Reseña de Lectura El Mundo Del AT

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EL MUNDO DEL ANTIGUO TESTAMENTO

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Una Reseña de Lectura

Presentada al
Dr. Dominick Hernández

The Southern Baptist Theological Seminary

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En cumplimiento parcial

de los requisitos para 20200H WW

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Por

Manuel Antonio Rosario Sánchez

mrosariosanchez567@students.sbts.edu

7/4/2019
Packer J.I., Tenney Merril, William White JR, El mundo del Antiguo Testamento. Miami:
Editorial Vida, 1985.

Introducción

En Introducción a El Mundo del Antiguo, J.I Packer, Merrill C. Tenney y William


White Jr., unen su expertise académico para brindar al lector una vista panorámica de los pueblos

que más influyeron en la vida de Israel.

Packer es un teólogo emérito de la Iglesia Anglicana en Norteamérica, de tradiciones

calvinistas y graduado en la Universidad de Oxford, que tiene el privilegio de haber sido el editor

general de la English Standard Version. Tenney fue teólogo americano profesor de griego y

hebreo que sirvió como editor del Zondervan Pictorial Bible Dictionary y como parte del equipo

de traductores de la American Standard Bible y White es un renombrado teólogo e investigador,

quien además del libro en cuestión, escribió junto a los eruditos anteriores la valiosa obra: El

Mundo del Nuevo Testamento.

Los autores sostienen que el mundo del Antiguo Testamento, aunque similar en

muchos sentidos, es muy distante al nuestro y en tanto mejor lo conozcamos, mejor lo

entenderemos. De ahí que la tesis del libro podría sintetizarse como: A mayor conocimiento de

las costumbres, tradiciones y prácticas predominantes en el mundo del Antiguo Testamento,

mejor entendimiento de la literatura veterotestamentaria.

Resumen
El libro inicia con una sucinta, pero penetrante introducción sobre cómo las

experiencias narradas en el AT más que una simple creación literaria, son hechos reales,

documentados y comprobados en su mayoría. (5)

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A su vez, el documento reseñado, está compuesto por nueve capítulos que abordan

aspectos vitales del mundo antiguo, historia y cronología del Antiguo Testamento, arqueología,

así como un énfasis particular en pueblos que como los cananeos, los egipcios, los asirios, los

babilonios, los persas y otros, jugaron un papel determinante en la historia de Israel.

A mi modo de ver, los primeros cuatro capítulos plantean el estado de la cuestión,

estableciendo el fundamento para la tesis del libro, seguidos de un capítulo de transición y cuatro

capítulos finales que brindan ejemplos concretos sobre cómo se dio el proceso de interacción.

Los autores inician su argumentación con el siguiente planteamiento:

Tendemos a interpretar mal algunos pasajes de la Biblia, porque damos por sentado que los
sucesos y las ideas que aparecen en las Escrituras nos dicen todo lo que se puede decir
acerca de los tiempos bíblicos. No es así en absoluto. Para tener una perspectiva correcta de
los acontecimientos que narra la Biblia, necesitamos saber más acerca de la época en que la
Biblia fue escrita. No podemos traer hasta nosotros el pasado remoto, pero tenemos
suficientes pistas, como para que se abra un buen panorama de lo que la vida pudo haber
sido durante los tiempos bíblicos. (7)
En ese contexto el libro hace una sinopsis de las principales épocas de la historia de la

humanidad, a saber: La revolución neolítica, los estados religiosos arcaicos, el establecimiento

de los imperios, la época de Amarna, los estados multinacionales, la era de supremacía griega y

la era romana; las cuales correlaciona con los personajes bíblicos, arrojando luz sobre la

cosmovisión del hombre común de las distintas épocas. El escrito también hace mención de

múltiples hallazgos y sus aportes a la comprensión del texto bíblico, tales como los rollos de

Cumrán y las tablillas de Ebla. (8- 19)

Posteriormente los autores se centran en la historia del Antiguo Testamento en cuatro

secciones: 1) Desde la creación hasta Abraham, 2) Desde Abraham hasta Moisés, 3) Desde

Moisés hasta Saúl, y 4) Desde Saúl hasta Cristo (20). El recuento es sucinto, pero da al lector una

vista panorámica del Antiguo Testamento, hasta llegar al periodo intertestamentario y la familia

de los Macabeos, para luego apuntar al Nuevo Testamento. (36)

Los autores dedican un espacio importante a la arqueología, aludiendo al calendario

lunar judío, así como el procedimiento para la fijación de fechas bíblicas y el proceso de

corroboración con el calendario asirio. De suma importancia en este capítulo son los dos

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sistemas para deducir las fechas y la propuesta del erudito Edwing R. Thiele para intentar

solucionar el problema, así como las discusiones posteriores relativas al año ascensional. (39) La

sección analiza también varias opciones de cronologías anteriores y posteriores al diluvio, así

como relativas a las tribus del norte y del sur en que se dividió el pueblo Hebreo.

