Folleto Sinodalidad - Final

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Sinodalidad:

un Camino de Encuentro
Encuentros de reflexión para las Comunidades Eclesiales de Base

Aleyda Gómez Estrada y Marta Boiocchi


Sinodalidad: un Camino de Encuentro

Encuentros de reflexión para las Comunidades Eclesiales de Base

2021

AUTORAS: Aleyda Gómez Estrada y Marta Boiocchi

REVISIÓN: María Elena Sanabria, Socorro Martínez Maqueo, Benedito Ferraro, José Lima, Manoel Godoy

IMÁGENES: Luis Henrique Alves Pinto

Servicio de Articulación Continental


Comunidades Eclesiales de Base
cebcontinental@gmail.com
http://www.cebcontinental.org

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CONTENIDO

Presentación …………………………………………………………………………………………………... 4

Encuentros:

1. La sinodalidad, un camino de encuentro …………………………………………………………………. 7

2. El camino sinodal de los pueblos de la Biblia ……………………………………………...…………….. 12

3. El caminar comunitario de Dios con el pueblo nuevo ……………………………………….…..………. 17

4. Memoria sinodal: Raíces y testimonios de las comunidades originarias de Abya Yala …….………….. 22

5. En las CEBs hacemos camino sinodal, desde la diversidad de ministerios, en autonomía y comunión.. 27

6. En las luchas sociales se unen los caminos de todos los pueblos y culturas …………………...……… 32

7. Nuestra experiencia de sinodalidad en la comunidad …………………………………………...……... 38

Frases sobre sinodalidad ……………………………………………………………………………………...41

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PRESENTACIÓN

El Papa Francisco invita a toda la Iglesia a vivir una nueva etapa descubriendo la belleza de caminar juntos,
como Pueblo de Dios. El concepto y la práctica de la sinodalidad no es algo nuevo en la iglesia, sino muy
antiguo. Para las Comunidades Eclesiales de Base es fundamental la referencia a las primitivas comunida-
des, que encontramos en el Nuevo Testamento, porque ellas nos ofrecen pistas significativas para nues-
tra práctica sinodal. Descubrimos cómo desde los orígenes las mujeres formaron parte de la comunidad
en pie de igualdad con los varones; cómo las decisiones se tomaban en común; cómo se superaban los
conflictos de la inclusión de personas de diferentes orígenes; de qué manera se priorizaba la atención a
los pobres y la riqueza de la diversidad de ministerios dentro de las comunidades. LA SINODALIDAD era la
manera de ser Iglesia.
Recordemos que los primeros cristianos y cristianas eran llamados “los del camino” de Jesús de Nazaret,
es decir, el Reino. Eran los que caminaban juntos y juntas al servicio del Reino. Continuaban la larga expe-
riencia del Antiguo Testamento: Ser un Pueblo que camina con Dios en la historia, al servicio del Reino.
Lastimosamente, al pasar de los siglos se fue olvidando este testimonio.

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El Papa Francisco ha retomado con fuerza el concepto y la práctica de sinodalidad. De ahí la importancia
de muchas de sus iniciativas que buscan superar el clericalismo, al que considera una enfermedad de la
Iglesia. Para ello urge a una mayor preparación, participación e inclusión de todo el Pueblo de Dios, cons-
ciente de que, en la Iglesia, la sinodalidad se vive al servicio de la misión.
Un claro ejemplo de esto fue la preparación y realización del Sínodo Panamazónico que se llevó a cabo en
Roma en octubre de 2019. Los agentes de pastoral se pusieron a la escucha de los pueblos amazónicos a
través de asambleas recogiendo directamente su parecer sobre temas específicos, tales como la defensa
de su vida y cultura, la urgencia de su inclusión social y eclesial, y el decidido respeto a la ecología. Esta
fue la base para elaborar el instrumento de trabajo que sería estudiado por los obispos, invitados y aseso-
res.
Recientemente, como un nuevo paso en este camino sinodal, sinónimo de camino eclesial, el Papa propu-
so que, en América Latina, en lugar de la reunión general de obispos (como fueron Medellín, Puebla, San-
to Domingo, Aparecida), se realice una Asamblea Eclesial con participación de laicos y laicas, religiosas y
religiosos, diáconos, presbíteros, obispos en el mes de noviembre 2021. Son pasos concretos en el fortale-
cimiento de una práctica sinodal que ha marcado profundamente el rostro y caminar de la Iglesia en Amé-
rica Latina y el Caribe.
La sinodalidad a que estamos llamadas y llamados, personalmente y como CEBs no se agota dentro de los
límites de la Iglesia, sino que abarca una dimensión ecuménica y macro-ecuménica, al servicio de las cau-
sas de la vida.

Publicación de la articulación continental: Sinodalidad: Caminar Juntos.


La articulación continental (con la autoría de Aleyda Gómez Estrada y Marta Boiocchi) ha elaborado un
folleto cuyo contenido es el concepto y la práctica de la sinodalidad y cuyo objetivo es ayudar a las Comu-
nidades Eclesiales de Base (CEBs) a reflexionar y dialogar la propia práctica sinodal, reconocer los puntos
que la refuerzan, así como los obstáculos que la limitan.

El folleto consta de siete encuentros:


1. La sinodalidad, un camino de encuentro.
2. El camino sinodal de los pueblos de la Biblia.
3. El caminar comunitario de Dios con el pueblo nuevo.
4. Memoria sinodal: Raíces y testimonios de las comunidades originarias de Abya Yala
5. En las CEBs hacemos camino sinodal, desde la diversidad de ministerios, en autonomía y comunión.
6. En las luchas sociales se unen los caminos de todos los pueblos y culturas.
7. Nuestra experiencia de sinodalidad en la comunidad.

Estos siete encuentros dan la posibilidad de hacer un hermoso itinerario cuyo eje es precisamente la sino-
dalidad: primero, dialogando y entendiendo mejor lo que significa el concepto; en seguida hacer un reco-
rrido con la experiencia sinodal de los pueblos de la Biblia, el siguiente paso es conversar como se sigue
haciendo hoy ese caminar sinodal en las CEBs , retomar el riquísimo legado de los pueblos originarios de
la Patria Grande, y constatar como las CEBs viven en autonomía y comunión ejerciendo una variedad de
ministerios surgidos de las necesidades del contexto y de las propias comunidades para juntos/as reiterar
el compromiso por la justicia, la fraternidad y sororidad.

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Metodología
Todos los encuentros están estructurados de la misma manera:
• Preparación del encuentro: en el que se indica como colocamos las sillas, los símbolos que se utiliza-
rán, la colocación de la Biblia.
• La bienvenida a los hermanos y hermanas de la comunidad.
• Compartir la Palabra de Dios en comunidad.
• Material para profundizar el tema.
• Oración final y despedida.
Como se puede fácilmente observar los encuentros están preparados para llevarse a cabo presencialmen-
te, sin embargo, las Comunidades Eclesiales de Base son lo suficientemente conocedoras y creativas para
adaptarlo de forma virtual. No será posible poner las sillas en círculo, pero cada persona de la comunidad
que participa podrá fácilmente imaginar que está junto a otra, aunque lo hagan desde su casa. Los sím-
bolos son significativos y es posible que no tengan todos, pero algunos sí. De cualquier manera, cada per-
sona tendrá el tema en sus manos y lo podrá profundizar antes y después de la reunión de manera que el
encuentro, aunque sea virtual, pueda ser participativo y profundo.

Anotaciones importantes para tener en cuenta:


En esta ocasión se solicita: que haya un secretario/a que tome nota de cada encuentro comunitario y lo
vaya pasando a la computadora (si no sabe cómo pide ayuda). Lo que hay que entregar está señalado en
un recuadro. Al finalizar cada encuentro el secretario/a lee las respuestas anotadas del recuadro a los
participantes para que se pueda añadir, corregir y todos queden de acuerdo. Todas las respuestas de los
recuadros de los siete encuentros deben ser enviadas por el secretario a la Articulación Continental al
correo cebcontinental@gmail.com en un solo documento señalando:
• Nombre del secretario/a
• Correo electrónico del secretario/a
• Número de su whatsapp
• País
• Nombre de la comunidad y su dirección
• Número de personas que participaron en los seis encuentros
• Promedio de edad de las personas participantes.

Además, si gustan, pueden incluir vídeos, poemas, cantos, dibujos u audios de sus reflexiones.

Cada comunidad organiza sus tiempos para la reflexión de este folleto. La fecha última para entregar sus
aportes es el 24 de junio de 2022.

Habrá una comisión que ordenara el material y será el aporte de las Comunidades de Base del continente
a los obispos que participaran en 2023 en el Sínodo.

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1. LA SINODALIDAD, UN CAMINO DE ENCUENTRO

PREPARACIÓN DEL ENCUENTRO


• Preparamos el lugar de la reunión, con las sillas colocadas en rueda.
• En una mesita, colocamos huellas de pies recortadas en cartulina y varios marcadores.
• Dibujamos o hacemos con piedras un camino en el suelo. En ese camino hay flores, espinas, piedras.
En el centro está el libro de la Palabra de Dios abierto en el texto de 1Corintios 12.
• Algo para compartir, fruta, tortilla. Pan y vino. Una mesa para colocar los bienes que vamos a compar-
tir.

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BIENVENIDA
El animador o animadora, o alguna persona de la comunidad que lo desee, da la bienvenida a todos y to-
das deseándoles que se sientan a gusto, con deseos de caminar juntos, juntas, a la luz de la Palabra de
Dios
Nos damos un abrazo de bienvenida, deseándonos buena participación y un corazón abierto a la Palabra
de Dios.
Comenzamos nuestro encuentro cantando

Punto de partida de la reflexión:


Animador/a: Vamos a escuchar el relato de lo que pasó en una casa que se parece a muchas de América
Latina y el Caribe, de las que encontramos en aldeas y en barrios de las ciudades, en casa de Mariela y su
marido, una mañana que estaban escuchando el informativo en la televisión
Lector/a: En “Los Naranjos”, Mariela se levanta muy de mañana, su esposo prende la televisión y escucha
noticias del Papa Francisco.

