Este documento discute la jurisdicción y competencia en el derecho procesal del trabajo. Define la competencia como el ámbito sobre el cual un órgano ejerce su potestad jurisdiccional. Explica que la competencia en el ámbito procesal del trabajo se determina principalmente por razones territoriales. Identifica tres tipos de competencia: objetiva (por materia y cuantía), funcional y territorial. Finalmente, analiza la naturaleza de la jurisdicción privativa del trabajo, la cual corresponde exclusivamente a los jueces de trabajo por delegación del Estado.
Este documento discute la jurisdicción y competencia en el derecho procesal del trabajo. Define la competencia como el ámbito sobre el cual un órgano ejerce su potestad jurisdiccional. Explica que la competencia en el ámbito procesal del trabajo se determina principalmente por razones territoriales. Identifica tres tipos de competencia: objetiva (por materia y cuantía), funcional y territorial. Finalmente, analiza la naturaleza de la jurisdicción privativa del trabajo, la cual corresponde exclusivamente a los jueces de trabajo por delegación del Estado.
Título original
DIAPOSITIVAS LA JURISDICCIÓN Y LA COMPETENCIA MODULO 1
Este documento discute la jurisdicción y competencia en el derecho procesal del trabajo. Define la competencia como el ámbito sobre el cual un órgano ejerce su potestad jurisdiccional. Explica que la competencia en el ámbito procesal del trabajo se determina principalmente por razones territoriales. Identifica tres tipos de competencia: objetiva (por materia y cuantía), funcional y territorial. Finalmente, analiza la naturaleza de la jurisdicción privativa del trabajo, la cual corresponde exclusivamente a los jueces de trabajo por delegación del Estado.
Este documento discute la jurisdicción y competencia en el derecho procesal del trabajo. Define la competencia como el ámbito sobre el cual un órgano ejerce su potestad jurisdiccional. Explica que la competencia en el ámbito procesal del trabajo se determina principalmente por razones territoriales. Identifica tres tipos de competencia: objetiva (por materia y cuantía), funcional y territorial. Finalmente, analiza la naturaleza de la jurisdicción privativa del trabajo, la cual corresponde exclusivamente a los jueces de trabajo por delegación del Estado.
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LA
JURISDICCIÓN Y LA COMPETENCIA Noción de competencia
○ Tradicionalmente se ha dicho -erróneamente- que la
competencia es el límite de la jurisdicción, cuando, en realidad es el “conjunto de reglas que determina la atribución de un asunto concreto a un órgano jurisdiccional particularizado”. o "el ámbito sobre el que un órgano ejerce su potestad jurisdiccional”. (Juan Montero Aroca, El procedimiento laboral). ○ Juan Montero Aroca visualiza la competencia desde dos puntos de vista: el objetivo y el subjetivo (del juez y de las partes). Desde el punto de vista "objetivo", la competencia es el conjunto de pretensiones sobre las que un órgano jurisdiccional ejerce su jurisdicción. Desde el "subjetivo”: a) con referencia al órgano jurisdiccional es la facultad de ejercer su función con relación a pretensiones determinadas; y b) con referencia a las partes, es tanto el derecho de que sus pretensiones-resistencias sean conocidas por un órgano determinados como el deber de someterse al mismo. Consideraciones
○ La competencia en el ámbito procesal del trabajo se
constituye en el ámbito geográfico dentro del cual el juez de trabajo y previsión social va ejercer la facultad de juzgar que le ha sido delegada por el Estado por ministerio de la ley. ○ Esta definición se extrae de que como se podrá corroborar más adelante, la competencia en materia procesal del trabajo está determinada en su casi totalidad por razón de orden territorial, de consiguiente está será la actividad jurisdiccional del juez pero ejercida dentro del marco territorial que le ha sido atribuido por la Corte Suprema de Justicia de conformidad con los factores que se determinan el Artículo 288 del Código de Trabajo y que son los que a su vez obligan a que