¡Hola, Jesús! ¡Qué Bueno Es Encontrarnos!

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¡Hola, Jesús!

¡Qué bueno es
encontrarnos!
Encuentro Nº 3 para las familias de catequesis
Nos encontramos
Historia de un barrio gris

Aquél era un barrio como pocos...Era un barrio sin color. Aunque los dueños de las casas se
empeñaban en pintarlas con los colores más vistosos, al poco tiempo parecían opacas,
descoloridas y sin vida.

Los habitantes del barrio se levantaban todas las mañanas con la esperanza de encontrar un
gran sol amarillo brillando en el cielo, pero siempre descubrían unas pesadas nubes grises
que parecían querer desplomarse sobre el barrio.
Las tormentas eran muy comunes. El viento soplaba, casi siempre, con una fuerza extraordinaria
y, cuando la gente caminaba, tenía que agarrarse del tronco de un árbol o de un poste de luz, para
no caerse. Lo más triste era que la gente casi no se daba cuenta de quién estaba a su lado. Todos
corrían apurados, preocupados por cumplir con sus obligaciones. No había tiempo ni ganas de
saludarse, ni de ayudarse, ni de escucharse.

Un día llegó al barrio un chico nuevo. Desde el principio a todos les pareció raro, porque siempre
usaba una campera amarilla. Era muy raro ver esa campera amarilla en medio tanto gris. Los
chicos lo dejaban un poco de lado, no entendían por qué era así, tan distinto a los demás... No
sólo por su campera, sino porque hacía cosas que no eran comunes en el barrio...

Por ejemplo, cuando una abuela o un abuelo tenían que cruzar la calle, él se apuraba, les daba la
mano y los ayudaba. Cuando alguien se quedaba agarrado del tronco de un árbol para que el
viento no lo derribara, él se acercaba y lo protegía con su cuerpo envuelto en la campera amarilla.

L
Cuando un chico faltaba al colegio, él siempre lo llamaba para ver si estaba enfermo, iba a
su casa y le llevaba los deberes. No le importaban la lluvia ni las nubes grises que
amenazaban con desplomarse sobre el barrio.
Por ejemplo, cuando una abuela o un abuelo tenían que cruzar la calle, él se apuraba, les daba la
mano y los ayudaba. Cuando alguien se quedaba agarrado del tronco de un árbol para que el
viento no lo derribara, él se acercaba y lo protegía con su cuerpo envuelto en la campera amarilla.
Cuando un chico faltaba al colegio, él siempre lo llamaba para ver si estaba enfermo, iba a su casa
y le llevaba los deberes. No le importaban la lluvia ni las nubes grises que amenazaban con
desplomarse sobre el barrio.
Un día, cuando estaba ayudando a una abuela a cruzar la avenida que
atravesaba el barrio, un auto que venía a una gran velocidad, atropelló a
nuestro amigo de la campera amarilla. Él quedó tirado sobre la calle y sus
compañeros se quedaron inmóviles. No sabían qué hacer... La gente grande
tampoco reaccionaba y pasaban los minutos. No sabían cómo ayudar...De
pronto, una compañera, salió de atrás de su mamá, se acercó al chico
lastimado y con su pañuelito, le secó la frente, pidió un celular y llamó a una
ambulancia, le sostuvo la cabeza y le dio un poco de Coca que tenía en su
lunchera...
Todos miraban muy asombrados... Cuando el nene se fue en la ambulancia, su
compañera empezó a hacer todo lo que antes había visto hacer a su amigo: ayudó a
los abuelos, colaboró con las mamás y fue a ver a su amigo al hospital. Nadie sabe
bien qué hablaron los dos chicos allí, pero lo cierto es que la nena cada vez empezó a
parecerse más a su amigo. Otros chicos, chicas, mamás, papás, abuelos y tíos
empezaron a ayudar también a los demás. Y lo más asombroso es que la ciudad dejó
de ser gris. Se hizo visible el verdadero color de las casas. El sol brilló en el cielo,
llovió sólo algunas veces, de tanto en tanto. Si había viento, la gente se daba la mano
y nadie se caía.

El chico de la campera amarilla tenía, ahora, a muchos otros compañeros y amigos


que hacían lo que antes él había hecho y el barrio fue un barrio más lindo. Los
colores escondidos brillaron con una luz nueva. La gente empezó a ver las flores que
antes nunca había mirado. El amor, que siempre había existido entre las personas, fue
descubierto por todos y el barrio gris fue un nuevo barrio lleno de amor.
Ahora, entre todos, en familia, reconstruimos el cuento que leímos...

