LEDA VALLADARES Bajada Por Mí

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LEDA VALLADARES

Poeta, compositora autodidacta, musicóloga, cantora, recopiladora e


investigadora del folklore argentino, Leda Valladares fue clave en la transmisión de
nuestra música. La recordamos, a ocho años de su fallecimiento.

Leda Valladares nació el 21 de diciembre de 1919, en Tucumán. Fue bisnieta


del político Félix Frías,  hija del poeta y escribano Fermín Valladares y de la
santiagueña Aurora Frías, una familia burguesa de la provincia. Esta posición le
permitió iniciar sus estudios musicales a muy corta edad; y comenzó con el piano, de
la mano de la famosa concertista Sarah Carreras.

Filosofía y jazz

Leda y su hermano Ronaldo quedaron fascinados al conocer la música jazz.


Ella se inició en el género, cantando con el seudónimo de Ann Kay en el grupo FIJOS
(Folklóricos, Intuitivos, Jazzísticos, Originales y Surrealistas), junto con Enrique “Mono”
Villegas, Gustavo “Cuchi” Leguizamón, Adolfo Abalos, Manuel Gómez Carrillo, Rodrigo
Montero y Lucía Bolognini Míguez, conocida como Lois Blue.

En los años cuarenta, inició la carrera de Filosofía en la Universidad Nacional


de Tucumán. A la par, estudió clarinete en la Academia de Bellas Artes de esa misma
provincia y, más tarde, también se dedicó al estudio de las Ciencias de la Educación.

El mapa musical argentino

En un viaje a Cafayate, Valladares descubrió el sonido de las bagualas y


decidió registrarlas con su grabador. Emprendió un viaje desde el Ecuador hasta
Santiago del Estero. Con paciencia, fue recorriendo y descubriendo las vertientes de
este sonido en callejones, ranchos, valles y quebradas del norte de nuestro país. A
partir de ahí, se definió como una cantora que no solo interpretaba y componía, sino
también investigaba. Toda esa experiencia tomó forma en ochos discos, editados
entre 1960 y 1974, los cuales conformaron el "Mapa musical argentino".

Así, este Mapa se convirtió en una serie de álbumes testimoniales y


documentales, y estuvo a cargo del sello Melopea, de Litto Nebbia. En 2001 se realizó
el relanzamiento, para continuar con la difusión de la música que nace de campesinos,
jóvenes, docentes, músicos naturales y habitantes anónimos de la Quebrada de
Humahuaca, Tucumán, Cuyo, Salta, Buenos Aires y Santiago del Estero.

Leda y María (1953-1963)

En 1950, viajó a París y conoció a la compositora y escritora María Elena


Walsh, con quien habían intercambiado algunas cartas en las que hablaban de poesía,
luego de la publicación del primer poemario de Walsh, Otoño imperdonable. Con ella
formó en 1953 el dúo Leda y María, con el sueño de difundir en Francia, la música
folklórica argentina. Allí conocieron a Violeta Parra, George Brassens, Jacques Brel,
Charles Chaplin, Jacques Prévert, Pablo Picasso y Joan Miró.
A fines de esa década, regresaron al país para continuar grabando discos y
realizando giras. Canciones del tiempo de Maricastaña y Canciones para
mirar son los más recordados. Sus discos, desde 1960 hasta 1974, conformaron
también ese Mapa Musical Argentino, el cual llevaron en numerosas giras artísticas,
teatros y universidades a nivel nacional e internacional.

En los 60, con una beca del Fondo Nacional de las Artes, Leda continuó
investigando sobre el folklore nacional.

“No me guían intentos arqueológicos, ni historicistas, sino simplemente


estéticos. Nuestro país debe conocer y disfrutar su folklore auténtico. (...) Es
un nuevo lenguaje musical milenario, que la gente no está acostumbrada a oír. Son
voces primitivas, con una estética totalmente distinta, que más que la forma buscan la
expresión. Se necesita una sensibilidad adecuada (…) Hay que aprender la verdad
ancestral, esencial del campesino, que no fabrica nada. La cosa folklórica no tiene
caireles ni firuletes” (Valladares 1969, s/d).
 