En su estudio sistemático, los autores pasan de la cronología a la arqueología, donde

analizan la posibilidad de una arqueología bíblica o si esta bien debería llamarse arqueología

Palestina (68).

Una declaración sumamente interesante en el contexto de las limitaciones de este


campo es la siguiente: “La verdad de la Biblia no es cuestión simplemente de datos, sino de

interpretación. Aun cuando pudiéramos demostrar la veracidad de toda la Biblia, eso todavía no

demostraría su significado redentor.” (69)

Por otro lado, es preciso mencionar que la arqueología también tiene sus ventajas al

hacernos conocer mejor el trasfondo de los hechos y es justo mencionar que con las técnicas de

estratigrafía y tipología, la referida ciencia ha avanzado significativamente. Se destaca además

los aportes de la arqueología moderna, especialmente en el área de la arqueología submarina y

los estudios prehistóricos. (75)

La importancia de las técnicas usadas por la arqueología queda evidenciada en el

espacio que los autores le dedican en el presente escrito, al intentar explicar la correlación entre

los hallazgos y la identificación de su propia época, según piedra, bronce y hierro. (84)

El capítulo cinco establece un punto de inflexión, ya que comprueba que el Israel del

Antiguo Testamento, no vivió en un vacío, sino que entró en contacto muy marcado con

cananeos, egipcios, babilónicos, así como otros pueblos. Es notable que estas naciones tenían

costumbres y creencias muy diferentes, tales como el politeísmo, la adoración de imágenes, los

sacrificios humanos, etc.

Es preciso también recordar que estos pueblos poseían sus propias literaturas, himnos,

días sacros, calendarios, sistemas de fechar, concepción del más allá y era inevitable que la

interacción de Israel con ellos, trajera algunos vínculos. (109-118)

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Los capítulos 6-9 profundizan en las particularidades de los principales de esos

pueblos que tanto influyeron en el mundo de nuestro Antiguo Testamento, comenzando

obviamente con Egipto, que de acuerdo a los autores es mencionado en el Antiguo Testamento

más de 550 veces.

Las explicaciones ofrecidas van desde la contextura y aspectos raciales, hasta las

creencias mismas de los egipcios. Es indudable que tanto su cultura, idioma, religión e historia

juega un papel determinante a la hora de leer el AT. Existe también similitudes y diferencias en

la literatura (137)
En cuanto a los babilonios y los asirios, como bien plantean los autores, provocaron la

caída de Israel (139). A su vez los autores ofrecen análisis interesantes de los sumerios, los

acadios, así como del levantamiento y caída de Nínive y el levantamiento de los babilonios y su

impacto en la religión de los sumerios (151)

El hallazgo ‘casual’ de Ugarit trajo luz sobre los cananeos y confirmó muchas de las

aseveraciones bíblicas sobre su proverbial maldad y depravación. El capítulo final se centra en

los persas, mismos bajo cuyo mandato transcurren los hechos a los que aluden libros como

Daniel, Esther, Esdras y Nehemías. Los autores concluyen con una exposición breve, pero

esclarecedora del impacto de los persas en el mundo de nuestro Antiguo Testamento.

Evaluación Crítica
El mundo del Antiguo Testamento, pese a haber sido publicado en el 1985, lo cual lo

colocaría en desventaja con otros libros más recientes, especialmente en el tema de los hallazgos

arqueológicos, se mantiene como un documento altamente valioso y relevante para el estudiante

moderno de las Sagradas Escrituras.

Es cierto que la frase “La tecnología moderna nos ha vuelto ciegos a la profundidad

del pasado” (7), se escribió hace 34 años y ameritaría ser revisada, aunque es evidente que sigue

siendo verdad.

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La tesis planteada apuesta por un incremento en la comprensión del texto bíblico, a la

vez que aumenta el conocimiento de las culturas que interactuaron con Israel. Entiendo que no

solo la tesis está muy bien planteada, sino que los autores estructuran muy bien el cómo lograrla.

Aunque estamos ante un volumen pequeño para un tópico tan amplio y tres autores tan

versados, observo que se tratan en orden lógico los títulos necesarios. El libro no tiene una

bibliografía exhaustiva, pero es posible que influya el momento en cual se escribió o bien el

prestigio de los autores. El libro sí documenta los hallazgos arqueológicos que ilustran los puntos

enfatizados, este es uno de sus puntos más fuertes.


