Semiología Psicopatología Descriptiva
Semiología Psicopatología Descriptiva
Semiología Psicopatología Descriptiva
SEMIOLOGÍA
La semiología es la disciplina que se ocupa de identificar los signos y los síntomas, de
recolectarlos, de agruparlos, y de interpretarlos. Conforma un cuerpo teórico que se aplica en
la entrevista, o consulta clínica.
Habíamos dicho que la psicopatología se ocupaba de la conducta anormal y que la
psiquiatría - rama de la medicina - se ocupa de la identificación de esa conducta anormal. Para
reconocer la conducta anormal necesitamos de instrumentos específicos, de unidades más
simples, que son los síntomas y los signos.
Los síntomas son los datos que aporta el paciente, lo que siente, aquello que refiere, y
que le comunica al médico o al psicólogo. Por esto mismo los definimos como subjetivos. Son
síntomas: el dolor, el decaimiento, la angustia, el miedo, la tristeza.
Los signos son aquellos datos objetivables por nosotros, producto de nuestro juicio en
tanto médicos o psicólogos. Son signos: la inquietud psicomotora, la incoherencia en el
pensamiento, la obnubilación.
Sucede que muchos de los síntomas que trae el paciente son visibles para nosotros y
dejan de ser puramente subjetivos. La tristeza se acompaña de una serie de manifestaciones
en el rostro o en la postura que dan cuenta del malestar que siente la persona.
Los síntomas y los signos son inespecíficos porque un mismo síntoma o signo aparece
en diferentes alteraciones o trastornos. Es decir, no hay síntomas patognomónicos de una
entidad (que defina a la entidad como en un tiempo se consideró a la relación entre las
alucinaciones auditivas y la esquizofrenia). Se manifiestan en la conducta verbal (lo que dice el
paciente) y extraverbal (actitud, movimiento, atención).
Otro aspecto a considerar tiene que ver con la construcción del síntoma. En él
convergen tres elementos: una conducta, un concepto, un término. Aislamos una conducta, la
describimos y explicamos con una teoría científica y le ponemos un nombre. Ejemplos.
Los síntomas y los signos son datos que se obtienen de la entrevista psicológica o
psiquiátrica. Muchos de ellos provienen del campo psiquiátrico. Fueron conceptualizados por
psiquiatras y es en los manuales de psiquiatría donde encontramos la mayor información.
Tiene que ver con la importancia que tiene para esa disciplina la identificación de los síntomas
y signos para la confección del diagnóstico. Muchos de estos síntomas y signos no son
frecuentes en la clínica psicológica, pero es importante su reconocimiento para comprender la
situación clínica ya sea porque se trata de nuestro paciente o porque somos llamados en
consulta.
1
La semiología es difícil de enseñar y de exponer. Tiene más que ver con la experiencia que
con el saber. Esto se debe, entre otros factores, a la indefinición que acompaña a muchos de
los conceptos que utilizamos en la semiología: nos encontramos con que a la hora de definir si
un síntoma está presente nos apoyamos en nuestra intuición, o en la presencia o ausencia de
otros síntomas. Por ejemplo, si la conducta de un niño que observamos movedizo la
consideramos inquietud - expresión de una alteración de la actividad psicomotriz - o la
explicamos considerando que el contexto – nacimiento de un hermano, mudanza – es lo que
condiciona la conducta, y no lo consideramos un síntoma en ese niño.
Podemos considerar, siguiendo a Henri Ey, un psiquiatra francés del siglo pasado,
contemporáneo de Lacan, con quien compartió muchas discusiones clínicas, que los datos
semiológicos se ubican en tres planos, que van de lo más superficial a lo más profundo:
la presentación
las reacciones al examen y al contacto con el médico
el comportamiento cotidiano
de las reacciones antisociales
2
Las reacciones al examen: podemos diferenciar en particular las reacciones de
confianza y de cooperación, las reacciones de oposición y las de indiferencia. Por
ejemplo: hostil, seductor, amistoso, halagador. Podemos notar que sus manos están
húmedas y puede estar ansioso.
En este primer plano registramos aquellos indicadores más superficiales, los que se anticipan a
la entrevista en sí misma, que tienen importancia porque acompañan a las perturbaciones,
pero no nos autorizan a hablar de ellas. Es aquello que escuchamos del paciente antes de
entrevistarlo o lo que observamos durante la entrevista; por ejemplo, empleada de un Banco
que no menciona que es abogada o quien acude por primera vez en shorts al consultorio
médico, o una paciente que luego de un intento de suicidio acude a la visita dando muestras
de coquetería que se contraponen a sus deseos de muerte.