Valladares compuso, además, música para películas, ciclos televisivos y
comedias musicales. Entre sus discos se destacan Igual rumbo, Grito en el cielo
I y II, y América en cueros.

“Yo creo que hay que descubrir América y esa es mi consigna: que no nos
sigan descubriendo gringos sino que seamos nosotros quienes lo hagamos” (Leda
Valladares: un profeta más que no lo es en su tierra, 1972).

Galardones

Obtuvo numerosos premios, incluyendo el Martín Fierro de Televisión. Fue


Miembro de Honor de la UNESCO por su disco América en cueros. Recibió tres
premios Konex en 1984 y 1994, además de la Mención Especial en 2005.

El canto cósmico

Leda, en 1987, convocó a Pedro Aznar, Fito Páez, Fabiana Cantilo, Gustavo
Cerati, Jairo, León Gieco, Litto Nebbia y otros músicos, para la producción de su
disco Grito en el cielo, con bagualas, vidalas y tonadas. En el siguiente video, Aznar
la recuerda e interpreta "Qué he sacado con quererte".

Leda Valladares falleció a los 93 años, el 13 de julio de 2012. El legado de sus


investigaciones sigue vigente para conocer la música de todos los rincones de nuestro
país.

(Fuentes: Página/12, Fundación Konex, La Nación, Journals Open Edition:


Fabiola Orquera, « El proyecto musical de Leda Valladares: del sustrato romántico a
una concepción ancestral-vanguardista de la argentinidad », Clarín).

Descubrió el canto con caja a temprana edad. Desde entonces, comenzó un


arduo trabajo de recopilación de cantos y memorias que conquistó a propios y
extraños. Llevó ese mensaje ancestral a otros géneros como el rock, y a otros
referentes fuera del folclore. Nació un 21 de diciembre de 1919. Artistas que admiran
su obra hablan sobre su legado e influencia.
Tucumana, transgresora y adelantada. Leda Nery Valladares Frías fue la
mujer que visibilizó el canto con caja y lo popularizó a través de sus trabajos de
recopilación e investigación. Para muchos fue una maestra, para otros una adelantada
a su tiempo. Pionera en su arte, puso en primer plano a una música postergada,
acallada y poco visibilizada: la copla.

Muchos jóvenes de entonces conocieron esa música gracias a Leda quien,


entre 1960 y 1974, publicó una una serie de discos documentales llamados en
conjunto: Mapa Musical Argentino. Muchos jóvenes de hoy siguen demostrando
admiración por esta mujer que abrió las mentes y el camino hacia una dimensión
musical poco difundida.

Nació un 21 de diciembre 1919 y falleció el 13 de julio de 2012, a la edad de 92


años. En el día de su nacimiento, estos jóvenes músicos comparten su visión sobre
Leda y su inconmensurable legado artístico.

Leo Martinelli, músico y productor:

"Descubrí a Leda Valladares cuando era adolescente, a través sel volumen 2


de Grito en el cielo, esos discos donde había invitado a distintos músicos de rock como
Fito Páez, Pedro Aznar y Gustavo Cerati. Al principio me sorprendió muchísimo lo que
escuchaba por la forma de cantar de ella, los fraseos, la forma de colocar la voz, pero
también porque esos músicos eran de otro mundo. Me cautivó, me pareció una cosa
distinta y esa fue un poco la puerta de entrada a Leda. Después descubrí bien como
había sido su labor como recopiladora y es un personaje del que cada vez me fui
enamorando más. Me gustan esos personajes que siento que hablan varios idiomas,
que pueden estar parados en distintas regiones, cultural y artísticamente, y que en ellos
fluye de manera muy orgánica. Siempre me gustó que ella le llama “el canto delirante”
a la copla y esta cosa del acercarla a la gente joven. De alguna forma siento que es
como una democratización, porque algunas veces ocurre con los géneros que parece
que uno tuviera que tener un título habilitante para abordarlos. Hay ciertos estilos que
si no sos de tal región o de tal provincia parece que uno no tiene la misma autoridad. Y
Leda rescató cosas del pasado pero también abrió un montón de puertas nuevas hacia
el futuro, eso me pareció fascinante. En 2019 fui convocado a participar en el disco “El
camino de Leda” donde comparto dos temas, que también produje, con Tremor y
Soema Montenegro".

