De La Cal Al Cemento Portland
De La Cal Al Cemento Portland
De La Cal Al Cemento Portland
INTRODUCCIÓN
La cal grasa apagada, cuyo origen se remonta a la noche de los tiempos, es por
su naturaleza y versatilidad uno de los materiales más nobles que ha empleado la
arquitectura histórica.
El ciclo de la cal comienza con el cocido de una caliza para obtener cal viva; tras
su apagado, se llega a la cal grasa o cal en pella, a la que se añadirán los áridos
elegidos que la doten del color y textura elegidos. Tras su lento fraguado retornará
a su original estado de carbonato cálcico, pero ya con una manipulación empleada
por la técnica del hombre.
EL AGUA
El agua para amasar morteros puede ser cualquiera de las que produce la
naturaleza, siempre que no estén sucias ni contengan sales. Serán las
consideradas potables. La de río es preferible a la de fuentes y pozos; no deben
ser minerales ni selenitosas, pues retardan o impiden el fraguado. Estas aguas, de
no haber otras, se exponían al aire algún tiempo y se filtraban para disminuir su
dureza. Las de río serán comprobadas de no tener disuletos ácidos o grasas
procedentes de fábricas o detergentes vertidos.
Las aguas muy puras como las de lluvia, no son convenientes, pues dan
reacciones ácidas. Las altas temperaturas del agua aceleran el fraguado del
mortero. Por dicha razon, en épocas frías se preparan los morteros con agua
caliente. De todas formas, en épocas heladas se suspenderan las obras. Con
temperaturas superiores a treinta grados centígrados se acelera el fraguado y se
retrasa cuando son inferiores a siete grados centígrados.
ARENA
"La arena, para mezclarla con la cal, debe ser limpia, suelta y nada terrosa. Se
conoce su bondad cuando, tomándola en la mano y estregándola, cruje, dejando
después la mano limpia, sin polvo ni tierra pegada. La mejor se saca de minas; la
de ríos también es buena si con la frotación no ha perdido los ángulos y tomado
figura redonda, y la de mar puede usarse con ciertas precacuciones cuando no la
hay de mina o de río. El principal cuidado que se ha de tener en que no sea
terrosa, pues si lo fuere la mezcla que con ella se haga nunca tendrá consistencia
bastante para resistir la humedad. Donde no hay buena arena se puede suplir con
arcilla requemada y molida. El ladrillo o teja molida, los escombros de los tejares,
las escorias y aún el carbón causan excelentes efectos mezclados con la cal en
algunos generos de obra y particularmente en las de agua. "
LA CAL
Es un producto blanco, sólido, con un elevado punto de fusión. Tiene avidez por el
agua que tras reacción exotérmica, se transforma en hidróxido cálcico.
Según Arreondo, se llama cal a todo producto sea cual fuere su composición y
aspecto físico, que proceda de la calcinación de piedras calizas. Después del
proceso de calcinación hay que proceder a la extinción o apagado del anhídrido,
con lo cual se obtiene un material hidratado en forma pulverulenta o pastosa,
según la cantidad de agua añadida.
YESO
Según Juan de Villanueva:
PIGMENTOS
ADITIVOS
El debate está en como reemplazar los viejos morteros con aditivos orgánicos por
otros similares, con técnicas más avanzadas, utilizando compuestos sintéticos o
mezcla de materias sintéticas y orgánicas.
NEOLÍTICO
La cultura de Jericó, junto a Catal Hüyük, son dos de las más antiguas culturas
urbanas neolíticas; también se encuentra en ella la presencia de la utilización de la
cal en cisternas aparecidas. Edward Bacon cita suelos de morteros de cal en
casas excavadas por arqueólogos rusos en Djeitun (Turkmenistan), al oeste del
mar Caspio, pertenecientes a culturas del tercer y cuarto milenio (a. J.C.).
En Mesopotamia apareció un horno de cal del 2500 a. J.C. En esa área son
constantes los descubrimientos de ejemplos de su utilización, como el palacio
asirio de Til Barsib (Tel-Ahmar), del siglo XVIII a. J.C., con el bellísimo fresco que
desarrolla una audiencia del rey Figlatpileser III con un friso de escribas, sirvientes
y prisioneros. Las pinturas murales de Mari (siglo-XVIII a. J.C.), en Louvre, fueron
pintadas sobre capa de yeso al temple. La ciudad caldea Ur, patria de Abraham,
revoca con cal sus paredes (C.L. Woolley).
La cultura maya, que floreció entre los años 300-900 de nuestra era, utilizó la cal
en los centros ceremoniales como Copan, Palenque, Chichéntzá, etc., estucando
y tiñendo sus decoraciones esculpidas. Sus sucesores, los toltecas, la utilizan en
Tula, así como los aztecas.