1. Semiología de la conciencia
La conciencia es el conocimiento que cada sujeto tiene de sí mismo, de lo que hace y del
mundo que lo rodea. Está relacionada con diferentes procesos cognitivos como la atención, la
percepción y la memoria. Es la integridad de la conciencia lo que determina que podamos
reaccionar adecuadamente a los diferentes estímulos externos e internos. Cuando un paciente
pide una consulta, o cuando ingresa al consultorio y responde a nuestro saludo y a nuestra
invitación a sentarse, y cuando le hacemos alguna pregunta ¿Cómo está? ¿Qué lo trae por acá?
evaluamos su conciencia, y si responde adecuadamente decimos que su conciencia es clara y
esto es una prueba de que la atención y la percepción está conservada.
Para que haya claridad de conciencia debe haber un buen nivel de atención y de percepción.
Para que haya lucidez además debe tener conservada la memoria.
3
El compromiso de la conciencia representa en general una urgencia. Hay varias maneras de
diferenciar las alteraciones de la conciencia. Tomaremos una de las más recientes que
distingue tres grupos:
a) Globales:
Confusión y delirium. No hay una separación clara entre ambos estados. Son
síndromes psicopatológicos de comienzo súbito, compromiso del estado general,
duración generalmente breve y posibilidad de restitutio ad integrum.
Confusión: la característica de este estado es que los sujetos no pueden distinguir lo
real de lo imaginario, no hay coherencia, no pueden prestar atención a los estímulos
ambientales, los pacientes no encuentran las palabras y se pierde la estructura del
discurso, la conducta puede ser desinhibida.
Delirium: luego de un período de confusión, algunos pacientes pueden sufrir un
delirium, es decir un mayor grado de desintegración de la conciencia con delirios,
alucinaciones y agitación psicomotriz. Es un cuadro grave, de duración breve (1-2
semanas) y con compromiso vital importante. El más conocido es el delirium tremens
por deprivación de alcohol, pero puede deberse a deshidratación, diabetes, sepsis.
Ejemplo clínico: marinero
4
b) Circunscritas:
2. Semiología de la orientación
La desorientación témporo - espacial consiste en la pérdida de la capacidad para situarse en un
lugar y un tiempo.
En relación al tiempo podemos ver que hay diferentes niveles: la orientación día /noche se
pierde cuando no hay claridad de conciencia; la orientación respecto del día, mes y año
depende además de otros factores, de la claridad de conciencia y de la memoria, la
5
información y el interés. Una persona puede no saber qué día es porque tiene un déficit de
memoria o porque está viajando, de vacaciones y no le interesa.
Con relación al espacio también buscamos ver si está orientado en el entorno – por ejemplo, si
sabe que está en el hospital o en su domicilio; luego exploramos si reconoce el lugar – ciudad –
y finalmente el espacio. Para el primer caso se requiere claridad de conciencia y para el
segundo además memoria e información. Se pierde en las amnesias, en las demencias, pero
también podemos verla en un sujeto cuando está viajando y no se fija, porque delega en su
acompañante. En este caso no es patológico. Cuando hay pérdida de la orientación en el
espacio por ejemplo una persona sabe dónde está, pero no sabe cómo volver a su casa.
También puede perderse la capacidad de identificar a los demás y a sí mismo, orientación
alopsíquica (no se puede identificar a otros) y autopsíquica (no se puede identificar a sí
mismo).
Análisis más rigurosos pueden evidenciar que hay trastornos del espacio y del tiempo
vivenciado (en relación a sentimientos como el aburrimiento, la nostalgia) (Tener en cuenta
que realizar preguntas sobre orientación a alguien que está orientado puede molestar al
paciente). Las alteraciones del reconocimiento del espacio y del tiempo se dan sobre todo en
procesos orgánico-cerebrales; es más raro encontrarlas en los enfermos mentales.
La percepción del tiempo no es una función psicológica, es una experiencia. En la vivencia del
tiempo consideramos tres vertientes:
tiempo psicológico: nuestra percepción del paso del tiempo y la construcción mental
de la noción de tiempo.
tiempo cronológico: es el tiempo medible con el reloj
tiempo biológico: marcado por nuestro organismo, por ejemplo, los cambios
determinados por el desarrollo.
Las perturbaciones se presentan clínicamente mediante una alteración del sentido del tiempo:
aceleración, demora, detención o salto.
Conocemos el control del tiempo de los pacientes obsesivos, quienes además resultan
alternadamente puntuales o impuntuales, capaces de ahorrar o derrochar tiempo.
