Sermones Terminados
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LA REDENCION
TEXTO CLAVE: Juan 3:16
INTRODUCCIÓN
El cristianismo entiende por Redención a la liberación que
Jesucristo hace del hombre, arrancándole del pecado,
restaurándolo a una situación de unión sobrenatural con
Dios y prometiéndole en el más allá un fin
bienaventurado.
I. LA PROCEDENCIA DE LA REDENCIÓN.
A. La Redención procede del Amor de Dios: Porque de tal
manera amó. Amor más grande mundo: no madre, no
patriota, si no Dios.
B. La Redención procede del Dios de Amor: amó Dios al
mundo. Dios primero: ¿Redentor o Creador? 1 Pedro. 1:20.
Salvación iniciativa de Dios. Jesús llora sobre Jerusalén San
Lucas. 13:34. Hombres han querido conocer a Dios Juan.
14:8. Al Dios de poder en el cielo. Al Dios de amor en el
calvario: crucifixión. El objeto del amor de Dios: mundo.
II. EL PLAN DE LA REDENCIÓN.
A. El plan de la Redención implica la entrega del Hijo,
que ha dado a su hijo. Rodeado de amigos y discípulos.
Jesús muere entre ladrones. Brazos abiertos cruz: abrazar
al mundo. Hace más: cambia su trono por una cruz, corte
por ladrones, su corona, por espinas, su cetro, su
divinidad, por humanidad, su vida por la nuestra.
El plan de la Redención implica la entrega al Hijo: para que
todo aquel que en él cree sea salvo. ¿Quién mató a Cristo?
Romanos, judíos, nosotros.
Muertes:
1. Cristo: murió por nuestros pecados Isaías 55:6.
2. Ladrón: murió en sus pecados.
3. Otro ladrón: murió a los pecados. Un ladrón: salvo de la
cruz. Otro ladrón: salvo del pecado. Cruz es suficiente para
todos. Eficiente para los que creen. ¿Pecado más grande?
No entregarse a Cristo: Juan. 3:36.
III. LA PROVISIÓN DE LA REDENCIÓN.
A. La provisión de la Redención es una salvación personal:
Hombres tres clases de cargas: pasadas, presentes y
futuras. Jesús: Venid a mí todos. Mateo 11:28. Puedes
comprar sueño: No paz. Comprar vacaciones: No descanso.
Dios ama a cada uno de nosotros como si no hubiera
ningún otro a quien amar. Muerte Jesús significó la
salvación del mundo.
B. La provisión de la Redención es una salvación
permanente: más tenga vida eterna. Una cosa es existir.
Otra es vivir. Muerte de Jesús: cuestión de vida eterna o de
muerte eterna Juan 19:30. Vida eterna algunos: En el
futuro. Jesús: hoy Juan 5:24. Conocer a Cristo: conocer vida
eterna sin límites Juan 10:10 y con Jesús Lucas 23:46.
CONCLUSIÓN.
Recordemos que toda la vida de Jesucristo es redentora,
aunque el sacrificio de su muerte es el momento
culminante de la obra de la salvación, por lo cual también
los hechos posteriores a la muerte de Jesús en la Cruz
tienen carácter redentor.
LA ADOPCION
TEXTO CLAVE: Gálatas 4: 4-5
INTRODUCCIÓN
Esta es otra fase de la Salvación y se compara a los
antiguos romanos que adoptaban niños hebreos y los
hacían miembros de sus propias familias y les hacían
compartir el status de sus propios hijos.
I. HECHOS GENERALES ACERCA DE LA ADOPCIÓN:
1. Somos por naturaleza hijos del diablo. Efesios 2: 3. 1
Juan 3:8. Romanos 3: 23.
2. A través de Jesucristo somos adoptados a la familia de
Dios. Juan 1: 12. Gálatas 4: 4-5.
Efesios 1: 5. Hebreos 2: 10.
3. Nos hacemos herederos de Dios y coherederos con
Cristo. Romanos 8: 17.
II. COMO SE EFECTUA LA ADOPCIÓN:
1. Se efectúa mediante la GRACIA. Romanos 4: 16-17.
Efesios 1: 5-6 y 11.
