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Fecha: 28 de agosto, 2005

Título del sermón: El Alfareo y el barro


Predicador: Reverendo, Yonggi Gho
Versículo de la Biblia: Isaías 64:8

La Escritura dice que Dios es el alfarero y nosotros el


barro. Cuando el alfarero tiene buen barro labora con ella
una buena vasija. Nuestro país se enorgullece de poseer una
excelente tradición cerámica. Las porcelanas de la dinastía
Koryo, las porcelanas blancas del dinastía Yi son
reconocidos mundialmente hasta ahora.
Durante la invasión japonesa en el año 1592, muchos
alfareros fueron llevados para Japón, razón por la cual
Japón se desarrolló enormemente en el arte cerámica.

1. El barro que busca el alfarero


El alfarero para crear una buena vasija primeramente busca
un buen barro. Porque si el barro no es de la mejor calidad
no podrá moldear con ella para crear una vasija hermosa.
Por la TV he visto que muchos artesanos de cerámica
coreanos fueron llevados a fuerza para Japón. Pero ellos no
pudieron hallar buen barro para moldear la vasija. Lo
cierto es que la Escritura nos declara que tanto ustedes
como yo somos personas escogidas personalmente por Dios.
Como el alfarero escoge el barro, Dios nos escogió. Un buen
alfarero no usará cualquier barro de la calle para moldear
la vasija, tampoco Dios escoge a cualquier persona para que
sea pueblo de Dios. En nuestro país se usaba mucho el barro
Koryung. Esta tierra se halla en cantidad en China en la
provincia de Kaoryig, de allí procede el nombre de barro
koryung. En nuestro país lo hallamos en la provincia de
Kyungsan Namdo, Ha-dong. El barro koryung tiene color gris
a blanco que los usaban para fabricación de jarrones de
color blanco níeve, celadón blanco y etc. De modo que el
barro koryung se exporta hasta hoy en día a Japón. Así como
se requiere de buen barro para la fabricación de una buena
porcelana, ya dependiendo del barro, el valor de la
porcelana varía. Dios nos escogió con la finalidad de que
seamos pueblo de Dios. Dios no escoge a cualquier persona
para que sea pueblo de Dios. Así nos enseña la Biblia.
En Romanos 8:15-16 dice “Pues a Moisés dice: Tendré
misericordia del que yo tenga misericordia, y me
compadeceré del que yo me compadezca. Así que no depende
del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene
misericordia”.
No seremos escogidos porque queremos ni porque corramos,
sino que todo depende del Dios Totopoderoso y Omnipotente.
Él es quien nos escoge para que seamos pueblo del reino de
Dios.
En Romanos 9:11 dice “(pues no habían aún nacido, ni habían
hecho aún ni bien ni mal, para que el propósito de Dios
conforme a la elección permaneciese, no por las obras sino
por el que llama)”
No por nuestra obra, sino por la elección de Dios seremos
pueblo de Dios. Respondiendo al llamado de Dios, nos
convertimos en su pueblo. Un alfarero no busca el barro en
cualquier parte; pues, Dios es el alfarero y nosotros somos
su barro. El alfarero lleva a la fábrica el barro que halla.
Lo lava para colar piedras, bálagos y tierra para sacar
solamente la esencia para la fábricación del vasija. Así
también Dios nos escoge del mundo y nos trae a la iglesia,
porque la iglesia es la fábrica donde se limpian los barros.
En II Timoteos 1:9 dice “quien nos salvó y llamó con
llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según
el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo
Jesús antes de los tiempos de los siglos”.
Conforme a la voluntad de Dios, hace tiempo atrás nos
escogió.
En Sn Juan 15:16 dice “No me elegisteis vosotros a mí, sino
que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis
y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo
lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé”.
Y en Efesios 1:4 dice también “según nos escogió en él
antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y
sin mancha delante de él”.
Antes de la fundación del mundo él nos conoció y nos
escogió para que seamos su pueblo. Para que seamos pueblo
del reino de Dios, nos escogió como el afarero escoge al
barro.
En San Juan 6:44 dice “Ninguno puede venir a mí, si el
Padre que me envió no le trajere; y yo le resucitaré en el
día postrero”.
Si el padre no nos llama, no podremos presentarnos ante el
Señor, si Jesús no nos llama no podremos presentarnos ante
él.
