Fitopatología en El Perú-Historia (Ensayo)
Fitopatología en El Perú-Historia (Ensayo)
Fitopatología en El Perú-Historia (Ensayo)
FACULTAD:
CIENCIAS BIOLOGICAS – U.N.T.
ESCUELA:
BIOLOGÍA
CURSO:
FITOPATOLOGIA
INTEGRANTES:
- ARTEAGA NUÑEZ JOSUE
- GUEVARA VENEROS ROMY
- QUISPE ROJAS MARILU
- SALGUERO GARCIA GUSTAVO
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INTRODUCCIÓN
El hombre tiene conciencia de las enfermedades de las plantas desde épocas remotas. En Vedas
(1200 A. C.), el libro más antiguo que existe, se menciona a las pudriciones de los cultivos. En el
Antiguo Testamento se menciona a los mildiús y tizones junto con las guerras y enfermedades
humanas, como las más grandes calamidades de los pueblos.
Teofrasto De Eresus, filósofo griego que vivió desde 370 - 286. A. C., fue el primero en estudiar, en
base a observaciones, enfermedades en árboles, cereales y leguminosas, precisó que las
enfermedades eran más severas en tierras bajas que en las laderas y que las royas eran más
comunes en cereales que en leguminosas.
La fitopatología estudia las enfermedades causadas por hongos, bacterias, fitoplasmas, virus,
viroides, nematodos, plantas parásitas y protozoarios. Estudian también las alteraciones que se
producen en las plantas por exceso, desequilibrio o carencia de ciertos factores físicos o químicos
como la temperatura, la humedad y los nutrientes.
Importancia económica de la fitopatología
Las enfermedades de las plantas son uno de los principales problemas que se tiene que afrontar
en la agricultura; porque reducen las cosechas, desmejoran la calidad del producto, limitan, al
mismo tiempo, la disponibilidad de alimentos y materias primas para una serie de industrias. Para
las personas que dependen de la agricultura, las enfermedades de las plantas pueden marcar la
diferencia entre una vida normal y una acosada por el hambre, incluso la muerte por inanición.
La muerte de 250,000 irlandeses en 1845 como consecuencia del “tizón tardío de la papa”, y gran
parte del hambre que padecen en la actualidad millones de personas que viven en las regiones
rurales subdesarrolladas, son ejemplos tristes de las consecuencias de las enfermedades de las
plantas.
Las enfermedades de las plantas provocan pérdidas económicas a la agricultura, propician el
aumento en el precio de los productos y destruyen la belleza del medio ambiente al dañar a las
plantas ornamentales de las casas, parques avenidas y bosques, reducen la variedad de plantas
que pueden desarrollarse en una determinada zona geográfica al destruir a todas las plantas de
ciertas especies susceptibles a una enfermedad particular; por ejemplo, el castaño americano fue
aniquilado de los bosques de Norteamérica por el tizón del castaño causado por Endothia
parasitica.
Las enfermedades de plantas también han hecho cambiar las costumbres de los pueblos; por
ejemplo: algunos países han tenido que sustituir el trigo por el centeno o maíz debido a la Roya
Negra del trigo (Puccinia graminis).
En Inglaterra en el siglo XIX el café fue sustituido por el té debido a que los cafetales en una de sus
colonias en Ceilán fueron arrasados por las royas (Hemileia vastatrix). En Centroamérica el mal de
Panamá, causado por Fusarium oxysporum fsp. cubense, obligó a muchos países a dejar de
cultivar plátanos.
En el Perú se promocionó el cultivo del lino durante la Segunda Guerra Mundial; pero, en muy poco
tiempo fue prácticamente arrasado por el Fusarium oxysporum fsp. Lini.
Las enfermedades de las plantas son también las responsables de la creación de nuevas
industrias; por ejemplo, los que producen productos químicos, maquinaria agrícola y las que
desarrollan métodos necesarios para controlar las enfermedades.
Comienzos de la fitopatología en el Perú
La Fitopatología en el Perú: sus inicios, instituciones y personas que contribuyeron a ello son
mencionados por Germán García Rada en su Libro “Fitopatología Agrícola del Perú” (1947),
donde indica que en el año 1878, el Sr. Manuel García y Merino publicó el primer libro de
Fitopatología Peruana, titulado “Las Epidemias de las Plantas en la Costa del Perú” , donde el
autor describe diversas anormalidades observadas en las plantas y las considera en su mayoría
como causadas por las variaciones climáticas, concepto que imperaba en la época.