En pacientes muy deprimidos se ven alteraciones de la noción de tiempo “el tiempo vuela”,
“no pasa nunca”, “morimos demasiado pronto”
El “dejá vu”y la despersonalización podría explicarse como una percepción del presente como
separado del sujeto, y de este modo la experiencia impresiona como hubiera sucedido tiempo
atrás.
En la esquizofrenia puede verse sensaciones opuestas: “el tiempo se queda quieto”, “el tiempo
es vacío”, “el tiempo vuela mientras ellos se sinten clavados, anclados en su inmovilidad”
3. Perturbaciones de la atención
6
La atención es la capacidad de focalizar en un tema, en un objeto. Es lo que nos permite
seleccionar los estímulos y centrarnos en uno. Cuando atendemos, focalizamos en algo de
entre un sinnúmero de estímulos en tanto elegimos uno y dejamos de lado otros. Esos
estímulos pueden ser físicos (dolor, placer) psíquicos (problema, idea) objeto externo
(conferencia, película, música).
La psicopatología de la atención no ha alcanzado la riqueza descriptiva de otras facultades
psicológicas, tal vez porque sus alteraciones se han supeditado siempre a otras clínicamente
más llamativas. Se describen, no obstante, el síndrome de negligencia del adulto y el síndrome
de déficit de atención infantil.
Distraibilidad: La atención selectiva está dada por la habilidad de separar los estímulos
relevantes de los irrelevantes y la posibilidad de seguir una fuente de información
cuando hay otras muchas que compiten. Los estímulos relevantes y los irrelevantes
son tratados igual. La distraibilidad, o hiperprosexia consiste en cambios bruscos y
sincopados de la atención. La atención se focaliza por poco tiempo y en múltiples
estímulos. Los pacientes no pueden atender al entrevistador; en los estados maníacos
la disminución de la capacidad para mantener la atención deriva de la rapidez del
curso de su pensamiento – taquipsiquia – o de la excitación general. Se pierde la
atención voluntaria, sólo hay atención espontánea.
7
juego en cada uno de ellos. Intervienen en ella no solo otros sistemas cognitivos, como la
percepción, la atención, sino también factores emocionales.
Esto como introducción. Ellos ya vieron memoria como sistema y no vamos a profundizar.
La memoria entonces sufre alteraciones y no todas tienen la misma significación clínica. Esto
nos interesa que lo comprendan
Puede hacerse una diferencia entre aquellas alteraciones en las que predomina un problema
de recuerdo o de reconocimiento.
Alteraciones en el recuerdo
~ amnesias psicógenas en las que hay dificultad para recordar episodios específicos que tiene
un alto componente emocional, por ejemplo, ante un robo, un accidente, una pelea) Aquí el
sujeto no ha perdido su memoria sino que está restringido el acceso, no puede recordar lo
sucedido.
~ confabulaciones en las que se mezclan sucesos falsos con verdaderos, con los que el
paciente intenta rellenar las lagunas mnésicas, pero no hay intención de engaño. Siempre es
un intento de compensación de los detalles olvidados. Si uno lo confronta con la inconsistencia
o contradicciones del relato la persona lo admite. Es característico de los efectos del alcohol
cundo hay una ingesta aguda - borrachera – y se remiten solo al momento en que se produjo la
intoxicación.
8
~ pseudología fantástica en este caso las invenciones son intencionales. Las invenciones
suelen ser creíbles y a veces es muy difícil evaluar la intencionalidad del sujeto y la veracidad
de la información porque el relato es muy convincente. Lo distintivo es que hay
intencionalidad, parecería que el sujeto busca impresionar al interlocutor. Y en ocasiones para
el sujeto es difícil saber qué es real y qué imaginado por él, llega a creerse ese papel que ha ido
configurando y no puede diferenciar lo ilusorio de lo real. Se ve en personas que acostumbran
mentir para ocultar fracasos personales o situaciones difíciles.
~ “tenerlo en la punta de la lengua” aquí hay un reconocimiento sin recuerdo, el sujeto sabe
que tiene esa información, pero no puede recordarlo. Es interesante el fenómeno porque
muestra que nuestra información no está almacenada al azar y sugiere el carácter
reconstructivo de la recuperación. Cuando nos pasa eso buscamos soluciones para recuperar la
información por diferentes vías.
Anomalías en el reconocimiento
Trastornos de la memoria
Aquí nos remitimos a las amnesias propiamente dichas. El DSM-IV define los trastornos
amnésicos como estados en los que hay una pérdida de la memoria anterógrada y/o
retrógrada, que ocasiona un deterioro significativo en la vida del paciente y que se debe a una
enfermedad o condición médica (por ejemplo, traumatismo de cráneo, tumores cerebrales) o
a la ingesta de alcohol o sustancias (por ej. benzodiacepinas). No se diagnostica trastornos
amnésicos cuando los problemas de memoria se observan en el curso de una demencia o
9
delirium. El DSM-IV considera que el trastorno es transitorio si dura menos de un mes y
crónico si se prolonga más tiempo.