Un punto que valoro mucho del presente escrito, es que los autores se esfuerzan por

analizar la historia secular en estricta relación con bíblica, así por ejemplo, cuando los autores

hablan de la revolución neolítica y sus caracteristicas, se aseguran de correlacionar este período

con los patriarcas de Génesis 5-9. Este aspecto, que puede ser contactado a lo largo del libro es

básico a la hora de ayudar al lector a entender y a correlacionar los hechos.

Entiendo además que los capítulos tienen una secuencia didáctica muy buena, al

iniciarse con una panorama general del mundo antiguo, que subdivide la historia en épocas, lo

cual hace que el estudio sea más manejable. En este sentido, aprecio también el hecho de que los

autores, no solamente se centran en el estudio de los hombres de renombres, sino que colocan un

énfasis especial en entender las costumbres y prácticas del hombre común.

Un aspecto muy positivo y que se puede observar con mayor claridad en el capítulo

tres, en el contexto de la cronología y las posibles fechas para los acontecimientos bíblicos, es la

apertura de los autores y la no imposición de dogmas.

Es refrescante analizar cómo los autores son capaces de colocar varios puntos de vistas

sobre la mesa, como cuando plantean los dos posibles sistemas para deducir las fechas (p.39),

pero a la misma vez es inspirador verles asumir una posición determinada, cuando entienden que

el texto bíblico tiene la claridad suficiente para hacerlo, lo cual se evidencia cuando

retóricamente preguntan ¿Hay razones para suponer que la costumbre de Israel era usar el

sistema de fechamiento por el año de la no ascensión? A lo cual inmediatamente responden. ‘Sí,

5
las hay’ pasando a justificar sus respuestas en una correlación entre la Biblia y la historia, digna

de sus credenciales académicas. (p. 40)

Es justo referir que los autores, dedican un tiempo especial al tema de la arqueología,

lo cual es de esperarse, dada la naturaleza del documento analizado. Los autores son lo

suficientemente cuidadosos de explicar al lector los alcances y las limitaciones de la arqueología,

así como un poco de sus técnicas de evaluación, las cuales sin lugar a dudas han avanzado, pero

la erudición del libro es innegable.

Juzgo de gran valor la correlación entre las distintas etapas: Piedra, hierro, bronce y
sus subdivisiones a la luz de los sucesos bíblicos. De igual manera, entiendo como sumamente

importante el que los autores enfaticen tanto las similitudes como las diferencias. Es cierto que

hay similitudes entre ciertas partes del libro de Proverbios y ciertos documentos de la sabiduría

egipcia o ente las leyes de Hammurabi y aspectos puntuales de la ley de Moisés, pero es muy

importante saber que estás en presencia de autores con presuposiciones cristianas, pero objetivos

al momento de sopesar los hechos.

Creo que los autores hacen un aporte crucial al evaluar los elementos sobresalientes de

las culturas paganas entres las cuales Israel se desarrolló, lo cual explica en cierta manera sus

deslices, aunque no los justifique. Los descubrimientos de Ugarit y su sistema de adoración,

ayudan a entender la razón del desvío de Jeroboam y el impacto de sus becerros idolátricos sobre

la adoración de Israel.

Finalmente considero muy acertado el hecho que los autores dediquen un espacio

especial a las principales culturas que moldearon la nación judía. Queda establecido que conocer

la cultura egipcia, la babilonia, la asiria, la cananea y la persa, permite entender el trasfondo

sobre el cual se desarrolla la nación judía y que como bien plantean los autores en la

introduccion, las Escrituras no nos dicen todo sobre los tiempos bíblicos.

Estoy de acuerdo con la tesis de los autores por la convicción con la que presentan los

hechos, así como por la claridad de los argumentos que la sustentan.

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Conclusión
Considero que el Mundo del Antiguo Testamento es un excelente libro, con una tesis

muy clara sobre la correlación existente entre el nivel de entendimiento de las culturas que

impactaron el desarrollo de Israel y la comprensión del texto bíblico. Según estimo, su mayor

debilidad es el tiempo de su edición (34 años), mucho tiempo, particularmente en campos tan

dinámicos como la arqueología, sin embargo, tiene la gran ventaja de ser un libro escrito por tres

de los mejores experto en el área.

Estamos frente un libro erudito, pero de fácil lectura, el cual me ha ayudado a entender

mejor el trasfondo y contexto del Antiguo Testamento. Además, este libro ha fortalecido mi fe al
ayudarme a correlacionar las fuentes bíblicas con las extra bíblicas y constatar la solidez del

texto bíblico. Recomiendo este libro a todo estudiante serio de la Biblia, sea estudiante, pastor,

profesor o erudito.

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