La Semana pasada en la isla de Jeju se llevó a cabo la
cruzada de Hombres de Negocios. Allí la señora Betty Kim
vocalista, dio su testimonio y todos nosotros fuimos
grandemente conmovidos. La señora Betty Kim pasó 46 años de
vida en música. Desde niña su madre la evangelizaba para
que fuera con ella a la iglesia y ella oraba mucho por su
hija. Pero ella siempre le decía que no todavía. Pues,
según ella no sintió nada en su corazón y desobedió a la
voluntad de la madre. Pasó algunos años y su madre murió y
ahora la señora Betty Kim tiene 68 años. Pero hace un año
atrás sintió repentinamente el deseo de participar de los
servicios de la iglesia. Llegó a la iglesia y aceptó a
Jesús. Su madre había invertido toda su vida en la
evangelización de su hija y Dios escuchó las oraciones de
una madre y la llamó para que ella recibiera la salvación.
Una persona no viene a la iglesia por su propia voluntad.
Si no es guíado por el Padre, nadie podrá presentarse ante
Dios. Diariamente evangelizamos, pero quiero decirle que
ellos no reciben la salvación por nuestra evangelización.
Sino que Dios usa a nosotros como instrumento de
evangelización y el poder de Dios salva a cada uno de ellos.
Yo a nadie puedo salvar. Mas cuando evangelizamos, Dios usa
a nosotros para que por medio de nosotros las personas que
él ya tiene escogido se presente ante él. Cuando todavía
era un recién convertido comencé a evangelizar. Un día
comencé a jactarme ante el misionero que me evangelizó “hoy
algunos se salvaron por mi evangelización”. Él me reprendió
y me dijo “cómo podrías tú salvar a una persona, tú no
puedes salvar a nadie, tú solamente evangelizas y la
salvación viene de Dios” Me sentí muy molesto y estuve muy
resentido con el misionero. Porque pensaba por dentro que
por mis esfuerzos muchos habían sidos guíados ante el Señor
y él me reprendía en lugar de elogiarme. Pero esa enseñanza
quedó grabada en mi corazón toda mi vida. Cierto es que
nosotros no podemos salvar a nadie. Solamente evangelizamos.
Y Dios usa nuestra evangelización para salvar. Si Dios no
abriera el corazón de aquellas personas, nadie aceptaría a
Jesús. Dios nos escogió y nos trajo a la iglesia, como el
alfarero que busca el mejor barro y lo lleva a la fábrica.
Nos llamó y nos trajo a la iglesia que es la fábrica
espiritual. Aquí nos limpia con la sangre preciosa y la
palabra, nos purifica por medio del arrepentimiento.
Después que aceptamos al Señor experimentamos que la sangre
preciosa del Señor nos purifica. Ya que no podemos servir a
Dios tal como somos, vestidos de pecado e inmundicia.
Dentro de la iglesia por medio del poder del Espíritu Santo
nos ayuda a arrepentirnos y nos limpia con la sangre
preciosa.
En I Juan 1:7 dice “pero si andamos en luz, como él está en
luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de
Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado”.
Y en Efesios 5:26 dice también “Para santificarla,
habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la
palabra”.
Así Dios en su inmenso amor nos escogió a nosotros que
somos como el barro y nos llamó a la iglesia, a la fábrica
del reino de Dios; aquí nos limpia con la sangre preciosa y
nos llena de la promesa para que seamos purificados.
2. Para hacer la vasija
El barro se desmenuza para hacerlo blando. El alfarero
viene con el barro a la fábrica, primero lo lava y luego lo
desmenuza para que sea glutinoso. El barro en sí nada puede
hacerse. Están apañuzcados y con ella no se puede fabricar
una vasija. Primero debe desmenuzarlo y lavarlos. Asimismo
Dios para hacer de nosotros vasija para el reino de Dios,
primero nos trae a la iglesia, luego por medio de la
Palabra y la sangre preciosa y del Espíritu Santo nos
limpia y nos quebranta. No es que nos quebranta rascándonos.
Usted golpea para quebrantar algo. Así también Dios por
medio de tribulaciones y pruebas díficiles quebranta al
hombre y lo moldea hasta que adquiera la forma que él
quiere.
En Salmos 51:17 dice “Los sacrificios de Dios son el
espíritu quebrantado; Al corazón contrito y humillado no
despreciarás tú, oh Dios”.
Debemos quebrantar nuestro espíritu.
