Transformaciones - C - Sluzki - 2014

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TRANSFORMACIONES: UNA PROPUESTA PARA CAMBIOS

NARRATIVOS EN PSICOTERAPIA

Carlos E. Sluzki
Rev. De Psicoterapia/ Vol. VI nº 22-23, pp; 53-70
Cottage Hospital, Santa Barbara, CA.

When problematic-symptomatic behaviors are conceived as embedded,


retained, and mantained in collective stories, therapy can be described as the
transformative process by which patients, families, and therapists co-generate
qualitative changes in those stories. An emphasis on narratives allows one to specify
further how those transformations unfold at the more “micro” level of the exchanges
that take place troughout the consultation. To that especification is devoted the core of
this essay, which closes with a discussion of the clinical, training, and, specially,
research potentials of this systematization.

Una familia consulta a causa del comportamiento obsesivo compulsivo


reciente e intenso de un ama de casa de 56 años que limpia incesantemente
mientras llora sin parar. En el curso de la primera entrevista con ella, con su
marido de 65 años y con su hija de 19 años, se obtiene la siguiente
información.

- Su hija, que es su mejor amiga y aliada, y que nació el mismo día que
moría la abuela materna, está a punto de marcharse de casa para ir a
estudiar a una Universidad situada a más de 3000 millas:
- su marido es un adicto al trabajo; hay poca intimidad en la relación de
pareja:
- la mujer tiene pocos contactos sociales fuera del núcleo familiar:
- ella nació en Irlanda y su marido es de ascendencia griega.

Imaginemos que la noche anterior a esta entrevista has estado leyendo un


libro sobre el ciclo vital de la familia. Con este modelo en la mente, a lo largo
de la conversación terapéutica, ampliarás selectivamente los datos que en
relevantes para este modelo. Como resultado la familia generará en respuesta
a tus preguntas una descripción del “síndrome de nido vacío”. Juntos,
comenzareis a explorar diversas soluciones posibles al problema, y la familia,
habiendo adquirido una nueva comprensión del problema, te pedirá una
segunda sesión.

Pero tal vez la noche anterior has leído material sobre pérdidas y duelo.
Utilizando este punto de vista, la conversación terapéutica realzará información
relevante de este modelo. La familia habla sobre la muerte de la madre de la
paciente, que coincidió con el nacimiento de la hija. A causa de esta
coincidencia, los lazos con la hija se hicieron mucho más fuertes. Nunca se
habló de su muerte ni nunca fue elaborado el duelo. En este punto de la
entrevista, la paciente llora, la hija solloza, al marido se le cae la lágrima y tus
propios ojos se humedecen. Conjuntamente generáis un ritual de duelo por la
muerte de la abuela, considerado necesario para que la paciente deje irse a la
hija sin riesgo de reaparición de los síntomas en un intento inconsciente de
retenerla. Todos sentís que habéis dado en el clavo.
Transformaciones: una propuesta para cambios narrativos en psicoterapia C. Sluzki

Sin embargo, ¿qué hubiera sucedido, si en vez de las lecturas


anteriores, hubieras estado repasando el clásico de Minuchin (1974)
Families & Family Therapy? Probablemente habrías prestado atención,
desde el principio de la entrevista, a la distribución de los asientos, a los
subsistemas familiares, a las alianzas interiores. Habrías notado la
estructura sesgada de esta familia, con una alianza intergeneracional
madre-hija que ha marginado al padre. Para contrarrestarla habrías
promovido una interacción, favoreciendo la toma de decisiones por parte de
la pareja con el obejto de dar poder al padre y marginar a la hija. Incluso
habrías generado una conversación “normativa” que les hiciera ver cuán
aislado se ha sentido el padre y cuán inadecuadamente preocupada ha
estado esta hija respecto al bienestar de su madre. Todo el mundo
marcharía de la sesión con una descripción transformada del problema y
con nuevas esperanzas acerca de su futuro.

Las cosas hubieran sido totalmente diferentes, sin embargo, si durante


“la famosa noche anterior”, hubieras leído material sobre aspectos
transculturales en terapia familiar (lo que habría favorecido conversaciones
sobre el contraste entre las expectativas matrimoniales de griegos y de
irlandeses); o la literatura sobre ética relacional (que llevaría a una
discusión sobre antiguas deudas no pagadas, sacrificio y lealtades
familiares); o un artículo sobre feminismo (que dirigiría el discurso colectivo
a discutir la trampa existencial de cómo los participantes han minado
cualquier esfuerzo de la mujer para desarrollar su propia voz.

¿Cómo es posible? ¿Cómo es que familias y terapeutas son capaces de


hablar con emoción, intensidad, pertinencia, y convicción sobre tal variedad
de temas? ¿Cómo es que cada una de las sesiones hipotéticas con esta
familia han generado historias igualmente plausibles que explican de
manera tan diversa las causas del problema y/o sus raíces? Y, lo que es
más sorprendente, ¿cómo es posible que se haya generado cambio a
través de caminos tan distintos?

La respuesta puede encontrarse en un elemento común: en cada caso


se construye conjuntamente entre terapeuta y familia un relato alternativo,
plausible, usando elementos de una o más historias que la familia trajo
consigo al venir a terapia. Cada relato o narrativa alternativa se estructura
alrededor de un mito o tema culturalmente disponible; cada uno contiene su
propio elenco de actores su escenario y su trama; cada uno tiene sus
propias suposiciones lógicas, morales, éticas, y de comportamiento. Al
mismo tiempo que las narrativas se transforman, la historia original que
contiene el problema pierde su predominio, y el problema se redefine; se
convierte en un no-problema o incluso en una bendición encubierta. El
problema en su nueva presentación se vuelve accesible a soluciones, o
deja de ser el foco; se disuelve. La consulta ha conseguido sus objetivos.

