03 15 000 2019 00305 01 (Ac)
03 15 000 2019 00305 01 (Ac)
03 15 000 2019 00305 01 (Ac)
[L]a Sala abordará, para el caso concreto, el siguiente problema jurídico: ¿incurre
en desconocimiento del precedente en torno a la responsabilidad patrimonial del
Estado por los daños irrogados con ocasión de la privación de la libertad y los
requisitos de configuración de culpa exclusiva de la víctima, la sentencia que
concluyó que la privación de la libertad del demandante obedeció exclusivamente
a su actuar negligente pues omitió el deber legal de denunciar a la persona que lo
amenazaba de muerte y, en consecuencia, negó sus pretensiones de
indemnización de perjuicios? (…) En el asunto bajo examen, la parte actora alegó
que el fallo de 3 de octubre de 2018 desconoció el precedente contenido en la
sentencia proferida por la Sala Plena de la Sección Tercera del Consejo de Estado
el 15 de agosto de 2018, dentro del proceso con radicado 66001-23-31-000-2010-
00235-01(46947). (…) [E]n la providencia de unificación que se dice desconocida,
la Sala Plena de la Sección Tercera resolvió el recurso de apelación interpuesto
por la Fiscalía General de la Nación en contra de la sentencia que la declaró
administrativamente responsable por los perjuicios causados a una persona
privada de la libertad, en el marco de un proceso penal en el que se acusaba de
cometer el delito de trata de personas, y que quedó en libertad al comprobarse
que el ilícito investigado no se configuró. (…) Sea lo primero advertir por parte de
la Sala que no existe identidad plena entre las circunstancias fácticas que
fundamentaron la sentencia de unificación de 15 de agosto de 2018 y aquellos que
se resolvieron en la providencia de 3 de octubre de 2018 aquí acusada. Ello, por
cuanto en la primera providencia se encontró acreditada la culpa exclusiva de la
víctima a partir de las actuaciones irregulares de la persona privada de la libertad
que dieron lugar a sospechas sobre la posible comisión del delito de trata de
personas, sospechas que solo podían ser despejadas en el escenario de un
proceso penal. A su turno, en el caso resuelto mediante sentencia de 3 de octubre
de 2018, se concluyó que en la privación de la libertad del [demandante] medió su
culpa, en consideración a su actuar negligente en cuanto omitió denunciar las
amenazas de una persona que, tiempo después, compareció como testigo en su
contra y fue determinante para la imposición de la medida de aseguramiento. (…)
[L]a Sala concluye que no se configuró el desconocimiento del precedente
alegado, toda vez que la sentencia cuestionada, desfavorable a los intereses de la
parte actora, es producto de la aplicación de las normas que regulan la
responsabilidad extracontractual del Estado por privación injusta de la libertad y de
las reglas jurisprudenciales llamadas a regir el asunto, y obedece a un criterio de
interpretación racional adoptado por parte del juez de instancia, en consecuencia
de la autonomía judicial consagrada en el artículo 228 de la Constitución Política.
(…) En consecuencia, la Sala revocará la sentencia de 14 de marzo de 2019 por
medio de la cual la Subsección “A” de la Sección Tercera de esta Corporación
declaró improcedente la acción de tutela y, en su lugar, negará el amparo de los
derechos fundamentales invocados por el actor en consideración a que la
providencia de 3 de octubre de 2019 no incurrió en el defecto por desconocimiento
del precedente alegado.
CONSEJO DE ESTADO
SALA DE LO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO
SECCIÓN PRIMERA
1
Folio 17 del cuaderno principal.
de procedencia de la acción de tutela contra providencias judiciales,
concretamente el requisito de subsidiariedad, y en atención a la falta de
argumentación sobre la configuración de alguna causal específica de
procedibilidad de la acción de tutela contra providencias judiciales.
De otra parte, manifestó que la parte actora no identificó el tipo de error en el que
presuntamente incurrió la providencia controvertida, motivo por el cual el juez
constitucional no puede entrar a estudiar la totalidad de la sentencia para identificar
dichos defectos.
