Leishmania Mexicana.
Leishmania Mexicana.
Leishmania Mexicana.
Nacional
Autónoma de
México
Características Generales:
Morfología: Es un microorganismo unicelular, parásito protozoario perteneciente al filo
Sarcomastigóforos, familia Trypanosomatidae, es intracelular obligado.
Comprende formas amastigotes y promastigotes. Las primeras se presentan en los macrófagos del
huésped vertebrado. Por microscopía electrónica se reconocen numerosos microtúbulos por dentro
de la membrana celular, que sirven de citoesqueleto, el kinetoplasto se ve como una mitocondria
que se extiende circularmente por la mayoría del protozoario. En el citoplasma hay ribosomas libres
y un aparato de Golgi junto con gránulos densos y claros, variables según las especies. Los
amastigotes se dividen por fisión binaria y pueden verse libres, cuando el macrófago se desintegra.
Las formas promastigotes se encuentran en el insecto vector y en el cultivo. Son elongadas, miden
15-40 x 3 micras, tienen un núcleo central y un kinetoplasto desplazado hacia el extremo anterior,
del cual emerge un largo flagelo
Forma: son ovoides y constan de un núcleo excéntrico y de un citoplasma claro en el que resalta una
estructura elongada muy basófila, el kinetoplasto.
Tamaño: miden entre 2.5 y 3.5 micras
Órganos de locomoción: En su vecindad se origina el flagelo que está alojado en una hendidura
flagelar; tiene la característica imagen de 9 pares de túbulos periféricos y un par central. Cerca del
flagelo se encuentran filamentos entrelazados que corresponden al ADN.
Tipo de reproducción: Su reproducción es por fisión binaria. Recientemente, se demostró que la
reproducción sexual de Leishmania puede ocurrir en los vectores.
Ciclo biológico y Forma infectante: Es alterna y se da entre la forma promastigote (extracelular),
presente en el vector transmisor, y la amastigote (intracelular), que invade los macrófagos del
hospedero vertebrado.
En su ciclo biológico se incluyen unos mosquitos, los flebotomos, también conocidos con el nombre
de beatillas o moscas de los arenales.
El mosquito se infecta al ingerir sangre con formas amastigote del parásito, contenidas en sangre de
mamíferos. Durante 4-25 días, el parásito sigue su desarrollo y se transforma en promastigote,
comenzando a dividirse por fisión binaria, aumentando su número y migrando hacia la faringe y
boca, para ser inyectadas en la siguiente picadura. Después de ésta, las formas promastigote entran
en contacto con la circulación sanguínea del vertebrado y son fagocitadas por células del sistema
retículo endotelial, para transformarse en
amastigotes y comenzar
a multiplicarse también
por fisión binaria, hasta
que rompen la célula y
quedan libres en la
circulación siendo
fagocitadas de nuevo y
repitiéndose el ciclo en
el hospedador
vertebrado hasta que
son ingeridas por un
nuevo mosquito.
Mecanismo de
transmisión: La
transmisión se produce
por la picadura de la
hembra de la mosca de
la arena, mosquito
perteneciente a los géneros Phlebotomus (Europa, Asia y África) y Lutzomyia (América). También
se puede producir la transmisión por contacto sexual, transfusiones de sangre y por inoculación
accidental debida a un pinchazo o a una lesión con material contaminado con el estado infectante
del parásito (promastigote metacíclico).
Fase de desarrollo: El sitio donde se desarrolla el parásito varía entre los diferentes grupos de
Leishmania, y está relacionada con la micromorfología y bioquímica del intestino del flebótomo.
Esta relación ha permitido empelar la localización de los parásitos en el intestino (píloro) para
clasificar Leishmania en los tres grupos siguientes: hipopilaria, en las que el desarrollo ocurre
únicamente en el intestino posterior del vector y la transmisión a lagartos u otros vertebrados
insectívoros ocurre por medio de la ingestión de un flebótomo infectado (actualmente se les incluye
en el género sauroleishmania); y peripilaria, en que el desarrollo inicial del parásito ocurre en el
intestino posterior, con subsiguiente migración hacia el anterior antes de la transmisión por la
acción de picadura del vector. Se incluye en este grupo el subgénero Viannia: Leishmania (Viannia)
brasiliensis, Leishmania (Viannia) panamensis, Leishmania (Viannia) guyanensis y Leishmania
(Viannia) peruviana.
Finalmente, suprapilaria, en el cual todo el desarrollo del parásito ocurre en el intestino medio antes
migrar hacia las piezas bucales y su consiguiente transmisión por picadura; característico de los
miembros del subgénero Leishmania sensustricto: grupos Leishmania (leishmania) donovani,
Leishmania (leishmania) mexicana, Leishmania (leishmania) hertigy,
Distribución tisular: En los casos de leishmaniasis cutánea localizada la infección se limita a la piel,
pero en otras variedades clínicas los macrófagos infectados con parásitos se diseminan por toda la
piel, mucosas o vísceras.
