Creación

Artística y cultural ! Unidad 2 Proceso y desarrollo artístico

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Artística y cultural Unidad 2 Proceso y desarrollo artístico

TEMA 1
Aprendizaje a través del arte
El campo del desarrollo artístico ha sido de interés tanto para sicólogos como para
pedagogos, quienes de una u otra manera se han beneficiado de los fundamentos
aportados por Piaget, en cuanto se refiere a los estadios evolutivos (etapas o fases)
del desarrollo mental por los que atraviesan los niños en pos de su maduración.

Cuando se hace énfasis en el desarrollo artístico pueden surgir inquietudes desde

diferentes perspectivas, sin desconocer los aportes que ya han surgido de manera
seria y contundente con relación a las “teorías del desarrollo”. Nos referimos a
aquellas inquietudes que escudriñan las concepciones evolutivas del ser, desde las
capacidades de sentir, valorar y transformar. ¿Desde dónde se observa el desarrollo
artístico?, ¿quiénes proponen teorías?, ¿puede hablarse de un desarrollo artístico
desde nuestro contexto?

Todas estos cuestionamientos no pretenden ser despejados de manera puntual; se

proponen más bien realizar un acercamiento en cada aspecto, para darle vida a otra
mirada capaz de otorgar sentido al análisis de este proceso. Con respecto a la primera
pregunta, cabe destacar que durante las últimas décadas un enfoque con una base
fortalecida de la cognición y que tiene en cuenta una amplia gama de competencias
humanas, ha empezado a dominar y desde donde los sicólogos han comenzado a
preguntarse por las diversas clases de competencias simbólicas que habrán de
desarrollar los niños en su proceso de desarrollo hacia la adultez.

Es desde aquí que ubicamos el desarrollo artístico, desde las necesidades interiores
del ser, afectado por una actividad expresiva específica que reconoce procesos
cuando agentes exteriores la estimulan, adquiriendo una “manera de actuar” sobre un
lenguaje del arte que se puede evidenciar en niveles de capacidad expresiva. En estos
procesos interiores pueden ubicarse lo cognitivo, psicológico y emocional o espiritual.

Dentro de las teorías que desde diversas perspectivas han abordado el desarrollo
artístico, están quienes se interesan por el desarrollo desde una mirada holística, que
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implica capacidades racionales y emocionales del individuo y de manera implícita

vinculan el desarrollo artístico. Es el caso de cognitivistas como Goodman, Chomsky
o Gardner.

Goodman: Goodman, en su obra Los lenguajes del arte, llama la atención sobre una
gama de códigos simbólicos humanos, lenguaje, gestualidad, notación musical,
pintura y otros con relación a procesos cognitivos que experimenta el hombre a partir
de las diferentes formas y representaciones simbólicas, desde los que se desarrolla
un espectro de capacidades o habilidades que pueden tener consecuencias en la
enseñanza de las artes y de otras disciplinas.

Chomsky: Chomsky, como nativista, desde las concepciones del lenguaje y del
desarrollo intelectual trata de relacionarlas con los momentos que experimenta el ser
al desarrollar su capacidad estética y expresiva.

Gardner: Howard Gardner parte de Piaget para matizar sus postulados

generalizadores, destacando los aspectos que tienen que ver con las diferencias
individuales y contextuales que le dan al desarrollo un carácter individual.

Recordemos la propuesta de Piaget; en la que después un minucioso período de

investigaciones de tipo laboratorio, realizadas especialmente con sus hijos, establece
las bases del desarrollo cognitivo (léase lógico) a partir de cuatro operaciones
mentales o niveles característicos del pensamiento:

- Inteligencia sensorio-motriz: en esta etapa del desarrollo los niños descifran el

mundo a través del uso de sus órganos sensoriales y de su sistema motor.

- Pensamiento intuitivo-simbólico: es cuando los pequeños comienzan a dominar

diferentes sistemas simbólicos y a adoptar principios intuitivos que gobiernan la
operación del mundo físico.

- Pensamiento operacional concreto: etapa en la que los niños pueden razonar sobre
la base de objetos concretos, cuando manipulan directamente objetos físicos,
haciendo uso de la lógica, de la clasificación y de cierto desarrollo moral.
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- Pensamiento operacional formal: etapa en la que los niños pueden razonar sobre la
base de objetos concretos, cuando manipulan directamente objetos físicos, haciendo
uso de la lógica, de la clasificación y de cierto desarrollo moral.