Con todo, precisó que en el trámite procesal no se incurrió en vía de hecho, toda
vez que las actuaciones judiciales se surtieron con arreglo a las normas aplicables
y a los principios constitucionales que rigen la recta administración de justicia.
En primer lugar, advirtió que los argumentos expuestos como sustento del cargo por
violación directa de la Constitución únicamente señalaron que la providencia
acusada transgredió el artículo 90 y el principio de reparación integral al revocar la
decisión de primera instancia. Al respecto, estimó que esas razones eran meramente
enunciativas y carecían de desarrollo suficiente para analizar el defecto propuesto,
pues se limitaban a afirmar la existencia de la supuesta transgresión con el único
argumento de que el actor tiene derecho a ser reparado por el hecho de haber sido
privado de su libertad.
De otra parte, sobre cargo por desconocimiento del precedente, la Sala concluyó
que con él se pretende que se realice una revisión integral del caso como si la tutela
fuera una nueva instancia procesal, toda vez el actor trajo a colación sentencias
proferidas por esta Corporación en las que la Nación resultó condenada por hechos
similares a los que dieron el origen al proceso de reparación directa, pero no
sustentó en forma alguna porqué, en este caso, debe aplicarse la misma tesis que
rigió dichos procesos.
IV. IMPUGNACIÓN
Al respecto, trajo a colación las sentencias T-269 de 2018, SU-115 de 2018 y SU-
631 de 2017 de la Corte Constitucional en las que se afirmó que la relevancia
constitucional implica evidenciar que con la decisión judicial se afectan los
derechos fundamentales de las partes, “situación que se verifica en el caso
concreto en el que se puso de presente la afectación de derechos fundamentales
y se explicó en qué consistió en específico tal vulneración” 2.
2
Folio 94, reverso, del cuaderno principal.
víctima, sin efectuar un análisis de la existencia de culpa o dolo desde el punto de
vista estrictamente civil e interpretando erróneamente la omisión del demandante
de no efectuar una denuncia penal por hechos ajenos a su investigación penal” 3.
Del mismo modo, sobre el análisis del cargo por desconocimiento del precedente,
recordó que en la tutela se expuso el precedente unificado del Consejo de Estado
que señala la necesidad de que el juez valore si la persona que fue privada de la
libertad actuó con culpa grave o dolo y si con ello dio lugar a la imposición de la
medida de aseguramiento de detención preventiva. En ese orden, insistió en que
el Tribunal accionado violó el precedente por dos razones: “i) al entrar a valorar el
carácter injusto de la privación de la libertad partiendo de valorar la legalidad o no
de la medida de aseguramiento de detención preventiva aludiendo a la existencia
de indicios, olvidando que el precedente del Consejo de Estado indica que el
carácter injusto de la medida de detención surge cuando se absuelve al
procesado, pues basta la sentencia absolutoria para develar la existencia de una
privación injusta de libertad merecedora de la reparación integral del daño
antijurídico causado a quien fue detenido injustamente; ii) al aplicar la existencia
de una culpa exclusiva de la víctima sin analizar adecuadamente y con la sana
valoración probatoria, como lo exige el precedente unificado del Consejo de
Estado, la existencia del dolo o culpa grave de la víctima desde el punto de vista
civil”4.
V. CONSIDERACIONES DE LA SALA
V.1.COMPETENCIA.
De conformidad con lo previsto por el numeral segundo del artículo 2.2.3.1.2.1 del
Decreto 1069 del 26 de mayo de 2015, modificado por el artículo 1º del Decreto
1983 de 30 de noviembre de 2017, y en virtud del artículo 2º del Acuerdo número
377 de 11 de diciembre de 2018 de la Sala Plena del Consejo de Estado, que
regula la distribución de las acciones de tutela entre las secciones, y del artículo
3
Folio 95 del cuaderno principal.
4
Folio 97 del cuaderno principal.
13 del Acuerdo 80 de 12 de marzo de 2019 de la misma Sala, que asigna a esta
Sección el conocimiento de estas acciones constitucionales, esta Sala es
competente para conocer del presente asunto.