En relación con los cuatro dioses Bacabs que sostenían el cielo, las cosmogonías
mayas en Teotihuacan crearon un cromatismo de orientación geográfica. El
levante era rojo, blanco al norte, negro al oeste y amarillo el sur. El verde era la
vida y se reservaba para el centro de la observación.
En las culturas andinas del Perú se usó la cal antes de la colonización española
que la empleó. La usaron en coloraciones de frescos y otros temas. También se
empleó la cal mezclada con asfalto para los morteros de mamposterías y se
mezcla la cal con el barro para estabilizar adobes, igual que los árabes.
Pueden haber existido mutuas influencias entre estos fresquistas egipcios y los
autores de las bellísimas minoicas contemporáneas. Los frescos minoicos que
aparecen en las habitaciones de sus palacios, plenos de un deslumbrante
colorido, con armoniosas representaciones figuradas y complicados diseños
geométricos en sus cenefas, conteniendo temas de mujeres en procesión,
escenas de caza y animales marinos, constituyen lo mejor de su arte. Se ven en el
megaron de Pylos y en el resto de las poblaciones-palacio de siglos XIV y XV de
Micenas, Tirinto o Tebas, y en el sarcófago de Haghia Triada.
Los frescos griegos más antiguos, según la arqueología clásica, son los de la casa
de Cadmos en Tebas y algunos fragmentos del palacio de Tirinto, posteriores a
1400 a, J.C. y aproximadamente coincidentes con la caída de Cnosos.
Estas calizas, muy apropiadas para ello, eran enlucidas con finos estucos
coloreados, pues la arquitectura griega fue siempre polícroma. Se han encontrado
restos de policromía también en Sicilia y Paestum. Se utilizaban como recurso de
afinado para ciertos materiales pétreos, pero como técnica propia de construcción
de muros comienza a ser utilizados a finales del segundo milenio, como se
observa en casas de Delos y Thera, donde existen auténticos revocos imitando
rejuntados de sillares y otra serie de elementos arquitectónicos. En Thera se
introdujo a la mezcla cal-arena el polvo volcánico de la "tierra de Santorin",
explotada en la isla. Se obtenían así morteros estables al agua y cuyas
propiedades tienen una cierta analogía con los morteros modernos a base de
aglomerantes hidráulicos. Esta forma de actuar era conocida fuera de la isla, ya
que se ha encontrado "tierra de Santorin" en estatuas que adornaban el
"Hephaisteion" de Atenas. A falta de roca volcánica se utilizaba reja o ladrillo
picado, así como un tinte de color rosa en ciertos revestimientos interiores. El
primer empleo conocido de la tejoleta se remonta a la época de la construcción de
los aljibes de Jerusalem (bajo el mandato de Salomón, siglo X a. J.C.). Esta
costumbre parece haber sido introducida por obreros fenicios que conocían
empíricamente las propiedades de los materiales llamados actualmente puzolanas
artificiales. Recordemos que fueron arquitectos fenicios quienes construyeron el
templo de este rey.
La forma básica de las pinturas murales indias se caracteriza por varias capas. El
arriccio -la capa más gruesa- estaba normalmente mezclada con base de arcilla
con paja u otras fibras vegetales o pelo animal. Los textos mencionan varias
mezclas de tierras, arena, polvo de ladrillo o de conchas y cal. Su principal función
era para nivelar la superficie de la pared. El intonaco o capa superficial era fina y
suave receptora de las pinturas compuestas de caolín, yeso y cal o estratos de
estos materiales. Todos los textos mencionan la adición de adhesivos: gomas,
resinas, ceras, melazas, azúcar, varios jugos de plantas, aceites o colas de piel de
vaca. Los últimos textos conceden mayor importancia al pulido de superficies
destinadas a recibir la pintura. Aunque la cal se describe ocasionalmente, los
textos nunca mencionan la técnica al fresco, sino siempre pintura a la témpera con
una preparación seca.
Una de las más antiguas menciones del Opus caementicum encontrada la cita
Catón (s. II a. J.C.), que describe la construcción ex calce et caementis. La fecha
exacta de introducción del mortero de cal en Roma no se conoce, pero se sabe
que esta técnica fue utilizada en los dos últimos siglos de la república (s. II y I a.
J.C.), en que se desarrolla y generaliza rápidamente, supliendo los sistemas
utilizados anteriormente, tales como el Opus Quadratum (gruesos bloques
ajustados sin mortero) y el Opus Latericium y el Later crudus o ladrillos secos.