aquella Corte deba de dividir el territorio de la Republica para el efecto del conocimiento de los tribunales de trabajo y previsión social en zonas económicas Con base en ello, los aspectos antes relacionados que obligan a la distribución del territorio en zonas económicas son los siguientes: a) La concentración de trabajadores que exista en cada área geográfica del territorio; b) La industrialización o número de industrias que exista en cada área geográfica del territorio; c) El número de organizaciones sindicales tanto de trabajadores como de patronos que existen en cada área geográfica del territorio y d) El informe que en relación a todos estos aspectos debe rendirá la Corte Suprema de Justicia el Ministerio de Trabajo y Previsión Social después de oír a la Inspección General de Trabajo. Con base en todos estos factores la Corte Suprema de Justicia ha emitido distintos acuerdos desde el año de 1984 hasta la presente fecha, con los que ha distribuido la competencia por razón de territorio de los tribunales de trabajo y previsión social en materia procesal individual y en materia procesal colectiva del trabajo. Para una mayor ilustración todos estos acuerdos se contienen en los anexos de esta obra. Naturaleza jurídica de la competencia ○ Siendo la competencia una actividad eminentemente procesal por medio de la cual el juez de trabajo y previsión social se avoca el conocimiento de un asunto que ha sido sometido a su jurisdicción, su naturaleza es precisamente esta, por cuanto como ya se analizó, se traduce en la facultad de conocer y resolver el trámite de un conflicto de intereses que ha sido sometido a la jurisdicción privativa del trabajo. Caracteres de la competencia
○ En cuanto a los caracteres de la competencia y
fundado en lo que para el efecto establece el Código de Trabajo en sus Artículos 309, 310, 312, 314 y 315 Reglas de la competencia
○ Las reglas de la competencia constituyen los
dispositivos que rigen la avocación del conocimiento que los jueces de trabajo y previsión social hagan en relación a los asuntos que les compete conocer, pero atendiendo a cada caso en concreto determinado por aquellos dispositivos, estas reglas pueden dividirse en reglas de orden general y reglas de orden especial. Regla de orden general
La regla de orden general se encuentra normada en el literal a) del
Artículo 314 del Código de Trabajo; y es la que regula que es competente y preferido a cualquier otro juez de trabajo y previsión social, aquel de la zona jurisdiccional a que corresponda el lugar de ejecución del trabajo. En este caso se aprecia que por regla general deberá instaurarse la demanda indistintamente del objeto del juicio, ante el juez del lugar en donde el trabajador ejecutaba los servicios. Como ejemplos gráficos pueden citarse la demanda que se instaura por despido injustificado. la que se instaura para reclamar el pago de prestaciones retenidas, la que se instaura por mujer trabajadora que encontrándose en estado de gravidez ha sido despedida y la demanda que se promueva con el objeto de obtener la declaración de nulidad de la tergiversación o disminución de las condiciones de contratación pactadas en el contrato individual de trabajo. Reglas especiales
○ Las reglas especiales de competencia en el derecho
procesal del trabajo se regulan en los literales b), c) y d) del Artículo 314 del Código de Trabajo, así como en el Artículo 315 de ese mismo normativo. Criterios para definirla: a) Competencia objetiva: 1. Por la materia. 