Neurodesarrollo Infantil
Neurodesarrollo Infantil
Neurodesarrollo Infantil
María del Pilar Medina Alva1,2,a, Inés Caro Kahn1,3,a, Pamela Muñoz Huerta1,3,a,
Janette Leyva Sánchez1,4,a, José Moreno Calixto1,5,a, Sarah María Vega
Sánchez1,b
1
Sociedad Peruana de Pediatría. Lima, Perú.
2
Instituto Materno Perinatal. Lima, Perú.
3
Instituto Nacional de Salud del Niño. Lima Perú.
4
Hospital María Auxiliadora. Lima, Perú
5
EsSalud. Lima, Perú
a
Neuropediatra; b pediatra, neonatóloga y doctora en medicina, .
RESUMEN
El desarrollo del sistema nervioso es un proceso complejo que tiene como resultado la
maduración de las estructuras, la adquisición de habilidades y, finalmente, la
formación del individuo como persona única. La presente revisión recoge información
acerca de las principales características de los procesos de desarrollo cerebral, las
características del desarrollo neurológico normal en las diferentes áreas: motora
gruesa y fina, lenguaje, sensorial y socialización; se acompaña también de una
descripción de las principales alteraciones en el desarrollo, identificables en la consulta
diaria del pediatra. Nuestro objetivo es reforzar el conocimiento en esta área clave de
la evaluación del niño menor de cinco años para detectar problemas con la debida
antelación para su intervención oportuna.
ABSTRACT
The development of the nervous system is a complex process that results in the
maturation of structures, the acquisition of skills and finally the formation of the
individual as a unique person. This review contains information about the main
characteristics of the processes of brain development, the characteristics of normal
neurological development in different areas: gross and fine motor, language, sensory
and socialization; and it is also accompanied by a description of the major changes in
the development, identifiable in the daily clinical work of pediatricians. Our goal is to
enhance knowledge in this key area of assessment of early childhood to detect
problems sufficiently in advance for their timely intervention.
INTRODUCCIÓN
Por otro lado, estudios de revisión de la microbioma intestinal (2), muestran que los
microbios que habitan el tracto gastrointestinal forman un ecosistema específico,
influido en cada ser humano por diversos factores, como el tipo de parto, la edad
gestacional, la nutrición y el uso temprano de antibióticos. Este ecosistema también
tiene una ligazón importante con el cerebro en desarrollo, por lo cual, mediante
estudios futuros, se espera entender esta relación que podría ser de ayuda para tratar
varias enfermedades como el autismo, la esquizofrenia y la ansiedad. Motivo por el
cual, un equipo de neuropediatras integrantes del Capítulo de Neurología Pediátrica de
la Sociedad Peruana de Pediatría presentamos una visión global de las características
de la evolución del neurodesarrollo infantil normal, sus alteraciones más frecuentes y
los principales signos de alarma.
La evaluación de los hitos del desarrollo en el niño permite estimar que el desarrollo
cerebral está ocurriendo dentro de un marco apropiado, por tanto, es muy importante
conocer los parámetros mínimos de evaluación del desarrollo para cada edad. Para
ello, nos podemos ayudar del carné de atención del niño o de algunas escalas
previamente validadas. Recordemos que los hitos del desarrollo tienen un amplio
margen de variabilidad normal, y es más importante establecer que se está logrando
una secuencia adecuada de eventos en el tiempo, que fijarse en un determinado logro
puntual. Como ejemplo, podemos poner el hito del caminar, que en promedio es
logrado por el niño alrededor del año de vida. Sin embargo, según la OMS, un niño
puede empezar a caminar entre los 9 y 17 meses, siendo esta variabilidad normal. En
el niño que demora en caminar debemos determinar si los pasos previos (sedestación,
gateo, marcha con apoyo) se han logrado a tiempo, o si todo el proceso motor grueso
está demorado también. En este último caso, el diagnóstico del niño es de retraso en
el desarrollo y como tal deberá ser evaluado. Debemos recordar, además, que la
pérdida de habilidades previamente adquiridas, o regresión del desarrollo, siempre
implica una alerta para que el niño sea derivado inmediatamente para su evaluación
complementaria (5).
