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Padres Adolescentes

Este documento ofrece consejos para criar adolescentes de manera responsable. En 3 oraciones o menos: Establece expectativas razonables para tu hijo adolescente y muéstrale amor incondicional a través de pasar tiempo de calidad juntos. Establece reglas claras con consecuencias justas y sé un buen modelo con tus propias acciones para guiar a tu hijo a comportarse de manera positiva.

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Padres Adolescentes

Este documento ofrece consejos para criar adolescentes de manera responsable. En 3 oraciones o menos: Establece expectativas razonables para tu hijo adolescente y muéstrale amor incondicional a través de pasar tiempo de calidad juntos. Establece reglas claras con consecuencias justas y sé un buen modelo con tus propias acciones para guiar a tu hijo a comportarse de manera positiva.

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Habilidades de crianza: Consejos para criar

adolescentes
Ayudar a un adolescente a convertirse en un adulto cuidadoso, independiente y
responsable no es una tarea fácil. Comprende lo que necesitas como madre o padre
para ayudar a guiar a tu hijo adolescente.
Escrito por el personal de Mayo Clinic
La adolescencia puede ser un período confuso de cambio, tanto para los adolescentes como
para los padres. Si bien estos años pueden ser difíciles, hay muchas cosas que puedes hacer
para educar a tu hijo adolescente y fomentar una conducta responsable. Utiliza estas
habilidades parentales para enfrentar los desafíos de criar a un hijo adolescente.

Muestra tu amor
La atención positiva es imprescindible para los adolescentes. Pasa tiempo con tu hijo
adolescente para demostrarle que es importante para ti. Escúchalo cuando habla y respeta
sus sentimientos. No des por sentado que tu hijo adolescente sabe cuánto lo amas.
Si no parece interesado en establecer vínculos afectivos, sigue intentándolo. Comer juntos
con regularidad podría ser una buena manera de conectarse. Mejor aún, invítalo a preparar
la comida contigo. En los días en que tengas problemas para hablar con tu hijo adolescente,
prueba que cada uno haga lo suyo en el mismo espacio. Estar cerca el uno del otro podría
dar lugar a una conversación.
Recuerda que el amor incondicional no significa aprobación incondicional. Puedes
disciplinarlo y, al mismo tiempo, mostrarle que no lo querrás menos por su
comportamiento. Si estás señalando algo que tu hijo adolescente podría hacer mejor, limita
las críticas específicas al comportamiento en lugar de hacer declaraciones personales acerca
de tu hijo.

Establece expectativas razonables


Los adolescentes suelen cumplir con las expectativas de los padres o hacer menos de lo que
se espera de ellos, por eso, fija expectativas altas. Pero en lugar de enfocarte en los logros,
como obtener siempre la calificación máxima, espera que tu hijo sea amable, considerado,
respetuoso, sincero y generoso.
Respecto de los logros diarios, recuerda que los adolescentes adquieren confianza mediante
el éxito, lo cual puede prepararlos para el próximo desafío. A medida que tu hijo
adolescente se enfrente con tares más difíciles, en lugar de ser tú quien fije las metas,
apóyalo en la decisión de lo que puede o no puede manejar. Si tu hijo adolescente no
alcanza el objetivo, reacciona brindándole apoyo y anímalo a recuperarse y a volver a
intentarlo. Es más importante elogiar el esfuerzo de tu hijo que elogiar el resultado final.

Establece reglas y consecuencias


La disciplina se trata de enseñar, no de castigar ni controlar al adolescente. Para alentar al
adolescente a que se comporte bien, habla sobre qué comportamiento es aceptable e
inaceptable en casa, en la escuela y en otros lugares. Establece consecuencias justas y
adecuadas para el comportamiento del adolescente. Al establecer consecuencias:

 Evita los ultimátums. El adolescente podría interpretar un ultimátum como un


desafío.
 Sé claro y breve. En lugar de decirle al adolescente que no se quede fuera hasta
tarde, establece un toque de queda específico. Mantén las reglas breves y al grano. Haz
que las consecuencias sean inmediatas y estén vinculadas con las decisiones o acciones
del adolescente.
 Explica tus decisiones. Es más probable que tu hijo adolescente cumpla con una
regla si comprende el por qué. Es posible que haya menos motivos por los cuales
rebelarse cuando el adolescente sabe que se está imponiendo un límite por su seguridad.
 Sé razonable. Evita establecer reglas que sean imposibles de seguir para tu hijo
adolescente. Un adolescente crónicamente desordenado podría tener problemas para
mantener una habitación impecable al instante.
 Sé flexible. A medida que tu hijo adolescente demuestre más responsabilidad, dale
más libertad. Si muestra poco juicio, impón más restricciones.
Cuando apliques las consecuencias, reprende el comportamiento del adolescente, no al
adolescente. Evita sermonear a tu hijo adolescente sobre sus defectos y las consecuencias
abstractas y lejanas, lo que pueden motivarlo a demostrarte que tú estás equivocado. No
uses un tono sarcástico, degradante o irrespetuoso. Avergonzar a tu hijo adolescente puede
infundirle un sentido de vergüenza, ponerlo en una posición defensiva y distraerlo de
reflexionar sobre lo que ha hecho mal. Antes de hablar, considera preguntarte si lo que
estás a punto de decir es cierto, necesario y libre de prejuicios.