2. Se recibe mediante el ESPIRITU. Romanos 8: 15-16,
Gálatas 4: 4-7.
3. Se obtiene por la FE. Gálatas 3: 7 y 26.
III. EVIDENCIAS DE LA ADOPCIÓN:
1. Somos guiados por el Espíritu de Dios. Romanos 8: 14.
2. Estamos sujetos a la disciplina del Padre. Hebreos 12: 5-
11.
3. Andamos en amor. Efesios 5: 1-2
IV. LA BENDICIÓN DE LA ADOPCIÓN:
1. Somos HIJOS DE DIOS. 1Juan 3: 1-2
2. Tenemos un lugar de Refugio. Proverbios 14: 26.
3. Somos herederos de una herencia vasta
(A) PRESENTE: Romanos 8: 14-17, Gálatas 4:4-7. Efesios 1:
11, Hechos 20: 32.
(B) FUTURA: Colosenses 3: 24. Hebreos 9: 15.
1 Pedro 1: 3-4. Hebreos 10: 34.
CONCLUSION:
Así como una adopción literal lo hace a uno legalmente un
hermano o una hermana de todos los otros miembros de
la familia, así la ADOPCIÓN espiritual nos hace hermanos y
hermanas de toda la familia o pueblo de Dios. 2 Corinitos
6: 18.
LA JUSTIFICACION
TEXTO CLAVE: Romanos 3:24-26
INTRODUCCIÓN
A pesar de las circunstancias que vivimos en el mundo
entero en este momento, como creyentes tenemos
motivos suficientes para estar agradecidos con nuestro
Dios, para exaltar su nombre y llenar nuestra boca de
alabanzas al que vive por los siglos. Hoy y siempre
debemos recordar que hemos sido justificados por su
gracia. De eso debemos hablar hoy. El tema de la
Justificación por la fe, por la fe en acción, por la fe que
descansa en solo Cristo Jesús, el unigénito Hijo de Dios. Es
por él que Dios nos ha concedido la fe, es por él que Dios
nos ha concedido ahora formar parte de su pueblo, es
gracias a él que hoy podemos estar delante de su
presencia unidos a su iglesia universal rindiendo nuestra
admiración y reverencia total al que nos creó y nos ha
hecho parte de su familia. Todas estas maravillas de las
que hablamos son abordadas en esta carta en este
maravilloso tema la justificación. En los versos 24 al 26
vamos a meditar en esta Justicia de Dios que nos es
imputada, que nos es acreditada por la sola gracia de Dios,
consideremos hoy esta buena nueva: Justificados por su
Gracia.
I. DECLARADOS NO CULPABLES
Este es el significado legal de esta justificación. Este es
nuestro primer punto: declarado no culpable. Los jueces
de toda la tierra han sentenciado a los que creen en Jesús,
como dijo en los versículos anteriores; estos, y solo estos,
fueron declarados inocentes. Solo aquellos que creen en
Jesús pueden ser considerados por Dios como si nunca
hubieran pecado porque lo vieron a través de su Hijo,
Jesús, quien se hizo hombre, pero nunca pecó. Isaías. 53:9,
Hebreos. 4:15. Los que miran al ungido de Dios prometido
por él son declarados no culpables.
A. Por Dios mismo
No se trata de una consideración subjetiva del creyente, se
trata de un hecho legal plenamente establecido, Dios
mismo lo ha ejecutado, él ha exigido la satisfacción de su
ley, que demanda la sangre del pecador, y demandó esto
de Cristo, y así quedó satisfecha su justicia como seguirá
Pablo demostrando en esta carta. Por lo tanto, todo aquel
que se acerca a Dios por medio de Cristo, recibe esta
buena noticia, ya fue declarado por Dios mismo: no
culpable, ya no pesa sobre él la condenación que señala la
ley de Dios contra el pecado, porque Cristo pagó en su
lugar, Romanos 8:1. La deuda infinita que no podías pagar,
Cristo la pagó, por lo tanto, Dios no te ve como deudor
sino como cumplidor de la ley, porque esto es Cristo, el
cumplidor de la ley. A ti que con fe sencilla pero genuina te
has acercado a Cristo, que has venido a refugiarte debajo
de sus alas, el Señor Juez de toda la tierra, te declara no
culpable. Esta es la declaración más importante que
cualquier ser humano puede tener, y debe tener para
poder estar en pie delante de Dios el día que muera, y
cuando Cristo venga, ser hallado delante de él no culpable.
