Neri Pobreza
Neri Pobreza
Neri Pobreza
Abstarct
This articuk try to make a support to the dis,,,tion oj those pro,,,s oj exclusion that had
ronfigured as a constitutive part oj the eronomy organization in Argentina, in the /ast thirty
.J'ears. In this sence we want to analize the heJ,emonic construe/ion of social, political,
romunicational and acadtmical speeches, that had dominated the vision about poberty. The
purpouse is to see, how those vision reproduces a negative speech about poberty, which has
ronfigured a big mecanism oj inequality reproduction.
257
Introducción La(s) pobreza(s) como una relación. La(s) pobreza(s) como
El presente arúculo intenta realizar un apone a la discusión acerca de aquello representación
procesos d e exclUSlOn'· que se han confIgurado como parte constitutiva de 1s
. ., . ,. . a Para construir un posible abordaje teórico que dé cuenta de la configuración
orgaruzaoon soooeconotnlca aplicada en Argentina durante los últimos tre,' de las representaciones sociales, en este trabajo recogemos algunas ideas de Sorna
~ . nta
anos~ En este sentIdo, se pretende dar cuenta de la construcción hegemónica de Álvarez sobre la producción y reproducción de la pobreza.
los discursos sociales, políticos, cotidianos, comunicacionales y hasta académicos
que han dominado la visión respecto de las situaciones de pobreza. El objetivo es De acuerdo a las afirmaciones de la autora, los abordajes teóricos sobre la
ana~ar la manera en que, a partir de visiones sustancialistas, se repite tal discurso manera como se produce y reproduce la pobreza en el pensamiento científico
domm~nte de rechazo a la pobreza, que ha terminado configurando un gran dependen del lugar donde se coloca la teoría con relación a su concepción de
mecarusmo de reproducción de las desigualdades. La argumentación central de sociedad y del lugar que en ella ocupan los sujetos sociales. <<Hay teorías que
este trabajo es que las representaciones sociales en torno a la pobreza presentes ,'aloran las interacciones sociales que constituyen significados, otras dan mayor
en s~ctores dominantes terminan concretándose en la manera que adquieren las jerarquía a las estructuras sociales más amplias cuyas fuerzas se ejercen más allá
políticas públicas para enfrentarla. de la voluntad de los individuos considerados individualmente, otras piensan las
relaciones sociales como tramas sociales en las que se reconocen factores de
La literatura en política social ha venido insistiendo en que la lucha contra la
poder» (ÁLVAREZ, S., 2007: lO).
pobreza, sobre todo en las últimas décadas, ha tenido impacto relativo en cuanto
a lograr su disminución. Creemos que tal situación tiene que ver no sólo con las Nosotros diremos que la pobreza ha sido mirada desde distintos paradigmas
condiciones socioeconómicas estructurales sino con visiones y representaciones científicos, algunos profundizando aspectos individuales, otros dando primacía
respecto de la pobreza que, fuertemente introyectadas en los niveles de poder y al contexto y a la totalidad. Con relación a ello, en este ensayo la pobreza no es
de unplementación de políticas públicas sociales, no la disminuyen sino que la entendida desde un determinismo estructural donde el sujeto está constituido en
potencializan. directa relación por la estructura, ni tampoco desde los supuestos teóricos de la
La teoría y el pensamiento latinoamericanos han tenido como temática acción racional pura en donde se considera que el agente posee la plena libertad
persistente, directa o indirectamente, los procesos de producción de la pobreza, de decidir individualmente y de manera racional su =iximo beneficio. El primer
sobre todo durante el sigo:XX. Por ello es necesario rescatar estos estudios para patadigma olvida la capacidad de acción del sujeto y de su capacidad de pensarse
observar el modo en que se ha pensado la pobreza y su vinculación con a sí mismo y a sus condiciones para producir una transformación de su realidad,
cosmovisiones insertas en ciertos procesos socioeconómicos. Este ejercicio nos aun en contextos de fuertes condicionamien tos socioeconómicos. El segundo
permitirá c~ntrarnos más claramente en la observación de aquellos discursos y olvida la historia del sujeto y sus prácticas heredadas a través del tiempo como si,
representaaones que han generado una profunda reproducción de la pobreza en dentro de sus condiciones objetivas de existencia, fuese totalmente libre de
los últimos años en Argentina. cualquier delimitación de tipo económico, social e histórico.
Rescatar esta dimensión del análisis sobre la pobreza permite observar otrO Ahora bien, el agente <<pobre» como cualquier agente social no es un sujeto
punto de vista acerca de la forma en que se realiza la intervención social en inmutable, carente de historia y de trayectoria; tampoco fundamenta su acción
espacios sociogeográficos determinados. Consideramos relevante este análisis en la elección intencional, ni reacciona instantánea o mecánicamente a estímulos.
para avanzar en otro más complejo y relacional sobte la pobreza, que permita, a Más bien, los sujetos se desenvuelven en una compleja trama en la que juegan sus
su vez, trascender ciertas visiones reduccionistas y homogeneizantes que se historias individuales, grupales y de relaciones, en las cuales van construyendo
encuentran en las representaciones colectivas de la pobreza y que han logrado un sus estructuras de oportunidades en relación con sus condicionamientos objetivos.
unpacto no menor en los niveles de implementación y diseño de políticas sociales.
258 259
Observar estas cuestiones permite dar cuenta de las representaciones sociales económicas y cada confIguración de percepciones y representaciones respecto
que han ido configurándose a través del tiempo y cómo éstas han dado lugar a de la pobreza dio lugar a distintas intervenciones sociales para mitigarla: la solidari-
una forma particular de lucha contra la pobreza. La historia de cómo la pobreza dad comunitaria, la vieja caridad cristiana basada en la doctrina de la salvación, la
ha sido percibida por parre de dererminados agenres públicos y sociales nos ayuda beneficencia, la fuantropía, y las distintas políticas sociales del sigo XIX y principios
a observar lo general de las intervenciones sociales estatales en cada etapa histórica del XX en Europa y América Latina; todas ellas constituyeron formas concretas
pero también rescatar las especificidades propias de las mismas en cada momento. de conuolar, dirigir, administrar o disminuir las situaciones de privación material.