NUESTRO MUNDO CONSTRUIDO SOCIALMENTE

Nuestro mundo se constituye en y a través de una red de relatos o


narrativas múltiples. Esta ecología de relatos con diferentes niveles de

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dominancia en diferentes momentos y en diferentes contextos, establece los


marcos a través de los cuales nos volvemos conscientes de nosotros
mismos y de los otros, establecemos prioridades, reclamamos o
rechazamos deberes y privilegios, establecemos prioridades, reclamamos o
rechazamos deberes y privilegios, establecemos normas acerca de
conductas apropiadas o inapropiadas, atribuimos significados, y ordenamos
los hechos en el tiempo (Gergen, 1982; Shoetter, 1984). Desde esta
perspectiva, el lenguaje no es representacional; lo que llamamos “realidad”
consiste y se expresa en las descripciones que uno hace de los hechos,
gente, ideas, sentimientos y experiencias. Estas descripciones, a su vez,
evolucionan a través de interacciones sociales configuradas a su vez por
estas descripciones: el discurso produce los encuadres dentro de los cuales
la acción social tiene lugar (Harré, 1984), una proposición que nos recuerda
la noción de Bateson de que la mente es social.

Aplicado específicamente a las conversaciones terapéuticas, el punto de


vista construccionista en el relato –o narrativas- permite una descripción del
cambio terapéutico, basado en la práctica, que transciende los temas
dominantes específicos (por ejemplo, el ciclo de vida familiar, pérdidas y
duelos, familia de origen). Este encuadre permite afirmar que un encuentro
es terapéutico cuando, en su curso, se produce una transformación en los
relatos dominantes de la familia, de tal manera que permitan incluir nuevas
experiencias, significados, e (Inter.)Acciones, y una reducción de la
cohesión temática del conjunto de historias sobre los comportamientos
problemáticos-sintomáticos.

El objetivo del terapeuta es facilitar tal cambio en relatos específicos o


en la relación entre ellos. Ya que las historias se alojan en el reino
compartido del consenso, los terapeutas intentarán generar un clima de
conversación que facilite cambios de consenso: mantendrán una actitud de
empatía respecto al sufrimiento y las dificultades de la familia y de interés y
curiosidad sobre sus ideas; favorecerán una postura optimista de
connotaciones positivas; y contribuirán activamente a guiar la conversación
terapéutica hacia cambios en la narración colectiva.

¿Qué hace el terapeuta después? Para empezar, los relatos –


estructuras narrativas- son sistemas semánticos autorregulados, que
contienen una trama (qué), personajes (quiénes), y escenario (dónde y
cuándo). Estos componentes de la narrativa, a su vez, generan y
mantienen la cohesión lógica de la historia y son mantenidos por ella,
impidiendo las interpretaciones alternativas (Gergen & Gergen, 1986) [1].
Cada historia dada, está a su vez, incluida en una complicada red de
narrativas recíprocamente influyentes. Individuos, familias, y conjuntos
sociales de mauro tamaño habitan este sistema de múltiples narrativas y
organizan sus vidas tomando decisiones de acuerdo con las historias
dominantes.

En el curso de la conversación terapéutica, el terapeuta explora la


organización de los relatos colectivos sobre la problemática familiar y, a
través de preguntas y comentarios, favorece ciertos tipos de transformación

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en la naturaleza de los relatos, en la manera de contarlos, y/o en la relación


entre ellos. Debido a su recursividad sistemática, cualquier alteración no
trivial en el contenido de una historia, así como en la forma de contarla,
descenderá cambios en la trama, personajes, escenario y tema, afectará a
los corolarios morales y de comportamiento de la narración, y reposicionará
la dominancia relativa de unos relatos sobre todos aquellos que constituyen
la ecología individual o familiar de los relatos. Estos cambios, a su vez,
alteran la experiencia del mundo de los narradores. Ya que estas narrativas
organizan, mantienen, sostiene, y justifican los problemas (conflictos o
síntomas), cualquier cambio importante en las historias dominantes o en su
relación recíproca afectará la manera en que se conciben, se perciben,
describen, explican, juzgan y representan los problemas. Tal cambio
proporciona acceso a nuevas soluciones (a lo que es, de hecho, una nueva
descripción del problema/conflicto), o a una formulación no problemática, o
al desvanecimiento de la gesta`t (sistema) perceptual-conceptual-
comportamental que constituye el problema.

Para que los nuevos relatos –o las nuevas relaciones entre historias- se
consoliden en la conversación terapéutica, deben evolucionar desde (y
contener elementos de) los viejos relatos “familiares”. Las historias
transformadas son habitualmente una recombinación del viejo relato en el
cual se introducen nuevos elementos –personajes, trama, lógica, corolarios
morales-, tanto por parte del terapeuta, del paciente o de la familia, o como
resultado de, por ejemplo, preguntas circulares, que se consolidan en todos
los participantes a través de la conversación terapéutica. La coherencia
derivada de la relación estructural entre los componentes de la narrativa y la
inclusión de la narrativa en relatos más vastos, así como las constricciones
del mundo histórico y material (constricciones culturales o evolutivas, mitos
dominantes) limitan el modo en que pueden construirse y transformarse las
historias. Un nuevo relato demasiado diferente del antiguo no sería
reconocido por los pacientes como suyo, y sería simplemente rechazado
como no pertinente. A su vez, si una nueva historia es demasiado parecida
a la anterior, no se “tendrá en pie” porque el viejo relato tiende a
reconstituirse a través de sus muchos enlaces con el mundo real que ya es
familiar a los pacientes.

UN DISEÑO DEL ENCUENTRO TERAPÉUTICO

Cada encuentro terapéutico es esencialmente idiosincrásico porque el


proceso y contenido de la conversación se entreteje con contribuciones de
todos los 0articipantes. Sin embargo, cuando se analizan los episodios que
caracterizan la evolución natural de una sesión, desde la perspectiva de las
narrativas, puede notarse que muchos terapeutas siguen un esquema
basado en los siguientes elementos, generalmente en secuencia si bien de
manera interpenetrada. [2]

1. Encuadrar el encuentro. Los primeros intercambios encuadran el


proceso, proponiendo y desarrollando elementos relacionados con el
poder (quién tiene qué derechos para definir la naturaleza del
problema y naturaleza y objetivos de la consulta; quién puede

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imponer qué y a quién) y la responsabilidad (quién puede generar


iniciativas; quién está al cargo de proponer y sancionar soluciones;
en qué área se localiza el problema; quién monitorizará el proceso:
en quién recae el mérito o las culpas del problema y de los cambios).
Estas interacciones son a veces explícitas, pero generalmente son
preguntas implícitas, transmitidas a través de conversaciones
sociales, distribución de asientos, intercambios de apertura, por parte
del terapeuta al igual que por parte del paciente y familia y otras
formas socialmente sancionadas de organizar el marco que
contextualiza la conversación terapéutica en un proceso que
establece áreas de acuerdo colectivo.