Las estructuras que con más frecuencia están implicadas en los trastornos amnésicos son las
diencefálicas (núcleo dorsomedial y central del tálamo) y las del lóbulo mediotemporal
(hipocampo, cuerpos mamilares y amígdalas).
La evaluación debe ser siempre neuropsicológica, con pruebas que permitan valorar el
funcionamiento del paciente en tareas similares a las de su vida diaria.
Con respecto a la rehabilitación, apenas se sabe cómo mejorar la memoria. El
entrenamiento se debe centrar en estrategias compensatorias, intervenciones en el ambiente,
aprovechar al máximo los recursos residuales que conserva el paciente y enseñar a la familia
cómo ayudarle.
. El síndrome amnésico
Consiste en un déficit crónico de memoria con una amnesia anterógrada masiva, lo que le
trae una gran dificultad para adquirir conocimientos nuevos. También está afectada la
memoria retrógrada, pero no se trata de un déficit cognitivo general, porque el
funcionamiento intelectual suele estar intacto. Parece tratarse de una codificación u
organización ineficiente del nuevo material (por ejemplo, no asimilarlo a esquemas ya
existentes) que permitan una recuperación más fácil. En la mayor parte de las ocasiones no
hay conciencia del problema.
. Amnesias traumáticas
Se dan en traumatismos de tipo cerrado, por accidentes de tráfico o deportes. No suele
exceder las 24hs, y la recuperación total se da en 4-5 semanas. En los traumatismos graves
suele complicarse y la memoria puede quedar afectada de modo masivo y, si ha habido coma
durante más de dos semanas, pueden quedar alteradas las funciones cognitivas superiores
(formación de conceptos, razonamientos, solución de problemas), así como el funcionamiento
psicológico general (ira, falta de autocontrol, depresión)
. Amnesias psicógenas
Hay mucha amnesia retrógrada pero no suele haber amnesia anterógrada. Memento
10
el tiempo éste se pierde y recordamos los conceptos o la información adquirida. Por ejemplo,
en algún momento aprendimos la regla de tres simple y aunque luego olvidemos cuándo fue
retenemos la operación. Sabemos cómo operar con un cajero automático o qué países
participaron en la Segunda Guerra Mundial, información que guardamos sin recordar cuándo
la adquirimos. Los pacientes con Alzheimer padecen efectos devastadores de este tipo de
memoria.
5. Semiología de la percepción
Se percibe algo cuando es captado y reconocido por fuera de uno mismo. Cuando percibimos
algo lo reconocemos nítidamente por fuera de nosotros y podemos dar detalles precisos. Es
diferente de la imaginación o el recuerdo, ambos están en nuestro espacio interior.
1. Alucinaciones
Las alucinaciones constituyen el trastorno típico de la percepción, son uno de los síntomas
psicopatológicos fundamentales en la práctica clínica: el prototipo del loco es el de aquella
persona que ve o escucha cosas que nadie más que él experimenta. El significado del término
es muy diverso y no existe una teoría única, aceptada por todos, que explique la semiología de
la alucinación, su significación clínica y su función. Además, a pesar de que se han formulado
numerosas definiciones de la alucinación a lo largo de la historia, siguen sin resolverse varias
cuestiones en torno a su concepto.
¿Son todas las alucinaciones, más allá de la modalidad sensorial, fenómenos equivalentes?,
¿Son las alucinaciones psiquiátricas similares a las que aparecen en la enfermedad neurológica,
la deprivación sensorial o las inducidas por drogas?,¿Tienen el mismo significado clínico las
alucinaciones que aparecen en la vejez que las ocurridas en la infancia?
En la antigüedad eran experiencias integradas en la cultura, poseedoras de gran significado, y
su contenido transmitía información sobre el sujeto y el mundo.
La acepción psiquiátrica fue dada por Esquirol quien, en 1817, agrupó bajo el término
alucinación - hasta entonces sólo usado para denominar las experiencias visuales - todos los
engaños sensoriales, presumiendo que todas las alucinaciones, con independencia de su
modalidad sensorial, son fenómenos simétricos y uniformes.
Esquirol (1838) afirma que en las alucinaciones “todo sucede en el cerebro. Un individuo que
tiene la íntima convicción de percibir realmente una sensación, cuando ningún objeto exterior
capaz de producir la sensación aparece ante los sentidos, está en estado alucinatorio, es un
visionario”. La actividad del cerebro es tan intensa que el visionario le otorga cuerpo y realidad
a las imágenes que la memoria recuerda.
