Calenda de Adviento
Calenda de Adviento
Calenda de Adviento
REFLEXIÓN
"¿Qué cosa mejor podríamos encontrar entre los dones divinos, para honrar la fiesta de hoy, que
aquella paz que anunciaron los ángeles en el nacimiento del Señor? En efecto, esta paz es la
que engendra hijos de Dios, la que alimenta el amor, la que es madre de la unidad. Ella es
descanso para los santos y tabernáculo donde moran los invitados al reino eterno. El fruto propio
de esta paz es que se unan a Dios aquellos que el Señor ha segregado del mundo." (SAN LEÓN
MAGNO, Sermón 6, sobre la Natividad, 2-3).
ORACIÓN
Despierta tu poder, Señor, y ven a socorrernos con tu fuerza; que tu amor y tu perdón apresuren
la salvación que nuestros pecados retardan. Por Nuestro Señor Jesucristo. Amén.
SEMANA 1: VIERNES
REFLEXIÓN
"No puede haber, en efecto, lugar para la tristeza, cuando nace aquella vida que viene a destruir
el temor de la muerte y a darnos la esperanza de una eternidad dichosa." "Que nadie se
considere excluido de esta alegría, pues el motivo de este gozo es común para todos; nuestro
Señor, en efecto, vencedor del pecado y de la muerte, así como no encontró a nadie libre de
culpa, así ha venido para salvarnos a todos. Alégrese, pues, el justo, porque se acerca a la
recompensa; regocijese el pecador, porque se le brinda el perdón; anímese el pagano, porque es
llamado a la vida." (SAN LEÓN MAGNO, Sermón I sobre la Natividad, 1-3).
ORACIÓN
Despierta tu poder y ven Señor, que tu brazo liberador nos salve de los peligros que nos
amenazan a causa de nuestros pecados. Tú, que vives y reinas por siempre. Amén.
SEMANA 1: SÁBADO
« Ven Señor, tú que te sientas sobre
querubines, que brille tu rostro y nos salve. »
(Antifona de Entrada, Sal 79, 4.2)
REFLEXIÓN
"La Madre de Cristo nos enseña a reconocer el tiempo de Dios, el momento favorable en el que
pasa por nuestras vidas y pide una respuesta disponible y generosa... El Verbo que ha puesto su
morada en el seno de María, viene a tocar al corazón de cada hombre con singular intensidad en
la próxima Navidad… A cada uno le corresponde responder, como María, con un «sí» personal y
sincero, abriendo a su vez el espacio de la propia existencia al amor de Dios." 19 de diciembre
de 1999, Juan Pablo II, Alocución dominical del Papa con motivo del «Angelus» ).
ORACIÓN
Señor Dios, que para librar al hombre de la antigua esclavitud del pecado enviaste a tu Hijo a
este mundo; concede a los que esperamos con devoción su venida, alcanzar la gracia de la
libertad verdadera. Por Nuestro Señor Jesucristo. Amén.
SEMANA 2:
Juan el Precursor
« Pueblo de Sión: mira al Señor que viene a salvar a los pueblos. El Señor hará oír su voz
gloriosa en la alegría de vuestro corazón. »
(Antífona de Entrada, Is, 30, 19.30)
Comienzo de la Celebración
en torno a la Corona de Adviento
Guía:
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Todos:
Amén.
Guía:
Ven Espíritu Santo,
Todos:
llena los corazones de tus fieles y enciende
en ellos el fuego de tu amor.
Guía:
Envía tu Espíritu creador.
Todos:
Y renovarás la faz de la tierra.
Guía:
¡Oh Dios, que has iluminado los corazones de tus fieles con la luz del Espíritu Santo!, haznos
dóciles a sus inspiraciones para gustar siempre del bien y gozar de sus consuelos. Por
Jesucristo Nuestro Señor.
Todos:
Amén.
Bienvenida
Guía:
Una vez más nos reunimos, atentos al anuncio de la llegada de Dios nuestro Señor. Se acerca la
gran fiesta de Navidad, la fiesta del Nacimiento de nuestro Señor Jesucristo en Belén y en cada
uno de nuestros corazones. Preparémonos a recibir a nuestro salvador reuniéndonos en torno a
esta corona.
Palabra de Dios
Guía:
Escuchemos la palabra de Dios.
« Está escrito en el Profeta Isaías: ‘ Yo envío mi mensajero delante de ti para que te prepare el
camino. Una voz grita en el desierto: Preparadle el camino al señor, allanad sus senderos‘ . Juan
bautizaba en el desierto: predicaba que se convirtieran y se bautizaran, para que se les
perdonasen los pecados. Acudía la gente de Judea y de Jerusalén, confesaban sus pecados y él
los bautizaba en el Jordán. Juan iba vestido de piel de camello, con una correa de cuero a la
cintura y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre. Y proclamaba: ‘Detrás de mí viene el que
puede más que yo, y yo no merezco agacharme para desatarle las sandalias. Yo os he
bautizado con agua, pero él os bautizará con Espíritu Santo‘. »
Lector:
Palabra de Dios.
Todos:
«Credo».
Reflexión
Guía:
La venida de Cristo exige una continua conversión. El tiempo del Adviento, es una llamada a la
conversión para preparar los caminos del Señor y acoger al Señor que viene. El Señor ya no
quiere nacer en una cueva, el Señor quiere nacer, ahora, en cada uno de los corazones de los
hombres.