¿Cómo era el barrio del cuento? ¿Había sol? ¿Había


flores? ¿Las casas estaban pintadas? ¿Qué hacía la
gente cuando llovía y había mucho viento?

¿Quién llegó al barrio? ¿Qué hacía? ¿Qué pasó


cuando ocurrió un accidente en el barrio? ¿Quién
ayudó en el accidente?

¿Qué pasó después del accidente? ¿Qué


empezaron a hacer todos en ese barrio después
del accidente?

¿El barrio siguió siendo un barrio gris? ¿Por qué?


Jesús nos habla… Jn. 13, 3 - 7. 12 - 15

Sabiendo Jesús que el Padre había puesto todo en sus manos y


Jn. 13, 3 - 7 que él había venido de Dios y volvía a Dios, se levantó de la
mesa, se sacó el manto y tomando una toalla se la ató a la
cintura. Luego echó agua en un recipiente y empezó a lavar los
pies a los discípulos y a secárselos con la toalla que tenía en la
cintura. Cuando se acercó a Simón Pedro, éste le dijo: «¿Tú,
Señor, me vas a lavar los pies a mí?».Jesús le respondió: «No
puedes comprender ahora lo que estoy haciendo, pero después
lo comprenderás… Después de haberles lavado los pies, se puso
el manto, volvió a la mesa y les dijo: «¿comprenden lo que
acabo de hacer con ustedes? Ustedes me llaman Maestro y
Señor, y tienen razón, porque lo soy. Si yo, que soy el Señor y el
Maestro, les he lavado los pies, ustedes también deben lavarse
los pies unos a otros. Les he dado el ejemplo, para que hagan lo
mismo que yo hice con ustedes.
Miramos el video que nos manda nuestro/a catequista para este momento del
encuentro. También podemos escuchar un audio o, simplemente, leer esto que va a
continuación...

En la época de Jesús, hace muchos… muchos ¿Qué les dijo Jesús?


años, los caminos eran de tierra. Por eso,
cuando una persona llegaba a una casa, era ¿Cuál es el ejemplo que Él quiere dar?
muy común que los sirvientes le lavaran los
¿Qué quiere decir "lavarnos los pies los unos
pies para quitarle el polvo del camino.
a los otros"?
Una vez Jesús se reunió con sus amigos para
¿Qué nos está enseñando Jesús a nosotros?
celebrar juntos la fiesta de la Pascua. ¿Quién
les lavó los pies a los amigos de Jesús? ¿Qué ¿Cómo podríamos vivir hoy lo que Jesús les
dijo uno de ellos llamado Simón Pedro? ¿Por enseñó a sus amigos?
qué no quería que Jesús le lavara los pies?
Si hoy Jesús les lavara los pies a ustedes,
¿qué le dirían?
Los chicos y los grandes de esta familia pensamos
juntos, mientras escuchamos esta canción...

Nosotros también, como el chico del barrio gris,


podemos hacer que a nuestro alrededor todo
sea un poco mejor...

Si decidimos seguir el ejemplo de Jesús, ¿quiénes


son esas personas a quienes vamos a lavarles los
pies? Es decir, ¿quiénes son esas personas a las
cuales vamos a servir y a ayudar, como nos
enseñó Jesús?

En nuestra familia:....... En el colegio:,,,,,,,,

En el barrio:.....

En otros lugares:....
En el altarcito familiar...

Escribimos los nombres de las


personas a las que vamos a servir, a
las que vamos a ayudar como Jesús
nos enseña…

Dejamos esos nombres en el altarcito


familiar, junto a la imagen de María,
que es la Madre de Jesús y la Madre
de todos.
Los chicos trabajan en la carpeta familiar...

Hago una lista de todo lo que puedo hacer en


mi familia para ser un servidor como Jesús.

Hago una lista de todo lo que puedo hacer en


mi barrio para que no sea un barrio gris.

Hago una lista de todas las cosas que puedo


hacer en mi escuela si sigo el ejemplo de
Jesús.
Mientras los chicos trabajan, los adultos escribimos
nuestra oración en el cuaderno o diario personal.

A veces, queremos ayudar a los otros… Queremos


ponernos a su servicio como hizo Jesús. Y, sin
embargo, surgen en nuestro corazón de adultos
resentimientos, desconfianzas, egoísmos que no nos
dejan seguir la propuesta que Él nos hace.

En este momento, vamos a rezar con nuestras


propias palabras, pidiéndole al Señor que nos
transforme y nos ayude a tener un corazón bueno y
servicial, parecido al suyo.

Escribimos la oración para poder volver a ella


cuantas veces necesitemos hacerlo...

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