El aporte significativo a la comprensión de los procesos que subyacen al interior del

desarrollo del conocimiento son de tal repercusión, a nivel investigativo y
experimental, que dieron a Jean Piaget el reconocimiento como padre de la sicología.

En el caso particular del área artística, Gardner hace referencia al olvido que Piaget
tuvo respecto al dominio de los sentimientos, por cuanto pasa por alto aspectos como
gustos, temores, emociones y demás acciones que no pueden medirse en el campo
del pensamiento, pero sí en el del sentimiento, atendiendo a la esfera espiritual del
hombre, que es a donde se pretende llegar.

Otros aportes a relievar en el campo del desarrollo artístico son las contribuciones de
Herbert Read y Michael J. Parsons.

Herbert Read

Los sicólogos de la teoría de la Gestalt, en especial Arnheim afirman que las personas
maduran aumentando su capacidad de discriminar entre las cualidades constitutivas
de su entorno, de manera que un adulto es capaz de percibir cualidades y relaciones
entre las formas, mucho más complejas y sutiles que las que pueden percibir los niños.

Herbert Read establece que existen “trucos” que el ser utiliza para sus principios de
crecimiento y adaptación en el desarrollo de la percepción y de la imaginación, donde
el equilibrio y la simetría, la proporción y el ritmo son factores básicos de la
experiencia, sobre los cuales se puede organizar en modos o pautas persistentes, que
por su propia naturaleza implican gracia, economía y eficacia y en donde el goce
estético se da por la exaltación de los sentidos, al sentirse gratificados en una acción
determinada.
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Michael J. Parsons

Mucho más recientes y también más cercanos a la comprensión de Piaget están los
aportes de Michael J. Parsons, descendiente directo de la teoría del desarrollo moral
expuesta por Kohlberg. En sus estudios sobre How We Understand Art, circunscritos
al arte visual, Parsons plantea su teoría del desarrollo artístico de manera sistemática,
donde identifica tres tipos básicos de cognición:

- Empírica: se refiere a la comprensión del mundo externo (Piaget).

- Moral: hace referencia al mundo social de las normas (Kohlberg).

- Estética: trata sobre el mundo interior del yo como complemento de la cognición

Empírica y Estética.

Las conclusiones de la teoría de Parsons son producto de diez años de investigaciones

realizadas a partir de entrevistas con niños, jóvenes y profesores de educación
artística, sobre numerosas pinturas y dibujos de grandes artistas, a partir de un
formato semiestructurado con preguntas como: ¿Puedes describir este cuadro?, ¿de
qué tema trata?, ¿qué impresión te produce?, ¿qué te parece el colorido?, ¿cómo te
parece la organización de los elementos del cuadro?, ¿sería difícil realizarlo?, ¿por
qué?

Basado en las etapas cognitivo- evolutivas piagetianas y en los contenidos

sobresalientes de cada una, Parsons propone cinco etapas que se suceden en sentido
cronológico, aunque sin límites rigurosos establecidos y especifica cuatro categorías
a observar: tema, expresión, medio (forma y estilo) y juicio.

Etapa del Favoritismo: con características primarias, es precursora de las demás; la

respuesta de los niños en esta etapa es ante todo afectiva, un deleite intuitivo con
poca discriminación cognitiva, atracción al color y respuesta libre asociativa al tema.
Las pinturas son ante todo un medio de entretenimiento.
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Etapa de la Belleza y el Realismo: en la que el tema pasa a primer plano y la calidad

de la obra se juzga según el grado de realismo con que se representa el tema. También
cuenta en esta etapa el atractivo que presenta la obra (componente estético).

Etapa de la Expresividad: en la que el énfasis se pone en el acierto del artista para

expresar sus intenciones representativas, con independencia de la belleza o realismo
del tema, lo cual representa un avance significativo del desarrollo artístico por cuanto
el juicio se fundamenta desde la perspectiva del creador.

Etapa Formal: en la que cobran importancia la forma y el estilo. El artista es capaz de

juzgar su obra respecto a normas de tradición y de acuerdo a las influencias culturales
de la época.

Etapa de la Autonomía: en la que el artista da prioridad a sus encuentros y

adquisiciones personales por sobre los juicios normativos tradicionales para
superarlos, rompiendo esquemas y encontrando su peculiar estilo.