2. Generar y representar los relatos dominantes. El entrevistador


obtiene información acerca de la naturaleza y el contexto del
problema o conflicto, sus principales temas asociados, personajes,
lógica, ética y corolario comportamental.

3. Favorecer relatos o relaciones entre relatos a alternativos. El


entrevistador (a) obtiene nueva información o puntos de vista
alternativos de todos los participantes sobre los mismos hechos
mediante preguntas (lineales o circulares), comentarios, etc... y
subraya las excepciones que se desvían de o desafían los relatos
principales, y/o (b) prueba la tenacidad de los relatos principales
proponiendo puntos de vista no ortodoxos o comentarios
desestabilizadores sobre ellos, habitualmente a través de una
postura de connotación positiva.

4. Realizar (ilustrar) las nuevas historias. Una vez que el terapeuta se


da cuenta que resulta viable una alternativa a los relatos principales o
la relación entre historias (es decir, que la conversación puede
evolucionar hacia un nuevo consenso alternativo sobre corolarios
morales de conducta), intentará realzar selectivamente aquellos
puntos de vista alternativos, obteniendo y validándolos a través de
preguntas y comentarios adicionales. El objetivo de esta parte del
proceso es reforzar los nuevos relatos, o las relaciones alternativas
entre ellos, con una lógica más coherente y una distribución más
favorable de roles, etiquetas y posturas morales, para alcanzar un
consenso preliminar sobre las nuevas historias, la naturaleza del
problema y de su resolución, que reemplaza las antiguas. En
general, los terapeutas tenderán a favorecer relatos alternativos (o
relaciones alternativas entre ellos) que creen pautas evolutivas,
prospección, opciones, posibilidades de acción y corolarios morales.
[3]

5. Afianzar los nuevos relatos. El terapeuta puede escoger anclar las


nuevas historias a través de recomendar rituales post-sesión o tareas
específicamente diseñadas para reconstituir y reconfirmar los nuevos
relatos.

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Transformaciones: una propuesta para cambios narrativos en psicoterapia C. Sluzki

Esta descripción puede dar la impresión de que creo que “el terapeuta
hace” estos pasos siguiendo un diseño. Este no es el caso. Desde mi punto
de vista, el comportamiento del terapeuta se ve guiado por un conjunto de
posturas (por ejemplo, empatía, franqueza, curiosidad, supuestos de buena
intención y de connotación positiva) y guías conceptuales (privilegiando relatos,
sobre, por ejemplo, la familia de origen, ciclo de vida familiar, pérdida, secretos,
cultura), pero el proceso de la consulta “sucede” más bien de forma
idiosincrásica y se ve afectado por múltiples variables de la familia, del
terapeuta y del contexto. Sin embargo, el esquema o secuencia reconstructiva
propuesta más arriba le permite a uno trazar el perfil de un diseño que subyace
en la mayor parte de las sesiones conducidas por un terapeuta sistémico.

Lo que secuencia no especifica es cómo el terapeuta favorece los


relatos nuevos, cómo la transformación de las narrativas empieza a
configurarse en la práctica, al nivel material del discurso, a través de la
conversación terapéutica. Para abordar estas cuestiones, debería introducirse
un nuevo nivel de análisis, centrado en micro-prácticas, las cuales permiten
especificar y operacional izar procesos correspondientes al tercer paso del
diseño del proceso terapéutico discutido más arriba, a saber, “favorecer nuevos
relatos”, cuestión a la que se dedicará el resto de este artículo.

MICRO-PRÁCTICAS TRANSFORMATIVAS

Los relatos sobre problemas, síntomas o conflictos –las mil y una


respuestas a la pregunta “¿Qué le trae a terapia?” o “¿Qué puedo hacer por
usted?”- se organizan alrededor de personajes y de sus muchos atributos,
relaciones, y vicisitudes; las tramas y hechos, y el grado de capacidad de
acción de los participantes; el escenario y la incidencia que tiene en la trama;
los corolario éticos y los juicios de valor derivados del relato; y los corolarios de
comportamiento o consecuencias inevitables para los participantes. Además,
las historias pueden ser contadas de una manera en que el narrador –y
complementariamente, los otros- se ubican como protagonistas, espectadores,
testigos, o intérpretes de los hechos, y con varios grados de competencia y
credibilidad.

Las características específicas de cada una de estas dimensiones se


discutirán en detalle en las siguientes páginas, ya que son el centro de las
micro-prácticas transformativas de la psicoterapia (ver Tabla 1). Aunque por
motivos estrictamente didácticos, se expondrán por separado, debe señalarse
que muchas de estas dimensiones están conectadas inextricablemente, y que
un cambio en cualquiera de ellas afecta a cada una de las otras. A su vez,
cualquier cambio en un relato puede afectar su posición relativa en la compleja
red de narrativas que constituye la realidad individual y familiar. De hecho, la
definición misma de muchas de las categorías en este listado (y, por supuesto,
los límites pragmáticos entre ellas) están lejos de excluirse mutuamente [4].

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TRANSFORMACIONES
Dimensiones Cambios
En el tiempo Estático/Fluctuante
Nombres/Verbos
Ahistórico/Histórico
En el espacio No-contextual/Contextual
En la causalidad Causa/Efecto
En las interacciones Intra/Interpersonal
Intenciones/Efectos
Síntomas/Conflictos
Roles/Reglas
En los valores Buena/Mala intención
Sano/Enfermo
Legítimo/llegítimo
En el contar Pasivo/Activo
Interpretaciones/Descripciones
Incompetencia/Competencia

Tabla 1. Dimensiones y cambios transformativos en las narrativas.

Transformaciones en la naturaleza de los relatos

Transformaciones en el tiempo

Estáticas/Fluctuantes (cambios entre una descripción que no presenta


fluctuaciones temporales y otra que las presenta). Cuando alguien describe un
síntoma, conflicto, problema, o cualquier otro hecho como un fenómeno
estable, el terapeuta puede preguntar, por ejemplo,

“¿Cuándo te parece que tu madre se muestra más débil, por la mañana


o al mediodía?” o “¿Las peleas se hicieron más o menos pronunciadas
desde que empezaste el nuevo trabajo?” [5]

O el terapeuta puede simplemente amplificar las fluctuaciones que


fueron mencionadas por otro miembro, usando la “búsqueda de excepciones”
que orienta a las conversaciones en dirección de la generación de soluciones,
tales como las propuestas por Shazer (1985,1988). La incorporación de
fluctuaciones hace más fácil prestar atención a las excepciones.