2. Por la cuantía. b) La competencia funcional y, c) Territorial. ○ Se hace necesario determinar el ámbito de conocimiento de cada uno de los jueces del país, para ello se toman en cuenta tres factores: objetivo (materia y cuantía), el territorial y la función. Al efecto es ilustrativo lo que al respecto de la competencia indica el art. 62 de la LOJ: "Los tribunales sólo podrán ejercer su potestad en los negocios y dentro de la materia y el territorio que se les hubiese asignado, lo cual no impide que en los asuntos que conozcan puedan dictar providencia que hayan de llevarse a efecto en otro territorio"; y, el art. 86 al referirse a la competencia de las Cortes de Apelaciones, indica que “La corte de apelaciones se integra vero de salas que determine la Corte Suprema de Justicia, la cual fijara también sede, materias de que conocerán y la competencia territorial de cada una de ellas”. ○ Respecto a la competencia de los jueces de primera instancia, en su art. 94 indica que “La Corte Suprema Justicia determinara la sede y distrito que corresponde de corresponder a cada juez de primera instancia fijará su competencia a cada juez de primera instancia y en donde hubiere más de uno, les fijara su competencia por razón de la materia, la cuantía y del territorio". A continuación, se distinguen las tres clases de competencia que hemos mencionado: Objetiva (incluye la materia y la cuantía), funcional y territorial. Competencia Objetiva
○ Al respecto el segundo párrafo del art. 103 de la Constitución
Política de Guatemala, indica que "Todos los conflictos relativos al trabajo, están sometidos a jurisdicción privativa. La ley establecerá las normas correspondientes a esa jurisdicción y los órganos encargados de ponerlas en práctica”. Competencia Funcional
○ La competencia funcional nos va a servir para determinar con
exactitud quién es el órgano jurisdiccional competente para conocer de los actos procesales, de los incidentes, de las fases, de los remedios procesales y de las instancias de un proceso ○ Hemos visto que de conformidad con el art. 292 del CdeT, los Trabajo conocen en primera instancia, dentro de sus respectivas jurisdicciones (competencia territorial) de todas las cuestiones que se susciten con ocasión del trabajo. Y que el art. 291 del mismo código, se refiere a la competencia de los juzgados de Paz, en lo que podríamos llamar menor cuantía (que no exceda de 6.3,000.00), que también conocen en primera instancia. Competencia Territorial ○ Indica Montero Aroca (Derecho jurisdiccional, II) que una vez determinada la competencia objetiva del órgano, la norma territorial distribuye las causas entre los distintos tribunales de un mismo tipo. Al respecto, el art. 288 del Cdet determina que "Se deben establecer Juzgados de Trabajo y Previsión Social con jurisdicción (en rigor competencia) en cada zona económica que la Corte Suprema de Justicia determine, atendiendo a: ○ Concentración de trabajadores, ○ Industrialización del trabajo; ○ El informe que previamente debe rendir el Ministerio de Trabajo y Previsión Social. oyendo de previo a la Inspección General de Trabajo. El número de juzgados debe ser determinado por la Corte Suprema de Justicia, la cual puede aumentarlo o disminuirlo cuando así lo estime necesario". LA JURISDICCIÓN PRIVATIVA DEL TRABAJO Consideraciones
○ Antes de abordar el significado del término jurisdicción
privativa, resulta importante proponer una definición de lo que debe entenderse por jurisdicción en el ámbito del derecho procesal del trabajo. En esta dirección puede afirmarse que la jurisdicción corresponde a la facultad recaída en los jueces de trabajo por delegación del Estado a través de la ley para poder juzgar en el ámbito del derecho procesal del trabajo. Con base a la anterior definición puede ahora afirmarse que el término privativo se refiere a que el ejercicio de la jurisdicción en este ámbito debe corresponder exclusivamente a los jueces de trabajo y previsión social a quienes debe facultarse para impartir la justicia exclusivamente en ese ámbito, así se desprende de lo normado en el Artículo 283 del Código de Trabajo. Naturaleza de la jurisdicción privativa
○ Siendo la función jurisdiccional una actividad eminentemente
procesal, su naturaleza es precisamente esta, por cuanto como ya se analizó, se traduce en la facultad de que es investido al juzgador para impartir justicia, facultad que deriva de la ley, pero que se transmite por delegación del Estado a quienes ejercen la jurisdicción. Caracteres de la jurisdicción privativa
○ En cuanto a los caracteres de la jurisdicción y fundado en lo que
para el efecto establece el Código de Trabajo en sus Artículos 307 y 308 ¿Jurisdicción laboral?