Más tarde, Ball dará una definición más concreta: percepción sin objeto, en cualquier
modalidad sensorial. A ésta le siguieron otras muchas definiciones que ponían el acento en el
carácter perceptivo de la alucinación, o si se quiere de la “falsa percepción o engaño
perceptivo”.
11
. tiene la fuerza de la percepción real
. no es susceptible de control voluntario
El primer criterio permite diferenciar las alucinaciones de las ilusiones, y el segundo criterio las
distingue de las pseudoalucinaciones. Cada uno de los criterios es necesario, pero no suficiente
para definir, por sí solo, la experiencia mental como alucinatoria.
El valor diagnóstico de la alucinación es limitado, porque la mayor parte de las veces son
inespecíficas: cualquier tipo de alucinación puede aparecer en los distintos cuadros
psiquiátricos. No obstante, se han señalado algunas propiedades que pueden ser útiles para el
diagnóstico diferencial. Así, por ejemplo, las alucinaciones auditivas son más comunes en la
esquizofrenia, y en las depresiones psicóticas son raras y cuando aparecen se relacionan con
sentimientos de culpa o ruina.
Tipos de alucinación
Alucinaciones visuales
Las alucinaciones visuales se asocian normalmente con trastornos orgánicos como tumores
cerebrales, crisis convulsivas, estados inducidos por drogas, enfermedades cerebrales
vasculares, pero las más frecuentes se dan en el delirium tremens, en el que la alucinación más
frecuente es la de ver animales repugnantes que despiertan terror y en los estados producidos
por los alucinógenos. No son comunes en la esquizofrenia, aunque puede suceder que las
alucinaciones auditivas den lugar a pseudoalucinaciones visuales.
La modalidad es muy variada. Pueden ser imágenes puramente elementales, denominadas
fotopsias o fotomas, que consisten en destellos, llamas, inmóviles o en continuo movimiento.
Pueden tener colores muy vivos o ser incoloras. En otros casos son complejas (figuras
humanas, animales), generalmente poseen perspectiva, lo que les da mayor realismo.
Alucinaciones auditivas
Es el tipo más frecuente de alucinaciones, y las hay de dos formas: verbales y no verbales. Las
segundas son elementales y los pacientes diferencian ruidos, música, pasos, motores,
campanas, etc. Las verbales pueden ser palabras sueltas o estar más organizadas y entonces
no sólo se hacen claras las palabras y frases, sino que en ocasiones se hace un auténtico
discurso alucinatorio.
Las alucinaciones auditivas fueron denominadas fonemas por Wernicke en 1900 y, aunque
aparecen fundamentalmente en la esquizofrenia, también ocurren en otros cuadros como la
alucinosis alcohólica o las psicosis afectivas. En general, en los cuadros orgánicos los fonemas
son simples palabras o frases aisladas que hablan al enfermo en segunda persona bien de
forma imperativa o con comentarios abusivos. No obstante, las alucinaciones imperativas
también aparecen en la esquizofrenia y en las psicosis depresivas en forma de comentarios en
12
tercera persona que se realizan sobre los actos del enfermo. Suelen ser ofensivas y a menudo
el contenido es sexual. A veces las voces pueden ser amigables, tranquilizadoras y no molestar
al paciente.
El efecto que las voces producen sobre la conducta del paciente, la presión que ejercen, es
variable: pueden vivirse como algo ajeno que apenas modifica las otras conductas del sujeto o
tener el efecto opuesto afectando todas sus actividades.
Alucinaciones táctiles
Alucinaciones cenestésicas
Otras alucinaciones
2. Pseudoalucinación
13
El término pseudoalucinación (PSA) significaría falsa alucinación, es decir, se trataría de un
fenómeno que a primera vista podría ser confundido con una alucinación verdadera pero que
se diferencia de ella porque el sujeto reconoce la irrealidad del fenómeno. Se trataría de un
tipo de alucinación con insight. El sujeto percibe, pero sabe de la irrealidad de la experiencia.
3. Ilusión
El término “ilusión” proviene del latín illusio, engaño. Para Jaspers (1980) son ilusiones todas
las percepciones surgidas de percepciones reales por transformación. Distingue tres tipos de
ilusiones: 1) las de la inatención; 2) las afectivas y 3) las pareidolias (ilusiones múltiples y de
gran vivacidad), y afirma que todas se dan en sujetos normales, distinguiendo de éstas las
ilusiones que no se relacionan ni con la atención ni con el afecto y que son patológicas.