• Sube el volumen, dijo Mariela a su esposo, que quiero oír eso que están diciendo.
• Su esposo que observaba el movimiento matutino de la calle le dice:
• No creo que te interese lo que dicen, están contando algo de lo que hablo el Papa Francisco, una palabra
rara: sinodalidad.
• Precisamente, deja de hacer ruido Enrique, que quiero saber qué es eso de, si-no-da-li-dad.
• Dice el locutor: “El Papa en un reciente documento ha declarado la importancia de lo que la Iglesia llama
sinodalidad:
• “El camino de la sinodalidad es el camino que Dios espera de la Iglesia en este tercer milenio…”
…”Sinodalidad quiere decir caminar juntos, las hijas y los hijos de Dios, como Pueblo de Dios”.
• En este momento un aumento del ruido en la calle impidió oír lo que siguió diciendo el locutor, por lo que
Mariela aprovechó a decir:
• ¿Escuchaste Enrique? Caminar juntos, como si toda la gente caminara de acuerdo, buscando lo mismo,
para todos. Al mismo paso... Eso me gustó. A ver que ya pasó la música y van a seguir explicando:
• Locutor: “La sinodalidad nos invita a caminar juntos no sólo en la Iglesia Católica sino también con otros
cristianos y cristianas, aunque no sean católicos. La sinodalidad es una invitación a recorrer el camino ha-
cia la comunión plena con los otros hermanos y hermanas que creen en Jesús”.
• El marido se entusiasmó. –Yo también entendí esa parte. Tengo amigos que no son católicos, pero pode-
mos caminar junto como hijos de Dios. Me gusta eso de la sinodalidad.
• Sí, yo también entendí varias palabras: caminar juntos, compromiso de todos en la Iglesia de este siglo.
Entonces eso debe ser la sinodalidad. Caminar juntos. Qué lindo debe ser caminar juntos como Iglesia, sin
que nadie sea más que nadie, así debe ser, como en la comunidad.
• Todo muy lindo Mariela, pero sin tomar un café, nada funciona… Sírveme un café que me tengo que ir a
trabajar.
• Mariela entra a la cocina y sigue hablando sola.
• Caminar juntos, si-no-da-li-dad. Enrique debe aprender la sinodalidad en la casa…cuando llega de trabajar
se sienta con su radio y yo sigo hasta tarde con las tareas de la casa. Debe ser más sinodal, eso me suena
bien”

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Dialoguemos sobre este hecho de vida.
• ¿Qué palabras resonaron en Mariela sobre la sinodalidad?
• ¿Por qué dice el Papa que debe ser un compromiso de toda la Iglesia en este siglo?
• ¿Qué fue lo que le gustó a Enrique? ¿Por qué?
• ¿A qué nos está invitando el Papa Francisco con esto de la sinodalidad?
• ¿Por qué será que el Papa invita ahora a caminar juntos?
• ¿A quiénes corresponde vivir la sinodalidad y por qué?

COMPARTIMOS LA PALABRA EN COMUNIDAD:


Animador/a: Invitamos a alguno de los presentes a invocar al Espíritu Santo para recibir la Palabra de Dios.
Lectura: 1 Cor. 12, 12-27.
• ¿Qué dice Pablo en este texto?
• ¿Cómo podemos ver la sinodalidad en este cuerpo del que habla Pablo?
Leamos de nuevo el versículo 13. ¿Según este versículo, qué relación encontramos entre el bautismo y la
sinodalidad?

Para profundizar
Pablo no usa la palabra sinodalidad, pero en su mensaje sobre la Iglesia habla que ella es el Cuerpo de Se-
ñor. En este cuerpo eclesial hay unidad y al mismo tiempo diversidad y para explicarlo lo compara con el
cuerpo humano. En este cuerpo todos los miembros son importantes, son necesarios, ninguno sobra,
porque cada uno tiene una tarea para el bien de todo el cuerpo. Y agrega Pablo algo muy importante: to-
dos los miembros del cuerpo gozan de la misma dignidad por el Bautismo. Esto significa que en la Iglesia
todas las personas somos iguales con la misma dignidad, puesto que todas recibimos la plenitud del Espí-
ritu. Por esta razón, agrega Pablo en Gálatas 3, 28, que “ya no importa el ser judío o griego, esclavo o li-
bre, hombre o mujer; porque unidos a Cristo Jesús, todos ustedes son uno.”
Podemos decir que Pablo es maestro de sinodalidad y no solamente indica que hay que transitar el ca-
mino juntos, sino que nos da las herramientas de cómo hacerlo. En las cartas de Pablo, la expresión “el
uno al otro” aparece más de cincuenta veces: rivalicen en la estima mutua, corríjanse los unos a los otros,
perdónense mutuamente, confiesen los pecados los unos a los otros, preocúpense los unos de los otros,
acójanse los unos a los otros, salúdense los unos a los otros con el beso de la paz, espérense los unos a los
otros, ayúdense mutuamente a llevar las cargas, estén al servicio los unos de los otros en el amor, sean
misericordiosos los unos con los otros, vivan en paz los unos con los otros, etc. etc.
Caminar juntos, caminar sinodalmente no es caminar al lado o al frente, sino caminar asumiendo el com-
promiso “del uno al otro”. Esa es la Iglesia de la que habló el Concilio Vaticano II y los obispos latinoameri-
canos en Medellín, Puebla, Santo Domingo y últimamente en la Conferencia de Aparecida. Es la Iglesia
que necesitamos y queremos hoy, porque una Iglesia que no es sinodal no es Iglesia de Jesús.
Y es el bautismo, que debemos vivir durante toda nuestra vida, el sacramento que nos da la capacidad y el
ministerio de ser “sacerdotes, profetas y reyes”, como Jesús. Pero no ejercemos estos ministerios indivi-
dualmente, sino dentro de un pueblo sacerdotal, profético y servicial, el pueblo de Dios.
Dialogo comunitario: (El secretario/a guarda las respuestas de este diálogo)

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• ¿Qué exigencias nos plantea a las CEBs la propuesta del Papa Francisco sobre la sinodalidad?
• ¿Qué formas de sinodalidad ya estamos viviendo?
• ¿Cómo se toman las decisiones en nuestra comunidad?
• ¿Cómo podemos ser más sinodales en nuestra manera de actuar como comunidad?
• ¿Qué dificultades tenemos para caminar junto con otros grupos o comunidades?

ORACIÓN
Nos colocamos en rueda en torno al camino que hemos dibujado en el suelo.
• ¿Qué vemos? ¿Qué representa este símbolo que hemos preparado?
• ¿Qué hay en este camino?
• ¿Qué está en el centro del camino? ¿Por qué?
Animador/a: Quienes desean pasan, toman una huella de pie y escriben su nombre. La ponen en el ca-
mino, haciendo una oración al Señor, pidiéndole la gracia de comprender este llamado a la sinodalidad
que nos hace el Espíritu Santo por medio del Papa Francisco y de responder como personas y como comu-
nidad.
A cada intención respondemos: Queremos caminar juntos, Señor.

Rezamos en dos coros la Oración: Haciendo camino juntos


(Nos ofrecemos la mano unos a otros mientras recitamos juntos el estribillo)

Toma mi mano hermana,


Toma mi mano hermano
Porque el camino es duro, el camino es largo.
Si caminamos juntos será más fácil
Levantarnos de nuevo si tropezamos.
Tú sentirás mi mano que te sostiene
Yo sentiré tu mano si acaso caigo.

Coro 1: No somos granos sueltos, somos espigas.


No somos uvas solas, somos racimo
Dios nos llama a su viña, Él nos invita
A gozar de su vida, de su cariño.
Con nosotros camina, Jesús Amigo,
Nos comparte su pan, y nos da su vino.

Toma mi mano hermana, ...

Coro 2: Si caminamos juntos y compartimos


Dolores e ilusiones, sueños y penas,
Crecerá la esperanza entre los espinos,
Que con nosotros viene, Jesús Amigo.
El es verdad y vida, luz que ilumina,
Brújula que guía. Él es Camino.

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Toma mi mano hermana, ...

Coro 1: Señor, somos tu pueblo


Y en tu nombre estamos, hoy reunidos.
Juntos como hermanos, en el camino,
Que abrió para nosotros nuestro Bautismo
Un corazón solo y un alma sola
Y en medio nuestro, hermano, va Jesucristo.

Toma mi mano hermana, …

Coro 2: A caminar juntos nos ha invitado,


Este hermano nuestro, el papa Francisco,
Nos mantendremos juntos como un racimo,
que nadie ha de perderse en este camino.
Compartiendo la vida, luchas y penas
nacerá la esperanza entre los espinos.
Que con nosotros viene, Jesús amigo.

Toma mi mano hermana, …

COMPARTIMOS LOS BIENES


Animador/a: Por el Bautismo fuimos hechos sacerdotes, profetas y reyes como Jesús de Nazaret. Exten-
demos nuestras manos sobre estos bienes que vamos a compartir y repetimos juntos/as:
Padre Santo lleno de amor y misericordia, Tú nos has invitado a caminar juntos como Pueblo
tuyo, pueblo sacerdotal, profeta y servidor, te suplicamos que bendigas estos dones que vamos
a compartir, para alimentar nuestras luchas, nuestras esperanzas y el deseo de caminar como
pueblo sinodal. Por Cristo nuestro Señor. Amén.

Luego de compartir los bienes, nos ponemos de acuerdo sobre la próxima reunión y quiénes pueden pre-
parar la oración inicial, lugar, proclamación de la Palabra, etc.

Para terminar: Padre nuestro


Nos damos el abrazo de la paz o el saludo virtual.
Nos bendecimos unos a otros y otras: En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

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2. EL CAMINO SINODAL DE LOS PUEBLOS DE LA BIBLIA

PREPARACIÓN DEL ENCUENTRO


• Preparamos el lugar de la reunión, con las sillas colocadas en rueda para favorecer la participación de
todos y todas.
• Para la dinámica se buscan dos sombreros o si se prefiere dos objetos que se puedan pasar fácilmente
de mano en mano.
• En el camino que hemos hecho en el suelo y que acompañará todos estos encuentros, colocamos un
plato con tierra y otro con semillas.
• Algo para compartir, fruta, tortilla. Pan y vino. Una mesa para colocar los bienes que vamos a compar-
tir.

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BIENVENIDA
El animador o animadora da la bienvenida a todos y todas deseándoles que se sientan a gusto, con deseos
de caminar juntos, juntas, a la luz de la Palabra de Dios.
Invita a compartir lo vivido en la semana.
Comenzamos nuestro encuentro cantando.
Animador/a: En el encuentro anterior iniciamos una reflexión sobre la sinodalidad, pero no todo está di-
cho, ni tampoco es una realidad de nuestro tiempo únicamente, los pueblos de la biblia hicieron un ca-
mino sinodal en el cual Dios se unió a ellos para caminar juntos en el proyecto de hacerse pueblo de Dios.
Para repasar el encuentro anterior vamos a hacer la siguiente dinámica, (si no se adapta a la comunidad se
puede cambiar por otra)
La comunidad se sienta en círculo. La animadora/o pasa a dos personas que están sentadas juntas los
sombreros (o los objetos escogidos), estas personas a la indicación del animador/a hacen rotar los som-
breros una hacia la derecha y otra hacia la izquierda. La persona que deja juntar los sombreros debe re-
cordar algo que el Papa Francisco dijo sobre la sinodalidad. La dinámica se repite cuantas veces se estime
conveniente.

COMPARTIMOS LA PALABRA EN COMUNIDAD:


Animador/a: Invitamos a alguno de los presentes a invocar al Espíritu Santo para recibir la Palabra de Dios.
Lectura: Isaías 2, 1-5.
• ¿Qué nos dice Isaías en este texto?
• ¿Qué proyectos sinodales encontramos en él?
• ¿Cómo ilumina este texto nuestra realidad actual?