¿Tienes tú esta declaración, la has recibido, la crees
sinceramente? ¿Qué has hecho para merecerla?, ¿cuánto
crees que tienes que pagar por ella?. La Escritura nos dice:
“siendo justificados gratuitamente por su gracia”.
B. Gratuitamente
A nosotros no nos cuesta nada, no hay que hacer un pacto
económico para lograrla, No es necesario pagar para votar,
no es necesario ir al monzón ni a ningún lugar de
peregrinaje para dar satisfacción alguna. El Juez de toda la
tierra aborrece el soborno y no puede ser comprado por
nada ni nadie Deuteronomio 27:25, nadie nunca podría
pagar su deuda infinita de pecar contra un Dios infinito. No
hay nada que tú y yo podamos ofrecer a Dios para logar es
declaración “no culpable”, porque desde Adán todos
somos culpables del pecado, no solo de Adán como
nuestro representante, sino cada uno en particular hemos
pecado y por naturaleza somos culpables, y como se nos
decía en el verso 23, todos dejamos de alcanzar la gloria de
Dios. Por eso cantamos ese bello himno que dice: “con qué
pagaremos, amor tan inmenso, que diste tu vida por el
pecador”; no hay con qué pagar, no tenemos ni tendremos
jamás cómo pagar, aunque lloremos intensamente,
aunque hagamos lo mejor que podamos, nunca podremos
dar recompensa a Dios, nunca estaremos a paz con él por
algo que hagamos. Si a usted un hermano le presta dinero,
usted puede trabajar y pagarle en otro momento. Pero el
que ha ofendido infinitamente a Dios infinito no tiene
cómo pagar. La buena noticia nos dice que Dios ha decido
declarar “no culpables” a los suyos sin que éstos tengan
que pagar absolutamente nada. Así, es, escuchó bien, no
tiene que pagar absolutamente nada para ser declarado
justo delante de Dios, él te lo otorga a ti que crees en
Cristo, gratuitamente.
C. Por su gracia
La caridad perfecta de Dios es la que lo mueve a hacer
esto, su maravilloso amor que quiso expresar sobre el
miserable pecador, es la razón de dar, de otorgar, de
acreditar al vil pecador, su santa justicia, no hay una razón
distinta a su libre y soberana gracia, leamos, por ejemplo:
Efesios 1:3-10, Tito 3:4-5. ¿Por qué a ti, por qué a mi?, por
su libre y soberana gracia. ¿Por qué sin exigirnos pago
alguno?, por su libre y soberana gracia. Este es el Dios en
el cual creemos, esta es la verdadera y única justicia que
poseemos, la que nos es dada gratuitamente por la libre y
soberana gracia de Dios. Eres visto por Dios “no culpable”
solamente por su libre y soberana gracia, que a ti no te ha
costado absolutamente nada, pero esa gracia no viola el
carácter santo y justo de Dios, le costó a Dios mismo
entregar a su Hijo para darnos esa maravillosa salvación.
Justificados por su gracia nos dice que somos: justificados.
II. REDIMIDOS
Este es nuestro segundo punto, Redimidos. “Siendo
justificados gratuitamente por su gracia, mediante la
redención que es en Cristo Jesús” nos declara el apóstol.
Esta declaración de “no culpables” la recibimos
gratuitamente por la gracia de Dios, a través de la
redención efectuada, lograda por Cristo. A nosotros no nos
costó nada, a Cristo sí. Él logró nuestra redención, él nos
ha traído ahora al estado de redimidos, esto significa que
hemos sido: justificados.