El DSM IV define la ilusión como “percepción o interpretación errónea de un estímulo externo
real”
Desde el punto de vista clínico, las ilusiones son muy frecuentes en sujetos normales en los
que las confusiones se corrigen casi de inmediato. Pero en otras ocasiones los errores se
mantienen insistentemente constituyéndose como tal la ilusión en sentido estricto, en la
acepción psicopatológica del término. En tal caso se presentan con mayor frecuencia en las
psicosis tóxica, psicosis agudas y trastornos delirantes crónicos.
Los desórdenes del pensamiento forman una unidad con los trastornos del lenguaje. Los
reconocemos en el habla y en la escritura. Y una distinción entre los diferentes desórdenes
establece dos agrupamientos: de la forma o curso y del contenido.
6.1 Trastornos formales del pensamiento: Los trastornos formales aparecen al evaluar
cómo un sujeto formula y organiza las ideas. Esto comprende la velocidad del pensamiento
(flujo) y la direccionalidad y continuidad del pensamiento (forma)
14
bradipsiquia; pensamiento lento, retardado. Propio de los estados depresivos.
taquipsiquia: aumenta la cantidad de palabras por unidad de tiempo. Pensamiento
acelerado. Se da en episodios maníacos o hipomaníacos.
bloqueo: detención brusca del curso de la cadena del pensamiento antes de finalizarla
y que se traduce en silencios repentinos que interrumpen el discurso del paciente. La
interrupción sobreviene en cualquier momento del discurso, pero sugiere mayor
perturbación cuanto más próximo al inicio de la comunicación, es decir si la
interrupción es al comienzo. Denota excesiva ansiedad o inicio sin pensamiento claro.
Ej.: venía pensando… María es una persona… Ayer fui al cine y …
pobreza del habla: notable disminución de la cantidad del habla, lenguaje en extremo
lacónico, con respuestas en monosílabos, frases cortas, etc. Se corresponde con el
pensamiento pobre. Un ejemplo es el pensamiento que encontramos en un retraso
mental. Uno se queda esperando.
Pobreza del contenido del habla: habla vacía, proporciona poca información porque el
lenguaje utiliza términos vagos, repetitivos y estereotipado. producción hablada en la
que, a pesar de tener duración y cantidad de palabras normal – o incluso aumentada
-no ofrece mucha información.
logorrea: compulsión a hablar con un curso acelerado propio de los estados de manía.
Se acompaña de taquipsiquia que es un aumento de la velocidad del flujo de ideas.
viscosidad: pensamiento lento, perseveran ideas anteriores, cargado de detalles en la
medida que no puede separar lo esencial de lo accesorio.
tangencialidad: tipo de respuesta que mantiene una relación oblicua o poco relevante
con la pregunta. - ¿Cuántos años tiene? – Tantos como postes de teléfono en un
balneario bonaerense
descarrilamiento: despiste, patrón de habla en el que los pacientes se van apartando
paulatinamente del tema central y van estableciendo relaciones con ideas que van
perdiendo los nexos entre sí. Parecido a la fuga de ideas sin la aceleración del flujo
que acompaña a ésta. Al entrar en mi consultorio un paciente me dice: Ud. Me
extiende la mano para saludarme – Sí, claro – Ud. ¿Ha recibido una buena educación?
– Sí, ¿y Ud? Yo era alguien muy estudioso y me gustaba no sólo estudiar sino andar en
bicicleta.
disgregación: pérdida de la idea directriz, ruptura de las asociaciones normales y
aparición de asociaciones raras y extravagantes, no influible por estímulos externos,
nivel de conciencia conservado, discurso incomprensible. Ej.: Las ideas azules incoloras
duermen con furia.
incoherencia: pensamiento propio de la conciencia alterada. No hay idea directriz,
ruptura de las asociaciones entre las frases y además entre las palabras, lo que la
diferencia de la disgregación.
mutismo: supresión del lenguaje sin alteración de la conciencia.
neologismos: palabras formadas por condensación de otras palabras, o por un proceso
activo de creación del paciente.
fuga de ideas: grado extremo de taquipsiquia. pérdida de la idea central a medida que
avanza el relato, se mantiene relación con las ideas adyacentes, pero se pierde el
sentido global. Pareciera que no hay planificación del discurso y que las ideas surgieran
por asociaciones de ideas o en respuesta a estímulos externos por la gran
distraibilidad.
ecolalia: repetición automática de lo último que se acaba de oír.
Cuando buscamos la significación clínica de los TFP, es decir qué indica la presencia de TFP en
cuanto a diagnóstico y pronóstico encontramos que los TFP se presentan en pacientes que no
15
presentan enfermedad psiquiátrica, en sujetos con diagnóstico de trastorno de la personalidad
o en patología psiquiátrica no psicótica.
