Latifundio

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Latifundio

 Guillermo Westreicher
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El latifundio es, en general, una explotación agraria de gran extensión. Sin
embargo, no existe una dimensión mínima exigida (y universalmente aceptada)
para determinar que un terreno pertenece a esta categoría.
En otras palabras, un latifundio es una amplia porción de tierra donde se
desarrollan actividades agropecuarias. Así, los criterios para definir a detalle este
concepto varían según el país y la cultura.

Etimológicamente, latifundio proviene de ‘latus’, que significa alta extensión, y


‘fundus’ que quiere decir base o raíz de algo. Este último término también da
origen a la palabra fondos, utilizada en el mundo financiero con conceptos como
los fondos de inversión.

A pesar de lo comentado en la definición del concepto, hay países que establecen


que un latifundio lo es a partir de una extensión de 100 hectáreas.

Características de los latifundios


Entre las características de los latifundios destacan:

 No necesariamente pertenecen a una sola persona. Puede tratarse de un


grupo de fincas, por ejemplo, agrupadas en una cooperativa o asociación de
productores. Por esa razón, un latifundio es una explotación, pero no siempre una
propiedad agrícola.
 Al propietario del latifundio se le conoce como latifundista.
 El término suele utilizarse con una carga negativa porque se asocia a la
explotación de trabajadores campesinos por parte del latifundista.
 Lo contrario de un latifundio es un minifundio.
 Usualmente se atribuye a los latifundios un baja productividad y el uso de
mano de obra precaria, es decir, con una baja remuneración y calidad de vida.
 Al igual que en el punto anterior, se asocia el latifundio al uso
de tecnología poco productiva. Es decir, se relaciona con técnicas de explotación
y/o recolección rudimentarias.
 El latifundio, aunque suele vincularse más a la propiedad de una élite de
agentes privados, también puede pertenecer al Estado.

Origen del latifundio


El término latifundio tiene sus orígenes en la época del Imperio Romano, cuando
se diferenciaba a los ciudadanos entre los ‘proletarii’, que significa «los que solo
tienen hijos” (pero no terrenos), y a los poseedores de tierras.

Posteriormente, en la Edad Media tomaron relevancia los señores feudales, que


eran aristócratas con poder militar. Ellos brindaban protección a los campesinos
que habitaban las parcelas de su propiedad. A cambio de dicho resguardo, los
trabajadores debían entregar al latifundista una parte de los alimentos producidos.

Siglos después, los conquistadores europeos que llegaron al continente americano


se repartieron las tierras invadidas. Así, se convirtieron en latifundistas.

El tiempo pasó y, aunque con la Primera Revolución Industrial la actividad rural


fue perdiendo relevancia, siguieron existiendo las grandes extensiones de tierras
explotadas por terratenientes. Así, en dichas unidades productivas, persistió la
desigualdad entre empleadores y trabajadores.

En ese contexto, a mediados del siglo XX, se desataron revoluciones campesinas


en América Latina. Por ejemplo, en la década de 1970, en Perú se dio la Reforma
Agraria. Esto significó la expropiación de la tierras, por parte del Estado, para
entregarlas a los agricultores que las trabajaban.

Significado de Latifundio
Qué es Latifundio:
Un latifundio es una finca o hacienda rústica, de extensión superior al
centenar de hectáreas, que pertenece a un único dueño. La palabra, como tal,
proviene del latín latifundium.
El latifundio, en este sentido, implica la explotación agraria de grandes
extensiones de terreno por un solo propietario, de lo cual han derivado gran
cantidad de conflictos sociales.

Para que una propiedad rural sea considerada un latifundio deben superar la
extensión de las cien hectáreas, es decir, ser superior a los límites de una
pequeña propiedad.

El latifundio, como tal, dio origen a un sistema conocido como latifundismo,


que se caracteriza la supremacía de un grupo, los latifundistas, sobre el resto de la
población, especialmente de los campesinos, para explotar la tierra.
Del latifundio se tiene noticias desde los tiempos del Imperio romano, cuando las
élites militares victoriosas se repartían los terrenos de los territorios conquistados.