260 261
La estructura como explicación de la producción y reproducción de la por su partc, sumado a los anteriores, algunos autores también explicarían las
pobreza: capitalismo, cuestión social y dependencia s de dominación al interior de los Estados nación latinoamericanos y su
forma . áli· b la
ción con la producción de la pobreza. Aquí se ubIcan los an SIS so re s
r~a
Las explicaciones estructurales sobre la pobreza reconocen que ésta sigue
siendo económica, cs dccir que hay una estrucrura de la economía., a su vez política .ones semiserviles y la discriminación émica tales como la coloníalidad del
y social, que contribuye a su producción y reproducción. Así la producción de la o~:
pr (QUIJANO, el debate neocolonialismo!colonialismo, o colonialismo
pobreza se explica por aspectos estructurales que se han consolidado a través del depe ndiente o colonialismo interno. GONZALEZ CASANOVA, P., 2006;
b .
tiempo y que han degradado los medios por los cuales las poblaciones obtienen FLORES GALINDO, A., 2001). En la década del '60 y '70, la po reza sena
posibilidades de ganarse la vida y adquirir recursos productivos. abordada por las teorias de la masa marginal o polo marglOal (NUN, J., 1970;
QUIJANO, A., 1973; CARDOZO, FE., 1972), vinculando el valor de la fuerza
Entre los aspectos estructurales existen un conjunto de condiciones típicas de trabajo y reproducción en condiaones del capttalismo dependiente con la
que han producido y reproducido la pobreza, entre las cuales Sonia Á1 varez consiguiente supere>q)lotación del trabajo (MARlNI, R. M., 1977).. En .~stas Ideas
considera las especificidades con que se ha desarrollado el capiralismo en nuestros a arecerían los análisis sobre el trabajo informal como explicaclOn de las
países en conexión con el contexto global y las contradicciones entre capital y p~blaciones margínadas de las estrucruras económicas (TOKMAN, V, 1987;
trabajo. Esto ha generado la pobreza masiva ligada a la exclusión y a la degradación 1999; PORTES, 1987).
de las condiciones de vida de gran parte de la población.
En Argentina, un conjunto autorizado sobre esrudios de pobreza ha hecho
Autores como Castel, Polanyi, Donzelot, Marshall, entre otros, se encargarían
hincapié, sobre todo en las últimas décadas, en las condiciones estru~turales por
de interpretar estos procesos en el marco del desarrollo capitalista en Europa,
las cuales la pobreza se produce y se reproduce. Algunos han profundizado sobre
analizando las instituciones sociales a través del tiempo y el nacimiento de la
las debilidades sistémicas del Estado de bienestar en América Latina (LO VUOLO,
cuestión social en las sociedades modernas (CAS'IEL, R., 1997), el pauperismo
R., 1998); otros han esrudiado los problemas de empleo y de las estrucruras del
como producto de la sociedad industrial y la conformación de un mercado
mercado de trabajo luego del ajuste estrucrural (MURMIS, M., 1993); otros han
competitivo de mano de obra (pOLANYI, K.,1989), la familia en las sociedades
enfocado su análisis sobre el retroceso de los derechos sociales en la Argentma
industriales occidentales (DONZELOT,J., 1997) y la invención de la ciudadanía
(MARSHALL, T. H.,1989). neoliberal (LEVIN, S., 2005). Además, dentro de los trabajos representativos en
esta materia se ubican las problematizaciones sobre la cuestión social y la política
En América Latina, gran parte del pensamiento social crítico explicaría directa social en la Argentina contemporánea (ANDREACCI, L. 2002).
o indirectamente la producción de la pobreza. Una corriente fuertemente
influyente lo constiruyó la Teoría de la Dependencia. Con sus diferencias entre Como hemos expresado en los párrafos preceden tes, el análisis de las
autores y argumentaciones, en lineas generales, esta teoría coincide en afirmar condiciones estructurales constituye un elemento de extrema importancia para
que la pobreza se debe a las distintas y especificas relaciones de dominación (de explicar la producción de la pobreza. Sin desconocer este pun;o, ha!, junto a
clase, de género, de etnias, entre otras) que se reproducen en el sistema de las estos procesos, otros que no son de tipo material pero que tambIen actuan como
relaciones capitalistas. Las causas estructurales se asignan a distintos factores fuertes dispositivos de reproducción de la pobreza. En los próximos apartados
(industrialización, pérdida de medios de subsistencia, concentración y realizaremos, entonces, un análisis sobre la necesidad de considerar el desarrollo
centralización del capital). En este orden de ideas Cuevas (1982), Dos SantoS de las configuraciones simbólicas que terminan influyendo en la forma que
(2002), Macitegui (1976-1928), entre otros, materializaron las explicaciones sobre adquieren las intervenciones sociales sobre las situaciones de pobreza.
la pobreza poníendo énfasis en procesos históricos de larga data, y en las relaciones
de dominación histórica estrucrural vinculada con la geopolítica mundial y su
incidencia en la producción de la pobreza.
262 263
Representaciones sociales, visiones y percepciones como elementos Con relación a ello, la idea de Foucault sobre prácticas discursivas y sistemas
explicativos de la reptOducción de la pobreza' discursivos no distingue entre teoria y práctica; los discursos se hacen prácticas a
través de distintas tecnologías de poder que operan transformando la realidad
En sus estudios sobre la pobreza 2, Sonia Álvarez sugiere que la misma no (FOUCAULT, M., 1990).
sólo se explica a partir de razones históricas estructurales, institucionales o
subjetivas, sino que muchas de las explicaciones sobre la ptOducción de la pobreza Por su parte, Danani reconoce que el campo de la política social está tensionado
tienen que ver con la hegemonía de ciertas discursividades que asignan inferioridad por una doble disputa (teórico-concepma!, pero también sociopolítica). Este punto
a ciertos grupos sociales que son llamados genéricamente «pobres)), naturalizando la lleva a aflImar que «detrás de cada posición técnica existen posiciones teóricas
de esta manera, las relaciones sociales, económicas y culturales que producen l~ que conllevan acerca de «modelos socialmente deseables» (DANANI; 1996: 21).
desigualdad. Con relación a ello, «las políticas sociales no se refieren sólo a Así, al ubicar la política socia] en el centro mismo del orden social, la autora nos
instituciones donde ciertos vínculos permiten el acceso a bienes y servicios para invita a observar tanto la política social en general como la lucha contra la pobreza
asegurar la reproducción social o la integración, sino que, también, es un espacio en particular, como elemento central en la producción y reproducción de un
de relaciones donde se construyen identidades o un campo cultural en el que se orden socioeconámico, al mismo tiempo que tal política responde a proyectos
namraliza lo social y se establecen jerarquías sociales» (ÁLVAREZ, S., 2007: 10). soeiopolíticos en pugna. En este sentido, las «prácticas sociales)) se defmen como
la «unidad compleja de comportamientos más representaciones, en la que las
En este sentido, la autora sostiene que si bien las diferencias naturales no exteriorizaciones más directamente observables que constituyen los primeros se
existen, estas operaciones, prácticas y sistemas discursivos (que a su vez permiten encuentran internamente reguladas/organizadas por las segundas. No hay, por lo
explicar las formas concretas de intervención social) «generan diferencias sociales tanto, ni «exterioridacD), ni «esencialismO) de lo simbólico, sólo escindible (y
y distinciones que son percibidas como normales, asignando atributos a las objetivable) en el análisis del sentido que otorga a las prácticas de las que forma
personas dentro de ciertos esquemas de jerarquías sociales. Se van desarrollando parte. Las representaciones siro bólicas (y su análisis) adquieren importancia no
así ideas y concepciones que asignan valores negativos y positivos a esas diferencias, sólo por razones teóricas sino por su condición constitutiva de prácticas)
pretendiendo justificar, de manera arbitraria, la existencia de la superioridad e (DANANI; op. cit: 30).
inferioridad sociales» (ÁLVAREZ, S. op. cit.: 23).