V.2. HECHOS
V.2.1. El señor Olver Carvajal Parra estuvo privado de la libertad por el período
de 1 año, 10 meses y 10 días, comprendidos entre el 17 de julio de 2010,
fecha en la que se hizo efectiva la medida de aseguramiento de detención
preventiva impuesta en su contra, y el 1 de junio de 2012, día en el que
fue dejado en libertad en cumplimiento de la sentencia de 31 de mayo de
2012 que lo absolvió de los cargos imputados por el delito de concierto
para delinquir agravado.
V.2.2. Olver Carvajal Parra y otros instauraron demanda en ejercicio del medio
de control de reparación directa en contra de la Nación – Fiscalía General
de la Nación, solicitando que se la declarara administrativa y
patrimonialmente responsable por los perjuicios ocasionados a raíz de la
privación de la libertad de que fue objeto, con la consecuente
indemnización de perjuicios materiales e inmateriales.
5
Folio 63 del cuaderno principal.
6
Corte Constitucional, Sentencia C-590 de 2005, MP: Jaime Córdoba Triviño
De lo anterior se colige que al juez constitucional únicamente le está permitido
estudiar cuestiones que cuenten con una clara importancia constitucional; ello, con
el fin de impedir que éste se inmiscuya en materias propias de otras jurisdicciones,
lo que desbordaría el ámbito de aplicación de la acción de tutela. Así las cosas, al
analizar la procedencia de una acción de tutela en contra de una providencia
judicial, el primer punto que debe abordar el juez será el de examinar si el asunto
puesto a su consideración se encuentra revestido de relevancia constitucional,
determinando la razón por la cual esa situación afecta realmente los derechos
fundamentales de las partes. Al respecto la Corte Constitucional ha sostenido:
Bajo esta perspectiva, la relevancia constitucional tiene como finalidad: (i) proteger
el principio de autonomía judicial, y (ii) que el juez constitucional no se inmiscuya
en materias propias de otras jurisdicciones; en ese sentido, la Sala Plena de esta
Corporación ha señalado:
7
Corte Constitucional, Sentencia SU172 de 2015, MP: Gloria Stella Ortiz Delgado.
8
Sentencia T-173 de 1993. M.P. José Gregorio Hernández Galindo.
El primer elemento dice relación con la carga argumentativa del
actor para demostrar en sede de tutela que el asunto es de
relevancia constitucional por la afección de sus derechos
fundamentales. No basta, entonces, aducir la vulneración de
derechos fundamentales para cumplir este requisito de
procedibilidad de la tutela contra providencias judiciales.
9
Esta exigencia se deriva del requisito general de procedencia de la acción de tutela contra
decisiones judiciales, contemplado en el literal a) del fundamento jurídico 24 de la sentencia C-590
de 2005.
10
En España por ejemplo, de tiempo atrás, esta es una carga del demandante, avalada por el
Tribunal Constitucional, contenida en el último requisito establecido en numeral 1 del artículo 49
(“la demanda justificará la especial trascendencia constitucional del recurso”) y en el literal a) del
numeral 1 del artículo 50 (“el contenido del recurso justifique una decisión sobre el fondo por parte
del Tribunal Constitucional en razón de su especial trascendencia constitucional, que se apreciará
atendiendo a su importancia para la interpretación de la Constitución, para su aplicación o para su
general eficacia, y para la determinación del contenido y alcance de los derechos fundamentales”)
de la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional (LOTC), respecto de la procedencia de la acción de
amparo en general y, en particular, contra providencias judiciales.
11
Consejo de Estado, Sala Plena de lo Contencioso Administrativo. Sentencia de 5 de agosto de
2014. Rad.:11001-03-15-000-2012-02201-01 (IJ). Actora: Alpina Productos Alimenticios S.A.; M.P.
Jorge Octavio Ramírez Ramírez.
propósito, el juez no podrá limitarse a convalidar el requisito de la relevancia
constitucional con la sola mención de un derecho fundamental, pues deberá
evaluar si, de acuerdo con los argumentos expresados en el escrito
correspondiente, hay amenaza o violación efectiva de un derecho fundamental
constitucional.