Para profundizar
Cuando los hebreos salieron de Egipto, en aquella primera Pascua de liberación, fueron acompañados por
muchos esclavos de otras etnias y pueblos (Éxodo 12,38). Se fueron haciendo un pueblo a medida que ca-
minaban por el desierto, uniéndose a diferentes grupos y pueblos que ansiaban la liberación. Soñaban
con una tierra donde poder organizar una sociedad más igualitaria. La llamaban la “tierra prometida”
Cuando llegaron a Canaán se encontraron que en las llanuras había unas ciudades rodeadas de murallas,
ciudades- estado, donde los pobres eran sometidos a esclavitud igual que en Egipto. Pero en las monta-
ñas grupos de campesinos y antiguos esclavos que se habían escapado de las Ciudades-Estado habían
conseguido organizar una sociedad mucho más igualitaria, era una Confederación de Tribus. No tenían
reyes, sino jueces y juezas; se reunían en asambleas para decidir en común lo que debían hacer en caso de
conflictos; no tenían un ejército profesional con soldados que había que mantener, sino un ejército popu-
lar para defenderse en caso de ataques de los cananeos o los filisteos; no había acumulación de bienes y
sobre todo no había esclavitud.
El grupo que llegó de Egipto se unió a esta organización y les aportó su fe en el Dios Yahvé, el Dios libera-
dor del Éxodo.

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Este modelo de sociedad, distinta al modelo de ciudad -estado imperial y distinta de Egipto, fue una socie-
dad sinodal igualitaria, cumbre de la mayor revelación lograda en el Antiguo Testamento, donde Yahvé
era el garante de la igualdad y unificador de los pueblos con su historia liberada.

Memorias de Débora
Me llamo Débora. Soy Profetisa, Jueza y Generala del ejército de la Confederación de Tribus en las monta-
ñas de Canaán. Nuestros antepasados eran esclavos y campesinos oprimidos en las ciudades de las llanu-
ras de Canaán. Hay como 70 ciudades en la planicie. Siempre en guerra entre ellas y también contra los
pueblos que nos hemos organizado en las montañas.
Hace como cien años atrás llegaron también unos grupos que venían huyendo de la esclavitud en Egipto.
Los había conducido hasta aquí un gran líder llamado Moisés y habían pasado cuarenta años en el desier-
to soñando con una sociedad sin esclavitud. Aquí se unieron a los antiguos esclavos cananeos y se asimila-
ron a esta manera de vivir. Ellos aportaron su fe en un Dios Liberador llamado Yahvé. Después de un tiem-
po, todos nuestros antepasados lo aceptaron como su Dios. La fe en Yahvé garantizaba que esta sociedad
siguiera siendo igualitaria. Nos hemos dado una organización basada en familias extensas, también llama-
das clanes. No tenemos un rey con su palacio donde viven en el lujo a costillas de los campesinos; noso-
tros tenemos Jueces y Juezas elegidos por las Tribus. La mujer tiene la misma igualdad que el varón, ya
ven yo soy Jueza ahora. No tengo palacio, sino que gobierno desde este lugar lleno de palmeras. Aquí la
gente viene y presentan sus problemas y conflictos y los vamos resolviendo en bien de todos. No almace-
namos los productos del campo, sino que los distribuimos entre todos. No hay esclavos entre nosotros.
Las decisiones que atañen a toda la Confederación las tomamos en asambleas participativas. Tampoco
tenemos templos con sacerdotes pagados. Los jefes de familia hacen las bendiciones y celebraciones en
memoria de las acciones liberadoras de Yahvé. No tenemos un ejército profesional, como en las ciudades
estado, sino un ejército popular, para defendernos cuando nos atacan. Está formado por campesinos que
cuando termina la guerra vuelven a sus campos a seguir trabajando. Yo soy también generala de este ejér-
cito. Ahora acabamos de ganar una batalla contra los cananeos que nos atacaron para dominarnos, robar
nuestros productos y llevarnos como esclavos y esclavas a sus ciudades-Estado. Nos ayudó una mujer,
Jael, de una tribu que no pertenece a la Confederación, pero con la que nos mantenemos en buenas rela-
ciones de vecindad.
Verán, nuestro ejército había vencido al ejército cananeo del Rey Jabín. Yahvé nos ayudó enviando una
lluvia intensa que desató la furia de los torrentes de esta montaña. El ejército cananeo venía con grandes
carros de guerra que se empantanaron y nuestros soldados aprovecharon para matarlos. El general Sísa-
ra, que comandaba a los cananeos, huyó a pie y se refugió en la tienda de campaña de Jael, la mujer de la
tribu Quenita. Allí le pidió de comer y refugio. Jael le dio alimento y lo hizo acostar en su tienda, pero
cuando se durmió lo mató clavándole una estaca en la sien. Ella se solidarizó con nuestro pueblo que ga-
nó así una batalla importante en defensa de nuestra sociedad igualitaria.
Diálogo comunitario: (El secretario/a guarda las respuestas de este diálogo)

¿Qué nos ha resultado más iluminador de este caminar del pueblo de la Biblia?
¿Cómo vivían la sinodalidad en las montañas de Canaán?
¿En nuestra cultura, qué prácticas conocemos que podríamos llamar sinodales?
¿Cómo hacen causa común los pueblos originarios en América Latina?

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ORACIÓN
Nos colocamos en rueda en torno al camino que hemos dibujado en el suelo, en la reunión pasada y que
nos acompañará durante estas reflexiones. Será nuestro “camino sinodal”
Animador/a: El camino sinodal se alimenta de una espiritualidad sinodal. Tenemos que cultivar relaciones
de cooperación, ayuda muta, solidaridad, de lo contario no habrá sinodalidad. Hemos colocado en el ca-
mino un plato con tierra y otro con semillas. Quienes deseen pueden pasar a sembrar unas semillas en la
tierra y hacer una oración pidiendo al Señor que nos ayude a caminar juntos, en un compromiso de mayor
hermandad, para ayudar a crecer el Reino de Dios dentro y fuera de la Iglesia. A cada intención responde-
mos: Padre Dios, ayúdanos a hacer juntos un camino de sinodalidad como hicieron los pueblos de la Biblia.
Rezamos a dos coros:
CÁNTICO DE ACCIÓN DE GRACIAS A DIOS, PADRE DEL PUEBLO LIBERADO
Luego de cada estrofa decimos la antífona: Te damos gracias Señor, de corazón; te alabamos y nos alegra-
mos en tu presencia.

Coro 1: Señor, te alabamos y bendecimos


porque desde los comienzos de la historia del pueblo
caminaste a su lado ayudándole a buscar solidaridad y justicia
igualdad y hermandad. En Tí, Señor, ponemos nuestra confianza;
Tú eres un Dios liberador que escucha el clamor de los oprimidos.

Coro 2: Señor, te alabamos y bendecimos y damos gracias


Porque hoy nos acompañas como acompañaste a tu pueblo por el desierto
Los reuniste en las montañas de Canán, junto a otros hombres y mujeres liberados
Los ayudaste a pensar en el bien de todos y de todas.
Le inspiraste mandatos de igualdad.

Coro 1: ¡Feliz el que pone en el Señor toda su confianza,


porque nuestro Dios es fiel y tiene compasión de nosotros!
Tú no dejaste que cayeran en manos de sus enemigos.
Le diste gobernantes justos, hombres y mujeres,
que le ayudaran a cumplir tu voluntad.
Para ayudarse mutuamente pusiste tu Palabra
en boca de profetas y profetisas y escribiste tu Ley en sus corazones.

Coro 2: Les enseñaste a compartir sin acaparar;


A defenderse sin atacar. A trabajar sin esclavizar a nadie.
Porque Tú no quieres, Señor, la muerte sino la vida.
No quieres palabras vacías, ni culto sin compromiso;
Lo que Tú quieres Señor, es un corazón abierto y noble,
capaz de decir «SI», como Jesús a tu voluntad de Padre;
Capaz de decir: “Hágase en mí según tu palabra”, como María.

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Coro 1: Queremos darte gracias por mujeres valientes, como Débora y Jael; como Bertha Cáceres y ...
(Nombramos mujeres que conocemos y que trabajan por el Reino)
Con ellas y como ellas, queremos proclamar tu amor y tu justicia,
Queremos llevar tu Palabra y compartirla con todos los pueblos;
Queremos proclamar tu fidelidad a todos los perseguidos y marginados
Queremos que tu amor y tu verdad lleguen hasta el corazón más pobre y humillado.

Coro 2: Somos pobres y pecadores,


Pero confiamos en tu ayuda que viene a darnos perdón y libertad.
¡No tardes Señor! Nosotros esperamos en tu misericordia.
Queremos vivir haciendo camino, como hermanos y hermanas,
Dejando a nuestro paso huellas de paz,
Sembrando semillas de esperanza,
y llenando de luz los corazones.

COMPARTIMOS LOS BIENES:


Animador/a: Somos un pueblo sacerdotal, profético y servidor como Jesús de Nazaret. Extendemos nues-
tras manos sobre estos bienes que vamos a compartir y repetimos juntos/as:
Padre Dios bendice estos alimentos que vamos a compartir para alimentar nuestras ansias de mayor igual-
dad y justicia. Ayúdanos a caminar juntos y juntas, buscando la hermandad como hijas e hijos tuyos. Amén
Luego de compartir los bienes, nos ponemos de acuerdo sobre la próxima reunión y quiénes pueden pre-
parar la oración inicial, lugar, proclamación de la Palabra, etc.

Para terminar:
Padre nuestro...
Nos damos el abrazo de la paz.
Nos bendecimos unos a otros y otras: En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

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3. EL CAMINAR COMUNITARIO DE DIOS
CON EL PUEBLO NUEVO

PREPARACIÓN DEL ENCUENTRO


• Preparamos el lugar de la reunión, junto a los símbolos y signos para nuestro encuentro presencial o
virtual; o como lo hemos hecho en los encuentros anteriores.
• Tenemos lista nuestra Biblia abierta en el libro del Apocalipsis 22,1-5. Una vela para ser encendida des-
pués de la reflexión sobre el testimonio de las comunidades de Mar del Plata y de Riobamba.
• Dos letreros: uno dice “Memorias de las CEBs. Mar de Plata (Argentina)”; y otro dice “Memorias de las
CEBs. Riobamba (Ecuador)”
• Preparamos otros símbolos: por ejemplo, agua limpia y cristalina en una vasija trasparente, frutos, ra-
mas de árboles, hojas medicinales, como aparecen en el texto del Ap. 22, 1-5. (Los colocaremos en el
camino en el centro de nuestra reunión presencial o junto a nosotros y nosotras, durante nuestro en-
cuentro virtual, después de leer el texto)
• Algo para compartir, fruta, tortilla. Pan y vino. Bienes que vamos a compartir.

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BIENVENIDA
El animador o animadora, o alguna persona de la comunidad que lo desee, da la bienvenida a todos y to-
das y los motiva a participar, recordando que una de las características de la sinodalidad es precisamente
la participación.
Comenzamos nuestro encuentro cantando.
Animador/a: Hoy vamos a reflexionar sobre las comunidades originarias del Nuevo Testamento, pero an-
tes vamos a partir de nuestra realidad actual y para eso nos organizamos en dos grupos para leer dos tes-
timonios: uno compartido por las comunidades de Mar de Plata, Argentina y otro de las comunidades de
Riobamba, en Ecuador. Ellas nos cuentan cómo se organizan sinodalmente para vivir y trabajar.
Nota: Si es plataforma zoom se pueden organizar dos grupos, y si no, dar lectura a los testimonios estan-
do todos y todas presentes.

• Testimonio de las CEBs de Mar de Plata, Argentina.