Con estas aclaraciones conceptuales, a contlnuaClOn se slOtetizan las
cosmovisiones y representaciones sobre la pobreza más destacadas del siglo XX.
1- Tomamo~ el término (visiones)) de Susana I-lintze (1989) para quien las visiones son interpretaciones de A partir de ellas puede observarse cómo se construyen ciertos sistemas discursivos
la situación condicionada por el lugar del observador en el medio. Esto define la pcrspecri\·a desde la
cual se \·en ciertas cosa.<; e incluso el campo de las preferencias (cuáles son vistas y cuáles no). Son que ayudan a pensar la manera en que se desarrollan configuraciones y procesos
construcciones funchment:dmente ideológicas y preanalíricL.<; y, como es obvio, no necesam.mente falsas., no materiales que acnÍan fuertemente en la reproducción de la pobreza.
en cuya elaboración interviene la posición polítia y t2mbiCn aspectos culturales. Por su parte, el conceptO
de «representaciones social~ sugiere una construcción de ideas de sentido común, a través del cU2.1 ns El discurso «civilizatoriO»
personas., grupos y socicd2des d2n scotido 21 mundo en que vivco. En este sentido, la teoria de las
representaciones sociales intent:l. integrar los campos de análisis individual e interpersonal en niveles
socioculturales de compr(''1lSión (NICOLA, M., 2003: 1-9).
Con gran influencia en las últimas décadas del siglo XIX y principios de xx,
2- Sonia Álvarez ha estudiado las formas de intervención social en Salta y su relación con las configul'2ciones el discurso «civilizatorim> constituye un campo de conocimiento e intervención
sociales locales tomando la ide:t de configuración social subordinada e interdependiente lnsada en una social que explicaba la pobreza nominando a las poblaciones pobres con atributos
mezd2 de concepcion<."S de Elías, la ide2 de Marx en cuantO al lugar que ocupan las petsOn:lS en las
relaciones de producción, circulación y comercialización y de Weber en cuanto a las relaciones de clases inferiores y, en algunos casos, combinadas con connotaciones racistas:
imetsubjetivas; tales autores construyen una manenl particular de entmder el mundo que a su vC2 es indios, criollos, mestizos, cholos, mulatos, ladinos constituían categorías
hereditaria de la tradición de las representaciones sociales y de lo que ~bién aborda Bourdieu en su
construidas que eran propias de un sistema de conocimiento y una forma particular
concepto de habitus. Con este esquema, la autora nos ofrece un análisis histórico sobre las visiones Y
discursos sobre la pobreza y su implicancia (.'l1 la intervención social. de poder que se materializaba, en varios casos, en un racismo an tindígena.
264 265
Leys Srepan (1991) nos ayuda a obse~v~r la ~an.era en que la llamada La discursividad afirmaba que los pobres son tales porque se encue~tra.n .en
«eugenesia», a :eces fusionada con el saber me~c~,la blOtlpología.y el danvinis
1ll0 a escala inferior en el desarrollo, lo cual, a su vez, los distanciaba de los ponaplOs
u°ciales consagrados de orden y progreso; aquellas inferioridad se de~ía a ~uestio
social, se constituye como uno de los saberes Clennficos donde las Ulterpretaciones
racistas sobre la pobreza se encuentran muy presente. Este campo POstulaba la
sO <((laturales» tales como su raza o su patrón genético. «ASÍ, la diverSidad de
n.ece~idad de purificar la raza y preservar la pureza, por lo cual se afIrmaba Des . .. l
aneras de vivir en el mundo había sido resumida con una sola nonunacton: os
~en~ficamente que la pobreza consunúa un <<mal» o, más bien, un «biotipo
mfenoD>. l'T1aíses y culturas subdesarrolladas. Esa estructura discursiva, similar a la que usó
~ práctica colonial para nominar como <<incivilizadas» ydominar a todas las for~as
Por su parte, y en sintonía con las cosmovisión de la eugenesia, las ideas de vida no europeas, consideraba la cultura de los latlnoamencanos y canbenos
neolamarkianas en Latinoamérica involucraron una explicación sobre la pobreza roo un todo homogéneo de características «tradicionales», «arcaicas», <<atrasadas»
ro . . d
en cuya visión el ambiente o entorno eran vistos como una fuente de «veneno» oca proclives a comportamientos «modernos» (urbanos, con predoffilOlo e
yp . .unpersonales, . . a l a horro y a1 tra b'
reprod~ctivo que podría tener desastrosas consecuencias en las futuras familias nucleares, relaCIOnes lOcennvo aJo
g~eraclOnes. Aquí las intervenciones sociales se basarían en una eugenesia productivo tendiente al lucro, democracia liberal restringida a las elites...)
_culada con la obstetricia, las políticas poblacionales y las consecuentes campañas (ÁLVAREZ, op. cit.: 20).
an~alcoholismo, tuberculosis y enfermedades venéreas, higiene, puericultura y
Atturo Escobar (1998) ha asociado el desarrollo como sistema discursivo a
seSIOnes de nutrición. Estas visiones le atribuían al pobre fatiga en el trabajo,
lo que el llama <da invención del tercer mundo». Dentro de las teorías posestructura~
responsabilidad individual en sus enfermedades y conductas moralmente
listas, el autor ilustra cómo, desde los discursos sobre el desarrollo, se construyo
cuestionables. ~ste ciclo debía ser combatido por acciones morales y médicas,
un otro inferior con valores que no condeáan con las buenas costumbres de las
respaldadas teórIcamente por concepciones científicas de las ciencias biológicas
culturas superiores y modernas. La relación que Escobar est~blece ~ntre. la
y médicas. «Todo esto facilitaba a estos médicos, construir fronteras entre
producción de significado y las prácticas sociales de los grupos donunante~ ilWIl1na
comportamientos aceptables, los que separaban frecuentemente a los pobres de
el proceso de construcción de una alteridad neganva y de una negaclOn de las
las clases medias, los trabajadores manuales de las elites y los segmentos blancos
diferencias. De esta visión emana la af1Cmación de que la pobreza y el atraso se
de la población de color de tez más oscura» (LEYS STEPAN, N.,1991: 29).
explican por lo que se dio en llamar el «subdesarrollo». Esto desembocó en una
Construido sobre una estructura discursiva basada en la consideración del estrategia de la cual se valió la cultura europea definir y describir el tercer mundo,
nativo como inferior, la concepción civilizatoria redundaría en una praxis de y, consecuentemente, dominarlo política, ideológica y científicamente.
sometimiento a las etnias nativas a diversas formas de servidumbre. Con diversos
En consecuencia, como forma de conocimiento y poder, Escobar afirma que
marices, esta concepción se introyectaria en el discurso de la elite de la «generación
las categorías construidas por el discurso del desarrollo (tercer mundo, pobreza,
del '80" en Argentina, y justificaría varias de la intervenciones sociales entre ellas
la Sociedad de Beneficencia. ' , .traso, subdesarrollo) elaboran un sistema de discursos típicos mediante los cuales
se ejerce y se instaura poder. Así pone en evidencia la manera en la cual las
El discurso del «desarrollo» categorías más abstractas del pensamiento occidental son. ~arcadas po~ su
eurocentrismo y por las percepciones difetenciadas del otro disl1nto y someudo.