○ El párrafo segundo del art. 102 de la Constitución Política de
Guatemala prescribe que “Todos los conflictos relativos al trabajo están sometidos a jurisdicción privativa. La ley establecerá las normas correspondientes a esa jurisdicción y los órganos encargados de ponerla en práctica". Por su parte, el CdeT en el art. 283, prescribe: "Los conflictos relativos a Trabajo y Previsión col están sometidos a la jurisdicción privativa de los Tribunales de Trabajo y previsión Social, a quienes compete juzgar y ejecutar lo juzgado". Lo afirmado por nuestra Constitución Política y el Cdet, nos lleva a preguntarnos si efectivamente existe una jurisdicción" del trabajo, o si por el contrario dicho concepto es utilizado por el constituyente y el legislador como sinónimo de competencia y si así debemos entenderlo. ○ Hablar de "jurisdicción del trabajo”, es confundir jurisdicción con competencia, olvidando la unicidad del concepto. Su uso indiscriminado no justifica la confusión. Es por ello que Luigi De Lítala (Derecho procesal del trabajo,1) afirma que "la función jurisdiccional es única, pero pueden ser diversas las formas en las cuales la misma se manifiesta. Si se atiende solamente a la forma procesal diferente que el juez de trabajo aplica, no puede contemplarse en el mismo una función autónoma y distinta de aquella del juez civil”. ○ De lo expresado por el profesor italiano se desprende que siendo la jurisdicción un concepto unitario, no es susceptible de división. Sin embargo, lo que sí es susceptible de distribuirse es la competencia; por lo que hay que resaltar que cuando los autores se refieren a la división de la jurisdicción en tantas como ramas jurídicas existan, lo que están distribuyendo es la competencia, no la jurisdicción. Excusas, impedimentos y recusaciones ○ Conviene precisar la diferencia que existe entre las excusas, los impedimentos y las recusaciones, previo a relacionar las disposiciones de naturaleza especial que el Código de Trabajo prevé en relación a estas instituciones, que únicamente en lo relacionado a las causas de impedimento, excusa y recusación deben de regularse en lo dispuesto en los Artículos del 122 al 134 de la Ley del Organismo Judicial. Para el efecto, veamos la definición de cada una de ellas. Las excusas
○ La excusa es la facultad que tienen las partes de pedir al juez de
trabajo y previsión social que deje de conocer de un asunto que ha sido sometido a su conocimiento, con fundamento en considerar que la actuación de éste se encuadra en alguna de las causales de excusa normadas en el Artículo 123 de la Ley del Organismo Judicial. La excusa también puede ser dispuesta por el propio juez de trabajo y previsión social, si este establece que tiene causal para excusarse y dejar de conocer del proceso. Como puede advertirse de lo relacionado la excusa constituye un medio para separar del conocimiento del proceso al juzgador, debiéndose tomar en cuenta que, en todo caso, la excusa es una facultad de juzgador que se encuentra en su derecho de aceptarla o no. Por consiguiente, el auto en que se resuelve la solicitud de excusa presentada por alguna de las partes no es susceptible de impugnación. Los impedimentos
○ Los impedimentos constituyen también otro medio por el cual el
juez de trabajo y previsión social se inhibe de seguir conociendo el trámite del asunto que ha sido sometido a su conocimiento, por considerar que su actuación podría enmarcarse dentro de las causales de impedimento contenidas en el Artículo 122 de la Ley del Organismo Judicial. La particularidad de los impedimentos radica en que estos solo pueden ser resueltos por el propio juez de trabajo y previsión social, quien es el que, en todo caso, hace del conocimiento de las partes la causal de impedimento que tiene para seguir conociendo y con base en ella se inhibe de continuar dentro del proceso. Las recusaciones
○ La recusación constituye en el ámbito del Derecho Procesal