El contenido son las ideas de una persona, a sus creencias, nos muestra cómo piensan.
Delirios
El vocablo “delirio” proviene de delirare, que significa “salirse del surco”, “no arar derecho”.
Este delirare se formaría del prefijo de (fuera) y lirare (surco). Esta es, pues, la raíz común para
el castellano, italiano y portugués. Un único término, por lo tanto, para designar una alteración
global de la experiencia perceptiva y la organización de las ideas delirantes. En alemán y en
inglés encontramos dos vocablos – delusion y delirium para el inglés y whan y delir para el
alemán - que señalan las diferencias conceptuales en esas lenguas. Uno nomina al delirio y el
otro al estado orgánico en que a menudo éste se presenta.
Con relación a las definiciones, ninguna es totalmente satisfactoria. El concepto de delirio es,
de los psicopatológicos, uno de los más aprehendidos ya que cualquier persona que tuviera
que definir a un loco bien podría hacerlo usando un delirio “se cree Dios”. Jaspers dio la
definición tal vez más conocida y citada “los delirios son juicios falsos, que se caracterizan
porque la persona los mantiene con gran convicción, que no son influenciables ni por la
experiencia ni por conclusiones irrefutables, y que además su contenido es imposible”.
El DSM IV define el delirio como “falsa creencia basada en una inferencia incorrecta relativa a
la realidad externa que es sostenida firmemente, a pesar de que el resto crea y de pruebas de
lo contrario”. La convicción delirante se produce a lo largo de un continuum y con frecuencia
es difícil distinguirla de una idea fija (en este caso el individuo tiene una creencia no razonable,
pero no la sostiene tan firmemente como en el caso de una idea delirante).
Desde el siglo XVII los delirios han sido definidos como creencias patológicas categóricas.
. Creencias, debido a que son proposiciones o declaraciones acerca del mundo o del propio yo.
. Patológicas, porque son proposiciones fallidas o erróneas en algún aspecto en particular.
. Categóricas porque son fenómenos sin gradación, de la característica de todo o nada.
Cuantas más de las características mencionadas posea mayor será la probabilidad de que sea
una idea delirante, pero ninguna de las características es condición necesaria ni suficiente para
definir una creencia como delirante. En resumen, los delirios son conceptualmente muy
complejos
Las dimensiones y los modelos dimensionales de los delirios sugieren la existencia de una
gama de continuos que van desde las creencias normales hasta las patológicas. Belloch et al.
(1997) describe cinco dimensiones descriptivas para referirse a ese continuum que oscila desde
la creencia normal a la patológica:
a) modificable vs. inmodificable: mantenimiento del delirio a lo largo del tiempo, a pesar de
las evidencias en contra. Algunas investigaciones cuestionan la fijeza como una
característica discreta –es delirio o no es delirio – Por ejemplo, la fijeza se basa en la idea
de que el delirante se enfrenta continuamente con evidencias contrarias a su idea y en
realidad las observaciones informales sugieren que quienes rodean a los enfermos
generalmente no lo contradicen porque puede ser poco útil o provocativo.
b) plausible vs. implausible: esta dimensión se liga con el grado de verosimilitud.
16
c) convicción leve vs. intensa: generalmente hay acuerdo en otorgar puntuación máxima a la
intensidad. Pero también es cuestionada porque se ha visto en estudios que la intensidad
es variable y además que en muchos casos los clínicos no exploran el grado de convicción
porque dan por hecho que es absoluta.
d) presencia vs. ausencia de apoyos culturales: la creencia no debe ser apoyada por otros
miembros de su cultura. A veces puede ser difícil estar al tanto de todas las creencias que
hay en una sociedad
e) no preocupación vs. preocupación: a diferencia de las creencias normales los delirios
preocupan y ocupan gran parte de la vida del paciente.
Es importante diferenciar los delirios de otras creencias patológicas ya que esto tiene
implicancias diagnósticas y terapéuticas significativas, tal es el caso de las ideas
sobrevaloradas y las ideas obsesivas.
ideas sobrevaloradas, se trata de creencias, que están emocionalmente
sobrecargadas, que tienen distinto grado de plausibilidad y que tienden a preocupar al
individuo y a dominar su personalidad. Difieren en que poseen cierto grado de
validación y además se centran en cuestiones políticas, sociales o religiosas mientras
que los delirios tienen un componente más personal y son esencialmente
autorreferenciales. Son de difícil tratamiento y pueden persistir años sin modificarse.