Aproximadamente a partir de los años '50, el pensamiento social De esta manera, puesto que los que no acceden al desarrollo se conside~an
latinoam~ricano construyó un sistema de categorías tales como «progreso», personas, cultura y sociedades subdesarrolladas, en un estado inferior de evoluaón
«mode.rruda<D> y «desarrollo», con las cuales se aproximaóan a una explicación de y valores, las políticas de combate a la pobreza se basarían en cambiar la cultura
la pobreza basada en visualizar a estas poblaciones como aquellas personas que de los grupos sociales y de promover cambios y comportamientos para
forman parte de un mundo considerado «subdesarrollado». introducirlos a la vida y a los valores modernos.
266
267
. edieotes, en estudios médicos, jurídicos y soc.iales,. y otr~s) y pr~ctico
Por su parte, con relación a las formas de nominar y de categorizar a los
e"~nifestado en la praxis social, en actitudes no raclo~alizadas, lnCOnSClentes,
grupos sociales, Aníbal Quijano nos ofrece un agudo análisis sobre las formas de
(rn-.i7adas en las vivencias cotidianas), ambos aspectos unponen una manera de
dominación en América Latina, llamando colonialidad delpodera la forma particular eO'-
de dominio que mezcla la dominación capitalista con las clasificaciones raciales .,eI y actuar en el mundo.
étnicas. Para el autor, la colonialidad es uno de los elementos constitutivos ~ ~a eliminación y
En defInitiva, en la praxis, la política concreta se centraría en
especificos del patrón mundial de poder capitalista y se funda en la imposición de . .. del m'dio llevada a cabo por las elites; debían realizarse entonces
una clasificación racial/étnica de las poblaciones del mundo como piedra angular desapanclOn 1 d
· mente administrados» y el indio sena entonces reemp aza o por
cruces «sa b la . " l'
de dicho patrón-poder y opera en cada uno de los planos, ámbitos y dimensiones i"orosa que permitiera destruir las «taras blOlogtcas» que aque trata
una raza v'"tl
materiales y subjetivas de la existencia social cotidiana y a escala societal»
consigo.
(QUIJANO A., 2000: 342-386).
Algunos de los postulados sobre el desarrollo tien~n influe~eia sobr~ una
Según el autor, el colonialismo clasificó a la población mundial sobre la idea forma especifica de intervención social sobre todo a partlrde la decada del )0 en
de «raZ3», construyendo una categoría y una construcción mental fuertemente érica Latina. <<En Argentina, esta modalidad se «oficlalizID> luego del golpe de
poderosa que hizo posible la dominación del eurocentrismo. Ahora bien, lo Aro . . d B' Soctal y dentro de ese
Estado de 1966. Ese año se crea el Misteno e lenestar. .
colonial ha sido más perdurable y ha podido ser impuesto en la intersubjetividad . bito se instala la Secretaria de Estado de Promoción y asistenaa a la comunJdad»
del mundo mucho más que el colonialismo en cuya matriz nació. El colonialismo ~ENT1, E., 1989: 85). Incorporada como técnica de acción social en ellenguaJ:
refiere a la dominación política y de los recursos económicos y de trabajo más de las Naciones Unidas, Tenti sostiene que el dISCurso del desarrollo de 1
antigua; la colonialidad es más bien, un proceso permanente que atraviesa 'dad ba-ado en el bienestar social como un resultado natural de los procesos
camum,:) .. , . . h
subjetividades y que resulta intrinseco al poder mundial y al capitalismo. Ambas de mejoras de la fuerza productiva, <tlnsinúa la viep logica que conSiste en ~cer
se refuerzan mutuamente y determinan fuertemente las relaciones sociales, a la cargar sobre la víctima parte de la responsabilidad de su estado. En este ,,;nndo,
vez que configuran los principales procesos de subordinación y dominación. se consideraba que los marginados urbanos, los campesinos pobres, ~~s mdíge~~s,
los analfabetos los subempleados, y otros no estaban en condlClOoes ru ,e
En este orden de ideas, Néstor Marnique también se pronunciaría en torno al
articipar ni de ~olaborar en el proceso de transformación en marcha. Se entendía
racismo como construcción social intrínseca a las formas particulares de
dominación social que sirven para naturalizar las diferencias sociales. El autor ~ue sus valores, actitudes y aptitudes constituían ob~tác~los ,para el desar~ollo»
(fENTI, E., op. cit.:85). El efecto práctico no constItuyo mas, que un conJumo
analiza históricamente el racismo oligárquico en Perú iluminando cómo estas
de proyectos de construcción e infraestructura con dudoso cancter comurutano.
visiones sobre los sujetos «inferiores» se reproducen y reinventan en las sociedades
actuales. Según el autor, «no son la razas las que construyen el racismo sino el
La «cultura» de la pobreza
racismo que construye las razas» (MANRIQUE, N., 1999: 3-15). Sostiene que
basta que una fracción significativa de la población crea que las razas existen para P 'ltimo otra de las influyentes representaciones sobre la pobreza en el
que esta cosmovisión, establecida en la intersubjetividad social, tenga profundas si"loo~ lo c~nstituye el análisís de Oscar Lewis sobre /o cul/ura tk /o pobreza.
implicaciones en la realidad social. Así, el racismo antiindígena como ideología -"
Aplicando métodos etnogra' f
lCOS i'
y tras vem te an- os de trabajO de campo
.' . con
., la f milias pobres
fundamental de la dominación social instaurada por las repúblicas oligárquicas familias mexicanas, Lewis observó la manera en que V1V130 . s a .
legitima la exclusión ya que naturaliza las desigualdades sociales consagrando un apuntando principalmente a la descripción de sus comportamtentos en un medio
orden en el cual cada uno tiene un lugar inmutable. En este sentido, la exclusión ambiente determinado. Así el autor afirma que es la cues~ón en ~orno a la cultura
d .d 1 1 Impedía aprovechar las
no aparece fundada en un origen social sino vinculada a lo <<naturah>. El racismo de los pobres, sus valores y formas e ,V1 a, o que es
es, a su vez, teorizado (en debates, en la normatividad, en recopilaciones legales y oportunidades que la sociedad les ofreaa.
