Economia Social de Mercado y Su Importancia en El Peru.
Economia Social de Mercado y Su Importancia en El Peru.
Economia Social de Mercado y Su Importancia en El Peru.
ECONÓMICAS Y COMERCIALES
MAESTRIA EN GESTION PUBLICA
DOCENTE
DR. PEDRO ARTURO BARBOZA ZELADA
INTEGRANTES:
TEMA:
“Economía Social de Mercado y su
Importancia en el Perú”
TARAPOTO – PERÚ
2021
INTRODUCCION
En los últimos años la economía nacional ha demostrado un crecimiento acelerado y ha
llegado a convertirse en un gran atractivo, no sólo para el inversionista local, sino también
para el extranjero. Dicha situación ha generado que los temas del derecho económico
cobren especial relevancia y comiencen a plantearse algunas reflexiones en torno a sus
fundamentos. A nivel constitucional, nuestra Carta Magna reconoce que el Perú se rige
por los pilares de una Economía Social de Mercado, novedad que viene desde 1979; no
obstante, es a partir de la década de los noventa, cuando la conciencia sobre la
importancia del reconocimiento de ciertos derechos con contenido económico toma mayor
fuerza. De manera expresa, el Preámbulo del Texto Constitucional de 1979, se hace
referencia a la necesidad de una sociedad justa donde la economía esté al servicio del
hombre y no el hombre al servicio de la economía, siendo el artículo 115º el que precisa
que la iniciativa privada es libre. Se ejerce en una Economía Social de Mercado. El
Estado estimula y reglamenta su ejercicio para armonizarlo con el interés social”, es decir,
desde aquella época se pretendía considerar el aspecto social de la inversión pública.
Para analizar la Economía Social de Mercado en el Perú, es imprescindible contar con
cierta perspectiva de nuestra historia reciente; es decir, hay que reconocer que se parte
de un texto constitucional que responde a un momento particular en la historia y que
requiere “reinventarse” para obtener legitimidad de ejercicio a través de la reforma de sus
instituciones jurídicas. Se trata de ejercicio a través de la reforma de sus instituciones
jurídicas y de una perspectiva particularmente relevante si tomamos en cuenta que parte
de la justificación política para la dación de la Constitución de 1993 fue rechazado de las
consideradas inadecuadas bases económicas contenidas en la Constitución de 1979 para
el manejo económico del país. Nuestro régimen económico, a tenor del artículo 58° de la
Constitución Política se ejerce dentro de una economía social de mercado, de una
manera genérica podemos señalar que este tipo de modelo económico supone la
convergencia entre un mercado libre con un estado socialmente controlador, cuya
intervención éste limitada a la eventualidad de que produzcan desigualdades o fallas en el
mercado.
Además, la Economía Social de Mercado surgió de la búsqueda de un marco económico
e institucional de mediano y largo plazo que pudiera ser explícito, respetado y estable
como base para la organización de un sistema económico. Los diferentes actores de la
economía, como los consumidores, inversores, ahorristas, sindicatos, empresarios,
requieren de un marco de referencia claro y confiable a mediano y largo plazo para la
toma de decisiones. Este marco influye no sólo en las decisiones que se toman con vistas
a resultados inmediatos, sino también, especialmente, en las que implican un cierto
contexto de situación en el futuro, como las inversiones o las pensiones y colocaciones
financieras.
Desde el punto de vista de su fundamentación, este sistema se deriva de la idea
inalienable de la dignidad de la persona humana, tal como queda consagrada también en
la noción de derechos humanos. Un rasgo esencial de esta idea es la primacía del
derecho sobre la fuerza, por lo cual todo el sistema económico, como así también jurídico
y de gobierno, no puede basarse en la prevalencia del poder sino en la justicia. El interés
permanente que existe en estudiar el enfoque de la Economía Social de Mercado reside,
precisamente, en que es explícitamente un sistema completo de organización económica.
Y en este sentido, desde el punto de vista histórico, ha resultado de especial relevancia y
utilidad en aquellas situaciones o casos donde este marco no existía o era necesaria una
concepción más integral del mismo.
ECONOMÍA SOCIAL DE MERCADO Y SU IMPORTANCIA EN EL PERÚ
La Economía Social de Mercado se basa en la organización de los mercados como mejor
sistema de asignación de recursos y trata de corregir y proveer las condiciones institucionales,
éticas y sociales para su operatoria eficiente y equitativa. En casos específicos, requiere
compensar o corregir posibles excesos o desbalances que puede presentar el sistema
económico moderno basado en mercados libres, caracterizado por una minuciosa y extensa
división del trabajo y que, en determinados sectores y bajo ciertas circunstancias, puede
alejarse de una competencia funcional. Descarta como sistema de organización la economía
planificada centralmente.
La Economía Social de Mercado se basa en la organización de los mercados como mejor
sistema de asignación de recursos y trata de corregir y proveer las condiciones institucionales,
éticas y sociales para su operatoria eficiente y equitativa. En casos específicos, requiere
compensar o corregir posibles excesos o desbalances que puede presentar el sistema
económico moderno basado en mercados libres, caracterizado por una minuciosa y extensa
división del trabajo y que, en determinados sectores y bajo ciertas circunstancias, puede
alejarse de una competencia funcional. Descarta como sistema de organización la economía
planificada centralmente.