Nos cuenta Ana Laura: Nuestra comunidad nació antes del año 2001 en medio de mucha violencia, ham-
bre, falta de trabajo y crisis en general. Estamos en una zona semi rural cerca del basural. Al principio es-
tábamos acompañadas por un grupo de sacerdotes de la parroquia que nos apoyaban como uno más.
Fueron 10 años que recordamos mucho. Sin embargo, esto cambió, los padres se fueron, llegaron otros
que no apoyaron y hasta prohibieron las CEBs en su parroquia. Las CEBs sin embargo resistieron, al fin vi-
nieron otros padres que nos apoyaron y así hemos tenido que mantenernos firmes. La figura de Angelelli
alimentó nuestra resistencia y crecimos hasta formar otras comunidades como santa Rosa de Lima, San
Jacinto, San Patricio, Nuestra Señora de Itatí, Nuestra Señora de Guadalupe, Sagrado Corazón y un Hogar
de Cristo, Lujan, Nuestra Señora de los Ángeles y la Aguja, entre otras.
Podemos decir que hemos vivido la sinodalidad desde que nacimos como comunidad porque nos organi-
zamos en “asamblea”. Todo pasa por la asamblea que realizamos una vez al año. Todo se decide ahí: el
tema que se va a reflexionar en las CEBs todo el año, con quien se articularan, las actividades, fechas y res-
ponsables. En la asamblea, todos y todas tenemos la misma voz, curas, laicos y religiosas, todos somos
compañeros de camino.
También se realizan mensualmente asambleas por comunidad. En asamblea se resuelve todo. Se evalúa la
vida de la comunidad y se median los conflictos. Esta práctica sinodal nos ha hecho crecer en discusión,
porque es espacio donde se vive la igualdad y la circularidad. También vivimos la sinodalidad al hacer ca-
mino con otros grupos de catequistas y otras experiencias de la Iglesia católica que nos son CEBs, pero
que están caminando en el mismo sentido que nosotros. De la misma manera tenemos muchas articula-
ciones con programas del estado provincial y nacional, con otras Iglesias y con movimientos sociales.

• Testimonio de las CEBs de Riobamba, Ecuador.


Mónica nos comparte: Soy parte del Grupo Misionero de las comunidades indígenas, formado por Monse-
ñor Proaño.
Nuestra forma de trabajar, hoy diríamos, sinodalmente es en equipo. Lo aprendimos con Monseñor
Proaño y se resume en 5 pasos.

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El primer paso es “hacerse equipo” para tener una relación de amistad con las comunidades, conocer có-
mo se organizan, cómo trabajan, y tener una meta en común para salir adelante en unión con ellas.
El segundo paso es “acercarse al pueblo”, para ello se tienen reuniones mensuales con los animadores de
las comunidades para ver con ellos qué se puede hacer y si es necesaria la presencia del sacerdote.
El tercer paso es “desatar procesos liberadores” – por ejemplo: cuando hay conflictos en la comunidad se
acompaña particularmente desde la familia.
El cuarto paso es “la Palabra de Dios en manos del Pueblo”. Por ejemplo, en las misas el pueblo comparte
la Palabra, aporta y no solo el sacerdote.
Finalmente, el quinto paso es “el diálogo constante” que lo hacemos entre provincias. Cada mes se reúne
el equipo para ver cómo están las comunidades, que se cambia o qué se planea con ellas.

Trabajo en grupos:
• ¿Qué nos llama más la atención de estas dos experiencias?
• ¿En qué se parecen? ¿En qué se diferencian?
• ¿Qué nos aportan para el caminar sinodal de nuestra comunidad?

Puesta en común: Los dos grupos comparten lo que han reflexionado. Luego, colocamos una vela encen-
dida al lado del libro de la Palabra de Dios, diciendo: “Las CEBs iluminan el camino de las CEBs.” Si es una
reunión virtual, todos y todas podemos tener una vela frente al monitor de nuestra computadora o la
pantalla del celular, junto a nuestra Biblia.

COMPARTAMOS LA PALABRA EN COMUNIDAD


Acerquémonos a una de las experiencias más profundas que refleja un camino sinodal de Dios con su pue-
blo y de su pueblo con Dios.
Animador/a: Invitamos a alguno de los presentes a invocar al Espíritu Santo para recibir la Palabra de Dios.
Lectura: Apocalipsis 22, 1-5.
• ¿Qué símbolos aparecen en el texto? Los nombramos.
• Busquemos entre los símbolos que tenemos y los colocamos en un camino, ubicado al centro de nues-
tra reunión presencial. Si es virtual, podemos pedir a alguien de la comunidad que tenga todos los sím-
bolos y los coloque en un camino. Podemos ir repitiendo como un eco el texto del Apocalipsis (Por
ejemplo: Hay un río de agua de vida; hay árboles; los árboles dan frutos todos los meses del año, etc.)
• Identifiquemos en el Texto la presencia de la Trinidad: (¿A quién representa el río de agua que da vida?
¿Quién está en el trono? ¿Quién es el Cordero?)
• ¿Qué rasgos de sinodalidad encontramos en este actuar comunitario de Dios? (Por ejemplo: Padre, Hi-
jo y Espíritu Santo trabajan juntos y el fruto de su trabajo es una vida plena llena de felicidad para el
pueblo)
• ¿Qué rasgos de sinodalidad encontramos a través de los símbolos que aparecen? (Por ejemplo: ¿Qué
pasa si no hay agua?; ¿Qué pasa si ningún árbol da frutos? ¿Qué pasa si no hay plantas medicinales?)
• ¿Cómo enriquecer nuestras prácticas sinodales a partir de la reflexión de este texto?

19
Para profundizar
En el Nuevo Testamento vemos cómo Jesús hace causa común con los pobres de su tiempo. Con ellos tra-
bajó en equipo. Sí, en equipo. Jesús se organizó “sinodalmente”. La primera acción pastoral que realizó
Jesús fue llamar a mujeres y hombres a caminar con él haciendo el bien por los caminos polvorientos de
Galilea.
Y es que Jesús sentía que Dios Padre actuaba en él y la fuerza que lo desbordaba con Amor infinito mos-
tró un camino tan apasionante, que muchas personas quisieron caminar a su lado. Esto lo vemos en las
primitivas comunidades cristianas a lo largo de todo el Nuevo Testamento. Cada comunidad de forma
creativa construyó un camino sinodal y quienes las acompañaron entendieron que los ministerios eran
servicios, no puestos de privilegio.
Las comunidades del Apocalipsis describen un escenario sinodal con lujo de detalles: en el centro del pue-
blo, en medio de la calle colocan el árbol de la vida, pero no es uno, son muchos árboles que dan fruto to-
do el tiempo, 12 veces. Esta abundancia y riqueza de los árboles se debe al agua que los riega y con la cuál
calman su sed. El agua de vida o manantial en la tradición bíblica es una clara referencia al don de Dios y
en el Evangelio de Juan 7, 38 nos aclara que es el Espíritu Santo. ¿De dónde brota esta fuente maravillosa?
En el versículo 1 nos dice que sale del trono de Dios y del Cordero. Dios trinidad inunda con su plenitud las
calles de su pueblo, razón por la cual el resultado no puede ser sino vida saludable para todas las nacio-
nes. Son todas las naciones que se empapan de Dios Trinidad y en El, pueblo y Dios se mezclan, se funden
en un pacto por la vida.
Esta comunidad del apocalipsis no nos explica qué es la sinodalidad, la describe, muestra su dinámica y
sobre todo los frutos.
Trabajar en equipo como las comunidades de Riobamba, realizar asambleas como las comunidades de
Mar de Plata, caminar juntos multiplicando la vida desde el corazón de Dios, como las comunidades del
Apocalipsis, todo esto representa un camino sinodal en el cuál cada CEB encuentra su vocación.
Compromisos:
• ¿Qué compromisos hemos de asumir en la comunidad para dar y multiplicar la vida para todos y todas?
• ¿Qué pasos dar para acercarnos respetuosamente a otras Iglesias no católicas de nuestro sector?

Escribimos sobre la siguiente pregunta, y luego compartimos. (El secretario/a guarda las respuestas a es-
tas preguntas)

• De acuerdo con la realidad de nuestro país, ¿qué exigencias y cambios nos plantea a las CEBs la pro-
puesta del Papa Francisco sobre la sinodalidad? o el encuentro que hemos tenido hoy ¿cómo lo rela-
cionamos con nuestra experiencia en comunidad?

ORACIÓN
Nos colocamos en torno al camino.
Rezamos juntos/as esta hermosa oración que el papa Francisco ha escrito al final de una carta encíclica
llamada “Fratelli tutti” y quiere decir “A todos mis hermanos”. Así escribía san Francisco de Asís a sus her-
manos.

20
Oración al Creador

Señor y Padre de la humanidad,


que creaste a todos los seres humanos con la misma dignidad,
infunde en nuestros corazones un espíritu fraternal.
Inspíranos un sueño de reencuentro, de diálogo, de justicia y de paz.
Impúlsanos a crear sociedades más sanas
y un mundo más digno,
sin hambre, sin pobreza, sin violencia, sin guerras.
Que nuestro corazón se abra
a todos los pueblos y naciones de la tierra,
para reconocer el bien y la belleza
que sembraste en cada uno,
para estrechar lazos de unidad, de proyectos comunes,
de esperanzas compartidas. Amén.

Compartimos los bienes en nuestro encuentro presencial o cada uno/a desde casa.

Animador/a: Por el Bautismo fuimos hechos sacerdotes, profetas y reyes como Jesús de Nazaret. Exten-
demos nuestras manos sobre estos bienes que vamos a compartir y repetimos juntos/as:
Dios Padre Creador que diste los bienes de la tierra para satisfacer las necesidades de todos tus hijos y
tus hijas, ayúdanos a no acaparar sino a compartir, a cuidar de la santa madre naturaleza, nuestra Pa-
cha Mama, tan golpeada por los que solamente piensan en dinero. Y que al compartir estos bienes crez-
ca en nosotros y nosotras el deseo de caminar juntos como Pueblo de Dios. Amén.

Luego de compartir los bienes, nos ponemos de acuerdo sobre la próxima reunión y quiénes pueden pre-
parar la oración inicial, lugar, proclamación de la Palabra, etc.

Para preparar el próximo encuentro ver el siguiente video: “KAMBAK – Huellas y sueños”
https://www.youtube.com/watch?
v=gGYlHGOdpJk&list=PLmebh5aITt7rv4b2NBD76sW26Elefrgye&index=12

Para terminar: Padrenuestro.


Nos damos el abrazo de la paz o el saludo virtual.
Nos bendecimos unos a otros y otras: En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amen.