269
268
En la cultura de la pobreza expresada por Lewis, ésta es vista como una fO rrn discriminatorias e infenorizantes. Estas cuestiones adquieren especial relevancia
. a
de vida y centrada en rasgos psicológicos, sociales y económicos de los mislllos luego del grave retroceso de los sistemas de protección social en América Latina
sujetos. Por ello, existen actitudes, normas y valores que son vistos corno en general y en Argentina en particular.
comport~l.11lientos propios de las clases populares. Tal cultura era tan fuerte qUe
no cambiaría aun transformando la situación económica y se perpetuaría por Hacia una caracterización de la política social contemporánea en la
medio de la idea del círculo vicioso de la pobreza. Argentina excluyente
Tales investigaciones fueron posteriormente denostadas, pues resultaron A partir de la segunda mitad del siglo xx, en Argentina se había consolidado
ampliamente ecologistas y dieron lugar a una teorización sobre la pobreza que una matriz socioeconómica que, más allá de sus complejidades, construyó un
redundó en una visión estigmatizadora de la misma que profundizaba sobre las esquema de protección social que garantizó legalmente la seguridad social y
patologías sociales y sobre el desvío de los pobres respecto de la cultura dominante posibilitó el acceso masivo de la población a una gran extensión de políticas
olvidando gran parte de las estructuras objetivas que desencadenaban la pobrez~ reguladoras en las áreas de salud, educación, vivienda, asistencia social y protección
urbana. Pretendiendo ser un estudio científico, habilita a pensar la pobreza desde laboral; todo ello dentro de un esquema económico fuertemente redistributivo y
una fuerte concepción moral atribuyendo a los pobres características negativas y basado en la industrialización sustitutiva de importaciones que diseñó, a su vez,
patológicas, afirmando que la vagancia, la incapacidad, la falta de expectatívas un modelo cercano al pleno empleo. Estas intervenciones sociales tomaban la
son los atributos y las causas que producen su propia situación. forma de acciones legales y de derechos otorgados a personas que lograban su
«adscripción sociaD) mediante su status ocupacional; se basó a su vez, en fuertes
El tratamiento científico de la pobreza que realizó Lewis, junto a otras identidades sociales construidas a partir de un discurso político fundado en la
investigaciones propias de la Escuela de Chicago, tuvo gran influencia en Estados justicia y en la igualdad social y en instituciones y actores sociales que combinaron
Unidos. Definida la pobreza como problema de los propios pobres, sirvió para una lógica representativa entre sindicatos, trabajadores y poder politico.
justificar una serie de intervenciones sociales basadas en el «cambio de
comportamientos») o de una <<reeducación de los pobres», tomando como patrón En este esquema, la pobreza no constituía un elemento central ni como
modelo los valores de la clase media estadounidense, sin advertir la situación problema social ni como objeto de intervención pública; si bien en algunos enclaves
material o la precariedad de los empleos y las condiciones en el acceso a los la pobreza existía, lo hacía de manera residual y nunca de manera masiva como la
servicios sociales de salud, educación, infraestructura. conocemos actualmenre. El desarrollo amplio de la categoría de trabajador y sus
derechos de protección específicos favorecieron, a su vez, el carácter residual de
El análisis de los autores aquí reseñados, nos permite ampliamente observar la asistencia social pública, cuyos sujetos legítimos fueron aquellos individuos
cómo se construyen, desde ciertas visiones y representaciones, configuraciones imposibilitados de integrarse al mercado de trabajo por razones particulares pero
que clasifican a las poblaciones en función de atributos y caracteristicas y cómo ajenas a su voluntad.
tales visiones ponen en funcionamiento un poderoso elemento de prácticas al
servicio de la negación, eliminación o dominación de ciertos grupos considerados Los arreglos institucionales propios de estas intervenciones y la lucha social
inferiores. que tuvo lugar en esta forma sociopolítica y económica perduraron por varios
años bajo gobiernos democráticos e incluso autoritarios. Por razones
En este breve repaso por algunas concepciones sobre la pobreza, hemos suficientemente estudiadas, se afirma que aquel pacto social entre capital y trabajo,
podido advertir que gran parte de estas visiones se reeditan y adquieren nuevas que primó en Argentina de manera más o menos estable durante más de cuarenta
significaciones en contextos actuales. Varias de las formas concretas de años, se rompió de modo abrupto a partir de la década del '70 Y tuvo su
intervenciones sociales estatales en nuestras sociedades contemporáneas han sido manifestación más aguda en la década del '90. El proceso que sigue es la
reinventadas en base a cosmovlS1ones y representaciones fuertemente consolidación de un nuevo régimen de acumulación que toma la forma de un
270 271
CO ns ([UCClOnes técnicas, cuantitativas y científicas que justificaron ciertas
proceso socioeconámico y político que ha dcjado como principal saldo el aumento
intervenciones sociales a partir de afirmaciones que consideraban, en su gran
exponencial de las situaciones de pobreza.
mayoría, que la pobreza se debía a cues tiones individuales más que sociales. Así,
Dichos procesos, en síntesis, constituyeron un extenso programa de ajuste la pobreza fue defmida como un estado en el que se hallan las personas y no
que terminó configurando un mapa social que tuvo como máxima expresión la corno un problema de la economía o de los modelos de desarrollo imperantes;
precarización laboral, desempleo y la distribución inequitativa del ingreso. Junto mientras, las políticas de asistencia a los pobres se definieron con total
con la concentración económica y el descenso en la calidad de los servicios sociales prescindencia de la relación social que provocaba la extrema vuLnerabilidad de
se terminó constituyendo un modelo de acumulación que incluye por definició~ tales poblaciones, a manera de <<gestión social de las defIciencias individuales»
a la pobreza. En este sentido,la pobreza no implica la «consecuencia no deseada (fENTI, E., 1991:97-98).
del modelo» sino que es parte de su constitución especifica (GRASSI, E 2001: 5).
De acuerdo a estas visiones (organismos internacionales de crédito mediante),
El correlato de estas transformaciones en el campo de las políticas sociales la pobreza pasaba a ser un problema de carencia o de falta de capacidades del
vio su máxima expresión en las políticas focalizadas, descentralizadas y privatizadas sujeto, o bien, de un problema «culturab> por el cual el sujeto pobre no podia
que más que producir mecanismos de inserción social de las poblaciones en «adaptarSe» a las «oportunidades» que le brindaba el medio. Estas afirmaciones
situación de pobreza, contribuyó a su sistemática reproducción, dando lugar a lo se justifIcaban con un gran aparato metodológico puesto al servicio de la medición
que gran parte de la literatura dio en llamar el modelo «residuah>, «compensatorio» de la pobreza que afIanzaba esta representación del pobre defmido a partir de un
o «asistencialista» de la política social. Dichas categorías denotaban el aspecto conjunto de atributos.
meramente marginal de las intervenciones sociales cuyo propósito se reducía a
evitar el conflicto social y mantener el orden sin alterar demasiado el arreglo
Desde el ámbiro de las políticas públícas se fueron conformando ciertos
modelos de rechazo a la pobreza., reeditando, en varios casos, la antiguas divisiones
socioeconómico basado en el predominio del mercado. Tal política social podría
ente «pobres merecedores» y «no merecedores», creando codificaciones,
convivir perfectamente con el retroceso de los derechos sociales con el
clasificaciones y selecciones estigmatizantes desde el exterior a las grupos sociales
hiperdesempleo, el subempleo y la precarización laboral. '
en situación de pobreza e interviniendo, en consecuencia, desde posturas
En síntesis, de acuerdo con Grass~ es bien entendido que «el modelo económico teduccionistas y fragmentadas.