Diálogo
(Después de unos momentos de silencio, el guía debe motivar que los participantes hagan
comentarios sobre el texto bíblico. Para terminar este diálogo se invita a los presentes a hacer un
compromiso.)
Compromiso
Guía:
Pongámonos en presencia de Dios y meditemos:
En el contacto con Dios, a través de la oración nos damos cuenta de lo que aún tenemos que
cambiar. La conversión es un proceso de todos los días, y tiene sólo un límite: el ser perfectos
como nuestro Padre celestial es perfecto.
(Reflexión en silencio)
Despedida
Guía:
Señor, gracias por reunirnos una vez más en torno a esta corona. Ayúdanos a vivir intensamente
este Adviento y prepararnos para recibirte. Por Cristo Nuestro Señor.
Todos:
Amén.
Guía:
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Todos:
Amén.
SEMANA 2: LUNES
REFLEXIÓN
"Ahora, por tanto, nuestra paz no es prometida, sino enviada; no es diferida, sino concedida; no
es profetizada, sino realizada: el Padre ha enviado a la tierra algo así como un saco lleno de
misericordia; un saco, diría, que se romperá en la pasión, para que se derrame el precio de
nuestro rescate que contiene; un saco que, si bien es pequeño, está ya totalmente lleno. En
efecto, un niño se nos ha dado, pero en este niño habita toda la plenitud de la divinidad." (S.
BERNARDO, Sermón I de Epifanía, 1-2).
ORACIÓN
Señor, suban a tu presencia nuestras súplicas y colma en tus siervos los deseos de llegar a
conocer en plenitud el misterio admirable de la Encarnación de tu Hijo. Que vive y reina contigo,
en la unidad del Espirtu Santo. Amén.
SEMANA 2: MARTES
REFLEXIÓN
"¿Quién tendrá un corazón tan bajo y tan ingrato como para no gozar y saltar de alegría por lo
que sucede? Es una fiesta común de toda la creación [...]. Nosotros también proclamamos
nuestra alegría; a nuestra fiesta le damos el nombre de Teofanía. Festejemos la salvación del
mundo, el día en que nace la humanidad. Hoy ha quedado eliminada la condenación de Adán."
(SAN BASILIO, Hom. para el Nacimiento de Cristo, 2, 6).
ORACIÓN
Señor y Dios nuestro que has manifestado tu salvación hasta los confines de la tierra;
concédenos esperar con alegría la gloria del nacimiento de tu Hijo. Que vive y reina contigo.
SEMANA 2: MIÉRCOLES
REFLEXIÓN
"La fiesta de la Natividad renueva para nosotros los comienzos sagrados de la vida de Jesús,
nacido de la Virgen María; y, al adorar el nacimiento de nuestro Salvador, se nos invita a celebrar
también nuestro propio nacimiento como cristianos." (SAN LEÓN MAGNO, Sermón 6, sobre la
Natividad, 2-3)
ORACIÓN
Señor, Dios, todopoderoso, que nos mandas abrir camino a Cristo, el Señor; no permitas que
desfallezcamos en nuestra debilidad los que esperamos la llegada saludable del que viene a
sanarnos de todos nuestros males. Por Nuestro Señor Jesucristo. Amén.
SEMANA 2: JUEVES
REFLEXIÓN
"Ante la Buena Noticia de un Dios que por amor nuestro se desnuda y asume nuestra condición
humana, no podemos dejar de abrir el corazón al arrepentimiento; no podemos encerrarnos en el
orgullo y la hipocresía, obstruyendo la posibilidad de encontrar la auténtica paz…Dios
sobreabunda en amor tierno y misericordioso. Como el padre de la parábola, está dispuesto a
acoger con los brazos abiertos a los hijos que tienen el valor para regresar a Él."
ORACIÓN
Despierta, Señor, nuestros corazones y muévelos a preparar los caminos de tu Hijo, para que
cuando venga podamos servirte con conciencia pura. Por Nuestro Señor Jesucristo. Amén.
SEMANA 2: VIERNES
"Esto nos explica el cambio que a veces se opera en ciertas almas. Han vivido años enteros de
una manera estrecha, con frecuencia deprimidas, casi nunca contentas encontrando sin cesar
nuevas dificultades en la vida espiritual; pero un día Dios les ha dado la gracia de comprender
que Cristo lo es todo para nosotros, que es el Alfa y Omega (Ap 22,13), que fuera de Él nada
tenemos, que en Él lo tenemos todo, y que todo lo resume en Sí. A partir de ese momento, todo
varía, por decirlo así, en esas almas; sus dificultades se desvanecen como las sombras de la
noche a la luz del sol naciente. Desde que nuestro Señor, «el verdadero sol de nuestra vida»
(Mal 4,2), ilumina plenamente a esas almas, las fecunda; ya pueden respirar a pleno pulmón,
progresan y producen grandes frutos de santidad." (Dom Columba Marmion, Causa exemplaris,
Fecundidad y aspectos diversos del misterio de Cristo).