21
4. MEMORIA SINODAL: RAICES Y TESTIMONIOS DE LAS
COMUNIDADES ORIGINARIAS DE ABYA YALA

PREPARACIÓN DEL ENCUENTRO


• Preparamos el lugar de la reunión, con las sillas colocadas en círculo.
• En el suelo tierra, unas raíces ojalá grandes (instrumentos musicales si se tiene, especialmente flauta,
quena u otros propios de la cultura amazónica, andina, quechua, etc.) plumas, cintas de colores, semi-
llas, agua, wiphala o cualquier símbolo de culturas ancestrales que tengamos a disposición.
• Una planta con muchos frutos, una raíz, la soga de la vida.
• Dibujo del Sumak Qamaña y Sumak Kawsay.
• En el centro el libro de la Palabra de Dios abierto en el texto Apocalipsis 21, 1-5.
• Velas, incienso, las velas de colores colocadas en los cuatro lados.
• Algo para compartir como: fruta, tortilla, jugo de frutas o cereales. Pan y vino. Una mesa para colocar
los bienes que vamos a compartir.

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BIENVENIDA
El animador o animadora, o alguna persona de la comunidad que lo desee, da la bienvenida a todos y to-
das deseándoles que se sientan a gusto, con deseos de caminar juntos, juntas, a la luz de la Palabra de
Dios y de la Palabra de nuestros ancestros.
Nos damos un abrazo de bienvenida, deseándonos buena participación y un corazón abierto.
Comenzamos nuestro encuentro cantando.
Animador/a: Vamos a escuchar la siguiente cita del Papa Francisco:
“Invito a los jóvenes de la Amazonía, especialmente a los indígenas, a hacerse de las raíces, porque de
las raíces viene la fuerza que los va a hacer crecer” (QA, 33).
¿Cómo se relaciona esta cita del Papa Francisco en Querida Amazonía con el video de la semana pasada?
Animador/a: Hoy vamos a reflexionar sobre la memoria ancestral de nuestros pueblos de América Latina y
el Caribe.
Queremos descubrir la importancia de conocer y comprender el valor de las comunidades originarias y
despertar conciencia sobre aquellos males que sufren, tanto por el sistema liberal capitalista, como por el
racismo, la ignorancia y la marginación de otras culturas.
El Papa Francisco en “Querida Amazonia” nos llama a sembrar en nuestros corazones el respeto a “los
otros”, las culturas y pueblos diferentes, reconociendo sus valores y fomentando la convivencia multicul-
tural.
Al valorar nuestras raíces honramos la memoria de tantas y tantos hombres y mujeres, hermanos nues-
tros, martirizados en la Conquista y colonización de nuestra América.
Acerquémonos un poco más a estas fuentes del saber milenario y con reverencia escuchemos lo que nos
dicen acerca de la sinodalidad, cómo la viven y expresan.

Lector/a: La tierra sin males


La tierra sin males es un sueño que aparece expresado en todos los mitos de creación de las culturas an-
cestrales. Creaciones míticas propias de la sabiduría de los pueblos amazónicos, mapuches, guaraníes, ay-
maras, araucanos, andinos, quechuas, mayas, incas, aztecas, wayúus, entre muchas otras. En sus relatos
coinciden en hablar sobre la lucha por la vida, lucha contra la muerte, contra los proyectos que quitan vi-
da y bienestar a nuestros pueblos. Es la lucha de nuestras comunidades, la resistencia de nuestros sabios
y sabias que, por más de 500 años, nos han dejado como regalo de vida, nuestra existencia.
Los pueblos originarios de esta tierra recibieron de Dios muchas palabras buenas y hermosas. Las pala-
bras sagradas que ahora llamamos mitos. Esas palabras eran una luz que los guiaba para caminar por este
mundo.
Animador/a: -Antes de reflexionar en sus experiencias y sueños de sinodalidad, recibimos nuevos símbo-
los que serán colocados en el camino y que van a enriquecer nuestra reflexión:
• Recibimos una planta con frutos
• Recibimos una raíz
• Recibimos una soga
• Recibimos el dibujo del Suma Qamaña y Sumak Kawsay y los colocan en el centro.
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Lector/a: Dejemos que la Palabra de nuestros ancestros nos hable:
“El árbol de la vida”
“Había en el principio un árbol grande cargado de todos los frutos, tenía las manos abiertas para donar
sus frutos. La defensora de ese gran árbol era Ambarengua, que se parecía a una mujer. Ambarengua
reunía a los niños del pueblo y les daba comida de este gran árbol. Ambarengua jalaba de un bejuco, un
tallo largo y delgado, y decía: “Twish, twish” y caía la comida que era el frijol, y les daba de comer a los
niños. Ambarengua era perseguida por gente extraña, pero a pesar de ser perseguida, seguía cogiendo
los frutos que le daba el árbol. También daba alimentación del árbol a los conejos y a las ardillas.
Las gentes extrañas que perseguían a Ambarengua, quisieron comer los frutos del gran árbol, pero no
pudieron. Jalaban el bejuco diciendo:” Twish, twish”, pero no les caía nada. Quisieron tumbar el árbol con
un hacha, pero no pudieron porque estaba agarrado de un bejuco muy alto. Entonces quemaron a Amba-
rengua, que era la defensora del árbol y cortaron el bejuco, y al caer el árbol a la tierra cayeron diversas
semillas. Para el clima frío cayeron las semillas de repollo, papa, tomate, zanahoria y toda clase de verdu-
ras y para la costa que es de clima cálido, cayó lo que es yuca, plátano, caña, limón, guayaba, guabas, chiri-
moyas, piña y allí en aquel lugar sagrado quedó sembrada la raíz”
Animador/a: Para la cultura guaraní la tierra es una tierra buena y bonita, (yvy marane’ÿ), “tierra sin ma-
les”. En esta tierra se practica la economía del don, de la reciprocidad, del Jopóy, que quiere decir: manos
abiertas recíprocamente, como las del gran árbol. Esto hace posible la fiesta. Los guaraníes consideran
que el mal en la tierra es todo lo que hace imposible la fiesta, la comunicación de dones y el diálogo entre
las personas.
• ¿Qué hemos comprendido de este mito de Ambaregua y el gran árbol de los muchos frutos?
• ¿Cuál nos parece que es su significado? (Dar un momento para que se expresen)

Lector/a: Escuchemos ahora otra profecía tomada de la cultura Maya:


“La soga de la vida” (Levantamos la soga)
Érase una vez, en un tiempo lejano existía una profetisa maya, llamada “Xnuc Maní”. Ella anunció que una
soga muy larga iba a unir a todos los pueblos entre sí y a unir muchos lugares. Esa soga, como un hilo tras-
misor de unión, sería dividido en tantas partes cuantos pueblos habría de unir. Un día unos hombres en-
contraron la soga en una caja cuadrada, que representa los cuatro puntos cardinales, y cuando sacaron la
soga comenzó a crecer y no pudieron colocarla nuevamente dentro de la caja, por eso la cortaron. De ca-
da corte de la soga brotaba sangre. Símbolo de la vida ofrendada por los ancestros que han dado su vida y
derramado su sangre para la vida de sus pueblos. La sangre es un elemento vital en la cosmovisión indíge-
na.
Animador/a:
• ¿Qué hemos comprendido de este mito de la soga que sangra?
• ¿Cuál nos parece que es su significado? (Dar un momento para que se expresen)

Animador/a: La visión profética de nuestros pueblos indígenas en Bolivia y Ecuador está representada en
la expresión Suma Qamaña (en aymara) y Sumak Kawsay (en quechua). (Levantamos el dibujo del Sumak
Kawsay)

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Lector/a: “Pertenezco a la etnia Aymara. Mi pueblo tiene una forma ancestral de vivir en comunidad. Para
nosotros no puede existir una vida plena sin comunidad. En comunidad compartimos lo que somos y ha-
cemos. Nadie se desarrolla solo o por su cuenta. La solidaridad es nuestra forma de vida: a estas acciones
solidarias las llamamos minka, minga y ayni. Son todas acciones de intercambio entre las personas y con la
naturaleza, para alcanzar un buen vivir y un buen convivir. En nuestra forma de organización comunitaria
las decisiones se toman por consenso. Los dirigentes de la comunidad, hombres y mujeres deben velar
por que esas decisiones tomadas por consenso se respeten. Esto garantiza la armonía por el reconoci-
miento de derechos y de la igualdad de todos y todas”
Animador/a: (el secretario/a guarda las respuestas a este diálogo)

• ¿Qué elementos de sinodalidad reconocemos en todas estas expresiones de sabiduría ancestral que
hemos escuchado?
• ¿De esta espiritualidad ancestral, qué palabras o símbolos enriquecen nuestra sinodalidad?
• Si hemos perdido esta forma de vivir, ¿cómo recuperarla?

COMPARTAMOS LA PALABRA EN COMUNIDAD:


Rezamos juntas/os: Espíritu Santo de Dios que has inspirado la antigua sabiduría de nuestros pueblos origi-
narios, ayúdanos por tu Palabra también recogida en la Biblia, a comprender y respetar esa sabiduría y a de-
jarnos convertir para recuperar el don de la sinodalidad, el caminar juntos y juntas, unos con otros. Amén.
Lectura: Apocalipsis 21, 1-5
• ¿Cómo ilumina este mensaje de la Biblia la reflexión que hemos hecho?
• ¿Cómo recuperar la espiritualidad de la sinodalidad?
• ¿Qué compromisos debemos asumir como comunidad frente a la sociedad y a la naturaleza?

ORACIÓN
Nos colocamos alrededor del camino con todos los símbolos.
Dos personas en voz alta rezan el poema de la tierra sin males. Adaptado para las CEBs (de Monseñor Ca-
saldáliga.)

Yo tenía una cultura de milenios, antigua como el sol,


como los montes y los ríos de la gran Lacta-Mama.

Yo plantaba los hijos y las palabras..


Plantaba el maíz y la mandioca.
Cantaba con la lengua de las flautas.
Danzaba vestido de claro de luna, adornado con pájaros y palmas.

Yo era Cultura en armonía con la Madre Naturaleza.


Yo era la Paz conmigo y con la Tierra…
Yo conocía el oro, el diamante, la plata, la noble madera de las selvas,
pero eran para mí los afeites sagrados del cuerpo de la Madre Tierra.
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Yo respetaba la Naturaleza cómo se respeta a la propia esposa
Yo vivía en pura desnudez, brincando, plantando, amando,
engendrando, naciendo, creciendo,
en la desnudez pura de la Vida…

El amor del Padre de todos


me bautizó con agua de Vida y de Conciencia
y sembró en mí la Gracia de su Verbo,
Semilla universal de Salvación.
Yo era un Pueblo de millones de vivos,
de millones y millones de Gente Humana,
millones de imágenes vivas del Dios vivo.

Yo os di la belleza del mar y sus playas,


yo os di mi tierra y sus secretos,
los pájaros, los peces, los animales amigos, servidores.
El maíz de espiga abierta y repartida,
el generoso bulbo de la mandioca-el pan de cada día,
la guaraná olorosa del monte,
el caldo apaciguante de cimarrón del Sur,
la medicina de la tierra enfermera.
Y también la canoa, voladora en las aguas…

Yo era la Tierra libre, era el Agua limpia,


era el Viento puro, fecundos de abundancia,
repletos de canciones. Amén.

