS 1 Y 2 TENIENDO EN CUENTA EL SIGUIENTE TEXTO

IV.- [La guerra no hace legítima la esclavitud.]

Grocio y los otros consideran la guerra un origen del pretendido derecho de esclavitud. El vencedor tiene, según
ellos, el derecho de matar al vencido, y éste puede comprar su vida a expensas de su libertad; convención tanto
más legítima cuando que redunda en provecho de ambos. Pero es claro que este pretendido derecho de dar muerte
a los vencidos no resulta, en modo alguno, del estado de guerra. Por el solo hecho de que los hombres, mientras
viven en su independencia primitiva, no tienen entre sí relaciones suficientemente constantes como para constituir
ni el estado de paz ni el estado de guerra, ni son por naturaleza enemigos. Es la relación de las cosas y no la de
los hombres la que constituye la guerra; y no pudiendo nacer ésta de las simples relaciones personales, sino sólo
de las relaciones reales, la guerra privada o de hombre a hombre no puede existir, ni en el estado de naturaleza,
en que no existe ninguna propiedad constante, ni en el estado social, en que todo se halla bajo la autoridad de las
leyes. La guerra no es, pues, una relación de hombre a hombre, sino una relación de Estado a Estado, en la cual
los particulares sólo son enemigos incidentalmente, no como hombres, ni aun siquiera como ciudadanos, sino
como soldados; no como miembros de la patria, sino como sus defensores. En fin, cada Estado no puede tener
como enemigos sino otros Estados, y no hombres, puesto que entre cosas de diversa naturaleza no puede
establecerse ninguna relación verdadera. El extranjero, sea rey, particular o pueblo, que robe, mate o detenga a
los súbditos sin declarar la guerra al príncipe, no es un enemigo; es un ladrón. Aun en plena guerra, un príncipe
justo se apodera en país enemigo de todo lo que pertenece al público; mas respeta las personas y los bienes de los
particulares: respeta los derechos sobre los cuales están fundados los suyos propios. Siendo el fin de la guerra la
destrucción del Estado enemigo, se tiene derecho a dar muerte a los defensores en tanto tienen las armas en la
mano; más en cuanto entregan las armas y se rinden, dejan de ser enemigos o instrumentos del enemigo y vuelven
a ser simplemente hombres, y ya no se tiene derecho sobre su vida.

A veces se puede matar al Estado sin matar a uno solo de sus miembros. Ahora bien; la guerra no da ningún
derecho que no sea necesario a su fin. Si la guerra no da al vencedor el derecho de matanza sobre los pueblos
vencidos, este derecho que no tiene no puede servirle de base para esclavizarles. No se tiene el derecho de dar
muerte al enemigo sino cuando no se le puede hacer esclavo; el derecho de hacerlo esclavo no viene, pues, del
derecho de matarlo, y es, por tanto, un cambio inicuo hacerle comprar la vida al precio de libertad, sobre la cual
no se tiene ningún derecho. Al fundar el derecho de vida y de muerte sobre el de esclavitud, y el de esclavitud
sobre el de vida y de muerte ¿no es claro que se cae en un círculo vicioso? Aun suponiendo este terrible derecho
de matar, yo afirmo que un esclavo hecho en la guerra, o un pueblo conquistado, sólo está obligado, para con su
señor, a obedecerle en tanto que se siente forzado a ello. Buscando un beneficio equivalente al de su vida, el
vencedor, en realidad, no le concede gracia alguna; en vez de matarle sin fruto, lo ha matado con utilidad. Lejos,
pues, de haber adquirido sobre él autoridad alguna unida a la fuerza, subsiste entre ellos el estado de guerra como
antes, y su relación misma es un efecto de ello; es más, el uso del derecho de guerra no supone ningún tratado de
paz. Han hecho un convenio, sea; pero este convenio, lejos de destruir el estado de guerra, supone su continuidad.
Así, de cualquier modo que se consideren las cosas, el derecho de esclavitud es nulo, no sólo por ilegítimo, sino
por absurdo y porque no significa nada. Estas palabras, esclavo y, derecho, son contradictorias: se excluyen
mutuamente. Sea de un hombre a otro, bien de un hombre a un pueblo, este razonamiento será igualmente
insensato: "Hago contigo un convenio, completamente en tu perjuicio y completamente en mi provecho, que yo
observaré cuando me plazca y que tú observarás cuando me plazca a mí también”.
CONTRATO SOCIAL, Libro I, cap. I-VIII

