Segundo Parcial de Ética Profesional - Tema 1

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Micaela Testa, Segundo Parcial de Ética Profesional

Segundo parcial de Ética profesional


Traductorado público en idioma inglés
Aula Virtual - UNLa 2021

Instrucciones:
 El objetivo de este parcial es que ustedes puedan expresar en forma
concisa, con un vocabulario propio y adecuado, los conceptos que
aparecen en las dos últimas unidades.
 El parcial consta de 4 consignas: la 1) y la 2) corresponden a la
tercera unidad y la 3) y la 4) a la cuarta unidad.
 Las respuestas deberán ser producto de una elaboración personal que
no debe exceder las dos páginas por pregunta.
 Los envíos deben ser realizados en Word, para una mejor corrección.
 El parcial deberá ser entregado a través del aula virtual dentro de las
4hs. desde el comienzo del mismo. La semana próxima estarán los
resultados.

Tema 1

1) ¿Qué es la ética aplicada? Considere en su respuesta las perspectivas de


Maliandi y de Cortina.
2) ¿Qué significa "profesión"? Tenga presente la caracterización que hace
Weber y las observaciones críticas de Cortina.

3) ¿Por qué es necesario en la elección de una profesión adoptar criterios


éticos? ¿Qué criterios deben tenerse en cuenta?

4) ¿Por qué son necesarios los códigos morales profesionales? ¿Qué diferencia
establecería entre un código moral profesional y uno jurídico?
Micaela Testa, Segundo Parcial de Ética Profesional

1) La ética aplicada puede ser vista desde dos enfoques distintos. Para Maliandi, la
ética aplicada es la tarea que realiza la reflexión moral cuando ha sido
adecuadamente ilustrada por la ética normativa. Es una forma de aproximar los
conceptos de ética normativa y la situación practica en sí, ya que la ética normativa
por sí misma no se ocupa de aplicar las normas, sino de determinar como y cuando
esa aplicación es válida. Por lo tanto, la ética aplicada viene a “rellenar” ese vacío y
le corresponde la legitimación de la aplicación. En la ética aplicada, por lo tanto,
convergen ambos niveles de reflexión: la ética normativa (por ser ética) y la
reflexión moral (por ser aplicada). Teniendo en cuenta todos estos aspectos que
incluye el concepto de ética aplicada, Maliandi plantea dos momentos o pasos que
la componen. En primer lugar, existe una “reflexión moral” considerada
indirectamente normativa que surge de la reflexión de la ética normativa con el
aporte que surge de las disciplinas científicas. En una segunda instancia, que hace
referencia a la situación practica y se considera directamente normativa, se plantea
una relación directa con la praxis desde la reflexión moral ilustrada por la ética
normativa y la información científica.
Por otro lado, Cortina explica que una de las tareas de la Ética, mas allá de la
fundamentación de normas, es la aplicación de principios a los distintos ámbitos de
la vida social. Basado en esa premisa, hay que indagar en como los principios éticos
pueden orientar a los distintos tipos de actividad. Los principios éticos son varios y
muy distintos uno del otro (el utilitarista, el kantiano y el dialógico). Al ser tan
diversos entres sí, hay que tener en cuenta de que ámbito concreto de actividad se
está hablando, cuáles son sus propias exigencias morales y sus propios valores
específicos; para así poder considerar estos factores y llevar a cabo una aplicación
“flexible” de estos principios en cada uno de los ámbitos de actividad. Es decir, que
según el ámbito que se esté tratando, puede ser conveniente modificar o rectificar la
ley para que su aplicación sea justa. Es decir, hay que averiguar cuales son los
bienes internos que rigen cada actividad y que valores y hábitos conllevan. Por lo
tanto, al estar todos los ámbitos sociales caracterizados por el pluralismo, se deben
tener en cuenta valores como la libertad, igualdad y solidaridad.