-(“¿Qué pasa cuando el problema no está presente?”), a las muestras de


competencia.
-(“¿Cómo se hace para reducir la intensidad del problema entonces?”), y
a patrones y escenarios alternativos.
-(“¿Qué hacen los demás cuando los síntomas son más/menos
intensos?”).

Sin embargo, hay ocasiones en que el terapeuta quiere precisar una


condición constante, ocultada por las fluctuaciones. Esto se puede hacer a
través de subrayar un denominador común de las descripciones. El terapeuta

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puede preguntar, por ejemplo, “¿Existe algún tema en común en todos estos
episodios de peleas?”.

A la vez, la inclusión de una dimensión temporal en un relato carente de


ella, tal como la introducción de comparaciones entre el antes y el ahora, o
entre el ahora y el después, introduce en los hablantes una experiencia de
evolución, o de progresión de hechos que amplía su repertorio de
descripciones e interpretaciones del problema.

Nombres/Verbos (cambios entre definiciones estáticas de hechos


síntomas, características, personas y descripciones de acciones). Si se
describe a la gente o las situaciones con atributos inmutables, el terapeuta
puede preguntar:

-“¿Qué hace tu madre que te hace decir que es tan frágil?” o “¿Bajo qué
circunstancias se comporta de esta manera?”

La transformación de estados en acciones permite la generación de


contextos (“¿Bajo qué circunstancias...?”), fluctuaciones (“¿Cuándo es menos
intenso?”), cambios de foco en la atención (“¿Cómo reaccionas tú a estos
comportamientos?”), y así sucesivamente. Para una discusión elocuente
acerca de la importancia de transformar los rótulos diagnósticos en
comportamientos, ver Selvini-Palazzoli, Boscolo, Cecchin y Prata (1978).

Hay, sin embargo, relatos ricos en descripciones, pero que carecen de


corolarios generales, como cuando el narrador describe a los actores repitiendo
una acción sin proponer una categorización general. En esta circunstancia,
podría ser preferible una transformación hacia la nominalización. El terapeuta
puede preguntar, por ejemplo,

-“considerando todo esto, ¿cómo clasificarías a tus padres/a ti mismo?”.


Una nominalización puede inducir a los pacientes a asumir
responsabilidades o a llevar a cabo acciones reparadoras, anteriormente
bloqueadas por la forma descriptiva previa.

No histórico/histórico (cambios entre un relato carente de base y


contexto histórico y otro con origen, escenario, y evolución). Cuando el relato
transmite hechos carentes de contexto, el terapeuta puede preguntar sobre las
circunstancias, origen y desarrollo de los acontecimientos. La introducción de
la historia permite la generación de hipótesis explicativas, cambios en la
puntuación, connotaciones positivas, y detección de fluctuaciones,
excepciones, y patrones.

Hay relatos, sin embargo, que, dada su estructura histórica, atribuyen


toda la responsabilidad a circunstancias pasadas y asignan muy poca a los
protagonistas. En estos casos, preguntas que promueven un cambio de una
perspectiva histórica a otra ahistórica (¿Por qué me consultan ahora?”) pueden
iluminar nuevas alternativas viables estancamiento sintomático.

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Transformaciones en la dimensión espacial

No contextual/Contextual (cambios entre una historia que carece de


escenario y otra con contexto espacial). La introducción de la idea del espacio
nos permite especular sobre la forma en que el contexto afecta y es afectado
por los eventos, históricamente y en el presente. Si alguien describe un
síntoma, sentimiento, o comportamientos fuera de contexto, el terapeuta puede
preguntar por ejemplo: “¿En qué circunstancias se hace más/menos
perceptible este problema?”

Sin embargo, narrativas que se centran en variables contextuales –en


descripciones de escenarios y circunstancias- pueden beneficiarse con la
introducción de perspectivas descontextualizadas a través de comentarios tales
como,

-“Pero me parece haber entendido que ahora ya no bebes, entonces


¿Cómo explicas tus conflictos actuales?”,
es decir desconectando la responsabilidad del contexto histórico propuesto.

La introducción de escenarios alternativos complementa las


transformaciones en el eje “tiempo” discutido más arriba. De hecho, tiempo y
espacio son dos coordenadas que generan el cambio transformativo que sigue.

Transformaciones en la dimensión causal

Causa/Efecto (cambios entre un relato centrado en una supuesta causa


u origen del problema/síntoma y otro que incluye sus efectos continuos en uno
mismo o en los otros). Esta categoría se asocia a uno de los conceptos
básicos del enfoque interaccional, la noción de “puntuación de la secuencia de
hechos”, descrita originariamente por Bateson y Jackson (1964) e incorporada
como uno de los axiomas básicos de la comunicación humana por Watzlawick,
Beavin, y Jackson (1967). Esta noción alude a la naturaleza intrínsecamente
arbitraría (y consensual) de una descripción secuencial en procesos
interpersonales, con un supuesto de comienzo que ha sido acordado –aún
cuando a veces objetado vehemente- por los participantes. Muchas
transformaciones terapéuticas de relatos resultan de un cambio en puntuación
que cambia la atribución de culpabilidad o responsabilidad.

Si alguien está enganchado en un hecho pasado, que se define como la


causa del problema actual, el terapeuta pude explorar si el problema existió en
alguna forma o modo antes de la ocurrencia del hecho, o explorar de qué forma
otros fueron afectados por el hecho (definiendo la respuesta como
idiosincrásica y no genérica). Correspondiente, cuando un relato enfatiza los
efectos de un problema, puede ser útil explorar las teorías del paciente sobre
sus causas. Esto puede transformar un relato en otro referido a los contextos
de justificación o responsabilidad, el cual a su vez se puede desestabilizar con
una exploración en la dirección opuesta.