1. Rosseau afirma que el derecho a la esclavitud es ilegítimo porque


a. todo hombre nace libre y esta es su naturaleza por tanto no se debe a ningún estado.
b. el vencedor de una guerra no gana el derecho sobre la vida de los ciudadanos por tanto no puede negociar
sobre ella.
c. ningún hombre tiene derecho a decidir sobre la vida de alguien ya que este poder solo le corresponde a
Dios.
d. legalmente el hombre tiene derechos sobre sí mismo y ningún estado puede regir sobre sus actos.
2. La palabra “en fin” subrayada en el texto sirve para
a. Oponer una idea dicha anteriormente.
b. Resumir lo que ha sido dicho anteriormente.
c. Agregar una idea nueva a lo dicho anteriormente.
d. Negar lo que se ha dicho anteriormente.

Hamlet:
Ser o no ser... He ahí el dilema.
¿Qué es mejor para el alma,
sufrir insultos de Fortuna, golpes, dardos,
o levantarse en armas contra el océano del mal,
y oponerse a él y que así cesen? Morir, dormir...
Nada más; y decir así que con un sueño
damos fin a las llagas del corazón
y a los mil naturales conflictos que constituyen
la herencia de la carne y decir: ven, consumación, yo te deseo.
Morir, dormir, dormir... ¡Soñar acaso! ¡Qué difícil! Pues en el sueño
de la muerte ¿qué sueños sobrevendrán
cuando despojados de ataduras mortales
encontremos la paz? He ahí la razón
por la que tan longeva llega a ser la desgracia.
¿Pues quién podrá soportar los azotes y las burlas del mundo,
la injusticia del tirano, la afrenta del soberbio,
la angustia del amor despreciado, la espera del juicio,
la arrogancia del poderoso, y la humillación
que la virtud recibe de quien es indigno,
cuando uno mismo tiene a su alcance el descanso
en el filo desnudo del puñal?
William Shakespeare
Tomado de: http://4umi.com/shakespeare/hamlet/es

3. De acuerdo al monólogo, ¿sobre qué se fundamente la duda Hamlet ante la decisión de morir?
a. El dolor físico que puede producir la muerte.
b. La felicidad que aún puede aportar la vida.
c. La posibilidad de no poder volver a soñar.
d. El desconocimiento de lo que sigue a la muerte.

4. En la expresión “por la que tan longeva llega a ser la desgracia”, la palabra "longeva" puede ser
remplazada, sin que se pierda el sentido, por
a. perdurable, ya que permanece en el tiempo.
b. antigua, por existir desde hace mucho tiempo.
c. exhausta, por su perduración en el tiempo.
d. afligida, al sentir aflicción por su temporalidad.