Respecto al planteamiento de Piaget, el profesor D.J Hargreaves, director del

proyecto DELTA (Desarrollo del Aprendizaje y la Enseñanza en las Artes) de la
Universidad de Leicester en Inglaterra, opina que, si bien representa un aporte de
gran valía en el campo de la educación artística, adolece de tres reparos:

1. Sus observaciones se restringen al campo del arte visual, lo cual suscita

interrogantes acerca de cómo procede el desarrollo artístico en otros
lenguajes del arte.
2. Restringe la observación a obras de arte tomadas de la tradición y excluye
otras manifestaciones como el arte popular o el arte comercial.
3. El método de entrevista semiestructurado, goza de flexibilidad, pero está
expuesto a la ambigüedad de interpretaciones del entrevistador.
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TEMA 2
Aprendizaje artístico en contextos óptimos

Artes plásticas

Las Artes Plásticas vinculadas al desarrollo de la percepción visual y de la expresión

gráfico–visual ofrece grandes acercamientos al desarrollo, a partir de los trabajos
plásticos de los niños, a través de los cuales los pequeños expresan todo su ser, ante
una experiencia que los absorbe por entero y que parece ser la preferida en edad
temprana; cada dibujo refleja los sentimientos del niño, su capacidad intelectual, así
como su desarrollo físico, su aptitud perceptiva y creativa, el gusto estético e inclusive
puede darnos ideas acerca de su desarrollo social y de su armonización con el medio.

Todos estos aspectos susceptibles de potenciar a través del lenguaje plástico

expresivo han sido observados y analizados a partir de trabajos y procesos de
expresión plástica infantil por Víctor Lowenfeld y sus colaboradores de la Univesidad
de Cornell, especialmente Lambert Brittain.

En cuanto a las etapas del desarrollo gráfico por las que atraviesan los niños en su
desarrollo se han establecido algunas equivalencias con el esquema general de Piaget,
si se tiene en cuenta que los niños también utilizan el dibujo, la pintura y el modelado
como una forma de comprensión del mundo y de comunicación, que evidencia su
desarrollo cognitivo, a punto de que estudiosos en este campo afirman que la
cantidad de detalles que aparecen en un dibujo infantil, especialmente en la figura
humana, son índice de la madurez intelectual alcanzada.

Período del Garabateo: en el que el niño comienza sus primera exploraciones con
lápices o barras de color, sus movimientos son al comienzo incontrolados y sus trazos
golpean bruscamente sobre la superficie, está desarrollando control sobre su
actividad motriz, para ir adecuando su gesto cada vez más.

Entre los 2 y 3 años aproximadamente el niño descubre la relación entre el gesto y la

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huella que deja sobre el papel, se trata del garabateo consiente que le produce un
gran placer y que sume la forma de arabescos, movimientos longitudinales y
circulares que le permiten ir adquiriendo una coordinación viso-motora cada vez más
fina.

Entre los tres y cuatro años empieza a colocar nombre a sus garabatos, el niño acaba
de transformar su pensamiento kinestésico en un pensamiento de imágenes, lo que
se conoce como construcción simbólica.

Cuando sus garabatos comienzan a evolucionar, hacia los cuatro o cinco años, el niño
se interesa por la representación del esquema corporal, iniciándose con una especie
de “renacuajos”, en donde la cabeza es representada con un gran círculo del que se
desprenden líneas verticales a la manera de extremidades; poco a poco van
añadiendo detalles y perfeccionando la figura humana.

A la edad de seis años se puede decir que el pequeño está interesado en la

representación pero esta es de naturaleza afectiva, se propone expresar el mundo
como se siente y se sabe y no como se ve, los niños en este período dibujan de
memoria y por tanto se limitan a describir los rasgos esenciales del objeto que dibujan.

Con la escolarización comienza a ser determinante la influencia de la cultura, hasta

llegar a una etapa conocida como realismo visual, que prima sobre la imaginación, en
la que ese niño para quien todo estaba referido a su propio yo, extiende su mirada
para descubrir el mundo exterior que se traduce en la conciencia de su existencia
expresada en cierto manejo espacial, la línea de base y la del cielo, de manera que los
monigote de antes distribuidos caprichosamente en el espacio comienzan a alinearse
sobre el borde inferior de la hoja. Igualmente comienzan a aparecer mayor cantidad
de detalles y una comprensión de las partes con relación al todo.

Cerca de los diez años desaparece el esquema para concentrarse en el contorno y

aunque logra acercarse a una representación veraz, no domina aspectos plásticos y
espaciales como la perspectiva o el movimiento de la figura. Hasta este escalón
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ascienden todos los niños en la representación por sus propios medios y en adelante
solo un porcentaje será capaz de conquistar la representación por sus propios medios.