En Hebreos 12:11 dice “Es verdad que ninguna disciplina al
presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero
después da fruto apacible de justicia a los que en ella han
sido ejercitados”.
Primero nos quebranta, nos castiga y nos moldea para
convertirnos en un corazón blando y suave para la
obediencia.
Una vez entró a un monasterio un monje joven en tiempo
medieval. Tenía mucho deseo de convertirse en el mejor
monje. Un día buscó a un monje anciano y respetable del
monasterio y le preguntó “Señor, qué debo hacer para
convertirme en un monje respetuoso como usted”. Justamente
estaba aplanando la tierra y señalando el montón de tierra
le dijo “quieres vertir agua sobre ésta tierra”. El monje
joven sin pensar dos veces fue y trajo agua y lo virtió,
pero el agua corrió sobre la tierra sin mojarlo. Entonces
el monje anciano con un azadón comenzó a desmenuzar la
tierra y volvió a pedirle que virtiera agua. Volvió a
vertirlo y ahora el agua comenzaba a empapar la tierra.
Enconces alzando la cabeza el monje anciano le dijo
“pudiste observar que la tierra cuando estaba duro no se
empapó, pero después que fueron desmenuzados fueron
empapados. En un montón de tierra nada se puede sembrar,
porque la semilla no podrá echar raíces. Si tú quieres
convertirte en un excelente monje, no te quedes como un
montón de tierra dura, deja que Dios te quebrante y te
moldeé. Porque solamente así el agua viva del Espíritu
Santo penetrará dentro de tu vida, para que reboce en tí la
vida de Jesús”. La tierra dura no da ningún uso al alfarero.
Por tanto, el alfarero desmenuza primero la tierra dura y
lo lava con agua para convertirlo glutinosa. Entonces será
posible amasar el barro para hacer de él una vasija.
También nosotros en las manos de Dios seremos quebrantados
y moldeados.
En I Samuel 15:22 dice “Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová
tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se
obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer
es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la
grosura de los carneros”.
¿Cómo podremos obedecer a Dios? Cuando estamos quebrantados
lo podremos hacer, pero estando rígidos no podremos
obedecer a Dios. Un árbol rígido cuando sopla el viento
facilmente se cortará. Pero el árbol del bambú cuando sopla
viento agacha la cintura y obedece al viento y deja correr
su cuerpo al rítmo del viento. Si nos mantenemos rígidos,
resitiéndonos a la voluntad de Dios, seremos desmenuzados.
Pero si le obedecemos, él nos moldeará de tal manera que
nos hará una vasija hermosa.
En I Pedro 1:14-15 dice “Como hijos obedientes, no os
conforméis a los deseos que antes teníais estando en
vuestra ignorancia; sino, como aquel que os llamó es santo,
sed también vosotros santos en toda vuestra manera de
vivir”.
El poeta japonés que sufre de parálisis cerebral Misno
Genzi, al comienzo no estaba sufriendo de minúsvalia. Pero
sufrió la parálisis en el año 1946 cuando estaba cruzando
cuarto grado, por una disentería. Por la parálisis cerebral
casi todo el cuerpo perdió su función a parte de los ojos,
oídos, cerebro y los órganos interioes. En medio de esta
situación tan trágica, fue envangelizado por un pastor y
comenzó a leer la Biblia. Desde entonces comenzó a crecer
semilla de esperanza en él. Pues, el evangelio de Cristo es
el evangelio de esperanza. Aún la persona que se halle en
medio de desesperanza, desanimo y rodeado de muerte cuando
escuche la palabra de Cristo, se llenará de esperanza. Así
él se llenó de esperanza. Como se llenaba de esperanza
quería leer la Biblia, pero él siempre requería la ayuda de
la madre. Cuando él terminaba de leer una página, la madre
volteaba la hoja. Porque él no podía mover las manos para
voltear la página. Algunas veces leía repetidas veces la
misma página porque la madre se quedaba dormida. Por medio
de la lectura de la Biblia comenzó a llenarse de esperanza
y comenzó a escribir poema. Tenía la pared llenos del
alfabeto. La madre señalaba desde la letra a hasta la z y
cuando salía la letra que él tenía en mente, pestañeaba con
los ojos y la madre escribia la letra. Para escribir una
letra se demoraba horas y horas. Así comenzó a escribir el
poema. Y ahora cuenta con varios libros de poesia. Entre
ella tenemos el poema como ésta “Si yo no hubiera estado en
dolor, no hubiera aceptado el amor de Dios. Todos los
hermanos y hermanas si no estuvieran sufriendo de dolor, el
amor de Dios no se hubiera divulgado. Si nuestro Señor no
hubiera padecido de dolor, no hubiera podido manifestar el
amor de Dios”. En medio del dolor y del sufrimiento halló
la Palabra y la palabra tocó el alma y lo convirtió en
tierra glutinosa para convertirlo en vasija preciosa. Pues,
Dios por medio de la palabra nos convierte en un barro
glutinoso para fabricar una vasija con ella. Luego los
alfareros colocan la masa glutinosa sobre el plato
giratoria y allí le da la forma que él quiere. Conforme a
su voluntad da la forma a cada uno de la masa sobre el
plato giratoria, unos para pastores, otros para maestros,
otro en líder del grupo celular, otros para gozo, otros
para esperanza. Algunos siempre están gozosos, otros
siempre llenos de esperanza. Que anima y llena también a
los demás de gozo y de esperanza. Algunos son vasijas de
consuelos para consolar y animar a otros que se hallan
desconsolados. Sea lo que sea Dios hace de nosotros
conforme a su voluntad en vasija hermosa.