“Por otra parte, las economías de muchas comunidades de Tercer Mundo dependen de los recursos biológicos
para asegurar de su sustento y su bienestar. En dichas sociedades, la biodiversidad es, a la vez, un medio de
producción y un objeto de consumo y, por lo tanto, la supervivencia y la sostenibilidad de su modo de subsistencia
dependen, en última instancia, de la conservación y el uso sostenible de los recursos biológicos en toda su
diversidad. Sin embargo, las tecnologías basadas en la biodiversidad, propias de las sociedades tribales y
campesinas, se consideran atrasadas y primitivas y son reemplazadas por tecnologías avanzadas que destruyen
tanto la diversidad como los medios de subsistencia de sus gentes.
En general, existe la falsa idea de que los sistemas de producción basados en la diversidad son poco productivos.
Sin embargo, la elevada productividad de los sistemas uniformes y homogéneos es una categoría construida
teóricamente, ya que sólo toma en consideración los rendimientos y la producción concebidos de manera
unidimensional. La supuesta baja productividad de los primeros frente a la pretendidamente alta de los segundos
no expresa, pues, una medida neutral y científica, sino una evaluación sesgada en favor de los intereses
comerciales, para los cuales la maximización de la producción, concebida en términos unidimensionales, es un
imperativo económico”.
El saber propio de las mujeres y la conservación de la biodiversidad, Vandana Shiva, Madrid: Revista de
estudios críticos feministas, 2006.
5. Con base en la cita de Shiva Vandana se le diría a un inversor de palma de aceite en la India que
a. puede tener su cultivo de palma de cera, pero que para ser responsable y ético debe plantar en
compatibilidad con una perspectiva multidimensional y de pluricultivo, que conserve con la biodiversidad,
y que no se enfoque solo en las ganancias, sino en la población y todo lo que se relaciona con el territorio
cultivado.
b. nadie debería plantar palma de aceite porque la palma de aceite pertenece a un tipo de cultivo que se piensa
solamente desde una perspectiva muy limitada, es decir, desde una perspectiva unidimensional.
c. lo mejor que se puede plantar en un territorio es lo que es muy productivo y lo que produce
maximizaciones de ganancias de capital. En ese sentido, siendo la palma de aceite uno de los cultivos más
rentables es muy recomendable plantar solamente palma de aceite.
d. lo mejor sería hacer un cultivo pluridiverso, pero la palma de aceite y la biodiversidad nunca son
compatibles.

TENIENDO EN CUENTA LA SIGUIENTE IMAGEN CONTESTA LAS PREGUNTAS 6 Y 7

6. Por medio de la imagen anterior, el autor busca


a. Denunciar un acto delincuencial.
b. Criticar un comportamiento social.
c. Criticar a la policía por su ineficiencia.
d. Generar un sentimiento de terror en el sector.

7. Según la opción del autor, la gente debería


a. Ocuparse de sus propios asuntos.
b. Denunciar por Twitter los crímenes.
c. Hacer justicia por mano propia.
d. Realizar acciones más eficientes.

La señorita Cora (fragmento)