El sistema de la Economía Social de Mercado surge del intento consciente de sintetizar todas
las ventajas del sistema económico de mercado: fomento de la iniciativa individual,
productividad, eficiencia, tendencia a la auto-regulación, con los aportes fundamentales de la
tradición social cristiana de solidaridad y cooperación, que se basan necesariamente en la
equidad y la justicia en una sociedad dada. En este sentido propone un marco teórico y de
política económico-institucional que busca combinar la libertad de acción individual dentro de
un orden de responsabilidad personal y social. Los representantes de esta concepción
trabajan en una síntesis de la tradición político-económica liberal (derechos individuales, repu
blicanismo, mercado) con el pensamiento social-cristiano (justicia so - cial, solidaridad).
Müller-Armack plasmó la idea fundamental de la Economía Social de Mercado en una breve
fórmula conceptual, cuyo contenido tiene que ser aplicado tomando en cuenta las respectivas
condiciones sociales de implementación política. Asimismo, diseñó el concepto político de la
Economía Social de Mercado como una idea abierta y no como una teoría cerrada. Por un
lado, este enfoque permite adaptar el concepto a las condiciones sociales cambiantes. Por
otro lado, se pone de manifiesto que la dinámica de la Economía Social de Mercado exige
necesariamente una apertura frente al cambio social. Las aplicaciones y adaptaciones
conceptuales no deben, sin embargo, contradecir o diluir la idea fundamental del concepto.
Propiedad privada: El Estado debe respetar y proteger los bienes de los privados.
Libertad de competencia: Los agentes de mercado deben ser libres de tomar sus
propias decisiones de producción y/o consumo. Esto, al menos que se traten de bienes o
servicios considerados de necesidad pública, donde se tendría que establecer una
adecuada regulación.
Responsabilidad individual: Las personas y empresas pueden perseguir un beneficio
económico, pero sin afectar el bien común. Es decir, una empresa no debería, por
ejemplo, operar afectando el medioambiente sin hacerse cargo por las consecuencias.
Subsidiariedad: El Estado debe incentivar la producción o proveer aquellos bienes o
servicios que se consideren esenciales para la comunidad y que no los estén ofreciendo
los privados. Esto último puede ser el caso de los monopolios naturales, como el agua y
la electricidad, donde los altos costes de inversión inicial desincentivan la entrada de
competidores en localidades poco habitadas.
Estado no planificador: A diferencia de lo que propone la planificación central, el
gobierno no debería determinar la asignación de los recursos, sino que debería hacerlo la
oferta y demanda del mercado. Así, el gobierno solo debe actuar de forma subsidiaria,
como explicamos líneas arriba.
PROPÓSITOS
La economía social de mercado debe satisfacer las expectativas de calidad de vida y
desarrollo de la población peruana, en igualdad de oportunidades para todos, así alcanzar
la meta máxima: la consolidación del crecimiento económico sostenido, con cada día
mayor y progresiva inclusión social, en base a una política económica social distributiva.
La intervención del Estado en la actividad empresarial debe alinearse a la política de
inclusión social en ejecución por el actual gobierno. Dicha actividad debe estar
direccionada a los sectores a los que la actividad privada no haya implementado las vías
para su desarrollo y progreso.
EL ELEMENTO SOCIAL:
En este contexto el estado debe corregir las distorsiones que se pueden presentar en el
funcionamiento del mercado, especialmente cuando existan situaciones monopólicas,
cuando se presenten externalidades con efectos negativos o positivos y en la
implementación de los seguros sociales.
Los países en desarrollo se caracterizan, entre otras cosas, por tener gran cantidad de
problemas sociales que requieren la atención del Estado. Pero al mismo tiempo, los gobiernos
suelen tener limitaciones presupuestarias debido a que los ingresos fiscales no alcanzan o
existe déficit fiscal. Las políticas públicas tienen la potencialidad de resolver problemas
concretos, de promover integración social: es decir, permitir que la gente viaje en el “mismo
avión”. No obstante, en la realidad de los países, esas políticas no son siempre tan públicas,
ni siempre responden a las necesidades de las personas a quienes están supuestamente
dirigidas, pues suele suceder que se hacen diseños “en el escritorio”.
Ventajas:
En toda sociedad moderna existe algún grado de intervención estatal en la economía. Sin
embargo, toda política pública debe diseñarse teniendo como principio orientador que las
medidas a implementarse deben fundarse en mantener o incrementar la libertad de elegir de
las personas, lo cual implica que no se debe constreñir la libertad de elegir. De ahí que resulta
trascendente que las actividades estatales sean compatibles con el funcionamiento del libre
mercado, que acompañen su desarrollo y fortalecimiento, pero que no se obstaculice ni se
pongan trabas.
La Economía Social de Mercado como uno de los pilares del marco normativo económico
según nuestra Carta Política de 1993, exige que el Estado cumpla una serie de funciones de
modo que garantice los derechos fundamentales que ésta reconoce. En este sentido, la
Economía Social de Mercado como modelo propio del Estado Social de Derecho busca
integrar y conjugar de manera razonable y proporcional la libertad individual y subsidiariedad
estatal, y la igualdad y la solidaridad social.
La economía social de mercado se edifica sobre las bases de la libre iniciativa del individuo
que se desarrolla en un ambiente de libre competencia con regulación, velando por la
seguridad social y el progreso de la sociedad.
BIBLIOGRAFÍA