Prioriza las reglas


Si bien es importante reforzar las reglas de manera continua, ocasionalmente puedes hacer
excepciones en relación con las tareas domésticas y la hora de ir a dormir. Al priorizar las
reglas, tú y tu hijo adolescente tendrán la oportunidad de negociar y comprometerse.
Sin embargo, piensa con anticipación hasta qué punto estás dispuesto a ceder. Las
restricciones relacionadas con la seguridad de tu hijo adolescente —como el abuso de
sustancias, la actividad sexual o conducir vehículos de manera imprudente— no son
negociables. Asegúrate de que tu hijo adolescente sepa que no tolerarás el consumo de
tabaco, de alcohol ni de otras sustancias.

Da un ejemplo positivo
Los adolescentes aprenden a actuar de acuerdo con las acciones de sus padres. En general,
las acciones tienen más repercusión que las palabras. Muéstrale a tu hijo adolescente cómo
afrontar el estrés de manera positiva y cómo ser resiliente. Sé un buen modelo y lo más
probable es que tu hijo siga tus pasos.

o
Existen algunas ideas importantes a tener presente en estos casos:
 Si los adultos a cargo del niño o adolescente no hacen un cambio, el cambio del niñ
o/adolescente no va a ser duradero: esta idea es fundamental ya que, por ejemplo, si 
los adultos a cargo no refuerzan la conducta que quieren que cambie, el niño no se v
a a esforzar por cambiar la conducta si ve que a nadie le importa. O si la queja es qu
e el niño no habla y vemos que todo su entorno entiende lo quequiere sin necesidad 
de que hable, si el contexto sigue interpretando sus señas, ese niño nunca va a tener 
la necesidad de hablar por lo tanto no lo hará (entendiendo que se descarta alguna di
ficultad física o de comprensión a la base).
 Existen ganancias secundarias que tiene el niño/adolescente: a través de preguntas p
odemos ir “mostrando” las ganancias que tiene el paciente índice y que el obtener es
tas ganancias depende de los adultos a cargo. Por ejemplo, si cada vez que hace una 
pataleta obtiene lo que quiere, no va a dejar de hacer pataletas ya que encontró la fór
mula para obtener lo que quiere.
 Se trabaja con todos los cuidadores que están a cargo de alguien y que pueden gener
ar un cambio: es fundamental que funcionen todos como equipo (los papás,abuelos, 
la nana, los tíos, profesores y cualquier adulto involucrado).
 No sirve trabajar con quien está saboteando, lo útil es trabajar con quien está brinda
ndo las ganancias secundarias: entonces debemos identificar cuál o cuáles son los ad
ultos más dispuestos a trabajar con nosotros ya que de esta forma obtenemos cambi
os más rápidos.
 SIEMPRE lo primero es sintonizar con la percepción de la situación, es decir, indag
ar con los adultos cómo están percibiendo la situación problema y al niño, por ejem
plo, ¿ven al niño como malo o enfermo? Es muy distinta la postura que los adultos t
omen de acuerdo a cómo se están explicando la situación.

Entonces ¿cómo intervenir con padres, profesores y cuidadores?
 Los tratamos como co-terapeutas, es decir, ellos son parte de la terapia. Fuera de la 
consulta ellos deben trabajar contigo para sostener el cambio. Les explicamos que el 
cambio en la vida del niño/adolescente no va a ocurrir en la hora de terapia, sino qu
e ocurre en su vida, esto es fuera de la consulta. Nosotroslo vemos en la consulta y s
on ellos quienes comparten en lo cotidiano con el niño, por lo tanto su rol como co-
terapeuta es fundamental.
 Dialogo descriptivo: además de ir haciendo preguntas, damos
explicaciones ya que el objetivo es crear conciencia de lo que está pasando. Les exp
licamos cómo se va dando el circuito del problema, entonces vamos viendo como lo 
que ellos hacen o dejan de hacer, va influyendo en este circuito.
 Deben descubrir que si siguen haciendo lo que hacen, están contribuyendo a sos
tener el problema: no sirve sólo dar tareas o indicaciones, por eso se dan también e
xplicaciones, ya que para que sigan las tareas deben comprender el funcionamiento 
del problema y lo que ellos hacen para contribuir en este problema.
 Hacemos reuniones clínicas: ya que son nuestros co-terapeutas, debemos tener sesi
ones similares a reuniones clínicas donde en conjunto vamos a definir la conducta p
roblema y los intentos de solución que todos han hecho (hijos, padres, colegio, etc.).
 Comprender cómo entienden la situación problema: a través de preguntas vamos 
a ir entendiendo cómo cada uno se explica la situación y a partir de esta información 
es como  vamos a ir interviniendo.
 Evitar culpabilizar e ir a lo práctico: jamás debemos culpabilizar a los cuidadores
, al contrario, la postura del terapeuta siempre va en la línea de solucionar el proble
ma y para esto planteamos un trabajo en quipo, por ejemplo, “tenemos que ver qué 
vamos a hacer con Juanita”, siempre en conjunto y en un ambiente de colaboración, 
ese es el foco.
 Buscar excepciones: identificar situaciones donde el niño/adolescente no presenta el 
problema y ver qué ha contribuido a que en esas oportunidades actúe de forma disti
nta.
 Deben sentir que son parte de la solución: es necesaria una colaboración constant
e. El refuerzo intermitente es el más poderoso, por eso deben ser constantes en su ro
l de co-terapeutas. Debemos estar todos alineados en una relación colaborativa, sino 
se crea un doble vínculo y todo empeora.

Estas son algunas ideas generales que son de tremenda utilidad en estos casos. Te invitamos 
a incluir siempre a los padres o cuidadores cuando trabajas con niños, niñas yadolescentes y
a que son una pieza fundamental en el cambio y la mantención de éste.

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