No entiendo por qué no me dejan pasar la noche en la clínica con el nene, al fin y al cabo soy su madre y el
doctor De Luisi nos recomendó personalmente al director. Podrían traer un sofá cama y yo lo acompañaría para
que se vaya acostumbrando, su padre también estaba nervioso y no veía la hora de irse, pero yo estaba segura
de que me dejarían con el nene. Después de todo tiene apenas quince años y nadie se los daría, siempre pegado
a mí aunque ahora con los pantalones largos quiere disimular y hacerse el hombre grande. Y todo por esa
mocosa de enfermera, yo me pregunto si verdaderamente tiene órdenes de los médicos o si lo hace por pura
maldad. Pero bien que se lo dije, bien que le pregunté si estaba segura de que tenía que irme. No hay más que
mirarla para darse cuenta de quién es, con esos aires de vampiresa y ese delantal ajustado, una chiquilina de
porquería que se cree la directora de la clínica. Pero eso sí, no se la llevó de arriba, le dije lo que pensaba y eso
que el nene no sabía dónde meterse de vergüenza y su padre se hacía el desentendido y de paso seguro que le
miraba las piernas como de costumbre. Lo único que me consuela es que el ambiente es bueno, se nota que es
una clínica para personas pudientes. Pero mañana por la mañana, eso sí, lo primero que hago es hablar con el
doctor De Luisi para que la ponga en su lugar a esa mocosa presumida. Habrá que ver si la frazada lo abriga
bien al nene, voy a pedir que por las dudas le dejen otra a mano. Pero sí, claro que me abriga, menos mal que
se fue de una vez, mamá cree que soy un chico y me hace hacer cada papelón. Seguro que la enfermera va a
pensar que no soy capaz de pedir lo que necesito, me miró de una manera cuando mamá le estaba protestando.
Y en esta cama se dormirá bien, a esta hora ya no se oye ningún ruido, a veces de lejos el zumbido del ascensor
que me hace acordar a esa película de miedo que también pasaba en una clínica, cuando a medianoche se abría
poco a poco la puerta y la mujer paralítica en la cama veía entrar al hombre de la máscara blanca...
La enfermera es bastante simpática, volvió a las seis y media con unos papeles y me empezó a preguntar mi
nombre completo, la edad y esas cosas. Seguro que todavía estaba enojada por lo que le había dicho mamá y
pensaba que yo era igual que ella y que le iba a dar órdenes o algo así. Me preguntó si me dolía el apéndice y
le dije que no, que esa noche estaba muy bien. "A ver el pulso", me dijo, y después de tomármelo anotó algo
más en la planilla y la colgó a los pies de la cama. "¿Tenés hambre?", me preguntó, y yo creo que me puse
colorado porque me tomó de sorpresa que me tuteara, es tan joven que me hizo impresión. Le dije que no,
aunque era mentira porque a esa hora siempre tengo hambre. "Esta noche vas a cenar muy liviano", dijo ella.
Seguro que estaba furiosa por lo de mamá y se desquitaba conmigo, de puro resentida; qué sé yo, después que
se fue se me pasó de golpe el fastidio, quería seguir enojado con ella pero no podía. Qué joven es, clavado que
no tiene ni diecinueve años, debe haberse recibido de enfermera hace muy poco. A lo mejor viene para traerme
la cena; le voy a preguntar cómo se llama, si va a ser mi enfermera tengo que darle un nombre. Pero en cambio
vino otra, una señora muy amable vestida de azul que me trajo un caldo y bizcochos y me hizo tomar unas
pastillas verdes. También ella me preguntó cómo me llamaba y si me sentía bien, y me dijo que en esta pieza
dormiría tranquilo porque era una de las mejores de la clínica, y es verdad porque dormí hasta casi las ocho. Al
rato vino mamá y qué alegría verlo tan bien, yo que me temía que hubiera pasado la noche en blanco el pobre
querido, pero los chicos son así, en la casa tanto trabajo y después duermen a pierna suelta aunque estén lejos
de su mamá que no ha cerrado los ojos la pobre. El doctor De Luisi entró para revisar al nene y yo me fui un
momento afuera porque ya está grandecito, y me hubiera gustado encontrármela a la enfermera de ayer para
verle bien la cara y ponerla en su sitio nada más que mirándola de arriba a abajo, pero no había nadie en el
pasillo. Casi en seguida salió el doctor De Luisi y me dijo que al nene iban a operarlo a la mañana siguiente,
que estaba muy bien y en las mejores condiciones para la operación, a su edad una apendicitis es una tontería.
Le agradecí mucho y aproveché para decirle que me había llamado la atención la impertinencia de la enfermera
de la tarde, se lo decía porque no era cosa de que a mi hijo fuera a faltarle la atención necesaria. Después entré
en la pieza para acompañar al nene que estaba leyendo sus revistas y ya sabía que lo iban a operar al otro día.
Como si fuera el fin del mundo, me mira de un modo la pobre, pero si no me voy a morir, mamá, hacedme un
poco el favor.
La enfermera de la tarde se llama la señorita Cora, se lo pregunté a la enfermera chiquita cuando me trajo el
almuerzo; me dieron muy poco de comer y de nuevo pastillas verdes y unas gotas con gusto a menta; me parece
que esas gotas hacen dormir porque se me caían las revistas de la mano. Me desperté a eso de las cuatro y media
y empecé a pensar en la operación, no que tenga miedo, el doctor De Luisi dijo que no es nada, pero debe ser
raro la anestesia y que te corten cuando estás dormido. El nene de mamá ya no está tan garifo como ayer, se le
nota en la cara que tiene un poco de miedo, es tan chico que casi me da lástima. La pieza estaba un poco fría y
fui a subir la calefacción, después traje el termómetro y se lo di. "¿Te lo sabes poner?", le pregunté, y las
mejillas parecía que iban a reventársele de rojo que se puso. Dijo que sí con la cabeza y se estiró en la cama
mientras yo bajaba las persianas y encendía el velador. Cuando me acerqué para que me diera el termómetro
seguía tan ruborizado que estuve a punto de reírme, pero con los chicos de esa edad siempre pasa lo mismo, les
cuesta acostumbrarse a esas cosas. Y para peor me mira en los ojos, por qué no le puedo aguantar esa mirada
si al final no es más que una mujer, cuando saqué el termómetro de debajo de las frazadas y se lo alcancé, ella
me miraba y yo creo que se sonreía un poco, se me debe notar tanto que me pongo colorado, es algo que no
puedo evitar, es más fuerte que yo. Después anotó la temperatura en la hoja que está a los pies de la cama y se
fue sin decir nada. Ya casi no me acuerdo de lo que hablé con papá y mamá cuando vinieron a verme a las seis.
Se quedaron poco porque la señorita Cora les dijo que había que prepararme y que era mejor que estuviese
tranquilo la noche antes. Pensé que mamá iba a soltarle alguna de las suyas pero la miró nomás de arriba abajo,
y papá también pero yo al viejo le conozco las miradas, es algo muy diferente. Justo cuando se estaba yendo la
oí a mamá que le decía a la señorita Cora: "Le agradeceré que lo atienda bien, es un niño que ha estado siempre
muy rodeado por su familia", o alguna idiotez por el estilo, y me hubiera querido morir de rabia, ni siquiera
escuché lo que le contestó la señorita Cora, pero estoy seguro de que no le gustó, a lo mejor piensa que me
estuve quejando de ella o algo así.
Cortázar Julio. (2008). Cuentos completos 2. Punto de lectura: Colombia.
8. De lo dicho por el chico en la historia “Justo cuando se estaba yendo la oí a mamá que le decía a la
señorita Cora: "Le agradeceré que lo atienda bien, es un niño que ha estado siempre muy rodeado
por su familia", o alguna idiotez por el estilo, y me hubiera querido morir de rabia” podemos decir
que existe una intención:
a. Directiva, porque dirige una orden al emisor
b. Expresiva, porque manifiesta una emoción.
c. Comisiva, porque expresa un compromiso.
d. Asertiva, porque está afirmando algo.