ideas obsesiva u obsesiones, reaparecen permanentemente; comparten con los
delirios la preocupación que generan en las personas que las mantienen. Sin embargo,
los individuos que presentan ideas obsesivas suelen reconocer lo absurdo de sus
creencias, y suelen mantener una lucha contra ellas, a la vez que las sienten como una
intrusión en su conciencia, y por lo tanto como algo no deseado ni voluntario. Ejemplo:
ideas de gritar o insultar o golpear a alguien, de besar a una persona. Se acompañan
de compulsiones – actos repetitivos - y de rituales. En las compulsiones la acción pudo
ser desencadenada por una idea: si hago tal cosa no pasará tal otra. Otras veces la
compulsión surge sola, disparada por la duda el paciente cerró la llave de gas, pero
duda y tiene que ir a comprobarlo. Los rituales más frecuentes son los de limpieza y los
de contar.
fobias
7. Afectividad
La exploración de los afectos es un punto importante de la entrevista psicológica y lo es
porque nos habla mucho de la persona. La afectividad está involucrada en todas las
experiencias del ser humano y nos informa no sólo de lo que sucede en el momento actual
sino de la personalidad del entrevistado. Por ejemplo podemos encontrarnos con un paciente
triste – lo leemos en su rostro, en su actitud corporal, en el tono de voz, en los comentarios
iniciales- porque ha sufrido una pérdida significativa, en cuyo caso el afecto es congruente y es
motivado por una situación real, o con una persona en quien la tristeza se acompaña de
desgano y está en ella desde hace mucho tiempo, tanto que no menciona o no recuerda el
momento de su aparición, o que incluso no la registra.
La afectividad denuncia mecanismos defensivos, como es el caso de un tono despreocupado
luego de un diagnóstico de enfermedad grave (negación) o de un relato desafectivizado luego
de una ruptura amorosa – una joven que le cuenta a su amiga que después de todo es mejor
que su novio le haya pedido separarse porque ella es muy joven para noviazgos y además
porque se acercan los exámenes y de esta manera tendrá más tiempo para estudiar
(racionalización).
17
Los afectos también se expresan en el curso de la entrevista de distinta manera; a veces el
paciente llora, o se angustia mientras relata algún episodio o habla de sí mismo, o puede
suceder que el afecto surja ante un comentario o actitud del entrevistador – fastidio o enojo
ante alguna pregunta, o miedo ante un estímulo que no identifica (la puesta en marcha de un
contestador telefónico).
Al abordar conceptos vinculados con la afectividad nos encontramos con que hay imprecisión y
superposición. No obstante podemos definir algunos conceptos:
emoción: afecto intenso, de aparición súbita y duración breve, acompañado de
sensaciones corporales. Son emociones el miedo, la rabia, la cólera. Lo característico
es que cambia el estado afectivo. El umbral para la emoción es variable en las
personas. Hay quienes tienden a descargar fácilmente sus emociones sin procesarlas y
hablamos entonces de inmadurez emocional. Un niño no modula sus emociones, se
enoja con su mamá porque no le concede aquello que quiere, por ejemplo porque no
lo dejan ir a jugar. Las respuestas de los niños son desmedidas. La modulación de las
emociones es un signo de madurez emocional.
sentimiento: es la percepción subjetiva de una emoción. Un sentimiento tiene una
cualidad más extendida en el tiempo y no tiene correlato fisiológico
pasión: afecto que lleva la intensidad de la emoción y la duración del sentimiento. Se
caracteriza por la persistencia y por la fuerza y el vigor que lo sostiene.
estado de ánimo: se refiere al afecto sostenido, es la disposición afectiva.
8. Psicopatología de la Psicomotricidad
La psicomotricidad refleja la vinculación entre la motricidad y las experiencias afectivas y
cognitivas, y es por esto que encontramos alteraciones motoras en los trastornos psíquicos. La
evaluación de las alteraciones psicomotoras debe comprender:
. expresión facial
18
. características del habla, volumen, ritmo, velocidad del habla, proporción de parte
hablada y silencios.
. actividad motora general, es decir la observación de los movimientos espontáneos y
de aquellos solicitados en el examen.
19
Catatonía: es un síndrome que puede incluir diversos síntomas como la catalepsia, la
rigidez muscular, el estupor, el mutismo. Es un fondo de inercia con pérdida de la
iniciativa motora. La catalepsia consiste en una actitud inmóvil con musculatura rígida
que permite colocar a un individuo en una posición forzada, incómoda o
antigravitatoria y que permanezca así sin intentar recuperar la posición original por
tiempo indefinido.
La aparición de cuadros catatónicos es frecuente en la esquizofrenia, en los
trastornos afectivos y en cuadros neurológicos
20