Con miras a establecer los aspectos que deben ser puntualizados para resolver si
una demanda de tutela contra providencia judicial tiene o no relevancia
constitucional, la Sala destaca: (i) que el escrito invoque la vulneración de
derechos fundamentales, (ii) que se expongan las razones de vulneración de esos
derechos fundamentales, y (iii) que la transgresión suponga un atentado contra el
núcleo esencial de los derechos invocados, requisitos que exigen del juez de la
tutela un examen de las razones del actor para afirmar que hay amenaza o
12
Corte Constitucional, sentencia C-756 del 2008.
13
Ibídem.
vulneración de un derecho fundamental, comparadas con el núcleo fundamental
del mismo.
Ahora bien, se tiene que el derecho fundamental al debido proceso integra las
siguientes garantías: i) el principio de legalidad; ii) el principio del juez natural; iii)
el derecho a la observancia de las formas propias de cada juicio; iv) el principio de
favorabilidad; v) el derecho a la presunción de inocencia; vi) el derecho a la
defensa; vii) derecho a la publicidad de las actuaciones procesales y la no
dilatación injustificada de las mismas; viii) el derecho a presentar y controvertir
pruebas; ix) el derecho a impugnar las providencias; x) el principio de non
reformatio in pejus; xi) el derecho a no declarar contra sí mismo o contra su
cónyuge, compañero permanente o ciertos parientes; xii) el principio de
independencia judicial; xiii) el derecho de acceso a la administración de justicia. 17
17
Sentencia T-248/18.
18
Corte Constitucional, sentencia C-571 de 2017, M.P.: Alejandro Linares Cantillo.
19
Corte Constitucional, sentencia T-062 de 2013, M.P.: Luis Ernesto Vargas Silva.
En ese orden de ideas, la comparación entre las razones que expone el actor para
afirmar que hay vulneración a los derechos fundamentales al debido proceso y a la
igualdad y el núcleo esencial de éstos pone de presente que el cargo por violación
directa de la Constitución no ostenta la relevancia constitucional necesaria para
ser abordado en sede de tutela. En efecto, en este punto, la Sala coincide con el
fallo de primera instancia en tanto advirtió que los fundamentos del cargo se
limitan a afirmar que la sentencia de 3 de octubre de 2018 trasgredió el artículo 90
de la Constitución porque no accedió a las pretensiones de reparación del señor
Carvajal Parra y, en definitiva, insiste en afirmar que no actuó dolosa o
culposamente, a partir de lo cual califica de errónea la interpretación del Tribunal
sobre la configuración del eximente de culpa exclusiva de la víctima.
Así las cosas, la Sala encuentra que la presente acción cumple con los demás
requisitos generales para su examen, en razón a que: i) la parte actora agotó
todos los medios de defensa judicial de que disponía, toda vez que se surtieron las
dos instancias en el proceso de reparación directa y contra la providencia que se
cuestiona no procede recurso adicional; ii) la acción de tutela se presentó dentro
de un término razonable20, ya que se radicó menos de cuatros meses después de
notificada la providencia que se ataca; iii) la irregularidad que se le endilga a la
sentencia, esto es, el desconocimiento del precedente, afecta la decisión de fondo
por cuanto, de encontrarse configurado, tendría un efecto decisivo y determinante
en su trámite; iv) la situación que generó la vulneración de derechos
fundamentales fue puntualizada en el escrito de tutela y además, en tanto la
solicitud se fundamenta en la inconformidad con lo resuelto en la sentencia de
segunda instancia, la controversia planteada no hubiera podido haber sido
alegada en el curso del proceso,; y v) no se trata de una providencia contentiva de
una sentencia de tutela. En consecuencia, la Sala procederá a su estudio.
