Los Profundos Desafíos de A. Latina Santander
Los Profundos Desafíos de A. Latina Santander
Los Profundos Desafíos de A. Latina Santander
negativas) al civilizado (dispuesto para ciudadanos, letrados, ojalá con bienes y sobre todo
hombres). Pero nos preguntamos, ¿se aplica esta progresión lineal a las mujeres?, Nos
preguntamos ¿si actualmente podemos afirmar que pasamos de ser objetos de y para la
historia androcéntrica a sujetos de nuestros propios relatos? Ciertamente estamos a medio
camino, pero de una historia con vueltas, con subidas, bajadas, círculos, saltos, retrocesos y
avances, es decir un relato humano para nada lineal.
Hay que partir reconociendo que el movimiento feminista tras la instalación de las
democracias de baja intensidad en el territorio latinoamericano vivenciaron una crisis, no
solo la atomización de lo que antes fue un trabajo colectivo, sino que una desmovilización
constate, de hecho; “en entrevistas realizadas en mediados de 1997 con chilenas, peruanas y
colombianas sobre 'el estado actual del movimiento feminista', muchas afirmaron que el
mismo se encontraba desarticulado, desmovilizado, desdibujado, atomizado, en fin, en 'mal
estado'”(Álvarez 265) aquello no era azaroso, sino más bien respondía al resultado del
quiebre vivido tras las dictaduras que desarraigaron no solo a los movimientos sociales sino
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El control sobre nuestros cuerpos es histórico, incluso nos han hecho creer que es algo
natural dado por la propia naturaleza humana, pero aquello es una falacia, correspondiendo
más bien a una construcción social impuesta por ciertos ordenes, en este caso nos referimos
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La Conferencia de Beijing fue la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer: nombrada “Acción para la
Igualdad, el Desarrollo y la Paz” espacio convocado por la Organización de las Naciones Unidas llevada a
cabo entre el 4 y 15 de septiembre de 1995 en Beijing, China.
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¿Toda teoría y toda práctica de inspiración analítica no están acaso basadas en esta
ambivalencia de Edipo frente a su padre? Ambivalencia que tiene como prenda a la
madre, pero que se proyectaría retroactivamente sobre la relación arcaica con el
cuerpo de la madre. Y, ciertamente, al ocuparse de la vida pulsional, el psicoanálisis
nos habla del seno de la madre, de la leche que ella da a beber, de las heces que ella
recoge -regalo por el que manifiesta mayor o menor interés- e incluso de su mirada y
de su voz. Demasiado poco, sin duda. ¿Todo ese cuerpo a cuerpo con la madre, que
no deja de plantear sus dificultades, no se fantasea, de hecho, ya postedípicamente?
¿Reproyectado a partir del Edipo? (36)
Al analizar la mitología griega nos percatamos como bien señala Irigaray que “La
mitología no ha cambiado, todo sigue ocurriendo” (36) las centurias no han podido detener
una idea que se tornó en social de una manera tan consistente que, para poder problematizar,
aun se debe enfrentar con una pared incluso bien custodiada por mujeres como por hombres.
La mujer es despojada de su cuerpo, se torna algo privado, pero también en algo público al
ser materia de cual todo sujeto puede opinar o ejercer algún tipo de poder, aspecto que por
cierto y claramente también es tomado por los estados nacionales y sus distintas políticas
públicas.
De la negación del cuerpo a cuerpo de y para las mujeres, pasamos al pecado original,
al stábat mater (Kristeva 209), a la madre por antonomasia a la cual le es inherente el
sufrimiento, el dolor, tal como ha sido retratado el padecer de María -la virgen- aquella mujer
negada de su cuerpo y su placer. Por tanto, no resulta azaroso que la musa a retratar y recrear
sea una mujer sufriente, negada de su cuerpo, de sus sensaciones, destinada a darlo todo por
el otro (hombre- hijos) aquella mujer que deja de ser mujer por amor a los otros, curioso es
que al hombre no se le pida dejar algo de sí para mantener el equilibro social o incluso
biológico. Irigaray cuestionaba y sentenciaba años atrás; ¿Se ha pedido jamás a los padres
que renuncien a ser hombres? Nosotras no tenemos que renunciar a ser mujeres para ser
madres (41). No. Obstante, hasta nuestros días aún se escucha, se cuestiona, se pregunta sobre
la maternidad cuando ésta no se hace presente en mujeres en edad fértil. Aún estamos bajo
la cruz de aquel pensamiento que se impregno en nuestro imaginario social durante las
colonias en el territorio latinoamericano. Otro tópico de la mano a la maternidad viene por
parte del matrimonio, esa idea servir y de cuidado no solo extensiva a los hijos, sino también
hacia -el hombre de la casa- (estrictamente bajo una idea binaria de la vida).
profundizar el rol de las mujeres ni analiza con mayor sentido crítico la acción que conlleva
traficar el cuerpo de las mujeres para fines externos. Desde este análisis el matrimonio figura
como una cárcel para la mujer, pero hay más elementos que dan forma a la opresión femenina,
y que pese a la distancia temporal hoy aún se mantienen con fuerza.
“La revolución será feminista o no será” América Latina vive un resurgir de voces,
una verdadera marea de diversos colores y voces que al unísono se tornan en una sola, la voz
de las eternas mujeres postergadas por la historia, por la sociedad centrada en lo andrógeno,
custodiada por el patriarcado que ha objetivado el cuerpo de las mujeres y las ha tornado en
mercancía desde que, abandonamos los estados matriarcales para ser colonizadas por el
implacable patriarcado que se alimenta así mismo con la verticalidad de la jerarquía que
ejercer unos sobre los otros. Ante tal momento de efervescencia, es de esperar que las
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Reflexiones finales
Es importante que conservemos nuestros cuerpos al mismo tiempo que los sacamos del
silencio y la servidumbre.