Ese mismo esquema se repitió durante la colonia en América Latina,


consecuencia de la dominación española sobre el territorio, donde el rey concedía
las tierras a unas cuantas personas, y perduró incluso en los sistemas
republicanos de las nuevas naciones independientes del siglo XIX.

Hoy en día, el término latifundio tiene un sentido peyorativo, ya que se considera


que un sistema que da continuidad a un uso ineficiente de la tierra.

Además, el concepto del latifundio también adquirió un matiz político, ya que


implica el que una sola persona sea dueña de enormes posesiones de tierras,
contraviniedo los derechos de los campesino.

Por eso, en tiempos más recientes, para solucionar los problemas sociales
originados por el latifundio se ha venido probando con diversas soluciones, como
un cambio en la estructura de la propiedad (reforma agraria) o la modernización de
la explotación de la tierra (agricultura de mercado).

Vea también Reforma agraria.

Características del latifundio


 Grandes extensiones de terreno son propiedad de una sola persona.
 Desaprovechamiento de la capacidad productiva de la tierra (ineficiencia y
productividad dispersa).
 Mano de obra en condiciones precarias (subpagada y en condiciones de
trabajo deplorables).
 Poca capitalización de lo producido, baja competitividad.
 Uso nulo o escaso de tecnología para aumentar la eficiencia de los
procesos.

Latifundio en México
El latifundio en México inició desde la colonia española, cuando el rey concedió las
tierras a un grupo reducido de personas leales a la Corona para su explotación.

En México, tanto el latifundio como el sistema latifundista se mantuvieron en


funcionamiento durante la colonia y la República, y fueron, en los inicios del siglo
XX, uno de los grandes temas de descontento social que propició el estallido de la
revolución mexicana. De hecho, uno de los objetivos primordiales de la revolución
fue acabar con el latifundismo.

Vea también Revolución mexicana.

Latifundio y minifundio
Latifundio y minifundios son fincas rústicas que se diferencian, fundamentalmente,
en su tamaño y en el tipo de terreno donde se localizan.
El latifundio es más extenso, puede llegar a ocupar cientos o miles de hectáreas,
mientras que el minifundio, como su nombre lo indica, es considerablemente más
pequeño.

Además, se distinguen en que el latifundio es más propio de terrenos llanos,


mientras que el minifundio es más común en zonas montañosas, de relieve
accidentado.

¿Qué es un latifundio?
Un latifundio es una explotación agraria de gran extensión que puede ser tanto de
propiedad privada como de propiedad pública —aunque lo habitual es que sea de propiedad
privada—. La extensión que ha de tener un latifundio dependerá de la región y cultura en
que se encuentre, ya que no existe una dimensión mínima exigida y universalmente aceptada
para considerar a determinado terreno como un latifundio. Así pues, hay países que
consideran que un terreno es un latifundio cuando su extensión excede de 100 hectáreas.
En resumen, los latifundios son grandes porciones de terrenos en los que se desarrollan
actividades agropecuarias.
Características de un latifundio
Los latifundios tienen una serie de características que, además, ayudan a determinar
cuándo nos encontramos ante este tipo de terreno. Estas características son las siguientes:

 Pueden pertenecer a una sola persona o a una colectividad de ellas, es decir, a


una cooperativa o asociación de productores.
 El propietario del latifundio es conocido por el nombre de latifundista.
 Este tipo de terreno tiene una connotación negativa, ya que históricamente ha
estado asociado a la explotación de los trabajadores o campesinos que trabajan las tierras y
a un rendimiento productivo muy inferior al que permite la tierra.
 Este tipo de terrenos están asociados a la baja productividad de la tierra y a la
baja capitalización.
 Los latifundios están asociados al uso de tecnología poco productiva, es decir,
de carácter bastante rudimentario.
 El latifundio también puede pertenecer al Estado, aunque lo usual es que sea de
propiedad privada.
 Los latifundios son producto de la ambición por acumular tierras, fuente de
riqueza. Esto ha impedido que los latifundios hayan constituido un sistema de explotación de
las tierras que genere riqueza y trabajo, ya que, para ello, las tierras deberían ser explotadas
de forma masiva y abaratar los costes de explotación de la tierra.