DESARROLLO MOTOR
Los hitos del desarrollo mencionados son alcanzados en forma variable dentro de un
periodo de normalidad. Sin embargo, se han establecido edades aproximadas para que
sean aplicadas en forma práctica en el consultorio pediátrico, ya que muchas
enfermedades neurológicas pueden tener como primera manifestación una detención o
regresión del desarrollo psicomotor.
Trastornos motores de origen central (SNC). Se incluyen todas las condiciones que
ocasionaron una noxa al sistema nervioso central, ocasionando lesiones motoras
persistentes adquiridas en época perinatal, natal y posnatal. Se incluyen las siguientes
condiciones: lesión cerebral aguda (ejm. traumatismos encéfalo craneanos severos);
accidente cerebrovascular; encefalopatía hipóxico-isquémica; infecciones del sistema
nervioso central (meningitis, encefalitis, abscesos); leucomalacia periventricular del
prematuro; kernícterus, etc. (7,8).
DESARROLLO SENSORIAL
Desde las etapas iniciales de la gestación el feto recibe diversos estímulos, tanto del
interior como del ambiente exterior. El feto puede percibir los niveles de luz y
oscuridad, puede escuchar las voces o los sonidos, o sentir la calidez del útero, puede
iniciarse el sentido de la olfacción y del gusto, ya que sentirá el sabor del líquido
amniótico que deglute.
DESARROLLO VISUAL
A pesar de que el recién nacido mantiene los ojos cerrados la mayor parte del tiempo,
va a fruncir los parpados frente al estímulo de un foco luminoso. El recién nacido es
capaz de fijarse en un punto de luz, a pesar de que esta sea borrosa. La visión de
colores es restringida, tal vez solo una gama de grises, de baja nitidez. Solo podrá
distinguir luz, sombras y movimientos. En el primer mes de vida, mejora la agudeza
visual, la cual será nítida a una distancia de 25 a 30 centímetros, justamente la
distancia del pecho hasta la cara de la madre. El recién nacido puede mirar la cara de
la madre pero no la reconoce hasta los 3 meses de edad, inclusive puede imitar la
expresión facial y disfrutar frente a rostros o figuras. El recién nacido presta atención
por más tiempo a rostros y círculos concéntricos, por lo que siempre debe evaluarse la
preferencia visual al igual que la capacidad de habituarse o deshabituarse frente a un
estímulo (3).
Durante los primeros meses de vida; el bebé tendrá incapacidad para reconocer
objetos e interpretar los mensajes, van a ser necesarias experiencias repetidas. Por
todo esto, es importante la estimulación sensorial.
DESARROLLO AUDITIVO
El tacto es el sentido con desarrollo más precoz, desde etapas muy tempranas de la
gestación. Evoluciona progresivamente desde la séptima semana, cuando empieza a
sentir sensaciones en el contorno de la boca, luego en el rostro completo y, finalmente,
en ambos pies y el tronco. A las veinte semanas sentirá en todo el cuerpo.
Este sentido es importante no solo para el desarrollo de los reflejos primarios, sino que
los receptores ubicados en músculos, tendones, articulaciones y el aparato vestibular,
llevaran la información a la corteza cerebral y al cerebelo, para poder percibir nuestro
tono muscular, nuestros movimientos, la disposición de nuestros miembros, las partes
del cuerpo y la posición en el espacio; todo esto es importante para desarrollar el
equilibrio.
Desde el útero las papilas gustativas funcionan, y luego del nacimiento el bebe podrá
diferenciar lo dulce de lo ácido y amargo, con preferencia por el sabor dulce. Al cuarto
mes; aceptará sabores salados, siempre utilizando el olfato. El recién nacido tiene el
olfato desarrollado y podrá diferenciar olores agradables y desagradables, con
preferencia por los olores conocidos como el de la madre (4).
Las estructuras básicas del desarrollo sensorial están en el cerebro desde antes del
nacimiento. Es necesario perfeccionarlo, establecer redes conectivas a través de
experiencias sensoriales, especialmente en los primeros meses de vida. Detectar la
deficiencia sensorial es labor primordial del pediatra.
