Hacienda Pública
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servicios correspondientes, es menester realizar erogaciones que suponen los previos ingresos.
Ello nos introduce en el campo de las finanzas públicas en virtud de sus dos típicos fenómenos:
gastos y recursos públicos. Observamos, por lo pronto, la necesidad de que el Estado efectúe
gastos (ver cap. II). Debe adquirir uniformes y armas para los soldados, debe proveer de edificios
para que funcionen los tribunales
De justicia, debe pagar sueldos a policías, jueces, diplomáticos y empleados públicos, construir o
pagar la construcción de puentes, presas hidroeléctricas, hospitales, escuelas, otorgar subsidios a
entidades de bien público, etc.
Si el Estado necesita gastar, es evidente que debe contar con los medios pecuniarios necesarios
para afrontar tales erogaciones. El Estado debe, pues, tener ingresos, los cuales derivan de sus
recursos públicos.
Esos ingresos a veces se originan en ¿1 propio patrimonio del Estado. Sucede tal cosa cuando el
ente público explota, arrienda o vende sus propiedades, o si obtiene ganancias por medio de sus
empresas y por el ejercicio de actividades industriales y comerciales productivas, no
descartándose la posibilidad de que la explotación de algún servicio público por parte del Estado,
le arroje beneficios, aunque ello es generalmente improbable.
Pero la mayor parte de los ingresos son obtenidos recurriendo al patrimonio de los particulares en
forma coactiva y mediante los tributos. Puede, asimismo, recurrir al crédito público obteniendo
bienes en calidad de préstamo. Tanto cuando el Estado efectúa gasto* públicos como cuando por
distintos procedimientos obtiene ingresos públicos provenientes de sus recursos, desarrolla un
tipo especial de actividad que se denomina "actividad financiera".
LA ACTIVIDAD FINANCIERA
Se traduce en una serie de entradas y salidas de dinero en la Caja del Estado. Las entradas de
dinero constituyen los ingresos públicos, que son trasferencias monetarias (coactivas o
voluntarias) realizadas en favor de los organismos públicos.
Merced a estas trasferencias, las entidades estatales pueden disponer de los medios de pago
necesarios para realizar las funciones encomendadas. A su vez, la ejecución de estas funciones
trae como consecuencia una serie de trasferencias monetarias de signo inverso, ya que suponen
salidas de dinero de las cajas públicas que constituyen los gastos públicos.
En este aspecto, la actividad financiera se distingue de todas las otras que ejecuta el Estado en
que no constituye un fin en sí misma, o sea que no atiende directamente a la satisfacción de una
necesidad de la colectividad, sino que cumple una función instrumental porque su normal
desenvolvimiento es condición indispensable para el desarrollo de las otras actividades. Esto es
así, porque ninguna actuación del Estado sería posible, si no hubiese obtenido previamente los
fondos necesarios para solventar su actividad en procura de satisfacer necesidades públicas.
El Estado es el único y exclusivo sujeto de la actividad financiera, concibiendo el término "Estado"
en sentido lato y comprensivo, por tanto, del ente central (Nación) y de los entes federados
(provincias), así como de los municipios (en los países en que tales formas gubernamentales
tengan vigencia .Así considerado, el Estado dirige esta actividad hacia la provisión de los recursos
necesarios para el logro de los fines propios, que son los fines de los individuos constituidos en
unidad y considerados en la serie de generaciones. Tanto los intereses individuales como los
colectivos se coordinan para la obtención de los fines superiores, unitarios y duraderos del Estado,
diferentes de los fines efímeros y perecederos de los individuos que lo componen.