imperante más que un modelo económico es una práctica política, en el sentido
La solución práctica, entonces, pasó por intervenir cada vez más en las
de la construcción de un orden político y social, en el sentido del reconocimiento
y desconocimiento de sujetos y actores. Y también cultural en tanto abarca las poblaciones «pobres» pero nada se decía ni hacía con los sectores «no pobres»
prácticas cotidianas de los actores sociales y el sentido de las mismas. Desde este
(empresarios, Estado y otros). De esta manera, desde las instancias de poder, se
oscureció, por no decir, se obvió, el debate acerca de la distribución de la riqueza
punto de vista el «ajuste estructural» no se plantea únicamente como un problema
de índole económica, sino que es parte de una redefInición global del campo o del íncremento de las posibilidades de inserción plena a partir del mercado de
político-cultural y del carácter de las relaciones sociales» (GRASSI, E., 2003:26). trabajo formal. Es decir, no se colocaba a la política social en su vinculación con
la política económica y no se la visualizaba como parte de un sistema general que
De esta manera, aquellas grandes transformaciones de escenarios políticos, se refería a los modos de organización de los sistemas socioeconámicos de nuestras
sociales y económicos se consolidaron, en parte, por la gran capacidad de sociedades capitalistas contemporáneas.
instalación de un discurso hegemónico que impregnó, con asombrosa efectividad,
En defmitiva, había que enfocar la atención en el sujeto pobre, carente,
la totalidad de la vida social. En lo referente a la política social, el índividualismo
se instaló con toda su fuerza para construir un gran sistema de representaciones
inadaptado y no discutir sobre las barreras estructurales que producian la exclusión
Esto nos deóan los organismos internacionales, esto nos deóa la política social,
acerca de la pobreza. Tales explicaciones se basaron en la elaboración de grandes
272
273
esto nos decía el sentido común y la opmión pública. El resultado fUe la porque quieren». Tienen asistencia del Estado, tienen las capacidades, tienen la
reproducción de la pobreza instalada en las visiones sobre la misma, en las oporronidad de generarse una vida mejor y no la aceptan porque no saben
representaciones de los agentes públicos, y, en definitiva, en las intervenciones adaptarse, no saben aprovechar las opciones del medio o porque comparten una
sociales concretas que extendían, más que nunca, su campo asistencialista. De serie de características culturales que los imposibilita incorporarse a una vida
esta manera, la lucha contra la pobreza pasó a desarrollarse como <<modos de «J)Qrmab).
regulación estática» que no tienen como objetivo superar el problema sino
En este sentido, Estela Grassi, entre otros autores, ha advertido sobre estas
<<gestionarlQ», a fin de que quede resguardado el principio de organización social
argumentaciones, explorando el sentido que adquieren los discursos sociales en
y el <<resto de la sociedad» en su conjunto (LO VUOLO, 1999:104-130).
las formas de intervención social de lucha contra la pobreza; dichas intervenciones
Es así que cada política o programa implementado en diversos ámbitos se basan, en su gran mayoría, en lo que la autora llama la «culturalización de la
territoriales responde, en su objeto y definición, a un modelo soeioeconámico pobreza.». Dicho concepto intenta dar cuenta de aquella construcción social y
impuesto en los últ.imos treinta años en Argentina que delimitó a su vez, un politica en torno a las poblaciones en situación de pobreza que resultan de «un
modelo de política social, que se prefigura en un conjunto de planes y programas modo de clasificar a los grupos sociales, según un supuesto universo cultural y
que el discurso dio en llamar «política sociah>. Para nuestro entender lo que el socialmente homogéneo, delimitado por el lugar de habitación (la villa»> (GRASSr,
discurso político ha denominado política social se reduce a un conjunto 1996:18).
representativo de planes y programas residuales fuertemente desvinculados del
sistema económico y del sistema de redistribución. En este sentido, se ha Según Grassi, lo que subyace a tales visiones es una noción de «cultura» que la
desconocido sistemáticamente que la política social en general y los planes de define como conjunto de pautas y costumbres en las que el individuo «se socializa»
lucha contra la pobreza en particular «aluden a formas globales de organizar la yque reitera en sus prácticas a lo largo de su vida. Así interpretados, estos conjuntos
sociedad Qas instituciones, la econotIÚa las formas de gobierno y gestión y las constituyen «universos)) que cobran autonooúa, se esencializan y son la fuente a
condiciones de vida de distintos sectores sociales»> (DANANI; op. cit.: 22). partir de la cual puede construirse un «sujeto portadom de códigos que, se supone,
son fundamentalmente distintos y eventualmente incompatibles con los de la
Los discursos sobre la pobreza, que limitadamente hemos puesto de manifiesto cultura urbana moderna.
en estos párrafos, penetraron con gran capacidad en distintos ámbitos de la
sociedad. Académicos, comunicadores sociales, disei'i.adores e implementadores Como si Lewis y los teóricos de la Escuela de Chicago estuviesen aún presente,
de políticas sociales, con sus diversidades y posiciones sociales diferentes, la construcción culturalista, entonces, resulta un modo de clasificar a los grupos
desarrollaron un gran constructo de rechazo a la pobreza que configuró un fuerte sociales, construyendo alteridades negativas y socialmente homogéneas. En este
dispositivo de reproducción de las desigualdades. recorte, el objeto construido (la pobreza) parece ser réplica de una unidad
«naturalmente» dada, al margen de los procesos históricos de constitución de la
Las representaciones sociales en torno a la pobreza en la Argentina
misma y del marco global de dichos procesos.
excluyente 3
Uno de las representaciones sociales centrales y dominantes que se sostienen Con estas representaciones, la realidad es simplificada a partir de la construcción
cotidianamente en diversos ámbitos de la vida social es que <dos pobres son pobres de un modelo impuesto: el «pobre», el <<Villero», el «marginab>, quien por el solo
hecho de serlo es delincuente, es vago, es incapaz y aprovechador de los recursos
3 Las considcra.cioncs 2qui vertidas rc\-istcn el cmlcter de gencra.les puesto que los discursos de rcrh2Z0:l del Estado. Los comportamientos <<anormales» (la delincuencia, la «desintegración
la pobreza difieTen dc acueTdo a nrios f2ctorcs y están presentes de nunera. muy compleja y diversa en farnilíao>, la <<pérdida de autoridad» y demás) se explican por sí mismos y con rela-
distintos sujetos ubic2dos en diferentes posiciones sociales. 1.0 que realiz2mos aqui es un análisis general
ción a un conjunto de rasgos definitorios, intrínsecos y estigmatizantes que caracte-
de las repreSt.'T'I.t'lcioncs socialcs que luego deben ser especificadas mcdi2nte la utiliz2ción de metodologías
aprOpi2das. rizan de por sí, de una vez y para siempre, a la población en situación de pobreza.