ORACIÓN
Que los ruegos y ofrendas de nuestra pobreza te conmuevan Señor, y al vernos desvalidos y sin
méritos propios acude, compasivo, en nuestra ayuda. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
SEMANA 2: SÁBADO
REFLEXIÓN
"La Madre de Cristo nos enseña a reconocer el tiempo de Dios, el momento favorable en el que
pasa por nuestras vidas y pide una respuesta disponible y generosa. El misterio de la Noche
Santa, que tuvo lugar históricamente hace dos mil años, se vive, como acontecimiento, en el
«hoy» de la Liturgia. El Verbo que ha puesto su morada en el seno de María, viene a tocar al
corazón de cada hombre con singular intensidad en la próxima Navidad… A cada uno le
corresponde responder, como María, con un «sí» personal y sincero, abriendo a su vez el
espacio de la propia existencia al amor de Dios." 19 de diciembre de 1999, Juan Pablo II,
Alocución dominical del Papa con motivo del «Angelus» ).
ORACIÓN
« Estás viendo, Señor, cómo tu pueblo espera con fe la fiesta del nacimiento de tu Hijo;
concédenos llegar a la Navidad - fiesta de gozo y salvación - y poder celebrarla con alegría
desbordante. Por nuestro Señor. » (Oración Colecta)
Comienzo de la Celebración
en tornoa la Corona de Adviento
Guía:
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Todos:
Amén.
Guía:
Ven Espíritu Santo,
Todos:
llena los corazones de tus fieles y enciende
en ellos el fuego de tu amor.
Guía:
Envía tu Espíritu creador.
Todos:
Y renovarás la faz de la tierra.
Guía:
¡Oh Dios, que has iluminado los corazones de tus fieles con la luz del Espíritu Santo!, haznos
dóciles a sus inspiraciones para gustar siempre del bien y gozar de sus consuelos. Por
Jesucristo Nuestro Señor.
Todos:
Amén.
Bienvenida
Guía:
Una vez más nos reunimos, atentos al anuncio de la llegada de Dios nuestro Señor. Se acerca la
gran fiesta de Navidad, la fiesta del Nacimiento de nuestro Señor Jesucristo en Belén y en cada
uno de nuestros corazones. Preparémonos a recibir a nuestro Salvador reuniéndonos en torno a
esta corona.
Guía:
Escuchemos la Palabra de Dios.
« Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: éste venía como testigo, para dar
testimonio de la luz, para que por él todos vinieran a la fe. No era él la luz, sino testigo de la luz,
y este fue el testimonio de Juan, a que le preguntaran: '¿Tú quién eres?' Él confesó sin reservas:
'Yo no soy el Mesías.' Le preguntaron: '¿Entonces qué? ¿Eres tú Elías?' Él dijo: 'No los soy.'
'¿Eres tú el Profeta?' Respondió: 'No.' Y le dijeron: '¿Quién eres?' Para que podamos dar una
respuesta a los que nos han enviado, '¿qué dices de ti mismo?' Él contestó: 'Yo soy la voz que
grita en el desierto: 'Allanad el camino del Señor' (como dijo el Profeta Isaías.' Entre los enviados
había fariseos y le preguntaron: 'Entonces, ¿por qué bautizas, si tú no eres el Mesías, ni Elías, ni
el Profeta?' Juan les respondió: 'Yo bautizo con agua; en medio de vosotros hay uno que no
conocéis, el que viene detrás de mí, que existía antes que yo y al que no soy digno de desatar la
correa de la sandalia.' Esto pasaba en Betania, en la otra orilla del Jordán, donde estaba Juan
bautizando.»
Lector:
Palabra de Dios.
Todos:
«Credo».
Reflexión
Guía:
Él ha venido como el médico que cura las más profundas enfermedades del hombre. Por esto, la
peor de nuestras enfermedades, el pecado, en esta visión de la gran misericordia del Señor, es
simplemente un obstáculo porque el Salvador divino ha venido a socorrernos.
Diálogo
(Después de unos momentos de silencio, el guía debe motivar que los participantes hagan
comentarios sobre el texto bíblico. Para terminar este diálogo se invita a los presentes a hacer un
compromiso.)
Compromiso
Guía:
Pongámonos en presencia de Dios y meditemos:
Despedida
Guía:
Señor, gracias por reunirnos una vez más en torno a esta corona. Ayúdanos a vivir intensamente
este Adviento y prepararnos para recibirte. Por Cristo Nuestro Señor.
Todos:
Amén.
Guía:
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Todos:
Amén.
SEMANA 3: LUNES
REFLEXIÓN
El Adviento es tiempo de espera y preparación interior para el encuentro con el Señor. Por tanto,
dispongamos nuestro espíritu para emprender con alegría y decisión esta peregrinación
espiritual que nos llevará a la celebración de la santa Navidad. (Visita a la Parroquia de San
Inocencio I Papa y San Guido Obispo, Roma; Homilía del Santo Padre Juan Pablo II, Domingo
28 de noviembre, 1988).
ORACIÓN
Dios, creador y restaurador del hombre, que has querido que tu Hijo, Palabra eterna, se
encarnase en el seno de María, siempre Virgen; escucha nuestras súplicas y que Cristo, tu
Unigénito, hecho hombre por nosotros, se digne hacernos partícipes de su condición divina. Por
Nuestro Señor Jesucristo. Amén.
