Escultura de La Antigua Roma
Escultura de La Antigua Roma
Escultura de La Antigua Roma
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Tras la consolidación del imperio romano, otras influencias extranjeras, sobre todo
orientales, determinaron una progresiva separación del canon griego hacia una
simplificación formal de tendencia abstracta, que estableció las bases del arte
bizantino, paleocristiano y medieval. Este proceso, sin embargo, se intercaló con
varios períodos de recuperación del clasicismo, que además de fortalecer el vínculo
simbólico con el pasado fueron útiles para el mantenimiento de la cohesión cultural
y política del vasto territorio. Ni siquiera la cristianización del imperio pudo
determinar la exclusión de referencias a la escultura clásica romana pagana, y
hasta el siglo V, cuando la unidad política se rompió definitivamente, los modelos
clásicos siguieron siendo imitados, pero adaptados a los temas del nuevo orden
social, político y religioso que se había instaurado.2
Índice
1 Escultura y sociedad romana
2 Contexto histórico
2.1 Tradición etrusco-romana
2.2 Helenismo y Neoclasicismo
3 Imperio romano
4 Técnicas de escultura
4.1 Retrato
4.2 Estatuas
4.3 Sarcófagos
4.4 Relieves arquitectónicos
4.5 Camafeos
4.6 Juguetes
4.7 Estatuillas de culto privado
4.8 Objetos decorados
5 Escultura tardía imperial
6 Uso del color como un recurso mimético y expresivo
7 Legado
8 Véase también
9 Referencias
10 Bibliografía
11 Enlaces externos
Escultura y sociedad romana
Contexto histórico
Artículo principal: Antigua Roma
Artículo principal: Fundación de Roma
Tradición etrusco-romana
Artículo principal: Arte etrusco
Artículo principal: Escultura etrusca
Entre los siglos VII a. C. y VI a C. Los etruscos dominaron la parte norte central
de la península Itálica, y al menos algunos de los semilegendarios reyes de Roma
fueron etruscos. Su arte, que ya estaba en gran medida interpretado del periodo
griego arcaico, se convirtió en el arte de los romanos. Así como harían más tarde
con el arte griego, los romanos no solo copiaron los modelos etruscos sino que en
sus guerras contra ellos, se apropiaron de sus obras de arte para la decoración de
su capital. Las primeras esculturas realizadas en Roma de las que hay noticia datan
del siglo VI a. C. y su estilo es totalmente etrusco. El famoso Apolo de Veyes, nos
da una buena información sobre las tendencias estéticas vigentes en ese momento.
Un poco más tarde, Alejandro Magno, conquistó Grecia y llevó su arte hasta la India
pasando por Persia y llegando a Egipto. El impacto de esta expansión tuvo dos
significados, uno sobre los pueblos conquistados, definiendo nuevas orientaciones
para su cultura y arte, y otro inverso, sobre la propia cultura griega que asimiló
una variedad de elementos orientales. Con la fragmentación del imperio alejandrino
después de la muerte del conquistador, se formaron varios reinos de raíz local —
Bitinia, Galacia, Paflagonia, Ponto, Capadocia, el Egipto de la dinastía Ptolemaica
—, que incorporaron nuevas costumbres griegas, evolucionando de manera propia. De
esta fusión de influencias orientales y griegas se debe el nombre helenístico. El
interés por el pasado fue un rasgo distintivo de la época. Fundaron los primeros
museos y bibliotecas, como en Pérgamo y en Alejandría, hubo biografías de los más
notables artistas, la crítica de arte se desarrolló y los viajeros describieron la
geografía, la historia y costumbres de las diversas regiones que visitaban.11
En 212 a. C., los romanos conquistaron Siracusa, una rica e importante colonia
griega en Sicilia, adornada con una profusión de obras de arte helenístico. Todo
fue saqueado y llevado a Roma, donde sustituyó la línea de la escultura etrusca que
todavía se cultivaba. El saqueo de Siracusa, fue el impulso final para el
establecimiento definitivo de la norma griega en el corazón de la República, pero
encontró también la oposición.
Catón denunció el saqueo y la decoración de Roma con las obras helénicas, consideró
que era una peligrosa influencia para la cultura nativa, y deploró que los romanos
aplaudieran las estatuas de Corinto y Atenas, y ridiculizaran la tradición
decorativa en terracota de los antiguos templos romanos. Pero todo fue en vano. El
arte griego había sometido el gusto etrusco-romano en general, al punto de que las
estatuas griegas se encontraban entre los premios más codiciados de la guerra y
eran exhibidas durante la procesión triunfal de todos los generales conquistadores.