Animador/a: Sobre la mesa hemos colocado los bienes que hemos traído para compartir. Como pueblo
sacerdotal, profético y servidor, extendemos nuestras manos y los bendecimos diciendo todas y todos
juntos:
Padre Dios que nos has regalado la sabiduría de los pueblos originarios y de los pueblos de la Biblia pa-
ra ayudarnos al buen vivir y al buen convivir, ayúdanos a valorar la sangre de tantas y tantos que
ofrendaron su vida al servicio de la tierra sin males; enséñanos a salir del individualismo que nos impi-
de caminar en sinodalidad; bendícenos con el don de la generosidad que ayuda a compartir los bienes
en igualdad. Por Jesús, tu Hijo amado que ´pasó haciendo el bien y dio su vida al servicio de la vida.
Amén

Luego de compartir los bienes


Para terminar: Padrenuestro
Nos damos el abrazo de la paz o el saludo virtual.
Cantamos.

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5.EN LAS CEBS HACEMOS CAMINO SINODAL, DESDE LA
DIVERSIDAD DE MINITERIOS, EN AUTONOMÍA Y COMUNIÓN

PREPARACIÓN DEL ENCUENTRO


• Preparamos el lugar de la reunión, con las sillas colocadas en círculo, raíces grandes, la wiphala
(bandera andina del idioma aimara), la soga de la vida y los demás símbolos del encuentro anterior.
• En el centro del camino el libro de la Palabra de Dios abierto en el texto de Romanos 16, 1-16.
• En un rincón preparamos una mesita con algunas cosas como si fuera una tienda de barrio, para el he-
cho de vida.
• Cerca del camino que hemos hecho en el suelo y que acompaña todos nuestros encuentros, coloca-
mos cartulinas cortadas como si fueran ladrillos y marcadores, una caja de cartón y cinta de pegar, pa-
ra el momento de la oración.
• Algo para compartir como: fruta, tortilla, jugo de frutas o cereales. Pan y vino.

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BIENVENIDA
El animador o animadora, o alguna persona de la comunidad que lo desee, da la bienvenida a todos y to-
das deseándoles que se sientan a gusto, con deseos de caminar juntos, juntas, a la luz de la Palabra de
Dios y de la Palabra de nuestros ancestros.
Nos damos un abrazo de bienvenida, deseándonos buena participación y un corazón abierto.
Comencemos nuestro encuentro cantando: (Se sugiere: Signo de Esperanza)
https://www.youtube.com/watch?v=sp7Yt0SwQWw

Animador/a: Vamos a recordar algunas conclusiones del encuentro anterior. Los y las invito a mirar los
símbolos y hacer una lluvia de comentarios de lo que quedó en nuestro corazón del encuentro anterior.
(Se pueden hacer unas 4 o 5 intervenciones, antes de iniciar la reflexión del día.)
Hoy reflexionaremos en cómo las CEBs hacemos camino sinodal, desde la diversidad de ministerios, en
autonomía y comunión. Para esto compartamos el siguiente hecho de vida. (Si es posible, dramatizarlo)

HECHO DE VIDA
- Comentarista: Estaba Estela atendiendo en su almacén, cuando llega Alicia.
- Estela: Qué bueno verte Alicia, hace rato que no venías a comprar nada...
- Alicia: Y si Estela, con este encierro no podía salir de casa. Me cuido porque así también cuido a los de-
más.
- Estela: Eso está muy bien. ¿Qué necesitas?
- Alicia: Hoy, la comunidad se reúne en mi casa y tengo que dejar la cena pronta. Aquí tengo la lista de lo
que falta….
- Comentarista: Mientras Estela prepara el pedido de Alicia, siguieron conversando:
- Estela: ¿La comunidad de ustedes se reúne en las casas de la gente? Aquí no podemos. El párroco no nos
deja reunir en las casas. Él dice que el templo es el lugar para reunirse, porque es la casa de Dios y la Pala-
bra debe leerse solamente allí.
- Alicia: Pues es muy raro eso que dice el cura. En nuestra capilla el padre que va a celebrar la misa nunca
dice cosas así. Él no pretende dirigir nuestros asuntos, dice que ya somos grandes, que todos tenemos
que asumir nuestras responsabilidades y que entonces la comunidad debe ser autónoma.
- Estela: ¿Autónoma? ¿Y eso qué significa?
- Alicia: ¡Huy! Significa que la comunidad reflexiona la Palabra de Dios, toma sus decisiones y se organiza
según las necesidades que vamos viendo y los acuerdos que salen de las reuniones.
- Estela: A mí eso de AU-TÓ-NO-MA no me parece bien. Yo pienso que debemos hacer lo que diga el padre,
¿no ves que él tiene el poder del Espíritu Santo? Él no se equivoca cuando nos manda hacer las cosas, en
cambio nosotros somos ignorantes, podemos equivocarnos.

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- Alicia: Pues Estela, tienes razón en cuanto que él tiene el poder del Espíritu Santo, pero resulta que noso-
tros, por nuestro bautismo, también lo tenemos. Además, cuando nos reunimos en torno al Evangelio pa-
ra tomar decisiones en bien de toda la gente, ese poder comunitario es sagrado. Ya dijo Jesús que: Donde
dos o más se reúnen en su nombre, Él está presente.
- Estela: ¿Entonces para qué va el cura a la capilla si no puede mandar ni ordenar lo que hay que hacer?
- Alicia: No se crea, él tiene mucho que hacer. Tiene que escucharnos y acompañarnos como un buen pas-
tor, ese es su ministerio o servicio. Tiene que ayudarnos a discernir, pero como una persona más de la co-
munidad. En esto no tenemos problema porque somos como hermanos, cada uno aporta y sirve de acuer-
do con los dones que Dios le ha dado a cada uno.
- Estela: A lo mejor, nosotros deberíamos hacer lo mismo que ustedes. Creo que seríamos más responsa-
bles...
- Alicia: La fórmula es autonomía y comunión. Uy me tengo que ir. ¡Que tengas una buena noche Estela!
- Estela: ¡Ve con Dios Alicia!

Dialogo comunitario: (El secretario/a guarda las respuestas de este diálogo)

• ¿A cuál de las dos comunidades se parece nuestra comunidad? ¿Por qué?


• ¿Cuál creen que se parece más a las comunidades del Nuevo Testamento? Y ¿por qué?

COMPARTAMOS LA PALABRA EN COMUNIDAD


Lectura: Romanos 16, 1-16.
• ¿Qué nos dice la Palabra?
• ¿Qué ministerios aparecen?
• ¿Qué rasgos de sinodalidad encuentran?

Para profundizar
La comunidad cristiana de Roma, a la que Pablo escribe esta carta, fue fundada unos diez años después
de la Resurrección de Jesús. Estaba formada por varios grupos en diferentes sectores de la ciudad, que se
reunían diariamente en las casas a la madrugada porque eran perseguidas, para la reflexión de la Palabra
y la oración.
Aunque Pablo escribe la carta a los Romanos, él no fundó la comunidad. Al momento de escribir, ya eran
comunidades florecientes (1,8). Parece que la comunidad fue fundada por la pareja Prisca o Priscila y Aqui-
la. Es significativo que cuando nombran a esta pareja, casi siempre nombran primero a la mujer: Prisca.
Señal que desempeñaba un ministerio muy importante.

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El capítulo 16 de la carta de Pablo a los Romanos es una clara muestra del trabajo evangelizador que ha-
cían en equipo. Todos y todas eran responsables de llevar la Buena Nueva del Evangelio a todos los rinco-
nes del imperio. Los equipos de Pablo estaban formados por hombres y mujeres, jóvenes y adultos que
compartían la misión de fundar y acompañar comunidades cristianas, pensando las necesarias estrategias
para afrontar los conflictos y buscando juntos la solución a los problemas de las jóvenes iglesias. Estos
equipos que Pablo menciona en diferentes cartas tienen como novedad su dinamismo, se renuevan con
frecuencia, están integrados por diferentes personas y la diversidad de ministerios es notoria: apóstolas y
apóstoles, diáconos y diaconisas, colaboradores, profetas y profetisas.
Estos equipos muestran una riqueza ministerial extraordinaria y al mismo tiempo dejan ver cómo las co-
munidades en los orígenes cristianos vivieron una experiencia sinodal profunda.
Actualmente este dinamismo ministerial tan nítido en las Iglesias de los orígenes fue ratificado en Apareci-
da cuando afirmó que “los laicos deben participar del discernimiento, la toma de decisiones, la planeación
y la ejecución” de los trabajos misioneros (371) Razón por la cual la Iglesia, para hacer realidad esta partici-
pación en comunión de todas y todos los bautizados como pueblo de Dios que somos, debe abandonar
las estructuras caducas, piramidales, jerárquicas que no permiten ni la autonomía para vivir la diversidad
ministerial, ni la comunión a la que nos llama la conversión sinodal.

ORACIÓN
Animador/a: Nos colocamos en rueda junto al camino. Esta caja representa nuestra comunidad. Invito a
quienes deseen, a tomar una cartulina en forma de ladrillo y escribir qué servicio cumplimos en la comuni-
dad o si recién estamos comenzando qué servicio nos gustaría prestar.
Cuando han escrito, los invita a decirlo en voz alta y pegar el ladrillo en la “casa-comunidad”.
La “casa-comunidad” se construye con el servicio de todos y todas. Y la “casa-comunidad” debe abrirse al
barrio, a la vereda, para servir a las necesidades del vecindario, desde nuestras posibilidades.
Vamos a hacer una oración de lo que nuestra comunidad quiere ser y hacer para servir al Reino de Dios.

Todos/as:
Somos semillas del Reino plantadas en la tierra de este mundo.
Con hondas raíces en el pasado y una larga mirada hacia el futuro.
Delante nuestro va el Pastor, Jesús de Nazaret, y su Evangelio,
Marca el camino que lleva hacia su Reino.
Enviadas en misión samaritana, Iglesias abiertas y en salida;
Queremos ser comunidades servidoras, atentas a la vida:

Coro 1. -Para el que sufre: “hospitales de campaña”;

Coro 2. -Para el que carece de pan, mesa tendida.

Coro 1. - Para el que está solo, presencia que acompaña;

Coro 2. -Para el caído, mano que levanta y cuida;

30
Coro 1. -Para el que desespera, anuncio feliz de un buen mañana
nacido de la entrega de Jesús, bendita Pascua;

Coro 2.- Con el canto de María te alabamos, Señor y Padre nuestro,


Creador de todo lo que existe, de todo lo que es bueno.

Coro 1. Que en sinodalidad unidos caminemos, mano con mano,


Señor, somos tu Pueblo, Pueblo sacerdotal que, en profecía, denuncie con vigor toda injusticia.

Todos/as:
Queremos servir al Reino que gratuito nos regalas
y escuchar al Espíritu, Señor, cada mañana,
Es la voz del Pastor que llama y nos envía
a la fraterna misión de ser entre la gente
presencia de fe, de paz y de alegría.