En Romanos 9:21 dice “¿O no tiene potestad el alfarero
sobre el barro, para hacer de la misma masa un vaso para
honra y otro para deshonra?”
Dios fabrica vasijas de diversos colores y de formas.
Gracias a Dios que me ha formado como ministro. Algunos de
ustedes fueron formados como anciano, tal vez como diácono
y diaconisa. Tal vez como líder del grupo celular, o tal
vez como una vasija de gozo para los demás, para que
comparta gozo y alegría. Algunos como vasija para compartir.
Sea como sea la forma y el uso de la vasija, todo lo formó
Dios conforme a su voluntad. En una casa grande ustedes
hallarán variedades de platos y vasijas para atender a
diferentes visitas. Si no hay variedad de platos no podría
atender a los visitantes. Asimismos en el reino de Dios
también existen variedad de vasijas. Meditemos qué tipo de
vasijas somos para el reino de Dios. Es decir, debemos
saber cuál es nuestra misión como vasija y conforme a ella
debemos serle fiel. No diga porque yo no soy pastor no voy
a servir a Dios; no voy a servir a Dios porque no soy
anciano, por qué voy a esforzarme mucho si no soy ni
diácono ni líder del grupo celurar. Si piensa de ésta
manera está muy equivocado. Pues, Dios nos formó conforme a
su voluntad, sea vasija grande o pequeña, sea para uso
glorioso o no, todos fueron creados para servir a Dios. Por
tanto todos tienen gran valor para él. Somos muy valeroso
porque servimos a Dios, porque somos usados por él, pues
nuestro valor es incalculable. De manera que agradezcamos
por ser la vasija que él nos formó para servirle.

3. Lo lleva al horno para cocer


Después que la masa es moldeada sobre el plato giratoria,
lo lleva a un horno para cocer. Porque si no cuece la
vasija en el horno con fácilidad se harán pedazos. Aunque
el alfarero haya moldeado una vasija muy hermosa si no lo
cuece se harán pedazos. Nuestro horno son las tribulaciones
y las pruebas difíciles, también el horno ardiente del
fuego del Espíritu Santo. Primeramente pasaremos por el
horno de tribulaciones. Como el barro no cocido por el
fuego se fragmenta fácilmente, también nosotros si no
pasamos por el horno de tribulaciones y las pruebas
difíciles no podremos ser usados como vasijas de valor,
sino que con facilidad nos fragmentaremos.
Un anciano subió al monte con el nieto para buscar asta
para el hacha. El nieto subió el monte saltando y muy
animado, a medio camino halló una asta para el hacha y
señalando el árbol dijo al abuelo “abuelo, mira lo que
hallé. Podemos cortar éste árbol para hacer asta del hacha”
y el abuelo meneando la cabeza le contestó “no, debemos
subir un poco más”, pero el nieto muy enojado le contestó
“abuelo, estoy cansado, me duelen las piernas, usemos éste
árbol para la asta del hacha, mire el árbol como se ve
fuerte” pero el abuelo le contestó nuevamente “Aquel árbol
se ve fuerte por fuera, pero por dentro está blando porque
los árboles que crecen en lugares bajos de la montaña no
han sufridos mucho el azote del viento huracanado, de modo
que por dentro están blandos. Si yo uso aquel árbol para la
asta del hacha, no pasará mucho que se romperá y tendré que
regresar nuevamente para buscar otra asta. Los árboles que
crecen bajo lluvia torrenciales y vientos fuertes son
resistentes por fuera y por dentro, pero los que crecen en
la ladera son débiles; mas los árboles que crecen en la
cima de la montaña sufren todo el azote del viento y la
lluvia y se fortalecen áun más para sobrevivir; de manera
que usamos solamente los árboles que crecen en la cima”.