Mariana Carrizo, coplera:

"Elogio a Leda por la recopilación que hizo y en aquellos tiempos. El haber sido
una persona muy sensible y una artista de gran apertura hizo que su forma de decir
haya podido contar sus vivencias y su fascinación por un arte tan inmenso con la
belleza pura que le corresponde. 

Esa documentación fue producto del amor que ella sintió por ese canto que
escuchó en el hotel donde se alojaba una noche al pasar por los Valles Calchaquíes.
Ella era de la ciudad y llegó a un universo que atravesó su existencia. Su trabajo sirvió
para la difusión de la copla entre las personas de la ciudad y que quizá nunca hubieran
sabido de ella. Leda mostró las coplas en la ciudad, especialmente en Buenos Aires, a
través de ese canto, una postal de las entrañas de las gentes que pertenecemos a ese
mundo, como ella dice; penetró en las raíces.
Hoy en día, hay muchas personas aún que siguen encontrándose con ese
compilado que los hace descubrir y alucinarse igual que a ella y vienen a buscar ese
manantial de donde ella bebió, y las coplas siguen estando aquí, donde siempre
estuvieron, en el tiempo, en los que hemos recibido ese legado ancestral de los
abuelos y abuelas referentes. De ellos la recibí yo, en la cotidianeidad, mientras
pastoreábamos las cabras, las llamas, las ovejas. En las siembras, en los carnavales,
en la soledad, en el alboroto o en cada arista de la vida de donde vivo y vengo.

Y la copla sigue siendo no más, por el solo hecho de vivir en las tripas de los que
somos de este territorio donde ella habita".

Si no cantara no vivo
Yo vivo para cantar
El día que ya no cante
la muerte me ha de llevar.

Yo no canto por cantar


ni por tener buena voz
Canto pa desechar penas
Y dar gusto al corazón.
(coplas populares).

Juan Iñaki, músico y cantautor:

"Leda fue la primera maestra con la flasheé de chico. Después vinieron muchos
más pero primero fue ella. La primera vez que vi en la tele a una bagualera me quedé
impactado y, persiguiendo ese canto, encontré las recopilaciones de Leda que me
costaron muchísimo encontrarlas. Estaba todo agotado, entonces era buscar con un
cassette la posibilidad de quien pudiese llegar a tener material de Leda. Un amigo de
mi tío me regaló un libro, Cantando las raíces, y un disco,América en cueros. En ese
libro Leda habla de algo que me quedó grabado: habla del raquitismo vocal que
padecen los cantores de ciudad. Se refiere a las bagualas, a las vidalas y a las coplas
como un canto metafísico que cualquier persona que haya podido experimentar el
carnaval en los Valles Calchaquíes sabe que de lo que ella habla es absolutamente
cierto. No son parámetros estéticos los que rigen ese canto sino un desborde
emocional absoluto, y es como si la propia voz nos acompañara en la soledad de esos
cantores.

