DP Luz Mila
DP Luz Mila
DP Luz Mila
Solicitud: información.
LUZ MILA CIFUENTES GUERRERO identificada como aparece al pie de mi firma, por
medio del presente escrito y en ejercicio del Derecho De Petición que consagra el
artículo 23 de la Constitución Política de Colombia y las disposiciones pertinentes del
Código de Procedimiento Administrativo y de lo Contencioso administrativo, misma
forma dándole aplicación a lo reglado en la ley 1755/15 en su Artículo 14. Me permito
solicitar a esa ENTIDAD MEDICA se sirva ordenar a quien corresponda lo siguiente:
HECHOS
PETICIONES EN DERECHO
JURISPRUDENCIALES:
Sentencia T-077/18 que esboza los parámetros que debe contener una respuesta a un
derecho de petición y lo hace en los siguientes términos:
El artículo 23 de la Constitución Política consagra el derecho que tienen todas las
personas a presentar peticiones respetuosas por motivos de interés general o
particular y a obtener pronta resolución. En desarrollo del Texto Superior, la Ley
1755 de 2015[2] reguló todo lo concerniente al derecho fundamental de petición,
en los términos señalados en el Código de Procedimiento Administrativo y
Contencioso Administrativo[3].
En reciente Sentencia C-418 de 2017, este Tribunal reiteró que el ejercicio del
derecho de petición se rige por las siguientes reglas y elementos de aplicación [5]:
“1) El de petición es un derecho fundamental y resulta determinante para la
efectividad de los mecanismos de la democracia participativa.
2) Mediante el derecho de petición se garantizan otros derechos
constitucionales, como los derechos de acceso a la información, la libertad de
expresión y la participación política.
3) La respuesta debe satisfacer cuando menos tres requisitos básicos: (i) debe
ser oportuna, es decir, debe ser dada dentro de los términos que establezca la
ley; (ii) la respuesta debe resolver de fondo el asunto solicitado. Además de
ello, debe ser clara, precisa y congruente con lo solicitado; y (iii) debe ser
puesta en conocimiento del peticionario.
4) La respuesta no implica necesariamente la aceptación de lo solicitado, ni
se concreta necesariamente en una respuesta escrita.
5) El derecho de petición fue inicialmente dispuesto para las actuaciones ante
las autoridades públicas, pero la Constitución de 1991 lo extendió a las
organizaciones privadas y en general, a los particulares.
6) Durante la vigencia del Decreto 01 de 1984 el término para resolver las
peticiones formuladas fue el señalado por el artículo 6 del Código
Contencioso Administrativo, que señalaba un término de quince (15) días
para resolver, y en los casos en que no pudiere darse la respuesta en ese
lapso, entonces la autoridad pública debía explicar los motivos de la
imposibilidad, señalando además el término en el que sería dada la
contestación.
7) La figura del silencio administrativo no libera a la administración de la
obligación de resolver oportunamente la petición, pues su objeto es distinto.
En sentido concurrente, el silencio administrativo es prueba de la violación
del derecho de petición.
8) La falta de competencia de la entidad ante quien se plantea el derecho de
petición no la exonera del deber de responder.
9) La presentación de una petición hace surgir en la entidad, la obligación de
notificar la respuesta al interesado”.
En relación con el derecho de petición frente a particulares, la jurisprudencia de
esta Corporación ha precisado que para su procedencia se debe concretar al
menos uno de los siguientes eventos:
(i) La prestación de un servicio público o el desempeño funciones públicas. Al
respecto, se destacan las entidades financieras, bancarias o cooperativas, en tanto
que se trata de personas jurídicas que desempeñan actividades que son
consideradas servicio público[6]. De la misma manera, se incluyen las
universidades de carácter privado, las cuales prestan el servicio público de
educación[7]. También se destacan las actividades de los curadores urbanos,
quienes son particulares encargados de la verificación del cumplimiento de la
normatividad urbanística o de edificación[8]. En estos eventos, el derecho de
petición opera como si se tratase de una autoridad y, por consiguiente, al ser
similar la situación y la calidad del particular a una autoridad pública, está en la
obligación de brindar respuesta a las peticiones presentadas, siguiendo lo
estipulado en el artículo 23 de la Constitución Política[9].