Transformaciones en la interacción

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Intrapersonal/Interpersonal (cambios entre descripciones de los atributos


de una persona y descripciones de los patrones de interacción) Si el narrador
se refiere a las cualidades personales de otro individuo (“Ella es una tozuda”),
el terapeuta puede incluir al narrador como actor, preguntando, por ejemplo,

-“¿Cómo reaccionas ante su tozudez?”


-lo que entonces se convierte en un punto de partida para (re)construir una
secuencia interpersonal en la cual los atributos intrapersonales se disuelven.
Por contrario, si la historia se centra en patrones interpersonales omitiendo las
cualidades personales delos individuos, preguntar sobre tales cualidades
puede ser útil para organizar descripciones alternativas. El terapeuta puede
preguntar, por ejemplo,

-“A lo largo de todas estas confrontaciones con tu madre, ¿quién era el


adulto y quien era el niño?; “¿Quién tenía que cuidar a quién?”.

La relocalización del sujeto de la historia –entre relatos centrados en uno


mismo y en otros- puede afectar la posición del narrador como agente o actor
responsable.

Las dos categorías siguientes son variaciones en el tema de cambios


entre atributos intrínsecos y patrones interpersonales, y también ilustran un
cambio entre nombre y verbo. Los incluyo en este listado debido a su
frecuente uso.

Intenciones/Efectos (cambios entre atribución de intención a una


persona o grupo durante un hecho dado, y discusión del efecto del
comportamiento de tal persona o de la dinámica de la situación). Cuando la
historia está ligada a atribuciones de intención negativas (a veces positivas) o
motivación de otros (o incluso de uno mismo), el terapeuta puede preguntar,

-“¿Y cuál fue el efecto de ese comportamiento en ti (o en otros)?” o “Si


alguien hubiera estado observando ese cambio como a espectador, ¿cómo
crees que lo describiría?”

Esta transformación se puede también revertir cambiando de efectos a


intenciones si la especulación sobre intenciones puede introducir alternativas
potencialmente viables en la historia actual. Por cierto, el terapeuta puede
también elegir favorecer cambios en la naturaleza del atributo en lugar de
cambios de la atribución al efecto.

Síntomas/Conflictos (cambios entre un relato basado en “expresiones de


transtorno mental” y otro basado en comportamientos recíprocos). Cuando
alguien habla sobre miedos, por ejemplo, el terapeuta puede preguntar,

-“¿Y cuál es el efecto de tus comportamientos relacionados con el miedo


en los demás (si el que narra es el que tiene los síntomas), o de esos
comportamientos en ti (si el narrador habla sobre síntomas o problemas de
otros)?; y más tarde, “¿Y cómo reaccionas a sus reacciones?”

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Esta transformación abre una variedad de alternativas enriquecedoras


ya que permite generar patrones, contextos, excepciones, acciones
responsables, etcétera.

Una transformación en la dirección opuesta sería útil si un rótulo


sintomático pudiera permitir a uno añadir una dimensión contextualizadora o
explicativa. Un comentario tal como

-“¡Y como esperas pasártelo bien cuando estás deprimido!” Puede tener
el efecto de neutralizar la trampa silogística del mandato “¡Pásatelo bien!” con
el que uno se tortura a sí mismo.

Roles/Reglas (cambios entre descripciones que asignan a la gente


posiciones y conductas sancionadas socialmente y narrativas que incluyen
reglas interactivas, de las cuales pueden derivar roles como una consecuencia
colectiva). Si un relato caracteriza a individuos en términos de atribución de
roles (un padre severo, un feje opresivo, un marido dominante, una esposa
sumisa, una madre intrusiva, una hermana protectora, un hermano chivo
expiatorio), el terapeuta puede preguntar,

-“¿Respecto a quien se comporta esta persona de esta manera?”; “¿Era


tu madre intrusiva también con tus hermanas?”; “¿Considera también tu
hermano que el comportamiento del padre es severo?” O el terapeuta podría
decir, “Bien, si tú eres el chico malo (el torturador, el incompetente) en tu
familia, ¿quién acaba siendo el bueno (la víctima)?”

De hecho, una descripción aislada de un rol sustrae el relato del patrón


interpersonal del que forma parte. Esta transformación añade contexto, cambia
responsabilidades, enriquece el escenario.

Hay, sin embargo, roles definidos por nuestra cultura que merecen ser
destacados en una narrativa que los soslaya, para generar cambios en las
implicaciones previas. Así, un terapeuta podría preguntar.

-“¿Pero quién asumió el rol de madre, y quién jugó a hacer de hija?”

Transformaciones en valores de la historia

Estos procesos se centran en cambios axiológicos, esto es, en cambios


en el orden moral evocado por el relato. Esta transformación es un resultado
indirecto, frecuente, de otros cambios en la narrativa, la cual conduce a
cambios en la atribución de valores a hechos o a personas y a la ubicación de
atributos tales como bueno y malo, generoso y avaro, sano y enfermo, hermoso
y feo, sabio e ignorante, competente e incompetente. Sin embargo, también
puede ser el resultado de comentarios directos del terapeuta desde una
postura con connotaciones positivas, que conducen –o implican-cambios
dramáticos en los supuestos. Por ejemplo, si un paciente describe
despectivamente su propia conducta habitualmente intolerante para con sus
hijos como motivo de consulta, el terapeuta puede comentar:

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Transformaciones: una propuesta para cambios narrativos en psicoterapia C. Sluzki

-“¡Indica mucha responsabilidad y coraje haber decidido consultar sobre


comportamientos vistos de forma tan negativa! A lo largo de tu vida no has
tenido ejemplos de cómo ser paciente y cariñoso, por lo que más que cruel,
¡eres ignorante!”
añadiendo que la “ignorancia” es un atributo blando que no está
inmutablemente “grabado en el carácter”, ya que pude cambiarse a través del
aprendizaje.

Las siguientes subcategorías expanden y ejemplifican este punto.

Buena/Mala intención (cambios entre una atribución de intencionalidad


que es positiva y una considerada negativa). La madre describe a la hija
sintomática como “queriendo hacer volver loco a todo el mundo con sus
confrontaciones”, lo que implica una atribución de mala intención. El terapeuta
propone una re-rotulación del comportamiento problemático –de”confrontación”
a “firmeza”- en una postura de connotación positiva a la vez que orienta una
exploración hacia la historia familiar, que puede permitir anclar (a través de
anécdotas históricas) la eliminación de la atribución de la mala intención.