274 275
<<Los pobres no saben corneo>, <dos pobres no saben o no quieren t b. representación colectiva sobre la pobreza) construyendo una identidad acerca del
. ra ajan)
«los pobres son aprovechadores», <dos pobres tlenen muchos hijO os» tod ' «pobre» que termina naturalizando y estigmatizando a la población en esa situación.
. . ' os est
son rnsgos que marcan la diferenCla; a partir de allí se delimita fuertement . o,
II e qUIenes En otras palabras, estas representaciones rcduccionistas, esencialistas y
son «e os» (los «orras». los «desviados») y quienes somos «OOSotroS» (1
mo~~~. ~ estigmatizantes ocultan mecanismos más fuertes de dominación y reproducción
de la pobreza. A travé~ de fuertes y diversos dispositivos discursivos se ha
Ahondando en esta defmición de la pobreza, Sancho advierte sobte los consttuido y reproducido un modelo sobre el pobre que reproduce las
.. ' . . ., sesgos
pOSltlVlstas ligados a la VlSlon de la pobreza como proceso individual o desigualdades sociales y oculta la gran parte de relaciones de poder que explican
. en todo
caso pertenedente a algunos sectores sociales. Estos sectores o individuos b las situaciones de pobreza.
d'd ,. pOtes
s~ esvlan e las normas validas par .la sociedad, es decir, adscriben a valores
diferentes del testo con una escala parncular personal diferente Esta con ., Por otro lado) cuando se enfatiza la atención en el «pobro) como un atributo
'., . '" cepaon
un~licana pensar que eXisten valores neutrales, aceptados por el eooJ'unto d 1 de clase inferior, se olvida a los «riCOS». Estos últimos, los «sobreintegrados» que
dd ., d ea avalaron la exclusión, conviven e interactúan socialmente con los «excluidos o
SOCJe. a. a excepclOo e aquellos grupos que «eligen» vivir en la ha rane b .
persl~tlendo las clicoromias civilización y barbarie, blanco y criollo, euro ea ' desintegrados». (SANCHO, op. cit.: 7). Mucho se ha hablado de exclusión, de la
amencano (SANCHO, A. 2006: 4), p Y pobreza, de la población que no logra un mínimo porcentaje de niveles de
consumo, bienestar e integración social, pero poco se habla o más bien se oculta
A través de• estos• sesgos• positivistas se reedita un nuevo discurso «ci'--:1:-ato
VJ.J.U;
.
nO» el tratamiento de aquella población que está «sobreintegrada») categoría que
y se reactuah~a cle~to npo. de ~iv~siones en tre pobres merecedores y no definiría a quienes poseen grandes excedentes monetarios y de poder que lograron
merecedores). ~erto npo de aSlstendalismo represivo y «cosificadoD> de la pobreza obtener por las políticas estatales de fUles de fines de la década del '70 Y '90.
como expr~sl0n «narurah» propio de intervenciones sociales de la Sociedad de
BeneficenCIa en el siglo XIX Así, la cosmovisión general atribuye a ]os pobres características de personas
anormales y olvida el lugar que ocupa la pobteza en la trama social. Considera
~omo .si los t~óricos d~ des~rrollo aún dieran sus pautas para el progreso que la pobreza es una condición innata a los sujetos de la <<villa») y olvida las
~l discur~oun~e.ranteldennfica al «otrO» a partir de características especiales
SOCIal, estructuras objetivas, las historias, las prácticas acumuladas a través del tiempo)
y.neganvas, estlgmat1Zando a aquel que no se ajusta a los buenos valores de la las estructuras de opciones. Se mide la pobreza, se la cuestiona moralmente) pero
vl~a urbana y a quienes producen un «disfuncionamientQ) de la sociedad y a no se analizan teóricamente las cuestiones estructurales) históricas y sociales que
qUIenes) se supone) que se encuentran en un «estadio inferior de desarrollo». llevaron a esas poblaciones a esa situación de privación, ni se problematiza sobre
el rol del Estado, de los emptesarios, de los políticos, de los banqueros, de los
El pensamiento colectivo crea la diferencia a partir de la selección de estos
medios de comunicación, de la policía y todo el conjunto de actores que forman
rnsgos:stereotipados y definitorios que homogeneizan, codifican y aíslan a una
parte de tal trama social.
poblaoon,produClendo grnndes mecanismos de discriminación, estigma y rechazo.
En ~ef1tll.n~a) tales representaciones sobre la pobreza se han construido como Alertamos nuevamente sobre la presencia de discursos racistas, civilizatorios
un diSP~SlO~~ fuertemente poderoso que no hace más que reproducir los sistemas y clasificatorios de los grupos sociales, La pregunta es cuánto de estas visiones se
de dornmaclOn y de desigualdad social a la vez que olvida sistemáticamente las incorporan al diseño y ejecución de las políticas públicas de lucha contrn la pobreza
condidones sociales y los procesos históricos que han generado tales situaciones. y cómo pueden revisarse estos mecanismos de poder y de representaciones que)
pese a los discursos políticamente correctos, construyen un «otrO» negativo y
Proveniente de las corrientes más puras del neoliberalismo, la construcción
justifican su exclusión.
de estas categorías entraña una gran violencia que ha logrado introyectarse en la
276 277
Una argumentación inicial que emana de este ensayo es que el modo en 9ue Bibliografía
piensan la pobreza los sectores dominantes termina concretándose en la manera
que adquieren las políticas públícas de lucha conrra la misma. La pregunta es ALVAREZ LEGUIZAMÓN Sonia. Teoría eHiJtoria de la Producción de la pobreza en
cómo se concretan estas poliricas, qué efectos producen sobre las poblaciones América Latina. Clase Módulo 1. Campus virtual de CLACSO. Formación
receptoras y qué configuración se desarrolla a partir de ciertas formas de de rlislancia. 2007.
intervención. No podemos resolver estas cuestiones en este trabajo pero en ANADRADE, Larry. Lo social inquieto (e inquietante objeto). Aportes poro pensar e
principio sí podemos afirmar que la política pública social de lucha conrra la intervenir. Mino y Dávila Erlitores. UNPA Universidad Nacional de la
pobreza, reproductora de visiones particularistas y reduccionistas, termina Palagonia Austral (2006).
configurando un mecanismo de intervención social fuertemente influido pOr ANDRENACCI, Luciano. SOLDANO, Daniela. Aproximación a las teorías de la
representaciones sociales negativas sobre la pobreza. Así, la lucha contra la pobreza, polítit"a social a partir del caso argentino. Universidad Nacional de General
no sólo ha mostrado su fracaso sino que ha redundado en un elemento central de Sarmiento. Buenos Aires (2002).
la reproducción de conrliciones de vida intolerables para gran parte de la población. ANDRENACCI, Luciano (compilador). Cuestión polítit"a y social en el Gran Buenos
Aires. Erliciones Al Margen, Universídad Nacional General Sarmiento.
