Al Servicio Del Evangelio
Al Servicio Del Evangelio
Al Servicio Del Evangelio
Su juventud no fue muy fácil, toda la educación que recibió le ayudó para
afrontar la experiencia durísima en los que el régimen nazi mantenía una
fuerte hostilidad contra la iglesia católica. En medio de esta situación dura,
descubrió la belleza y la verdad de la fe cristiana, para ello le ayudó mucho el
testimonio de su familia que se mantenía muy arraigada a la fe de la Iglesia.
a) El fundamento Cristológico
Se busca presentar y fundamentar cristológicamente el
ministerio sacerdotal como sacramento.
Surge en este punto una pregunta: ¿Cómo se vivió esto en la época apostólica
y cómo se da el paso a la época post - apostólica? ¿Cómo se refleja en el
Nuevo Testamento la sucesión Apostólica? Por un lado, las sagradas escrituras
nos reflejan los comienzos de la sucesión apostólica en el devenir de la Iglesia,
así como la interpretación que se le dio a esta sucesión en los inicios del
cristianismo.
En las cartas paulinas podemos ver como el apostolado se presenta como una
clara función vicaria y con carácter de misión, envío; el cual evidentemente se
deriva de la autoridad de Dios, misión que consiste en la expropiación del yo,
en hablar no en nombre propio, lo que más adelante Pablo dirá: “Somos
Ministros de Dios”
Pablo afirma que el hombre vive en una alienación que solo puede ser
superada con la unión con el amor crucificado de Cristo, esta alienación
respecto a Dios puede quedar superada. La cruz es central en este proceso de
reconciliación, puesto que como acontecimiento histórico pertenece al pasado,
solo puede aplicarse de modo “sacramental” Para Pablo el bautismo y la
Eucaristía son esenciales para este proceso, por lo que queda claro que la
potestad sacramental del apostolado es un ministerio especifico, que no define
en modo alguno la existencia cristiana en su plenitud. Lo especifico de la
misión apostólica será ser servidores de Cristo y administradores de los
misterios de Dios (Cf. 1 Cor 4,1)
Por lo tanto, llegamos a entender, a partir del testimonio Paulino, que el oficio
de los ministros de la Nueva alianza ha de entenderse edificado en el misterio
de Cristo mediador del Padre, Esto nos permite ver al apóstol como titular de
una autoridad proveniente de Cristo frente a la comunidad. Esta cara del
Apóstol prolonga en el tiempo la presencia del Señor en la comunidad de tal
manera que lleguen al encuentro con Dios, por el tu de Cristo mediante el tu del
Apóstol, en este sentido toda autentica comunidad cristiana esta apertura da al
a la relación de la gracia que nos es dada por el Padre.
Queda aún por preguntarse como este nuevo cometido sacerdotal que se
deriva de la misión de Cristo se relaciona en la Iglesia con el sacerdocio
universal. Debemos entender con Ratzinger, que la teología de la elección de
Israel pasa a la Iglesia, como nuevo pueblo de Dios, con ello, la iglesia en su
totalidad debe ser la mansión de Dios en el mundo y el lugar de su culto. El
sacerdocio común de los bautizados proviene de su ingreso en la historia de la
Alianza con Dios que se origina en el Sinaí, que no está en contraste con las
funciones sacerdotales particulares, del mismo modo como el sacerdocio
común de Israel tampoco estaba en contraste con su ordenamiento sacerdotal.
Por el lado del sacerdocio común de los fieles podemos ver como Ratzinger
fundamenta su teología en el sentido bíblico de Pueblo de Dios, sacerdotal
elegido del “Qehal Yahvé” que es Israel, en este sentido se debe recordar que
la iglesia en tanto cuerpo de Cristo asume y lleva a Plenitud todo cuanto de
verdad contiene la historia de la salvación. Ese pueblo de Israel continúa en la
Iglesia con una cierta discontinuidad.
Con relación al tema de los ministerios hemos podido ver en clase como su
formulación se va profundizando en las primeras comunidades cristianas, de
manera que lo que se concibe de Cristo como buen Pastor, se afirma, como
nos menciona Ratzinger de los Presbíteros y obispos.