Sano/Insano (cambio entre atribuciones de locura –que implica sensatez


en otros- y de sensatez, sí es posible, en todos los participantes). El paciente
afirma:

-“Cuando bebo me vuelvo loco”,


el terapeuta puede comentar

-“lo que me comentaste que dijiste cuando estabas bebido puede no ser
agradable, pero tiene sentido para mí”,

Lo que pude cancelar el pretexto de estar enfermo, y cambiar toda la historia.

Legítimo/Ilegítimo (cambios entre razonable e irrazonable o entre lógico


e ilógico). Una mujer, en el curso de su consulta, describe con indignación que
su madre le dijo que prefería que durante este período de crisis no vivieran
juntas, ya que se pelearían todo el tiempo. El terapeuta comenta,

-“Una mujer bastante lúcida, tú madre!”

(Dicho en un contexto de confianza) destruye el supuesto de implícito acuerdo


sobre la “irracionalidad” de la madre, lo que permite un re-examen de la
descripción y de sus corolarios.

Transformaciones en la manera de contar la historia

Pasiva/Activa (cambios entre un relato en el cual el narrador es el objeto


y otros –incluido los síntomas- son los actores, y otro en el que el narrador es
un agente activo y, en consecuencia, responsable). Si alguien describe una
situación de la cual es víctima, el terapeuta, sabiendo que esta descripción
evita el tema de actor-agente, pude preguntar:

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Transformaciones: una propuesta para cambios narrativos en psicoterapia C. Sluzki

-“¿Y qué hiciste respecto a ello en el pasado?”

Una transformación de pasivo (víctima) en activo (agente) constituye una


forma poderosa de expandir el relato. Este pudo ser el caso, por ejemplo,
cuando los pacientes se describen como víctimas de síntomas o de relaciones
en las cuales la pasividad no ha sido impuesta por fuerza física, opresión
económica, o coerción ideológica. Sin embargo, un cambio en esta postura
pasiva puede ser difícil, además de indeseable, en relatos en los cuales el actor
pasivo es un niño, una mujer crónicamente abusad, un anciano frágil, o cuando
se sufre un dolor crónico, ya que una descripción alternativa corre el riesgo de
culpar a la víctima. En tales casos, es necesario favorecer primero la
descripción de pasividad o victimización a través de la evaluación contextual de
la falta de alternativas en aquel momento, como parte del proceso de devolver
cierto poder al sujeto.

En el transcurso de una discusión de esta dimensión, Raush (1990,


comunicación personal) propuso la siguiente matriz (ver tabla 2). Los relatos
que definen el problema como externo y la solución como dependiente también
de una fuente externa, evocan y provocan culpa o impotencia, o son evocadas
y provocadas por ellas. Los relatos que definen el problema como interno, y a
la fuente de solución como externa al narrador, generan una situación y
expectativas de salvación en un escenario interno al individuo, favorecen la
desesperanza y la culpa. Finalmente, los relatos en los cuales el problema se
define como externo al narrador, y el narrador es propuesto como agente de
cambio, llevan a la acción.

PROBLEMA

GESTIÓN EXTERNO INTERNO


EXTERNA Culpa o impotencia Salvación o perdición
INTERNA Acción Culpa o desesperanza

Tabla 2. Efectos combinados de la localización del problema y su gestión

Especificando la localización de gestión o potencial de acción y del


problema en un relato, obtenemos una matriz que nos permite escoger el
efecto temático favorecido por el relato. También permite inferir la dirección del
cambio favorecida por muchos terapeutas-descripciones en las cuales los
narradores pueden hacer algo acerca de los hechos que a su vez son
localizados como externos.

Una variación poderosa en el tema de esta transformación es la


estrategia de externalización, propuesta por White (1986) y White y Epson
(1990); véase también Tomm (1989). Consiste en una descripción de la
naturaleza de la relación entre el individuo o familia y el síntoma o problema
crónico que coloca a este último como a externo y disociado del self.
Representa al problema motivo de consulta como una lucha entre el problema
externalizado (“vida llena de aprietos”), que intenta conquistar territorio con
maniobras poco claras, tentaciones, trampas y el self individual o colectivo que

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Transformaciones: una propuesta para cambios narrativos en psicoterapia C. Sluzki

cuenta con el terapeuta para que le ayude a reconocer las estrategias útiles
para domar o expeler al intruso.

Interpretaciones/Descripciones (cambios entre supuestos acerca de


significados ocultos de los hechos y descripciones sobre estos hechos): si el
narrador se centra en suposiciones, atribuciones, o conjeturas que tienen que
ver con un hecho, el terapeuta puede preguntar,
-“¿Podrías describirme que pasó en realidad, como si hubiera estado
allí?”

Sin embargo, si las descripciones eluden explicitar alguna característica


común, o algunas intenciones por parte de los actores, el terapeuta puede
estimular al narrador a tomar una actitud más interpretativa introduciendo
preguntas como,

-“¿Y qué crees que les (te) motivó a comportarse de tal manera?”

Esta orientación transformativa fue también señalada más arriba en la


discusión de cambios de dinámico a estático, de verbo a nombre, de histórico a
ahistórico.

Incompetencia/Competencia (cambios entre una descripción que define


el narrador [o cualquier grupo del cual el narrador es parte, su familia, por
ejemplo] como inepto, y otro en el cual se destaca cualquier competencia): Si el
narrador se describe a sí mismo como un incompetente, ignorante o confuso, el
terapeuta pudo destacar la sabiduría que esta confesión supone, o la claridad
mental que se necesita para juzgar la confusión o describirla tan bien; o el
terapeuta puede hacer notar excepciones que muestren al narrador como
efectivo o inteligente. Los efectos de estos comentarios en el narrador pueden
ser bastante dramáticos. Por otra parte, el entrevistador puede escoger evocar
un cierto grado de incertidumbre en un narrador que intenta transmitir una
imagen perfecta de sí mismo, utilizando preguntas como:

-¿Cuál es la ventaja que ves en describirte siempre como perfecto? O


¿Cuál es el efecto habitual de esta postura en los otros?