guatemalteco, el medio que la ley prevé para que las partes puedan intentar separar del conocimiento del proceso al juez, fundadas en cualquiera de las causales que para alegar la recusación contempla de la Ley del Organismo Judicial en su Artículo 125. Importante es advertir que se estima como causales de recusación las mismas que se contemplan como impedimentos y las que se prevén como causales de excusa. Tramitación de los impedimentos, excusas y recusaciones de acuerdo con el Código de Trabajo ○ El procedimiento para el trámite de los impedimentos, excusas y recusaciones en el ámbito del Derecho Procesal del Trabajo se norma en los Artículo del 316 al 320 del Código de Trabajo, y al respecto refiere para el caso de los impedimentos y de las excusas la obligación que tiene el juez de trabajo y previsión social para una vez aceptada la excusa promovida por alguna de las partes de remitir en forma directa al juzgado de trabajo y previsión social de igual categoría más próximo las actuaciones a fin de que sea éste el que continúe conociendo. Adviértase aquí que la disposición especial apronta el trámite de la excusa porque permite al juzgador trasladar los autos directamente al juez de la misma categoría que debe seguir conociendo, sin que sea necesario el que se haga del conocimiento de la sala de apelaciones lo resuelto en la excusa promovida por alguna de las partes; Ahora bien, si se trata de una excusa adoptada por el mismo juzgador existirá obligación de que este remita las actuaciones a la sala de trabajo jurisdiccional, para que sea ésta la que designe al tribunal de trabajo que deba seguir conociendo. ○ Este trámite se realiza inaudita audiencia a las partes que figuran dentro del proceso. Por otro lado, y en el caso de que exista algún impedimento que obstaculice el conocimiento del juzgador en la causa sujeta a su jurisdicción este debe dictar la resolución en la que se inhiba de seguir conociendo y posteriormente remitir las actuaciones a la sala jurisdiccional para que sea ésta la que designe el tribunal de trabajo que deba seguir conociendo. ○ Finalmente, y en relación a la recusación las disposiciones especiales que van de los Artículos 316 al 320 del Código de Trabajo, regulan dos tipos de trámite para ésta, según si la misma es aceptada como cierta por el juzgador o según si el juzgador niega la certeza de la causal de recusación afirmada por la parte que la promueve.
○ En el primero de los casos, es decir si el juzgador
acepta la causal de recusación invocada, el mismo dictará la resolución en la cual resolverá dándose por recusado y ordenará que las actuaciones pasen al juez más próximo de la misma categoría, siendo importante resaltar que en este caso no cabe recurso alguno contra esta resolución. ○ En el segundo caso, al estimar el juez que la causal de recusación no es cierta, el mismo deberá dictar el auto en el que razone la negativa a aceptar la causal de recusación y en ese mismo auto ordenará trasladar el expediente a la sala jurisdiccional de trabajo, la que deberá resolver dentro de las veinticuatro horas siguientes de recibidos los autos si no existe propuesta dentro de ese mismo plazo para la recepción de pruebas por alguna de las partes. ○ Si este último fuera el caso, la sala de apelaciones debe recibir las mismas en audiencia oral que debe verificarse dentro del plazo de tres días posteriores a haberse señalado, finalmente, y después de haberse recibido la prueba la sala deberá dictar la resolución de la recusación dentro de las cuarenta y ocho horas siguientes. Importante es mencionar que el trámite de la recusación, cuando ha sido negada la causal invocada, no es incidental y no tiene efectos suspensivos sobre el trámite del proceso, a menos que dentro del trámite las actuaciones lleguen a estar en estado de resolver sin que se hubiere resuelto la recusación, en cuyo caso deberá suspenderse el trámite del procedimiento hasta que se resuelva en definitiva lo relacionado a la recusación. ○ El anterior es el trámite que presenta la recusación de manera general en el Derecho Procesal del Trabajo, más sin embargo, queda exceptuada de este trámite la recusación que se haga contra los miembros de los tribunales de conciliación y arbitraje, la que debe sustanciarse de acuerdo con los Artículos 383 y 400 del Código de Trabajo, que norman por un lado, que los miembros del tribunal de conciliación son irrecusables y que los del tribunal de arbitraje únicamente pueden excusarse además de las causales establecidas en la Ley del Organismo Judicial, por haber conocido como vocales en el mismo asunto en el tribunal de conciliación, respectivamente. ○ Esto último tiene su fundamentación en la finalidad que para los tribunales de arbitraje y conciliación guarda la legislación laboral guatemalteca, que busca, por un lado, impedir que las partes puedan obstaculizar la fase de conciliación dentro del trámite del proceso colectivo mediante el trámite de la recusación; y por el otro obstaculizar el conocimiento del tribunal de arbitraje para evitar que este pueda dictar la sentencia o laudo arbitral que será el instrumento que permita concluir el conflicto surgido y a la vez regular de manera más favorable las relaciones laborales en el centro de trabajo.