A. Rescatados de la esclavitud
En eso conociste el acto de redimir, en libertar a un
esclavo de su condición, en la Biblia encontramos el
termino redención o redimir para referirse al pago del
rescate de un esclavo o de un animal, o de una herencia
que se hubiese perdido, ver Éxodo 6:6, Levítico 25:25, Rut
2:20. Pero especialmente hace referencia a la salvación de
Dios a favor de su pueblo, Salmos 130:8, Oseas 13:14,
Lucas. 24:21. Esto fue lo que hizo Jesús viviendo una vida
recta conforme a toda la ley de Dios, y pagando con su
propia vida para libertarnos de la esclavitud del pecado,
Tito. 2:14. Justificados por la fe nos enseña que Dios nos ve
“no culpables” gracias a que su Santo Hijo Jesús, pagó el
rescate a cambio de nuestra liberación. El pagó, él nos
rescató, ya no somos esclavos del pecado, ya no estamos
bajo condenación, fuimos redimidos.
B. Mediante el sacrificio del Ungido Jesús
“Siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante
la redención que es en Cristo Jesús”. Fue mediante la vida,
obra, muerte y resurrección de Cristo, que se dio el pago
completo que exige la ley de Dios, se ofreció el rescate
debido a nuestra malvada y desesperada condición
natural. Ya no hay quien nos pueda señalar como
culpables pecadores ante Dios, ya no hay diablo, no hay
demonio que pueda acusarnos, hemos sido redimidos por
Cristo. Ya no hay pecado ni fuerza del enemigo que pueda
dominar nuestras vidas, Cristo nos ha rescatado, ha dado
el precio exigido por Dios, y en aceptación de ese pago,
Dios nos ha declarado “no culpables”. Todo esto gracias a
nuestro bendito Jesús, el Ungido, el apartado por Dios de
manera especial para esta obra. El que siendo Dios se hizo
hombre, y habitó entre los hombres, para redimir a los
hombres. Bendito sea el nombre de nuestro Dios.
Hermanos, ¿cómo no celebrar el nombre de Cristo?,
¿cómo no reconocerlo y admirarnos ante él cada día?, él es
nuestro redentor.
C. El que Dios Señaló
“A quien Dios puso como propiciación por medio de la fe
en su sangre, para manifestar su justicia” señala el verso
25. Es Jesús el Hijo de Dios, a quien Dios colocó enfrente
suyo para aplacar su ira contra el pecado, para descargar
su ira contra el pecador que merece una sola sentencia por
haber violado la ley, por rebelarse contra el Santo, Justo y
Buen Dios. Nadie más podía hacer esto, nadie más podría
experimentar esto, pero Dios no escatimó su propio Hijo,
sino que lo entregó por todos nosotros Romanos 8:32.
¿Conoces a ese cuya vida fue puesta como propiciación,
como satisfacción de tu impiedad?, ¿te has rendido por
completo ante aquel que se puso entre el Padre y su
pueblo, para evitar que este pueblo se perdiera en el
infierno por toda la eternidad a causa de sus pecados? No
mires para otro lado, no busques a nadie más, mira
solamente a Jesús el Ungido de Dios, confía solamente en
él hoy y siempre, para que puedas disfrutar de su
redención.
III. COMPRADOS CON LA SANGRE DE JESÚS
En tercer lugar, al hablar de Justificados por su Gracia,
debemos considerar que fuimos comprados con la sangre
de Cristo. Otra vez, el verso 25 nos dice en la primera
parte: “a quien Dios puso como propiciación por medio de
la fe en su sangre”. Recibimos este rescate, lo abrazamos
solamente por la fe en esa obra de Cristo, a eso se refiere
la fe en su sangre. Por cierto, la preciosa sangre de Cristo
no es un talismán, un amuleto o un mantra como algunos
consideran al expresar que “se cubren con la sangre de
Cristo”, o “la sangre de Cristo tiene poder”. No
menospreciemos ni menoscabemos la preciosa sangre de
nuestro redentor con tales actitudes. La fe en la sangre de
Cristo nos señala a esa Sangre de Dios Vivo.
A. Derramada en pago del pecado
Recordemos lo que el Señor expresa acerca de la sangre,
que representa la vida, Levítico 17:11. Así, por ejemplo, los
sacrificios que se hacían como ofrenda por los pecados, de
la sangre de estos animales se esparcía sobre la tapa del
carca del pacto, llamada propiciatorio, Exodo 25:17-22.