Hábitat: No sobrevive fuera del hospedador, ni en cultivos in vitro. En sangre almacenada a 4ºC
permanece viable durante al menos 35 días.
Tipo de microorganismo: parásito
Mecanismo de Virulencia:
Los promastigotes son fagocitados por los macrófagos, no penetran en ellos activa- mente. Debe
existir un acoplamiento preciso entre las glicoproteínas de la superficie del promastigote y
receptores en la membrana celular del macrófago para que el proceso de fagocitosis sea óptimo En
la membrana del macrófago, su receptor para el complemento se acopla con el componente ic3b
derivado de aquel y que cubre la superficie del parásito.
Otros grupos químicos de las glicoproteínas parasitarias pueden estar involucrados en esta
recepción, cuyos resultados son importantes por cuanto influyen en la respuesta inmune futura y en
la activación de la maquinaria enzimática res- piratoria y lítica del macrófago. Una vez fagocitados
los promastigotes, se transportan al citoplasma en un fagosoma al cual se unen los lisosomas que
evacúan en él sus enzimas hidrolíticas como la fagocitina y la mieloperoxidasa. El proceso se
acompaña de un metabolismo oxidativo aumentado, con mayor consumo de oxígeno, necesario para
la producción de metabolitos tóxicos para el organismo ingerido,
Patogenia:
Mecanismo de transmisión:
Se ha observado dos patrones de
transmisión:
Selvático: ocurre cuando el hombre penetra
en el bosque o la selva y es picado por los
vectores infectados.
Domestico-rural y domestico-urbano: áreas
de foco residuales, bosque primario o de
colonización no reciente, en que los
vectores llegan al peridomicilio, ingresan en
las viviendas y transmiten la infección,
pudiéndose adaptar o no en el peridomicilio.
Otros mecanismos de transmisión: LCL por
autoinoculación y LV por transplantes de
tejidos y órganos.
Órganos afectados, respuesta general del
hospedero y Manifestaciones clínicas
generales:
La enfermedad comienza casi siempre por una mácula en el sitio de la picadura que dura 1 a 2 días,
la mácula evoluciona a pápula, que dura unos 4 días como promedio. La lesión continúa creciendo y
se desarrolla un nódulo, el cual consiste en una masa dérmica que contiene macrófagos vacuolados
con abundantes parásitos de Leishmania y un infiltrado linfocitario. Este persiste una o dos
semanas, crecen de tamaño y ocurre necrosis en el centro de la reacción granulomatosa la cual es
inducida por la respuesta inmune, dando como resultado una úlcera.
La ulceración es indolora, redondeada, de fondo limpio, color rosado, tejido granuloso y bordes
indurados. A menudo está cubierta por una costra serohemática, que al quitarla deja salir líquido no
purulento. Cuando el parásito es eliminado, por una respuesta inmune efectiva o por acción del
tratamiento específico, se inicia la resolución de la lesión, dando lugar la cicatrización. La LCL se
localiza predominantemente en miembros inferiores y superiores (60% de los casos); siguiendo en
orden de frecuencia en los pabellones auriculares (30%), la cara y el tronco. La lesión puede curar
espontáneamente en algunos meses o años excepto en pabellones auriculares donde es crónica y
progresiva, produciendo mutilaciones descritas como “úlcera de los chicleros”. Las lesiones se
encuentran en los sitios descubiertos, accesibles a los piquetes de los insectos transmisores y suelen
ser únicas, aunque se dan casos de úlceras múltiples. Es muy sugerente de LCL la presencia de una
ulceración con las características descritas, de evolución muy lenta, resistente a la terapia no
específica, así como que el enfermo tenga antecedentes de haber radicado o visitado alguna zona
endémica semanas o meses antes.
Epidemiología:
Distribución de la enfermedad: Bolivia, Brasil, Colombia, Nicaragua y Perú están entre los 12
países del mundo que concentran 90% de los casos de leishmaniosis cutánea. En México, los casos
de esta enfermedad en su mayoría corresponden a leishmaniosis cutánea localizada y se ubican
principalmente en Veracruz, Tabasco, Oaxaca,
Chiapas, Nayarit, Yucatán, Quintana Roo y Campeche,
en el sureste del país; y en Coahuila, Nuevo León,
Tamaulipas, Hidalgo y San Luis Potosí, en el norte.
Los casos de leishmaniosis cutánea difusa son menos
frecuentes y se reportan en los estados antes
mencionados, con la excepción de Yucatán y Quintana
Roo.
Frecuencia: A nivel mundial anualmente se reportan
alrededor de 64000 casos; cerca de 60 000 son de leishmaniosis cutánea o mucosa, y 4 000 de tipo
visceral.
La leishmaniasis está considerada por la OMS en la categoría I de las enfermedades infecciosas
(situación emergente e incontrolada)
Grupos de Riesgo: Jóvenes adultos entre los 15 y 65 años
Diagnóstico:
Clínico: En caso de leishmaniasis cutánea localizada es relativamente fácil el diagnóstico clínico
para el médico experimentado, quien con frecuencia suele acertar hasta en un 80% utilizando
también los antecedentes epidemiológicos.