2) La definición de profesión que dio Max Weber fue: “la actividad especializada y
permanente de un hombre que, normalmente, constituye para él una fuente de
ingresos y, por tanto, un fundamento económico seguro de su existencia”. Esta
definición, con algunos pequeños cambios como usar el término “persona” en vez
de hombre, ya que las mujeres se han integrado a la vida profesional, podría parecer
aun válida hasta el día de hoy. Sin embargo, Cortina plantea que la profesión no es
solo eso, no es solo un instrumento individual y propone algunas críticas a esa
definición. En primer lugar, la actividad profesión no persigue solo una meta por
fuera de sí misma como plantea Weber (que sería generar ingresos para el
profesional), sino que es una actividad que tiene fin en sí misma más allá del
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ingreso que pueda generar (así como la profesión de un doctor seria conseguir la
salud del paciente). En segundo lugar, la profesión no es una actividad individual,
sino que hay un conjunto se personas que la ejercen y de alguna forma, estas forman
una comunidad, son aquellos a quienes podríamos llamar colegas. En tercer lugar,
tanto el ingreso en una actividad como en una comunidad profesional dota al
profesional de una identidad particular y un sentido de pertenencia. Por lo tanto, la
profesión es social y más que un medio individual de conseguir el sustento para
poder vivir. Cortina entonces propone otra definición, “una actividad social
cooperativa, cuya meta interna consiste en proporcionar a la sociedad un bien
especifico e indispensable para su supervivencia como sociedad humana, para lo
cual se precisa el concurso de la comunidad de profesionales que como tales se
identifican antes la sociedad”. Por lo tanto, la importancia social y moral de la
profesión radica en el bien especifico que proporciona a la sociedad, su capacidad
de crear identidad y comunidad, de fortalecer redes sociales y la excelencia
necesaria para alcanzar la meta.

3) Al momento de elegir una profesión, es necesario adoptar criterios éticos para


asegurarse de que nuestra elección nos lleve a un proyecto de vida personal
satisfactorio, felicitante, capaz de llenar sentido y plenitud una vida entera. Algunos
de estos criterios éticos son los siguientes:

 Debemos buscar una profesión con metas legítimas y que proporcionen


algún beneficio a la sociedad en su conjunto. Por lo tanto, debemos descartar
toda clase de dedicaciones que atentan claramente contra los derechos
humanos (por ejemplo, ser mafioso, proxeneta, narcotraficante, etc. Todas
las mencionadas no son consideradas profesiones justamente por su
naturaleza en contra de los derechos humanos y beneficios para la sociedad).
 Dentro de las profesiones dignas establecidas en el criterio anterior,
debemos seleccionar alguna que este dentro de nuestras capacidad y
aptitudes físicas. Seria moralmente incorrecto elegir una profesión que
sabemos de antemano que no vamos a poder desempeñar adecuadamente.
Por ejemplo, estudiar para ser cirujano sabiendo que nos da impresión la
sangre.
 Elegir una profesión compatible con las propias creencias y valores. Por
ejemplo, si alguien vela por los derechos animales, seria moralmente
incorrecto que desarrolle una profesión testeando productos en animales.
 Elegir una profesión que razonablemente vamos a poder ejercer en un plazo
razonable tras el periodo de formación. Este criterio se basa en el hecho de
que algunas profesiones ofrecen mayores posibilidades de empleo o de
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autoempleo que otras. Aunque hay que tener en cuenta que este hecho varía
según el momento y lugar.
 Elegir una profesión que sea congruente con la propia personalidad, de
modo que se disponga de una reserva de ilusión y motivación que permitirá
superar dificultades y alcanzar el mayor grado de excelencia. Este criterio
tiene el objetivo de no caer en la rutina del ejercicio profesional
burocratizado, para realizarse como persona y mantener el esfuerzo que
conduce a la excelencia profesional. Por ejemplo, no dedicarme a ser
psicólogo si sé que me aburre o no me gusta escuchar a otras personas.

4) Los colegios profesionales son necesarios ya que en ellos radican funciones


públicas que, si no existieran, estarían bajo la tutela directa de cada persona. Así, los
colegios, a través de los códigos de moral profesional, controlan el ejercicio liberal
de las profesiones para garantizarle a los miembros de la sociedad que los
colegiados son idóneos para llevar a cabo la tarea que se les confía. Además de
velar por la idoneidad de los profesionales del colegio, también deben asegurarle a
la sociedad como conjunto que aquellos profesionales que cometen errores, serán
hechos responsables (a través de mecanismos como abrir un sumario, quitarle la
licencia por una determinada cantidad de tiempo, nunca poder volver a ejercer la
profesión, entre otros dependiendo, obviamente, de la gravedad del error). Entonces,
el profesional debe regirse por las reglas específicas de su tipo técnico y por las
reglas específicas de tipo moral (ambas son dos cosas distintas y no siempre van de
la mano, puedo ser un científico muy exitoso por descubrir nuevos medicamento so
curas, pero puedo hacerlo a través de medios que sean repudiados desde un aspecto
moral).
La diferencia entre un código moral profesional y uno jurídico es que podríamos
decir que el primero es una sub-categoría del segundo. Todos los criterios morales
que comprendemos como sociedad que son incorrectos (por ejemplo, robar) y, por
lo tanto, ilegales en un código jurídico; siguen un criterio similar a los actos que
consideramos punibles dentro del ámbito de una cierta profesión (por ejemplo, el
robo de ideas dentro de la comunidad científica).

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