Miren ustedes que entre el arca del pacto que representa
la misma presencia de Dios, y la ministración del sumo
sacerdote, había un propiciatorio sobre el cual esparcir la
sangre, y sobre el cual Dios se manifestaría a su pueblo y
aceptaría la ofrenda por el pecado. ¿De qué nos habla eso
sino de la obra de Cristo en la cruz?, nos habla de Cristo
mismo, cuya sangre es derramada en nuestro lugar en
pago de todos nuestros pecados, Cristo es nuestro
propiciatorio.
B. Que quita la ira de Dios
Dios Santo no puede tolerar el pecado, y no podríamos
estar delante de él y permanecer en pie, su santidad nos
consumiría inmediatamente Isaías 6:1-5, Isaías sabía que
ese era su destino, pero Dios se encargó de quitar su
pecado Isaías 6:6-7, y como ese propiciatorio recibía la
sangre para quitar los pecados del pueblo, Cristo quita
nuestro pecado, y quita de nosotros la justa ira de Dios
que merecemos a causa de nuestros pecados. De esto se
trata la fe en la sangre de Jesús, creer que él es la
propiciación de nuestros pecados ante Dios. Que su sangre
derramada en la cruz nos testifica que la ira de Dios ya no
está sobre nosotros, pues Cristo mismo la padeció en
nuestro lugar, veamos Isaías 53:5-11. La fe en su sangre
nos enseña que el que en él cree no es condenado, la fe en
su sangre es fe en acción, es aceptar como propio el
sacrificio de Cristo para poder ser aceptados delante del
Santo Dios. ¿Has aceptado este sacrificio?, ¿tienes fe en su
sangre?
CONCLUSIÓN
Tu y yo no tenemos nada que dar, nada que ofrecer, él lo
ha hecho todo, por su libre y soberana gracia, mediante el
rescate que Cristo pagó con su propia vida, derramando su
sangre por nosotros en el madero de la cruz. Esto es lo que
debemos creer, y en esto debemos vivir cada día. Sin
torcer a derecha ni a izquierda, sin dejar de confesar la
justificación para la gracia, sin pensar que podemos añadir
algo para recibir más de esa justicia; ya la sentencia ha
sido dada, ya somos legalmente inocentes, en base a la
justicia perfecta de Cristo, mediante el pago que hizo con
su propia sangre. ¿Somos agradecidos con el Señor por
esta justificación por su gracia?, ¿cómo expresamos tal
agradecimiento en nuestro diario vivir, en nuestras
relaciones, en nuestra forma de pensar?, ¿vivimos como
aquellos que han sido justificados por su gracia?, o
¿insistimos en tratar de justificarnos a nosotros mismos?
Que Dios nos conceda contemplar su maravillosa gracia y
responder a ella.
LA REGENERACION
TEXTO CLAVE: Juan 3:3
INTRODUCCIÓN
Vida nueva en Cristo resulta de la regeneración como
también la redención resulta de la expiación, la justicia de
la justificación y la santidad de la santificación. Dios
regenera, el hombre es renacido; Dios expía, el hombre es
redimido; Dios justifica, el hombre es justificado; Dios
santifica, el hombre es hecho santo.
I. DEFINCIÓN DE REGENERACIÓN
A. Nacer de nuevo
El que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios
Juan 3:3. Siendo renacidos, no de simiente corruptible,
sino de incorruptible, por la palabra de Dios 1 Pedro 1:23.
La vida que recibimos al nacer de nuevo es la vida
triunfante de Cristo que vence el pecado, el mundo y la
muerte. Es una vida incorruptible que verá el reino de
Dios.
B. Ser nueva criatura
De modo que, si alguno está en Cristo, nueva criatura es;
las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas
2 Corintios 5:17. La vida nueva no resulta de nuestros
esfuerzos para reformarnos, sino resulta de una obra
creadora de Dios en nosotros. Porque somos hechura suya,
creados en Cristo Jesús para buenas obras Efesios 2:10.
Observe que las buenas obras de Dios serán evidentes en
la persona regenerada. La vida después que el pecador se
arrepiente y se reconcilia con Dios se describe como una
vida nueva Romanos 6:4.
Habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos, y
revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que
lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno
Colosenses 3:9–10. El hombre nuevo no nace hasta que el
viejo sea crucificado Romanos 6:6.