FERIAS DE ADVIENTO
del 17 al 24 de diciembre
REFLEXIÓN
Nuestro encuentro se sitúa en el tiempo litúrgico del Adviento, que brinda mensajes sugestivos y
profundos. Ante el Señor ya cercano -«Dominus prope!» (Flp 4, 5)- y el Rey al que debemos
adoración -«Regem venturum Dominum, venite adoremus» (Breviario romano)-, tenemos que
dejarnos interpelar por las grandes cuestiones de la vida. Se trata de interrogantes siempre
actuales, que atañen al origen y al fin del hombre. Son preguntas que ya se planteó el concilio
Vaticano II en la constitución Gaudium et spes. Esos interrogantes nos acompañan
constantemente; más aun, podríamos decir que existen juntamente con nosotros. ¿Quién soy?
¿De dónde vengo y a dónde voy? ¿Cuál es el sentido de mi existencia y de ser una criatura
humana? ¿Por qué siento esta perenne «inquietud», como solía llamarla san Agustín? ¿Por qué
razones debo responder constantemente a las exigencias de la moral, distinguir el bien del mal,
hacer el bien y evitar y vencer el mal? Nadie puede dejar de plantearse estas preguntas. La
sagrada Escritura, comenzando por el libro del Génesis, les da respuestas exhaustivas. Y esas
respuestas constituyen, de algún modo, el contenido del Adviento de la Iglesia, que actualiza el
pasado y nos proyecta al futuro. (Sed Levadura Evangélica, Homilía de S.S. Juan Pablo II
durante la Misa de Universitarios Romanos, 15 de diciembre de 1998).
ORACIÓN
Concede, Señor, a los que vivimos oprimidos por la antigua esclavitud del pecado ser liberados
por el nuevo y esperado nacimiento de tu Hijo. Que vive y reina contigo. Amén.
FERIAS DE ADVIENTO
del 17 al 24 de diciembre
SEMANA 3: MIÉRCOLES
REFLEXIÓN
«El Señor está cerca de quien lo busca…En efecto, 'cerca' y 'lejos' son categorías relacionadas
con la distancia mensurable en el espacio, con la distancia mensurable en horas, años, siglos y
milenios. Sin embargo, el tiempo del Adviento nos invita a considerar sobre todo la dimensión
espiritual y profunda de esa distancia, es decir, su referencia a Dios. ¿Qué es y cómo podemos
percibir la cercanía o la lejanía de Dios? ¿No es en el «corazón inquieto» del hombre donde se
percibe de modo sensible y adecuado la dimensión espiritual de la distancia y de la cercanía de
Dios?
« ¿Quién es el Mesías, Redentor del mundo? ¿Por qué y en qué consiste su venida? Una vez
más, para adentrarnos en este camino, debemos tomar como punto de referencia el libro del
Génesis. Nos revela que el pecado y su entrada en la historia es la causa de la distancia entre el
hombre y Dios, cuyo símbolo elocuente es la expulsión de nuestros primeros padres del paraíso
terrenal. »
« Dios mismo, a continuación, manifiesta que el alejamiento del hombre a causa del pecado no
es irrevocable. Más aún, exhorta a la humanidad a esperar al Mesías, que vendrá con la fuerza
del Espíritu Santo, para enfrentarse al mal o, mejor, al príncipe de la mentira. » (Sed Levadura
Evangélica, Homilía de S.S. Juan Pablo II durante la Misa de Universitarios Romanos, 15 de
diciembre de 1998).
ORACIÓN
Dios y Señor nuestro, que en el parto de la Virgen María has querido revelar al mundo entero el
esplendor de tu gloria; asístenos con tu gracia, para que proclamemos con fe íntegra y
celebremos con piedad sincera el misterio admirable de la Encarnación de tu Hijo. Por Nuestro
Señor Jesucristo. Amén
SEMANA 3: JUEVES
« El libro del Génesis anuncia expresamente que [el Mesías] es el Hijo de la mujer, e invita a
esperarlo y a prepararse para acogerlo dignamente. Los libros sucesivos del Antiguo
Testamento, precisando y ampliando este anuncio, hablan del Mesías que nacerá en Israel, el
pueblo elegido por Dios entre todas las naciones. »
« A medida que se acerca la «plenitud de los tiempos» (Ga 4, 4), la espera se va cumpliendo y
se comprende cada vez mejor su sentido y su valor. Con Juan el Bautista, esa espera se
convierte en una pregunta concreta, la que los discípulos del Precursor hacen a Cristo: «¿Eres tú
el que ha de venir, o debemos esperar a otro?» (Lc 7, 19). Esta misma pregunta se la hicieron
otras muchas veces; sabemos que la respuesta de Cristo fue la causa de su crucifixión y de su
muerte, pero podemos decir que esa respuesta fue indirectamente la causa de su resurrección,
de la manifestación plena de su mesianidad. Eso es lo que se llama historia de la salvación. De
este modo admirable, se cumplió la promesa hecha a la humanidad después del pecado original.
» (Sed Levadura Evangélica, Homilía de S.S. Juan Pablo II durante la Misa de Universitarios
Romanos, 15 de diciembre de 1998).
