Celebrando en Familia - Primer Domingo de Adviento
Celebrando en Familia - Primer Domingo de Adviento
Celebrando en Familia - Primer Domingo de Adviento
Amor en la
oscuridad
CELEBRANDO EN FAMILIA
PRIMER DOMINGO DE ADVIENTO
Este subsidio litúrgico ha sido elaborado por los Carmelitas de Australia y Timor-
Oriental pensando en este momento en el que no podemos estar presentes en la
celebración eucarística. Somos conscientes que Cristo no sólo se hace presente en el
Santísimo Sacramento, sino que también está en nuestros corazones. Incluso cuando
estamos solos seguimos siendo miembros del Cuerpo de Cristo.
El lugar que escojáis para esta oración, se recomienda tener una vela encendida, un
crucifijo y una Biblia. Durante el Adviento es apropiado tener una Corona de Adviento.
Estos símbolos ayudan a mantenernos conscientes de lo sagrado que es el tiempo de
oración y a sentirnos unidos con las otras comunidades locales que están orando.
La celebración está organizada para que sea presidida por uno de los miembros de la
familia y los otros miembros participen en ella.
Sin embargo, la parte del presidente de la celebración puede ser compartida por todos
los presentes. Recordad que mientras vosotros oráis en familia los carmelitas os
recordaremos a todos vosotros.
El Señor está aquí, presente entre nosotros. Cuando se enciende el cirio, todos dicen:
Estamos reunidos con toda la Iglesia en ¡Maranatha, ven Señor Jesús!
este momento de oración.
Oración inicial
Preparémonos para escuchar la Palabra Padre eterno,
Comenzamos el tiempo de Adviento El día de nuestra salvación cada día está más cerca.
preparándonos con la oración para La luz de tu Palabra crece constantemente
descubrir nuevamente el gran regalo a nuestro alrededor para traspasar la oscuridad
que Cristo es para nosotros. de nuestras mentes y encender nuestros corazones
Estamos llenos de una amorosa con tu amor.
esperanza, con un sentido de Con la luz y la palabra nos remodelas,
expectativa. aumentas nuestro anhelo
por Cristo nuestro Salvador
Rogamos a Dios: y haces que nazca tu Hijo en nuestras vidas
“¡Abre los cielos y desciende a nosotros!” para que pueda continuar dando vida al mundo
Somos el barro, tú eres el alfarero, Señor. y, podamos regocijarnos en su presencia,
Continúa modelándonos porque eres el Señor por los siglos de los siglos.
a tu imagen y semejanza. Amen.
Tiempo de Adviento
La palabra “advenimiento” significa aparecer, llegar, venir. El Adviento es el tiempo de preparación de la Iglesia para
celebrar el don de Dios, su Hijo. Nuestra liturgia recogerá los grandes temas de Adviento de esperanza, expectativa y
preparación. Durante el Adviento recordamos la venida de Cristo a Belén y esperamos su segunda venida al final de los
tiempos. El Adviento es un tiempo de gozosa expectativa.
El color predominante durante el Adviento es el morado. A diferencia de la Cuaresma, el Adviento no es tiempo de
penitencia. El color morado representa esperanza, expectativa, sanación. Es uno de los colores reales. Nos preparamos
para recibir al Rey,
“el Sol de la Justicia con la salud en sus rayos” (Mal 3,20).
La costumbre de la Corona de Adviento comenzó en Alemania en el siglo XVI y simboliza los años que el pueblo de Israel
esperó en la oscuridad la venida del anunciado Salvador. La luz de la corona crece constantemente durante nuestra oración
de Adviento.
El Adviento se divide en dos momentos. Los dos primeros domingos se centran en la preparación de la venida de Jesús al
final de los tiempos. Los dos últimos domingos se centran en la celebración del nacimiento de Jesús.
Los Evangelios de los cuatros domingos de Adviento tienen cuatro grandes movimientos: 1. ¡Estad Vigilantes! 2.
¡Prepararte! 3. ¡Regocijarte! 4. ¡Recibid!
El Adviento es un camino desde el ¡Maranatha!: ¡ven, Señor Jesús! al Enmanuel, ¡Dios con nosotros!