La búsqueda conversacional de excepciones o externalizaciones –


ambas discutidas anteriormente- puede conducir progresivamente a un cambio
en las autoatribuciones tan frecuentes de incompentencia, enfermedad,
estupidez, que hasta entonces eran supuestos inmutables por parte del
narrador. Autoatributos tales como la incompetencia o competencia se pueden
atribuir a otros personajes distintos del narrador, lo que puede tener el efecto
de implicar la característica opuesta en el narrador. Por eso, cualquier cambio
en los atributos a otros afectará al narrador. También merece destacarse que
un terapeuta puede favorecer un cambio hacia la competencia en la posición
implícita o explícita del narrador, a través de mantener a lo largo de la
entrevista una postura respetuosa.

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Transformaciones: una propuesta para cambios narrativos en psicoterapia C. Sluzki

RECAPITULACIÓN

Cada categoría propuesta en la lista de micro-prácticas define una


dimensión de la narrativa, y las transformaciones se pueden favorecer
cambiando la descripción en dirección a cualquiera de los extremos o polos del
parámetro. Mis descripciones omiten cualquier recomendación respecto forzar
las narrativas hacia un polo específico de las dimensiones. Si bien el terapeuta
puede tener criterios generales acerca de qué constituye una “historia mejor
formada”. En la práctica de la psicoterapia, en momentos críticos en las
sesiones, los movimientos transformativos en cualquier dirección o dimensión
determinada se entrelazan frecuentemente con movimientos en la dirección
opuesta. Esta desestabilización de una descripción dominante puede tener el
efecto de generar en los participantes “un hambre de claridad” que tiende a
favorecer la producción de consenso alrededor de las nuevas narraciones. En
el transcurso de la mayoría de las consultas terapéuticas, sin embargo, los
terapeutas pueden decidir realzar características particulares de los relatos
cuando estimen que la forma potencial de la nueva historia ofrecerá al paciente
y a la familia un rango y una calidad de opciones mayores para resolver sus
problemas. De hecho, la dirección específica de la transformación de los
relatos depende del encaje evolutivo entre el estilo y alternativas de los relatos
dominantes de la familia, y la idiosincrasia, estilo y los modelos preferidos por
el terapeuta [6].

No cabe duda que muchos movimientos favorecidos por los terapeutas,


aunque contribuyan a organizar la narrativa; están lejos de ser “revolucionarios”
ya que los relatos alternativos ya han sido legitimados por el cliente como
también dominantes. Por ejemplo, cuando el cliente relata una descripción
ahistórica de su problema actual con el alcohol, el entrevistador pregunta sobre
los antecedentes alcohólicos en la familia (favoreciendo así un punto de vista
histórico), y el cliente comenta,

-“como ya se debe haber imaginado, mi padre fue un alcohólico, y, de


hecho, él me enseñó a beber”.

Aquí tiene lugar un paso de una descripción ahistórica a otra histórica


del problema, pero sin contener ninguna novedad (al menos en este momento)
desde la perspectiva del cliente. En otras ocasiones, sin embargo, el mismo
cambio puede abrir alternativas que, desde el punto de vista del paciente o la
familia, son totalmente nuevas –por ejemplo, evolucionando hacia la noción
que beber le hacer ser su padre, cuya muerte había sido siempre negada.

Es importante reconocer que el proceso transformativo se ve afectado


no sólo por el discurso del terapeuta sino también por otras experiencias que
pueden tener lugar en la sesión –tal como actuaciones de anclaje- o fuera de
ella –tal como tareas o ritos- que confirman el nuevo relato mientras
contradicen o desarman al anterior. Es importante volver a señalar que no es
“el terapeuta el que transforma”; el terapeuta genera una oportunidad para el
cambio, pero la transformación es el resultado del entero proceso terapéutico
propiamente dicho.

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Transformaciones: una propuesta para cambios narrativos en psicoterapia C. Sluzki

Finalmente, merece señalarse que esta taxonomía se centra en


componentes intrínsecos de las narrativas, y no intenta tratar de un modo
sistemático el próximo nivel lógico de la complejidad en este dominio, a saber,
el sistema de narrativas Inter.-influyentes del que el relato específico es parte.

CONCLUSIONES

El nivel de análisis de transformaciones propuesto en este artículo pude


tener implicaciones poderosas como herramienta clínica, de entrenamiento e
investigación, porque estas microprácticas yacen en la esencia del diálogo
transformativo de la terapia. Un énfasis en estos procesos puede enriquecer,
desde mi punto de vista nuestra capacidad para especificar nuevas
construcciones de teorías, práctica clínica, aprendizaje, e investigación en la
terapia sistémica basada en la narrativa.

En términos de sus implicaciones clínicas, esta descripción provee un


nuevo nivel de detalles del mapa de un territorio central para la tarea
terapéutica. Permite al clínico expandir su habilidad para desafiar la mayor
parte de las dimensiones de los relatos, más que la “especialización” en unas
pocas. Se puede aplicar este mapa, por ejemplo, a la práctica de la entrevista
circular ya que permite discutir no sólo la forma específica de las cuestiones
(Tomm 1987, 1988) sino también el foco específico así como la dirección del
cambio en la narrativa del paciente o la familia.

En cuanto a implicaciones para la formación, si uno evita la tentación de


usar estos ítems como unidades discretas o “ladrillos” sino que lo entiende
como un conjunto de herramientas para la toma de decisiones, este
vocabulario y su repertorio de dimensiones transformativas puede ser útil para
expandir la flexibilidad de las conversaciones terapéuticas. Como ocurre con
cualquier otra herramienta conceptual, los estudiantes pueden decidir aumentar
su habilidad transformativa en cada uno de estos parámetros. Sin embargo, si
este fuera el caso, se les debería recomendar que “lo olviden” después de
aprenderlo, por dos razones. Primero, una práctica sistémica requiere la
habilidad del terapeuta para relacionarse con las herramientas conceptuales de
manera instrumental y no sometido a ellas. Segundo, es importante evitar
confundir la rama de una transformación potencial particular con el árbol de un
relato concreto, y éste último con el bosque de la ecología de relatos en que la
gente está inmersa. De hecho, lo que muchos expertos llaman “intuición”
puede consistir precisamente en haber aprendido y haber después olvidado las
ideas y los modelos útiles.