ORACIÓN
FERIAS DE ADVIENTO
del 17 al 24 de diciembre
SEMANA 3: VIERNES
« Muy pronto vendrá el Señor, que domina los pueblos, y se llamará Emmanuel, porque tenemos
a Dios-con-nosotros. »
(Antífona de Entrada, Cf. Is 7, 14; 8,10)
« ¡Dichosa tú que has creído!, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá. » (Antífona de
Comunión, Lc 1, 45)
REFLEXIÓN
« Cristo, que avanza en la historia, viene a nuestro encuentro como el cumplimiento esperado de
los eventos humanos. Sólo en él, colmado el horizonte caduco del tiempo y de las realidades
terrenas, a veces maravillosas y atrayentes, encontraremos la respuesta definitiva a la pregunta
sobre la venida del Mesías que hace vibrar el corazón humano. »
«...también para vosotros la espera de Cristo debe traducirse en búsqueda diaria de la verdad
que ilumina los senderos de la vida en todas sus expresiones. Además, la verdad impulsa a la
caridad, testimonio auténtico que transforma la existencia de la persona y las estructuras de la
sociedad. » (Sed Levadura Evangélica, Homilía de S.S. Juan Pablo II durante la Misa de
Universitarios Romanos, 15 de diciembre de 1998).
ORACIÓN
Escucha, Señor, la oración de tu pueblo, alegre por la venida de tu Hijo en carne mortal, y haz
que cuando vuelva en su gloria, al final d elos tiempos, podamos alegrarnos de escuchar de sus
labios la invitación a poseer el reino eterno. Por Nuestro Señor Jesucristo. Amén.
FERIAS DE ADVIENTO
del 17 al 24 de diciembre
17 DE DICIEMBRE
«Exulta, cielo; alégrate, tierra, porque viene el Señor y se compadecerá de los desamparados.
» (Antífona de Entrada, Cf.
Is 49, 13)
REFLEXIÓN
"Populus, quí ambulabat in tenebris, vidit lucem magnam - El pueblo que caminaba en las
tinieblas vio una luz grande" (Is 9, 1).
Todos los años escuchamos estas palabras del profeta Isaías, en el contexto sugestivo de la
conmemoración litúrgica del nacimiento de Cristo. Cada año adquieren un nuevo sabor y hacen
revivir el clima de expectación y de esperanza, de estupor y de gozo, que son típicos de la
Navidad.
Al pueblo oprimido y doliente, que caminaba en tinieblas, se le apareció "una gran luz". Sí, una
luz verdaderamente "grande", porque la que irradia de la humildad del pesebre es la luz de la
nueva creación. Si la primera creación empezó con la luz (cf. Gn 1, 3), mucho más
resplandeciente y "grande" es la luz que da comienzo a la nueva creación: ¡es Dios mismo hecho
hombre!
ORACIÓN
SEMANA 4:
« Estad siempre alegres en el Señor; os lo repito: estad alegres. El Señor está cerca. » (Antífona
de Entrada, Flp 4, 4.5)
« Estás viendo, Señor, cómo tu pueblo espera con fe la fiesta del nacimiento de tu Hijo;
concédenos llegar a la Navidad - fiesta de gozo y salvación - y poder celebrarla con alegría
desbordante. Por nuestro Señor. » (Oración Colecta)
Comienzo de la Celebración
en tornoa la Corona de Adviento
Guía:
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Todos:
Amén.
Guía:
Ven Espíritu Santo.
Todos:
llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor.
Guía:
Envía tu Espíritu creador.
Todos:
Y renovarás la faz de la tierra.
Guía:
Oh Dios, que has iluminado los corazones de tus fieles con la luz del Espíritu Santo, haznos
dóciles a sus inspiraciones para gustar siempre del bien y gozar de su consuelo. Por Cristo
Nuestro Señor.
Todos:
Amén.
BIENVENIDA
Guía:
Una vez más nos reunimos, atendiendo al anuncio de la llegada de Dios nuestro Señor. Se
acerca la gran fiesta de Navidad, la fiesta del nacimiento de nuestro Señor Jesucristo en Belén y
en cada uno de nuestros corazones. Preparémonos a recibir a nuestro Salvador reuniéndonos
en torno a esta corona.
PALABRA DE DIOS
« En aquél tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada
Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen
se llamaba María. El ángel, entrando a su presencia, dijo: 'Alégrate, llena de gracia, el Señor
está contigo, bendita tú eres entre las mujeres.' Ella se turbó ante estas palabras, y se
preguntaba qué saludo era aquél. El ángel le dijo: 'No temas, María, porque has encontrado
gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo y el pondrás por nombre Jesús.
Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David su padre,
reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.' Y María dijo al ángel:
'¿Cómo será eso, pues no conozco varón?' El ángel le contestó: 'El Espíritu Santo vendrá sobre
ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el santo que va a nacer se llamará
Hijo de Dios. Ahí tienes a tu prima Isabel que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya
está de seis meses la que que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible.' María
contestó: 'Aquí está la esclava del Señor, hágase en mi según su tu palabra'. »
«Y la dejó el ángel .»
Lector:
Palabra de Dios.
Todos:
«Credo ».
REFLEXIÓN
Guía:
Hoy en la víspera de Navidad, una persona especial ocupa nuestra atención, una mujer joven y
hermosa llamada María, casi desconocida para la mayoría de los judíos. Dios, sin embargo, la
eligió para ser la madre de su Hijo, Jesucristo.
DIÁLOGO
(Después de unos momentos de silencio, el guía debe motivar que los participantes hagan
comentarios sobre el texto bíblico. Para terminar este diálogo se invita a los presentes a hacer un
compromiso.)
