Reflexión Sobre Los Mandamientos de Eduardo J. Couture.
Reflexión Sobre Los Mandamientos de Eduardo J. Couture.
Reflexión Sobre Los Mandamientos de Eduardo J. Couture.
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caso que estudiar, es la acción de “Pensar” en la situación creando una analogía de la
situación con lo aprendido fundamentado en el estudio para tomar la mejor decisión.
En tercera lugar se visualiza “La abogacía es una ardua fatiga puesta al
servicio de la justicia”, como seguidores de la justicia, cada abogado debe trabajar en
pro que se respeten los acuerdos sociales de manera tal que se cumpla con el
compromiso moral de buscar la justicia como objeto de la acción legal. En
consiguiente se encuentra el mandamiento que señala, “Tu deber es luchar por el
derecho; pero el día que encuentres en conflicto el derecho con la justicia, lucha por
la justicia”. Esto dado que el derecho lo conforman los principio y normas escritos
por las sociedades de acuerdo a su voluntad vivencial, pero la justicia como principio
ético, supera al derecho por su universalidad del bien común.
En Quinto Lugar, se señala que el abogado debe ser: “Leal para con tu cliente,
al que no debes abandonar hasta que comprendas que es indigno de ti. Leal para con
el adversario, aun cuando él sea desleal contigo. Leal con el juez, que ignora los
hechos y debe confiar en los que tú le dices; y que, en cuanto al derecho, alguna que
otra vez, debe confiar en el que tú le invocas.” La lealtad forma parte de principios
morales de un abogado ya que su labor social de basa en la confianza que tenga el
cliente y sus adversarios en sus argumentos; que se pueden acompañar con el sexto
mandamiento que reza, “Tolera la verdad ajena en la misma medida en que quieres
que sea tolerada la tuya”. Esto como consecuencia del respeto que debe tener el
abogado por las versiones situacionales de todas las posiciones dentro de un mismo
hecho, reconociendo que las causas de un evento parten de distintos puntos de vista y
deben ser visualizadas desde todos los ángulos.
En el siguiente punto encontramos que “El tiempo se venga de las cosas que se
hacen sin su consideración”. Esto hace referencia a la paciencia con la que debe el
abogado abordar las situaciones jurídicas en las que participa, dado que en múltiples
ocasiones encontrar los argumentos para los casos en los que participa, dependen de
“pruebas concretas” que necesitan tiempo para ser analizadas desde todos los puntos
de vista.
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Luego podemos leer la invitación que se hace al abogado en el octavo
mandamiento donde se invita a: “Ten fe en el derecho, como el mejor instrumento
para la convivencia humana; en la justicia, como destino normal del derecho; en la
paz; como sustitutivo bondadoso de la justicia; y sobre todo, ten fe en la libertad sin
la cual no hay derecho, ni justicia, ni paz”. Sin importar las creencias religiosas del
profesional, la fé en la llegada de la justicia como principio moral significa en todas
las ocasiones la fuente de inspiración para cada caso.
Posteriormente con la intención que el abogado no posea dentro de su actuar
soberbia que lo ciegue a la verdad frente a los adversarios, el noveno mandamiento
indica que: “La abogacía es una lucha de pasiones. Si en cada batalla fueras
cargando tu alma de rencor, llegará el día en que la vida será imposible para ti
concluido el combate, olvida tan pronto tu victoria como tu derrota”
Finalmente el profesional del derecho deriva: “Trata de considerar la abogacía
de tal manera que el día en que tu hijo te pida consejo sobre su destino, consideres
un honor para ti proponerle que se haga abogado”, de esta forma más que una
profesión la práctica de la abogacía pasa a ser parte de la vida misma, para vivir y
ejecutar sus acciones de manera honrada.