Este nuevo período tiene que ver con el robustecimiento de la actividad intelectual,
desde la que el preadolescente empieza su etapa analítico razonadora y en la que los
órganos de percepción ejercen un papel definitorio. La representación del
adolescente tiende a una forma naturalista, que cuando no resulta bien lograda
influye notablemente en el desinterés por el dibujo.

¿Conviene en esta etapa de enfriamiento que los educadores proporcionen otras

formas de expresión creativa como la pintura abstracta y el diseño? ¿Conviene,
además, que la escuela proporcione técnicas y herramientas para comprender el
problema de las proporciones y de la perspectiva?

Artes escénicas, danza y teatro

En el caso del lenguaje corporal, a partir de las artes escénicas, danza y teatro,
corresponde a formas de representación directa, donde la obra es diseñada, planeada
y elaborada requiriendo del cuerpo para vehiculizar la expresión y comunicarla, a la
vez que involucra al espectador en un momento y lugar determinado.

Esto crea una diferencia con relación a los demás lenguajes del arte como el de la
palabra, el de la plástica y el de la música, porque la escena adquiere estructuras y
formas simbólicas que pueden permanecer en lapsos de tiempo indeterminados,
como espacios diferentes sin características especificas.

Esta cualidad especial de las artes del cuerpo hace que el proceso varíe y se consolide
como un lenguaje que necesita de una intervención real de sus actores, afectándolos
desde la concepción de una idea hasta la creación de la obra.

Cuando se hace referencia al desarrollo, intervienen enfoques que de manera

independiente estudian al ser humano desde sus diversas dimensiones, cognitiva,
emocional, social y corporal, dejando un poco olvidada esta última, la cual es
resultado del estímulo de las anteriores dimensiones.
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Estas formas corporales adquieren una manifestación externa afectada por aquellas
excitaciones internas, esta búsqueda de expresión permite que el individuo se
sumerja en ese juego peligroso de lo fantástico, por tratar de explicar aquellas
realidades con las que se encuentra día a día.

En este caso no se puede hacer referencia solo a lo corporal, olvidando que las formas
están afectadas por las capacidades cognitivas y emocionales; de lo contrario
tendríamos que dejar la respuesta a los expertos en la parte físico-corporal. El
lenguaje artístico-corporal compromete todo el desarrollo corporal de un individuo,
sugiriéndole otras formas de intervenir con su cuerpo, en las relaciones que se
establecen con el entorno, al invitarlo a jugar y a divertirse con sus posibilidades
expresivas, al sentirse útil y parte del mundo con su cuerpo. El teatro junto con la
danza no interfieren en las capacidades cognitivas y estéticas.

Teatro: le posibilita ampliar el universo significante de palabras, le permite la

construcción de nuevas ideas y creaciones, pone en juego su inteligencia espacial, su
inteligencia corporal, desarrolla su capacidad de contextualizar sus saberes y
promueve un pensamiento autónomo que beneficie su entorno.

Danza: en cuanto a la capacidad estética, lo hace partícipe de un contexto cultural, al

percibir, reconocer e interactuar; lo pone en contacto con nuevos modos de
representación y le permite reconocer el fenómeno de transformación de la
sensibilidad que producen las masas, le ayuda a descubrir los diferentes paradigmas
estéticos, a comparar discursos estéticos y producciones artísticas para poder extraer
los supuestos antropológicos, ideológicos y filosóficos que sustentan cada creación.

Desarrollo musical

En el desarrollo musical se habla de tres tipos de conocimiento, sobre los cuales

puede darse una mirada o acción específica en los diferentes escenarios pedagógicos
para determinar la capacidad cognitiva y la evolución musical en aras de la
comprensión del desarrollo.
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• El perceptivo.

• El de ejecución.

• El de composición o representación.

David Hargreavese, en el capítulo IV de su libro Infancia y Educación Artística,

propone tres perspectivas diferentes sobre el desarrollo:

- Madurativo: el madurativo que involucra rasgos o habilidades deseables de los niños,

evitando la rutina.

- Transmisión cultural: la transmisión cultural donde recibe habilidades valoradas

convencionalmente y adquiere el conocimiento tal como se lo ofrece la cultura.

- Cognitivo evolutiva: la mirada cognitivo evolutiva, donde el niño interactúa con su

ambiente según su nivel de maduración.