Así enseñó al nieto el abuelo. Una vida que no haya
padecido de sufrimientos y las tribulaciones muy fácilmente
se rendirá ante las diversas situaciones difíciles. Por
medio de tribulaciones el hombre aprende a obedecer y a
fortalecer interiormente. Una empresa japonesa para
seleccionar empleado, realizó entrevista en la cima de la
montaña Fuji. La montaña Fuji es bien alto, pero solamente
los que subieron a la cima de la montaña fueron
entrevistados. Esto daba a entender que la empresa requería
de una persona saludable físicamente y resistente
interiormente. Las vasijas que Dios moldea, lo hace pasar
por el horno de fuego. Aunque Dios haya escogido el mejor
barro, y haya dado la mejor forma en el plato giratoria, si
ésto no es cocido, se fragmentará fácilmente. Ésto debe ser
cocido en el horno de fuego para adquirir resistencia y
hermosura. Así también nos hace pasar por horno de fuego de
tribulaciones para que pasando por ella salgamos resistente
a cualquier situación y firme en la fe. Asimismo por medio
de las tribulaciones aprenderemos la obediencia.
En I Pedro 4:12-13 dice “Amados, no os sorprendáis del
fuego de prueba que os ha sobrevenido, como si alguna cosa
extraña os aconteciese, sino gozaos por cuanto sois
participantes de los padecimientos de Cristo, para que
también en la revelación de su gloria os gocéis con gran
alegría”.
En Santiago 1:3-4 dice también “sabiendo que la prueba de
vuestra fe produce paciencia. Mas tenga la paciencia su
obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que
os falte cosa alguna”.
Por medio de las tribulaciones aprendemos la paciencia, nos
fortalecemos para ser usados a cualquier situación y
circunstancia.
Un herrero aceptó a Cristo y ya llevaba 8 años en la fe,
pero seguía sufriendo de más tribulaciones y pruebas
difíciles. Un amigo ateo le buscó y le dijo “después que
aceptaste a Jesús, tu vida se empeora días tras días, pasas
por muchas tribulaciones, me da mucha pena por tí” Y el
herrero le contestó “mira éste hierro, será para hacer
resorte de un carruaje. Para tal debo calentarlo en fuego,
pasarlo por el agua, golpearlo y volver a calentarlo en
fuego, pasarlo por el agua y golpearlo nuevamente; éste
procedimiento se repite varias veces para que el hierro sea
resitente y firme. Pero si el hierro no se endurece, debo
repetir el procedimiento nuevamente. Ahora pues, lo mismo
pasa con mi vida, si yo padezco de muchas tribulaciones es
porque Dios desea usarme y para tal me está endureciendo.
Si soy débil no podré ser usado por él. Es necesario que yo
me fortalezca interiormente para ser usado por Dios. No te
sientas apenado por mí, siéntalo por tí”. Un resorte para
carruaje debe ser fuerte y firme para resistir el peso,
pero si el resorte es blando, se romperá fácilmente. Antes
que el resorte se parta, el hierro debe ser calentado y
moldeado por fuego y agua. Así también Dios nos hace pasar
por tribulaciones y pruebas difíciles para fortalecernos
interiormente. Porque si nos usa y nos quebrantamos
fácilmente cómo podríamos servirle. De modo que la persona
que Dios quiere usar, pasa por muchas tribulaciones y
pruebas difíciles. Ya que por medio de tribulaciones y las
pruebas difíciles, se fortalece la fe y la dedicación a
Dios se endurece aún más. Un hombre que crece como una flor
dentro del invernadero no podrá resistir las tribulaciones
ni las pruebas difíciles. Un pastor debe pasar por muchas
tribulaciones y pruebas difíciles para ser usado por Dios.
Muchos pastores se dan por vencido a medio camino, porque
no pueden sobrellevar las tribulaciones y las pruebas
difíciles. Deben vencer las tribulaciones y las pruebas
difíciles para convertirse en una vasija digna del Señor.