Epidemiológico: Residencia en estados endémicos en donde se presenta mayormente la
enfermedad, contacto con pacientes probables o confirmado, presencia de factores de riesgo o
pertenecer al grupo de riesgo.
Laboratorio:
Métodos directos: Impronta, frotis o extendido, cultivo, biopsia y PCR.
Permite la observación del parasito en la muestra obtenida del paciente. Esta puede ser la
observación de amastigotes en improntas o biopsias de material obtenido de la piel o mucosas o de
promastigotes en cultivo de material aspirado de lesiones. También se puede detectar material
genético (ADN o ARN) del parasito por medio de técnicas como la reacción de la cadena de
polimerasa (PCR).
La realización de una biopsia, es un procedimiento más costoso y más demorado por ser un estudio
histopatológico. Consiste en la toma de una pequeña porción del margen activo de la lesión, previa
asepsia y anestesia local con lidocaína al 2% vía subcutánea.
PCR: La técnica consiste en amplificar una región específica del ADN del parásito mediante el uso
de secuencias de oligonucleótidos que funcionan como indicadores para la extensión de las nuevas
cadenas de ADN que se amplifican. Es un procedimiento costoso, cuya sensibilidad y especificidad
es elevada si se utilizan primers apropiados. El
material que se utiliza se puede obtener de raspado o
aspirado de la lesión, biopsia o sangre total.
Métodos indirectos: Inmunofluorescencia indirecta
(IFI), Elisa, Inmunohistoquimica (IHQ) y Prueba de
Montenegro (IDR): Se basan en la detección de
anticuerpos específicos contra Leishmania. Tiene
sensibilidad y especificidad variable según forma
clínica.
Inmunofluorescencia indirecta (IFI) Este método detecta anticuerpos específicos contra
Leishmaniasis. La toma de muestra es por medio de recolección de sangre, con posterior separación
del suero.
ELISA Detecta anticuerpos específicos contra Leishmania en sangre. Se realiza en laboratorio y la
lectura de la prueba se hace en un espectrofotómetro. La muestra se considera positiva cuando la
densidad óptica es igual o superior a la densidad óptica media de los sueros controles negativos más
dos desviaciones estándar.
Reacción De Montenegro
Método para medir la respuesta inmune mediada por células en enfermos con leishmaniosis.
Consiste en la inyección de antígenos de Leishmania en el antebrazo; si después de dos o tres días
se produce un endurecimiento igual o mayor a 5 mm, la reacción se considera positiva.
Cultivo: Es determinante para el diagnóstico de la leishmaniosis ya que en ello se puede observar
fase de promastigote del parasito. Es un procedimiento más costosos y requiere de tiempo para el
diagnostico (30 días o mas) y tiene 70% de sensibilidad. Su mayor utilidad es para el estudio
epidemiológico y conocer que especies y subespecies de Leishmania están involucradas.
Tratamiento:
1. Antimonio: antimoniales pentavalentes para uso parenteral, conociéndose actualmente dos
diferentes substancias de utilidad comprobada: el antimoniato de meglumina (Glucantime)
y el estibogluconato de sodio (Pentostam), químicamente similares y de toxicidad y eficacia
análogas.
2. Termocirugía: Es el calor localizado y controlado con precisión, generado mediante ondas
de radiofrecuencia por un campo de energía localizada.
3. Calor local: Se ha observado que LCL y LCD responden a la terapia con calor. Así la
aplicación local de vapor de agua, 2 veces al día por 15 a 20 días, suele producir buenos
efectos terapéuticos. La aplicación de vapor de agua a las úlceras o nódulos leishmaniásicos
debe hacerse con cuidado para evitar quemaduras en el paciente.
Prevención:
1. Diagnóstico precoz, tratamiento temprano y eficaz.
2. Vigilancia eficaz de la enfermedad.
3. Control de los reservorios.
4. Movilización social y fortalecimiento de alianzas.
Bibliografía:
1. The Center for Food Security and Public Health; Iowa State University, Ames, IA, USA.
Animal disease factsheets; Leishmaniasis (cutánea y visceral); 2009.
2. World Health Organization technical reports serious 949. Control of the leishmaniasis:
report of the meeting of the WHO Expert Committee on the Control of Leishmaniasis,
Geneva, 22-26 March 2010.
3. Buffet, Pierre. Leishmaniasis: Información para su Control y Tratamiento. Francia
4. Vásquez L., Sierra D., Rojas E.. Mecanismos de transmisión de la leishmaniasis. Rev. Soc.
Ven. Microbiol. [Internet]. 2002 Jul [citado 2021 Feb 06] ; 22( 2 ): 182-187. Disponible
en: http://ve.scielo.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1315-
25562002000200017&lng=es.
5. Secretaria de Salud. Dirección general de Epidemiología. Manual de Procedimientos
Estandarizados para la Vigilancia Epidemiológica de las Enfermedades Transmitidas por
Vectores. Septiembre 2012