TEMA 3
Aprendizaje artístico en contextos óptimos

El aprendizaje artístico no se puede concebir unidimensionalmente, pues son varios

los aspectos a atender: la creación de formas artísticas, el desarrollo de las
capacidades para la percepción estética y la capacidad de comprender el arte como
fenómeno cultural, aspectos que en adelante llamaremos productivo, perceptivo y
crítico-cultural. Desde esta perspectiva, el aprendizaje artístico va más allá de la
propuesta de la libertad expresiva, aceptada durante más de medio siglo, en donde el
niño aprendía manipulando diferentes medios y técnicas expresivas sin la
intervención del maestro. Para lograr la comprensión de los tres dominios citados se
requiere para el escolar, un proceso complejo de aprendizaje en el que son
imprescindibles la práctica y el estudio.
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Proceso perceptivo

En el desarrollo del proceso o dominio perceptivo es fundamental el aguzamiento de

la percepción; al respecto los sicólogos de la Gestalt, en especial Rudolf Arheim,
afirma que las personas maduran aumentando su capacidad de discriminar entre las
cualidades constitutivas de su entorno, según lo cual un adulto es capaz de percibir
relaciones más sutiles y complejas que los niños.

Los artistas han desarrollado estas capacidades perceptivas en los diferentes campos
expresivos, así el músico es capaz de percibir, comparar y contrastar cualidades del
sonido, mientras que el artista plástico o visual percibe el infinito mundo de formas,
colores, tamaños y texturas del universo visual que se presenta ante su mirada.

Es por tanto imprescindible que el niño, en su aprendizaje artístico desarrolle la

capacidad de percibir cualidades como por ejemplo, los verdes del césped, las formas
concretas de los edificios, las formas caprichosas de las nubes, los sonidos naturales,
los sonidos musicales, los aromas, los sabores, etc.; como también es necesario
alentarlo para que perciba las características de su propio movimiento y las
propiedades de su expresión corporal. Cada una de las modalidades perceptivo-
sensoriales, auditiva, cinestésica, visual, gustativa y olfativa pueden crecer
progresivamente, siempre que haya esmero en su ejercitación.

Algunas observaciones comparativas de niños que crecen en zonas marginadas frente

a niños que han sido estimulados por un ambiente rico en imágenes han demostrado
que estos últimos han desarrollado capacidades perceptivas superiores para
distinguir aspectos sutiles de su entorno. Al respecto hay que tener presente que en
la medida en que las personas aumentan su experiencia en un área, su diferenciación
cognitiva general también aumenta.

Por otro lado, hay que tener en cuenta que la esencia de la percepción es selectiva y
que las estructuras de referencia con que observamos algo afecta nuestros modos de
percepción de acuerdo con tres variables:
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1. La generalización visual: permite identificar la estructura de una forma u objeto.

2. La constancia visual: tiene que ver con lo que sabemos de cada cosa, obtenida de
la experiencia, así por ejemplo la percepción de un hombre iluminado por una luz azul,
no modifica lo que sabemos acerca del color real de su piel.

3. La experiencia del sujeto: quien percibe en función de sus intereses, necesidades

e historia de vida. Las estructuras de referencia son entonces como lentes a través
de los cuales percibimos el mundo.

Para enriquecer la “lente estética” o estructura de referencia con que los seres
humanos percibimos la forma artística es imprescindible que los niños puedan tener
acceso, desde temprana edad y en forma progresiva, a los diferentes lenguajes
expresivos, a sus elementos básicos, a sus conceptos fundamentales, como también
a variedad de estilos. A un niño quien no ha tenido contacto con el arte no figurativo
se le dificulta comprender la forma abstracta. De lo anterior se deduce que parte de
la tarea del educador artístico es promover la ampliación de estas estructuras.

Los niños tienden a centrar su percepción en un objeto concreto (centralización) y les

es difícil relacionarlo con un campo visual más amplio, esto es bien importante si se
piensa en que la forma característica de las artes es precisamente la unidad
compositiva en donde las partes se relacionan entre sí y con el todo.

El pintor es consciente de que el cambio de una zona de color en el cuadro afecta

toda su estructura; por el contrario, un adulto que carezca de un buen desarrollo
perceptivo tiende a decorar la sala de su casa con objetos que aisladamente pueden
parecer justos, pero que en conjunto pueden ser un desastre.