(ii) El ejercicio del derecho de petición como medio para proteger un derecho
fundamental.
(iii) En aquellos asuntos en los cuales exista una relación especial de poder entre el
peticionario y la organización privada. Al respecto, la Ley 1755 de 2015 dispuso que
el citado derecho se podía ejercer ante personas naturales cuando frente a ellas el
solicitante se encontrara en: (i) situaciones de indefensión o subordinación o, (ii) la
persona natural se encuentre ejerciendo una función o posición dominante frente
al peticionario[10].
En concordancia con lo anterior, este Tribunal ha indicado que existe una relación
especial de poder en la solicitud de peticiones la cual se manifiesta, por lo menos,
en tres situaciones: cuando hay subordinación, cuando hay indefensión y en el
ejercicio de la posición dominante. Por tal razón, ha determinado el contenido y
alcance de cada una y su relación con el ejercicio del derecho de petición, de la
siguiente manera:
“La subordinación responde a la existencia de una relación jurídica de dependencia,
vínculo en que la persona que solicita el amparo de sus derechos fundamentales se
encuentra sometido a la voluntad del particular. Dicho vínculo proviene de una
determinada sujeción de orden jurídico, tal como ocurre en las relaciones entre
padres e hijos, estudiantes con relación a sus profesores, o por ejemplo los
trabajadores respecto de sus patronos o entre los ex-trabajadores y ex-
empleadores siempre que se soliciten los datos relevantes de la seguridad social,
al igual que los elementos relacionados con el contrato de trabajo, premisa que
aplica también a las entidades liquidadas.
(…)
La indefensión hace referencia a las situaciones que implican una relación de
dependencia de una persona respecto de otra, nexo que se basa en vínculos de
naturaleza fáctica, en virtud de la cual la persona afectada en su derecho carece
de defensa física o jurídica. Dicha ausencia es entendida como la inexistencia de la
posibilidad de respuesta efectiva ante la violación o amenaza de que se trate.
(…)
El ejercicio del derecho de petición también opera en razón de que el particular
que ocupa una posición dominante puede desplegar actos de poder que incidan
en la esfera subjetiva del peticionario o tenga la capacidad efectiva de afectar sus
derechos fundamentales, con lo cual queda en una situación de indefensión. La
relación de poder específica introduce una dimensión constitucional adicional a la
meramente laboral o contractual que merece ser valorada, como lo ha hecho la
Corte Constitucional en sentencias anteriores (…)[11]” (Negrilla fuera del texto).
Finalmente, esta Corporación ha indicado que procede el derecho de petición
ante particulares, en los casos de indefensión y subordinación, en virtud de la
eficacia horizontal de los derechos fundamentales ante particulares, como
expresión del derecho a la igualdad. Así por ejemplo, en la Sentencia C-951 de
2014, en la que reitera lo establecido en la Sentencia T-689 de 2013, la Corte
concluyó que: “(e)n el plano de las relaciones privadas, la protección de los
derechos fundamentales tiene una eficacia horizontal como una manifestación del
principio de la igualdad, pues, precisamente ante las relaciones dispares que se
sostienen en el ámbito social, sin la obligatoriedad de los derechos fundamentales
entre particulares, la parte débil quedaría sometida sin más, a la voluntad de
quien ejerce autoridad o tiene ventaja sobre ella, y desde el punto de vista
material, equivale a decir que quienes se encuentran en estado de indefensión o
subordinación tienen la posibilidad de asumir una verdadera defensa de sus
intereses”.
NOTIFICACIONES
3. CELULAR:
321-824-2031
Atentamente,