Virus Transmitidos de Forma Semipersistente
Virus Transmitidos de Forma Semipersistente
Virus Transmitidos de Forma Semipersistente
Independencia"”
FACULTAD DE AGRONOMÍA
CURSO:
Fitopatologia Agricola II
TEMA:
DOCENTE:
ALUMNO:
CICLO Y SECCIÓN:
VIII – “B”
ICA - PERÚ
2021
I. VIRUS TRANSMITIDOS DE FORMA SEMIPERSISTENTE
En general, la transmisión de modo semipersistente de virus se asocia con una
relación temporal entre el virus y el vector, en la que el primero permanece en los
primeros tramos del canal alimentario del vector y es transmitido mediante el proceso
de regurgitación que tiene lugar durante la alimentación.
La transmisión semipersistente se distingue por tener periodos de adquisición e
inoculación más largos que la no persistente (Palacios et al., 2002) pudiendo
mantenerse la capacidad virulífera del vector durante horas e incluso días. Sin
embargo, el virus sólo es retenido en el aparato digestivo del vector sin atravesar
barreras hematoencefálicas, a diferencia de los virus de transmisión persistente. Los
virus de transmisión semipersistente mejor caracterizados son los caulimovirus y
closterovirus. La adquisición del virus se produce en floema, y el vector precisa de
cierto tiempo para alcanzar este tejido, lo que explica que a mayores tiempos para la
adquisición, mayor sea la eficacia del proceso. El virus se considera que puede ser
retenido en la región del intestino anterior del pulgón (figura 2), aunque no existe
evidencia en firme que lo pruebe.
La transmisión del virus del mosaico de la coliflor (CaMV) es el caso de
transmisión de caulimovirus mejor estudiado La transmisión de este virus requiere la
asistencia de dos proteínas virales no estructurales P2 y P3 junto con la proteína mayor
de la cápsida de este virus P4. La región amino terminal de la proteína P2 interacciona
con el insecto vector (Moreno et al., 2005) y la proteína P3 media la unión entre la
proteína P2 y la partícula viral a través de la proteína de la cápsida P4 . Estudios sobre
la distribución intracelular de todos estos componentes virales parecen indicar que la
adquisición de estos productos por el insecto vector se produce secuencialmente
adquiriendo primero la proteína P2 y posteriormente la proteína P3 y el virión en forma
de complejos preformados.
En el caso de la familia Closteroviridae la transmisión ha sido estudiada
exhaustivamente puesto que incluye miembros causantes de graves pérdidas
económicas a nivel agronómico. Sin embargo, los conocimientos a nivel molecular que
rigen las interacciones entre estos virus y sus vectores son aún muy escasos. El
género Closterovirus es transmitido de forma semipersistente por pulgones. Existen
recientes estudios que parecen indicar que, al igual que en el caso de los caulimovirus,
proteínas virales no estructurales podrían estar implicadas en el mecanismo de
transmisión del closterovirus de la tristeza de los cítricos (CTV) (Herron et al., 2006). El
género Crinivirus es transmitido de forma semipersistente por mosca blanca. En este
caso la inoculación y la adquisición están asociados con la alimentación por parte del
vector en tejido Introducción 6 floemático (Johnson et al., 2002) y no parece haber
implicación de proteínas no estructurales de origen viral (Tian et al., 1999). Estudios
con el crinivirus de los amarilleos infecciosos de la lechuga (LIYV) han demostrado que
la proteína de la cápsida CPm (que forma estructuras diferenciadas en un segmento
terminal de las partículas) está implicada en la interacción con el vector y que cambios
puntuales en su secuencia imposibilitan la adquisición de partículas virales.
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De, F., Biologicas, C., Ma, E., Pasquín, & José López-Moya Gómez, J. (2007). UNIVERSIDAD
https://dialnet.unirioja.es/servlet/tesis?codigo=222656