Queremos, en humilde servicio, la vida hoy ofrecerte,


Junto a los pobres, los humildes y sufrientes,
los caídos a la orilla del camino y olvidados,
Con el arma de tu santa Palabra entre las manos
Hijas e hijos tuyos, Padre, y con Jesús en la unidad del Espirito Santo,
todos hermanos y hermanas. Amén

Animador/a: Como pueblo sacerdotal, tenemos la facultad de bendecir. Como pueblo profético, tenemos
el don de sentir lo que es de Dios y cultivarlo en la comunidad; como pueblo real, pueblo pastor, tenemos
la misión de cuidar la vida, cuidar la naturaleza, cuidar a las hermanas y hermanos. Extendemos nuestras
manos sobre estos dones que hemos traído para compartir y repetimos todas y todos juntos: Padre San-
to, Dios de toda bondad y misericordia, te pedimos que bendigas estos dones que nosotras y nosotros,
como pueblo Santo tuyo, bendecimos. Hemos traído estos bienes para compartirlos y ahora, al bendecir-
los, bendecimos las manos que los prepararon y te pedimos que nos hagas un pueblo sinodal que camina
junto a otros y otras para hacer presente tu Reino. Te lo pedimos por Jesús, nuestro Señor, que resucita-
do vive y reina en la unidad del Espirito Santo por los siglos de los siglos. Amén.

Para terminar: Padre nuestro [Si es posible invitar las personas a conocer el Padre Nuestro en la forma
ecuménica]
Nos damos el abrazo de la paz o el saludo virtual.
Canto de despedida.

31
6. EN LAS LUCHAS SOCIALES SE UNEN LOS CAMINOS DE
TODOS LOS PUEBLOS Y CULTURAS

PREPARACIÓN DEL ENCUENTRO


Preparamos el lugar de la reunión, con las sillas colocadas en círculo, raíces grandes, la wiphala (bandera
andina del idioma aimara), la soga de la vida, la casa de ladrillos del encuentro anterior, una bandeja con
frutas y un letrero grande con la palabra “UBUNTU”
En el centro del camino el libro de la Palabra de Dios abierto en el texto de Isaías 52, 4-11ª.
• Cerca del camino que hemos hecho en el suelo y que acompaña todos nuestros encuentros, coloca-
mos hilos o trozos de lana de diferentes colores, para el momento de la oración
• Algo para compartir como: tortilla, jugo de frutas o cereales. Pan y vino.
• En la forma virtual: pedir la contribución de los/as jóvenes.
32
BIENVENIDA
El animador o animadora, o alguna persona de la comunidad que lo desee, da la bienvenida a todos y to-
das deseándoles que se sientan a gusto, con deseos de caminar juntos, juntas, a la luz de la Palabra de
Dios y de la Palabra de nuestros ancestros.
Nos damos un abrazo de bienvenida, deseándonos buena participación y un corazón abierto.
Comencemos nuestro encuentro cantando: (puede ser “Por los caminos de América”) https://
www.youtube.com/watch?v=gVWImD1M_vI
Animador/a: entramos ya en el último encuentro sobre sinodalidad, para recoger los elementos que hasta
ahora hemos reflexionado leamos el siguiente testimonio sinodal. También se puede encontrar en video
en: https://www.youtube.com/watch?v=5spuDt4onPQ
En la forma virtual: hacer la presentación del video que es muy instructivo. En la publicación de la Cartilla
mantener el texto con el relato, pues podrá ser retomado en la reflexión posterior.
(Entra una persona con una bandeja con frutas y otra con el letrero grande con la palabra “UBUNTU”)
mientras que se lee:
Una antropóloga que estudiaba la cultura de una etnia africana y a la que los niños y niñas seguían a todas
partes, decidió organizar un juego para que cuando se marchase continuaran recordándola con una sonri-
sa. Dispuso una bonita cesta de mimbre repleta de frutas debajo del árbol más grande del lugar y les pro-
puso hacer una carrera: el primero que llegara y agarrara dicha cesta podía comerse todas las frutas él so-
lo. Colocó a los niños alrededor del árbol y cuando dio la señal de salida, se quedó muy sorprendida. To-
dos los niños y las niñas se tomaron de las manos y corrieron juntos directos al premio, una vez alcanzado
el objetivo se repartieron las frutas y sentados en el suelo se las comieron mientras se reían a carcajadas.
Intentando averiguar por qué habían actuado así, cuando uno solo podía haberse quedado con el conteni-
do de la cesta, les preguntó sobre la razón de su comportamiento y las niñas y los niños le respondieron:
“UBUNTU, amiga. ¿Cómo uno de nosotros podría ser feliz, si los demás estuvieran tristes?”. Con esta res-
puesta, la antropóloga lo comprendió todo. Entre ellos no había jamás competencia sino colaboración. De
hecho, la palabra UBUNTU significa, “Soy quien soy, porque somos todos nosotros”
• ¿Qué nos llama la atención de este testimonio?
• ¿Qué nuevos aportes encontramos sobre la sinodalidad?

Hoy vamos a dar un paso más al reflexionar como en las luchas sociales (luchas de los pueblos indígenas,
luchas de los pueblos afrodescendientes, luchas de las mujeres, luchas por la Reforma Agraria, luchas por
techo, luchas sindicales, luchas políticas en defensa de la democracia, luchas en defensa de la Madre Tie-
rra, nuestra Casa Común) y en la organización popular se unen los caminos de todos los pueblos y cultu-
ras. Es como la “soga de la vida” que une, inspira y permite a los pobres ser sujetos sociales. Este movi-
miento social se sostiene por la conciencia colectiva que libera del individualismo del sistema capitalista,
como lo expresa el relato de “Ubuntu”, soy quien soy cuando lo somos en comunidad, en pueblo, en ca-
mino sinodal.
En el año 2019 y en el 2020 presenciamos un estallido social en varios países de América Latina. Ha habido
marchas de protesta en Ecuador, Bolivia, Chile, Colombia, Nicaragua entre otros países. Las calles se vis-
tieron de muchos colores, banderas y carteles, detrás de todo esto vemos los rostros de afrodescendien-
tes, indígenas, campesinos, mujeres y sobre todo de jóvenes.

33
En pequeños grupos veamos o comentemos, los videos que la animadora/o les envió para este encuentro.
En la forma virtual: De acuerdo con el país, hágase la opción por un video más identificado con la situación
social y política de este país.
Nota: La animadora avisa que enviará a quienes pueda, a sus celulares los siguientes links de marchas de
protestas de los últimos tiempos en América latina y el Caribe, con el compromiso de alistarlos durante la
semana, para el próximo encuentro.
Videos:
• Chile a un año del levantamiento popular del 2019
https://www.dw.com/es/masiva-manifestaci%C3%B3n-conmemora-el-aniversario-de-las-protestas-sociales-
en-chile/a-55318556
• Nada está normal: el grito de las protestas en Nicaragua
https://www.france24.com/es/20190922-nada-esta-normal-protestas-nicaragua
• La crisis institucional en Guatemala
https://cnnespanol.cnn.com/video/guatemala-protestas-jimmy-morales-cicig-mirador-live-michelle-
mendoza/
• Protestas en el Ecuador redoblan la presión contra el gobierno
https://elpais.com/internacional/2019/10/09/actualidad/1570637220_024808.html
• Brasil arde en protesta mientras la Amazonía es abrasada por las llamas
https://www.youtube.com/watch?v=EoN_QbJSgs4
• Colombia se levanta en un solo grito:21 de noviembre 2019
https://www.eltiempo.com/politica/gobierno/asi-se-vivio-el-paro-nacional-del-21-de-noviembre-en-
colombia-436138

(Se organizan para ver un video por grupo o parejas. ¡Esta opción es válida para la forma presencial! Para
la forma virtual, se opta por un video). Al ver los videos haremos lo siguiente:
• Identifiquemos qué tipo de personas distinguimos: su género, cultura, edad, condición social etc.
• Busquemos también cómo y por qué marchan estas personas.

(El secretario/a guarda las respuestas a esta pregunta)

• Ahora preguntémonos: ¿Podremos llamar las luchas de los pueblos un camino sinodal? ¿por qué?

Compartamos lo reflexionado en los grupos y entre todos y todas saquemos nuestras propias conclusio-
nes.

34
COMPARTAMOS LA PALABRA EN COMUNIDAD
Lectura: Isaías 52, 4-11ª
• ¿Qué nos dice la Palabra?
• ¿Cómo expresa el profeta la forma en que se une Dios a la causa de los pobres?
• ¿Podremos llamar las luchas contra las babilonias de hoy, un camino sinodal? ¿Por qué?

Para profundizar
El texto de Isaías invita al pueblo a ponerse de pie, ponerse sus vestidos de fiesta y quitarse los signos de
la esclavitud que les hace doblegar su cabeza. Este llamado del profeta está acompañado con la promesa
de que llegará el día en que el pueblo se reconocerá en sus luchas de liberación. Ni Egipto, ni Asiria, tam-
poco Babilonia, podrán con la resistencia y dignidad de aquellas personas que no se venden al dominador.
Esta promesa está acompañada de un poema de admirable belleza: “qué hermosos son sobre los montes
los pies del mensajero que anuncia la paz, que trae buenas nuevas” (v.7) Todas las naciones verán la libe-
ración de Dios que ya no será una fuga en secreto como de Egipto o una desbandada como de Jerusalén,
porque Dios mismo abre la marcha. Esta es la esperanza esperanzada de que nos habla el pedagogo Pau-
lo Freire. ¡El pueblo unido jamás será vencido!
Para las CEBs esta certeza del poder de Dios que vence el mal siempre nos capacita para acompañar el
camino sinodal de los pueblos del continente y de otros continentes, de nuestra fe y de otras creencias,
porque las luchas de los pueblos son luchas de muchos rostros. En estas luchas las diferencias se unen ba-
jo las mismas banderas por la defensa de la vida, por los desaparecidos, por el derecho a la tierra, por el
derecho al agua, al trabajo, a la salud, o a la educación.
Los caminos de los/las jóvenes se cruzan con el de los mayores para no perder la memoria de liberación
conquistada. Son ellos, chicos y chicas que con la fuerza de sus años juveniles se lanzan a las calles gritan-
do consignas, haciendo resonar los tambores, las guitarras y en medio de la fiesta que inunda como río las
calles, enfrentan con valentía la agresión de las fuerzas militares que no resisten la resistencia popular.
Las culturas afro, mestiza e indígena se reconocen en sus mismas opresiones y sufrimientos. No importa
el color de la piel, no importan las diferencias de género o de orientación sexual, allá, en todos los cami-
nos de América se juntan los sueños, porque marchamos sinodalmente reconociéndonos iguales y dife-
rentes por la defensa de la Patria Grande.

ORACIÓN
Cantamos: Te quiero – Mario Benedetti (en la forma virtual se puede colocar la declamación por el propio
autor)

Si te quiero es porque sos Tus manos son mi caricia,


mi amor, mi cómplice, y todo. mis acordes cotidianos*.
Y en la calle, codo a codo, Te quiero porque tus manos
somos mucho más que dos. trabajan por la justicia.

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Tus ojos son mi conjuro Y por tu rostro sincero
contra la mala jornada. y tu paso vagabundo
Te quiero por tu mirada y tu llanto por el mundo,
que mira y siembra futuro. porque sos pueblo te quiero.
Tu boca que es tuya y mía,
tu boca no se equivoca. Te quiero en mi paraíso,
Te quiero porque tu boca es decir, que en mi país,
sabe gritar rebeldía. la gente viva feliz
aunque no tenga permiso.