El lenguaje es un fenómeno cultural y social que usa símbolos y signos adquiridos, los
cuales permiten la comunicación con los demás. Esta es una destreza que se aprende
naturalmente y se convierte en pieza fundamental de la comunicación puesto que
admite proyectar emociones, pensamientos e ideas en el tiempo y en el espacio. El
lenguaje oral constituye el principal (y a veces el único) medio de información y
cultura, por tanto, es un factor importante de identificación a un grupo social (11).
Las teorías vocales sostienen que el lenguaje evolucionó a partir de un amplio grupo de
llamadas instintivas que expresaban estados emocionales tales como angustia, júbilo y
excitación sexual. También se ha planteado que el lenguaje haya surgido de la
evolución conjunta de los gestos y la vocalización, lo que podría justificar la
inexplicable correlación entre la dominancia manual y el lenguaje verbal y de signos,
ambos localizados en el hemisferio izquierdo (11,15). En la adquisición del lenguaje
distinguimos inicialmente la etapa preverbal, que ocurre durante los primeros 10 a 12
meses de edad. Otros la consideran como la etapa del nivel fónico puro, debido a que
el infante emite solo sonidos onomatopéyicos.
Durante esta etapa, la comunicación que establece el niño es con su medio familiar,
especial y particularmente con su madre, y es de tipo afectivo y gestual. Para
estimularlo lingüísticamente la madre puede utilizar, junto con el lenguaje afectivo y
gestual, el lenguaje verbal. La palabra debe acompañar siempre al gesto y a las
actividades de la madre con su hijo (13).
Para la adquisición apropiada del lenguaje, el niño requiere la integridad de los órganos
de la respiración (pulmones, músculos costales y el diafragma, necesarios para la
emisión de sonidos); de los órganos de la fonación (laringe y las cuerdas vocales, que
se emplean en la producción de la voz); los órganos de resonancia (faringe, boca y
fosas nasales, que modulan el tono de los sonidos), y de los órganos de la articulación
(paladar, lengua, mandíbulas, labios y dientes) que modularán el tono de la voz (11).
El desarrollo del lenguaje dependerá de la interacción de diferentes factores, entre los
cuales se encuentran las relaciones afectivas e intelectuales del niño, quien debe
sentirse emocionalmente seguro y lingüísticamente estimulado; la personalidad del
niño y de los adultos que lo rodean; la maduración biológica (del sistema nervioso,
auditivo, aparato fonador e inteligencia), y de los propios procesos de aprendizaje.
Pocos conocemos la secuencia de desarrollo social y del lenguaje, lo que motiva que
muchos niños con retraso en estas áreas, sean referidos después de los dos años de
edad, lo cual implica la pérdida del período crítico para el desarrollo social y del
sistema auditivo y del habla, que está comprendido entre los 6 y 24 meses de edad
(Tabla 2). Finalmente, debemos recordar que la participación del lenguaje en el
aprendizaje pedagógico es tan fundamental, que cualquier limitación en su adquisición
tiende a afectar la capacidad del aprendizaje escolar (11).
En caso de que el niño tarda en hablar, debemos considerar las siguientes etiologías:
retraso simple del lenguaje (RSL), trastorno específico del lenguaje (TEL), trastornos
del espectro autista (TEA), discapacidad intelectual, hipoacusia, hijos de padres sordo-
mudos y privación ambiental extrema. La hipoacusia es la tercera causa en frecuencia,
por lo que se debe descartar, en primer lugar, en todos los niños con retraso o
alteraciones en el lenguaje. Su incidencia en el período neonatal es de 3-5/1000
nacidos vivos, siendo la enfermedad congénita más frecuente, incluso más que el
hipotiroidismo (15).
En los niños que dejan de hablar (regresión del lenguaje), debemos buscar afasias
adquiridas secundarias a lesiones cerebrales (expresivas o receptivas); síndrome de
Landau Kleffner (afasia epiléptica); mutismo selectivo; regresión autista; síndrome de
Rett; trastorno desintegrativo infantil (TDI), y enfermedades degenerativas (12,14,15).