Origen e historia de los latifundios


El latifundio surge en el Imperio Romano, época durante la cual se diferenciaba a los
ciudadanos en función de si tenían o no tierras. Estos grandes fundos eran administrados por
agentes imperiales, lo que promovía que estas tierras estuvieran en unas pocas manos
privilegiadas.
Con la llegada de la Edad Media, el sistema político y social vigente dio un giro radical. En
esta época, los latifundios estaban controlados por la nobleza y la aristocracia, constituyendo
lo que hoy conocemos como señores feudales. Cada señor feudal era propietario de una gran
extensión de tierras que estaba controlado y protegido por el ejército particular del noble en
cuestión. A cambio de protección y de alimento, en estas tierras vivían campesinos, quienes
trabajaban las tierras del señor feudal.
Al comienzo de la Edad Moderna, y al contrario de lo que en un primer momento se podría
esperar, el latifundio no se erradica, sino que sirve de fundamento para la economía
colonialista. Así, tras la conquista de América, las tierras fueron repartidas, colonizadas y
explotadas en beneficio de las naciones europeas colonialistas. En un principio, estas tierras
eran trabajadas por esclavos, pero más tarde, con la llegada de la democracia, el sistema dio
paso a los trabajadores libres. Sin embargo, los grandes latifundistas permanecieron intactos
en la mayoría de los sistemas, democráticos o no.
Latifundio versus minifundio: diferencias
Un minifundio es una variante del latifundio cuya extensión es mucho menor, pero que
está caracterizado, igual que ocurre con el latifundio, por una igual incapacidad de explotar la
tierra y por pertenecer a un propietario privado. Podemos decir, por tanto, que el minifundio y
el latifundio tienen las siguientes diferencias:

 El minifundio tiene una extensión menor que el latifundio.


 El minifundio no tiene una extensión suficiente para que un desarrollo agrícola a
gran escala.
 El minifundio suele ser el resultado de la división de un latifundio, mientras que los
latifundios encuentran su origen en la herencia histórica de diferentes clases sociales.

Implicaciones políticas, sociales y jurídicas de los


latifundios
La distribución desigual de la tierra, la cual se concentra en unas pocas manos, ha llevado
a crear políticas cuyo objetivo es la democratización de las tierras para construir una
clase campesina que pueda producir y que tenga propiedades. Además, la
democratización de la tierra tendría un impacto positivo en la economía de distintas naciones,
ya que conllevaría una menor importación de alimentos —se ha de tener en cuenta que el
monopolio de la tierra en una élite rural que no explota la tierra conlleva la necesidad de
importar alimentos—.
Así pues, son muchos los gobiernos a lo largo y ancho del mundo que se han opuesto a este
tipo de terrenos, sobre todo en aquellas naciones que más han padecido sus consecuencias
negativas, como es el caso de los países latinoamericanos.

Minifudio
 Guillermo Westreicher
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El minifundio es una pequeña extensión de tierra donde se desarrolla una
actividad agrícola y/o ganadera. Lo contrario es el latifundio, de mayor extensión.
El minifundio se caracteriza por contar con pocas hectáreas. Sin embargo, no
existe un estándar universalmente aceptado para determinar la extensión máxima
para que una explotación agrícola entre dentro de esta categoría. Esto varía de
acuerdo a la región.
En todo caso, se entiende que el tamaño del minifundio no permite que su
explotación sea rentable, por lo que se relaciona a la economía de subsistencia.
Esto, debido a que la inversión inicial (en equipo, insumos y otros) no justificaría el
retorno esperado.

Lo anterior varía en cada caso. Por ejemplo, puede ser que 10 hectáreas de
orquídeas sean rentables, pero no 10 hectáreas de cultivos de quinoa.