Ahora bien, en orden a resolver el cargo planteado, conviene tener en cuenta que
en la providencia de unificación que se dice desconocida, la Sala Plena de la
Sección Tercera resolvió el recurso de apelación interpuesto por la Fiscalía
General de la Nación en contra de la sentencia que la declaró administrativamente
responsable por los perjuicios causados a una persona privada de la libertad, en el
marco de un proceso penal en el que se acusaba de cometer el delito de trata de
personas, y que quedó en libertad al comprobarse que el ilícito investigado no se
configuró.
En ese caso, la actuación penal inició a raíz de la denuncia que presentó una
mujer que se decía víctima del delito de trata de personas en contra de la
demandante en el proceso de reparación directa. Al analizar las actuaciones que
dieron lugar a la privación de la libertad de la reclamante, y de cara a la pretensión
de reparación, la Sección Tercera concluyó que la conducta de la misma
demandante había dado lugar a la investigación que se adelantó en su contra y a
la imposición de la medida de aseguramiento de detención preventiva, por cuanto
le exigió a la mujer que formuló la denuncia el pago de una suma de dinero por
concepto de la intermediación laboral, es decir, la Sala estimó que existieron “[…]
indicios que permitían inferir una posible intención de control, dominación o
sujeción a un trabajo forzado a través de la imposición de una obligación
económica a favor de doña Martha Lucía o de un tercero (Ricardo Restrepo),
situación que sólo se podía esclarecer en el escenario de un proceso penal […] 22.
Por tal motivo, en el asunto se concluyó que no existió vínculo causal entre la
medida de aseguramiento y los perjuicios reclamados con la demanda, ya que la
privación de la libertad de la demandante no tuvo su causa eficiente o adecuada
en la actividad de la administración de justicia, sino en la conducta asumida por
ella misma.
2) Si quien fue privado de la libertad actuó con culpa grave o dolo, desde el
punto de vista meramente civil -análisis que hará, incluso de oficio-, y si con
22
Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera. Sentencia de 15 de
agosto de 2018, radicado: 66001-23-31-000-2010-00235-01(46947), C.P.: Carlos Alberto
Zambrano Barrera.
ello dio lugar a la apertura del proceso penal y a la subsecuente imposición
de la medida de aseguramiento de detención preventiva (artículos 70 de la
ley 270 de 1996 y 63 del Código Civil) y,
En virtud del principio iura novit curia, el juez podrá encausar el análisis del
asunto, siempre en forma razonada, bajo las premisas del título de
imputación que, conforme al acervo probatorio, considere pertinente o que
mejor se adecúa al caso concreto. […]” 23.
Ahora bien, la parte actora reprocha que las anteriores subreglas fueron ignoradas
por el Tribunal Administrativo del Magdalena al proferir la sentencia de 3 de
octubre de 2018, pues allí se tuvo por demostrada la culpa exclusiva de la víctima
a partir del hecho de que el señor Olver Carvajal Parra omitió denunciar a José
Gregorio Cotes Valeta, quien lo había amenazado de muerte y posteriormente
compareció como testigo en la investigación penal en la que se le impuso la
medida de detención preventiva. Para el accionante, dicha tesis no se
compadece con expuesta en el fallo de unificación, ya que no se fundamenta en la
existencia de un actuar doloso o en la culpa grave del señor Carvajal Parra, que
realmente haya sido determinante para la imposición de medida de
aseguramiento.
Sea lo primero advertir por parte de la Sala que no existe identidad plena entre las
circunstancias fácticas que fundamentaron la sentencia de unificación de 15 de
agosto de 2018 y aquellos que se resolvieron en la providencia de 3 de octubre de
2018 aquí acusada. Ello, por cuanto en la primera providencia se encontró
acreditada la culpa exclusiva de la víctima a partir de las actuaciones irregulares
de la persona privada de la libertad que dieron lugar a sospechas sobre la posible
comisión del delito de trata de personas, sospechas que solo podían ser
despejadas en el escenario de un proceso penal. A su turno, en el caso resuelto
mediante sentencia de 3 de octubre de 2018, se concluyó que en la privación de la
libertad del señor Olver Carvajal medió su culpa, en consideración a su actuar
negligente en cuanto omitió denunciar las amenazas de una persona que, tiempo
después, compareció como testigo en su contra y fue determinante para la
imposición de la medida de aseguramiento.