COMPROMISO
Guía:
Pongámonos en la presencia de Dios y meditemos:
Al igual que nuestra Santísima Madre la Virgen María, estamos dispuestos a tener como único
propósito en la vida hacer la voluntad del Señor, y meditar en nuestro corazón el misterio del
nacimiento de Cristo. ¿He cumplido los compromisos que me propuse? ¿Cómo hemos cumplido
esos compromisos que nos hemos propuesto anteriormente? ¿En qué he tenido éxito, en qué he
fallado? ¿Estoy dispuesto a cumplir y ser fiel al igual que María lo fue en su vida?
DESPEDIDA
Guía:
Señor, gracias por reunirnos una vez más en torno a esta corona. Haz que la presencia de la
Santísima Virgen María nos ayude a dar ese último esfuerzo para estar listos y recibirte.
Permítenos acompañarla durante estos últimos días en su camino a Belén para recibirte. Por
Cristo Nuestro Señor.
Todos: Amén.
Guía:
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Todos: Amén.
FERIAS DE ADVIENTO
del 17 al 24 de diciembre
19 DE DICIEMBRE
« El que viene llegará sin retraso, y ya no habrá temor en nuestra tierra, porque El es nuestro
Salvador. »
(Antífona de Entrada Heb 10, 37)
« Nos visitará el sol que nace de lo alto, para guiar nuestros pasos en el camino de la paz. »
(Antífona de Comunión, Lc 1, 78-79)
REFLEXIÓN
«"Ha aparecido la gracia de Dios, que trae la salvación para todos los hombres." (Tt 2, 11)
El texto de la Carta a Tito que acabamos de escuchar nos recuerda cómo el nacimiento del Hijo
unigénito del Padre "trae la salvación" a todos los rincones del planeta y a cada momento de la
historia. Nace para todo hombre y mujer el Niño llamado "Maravilla de Consejero, Dios guerrero,
Padre perpetuo, Príncipe de la paz" (Is 9, 5) . Él tiene la respuesta que puede disipar nuestros
miedos y dar nuevo vigor a nuestras esperanzas.
Sí, en esta noche evocadora de recuerdos santos, se hace más firme nuestra confianza en el
poder redentor de la Palabra hecha carne. Cuando parecen prevalecer las tinieblas y el mal,
Cristo nos repite: ¡no temáis! Con su venida al mundo, Él ha derrotado el poder del mal, nos ha
liberado de la esclavitud de la muerte y nos ha readmitido al convite de la vida.
Nos toca a nosotros recurrir a la fuerza de su amor victorioso, haciendo nuestra su lógica de
servicio y humildad. Cada uno de nosotros está llamado a vencer con Él "el misterio de la
iniquidad", haciéndose testigo de la solidaridad y constructor de la paz. Vayamos, pues, a la
gruta de Belén para encontrarlo, pero también para encontrar, en Él, a todos los niños del
mundo, a todo hermano lacerado en el cuerpo u oprimido en el espíritu.» (Misa de Medianoche,
Homilía de S.S. Juan Pablo Navidad, 24 de diciembre de 2001).
ORACIÓN
Escucha, Señor, la oración de tu pueblo, alegre por la venida de tu Hijo en carne mortal, y haz
que cuando vuelva en su gloria, al final d elos tiempos, podamos alegrarnos de escuchar de sus
labios la invitación a poseer el reino eterno. Por Nuestro Señor Jesucristo. Amén.
20 DE DICIEMBRE
« Brotará un renuevo del tronco de Jesé y la gloria del Señor llenará toda la tierra. Todos los
hombres verán la salvación de Dios. »
(Antífona de Entrada, Cf. Is 11, 1; 40, 5; Lc 3, 6)
« El ángel dijo a María: Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre
Jesús. »
(Antifona de Comunión, Lc 1, 31)
REFLEXIÓN
« Los pastores "se volvieron dando gloria y alabanza a Dios por lo que habían visto y oído; todo
como les habían dicho" (Lc 2, 17).
Al igual que los pastores, también nosotros hemos de sentir en esta noche extraordinaria el
deseo de comunicar a los demás la alegría del encuentro con este "Niño envuelto en pañales",
en el cual se revela el poder salvador del Omnipotente. No podemos limitarnos a contemplar
extasiados al Mesías que yace en el pesebre, olvidando el compromiso de ser sus testigos.
Hemos de volver de prisa a nuestro camino. Debemos volver gozosos de la gruta de Belén para
contar por doquier el prodigio del que hemos sido testigos. ¡Hemos encontrado la luz y la vida!
En Él se nos ha dado el amor. (Misa de Medianoche, Homilía de S.S. Juan Pablo Navidad, 24
de diciembre de 2001).
ORACIÓN
Dios, creador y restaurador del hombre, que has querido que tu Hijo, Palabra eterna, se
encarnase en el seno de María, siempre Virgen; escucha nuestras súplicas y que Cristo, tu
Unigénito, hecho hombre por nosotros, se digne hacernos partícipes de su condición divina. Por
Nuestro Señor Jesucristo. Amén.
20 DE DICIEMBRE
« Brotará un renuevo del tronco de Jesé y la gloria del Señor llenará toda la tierra. Todos los
hombres verán la salvación de Dios. »
(Antífona de Entrada, Cf. Is 11, 1; 40, 5; Lc 3, 6)
« El ángel dijo a María: Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre
Jesús. »
(Antifona de Comunión, Lc 1, 31)
REFLEXIÓN
« Los pastores "se volvieron dando gloria y alabanza a Dios por lo que habían visto y oído; todo
como les habían dicho" (Lc 2, 17).
