Este documento realiza una delimitación conceptual del odio para diferenciarlo de emociones similares como la ira, la envidia y el resentimiento. Define el odio como desear causar mal a otra persona o grupo de personas de manera permanente y fría, pudiendo ser causado por la ira, la envidia o el resentimiento. Define la ira como la intención de causar pesar a alguien como venganza por una afrenta percibida como injusta, siendo su causa singular y su duración determinada.
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Este documento realiza una delimitación conceptual del odio para diferenciarlo de emociones similares como la ira, la envidia y el resentimiento. Define el odio como desear causar mal a otra persona o grupo de personas de manera permanente y fría, pudiendo ser causado por la ira, la envidia o el resentimiento. Define la ira como la intención de causar pesar a alguien como venganza por una afrenta percibida como injusta, siendo su causa singular y su duración determinada.
Este documento realiza una delimitación conceptual del odio para diferenciarlo de emociones similares como la ira, la envidia y el resentimiento. Define el odio como desear causar mal a otra persona o grupo de personas de manera permanente y fría, pudiendo ser causado por la ira, la envidia o el resentimiento. Define la ira como la intención de causar pesar a alguien como venganza por una afrenta percibida como injusta, siendo su causa singular y su duración determinada.
Este documento realiza una delimitación conceptual del odio para diferenciarlo de emociones similares como la ira, la envidia y el resentimiento. Define el odio como desear causar mal a otra persona o grupo de personas de manera permanente y fría, pudiendo ser causado por la ira, la envidia o el resentimiento. Define la ira como la intención de causar pesar a alguien como venganza por una afrenta percibida como injusta, siendo su causa singular y su duración determinada.
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A pesar de que algunas de sus manifestaciones –como el lenguaje del
odio– ocupan un creciente espacio en los medios de comunicación, el
concepto de odio actualmente permanece poco analizado. A partir de mi estudio Breve genealogía del odio, basándome en autores clásicos como Aristóteles, Luis Vives, Tomás de Aquino, Séneca, Spinoza o Descartes realizaré una delimitación conceptual del odio para deslindarlo de nociones próximas como la ira, la envidia, el resentimiento y el asco. El odio es una emoción humana que consiste en desear causar mal, como mal, a una persona, o un género de personas o animales –objeto–, tiene tendencia a ser permanente –circunstancia temporal– y frío y podría tener como causa la ira –que “crece hasta el odio”–, la envidia, el resentimiento o el asco –causa–.
La ira es una emoción humana que consiste en la intención de causar un
estado de pesar a alguien, como venganza, por un desprecio manifestado o la impresión de haber sufrido una injusticia –objeto–, la cual es percibida como inmerecida o inicua –percepción–. La causa de la ira siempre es singular y particular ya que se trata de una afrenta contra uno mismo, o los que son próximos –causa–, y puede provocar un cierto pesar propio o bien, según otros, puede provocar placer por la venganza, quien tiene ira podría compadecerse si se dieran ciertas circunstancias – consecuencia–. La ira suele surgir como una reacción, a veces acalorada y precipitada –considerada en ocasiones como una “locura transitoria”–, y tiene una duración determinada –circunstancia temporal–.