C. Ser engendrado por la palabra
Pues en Cristo Jesús yo os engendré por medio del
evangelio 1 Corintios 4:15. El, de su voluntad, nos hizo
nacer por la palabra de verdad Santiago 1:18. El tema
principal en estos dos versículos es que la nueva creación
es engendrada por la palabra de Dios.
D. Ser lavado
Nos salvó, no por obras de justicia que nosotros
hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el
lavamiento de la regeneración y por la renovación en el
Espíritu Santo Tito 3:5.
INTRODUCCIÓN
Enumere brevemente las consecuencias de la caída del
hombre. Muerte espiritual a caminar independiente. Ya
no vive con principios sino razonando. Queda expuesto a
enfermedades. Tanto el hombre como la naturaleza
quedan afectados por el pecado. Fueron sacados del Edén.
(Génesis 3:1-8) ¿En qué consistió la promesa de Dios para
el hombre caído? Después de la caída, se vio el amor y
preocupación de Dios para proveer la salvación al hombre
a través de la Redención.
I. LA IMPORTANCIA DE LA SEGURIDAD
En la experiencia cristiana, la seguridad de que uno es
salvo por la fe en Cristo es esencial para el cumplimiento
de todo el programa de crecimiento en la gracia y el
conocimiento de Cristo. La seguridad es asunto de
experiencia y se relaciona con la confianza personal en la
salvación presente. No se debe confundir con la doctrina
de la seguridad eterna del creyente, la seguridad eterna es
una cuestión de doctrina, mientras la seguridad presente
es un asunto de lo que la persona cree en un momento
dado acerca de su salvación personal.
La seguridad presente depende de tres aspectos
importantes de la experiencia:
A) Comprensión de que la salvación provista en Cristo
Jesús es completa;
B) El testimonio confirmatorio de la experiencia cristiana;
C) Aceptación por fe de las promesas bíblicas de la
salvación.
II. COMPRENSIÓN DE LA NATURALEZA DE LA SALVACIÓN
Para tener una verdadera seguridad de salvación es
esencial tener una clara comprensión de lo que Cristo
obtuvo por medio de su muerte en la cruz. La salvación no
es una obra del hombre para agradar a Dios, sino una obra
de Dios en favor del hombre. Depende completamente de
la gracia divina, sin tener en consideración ningún mérito
humano. La persona que comprende que Cristo murió en
su favor y proveyó una salvación completa que se ofrece a
cualquiera que cree sinceramente en Cristo, puede tener la
seguridad de su salvación en cuanto cumple la condición
de confiar en Cristo como Salvador. En muchos casos la
falta de seguridad se debe a una comprensión incompleta
de la naturaleza de la salvación. Una vez que se ha
comprendido que la salvación es un obsequio que no
puede obtenerse por esfuerzos humanos, que no puede
merecerse y que está disponible como un don de Dios para
todo aquel que la reciba por fe, se ha echado una base
adecuada para la seguridad de la salvación, y la cuestión se
resuelve por si sola en la respuesta a la pregunta de si uno
ha creído realmente en Cristo. Esta pregunta puede ser
respondida por las confirmaciones que se encuentran en la
experiencia cristiana de una persona que ha recibido la
salvación.
Entre las diversas realizaciones divinas que en conjunto
constituyen la salvación de un alma, la Biblia da un énfasis
supremo a la recepción de una nueva vida de parte de
Dios. Más de 85 pasajes del Nuevo Testamento confirman
este rasgo de la gracia salvadora. La consideración de estos
pasajes deja ver el hecho de que esta vida impartida es
don de Dios para todo aquel que cree en Cristo Juan 10:28;
Romanos 6:23; es de Cristo Juan 14:6; es Cristo que mora
en el creyente en el sentido de que la vida eterna es
inseparable de El Colosenses 1:27; 1 Juan5:11, 12 y, por lo
tanto, es eterna como Él es eterno.
III. LA SALVACIÓN QUE NOS FUE DADA NO DEPENDE EN
ABSOLUTO DE NOSOTROS SINO DE DIOS.
Efesios 2:8-9 dice lo siguiente, Porque por gracia sois
salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es
don de Dios; y no por obras, para que nadie se gloríe. De
este versículo podemos extraer tres términos que al ser
entendidos cabalmente facilitarán nuestra comprensión
acerca de la salvación.