23
Ibídem.
[…] Que el daño sea imputable a una autoridad judicial
"Lo primero que hay que señalar es que la norma adjetiva citada en
precedencia exige mínimo dos indicios graves de responsabilidad penal
para afectar con medida de aseguramiento a los procesados (...)
comenzando con el sindicado Olver Carvajal Parra, se tiene que le figuran
cargos como integrantes de los Gaitanistas señalamiento este que le hizo
Denis Páez Tarazana en la ampliación de su testimonio el día 31 de julio
de 2009. También José Gregorio Coles Valeta, en su dicción de fecha 21
de febrero de 2010, lo sindica diciendo que era el encargado de las
drogas de guachaca, y que en el 2006 en una reunión que hicieron en el
palo de mango para proponerle que trabajara con ellos, ahí fue que
conoció a Olber Carvajal, entre otros que menciona por su alias"
De acuerdo a lo referido por el Juez Penal, para este Tribunal resulta claro
que demandante admitió en su indagatoria que el señor JOSE GREGORIO
COTES VALETA lo amenazó de muerte si no lo le entregaba una suma de
dinero y que el ahora demandante omitió su deber legal de denunciar ante
la autoridad competente porque no les dio importancia a dichas amenazas.
Para la Sala no cabe duda, que el entonces sindicado, admitió que le restó
relevancia a las exigencias económicas efectuadas vía telefónica y que no
realizó el respectivo denuncio ante la Fiscalía General de la Nación de lo
que resulta que el actor no desplegó las medidas necesarias en razón de
las amenazas recibidas en su contra, lo que en sí mismo, permitió que no
se controvirtieran los elementos de prueba que el ente investigador tuvo
para acreditar la medida de aseguramiento, sin que aquella se encontrare
menoscabando el ordenamiento jurídico y en especial la garantías
superiores del actor.
Para este Tribunal es claro, que frente a lo sustentado por el Juez Penal,
puede que no haya existido transgresión de bien jurídico tutelado de
concierto para delinquir agravado, toda vez que no se pudo comprobar la
participación del actor en el punible que se le imputó, habida cuenta que a
la hora de proferir sentencia no se encontró lo certeza de los supuestos
imputados al actor aunque, empero, en el expediente quedó demostrado,
que el aquí accionante abandonó todo lo referente a la denuncia penal o de
poner en conocimiento ante las autoridades competentes para que
desplegaron (sic) las actividades necesarias y evitar en el futuro, que quien
en un principio fungía como sujeto activo de un punible, mutara a un testigo
estelar en el proceso penal seguido contra Carvajal Parra. […]
Así mismo, resulta necesario para la Sala insistir en que precisamente las
particularidades del asunto y teniendo en cuanta la gravedad de los cargos
imputados, es claro que a la autoridad judicial, le era imperativo la
imposición de la medida privativa de la libertad en centro carcelario y en
consecuencia librar orden de captura en contra del demandante en
atención a las declaraciones allegadas al plenario, que permitieron inferir el
accionar del señor Olver Carvajal Parra en el tipo penal endilgado.
Así las cosas, no es cierto que la sentencia acusada haya omitido analizar si la
conducta del actor se enmarcaba dentro del supuesto de culpa grave o dolo desde
el punto meramente civil. Por el contrario, fue gracias a estudio de la conducta del
actor que calificó de negligente su actuación y arribó conclusión que es contraria
a sus intereses.
Así las cosas, en vista de que en el presente caso no se observa una arbitrariedad
que represente un ejercicio irracional de la función judicial encomendada a la
autoridad judicial accionada, no se encuentra demostrada la vulneración a los
derechos fundamentales invocados por la parte actora.
FALLA:
Se deja constancia que la anterior providencia fue leída, discutida y aprobada por
la Sala en la sesión de la fecha.
CÓPIESE, NOTIFÍQUESE, COMUNÍQUESE Y CÚMPLASE.