Algunas Consideraciones Éticas Sobre La Actuación Pericial

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Curso

Psicología Forense
Especializada en niñas, niñas y adolescentes
Mod. VI Tema X

Algunas consideraciones éticas sobre la actuación


pericial
Bárbara Straccali
Oficina de Defensoría de los Derechos de la Infancia A.C.

I. INTRODUCCIÓN

Como se expuso anteriormente la intervención pericial psicológica, funciona como prueba que se
admite formalmente en el juzgado, por lo que la rigurosidad científica, la argumentación clara y precisa, y su
cualidad de imparcial y diagnóstica, son factores determinantes que debe tomar en cuenta un psicólogo que
acepte el cargo de perito.

La ética profesional en general, no difiere en su esencia, con la que debe tener el psicólogo que
realiza un acompañamiento, y quien realiza un informe especializado sobre el caso de estudio, sin embargo
el informe pericial demanda poner el acento en puntos particulares éticos como sustento del quehacer eficaz
del perito.

I. Evitar el abuso de aplicación de pruebas.


El psicólogo es el único profesional debidamente capacitado para administrar las pruebas psicológicas,
inferir sus resultados, y realizar conclusiones y recomendaciones pertinentes. El psicólogo si bien debe
conocer la confiabilidad y validez científica de las pruebas y la vez que su uso, aplicación y protocolo

- evitarse la reiteración de la aplicación de pruebas, y cantidad de


participaciones de los niños y niñas en el proceso de justicia. Si un niño, niña o adolescente ya ha sido
expuesto a un proceso psicodiagnóstico, el perito debe valerse de aquel, y decidir qué amerita realizar, para
complementar o actualizar información solo si, es imprescindible y no repercute negativamente en el niño,
niña o adolescente.

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ncia
que tienen los operadores jurídicos, de que estas herramientas son pruebas que reflejan realidad de manera
absolutas sobre el funcionamiento de la mente humana, y que son eficaces para predecir de manera acabada,
cómo se comportará un individuo. Es cierto, que las pruebas psicométricas, por contar con aval científico,
representan un medio útil para explicar y justificar la metodología con la que se arribó a ciertas conclusiones,
si embargo, no son un fin en sí mismas, solo deben estar al servicio de una mirada mucho más amplia y
compleja capaz de articular información sutil recabada mediante múltiples fuentes, y siempre en función de la
protección emocional del niño, niña o adolecente víctima.

III.- Rechazar prejuicios plasmados en el expediente o por las partes

Otro punto importante, que puede afectar el accionar, no solo ético sino de competencia profesional,
es perder el necesario rol neutral al conocer el expediente. Si en la clínica, el profesional se debe una vuelta
hacia sí mismo, para evitar la subjetividad provocada por emociones involuntarias, en este caso, la atención
para evitar el prejuicio y juzgamiento, debe estar más alerta. Este punto, se halla relacionado con el
requerimiento explícito de los operarios judiciales, y el conocimiento con el que se cuenta sobre la acusación
que se está llevando a cabo.
Si bien lo prudente sería evitar en la exploración psicológica sesgos confirmatorios de hipótesis
previas tras el estudio de la información recogida en el expediente judicial, también es cierto que lo que se
busca, y hacia dónde se pretende confluir, surge y se dispone desde el expediente y las preguntas del
juzgado. En consecuencia, no hay que perder de vista, que un expediente se orienta a eventos ocurridos, o
que puedan ocurrir; sin embargo la disciplina psicológica, descifra esos eventos pero en el sujeto evaluado,
en su configuración psíquica y comportamental que se analiza siempre, en articulación con la información del
expediente. Así, independientemente de qué operador de justicia haya solicitado un peritaje, el psicólogo que
lo realice, deberá mantener su postura neutral.

III.- Secreto profesional


Si bien los psicólogos tienen el deber de guardar secreto en el marco del ejercicio de la profesión, en
el caso del perito también están obligados por su función a confeccionar informes a la autoridad competente.
Cuando los psicólogos comparten esta información con otros profesionales, por las características de la
institución, la obligación de guardar secreto se extiende a todos los profesionales intervinientes. En este
sentido, el secreto profesional no aplica en el marco del foro judicial en el que se desarrolla la intervención.

Adicionalmente, los psicólogos peritos quedan exceptuados del secreto profesional y están obligados
a informar a la autoridad competente, cuando la conducta del entrevistado pueda implicar riesgo para sí o
para terceros. La existencia de una causa justa para el hecho de revelar excluye la ilicitud.

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IV.- Con respecto a la confección de los informes:
El dictamen debe tener una base científica constatable, que supone ser científicamente corroborado y
científicamente evaluado. Al interpretar los resultados de la evaluación el psicólogo deberá abstenerse de
emitir juicios de valor sobre la persona evaluada. Sólo se expresará en los informes aquellos aspectos de la
personalidad del entrevistado que tengan estrecha relación con el objeto de la evaluación. El psicólogo perito
sólo podrá firmar informes cuando los haya efectuado en forma personal, debiendo recordar que la tarea es
indelegable. La función del perito, no es llegar a conclusiones en relación a la sentencia, sino facilitar los
conocimientos especializados para que el juez los valore en la elaboración de la misma.

V.- Con respecto a la relación con los colegas y/u otros profesionales que actúen en el ámbito del
proceso judicial:
Se deberán mantener vínculos con colegas y/u otros profesionales de diferentes disciplinas, siempre
dentro del respeto mutuo y, las divergencias que pudieran surgir deberán ser tratadas por medios coherentes
con la competencia científica y la responsabilidad profesional. Las impugnaciones deberán versar sobre
cuestiones de estricta índole científica y no constituir descalificaciones y/o críticas ofensivas de índole
personal o profesional.

VI.- Con respecto a la divulgación y publicidad.


Toda información de la cuál tenga conocimiento el psicólogo forense a través de una intervención
pericial debe ser estrictamente reservada. Si bien la publicidad es un principio vigente al interior de las partes
involucradas en el proceso, debe guardarse confidencialidad para todo aquel ajeno al mismo.

VII. Conclusiones y dictamen pericial.

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relevante para los propósitos de la evalu ” (U 2007 1. Lo anterior es correcto, sin embargo amerita
realizar algunas observaciones en relación a sucesos que frecuentemente se observan y que consideramos
fundamentales para la excelencia y eficacia de la psicología que interviene y participa en como perito.

1
En J. Urra (2007), Tratado de psicología forense (pp. 237-298). Madrid: Siglo XXI.

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Luego de obtener la información que se cree pertinente para realizar el informe percial, debe
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a la autoridad pertinente. Excluir lo que resulta discordante con la hipótesis inicial del evaluador, o con lo que
plantea el expediente, infiere una mala praxis en la evaluación pericial psicológica.

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