Una de la razón que el Señor nos hace pasar por el horno de
fuego de tribulaciones es para endurecer nuestra dedicación.
Una persona que pase por el horno de tribulaciones no se
quebrantará fácilmente. Sobrellevará las tribulaciones para
luego glorificar a Dios. Existe en el mundo el horno de
fuego de tribulaciones y dolores. Pero a los que creen en
Jesús, unidos al horno de fuego de tribulaciones contamos
con el horno de fuego del Espíritu Santo. Después que
aceptamos a Jesús seremos llenos del Espíritu Santo para
que se manifieste en nosotros la luz de la fe, esperanza,
amor, justicia, paz y gozo. Una vasija cocida a fuego tiene
un color brilante. No es que lo cuece solamente al horno
del fuego sino que lo pinta con esmalte y lo mete al horno,
pasaremos por el fuego del Espíritu Santo para brillar de
un color hermoso de paz, gozo, esperanza, fe y amor.
Entonces Dios enviará a estas personas bien cocida para
todo el mundo para la gloria de Dios.
Un día el rey inglés George visitó a una fábrica de
cerámica. En el camino halló a dos jarrones. Lo curioso fue
que el uno brillaba y era muy hermoso mientras que el otro
estaba opaco. Y el rey preguntó “el uno tiene brillo y el
otro no, por qué” y el guía le contestó “el jarrón con
brillo es el que fue cocido en horno y el opaco es que
todavía no fue cocido en el horno”. Hay mucha diferencia
entre el hermano que pasó por el fuego del horno del
Espíritu Santo y el que no la pasó. El que está llenos del
Espíritu Santo brilla como el sol, pero el que no está
llenos del Espíritu Santo, todavía siente mucho el mundo,
por tanto, no tiene brillo del cielo sino del mundo. El
hermano que entró al horno del fuego del Espíritu Santo
está lleno del brillo de esperanza, fe, amor, justicia, paz
y gozo para anunciar el evangelio a todo el mundo. De
manera que no pasamos solamente por el horno de fuego de
tribulaciones y pruebas difíciles sino también del fuego
del Espíritu Santo. El Apóstol Pablo habló a los efesios
“Fuistes llenos del Espíritu Santo cuando creistéis”. Debe
llenarse del Espíritu Santo. Para brillar como la gloria de
Dios. Las tribulaciones y las pruebas difíciles nos ayudan
a fortalecernos interiormente y la dedicación y la
fidelidad deben ser cocidos por medio del fuego del
Espíritu Santo. De modo que debemos llenarnos del Espíritu
Santo. Debemos ser bautizados por el Espíritu Santo.
Entonces podremos manifestar la gloria de Dios no solo
dentro del hogar, sino en la sociedad, y en el mundo entero.
Dios nos escogió a nosotros los barros abandonados y nos ha
dado una forma, una vasija hermosa para guardar la gloria
de Dios. Esto es un motivo más para servir y adorar a Dios.
¿Cómo podría usar Dios a una persona como yo? Ayer en la
plaza del ayundamiento hubo un Expo de los servicios
voluntarios de la sociedad cristiana. Allí prediqué. Ante
de mi prédica una hermana llamada Hee Ya tocó el piano, fui
grandemente conmovido. Estuve sentado con ella en la sala
de espera, ella no tiene piernas, solamente la rodilla,
solamente tenía dos dedos en cada mano. Sin embargo,
escuchando el sermón de otros pastores, ella aplaudía con
los cuatros dedos. Entonce comencé a meditar, yo tengo el
cuerpo saludable, ella solamente la rodilla y cuatro dedos,
pero ella brilla como el sol y el amor que ella siente por
Dios es inmenso, me avergoncé de mí mismo. Ante de mi
predicación ella tocó el piano y tocaba de una manera
maravillosa. Entendí entonces que si tiene sueño y fe nada
es imposible. Si no se da por vencido, si tiene sueño, y la
fe firme de que todo es posible, nada ni nadie podrá
detenerle. Mirando el espectáculo como ella tocaba el piano,
pensé entonces que los escogidos de Dios sea cual sea la
circunstancia en que se halle Dios las usa. Pero si habla
continuamente yo no puedo, es imposible, y se desanima y se
desespera y se da por vencido, entonces Dios verdaderamente
no podrá usarle; pero si se presenta y se rinde y se sujeta
al Señor y deja en sus manos la vida, llenándose de
positivismo, sueño y fe sea cual sea la circunstancia que
se halle será usado.