Minifundio y economías de escala


El minifundio no es rentable por las economías de escala. Esto quiere decir que,
por cada unidad adicional nacional producida, el coste para la empresa es menor.

Así, existe un beneficio al producir en mayor cantidad. Esto se da, en particular, en


la adquisición de activos fijos.

Imaginemos entonces que un campesino tiene dos hectáreas de café. Entonces, si


compra una máquina para procesar el grano, no será rentable. En cambio, puede
juntarse con otros productores para comprar entre todos la herramienta
mencionada.

Es por lo anterior que los dueños de minifundios suelen agruparse


en cooperativas o asociaciones. De ese modo, pueden alcanzar economías de
escala. De lo contrario, lo más probable es que el agricultor termine utilizando su
producción para el autoconsumo.

Diferencias entre minifundio y latifundio


Las principales diferencias entre minifundio y latifundio son:

 Nivel tecnológico: En los latifundios suele invertirse en innovación, lo que


es ausente en los minifundios.
 Mano de obra: Usualmente el mismo dueño del minifundio trabaja su tierra,
pero el latifundista contrata trabajadores.
 Finalidad de la explotación: En los latifundios se realiza una actividad con
fines comerciales, es decir, se busca llevar la producción al mercado. Sin
embargo, el minifundio suele explotarse, como mencionamos anteriormente, para
el autoconsumo. Esto, en caso de que no se logre consolidar una cooperativa.

“La tierra no la heredamos de nuestros abuelos; sino que la pedimos prestada a


nuestros nietos”, dice un viejo refrán mozambicano.
La llegada de los españoles a América marcó un giro total en el uso de la tierra.
Los pueblos mayas tenían su propia administración de dicho recurso. Los
españoles peninsulares se apoderaron de gran parte de la riqueza, pero los
criollos, sus descendientes, fueron los que verdaderamente marcaron el rumbo de
la economía a través del uso y explotación de la tierra.

Durante los años de la colonia se estableció la tenencia de la tierra como la


conocemos, las mejores tierras fueron distribuidas entre dichos criollos y con la
siembra de productos que la península española necesitaba, al principio fue la
cochinilla y el añil, que eran colorantes naturales y muy codiciados en Europa.
Empezó la repartición (los repartimientos) de indios, como se le llamaba, para
que los grandes cultivos tuviesen mano de obra barata y en condiciones precarias.

Llegó la reforma de 1871 y la tierra siguió en manos de terratenientes, pero con


la variante de que se introdujo el cultivo del café (y aparecen las familias
alemanas como dueñas de las plantaciones). Se continúa con las prácticas de la
reparticiones y encomiendas, las cuales no variaron desde la Colonia.

A principios del siglo XX son los enclaves bananeros los que despuntan,
principalmente con capital norteamericano. Las mejores tierras del país son
entregadas para la explotación de banano, que conjuntamente con el café
representa los rubros más importantes en exportaciones.

A lo largo de esos años se fue polarizando cada día mas la dualidad de latifundio
y minifundio. El latifundio es una gran extensión de tierra propiedad de una
persona o familia, en donde contratan fuerza de trabajo (campesinos) para poder
explotar dicha tierra, pero a la vez explotan al trabajador de la finca. Mientras
que el minifundio es todo lo contrario, pequeñas parcelas de tierra que los
campesinos tienen para trabajar, pero cuya producción no les alcanza para tener
comida todo el año, por lo que tienen que emigrar al gran latifundio a trabajar
como jornaleros. Además, esto provoca la atomización de la tierra.

Actualmente, y en pleno siglo XXI, no se ha resuelto el problema de la tierra en


Guatemala. Hubo un gran intento en la época de Arbenz con el Decreto 900, que
no era otra cosa que impulsar el desarrollo capitalista en el campo, como lo dice
uno de sus objetivos.
Pero, la contrarrevolución apoyada por la CIA destruyó todo intento de reformas
al país. Desde esa época los latifundios se mantienen intactos, el sistema de
producción es el mismo, ni siquiera el café, que es un producto de mayor
exportación, se ha podido tecnificar y es uno de los más atrasados en el
continente en comparación con los países productores de café.