9. De acuerdo con el texto y la siguiente expresión “No hay más que mirarla para darse cuenta de quién
es, con esos aires de vampiresa y ese delantal ajustado, una chiquilina de porquería que se cree la
directora de la clínica. Lo único que me consuela es que el ambiente es bueno, se nota que es una
clínica para personas pudientes” podemos suponer que subyace un pensamiento en donde:
a. se asume que las mujeres jóvenes usan su sexualidad como una forma de obtener sus logros laborales.
b. se piensa que las madres deben tener total derecho de cuidar a sus hijos en cualquier lugar donde se
encuentren.
c. se entiende que las personas jóvenes no tienen la responsabilidad necesaria para manejar un trabajo
importante.
d. se cree que las personas con un nivel social alto deben tener mayores privilegios frente a los que no son
de su nivel.

En nuestro país son muchos los hombres y las mujeres que se avergüenzan, en la gran ciudad, de las
costumbres de su tierra. Trágicamente, el mundo está perdiendo la originalidad de sus pueblos, la riqueza
de sus diferencias, en su deseo infernal de “clonar” al ser humano para mejor dominarlo. Quien no ama su
provincia, su paese, la aldea, el pequeño lugar, su propia casa por pobre que sea, mal puede respetar a los
demás. Pero cuando todo está desacralizado la existencia es ensombrecida por un amargo sentimiento de
absurdo. De ahí uno de los motivos por los cuales hoy se tiene tanto terror a la muerte; se ha convertido en
un tabú. Ya casi no hay velatorios y llorar en un entierro es un acto inadecuado, poco frecuente. En cuanto
nos descuidemos, habremos dejado de compartir ese misterioso momento en que el alma se retira del
cuerpo, en que éste queda tan muerto como queda una casa cuando se retiran para siempre los seres que la
habitan y, sobre todo, que sufrieron y amaron en ella. Pues no son las paredes, ni el techo, ni el piso lo que
individualiza a la casa sino esas personas que la viven, con sus conversaciones, sus risas, con sus amores y
odios; seres que impregnan la casa de algo inmaterial pero profundo, como es la sonrisa en un rostro.
Tomado de: SÁBATO, E. (2000) Fragmento de “La Resistencia - Segunda Carta: Los antiguos valores”.

10. A partir del texto se pude observar que para el autor las diferencias de un pueblo:
a. marcan su sentido y su destino.
b. lo hacen especial e irrepetible.
c. lo vuelven resistente a las desgracias.
d. muestran su capacidad de progreso.

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