A. Fe: Podemos definirla diciendo que: Que es la adhesión
personal y voluntaria a la persona de Cristo, de su doctrina
y de su obra basada en la convicción de la fidelidad de Dios
y de sus promesas infundidas en el corazón por el Espíritu
Santo.
B. Gracia: En su sentido más elemental o típico en el Nuevo
Testamento tiene que ver con la actitud favorable,
soberanamente libre, gratuita de Dios hacia los hombres,
contribuyendo en virtud de su profundo amor, a la
salvación de los hombres aun cuando estos no lo
merezcan.
C. Don: Regalo o concesión gratuita de algo. Desde la
perspectiva de Dios es la salvación que obtenemos de Él
sin dar nada a cambio.
IV. LA SALVACIÓN DE LOS HOMBRES NO ESTA
CONDICIONADA A NADA.
¿Veamos lo que dice Romanos 8:35-39 ¿Quién nos
separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, angustia,
persecución, hambre, desnudez, peligro o espada? Como
está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el
tiempo; Somos contados como ovejas de matadero. Antes,
en todas estas cosas somos más que vencedores por
medio de aquel que nos amó. Por lo cual estoy seguro de
que ni la muerte ni la vida, ni ángeles ni principados ni
potestades, ni lo presente ni lo por venir, ni lo alto ni lo
profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar
del amor de Dios, que es en Cristo Jesús, Señor nuestro.
Absolutamente nada nos separará del amor eterno de
Dios. Que los padecimientos cotidianos no son una señal
del abandono de Cristo. Que aún en la muerte Dios nos
guardará para Él. Sostiene Calvino comentando este
pasaje: «Sea cual fuere lo que suceda, es necesario
agarrarnos de esta fe, sabiendo que Dios habiéndonos
envuelto en su amor, jamás nos abandonará.
V. UN CREYENTE AUN CUANDO HAYA PECADO NO PIERDE
SU SALVACIÓN
El apóstol Juan en su evangelio en el capítulo 10:27-30 nos
habla acerca del irrevocable compromiso de salvación
hecho por Dios en Cristo. Usando la analogía de las ovejas
que representan al creyente Cristo Dice: Nadie las
arrebatará de mi mano.
Sostiene un gran estudioso evangélico: Cualquier creyente
puede caer en pecado, pero el cristiano no puede perder
ante Dios su posición legal de justo, ni tampoco perder su
salvación, pues no se halla en manos de su defectuosa
voluntad, sino en las manos omnipotentes de Dios.
Quiero decir hermanos que la gracia de Cristo no nos
condena cuando pecamos, pero no retrae las
consecuencias de estos pecados. Si consideramos lo que
dice Romanos 11:29 Irrevocables son los dones de Dios.
Esto nos señala que: habiéndonos dado la salvación nos
preservará en ella hasta el día de la redención final cuando
se manifieste en su gloria total.
Romanos 8:1 dice: Ahora, pues, ninguna condenación hay
para los que están en Cristo Jesús, los que no andan
conforme a la carne, sino conforme al Espíritu, sino
conforme al Espíritu.
Muchos tienden a confundirse debido a que viven con casi
visceral temor a perder la salvación. Cualquier mal acto
que entrañe pecado les puede despojar de ella. Las
Escritura sostiene lo contrario I Juan 1:9 dice: Si
confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para
perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad.
El mismo Juan nos escribe en el capítulo dos de esta
epístola Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no
pequéis. Pero si alguno ha pecado, abogado tenemos para
con el Padre, a Jesucristo, el justo. Él es la propiciación por
nuestros pecados, y no solamente por los nuestros, sino
también por los de todo el mundo. Todas nuestras faltas
hallan perdón en la dulce compasión de Cristo, aunque no
debemos de perder de vista que cualquier permanencia
deliberada en el pecado nos puede poner en peligro
nuestra comunión con Dios, e incluso nuestra eterna
salvación.
ONCLUSIÓN
Hermanos amados, debemos vivir con la absoluta certeza
de nuestra salvación, esta nos fue dada por Dios en virtud
de su gracia y por la fe en Cristo.