Al igual que los pastores, también nosotros hemos de sentir en esta noche extraordinaria el
deseo de comunicar a los demás la alegría del encuentro con este "Niño envuelto en pañales",
en el cual se revela el poder salvador del Omnipotente. No podemos limitarnos a contemplar
extasiados al Mesías que yace en el pesebre, olvidando el compromiso de ser sus testigos.
Hemos de volver de prisa a nuestro camino. Debemos volver gozosos de la gruta de Belén para
contar por doquier el prodigio del que hemos sido testigos. ¡Hemos encontrado la luz y la vida!
En Él se nos ha dado el amor. (Misa de Medianoche, Homilía de S.S. Juan Pablo Navidad, 24
de diciembre de 2001).
ORACIÓN
Dios, creador y restaurador del hombre, que has querido que tu Hijo, Palabra eterna, se
encarnase en el seno de María, siempre Virgen; escucha nuestras súplicas y que Cristo, tu
Unigénito, hecho hombre por nosotros, se digne hacernos partícipes de su condición divina. Por
Nuestro Señor Jesucristo. Amén.
21 DE DICIEMBRE
« Muy pronto vendrá el Señor, que domina los pueblos, y se llamará Emmanuel, porque tenemos
a Dios-con-nosotros. »
(Antífona de Entrada, Cf. Is 7, 14; 8, 10)
REFLEXIÓN
Te acogemos con alegría, Omnipotente Dios del cielo y de la tierra, que por amor te has hecho
Niño "en Judea, en la ciudad de David, que se llama Belén" (cf. Lc 2, 4).
Te acogemos como a nuestro hermano, "Príncipe de la paz", que has hecho "de los dos pueblos
una sola cosa" (Ef 2, 14).
Cólmanos de tus dones, Tú que no has desdeñado comenzar la vida humana como nosotros.
Haz que seamos hijos de Dios, Tú que por nosotros has querido hacerte hijo del hombre (cf. S.
Agustín, Sermón 184).
Tú, "Maravilla de Consejero", promesa segura de paz; Tú, presencia eficaz del "Dios poderoso";
Tú, nuestro único Dios, que yaces pobre y humilde en la sombra del pesebre, acógenos al lado
de tu cuna.
¡Venid, pueblos de la tierra y abridle las puertas de vuestra historia! Venid a adorar al Hijo de la
Virgen María, que ha venido entre nosotros en esta noche preparada por siglos.
¡Venite, adoremus! (Misa de Medianoche, Homilía de S.S. Juan Pablo Navidad, 24 de diciembre
de 2001).
ORACIÓN
Dios y Señor nuestro, que en el parto de la Virgen María has querido revelar al mundo entero el
esplendor de tu gloria; asístenos con tu gracia, para que proclamemos con fe íntegra y
celebremos con piedad sincera el misterio admirable de la Encarnación de tu Hijo. Por Nuestro
Señor Jesucristo. Amén.
22 DE DICIEMBRE
« ¡Portones! alzad los dinteles; que se alcen las antiguas compuertas: va a entrar el Rey de la
Gloria. » (Antífona de Entrada, Cf.
Sal 23, 7)
« Proclama mi alma la grandeza del Señor, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí.
»
(Antifona de Comunión, Lc 1, 46.49)
REFLEXIÓN
«"Puer natus est nobis, filius datus est nobis" (Is 9,5).
En las palabras del profeta Isaías, proclamadas en la primera Lectura, se encierra la verdad
sobre la Navidad, que esta noche revivimos juntos.
Nace un Niño. Aparentemente, uno de tantos niños del mundo. Nace un Niño en un establo de
Belén. Nace, pues, en una condición de gran penuria: pobre entre los pobres.
Pero Aquél que nace es "el Hijo" por excelencia: Filius datus est nobis. Este Niño es el Hijo de
Dios, de la misma naturaleza del Padre. Anunciado por los profetas, se hizo hombre por obra del
Espíritu Santo en el seno de una Virgen, María.
Cuando, dentro de poco cantemos en el Credo "... et incarnatus est de Spiritu Sancto ex Maria
Virgine et homo factus est", todos nos arrodillaremos. Meditaremos en silencio el misterio que se
realiza: "Et homo factus est"! Viene a nosotros el Hijo de Dios y nosotros lo recibimos de rodillas.
"Y la Palabra se hizo carne" (Jn 1,14). En esta noche extraordinaria la Palabra eterna, el
"Príncipe de la paz" (Is 9,5), nace en la mísera y fría gruta de Belén.
"No temáis, dice el ángel a los pastores, en la ciudad de David, os ha nacido un Salvador: el
Mesías, el Señor" (Lc 2,11). También nosotros, como los pastores desconocidos pero
afortunados, corramos para encontrar al que cambió el curso de la historia.
ORACIÓN
23 DE DICIEMBRE
«Un niño nos va a nacer y su nombre es: Dios guerrero; El será la bendición de todos los
pueblos. » (Antífona de Entrada, Cf.
Is 9, 6; Sal 71, 17)
REFLEXIÓN
¡Oh Niño, que has querido tener como cuna un pesebre; oh Creador del universo, que te has
despojado de la gloria divina; oh Redentor nuestro, que has ofrecido tu cuerpo inerme como
sacrificio para la salvación de la humanidad!