Menciona también el empleo de aditivos ya utilizado por los griegos, tales como
cenizas volcánicas o la teja picada. En efecto, los romanos han practicado a gran
escala el añadir a la cal arcilla cocida y sobre todo puzolana (roca volcánica que
procede de los yacimientos descubiertos en Pozzueli o Puzzoli, cerca de Nápoles),
que confiere al mortero propiedades hidráulicas. Otra característica de la
composición es la excepcional calidad del mortero romano, en el cual se tiene
mucho cuidado al mezclar sus elementos constitutivos. Este mortero se ha
utilizado masivamente para cubrir las mamposterías de las paredes. También lo
vierten entre dos muros paralelos, que hace de encofrado perdido. Toda esta
masa era aplastada con mazas para rellenar totalmente todos los intersticios,
hasta eliminar la última burbuja de aire.
Tras la desmembración del Imperio se pierde esta unidad formal de calidad, quizá
aportada por las disciplinadas Legiones que transmitían a lo largo del Imperio,
como una rígida ordenanza, lo que hoy llamaríamos normativa, todo el buen hacer
del proceso.
En algunos aún se observa la huella del pincel por estar el mortero aún demasiado
plástico. Algunas veces se retocaba in secco sobre el paramento ya fraguado, con
témperas.
España tiene una gran tradición en yesos y gran abundancia de ellos en su mitad
oriental. Tuvo una fuerte tradición mudéjar y de yesaires, lo que explica el gran
uso de ellos, incluso como aglomerante de fábricas, como se ve en el área
aragonesa donde sus impurezas arcillosas (lo contrario de la cal) sirvieron como
su propio impermeabilizante, observándose muros medievales trabados con yeso
en perfecto estado. Se usó mucho el espejuelo para trabajos refinados, que es el
que mejor imita marmoraciones y jaspeados. Vitruvio también lo recomienda en
exteriores, siempre que se le dé dos o más capas de aceite de oliva extendidas
con la mano. También se recomendaba grasa de cerdo rancia.
BIZANCIO
Los constructores bizantinos del siglo III al XIII creaban gruesas llagas de mortero
de cal en la construcción de fábricas y bóvedas y están en excelente estado, a
pesar de su endurecimiento imperfecto a veces. Utilizaban en la mezcla, además
de arena, ladrillo troceado de un centímetro de diámetro aproximado, además de
polvo de ladrillo. Este mortero tenía un aspecto rugoso y poco trabado, pero las
hiladas estaban perfectamente ordenadas y horizontales. El mortero se aplicaba
minuciosamente en capas de tres a cuatro centímetros de espesor. Los asientos
por el peso de la fábrica estaban previstos, pero eran prácticamente eliminados,
pues añadían a su vez piedra troceada de tres centímetros de diámetro, casi del
tamaño de la llaga, las cuales repartían la presión eliminando asientos que se
producirían antes del fraguado. Pero esto no los protegía bien de la erosión por el
viento y la lluvia.
MORTEROS MEDIEVALES
A pesar de que los morteros medievales no se conocen bien, parece que no hay
ningún progreso técnico destacable en este período. Después de la caída del
impero romano es difícil mantener una vista de conjunto de la evolución, ya que a
continuación de las grandes invasiones cada país, cada región, ha seguido su
propio camino. Los morteros varían mucho de un sitio a otro y de época en época,
incluso entre los edificios contemporáneos. Son frecuentemente de mediocre
calidad, poco homogéneos y construidos sin la base característica de las
construcciones romanas; en el interior, en las paredes hay frecuentemente
cavidades.
Para los siglos IX, X y XI, Violet Le-Duc encuentra morteros de calidad muy
mediocre, a pesar de la presencia de la tejoleta (hay que indicar que la tejoleta
puede tener funciones muy distintas). Por su naturaleza porosa, los pequeños
fragmentos de tierra cocida convierten a los morteros en más permeables al aire y
permiten así una mejor carbonatación de la cal. Por otro lado, algunas arcillas
cocidas pueden tener semejanza a las puzolanas. La reactividad es a menudo
pequeña o nula, ya que de ella depende la naturaleza de la arcilla y la temperatura
de cocción. Los mejores resultados se obtienen a temperaturas por debajo de la
temperatura de cocción de las tejas y los ladrillos. Por consiguiente, la adición de
tejoleta no mejora mucho la calidad de un mortero.
A menudo los morteros de cascotes son mezclados con arena gruesa y cal,
mezclada con carbón de madera (como hay una gran cantidad de carbón, no se
considera impureza, sino un elemento que, como es poroso, hace el mismo papel
que los trozos de tierra cocida). Para las techadas y las uniones, los albañiles
utilizaban arena fina y cal muy blanca.