Tal como postula Bourdieu, se trata de «revelar las estructuras más Buenos Aires (2002).
profundamente ocultas de los diversos mundos sociales que constituyen el universo AUYERO, Javier. La política de los pobres. Las prácticas clienteliJtas del peroniJmo.
social, así como los mecanismos que tienden a asegurar su reproducción o ManantiaL Buenos Aires (2001).
rransformación y las regularidades objetivas a las cuales obedecew> (BOURDIEU, BARANGER, Denis. EpistemologÚJy metodologÚJ en la obra de Pierre Bourdieu. Prometeo
P.; WACQUANT, L., 1995:17-18). La propuesta desde las ciencias sociales es Libros. Buenos Aires (2004).
entonces interrogar y cuestionar lo aparente, complejizando el análisis e BOURDIEU, Pierre. Rozonesprácticas. Sobre la teoría de la acción. Anagrama. Buenos
incorporando a la discusión nuevos ejes y dimensiones desde los cuales entender Aires (1997).
a la pobreza y que, a su vez, permitan pensar nuevas formas posibles de BOURDIEU, Pierre; WACQUANT, Lole. Respuestas por una antropología reflexiva.
intervención social basadas en opciones reales de inclusión social. Grijalbo. México (1995).
CASTEL, Robert. Lo metamorfosis de la cuestión social. Una crónica delasalariado. Paidós.
Buenos Aires (1997).
CARDOZO, Fernando Enrique. Comentarios sobre los conceptos de sobrepoblación relativa
y marginalidad Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales. N° 1/2. Chile
(1972).
CUEVAS, AguslÍn. El desarrollo del capítalismo en América Lotina, ensayo de interpretación
bistórica. Siglo XXI. México (1982).
DANANI, Claudia. Algunasprecisiones sobre las Políticas Sociales como campo de estudio
y la noción de población objeto. En Políticas social". Contríbucianes al debate teórieo
metodológico. HINTZE, Susana (comp). CEA. CBe. UBA Buenos Aires
(1996).
DONZELOT, Jaques. Lo polida de la familía. Pre textos. Barcelona (1996).
DOS SANTOS, Theotonio. ÚJ teoría de la dependencia. Un balance biJtórieo. Los retos
de la globalízación: desafios del sistema mundial. CRESALC, UNESCO (2002).
278 279
ESCOBAR, Arturo. La invendón del Temr Mundo. Construcdón y mvnstru"ión del NUN)José. Juperpobladón relativa, ~jército industrial de reserva)' maJa marginal. Revista
desarrollo. Editorial Norma. Bogotá (1998). Lacinoamericana de Ciencias Sociales. Vol. VI. N° 2. Buenos Aires (1970).
FOUCAULT, Michel. La Arqueología del saber. Siglo XXI. México (1990). pOLANYI, Kart. La Gran Transformadón. Cntím del liberalismo e(onómúv. Ediciones
FERRARA Francisco. Exclusíón sodaly prái1ims de subjetividad. En Observatorio de la Piqueta. Madrid (1989).
Social N°ll. Buenos Aires. Diciembre a Marzo de 2003. PORTES, Alejandro. El sedarínforma/, dejinidón, mntroversiasy reladones ,vn e!desarrollo
GOFFMAN, Irving. Estigma: la identidad deteriorada. Amorrortu Editores. Buenos nadonal. En Ciudades y Sistemas Urbanos. FLACSo. Buenos Aires (1987).
Aires (1989). QUIJANO, Aníbal y WEFFORT, Francisco (2000). Coloníalidad del poder y
GONZALEZ CASANOVA, Pablo. Sodolagía de la explotadón. Buenos Aires (2006). clasificadón sodal. En Journal of World System Reserach, VI, 2 (2000).
CLACSO. SANCHO, Analía. Excluides versus sobreíntegrades. Jornadas Pre Alas. Facultad de
GRASSI Estela (Coordinadora). Las msas de!poder. A"rca del Estade la Políticay la Ciencias Políticas y Sociales. Universidad Nacional de Cuyo (2006).
vida (otidiana. Espacio Editorial. Buenos Aires (1996). TEELEZ IREGUI, Gustavo. Pierre Bourdieu. Conceptos básíms y construcdón
GRASSI, Estela. Cuestíón soda/, ",estión de Estado: lo politíco de la polltica sodal. VI soáoeducativa. Claves para su lectura. Universidad Pedagógica Nacional.
Congreso Internacional del CLAn Buenos Aires (2001). Colombia (2002).
GRASSI, Estela. Politícas y problemas en la sodedad neolíberal. La otra década ínfame. TENTI, Emilio. Pobrezay Política Sodal. Más alld del neoasistendalismo. En ISUANI,
Tomo I. Espacio Editorial. Buenos Aires (2003). Ernesto; LO VUOLO, Rubén, TENTI, Emilio. El Estado Benefador: un
GRASSI, Estela. Políticas y problemas en la sodedad neolíberal. La otra década ínfame. paradigma en crisis. Miño y Dávila ! CIEPP. Buenos Aires (1991).
Tomo n. Espacio Editorial. Buenos Aires(2003). 1'0KMAN, Víctor. Elimperativo de aduar. Elsectorinformalhoy. En N ueva Sociedad.
LEVIN, Silvia. Derechos Sodales Breve historia de un retroceso. En Revista Sociales. Venezuela (1987).
Buenos Aires. 2005. TOKMAN, Víctor. La informalidad en los años 90: situadón adualy perspectivas. En
LEYS STEPAN. The hour of eugenÍi"S: ral', gender, and natíon in Latín Amerim. ¡thaca CARPIO, Jorge y NOVACOVSKY, Irene. De igual a igual. El desafío del
and London Comel! Universi!)t Press. London (1991). Estade ente los nuevos problemas sodales. SIEMPRO, FLACSO. FCE. Buenos
LEWIS, Oscar. La ",Itura de lapobreza, dnmfamílias. Fondo de Cultura Económica. Aires (1999).
México (1961). WACQUANT, Loic. Las cámles de la miseria. Manantial. Buenos Aires (2004).
LO VUOLO, Rubén; BARBEITO, Alberto; PAUTASSI, Laura; RODRÍGUEZ, WACQUANT,Lo1e. Parias Urbanos. Marginalidad en la dudad a mmienzos del milenio.
Corina. Lo pobreza... de la polítú" contra la pobre'{fl. Miño y Dávila Editores. Manantial. Buenos Aires (2001).
CIEPP. Buenos Aires (1991).
MANRIQUE, Néstor. Algunas reflexiones sobre e! mloníalísmo, el radsmo y la ",estión
nadonal. En introducción al libro La Piel y la Pluma. Perú 1999.
MARIATEGUI,José Carlos. Síete ensayos de la realídadperuana. Grijalbo. Barcelona
(1976-1928).
MARSHALL, T. H. YBorroMORE, T. Ciudadaníay clase socíal. Alianza Editorial.
Madrid (1998).
MARINI, Ruy Mauro. Díaléctíca de la dependenda. Serie Popular Era. 3° Edición.
México (1977).
MONREAL, Pilar. Antropologíay Pobreza Urbana. Los libros de la catarata. Madrid
(1996).
280 281