Un recién nacido es capaz de mirar y fijar la mirada en los ojos de las personas, en
especial de su madre. A los 3 meses logra la sonrisa social; a los 6 meses ya tiene risa
social: mira a los ojos, sonríe y se ríe espontáneamente en presencia de personas (sin
estimulación táctil o sin cosquillas), no es la risa refleja frente a objetos o animales.
Alza las manos, le gusta que lo carguen.
A los nueve meses imita, hace adiós con la mano, imita gestos faciales, siempre
mirando a los ojos. Juega a taparse con el pañal. Fijando la mirada en una persona,
gruñe, grita, "chilla", mueve las manos cuando quiere algo (gesto protoimperativo).
Toca su imagen en el espejo, entiende el "no". Estira los brazos para que lo carguen.
Presenta ansiedad o angustia ante los extraños (llora cuando se acerca un extraño o
familiar al que no ha visto por algunos días). Poco tiempo después, a los 12 meses,
señala; fija la mirada en una persona, estira el brazo y señala lo que quiere (verbaliza,
grita y establece contacto visual alternativamente entre el objeto y la persona con la
única intención de dirigir la atención de la persona hacia el objeto que quiere (gesto
protodeclarativo). Responde a su nombre, demuestra afecto, abraza y le gusta que lo
abracen, apoya su cara en otra cara, sonríe y ríe (16).
La definición del autismo ha evolucionado en los últimos años, hasta llegar a la que
tenemos actualmente y que corresponde al Diagnostic and Statistical Manual of Mental
Disorders, Fifth Edition (DSM-5) (17) (Tabla 5). Los criterios utilizados han sido
resumidos en dos puntos principales: déficit en la interacción social y la comunicación,
y presencia de intereses restringidos y repetitivos (comportamientos estereotipados
verbales o motoras, sensoriales o comportamientos inusuales, y/o adhesión excesiva a
rutinas y patrones ritualizados de comportamiento).
El diagnóstico es fundamentalmente clínico, no existe ningún examen biológico que
pueda validarlo. Presenta manifestaciones que van desde un completo desinterés por
otras personas hasta la repetición de preguntas para mantener la interacción social,
son niños muy distantes que evaden la mirada, o se acercan demasiado; tocando,
besando, oliendo inapropiadamente. Debe sospecharse en niños alrededor de los seis
meses de vida, algunos de los síntomas sugestivos son la dificultad en la alimentación,
en el intercambio de miradas e hipotonía. Se observa un bebe que nunca llora o no se
molesta, irritable a pequeños estímulos.
No existe una causa única conocida para el autismo. Existen múltiples teorías que
intentan explicar esta enfermedad, dentro de las cuales tenemos a la teoría psicógena,
genética, epigenética, estructural, metabólica, histológica, bioquímica e infecciosa; sin
embargo, la teoría genética es la que actualmente tiene mayor validez.
CONCLUSIONES
Fuentes de financiamiento: ninguna.
Referencias Bibliográficas
1. Victora CG, Horta BL, Loret de Mola C, Quevedo L, Tavares R, Gigante D, et al.
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income at 30 years of age: a prospective birth cohort study from Brazil. Lancet Global
Health 2015;3(4):e199-205. [ Links ]
3. Volpe J. Neurology of the newborn infant, 5th ed. Philadelphia: Saunders Elsevier;
2008. [ Links ]
4. Walker SP, Wachs TD, Grantham-McGregor S, Black M, Nelson C, Huffman S, et al.
Inequality in early childhood: risk and protective factors for early child development.
Lancet. 2011;378(9799):1325-38. doi: 10.1016/S0140-6736(11)60555-2.
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5. Illingworth R. El desarrollo normal del lactante y el niño. 1972. Williams & Wilkins.
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10. Fenichel GM. Clinical pediatric neurology: a signs and symptoms approach, 6th ed.
Shreveport: Elsevier Saunders; 2009. [ Links ]
11. Huanca Payehuanca D. Desarrollo del lenguaje. Rev Peru Pediatr. 2008;61(2):98-
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13. Barragán E, Lozano S. Identificación temprana de trastornos del lenguaje. Rev Med
Clin Condes. 2011;22(2):227-32. [ Links ]
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Recibido: 18-08-15
Aprobado: 16-09-15