Al comienzo del siglo XII, por motivos económicos, se les pusieron restricciones a
los constructores: en sus contratos figuraba utilizar un poco de cal y arena
mezclada con tierra. Así, los morteros de las catedrales de Laon, Troyes, Chalons-
Sur-Marne, son de muy poca calidad. Por contra, en los siglos XIV y XV, las
arenas gruesas apenas se empleaban y sí arenas del litoral, que parecía como si
las hubieran lavado para quitarles la arcilla y la tierra. Naturalmente, los morteros
eran de mucha mejor calidad.
A. Naef, arqueólogo natural de Vaud (Suiza), ha revelado que los albañiles de otro
tiempo han utilizado en esa región un aglomerante a base de escayola. En Chillón,
su uso se remonta a mediados del siglo XII, no solamente para revestimientos,
sino también para guarniciones de vanos. Se trata de un hormigón fluido,
mezclado con trozos de toba y piedras de distintos tamaños, muy pequeñas para
los suelos, más gruesas para los soportes, pero siempre cubiertas por la masa.
Según A. Naef, este sistema de construcción puede ser una reminiscencia de los
romanos. En los siglos XIII y XIV, la escayola utilizada en Chillón proviene de los
yacimientos de Villeneuve. En Valais es donde se conservan hasta la época
moderna: hay todavía ejemplos numerosos. Baste citar la galería de Nuestra
Señora de Valere, en Sión.
ARTE ISLAMICO
Los esgrafiados catalanes llegan más bien por vía italiana, ya en época barroca,
con su gran auge en el XVII y XVIII y el gran despegue en la arquitectura
modernista.
Borromini nunca empleó el color, sólo en retablos pintados con sus marcos
dorados y en los paños de estuco encima y debajo de los grandes nichos; el resto
es de estuco blanco, como en San Carlo. San lvo se restauró para eliminar
añadidos, como el falso mármol superpuesto el pasado siglo. En la actualidad se
ha vuelto al blanco, verdadera intención de Borromini.
Las superficies estucadas gustaron a aquellos venecianos tan amantes del color,
que lo cambiaban a voluntad; en las villas palladianas y casas venecianas se ve
gran cantidad de superposiciones de estucaduras.
En el siglo XVIII, los italianos proveían a toda Europa de las placas de ricos
mármoles que servían de encimeras de consolas, aparadores o cómodas,
generalmente de estilo rococó. Pero producían también para el mismo uso placas
de scagliola o imitaciones de mármol en estuco coloreado, que eran muy
solicitadas, sobre todo por ricos clientes ingleses.
AGLOMERANTES MODERNOS
ANTECEDENTES CLASICOS:
AGLOMERANTES HIDRAULICOS:
Los ensayos efectuados con una caliza de Averthan dieron resultados positivos.
Hacia 1812, Vicat estudió las mezclas de calizas puras y arcillosas y demostró
definitivamente que las propiedades hidráulicas dependen de los componentes
que se forman durante la cocción entre la cal y los constituyentes de la arcilla. En
efecto, bajo la acción del calor, primero se produce una deshidratación de la
arcilla, después una descomposición de la caliza y por fin una combinación entre
la cal, la s¡lice y los óxidos de aluminio. Dependiendo de la temperatura y la
duración de la cocción, la reacción es más o menos completa y los productos
obtenidos más o menos hidráulicos.
Esta operación, que consiste en hidratar el óxido de cal libre, debe ser hecha con
una cantidad moderada de agua, para evitar la hidratación de constituyentes
hidráulicos. Se trata de un proceso que era mal comprendido por los predecesores
de Vicat.
CEMENTOS:
Desde finales del siglo XlX los principios generales de la fabricación del cemento
"Portland" no han sufrido cambios. Sin embargo, han sufrido una evolución técnica
y científica muy importante. Esta evolución aumentó los conocimientos científicos
básicos y ha permitido descubrir una gama de aglomerantes derivados del
Portland (Portland especiales), aglomerantes de mezcla (cementos puzolánicos,
metalúrgicos, etc.) y los aglomerantes especiales (de aluminio), lo que, por un
lado, puede paliar ciertas insuficiencias del cemento Portland y por otro satisfacer
mejor otro tipo de exigencias, pero crean otros problemas.
LLAGA: Garganta. Degolladura. Junta vertical que queda entre dos piedras o
sillares, ladrillos u otro material al construir una fábrica.
PAÑO: Lienzo de pared o muro entre dos columnas, pilastras, etc. En una boveda
de crucería cada sección en que queda dividida por los nervios.
TALOCHA: Instrumento usado por los albañiles, utilizado para fratasar con
mortero los paramentos de tabiques o muros, consistiendo en una tabla con
mango.
TOBA: Piedra caliza muy porosa y ligera, constituida por la cal que lleva en
disolución las aguas de ciertos manantiales y que se deposita en las plantas y en
el suelo.
BIBLIOGRAFIA
Villanueva, Diego de. Colección de diferentes papeles continuos sobre todas las
partes de la Arquitectura.