Animador/a: invita a cada uno, cada una a tomar un hilo de color y anudarlo al hilo de la persona que tiene
al lado, mientras dice una palabra o frase de lo que para ella significa la sinodalidad, como personas, como
comunidad, como pueblo.
Juntas, ambas personas, colocan sus hilos anudados en el camino, mientras expresan una frase sobre la
sinodalidad.
Las siguientes parejas van anudando sus hilos a los que ya están colocados en el camino, formando una
red y expresando sus frases de sinodalidad.
Animador/a: Nuestros hilos anudados han formado una red. Eso es un símbolo de la sinodalidad que que-
remos vivir. Una red que trabaje en búsqueda de una vida más digna y feliz para todos y todas, comenzan-
do por los más pobres y necesitados.
Si se puede, cantar en este momento: La belleza de la trama de Humberto Pegoraro (En la forma virtual
queda bien el canto como también el de la forma presencial).https://www.youtube.com/watch?
v=fYKwA1q2pow

Cuantos más hilos se trenzan


más hermoso es el diseño
reflejando los colores
que pintan el universo.
La belleza de la trama
le viene de lo complejo.

Cuantos más hilos se trenzan


más hermoso es el diseño
reflejando los colores
que pintan el universo.
La belleza de la trama
le viene de lo complejo.

Requiere mucha paciencia


hacer un tejido nuevo.
Hay que ponerle coraje,
bordar gozo y sufrimiento
con la fuerza de tus manos,
los latidos de tu pecho.
36
Hay que inaugurar talleres
donde viva lo diverso,
refugios de la esperanza,
lugares de nacimiento,
donde nadie quede afuera
de la fiesta y el encuentro.

Remendemos los desgarros


que nos va dejando el tiempo.
Es hora de ir anudando
y juntarse en el intento
desatando aquellos nudos
que nos fueron sometiendo.

Nos hay tarea más urgente


que tejer junto a mi pueblo
Las redes de la justicia
que nos vayan sosteniendo,
hilvanando la utopía
con los hilos de sus sueños.

Podemos hacer el eco, repitiendo la frase o verso que más nos habla de sinodalidad.

Animador/a: Somos pueblo sacerdotal, profético y pastor. En el bautismo hemos recibido la gracia de partici-
par del triple oficio de Jesús de Nazaret, Sumo Sacerdote, Profeta y Rey-Pastor. Extendemos nuestras manos
sobre estos dones que hemos traído para compartir y repetimos todas y todos juntos:
Padre-Madre de la vida, Corazón del cielo, Corazón de la tierra, bendice estos dones que hemos traído
para compartir. Queremos ser artesanas y artesanos de tu Reino de amor, paz y justicia. Ayúdanos a
caminar codo a codo, en sinodalidad de caminos, objetivos e ideales. Que estos bienes alimenten nues-
tros sueños de igualdad y fortalezcan nuestras luchas por un mundo de hermanos y hermanas. Por
Cristo Nuestro Señor. Amén.

Padrenuestro
Abrazo de la Paz
Canto de despedida.

37
7. ENCUENTRO SÍNTESIS.
NUESTRA EXPERIENCIA DE SINODALIDAD EN COMUNIDAD

PREPARACIÓN DEL ENCUENTRO


Traer algunos de los símbolos más representativos que utilizamos en las reuniones anteriores.

38
Quien dio el servicio de secretaria, además de las anotaciones de cada encuentro, guarda también la res-
puesta a las siguientes preguntas:

• ¿Qué elementos necesitamos trabajar para fortalecer la sinodalidad en la vida de la comunidad?


• La sinodalidad ¿cómo nos ayuda a vivir la misión evangelizadora?

RECORDATORIO
Las respuestas de los recuadros de los siete encuentros, una vez que han sido aprobadas por la comuni-
dad, deben ser enviadas a más tardar el 24 de junio de 2022 (si es antes ¡mucho mejor¡) a la Articulación
Continental al correo cebcontinental@gmail.com, en un solo documento señalando:
1. Nombre del secretario/a
2. Correo electrónico del secretario/a
3. Número de su WhatsApp
4. País
5. Nombre de la comunidad y su dirección
6. Número de personas que participaron en los seis encuentros
7. Promedio de edad de los participantes

Agradecemos el fruto de nuestro compartir durante estos meses y juntos recitamos en dos coros la si-
guiente oración:
ORACIÓN - Oración de la Comunidad-

Caminemos juntos hacia el Reino.


Te damos gracias, Padre,
por habernos reunido
en esta comunidad.
Gracias porque estamos
unidos a tu nombre,
buscando cómo vivir,
con fidelidad, el Evangelio.

Danos, Señor,
la fuerza para la marcha,
ayúdanos a superar las dificultades,
que los tropiezos y las vacilaciones
no detengan nuestra caminar.

Que no perdamos el rumbo,


que nuestra dirección sea hacia el Reino,
que el viento nos empuje.

39
Sea el aliento de tu Espíritu,
presente y vivo entre nosotros.
Enséñanos a discernir,
necesitamos ver claro,
las cosas que pasan alrededor.
Lo que sucede en nuestro país
y en el mundo.

Danos sabiduría
para interpretar los cambios
que estamos viviendo,
para aprender a estar a tu lado.

Hace que nos mantengamos unidos,


que crezca el compromiso
de unión fraterna,
la solidaridad activa,
la oración en común,
los valores del Reino.

Queremos seguirte, Jesús,


en comunidad,
tras de tí por dónde nos muestres
que estás presente en la actualidad.
Abre nuestros corazones
a tu Palabra en la Biblia.

Que la tengamos presente,


que la leamos a diario,
que nos dejemos iluminar por ella,
que permitamos que empapé nuestras vidas.
Señor, que la pongamos en práctica,
viviendo todo lo que aprendemos de ella.

Fortalece nuestra oración,


que sea profundo encuentro contigo.
Que escuchemos tu voz que nos habla
y nos invita al cambio y al seguimiento.

Alienta a nuestros animadores,


dales el empuje que necesitan
para seguir alentándonos a todos,
entendiendo los problemas comunes,
rezando por nuestra marcha,
preocupados por nuestro camino
y nuestra fidelidad.

40
Por los que sienten desánimo
y desaliento, ayúdanos, Señor,
a contagiar esperanza fuerte
y ganas de seguir adelante.
Enseñamos a ser testigos de tu Palabra
en el mundo que nos toca vivir.

Que no escapemos a los conflictos


y desafíos de la realidad.
que aprendamos a ser sal
y luz para los que nos rodean.
Padre Bueno, acompáñanos,
camina a nuestro lado,
no nos dejes solos,
te necesitamos, ven con nosotros.

Te pedimos por los que


formamos esta comunidad,
por los que ya no están
y por los que van a venir.
Revestirnos del hombre nuevo
para que podamos
construir una sociedad nueva
y ser un signo viviente
de tu presencia en el mundo.

Por nuestra comunidad, Señor,


para que sigamos caminando con alegría,
entrega y testimonio,
construyendo con nuestras vidas
un modelo de fraternidad nuevo,
en el nombre del Padre, del Hijo
y del Espíritu Santo. Amén.

41
FRASES SOBRE SINODALIDAD

42
 “El camino de la sinodalidad es el camino que Dios espera de la Iglesia del tercer milenio” (1)

 “La Asamblea de Jerusalén nos ayuda a entender que la Sinodalidad es el método eclesial para refle-
xionar y confrontarse, basado en el diálogo y en el discernimiento a la luz del Espíritu Santo”. (2)

 “La vida sinodal es testimonio de una Iglesia constituida por sujetos libres y diversos, unidos entre
ellos en comunión, que se manifiesta en forma dinámica como un solo sujeto comunitario que, afirma-
do sobre la piedra angular que es Cristo” (3)

 Otro instrumento esencial para la puesta en práctica de la sinodalidad es “la opción preferencial por
los pobres", que es "una preferencia no de carácter sociológico, sino propiamente teológica en la me-
dida en que conduce a la acción salvífica de Dios" (4)

 “La sinodalidad consiste en ver cómo articulamos la diversidad para que no se rompa la unidad, pero
tiene que ser una unidad sinfónica para ejercer mejor la misión en este mundo que tenemos” (5)

 “En la Iglesia, la sinodalidad se vive al servicio de la misión… La Iglesia está llamada a activar en siner-
gia sinodal los ministerios y carismas presentes en su vida para discernir, en actitud de escucha de la
voz del Espíritu, los caminos de la evangelización” (6)

 “La sinodalidad es el arte de una Iglesia que se deja renovar para ser cada vez más una Iglesia relacio-
nal, inclusiva, dialogante y generadora, es decir, una Iglesia emergente que renace constantemente
con y por quienes la mantienen viva.” (7)

 “La sinodalidad, indica la específica forma de vivir y obrar (modus vivendi et operandi) de la Iglesia
Pueblo de Dios que manifiesta y realiza en concreto su ser comunión en el caminar juntos, en el reunir-
se en asamblea y en el participar activamente de todos sus miembros en su misión evangelizado-
ra” (8)

______________________________

1. Comisión Teológica Internacional – Roma 2018, LA SINODALIDAD EN LA VIDA Y EN LA MISIÓN DE LA IGLESIA, No 1.


2. Audiencia pública del 23/10/2019. https://www.romereports.com/categorias/audiencias-publicas/
3. Comisión Teológica Internacional – Roma 2018, LA SINODALIDAD EN LA VIDA Y EN LA MISIÓN DE LA IGLESIA, No 55
4. Cardenal Czerny, "La Iglesia tiene mucho que aprender de los laicos. Parecería tonta sin ellos". 01/172021 Cardenal Czerny: "La Iglesia
tiene mucho que aprender de los laicos. Parecería tonta sin ellos" (religiondigital.org)
5. Eloy Bueno, EL CAMINO SINODAL SINODALIDAD: LA IGLESIA TIENE NOMBRE DE SINODO, Aula de Teología 13 de marzo de 2018 Pag 8.
6. Comisión Teológica Internacional – Roma 2018, LA SINODALIDAD EN LA VIDA Y EN LA MISIÓN DE LA IGLESIA, No 53.
7. SINODALIDAD: UNA MIRADA DE NATHALIE BECQUART, SUBSECRETARIA DEL SÍNODO DE OBISPOS. Sinodalidad: Una mirada de Nathalie Bec-
quart, subsecretaria del Sínodo de Obispos – Asamblea Eclesial
8. Comisión Teológica Internacional – Roma 2018, LA SINODALIDAD EN LA VIDA Y EN LA MISIÓN DE LA IGLESIA, No 6.

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El Papa Francisco invita a toda la Iglesia a vivir una nueva etapa descubriendo la belleza de caminar juntos,
como Pueblo de Dios. El concepto y la práctica de la sinodalidad no es algo nuevo en la iglesia, sino muy anti-
guo. Para las Comunidades Eclesiales de Base es fundamental la referencia a las primitivas comunidades, que
encontramos en el Nuevo Testamento, porque ellas nos ofrecen pistas significativas para nuestra práctica
sinodal. Descubrimos cómo desde los orígenes las mujeres formaron parte de la comunidad en pie de igual-
dad con los varones; cómo las decisiones se tomaban en común; cómo se superaban los conflictos de la inclu-
sión de personas de diferentes orígenes; de qué manera se priorizaba la atención a los pobres y la riqueza de
la diversidad de ministerios dentro de las comunidades. LA SINODALIDAD era la manera de ser Iglesia.

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