Que el fulgor de tu nacimiento ilumine la noche del mundo. Que la fuerza de tu mensaje de amor
destruya las asechanzas arrogantes del maligno. Que el don de tu vida nos haga comprender
cada vez más cuánto vale la vida de todo ser humano.
Demasiada sangre corre todavía sobre la tierra. Demasiada violencia y demasiados conflictos
turban la serena convivencia de las naciones!
Tú vienes a traernos la paz. Tú eres nuestra paz. Sólo tú puedes hacer de nosotros "un pueblo
purificado" que te pertenezca para siempre, un pueblo "dedicado a las buenas obras" (Tt 2,14).
Puer natus est nobis, filius datus est nobis! ¡Qué misterio inescrutable esconde la humildad de
este Niño! Quisiéramos como tocarlo; quisiéramos abrazarlo.
Tú, María, que velas sobre tu Hijo omnipotente, danos tus ojos para contemplarlo con fe: danos
tu corazón para adorarlo con amor.
ORACIÓN
23 DE DICIEMBRE
«Un niño nos va a nacer y su nombre es: Dios guerrero; El será la bendición de todos los
pueblos. » (Antífona de Entrada, Cf.
Is 9, 6; Sal 71, 17)
REFLEXIÓN
¡Oh Niño, que has querido tener como cuna un pesebre; oh Creador del universo, que te has
despojado de la gloria divina; oh Redentor nuestro, que has ofrecido tu cuerpo inerme como
sacrificio para la salvación de la humanidad!
Que el fulgor de tu nacimiento ilumine la noche del mundo. Que la fuerza de tu mensaje de amor
destruya las asechanzas arrogantes del maligno. Que el don de tu vida nos haga comprender
cada vez más cuánto vale la vida de todo ser humano.
Demasiada sangre corre todavía sobre la tierra. Demasiada violencia y demasiados conflictos
turban la serena convivencia de las naciones!
Tú vienes a traernos la paz. Tú eres nuestra paz. Sólo tú puedes hacer de nosotros "un pueblo
purificado" que te pertenezca para siempre, un pueblo "dedicado a las buenas obras" (Tt 2,14).
Puer natus est nobis, filius datus est nobis! ¡Qué misterio inescrutable esconde la humildad de
este Niño! Quisiéramos como tocarlo; quisiéramos abrazarlo.
Tú, María, que velas sobre tu Hijo omnipotente, danos tus ojos para contemplarlo con fe: danos
tu corazón para adorarlo con amor.
¡Oh Noche Santa y tan esperada, que has unido a Dios y al hombre para siempre! Tú enciendes
de nuevo la esperanza en nosotros. Tú nos llenas de extasiado asombro. Tú nos aseguras el
triunfo del amor sobre el odio, de la vida sobre la muerte. Por eso permanecemos absortos y
rezamos.
ORACIÓN
DÍA: 24 DE DICIEMBRE
REFLEXIÓN
El Adviento se delineó por vez primera en el horizonte de la historia del hombre cuando Dios se
reveló a Sí mismo como Aquel que se complace en el bien, que ama y da. En este don al
hombre, Dios no se limitó a «darle» el mundo visible -esto está claro desde el principio-, sino que
al dar al hombre el mundo visible, Dios quiere darse también a Sí mismo, tal como el hombre es
capaz de darse, tal como «se da a sí mismo» a otro hombre: de persona a persona; es decir,
darse a Sí mismo a él, admitiéndolo a la participación en sus misterios o, mejor aún, a la
participación en su vida. Esto se lleva a efecto de modo palpable en las relaciones entre
familiares: marido, mujer, padres, hijos. He aquí por qué los profetas se refieren muy a menudo a
tales relaciones para mostrar la imagen verdadera de Dios.
El orden de la gracia es posible sólo «en el mundo de las personas». Y se refiere al don que
tiende siempre a la formación y comunión de las personas; de hecho, el libro del Génesis nos
presenta tal donación. En él, la forma de esta «comunión de las personas» está delineada ya
desde el principio. El hombre está llamado a la familiaridad con Dios, a la intimidad y amistad con
Él. Dios quiere estar cercano a él. Quiere hacerle partícipe de sus designios. Quiere hacerle
partícipe de su vida. Quiere hacerle feliz con su misma felicidad (con su mismo Ser).
Para todo ello es necesaria la Venida de Dios y la expectación del hombre: la disponibilidad del
hombre. Sabemos que el primer hombre, que disfrutaba de la inocencia original y de una
particular cercanía de su Creador, no mostró tal disponibilidad. La primera alianza de Dios con el
hombre quedó interrumpida, pero nunca cesó de parte de Dios la voluntad de salvar al hombre.
No se quebrantó el orden de la gracia, y por eso el Adviento dura siempre.
La realidad del Adviento está expresada, entre otras, en las palabras siguientes de San Pablo:
«Dios quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad» ( 1 Tim
2, 4).
Este «Dios quiere» es justamente el Adviento y se encuentra en la base de todo adviento. (S.S.
Juan Pablo II, Porque viene el Señor).
ORACIÓN
Ven, Señor Jesús, y no tardes, para que tu venida consuele y fortalezca a los que esperan todo
de tu amor. Tú, que vives y reinas. (Oración Colecta)
Sol que nace de lo alto, resplandor de la luz eterna, Sol de Justicia, ven ahora a iluminar a los
que viven en tinieblas y en sombra de muerte. (Aleluya)