En términos de las implicaciones para la investigación, la aplicación de


los parámetros propuestos en este artículo debería proporcionar un campo
interesante y potencialmente poderoso para la investigación a cerca del
proceso de cambio en terapia. Las variables que pueden tenerse en cuenta
para definir operacionalmente un acontecimiento transformativo incluyen (1) la
dominancia relativa y las características de un relato dado; (2) una intervención
del terapeuta –pregunta, comentario- a lo largo de una dimensión específica,
que desafía la estructura o dominancia del relato, o los atributos del narrador;
(3) un cambio correspondiente en el relato o en la relativa dominancia del relato

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Transformaciones: una propuesta para cambios narrativos en psicoterapia C. Sluzki

sobre otros (la falta de un cambio a lo largo de esta dimensión o polo puede
considerarse como un intento sin éxito, una no-transformación, incluso sí el
terapeuta lo utiliza más tarde –a no ser que sea el cliente quien lo utilice o
incorpore en su relato); y (4) la persistencia del cambio a través del tiempo que
puede añadir peso a un movimiento transformativo determinado.

A su vez, esta herramienta (1) puede permitir una nueva descripción


micro-analítica de la conversación terapéutica, y también un análisis de la
“historia natural” de la terapia individual, de pareja o familiar; (2) puede
subministrarnos nuevas maneras de estudiar lo que realmente tiene lugar en la
transformación de narraciones, incluyendo, entre otros, el proceso de desarrollo
de consenso, cambios y las diferentes formas con las que las familias, parejas
e individuos participan en el proceso de terapia;(3) también puede ofrecer
nuevos caminos operacionales para categorizar los estilos y las orientaciones
de los terapeutas, y la forma en que participan en el proceso de terapia; (4)
puede ofrecer ideas sobre el encaje entre estilos familiares y del terapeuta en
el proceso de cambio; y finalmente, (5) puede permitir el desarrollo de una
próxima generación de herramientas conceptuales nuevas, más poderosas que
superen a las que hemos propuesto en este artículo.

Hoffman (1981) ha señalado: “Hasta ahora el campo de la terapia


familiar que se ha mostrado más efectivo en términos de “cómo generar
cambios” que no en términos de especificar “qué cambiar”(p.176). El nivel de
análisis propuesto aquí define una región en la que se superponen el “cómo” y
el “qué”, y aporta nuevas ideas sobre una teoría de la praxis que puede
enriquecer a ambas. Aún más, este artículo ofrece el camino para empezar la
exploración de las propiedades sistémicas del concepto central del enfoque
construcionista, de segundo orden de la terapia: la compleja ecología de
narrativas que constituyen nuestro mundo social.

NOTAS AL TEXTO

[1] En nuestra práctica diaria, por razones a veces teóricas y otras de


simple preferencia, la mayoría de los terapeutas de familia organiza el diálogo
terapéutico alrededor de uno o varios temas centrales, tales como el ciclo vital,
la familia de origen, las polaridades de autonomía y dependencia, etnicidad,
cuestiones de género, pérdida y duelo, y otros por el estilo. Estos temas
actúan como fuentes imanes en el sentido que son realzados o subrayados
cada vez que aparecen en las narrativas de los pacientes, ya que coinciden
con los temas dominantes del terapeuta, hasta que resultan dominantes y
pertinentes para todas las partes, dando lugar así a una base fértil para las
prácticas transformativas. De hecho las preferencias temáticas organizan la
mayoría de escuelas u orientaciones en el campo de la terapia familiar. El
énfasis de este artículo en las transformaciones de las narrativas, no coinciden
ni refleja la manera en que la mayoría de los terapeutas familiares les gusta
hablar o escribir sobre lo que hacen.

[2] Esta secuencia sigue los pasos propuestos por Cobb (1991) en su
discusión de los componentes de la consulta de mediación. Cobb afirma que
aunque la mediación y la terapia presentan diferencias significativas, ambas

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Transformaciones: una propuesta para cambios narrativos en psicoterapia C. Sluzki

requieren el manejo de los procesos de comunicación en que emergen y se


transforman las narrativas.

[3] Pakman (1991) sugiere que la relevancia de una nueva historia –de la
construcción de una nueva realidad desarrollada en el curso de la terapia
puede evaluarse en base a tres parámetros: a) pragmático, esto es, nuevas
acciones observables por el sujeto en áreas problemáticas: b) ético, a saber,
respecto a la autonomía de todos los miembros significativos del sistema: y c)
estético, es decir, el movimiento desde el malestar el bienestar por parte de
todos los miembros del sistema en el campo problemático y temas asociados.

[4] Soy consciente del peligro de interpretar cuanto sigue como


recomendaciones estratégicas, es decir, como movimientos que el terapeuta
debería hacer o líneas que debería seguir. El lector debe entender, con todo,
que esta lista es reconstructiva más que prospectiva, en el sentido que intenta
especificar algunos movimientos del terapeuta en el transcurso de la
conversación, dadas ciertas condiciones de la historia, describiendo más bien
lo que el terapeuta hace que lo que debería hacer.

[5] Algunos de los ejemplos usados en las microprácticas constan de


afirmaciones, pero la mayoría son preguntas, en general de tipo circular. Ello
no es ninguna sorpresa si consideramos que las preguntas circulares son una
de las armas más poderosas de la conversación transformativa. Para una
discusión interesante sobre las preguntas circulares véase Penn (1982;1985) y
Tomm (1985,1987,1988).

[6] Una descripción lúcida de la singularidad de las intersecciones entre


los sistemas complejos –las realidades del paciente, la familia y el terapeuta-
puede verse en Elkaïm (1985)

Nota editorial

Este artículo ha sido publicado en Family Process, 1992 (31),217-213


con el título “Transformations: A Blueprint for Narrative Changes in Therapy”.

Agradecemos el permiso para su publicación.

Si concebimos las conductas problemáticas o sintomáticas como


engarzadas y sustentadas por historias colectivas, podemos describir la terapia
como un proceso transformativo a través del cual los pacientes, las familias y
los terapeutas co-generan cambios cualitativos en tales historias. El énfasis en
las narrativas permite especificar cómo estas trasformaciones se producen al
nivel más “micro”· de los intercambios que se producen a través del diálogo en
la consulta. Este trabajo propone una sistematización específica de este
proceso, para finalizar con una discusión acerca del potencial clínico, de
entrenamiento y de investigación

Traducción: Ariadna Villegas Torras

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