Históricamente, somos las guardianas de lo corporal;
no debemos abandonar esta guardia, sino identificarla como nuestra,
invitando a los hombres a no convertirnos en “sus cuerpos”,
una salvaguarda de sus cuerpos.
Su libido precisa, a menudo que alguna (mujer- madre) guarde su cuerpo.
En este sentido necesitan a una mujer en la casa,
aunque tengan amantes en otras partes. (Irigaray 41-42)
A modo de conclusiones, referirnos a los desafíos que deben sortear futuros o actuales
proyectos políticos en el territorio Latinoamericano, nos lleva ineludiblemente a la historia
de la dominación femenina desde occidente, nos lleva a entender como hemos sido estudiadas
desde la mirada androcéntrica, eurocéntrica universalista, que ha reducido a las mujeres a
mercancías de cambio, a objetos de goce y placer para otros, pero no para sí mismas, a
causante de pecado al mismo tiempo a virgen devota de sus labores domesticas privadas, a
madre ante todo, de lo contrario bruja insurrecta. Este entendimiento, a la luz de los hechos
acaecidos en los últimos cuarenta años, desde las dictaduras militares que se expandieron en
Latinoamérica, pasando por el debilitamiento y cuestionamiento de los feminismos, hasta el
resurgir de los últimos años, nos entrega reflexiones, respecto a la relevancia que tiene (para
futuros proyectos feministas) la necesidad de cambiar la matriz patriarcal, que entiende la
mujeres desde cuerpos en fragmentos, sin autonomía, como objetos para el hombre en sus
distintos estados de vida, que no reconoce las subjetividades ya que en sus bases prima el
dualismo, el sistema binario.
¿Cómo América Latina, puede tomar en consideración el recorrido de los feminismos
en su desarrollo, para así poder aspirar a un cambio en el sistema dual, en la corporalidad,
con miras a proyectos políticos con sentido y profundidad para lo diverso? Entendernos hoy
es entender a todas las compañeras de la historia, que han dado forma por medio de
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objetivación de sus cuerpos a la cultura androcéntrica patriarcal que utiliza para fines propios
el cuerpo de las mujeres, negando de este modo la opción de ser sujetas de historias, sujetas
para sí. Sin embargo, este entendimiento, puede levarnos a alcanzar nuevos proyectos
políticos, precisamente aquí en América latina, territorio de colonialidad, de evangelización,
pecado y culpa, en donde se vieron consumados todos aquellos temores europeos, en donde
se creó aquella imagen del otro negado, que entre sus formas tomó la de las mujeres para
hacerlas objetos de la historia de los hombres. Incluso parece poético que, en este territorio,
el feminismo de cátedra de organización espontánea, sin directrices ni estamentos, solo en su
esencia del ser, como aquel -Mayo feminista- aquí el Chile, o como en aquella conquista del
cuerpo en Argentina por medio de un aborto libre, seguro y gratuito.
Estas pequeñas conquistas, siembran desafíos que esperamos sean impostergables, en una
tierra en deuda con las mujeres, en donde no “aportamos” a las sociedades, sino que somos
las sociedades en sí, en donde se hace imperioso poder derribar aquellas ideas tan profundas
en el inconsciente colectivo, no solo de hombres sino de mujeres también, que mantienen al
cuerpo de las mujeres en un estado inerte al servicio de otros.
Aquel cambio es posible, es factible, y los proyectos políticos pueden aunar esfuerzos y
lograr, por medio de una educación consciente, de espacios democratizados, de un cambio
de paradigma profundo, quitar esa idea de mercancía corpórea que nos ha gobernado y
causado tanto mal en nuestras historias.
El cambio es factible absolutamente, pero tal y como en el pasado, tomando el caso chileno,
tal y como antes de la dictadura, es necesario un proyecto, o proyectos políticos que
impregnen las capas sociales, que impregne la educación y cultura, ya que no es suficiente
(o no es necesario) realizar -monumentos a la mujer para valorar el aporte a la sociedad-
(como el gobierno actual busca realizar) no basta con oficinas contra la violencia, mientras
en un plano macro, seguirá indisoluble el pensamiento de que los cuerpos de las mujeres son
materia pública (para opinar sobre aborto, juzgar el placer etc.), espacio para otros pero nunca
para sí.
Mientras no exista un cambio de las orbitas que nos gobiernan y educan, aquellas malas
prácticas vinculadas a la mercancía obtenida por el cuerpo de las mujeres seguirán llenando
la historia de la humanidad, así como la conocemos hasta hoy.
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Bibliografía
Irigaray, Luce. “El cuerpo a cuerpo con la madre” Coloquio quebequés sobre la salud mental:
Las mujeres y la locura. Montreal, May. 30- 31, 1980. Barcelona, Edicions de les dones,
1985. 32- 44. Impreso.
Kristeva, Julia. “Stabat Mater” Historias de amor. Julia Kristeva. México: Siglo XXI, (1987):
209- 230. Impreso
Richard, Nelly “La problemática del feminismo en los años de la transición en Chile”
Estudios Latinoamericanos sobre cultura y transformaciones sociales en tiempos de
globalización 2. Comp. Daniel Mato. Buenos Aires: CLASCO, 2001. 228 – 239. Digital.
Rubin, Gayle. “El tráfico de mujeres: notas sobre la “economía política” del sexo. Nueva
Antropología, VIII, n 30, (1986): 95-145. Impreso