Fanny Crosby nació ciega, pero escribio 500 himnos de
alabanzas a Dios. Entre ella “Cristo es guía de mi vida”,
“Dulce consuelo” y otros. Aunque nació ciega no se desanimó
de su situación, sino que se llenó de sueño y de fe y se
presentó ante Dios y él lo moldeó de tal manera que la usó
como compositora de letra de himnos.
Helen Keller era ciega, sorda y muda. Aún así obtuvo tres
títulos del doctorado e influenció a millones de personas.
Si usted es ciego, sordo y mudo tal vez se de por vencido,
pero ella dependió de Dios, y Dios la moldeó de tal manera
que la llenó de gloria.
La famosa cantante de himno Rena María también nació sin
los dos brazos y una pierna y la otra es corta. Pero ella
ganó dos medalla de oro en la Olimpiada para los
minusválido en la natación; ahora con una voz del cielo
alaba a Dios y toca a muchas personas. Cualquiera pudo
darse por vencido de su situación, pero ella se presentó
ante Dios con lo que tiene y Dios usó aquel barro y lo
moldeó para que se convirtiera en una vasija de uso
glorioso. Pero que decimos nosotros los que contamos con
dos brazos, con dos piernas normales; decimos yo no puedo,
es imposible. Muy fácilmente nos desanimamos y nos quejamos
y murmuramos, es una vergüenza. Sea cual sea nuestra
situación, si nos presentamos delante de Dios, el barro en
las manos de Dios será moldeado de tal manera que él lo
convertirá en una vasija de uso glorioso. Él es el alfarero,
el Dios Todopoderoso y Omnipotente, para él nada es
imposible. Dios nos llamó, y él desea primeramente
quebrantarnos, darnos formas y luego cocer en el horno para
que nos convirtamos en una vasija gloriosa para uso
glorioso. Hermanos amados, ustedes son las vasijas
preciados de Dios. Ustedes podrán ser usado de una manera
especial para la gloria de Dios. Así él desea que le
entreguemos a nuestro ser, para luego someternos al horno
de fuego de tribulaciones y pruebas difíciles. No tema,
porque por medio de ella, Dios nos formará aún más hermoso.
Por medio del horno del fuego del Espíritu Santo saldremos
como una vasija incomparablemente hermosa, llenos de la
gloria de Dios. Pues, Dios nos escogió a nosotros que
estábamos abandonados como cualquier barro en la calle,
para formar de nosotros una vasija de gran valor, llenos de
la gloria de Dios. Aunque para los demás no valgamos mucho,
en las manos de Dios seremos transformado para uso glorioso.
A los 17 años caí enfermo de tuberculosis, y pensé que todo
se acabó conmigo. No tenía más esperanza. Durante ese
tiempo en mi país muchos estaban sufriendo de tuberculosis
y estaban perdidos sin esperanza a la vida. Realmente el
dolor que padecí es inefable. Pero entró Jesús a mi corazón
y entregué mi vida en las manos del Señor y el Señor ha
hecho de mí una vasija para servir a los demás. Como pastor
de iglesia más grande del mundo. Ésto no se hace con fuerza,
ni con poder sino por medio del Espíritu Santo de Dios. Por
tanto, le apremio que nunca se desanime, porque Dios es el
alfarero y nosotros su barro. Para Dios nada es imposible.
Dios nunca comete error cuando moldea el barro. Pues no
diga yo no puedo, es imposible. Si fue llamado por Dios, él
querrá usarlo. Déjese en sus manos y ore y alabe. Piense
positivamente. Tenga sueño y fe. Confiese yo sí puedo, todo
es posible. Agradezca y alabe a Dios. Y él hará de usted
una vasija de gran valor y hermoso.

Oración
Dios llenos de amor, tú eres el alfarero y nosotros el
barro. Aunque tenemos una vida no digna para tu ministerio,
tú nos llamaste, quebrántanos, moldéanos y límpianos como
barro digno para ser formado para la vasija. Cócenos en el
horno de fuego para que la vida sea más hermosa. Sabemos
que nosotros nada podemos hacer, por tanto, nos entregamos
delante de tí. Forma de nosotros una vasija conforme a tú
voluntad y deseo para tú gloria y honra. Oramos en el
nombre de Jesús. Amén.

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