Padres de Sanson
Padres de Sanson
Padres de Sanson
Nuestro Dios ama a la familia. ÉL la creó, por eso vela por su bienestar en todos
los órdenes espirituales, morales, físicos y materiales. Dios desea sobre todo su
salvación, su educación cristiana, su edificación, su bienestar material y en fin,
todo lo que sea mejor para ella.
Una cosa en la que nuestro Señor tiene mayor interés, es la relación de los padres
con los hijos. Nuestro Dios desea que los padres sean llenos de su Sabiduría. Por
esto, haremos bien en atender todo lo que la Palabra de Dios nos diga en cuanto a
este asunto.
Hoy, quiero invitarles a meditar en algunas enseñanzas para los padres de familia
que hallamos en la historia de Sansón, uno de los jueces de Israel. Tomemos las
instrucciones que Dios les da y las actitudes que ellos tomaron para bendición
nuestra.
Veamos pues, siete consejos bíblicos para los padres.
969. DOMM. 240416. “SIETE CONSEJOS BÍBLICOS PARA LOS PADRES”. JUECES 13:1-12; 14:3; 16:7)… 2/4
3º LOS PADRES DEBEN DE CUMPLIR CON SUS HIJOS EL SACERDOCIO
PATERNAL (13:8).
“Entonces oró Manoa a Jehová, y dijo: Ah, Señor mío, yo te ruego que
aquel varón de Dios que enviaste, vuelva ahora a venir a nosotros, y
nos enseñe lo que hayamos de hacer con el niño que ha de nacer”
(Jueces 13:8).
Cuando hablamos de sacerdocio, nos referimos a su función principal: “Porque
todo sumo sacerdote tomado de entre los hombres es constituido a
favor de los hombres en lo que a Dios se refiere, para que presente
ofrendas y sacrificios por los pecados” (Hebreos 5:1). De este versículo
quiero subrayar: Es constituido a favor de los hombres en lo que a Dios se refiere.
Entonces, si hablamos de sacerdocio paternal, queremos decir que los padres de
familia deben constituirse a favor de sus hijos delante de Dios.
En otras palabras, el sacerdocio paternal incluye especialmente el ministerio de la
oración. Los padres deben orar por sus hijos cada día y pedir para ellos el favor de
Dios. Así como hizo Manoa.
La Biblia nos cuenta de Job, el patriarca, y como él oraba y hacía sacrificios a favor
de sus hijos: “Y acontecía que habiendo pasado en turno los días del
convite, Job enviaba y los santificaba, y se levantaba de mañana y
ofrecía holocaustos conforme al número de todos ellos. Porque decía
Job: Quizá habrán pecado mis hijos, y habrán blasfemado contra
Dios en sus corazones. De esta manera hacía todos los días” (Job 1:5).
Su ejemplo como padre es digno de seguir.