Leda es una maestra elevada porque, más allá de su labor musical o


antropológica, para mí ella puso al descubierto un mundo metafísico, un mundo que no
tiene que ver con las tres dimensiones que conocemos. Es una conexión directa con la
sabiduría mágica que está presente en todo el mundo, y en todas las comunidades del
mundo existe esa dimensión del canto que tiene que ver con la sanación, con el
chamanismo, con la curación y con la conexión, con los planos superiores de
conciencia. Leda vino a hablarnos de eso y a poner a disposición de un país entero
una sabiduría que estaba en camino a ser enterrada. Vino a hablar de la cuestión
social detrás de esos cantos porque eran cantos de la pobreza y de la marginalidad.
Cada decisión que ella tomó, desde juntar a los rockeros más expuestos, pasando
por De Ushuaia a La Quiaca a las grabaciones de estudio de América en
cueros y Grito en el cielo, todo lo que ella hizo fue un acto de gran lucidez. No la
conocí pero la pienso como una persona joven, en toda su obra existen rasgos de
juventud absoluta, rasgos de contemporaneidad. Su cabeza y su corazón bastante
más adelante en el tiempo y la generación que le tocó vivir".
Soema Montenegro, cantante:

"El encuentro con el canto con caja y la música ancestral me llega a través de
Leda Valladares. Me acuerdo que yo era estudiante de composición en ese momento
y mi profesor de ese tiempo, Jorge Zack, nos hace escuchar varias obras
electroacústicas y entre ellas descubrí una grabación de Leda. Escucho por primera
vez un canto con caja a través de su voz y fue algo muy conmovedor. Dentro mío
nació esa pregunta: ¿cómo es posible cantar algo tan vivo, tan profundo, tan lleno de
cuerpo, de espíritu y de misterio?.

Yo ya venía trabajando con la voz pero a partir de ese momento comenzó mi


búsqueda con respecto al canto con caja. Recuerdo, también, un encuentro muy
hermoso con una amiga en Tucumán, fuimos a los valles y me compartió mucho de lo
que había encontrado acompañando a copleras de esa zona, y lo simple del canto.
Ella me decía cantá, cantar coplas es cantar lo que te duele, lo que te conmueve, lo
que nace del corazón, lo que necesitamos expresar y eso no tiene una forma de
cantarse o de decirse. Eso en cada una o en cada uno tiene su propio color. Para mí
ese fue el primer encuentro con la música ancestral y fue el que me llevó,
inevitablemente y felizmente, al encuentro con mi propia ancestralidad, con mi propia
historia con respecto a la música. Mi familia es del litoral y reconocer las raíces
guaraníes, esas voces que han quedado tapadas por la historia de colonización, por la
propia historia, esa voz apagada, y creo que el canto ancestral es una manera de
acercarnos nuevamente hacia esos lugares tan ricos, tan profundos y tan auténticos,
esos sonidos que han quedado ahí en el tiempo.

Por todo lo dicho, Leda representa el camino hacia la voz ancestral para los
músicos populares porque sino sos parte de una institución o no estás dentro de la
musicología o etnomusicología, hay músicas que quedan en la teoría, son para los
estudiosos, para los científicos, quedan en ese mundo. Leda, desde ese lugar de amor
hacia la música, de sentirse conmovida por el canto por caja, llevo al canto con caja
hacia lo Popular, llevándola a otros niveles de difusión, fusionándola también con otros
géneros y manifestación, reconociendo asi su valor. Leda es un ejemplo porque ha
llevado a muchos músicos y músicas de nuestro tiempo a seguir explorando el
universo musical que existen en esos espacios, en esos rincones olvidados de
Latinoamérica. Leda representa el amor, el coraje y el querer compartir una música tan
profunda. Porque sabemos que si la música no se canta, no suena, se pierde. La
memoria de estas músicas necesitan estar vivas y ser cantadas para que sigan
vigentes en lo popular y en lo cotidiano".

Lorena Carpanchay, coplera:

"Leda es una artista muy conocida para todo lo que conforman los Valles
Calchaquíes y la región dell NOA. Para mí es una influencia porque yo canto coplas
del valle, últimamente estoy cantando coplas sobre la diversidad, de Loana Belkinson
y de Diana Sacayan. Canto coplas sobre la lucha que venimos haciendo por la
diversidad, por los femicidios y otras causas. Leda Valladares es un pilar para mí y
para todos los y las artistas del valle".

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