Las recomendaciones de organismos internacionales, como la FAO y otras


entidades extranjeras, apoyan la realización de una verdadera REFORMA
AGRARIA en Guatemala, para que la tenencia de la tierra se distribuya y pueda
abrirse a nuevos productos para buscar mercado alternos y no solo el
monocultivismo, que depende del mercado externo y cuando los precios caen, la
economía del país se viene abajo también.

Hay dos ingresos económicos que han tirado una cortina de humo a este
problema, las remesas procedentes del extranjero que envían compatriotas,
ocupando un primer lugar en la entrada de divisas al país, y el dinero procedente
del narcotráfico o del crimen organizado, que invade principalmente comercios
de las urbes guatemaltecas.

La dualidad latifundio-minifundio es un sistema obsoleto que genera grandes


conflictos en el agro guatemalteco, principalmente en el altiplano del país,

Pero la producción eminentemente agrícola ha estado rezagada y utilizada de


forma equivocada, explotando al trabajador y al recurso natural, como el caso del
agua, ya que, por mala planificación, los productores de caña de azucar agotaron
el manto freático y ahora están desviando ríos para riego, dejando a poblaciones
enteras sin abastecimiento de agua para consumo propio y riego de cultivos.

La tenencia de la tierra es el problema fundamental que tiene nuestro país, ya que


todo se origina por mantener un estatus. Los campesino pobres no tienen cómo
sustentar a sus familias y esto hace que cada día se hundan más en la miseria,
provocando grandes males como la desnutrición o la muerte por enfermedades
curables, entre otros.
La pobreza y extrema pobreza es producto de una mala distribución de la tierra
en Guatemala, lo que hace que unos tengan mucho y otros nada. La brecha entre
la riqueza y la pobreza se agranda cada día más.

Las mismas recomendaciones de organismos internacionales, incluyendo a EE.


UU. que terminó con el latifundismo en el siglo XIX, indican que una reforma
agraria es necesaria, para avanzar en el proyecto de nación y disminuir la brecha
que separa a la sociedad guatemalteca. El latifundio ha generado pobreza para la
mayoría de la población y casi ningún ingreso al Estado.

A esto hay que agregar que hay muchas tierras ociosas y muchos excesos en lo
estipulado en el registro de la propiedad, lo cual debe ser el primer paso a
resolver para avanzar en este problema

El sistema de tenencia de la tierra tiene que cambiar si queremos que Guatemala


progrese, porque por muchas divisas de compatriotas, por mucho dinero de
oscura procedencia, no es sustentable para el país. Guatemala necesita crear su
propio mercado interno, impulsar la pequeña, mediana y gran empresa, para crear
fuentes de trabajo que sean permanentes y que generen un paso firme al
desarrollo. 

La pobreza rural en la Argentina está relacionada con la alta incidencia del minifundio
en su estructura agraria. Esta forma de producción es típica de más de la mitad de las
explotaciones agropecuarias en las economías regionales.

Para dar una respuesta a esta problemática, en 1987 el INTA creó el Programa
Minifundio, del que participan productores con las siguientes características:

 Escasez de recursos naturales y económicos.


 Parcelas pequeñas en función del núcleo familiar.
 Tenencia precaria de la tierra.
 Baja remuneración de la mano de obra familiar.
 Falta de tecnología y asesoramiento profesional adecuados.
 Dificultad de acceso al crédito.
 Poco poder de negociación en los mercados.
 Debilidad organizativa.
El objetivo de Minifundio es propiciar acciones para mejorar los ingresos y calidad de
vida de los minifundistas, sobre la base de un desarrollo autosostenible, que posibilite
su transformación, ampliando las posibilidades de capitalización.

REFERENCIAS
Áreas geográficas alcanzadas

o Argentina
o
o

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TEMAS
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PALABRAS CLAVE
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