No se puede dejar de lado el aspecto expresivo de la percepción, aquel sentimiento

que suscita lo observado en quien contempla su naturaleza sensible. Hay dos factores
que pueden influir en el significado que nos sugieren las formas: la asociación, antes
mencionada y la reacción provocada por la forma misma, en el marco de sus
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relaciones visuales (forma, tamaño, posición, dirección, peso óptico, movimiento,

vibración etc.).

Proceso productivo

Se contempla el desarrollo de la capacidad para producir formas, figurativas o

abstractas en cada uno de los lenguajes artísticos, para lo que se requiere dirigir el
aprendizaje hacia la consecución de cuatro habilidades.

Habilidades para percibir relaciones cualitativas entre la imagen deseada, las formas del
entorno y las formas creadas en la propia obra: en el proceso productivo no es suficiente
manejar el material, sino adquirir la capacidad de observar, de mirar continuamente
la forma sensible que va emergiendo del trabajo y así mismo controlarla para
intensificar su capacidad expresiva, simbólica e innovadora.

Habilidad para articular la forma deseada con las posibilidades del material, o medio
expresivo: siempre que en toda creación hay una intención expresiva, se requiere de
un proceso de exploración de efectos y resultados, resultante de una manipulación
del vehículo con el que se desea expresar la idea. Si bien es cierto que los niños
atraviesan por estadios generales básicos de representación, según Eisner la función
del maestro va más allá de ofrecer materiales y estímulos que permitan que el niño
avance a su propio ritmo.

Habilidades para la creación de orden espacial, estético y expresivo: el objetivo de crear

formas artísticas está en conseguir cierta totalidad cohesionadora y esto requiere
prestar atención a las relaciones entre las formas, que por lo general tienden a
percibirse de manera aislada (solución local). Como la obra debe funcionar como
totalidad se requiere sopesar el conjunto de relaciones entre las formas, tarea
compleja que debe iniciarse de manera gradual en el aprendizaje artístico, y en la que
el profesor de arte es de gran ayuda para ampliar la percepción del trabajo que se
está realizando. Cuando logra combinarse la capacidad de ver con las formas que
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están surgiendo se hace posible la creación de una totalidad visual estéticamente

satisfactoria.

Habilidades en el tratamiento del material: uno de los retos de la creación es la

transformación de la materia o medio expresivo de manera que se le pueda conferir
la idea que se desea expresar, por lo cual es indispensable conocer las propiedades
expresivas del material o vehículo expresivo y controlar las posibilidades y
limitaciones que ofrece para manipularlo.

Proceso dominio crítico - cultural

Este proceso demanda una atención especial, por cuanto trata de la contemplación
de la obra de arte o trabajo artístico, para lo cual se requiere desarrollar habilidades
para dialogar con las obras, para sentirlas y para conferirles un significado. Ya que la
función de la obra de arte es afectar, provocar una respuesta en el espectador.
Debemos encaminar el aprendizaje artístico para el disfrute de esta contemplación,
potenciando la capacidad de asociación experiencial y de comprensión de símbolos,
pero también permitiendo la adquisición de conceptos formales y de elementos
conceptuales de orden histórico cultural, de manera que la acción valorativa de la
experiencia perceptiva, resulte verdaderamente significativa y logre trascender el
nivel del gusto ingenuo.

Esta propuesta de competencias o procesos a desarrollar en el aprendizaje artístico

presentada por Eisner cobra aún más valor pedagógico cuando se comparan sus
coincidencias con los resultados arrojados por el proyecto Arts Propel (desarrollado
por Howard Gardner) en donde se propone el desarrollo de tres dominios de
aprendizaje en las artes, que dieron origen a la sigla de la experiencia educativa;
Producción Percepción y Reflexión o apreciación.

Igualmente Dennie Palmer Wolf como colaborador de los estudios adelantados por
Hargreaves en su ensayo sobre “El aprendizaje artístico como conversación”
establece tres modos de entablar una conversación con el trabajo artístico, que
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ofrecen múltiples accesos a la experiencia estética y que cuando operan juntos de

manera integrada, amplían notablemente la experiencia, son estos: el creador, el
observador y el crítico reflexivo.

Concluimos esta unidad reafirmando la convicción de que es posible la identificación

de campos o dominios en el aprendizaje artístico, susceptibles de desarrollar en un
proceso sistemático y gradual de aprendizaje, como también en que la competencia
como educadores artísticos es la de asumir la responsabilidad de incentivar todos
estos aspectos de la capacidad humana, para lo cual es imprescindible estructurarlos
en el currículo de la educación artística.

BIBLIOGRAFÍA
Básica

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