En su mismo libro, García Rada señala que el autor de “Las Epidemias de las Plantas en la Costa
de Perú” hace la primera mención de la “roya del trigo” en el país indicando que desde 1687, se
observaba ya al “polvillo” que se presentaba en las plantas de trigo, reduciendo los rendimientos.
Indudablemente se trataba de la roya del tallo, debido a las condiciones de temperatura y humedad
prevalentes en la costa de Lima, que favorecen el desarrollo de la enfermedad. Por aquella época,
el área de trigo sembrada procedía de las variedades introducidas por los españoles,
probablemente con escasa variabilidad genética, lo cual las hacía vulnerables a cualquier brote
epidémico, sobre todo al cambio de virulencia dentro de la población del patógeno. El patógeno
debió estar presente en las áreas de siembra, pero en baja incidencia. Es de suponer que la
variedad introducida, inicialmente resistente a la roya, se volvió susceptible a alguna variante
nueva del patógeno que probablemente emergió por alguna interacción compleja entre el
hospedante, el patógeno y el medio ambiente, que favoreció el desarrollo de la enfermedad con
características de epifitia.
Abbott en 1928 indicó que existían 38 formas fisiológicas o estirpes conocidas de Puccinia graminis
tritici con diferente capacidad de infectar ciertas variedades de trigo. Postigo y García Rada,
indicaron que el número de razas del patógeno llegaba a las 250, de las cuales se hallaron más de
100 en el país en el período 1953-1960, y de estas, la raza 189, que se había detectado
únicamente en el Perú, fue la más virulenta de todas, debido a su capacidad de sobrepasar todos
los genes de resistencia conocidos hasta ese momento.
La fundación de la Escuela Nacional de Agricultura y Veterinaria de Santa Beatriz en 1902, por la
Misión belga a cargo del Ing. Jorge Vanderghem, y su traslado a La Molina en 1933, dio el inicio de
esta disciplina por la Misión belga conformada por profesores contratados del Instituto Agrícola de
Gembloux, liderados por el Ingeniero Agrónomo Jorge Vanderghem. Posteriormente la Escuela
paso a llamarse Escuela Nacional de Agricultura, (ENA), cuando la parte de Veterinaria fue
separada en 1944. La formación profesional de los ingenieros agrónomos requería del
conocimiento de los diversos problemas que afectan a los cultivos, entre estos la Patología
Vegetal. Esta disciplina fue considerada desde sus inicios en el curso de Botánica. En cuanto a la
enseñanza práctica de fitopatología que se dictaba en cuatro años de estudios, recién en el cuarto
año se hacían prácticas de “determinación microscópica de las enfermedades y su evolución (ciclo
de la enfermedad), examen de los insectos productores de enfermedades, su evolución, práctica
de los métodos para combatir las plagas, y preparación de diversas soluciones anti criptogámicas e
insecticidas y su aplicación.
Los Pioneros
Los profesores que enseñaron el curso de Botánica que incluía la Fitopatología fueron los
Ingenieros Agrónomos Leopoldo Hecq, (1904-1906); Carlos Deneumostier, (1907-1911) y Julio
Gaudron, (1912-1952).
El Gobierno peruano, comprendió que la Escuela Nacional de Agricultura debía ser no solamente
un centro de enseñanza técnica para la formación de profesionales, sino también un centro de
experimentación y de consulta en materias agrícolas. Por iniciativa del Dr. Carlos Larraburre,
profesor fundador de la ENAV y Director del Ministerio de Fomento, fue creada la Granja Escuela y
las estaciones experimentales de caña de azúcar, de algodón, de Zootecnia, que más tarde
sirvieron de base para organizar un centro de experimentación: la Estación Central Agronómica,
con diferentes secciones; entre éstas, la Sección de Botánica y Patología Vegetal para estudiar las
enfermedades criptogámicas, sus remedios y la forma de prevenirlas. Esta sección pasó a
denominarse desde 1913 Sección de Botánica y Fisiología Vegetal, que tenía bajo su dependencia
los servicios de Parasitología y Patología Vegetal, herbarios, Jardín Botánico y el Control de
semillas. Esta Estación Central Agronómica fue una entidad dependiente de la Escuela Nacional
de Agricultura y Veterinaria. En 1933, al pasar la Escuela Nacional de Agricultura a su sede de La
Molina, la enseñanza de la Entomología fue separada de la Fitopatología.
La Estación Experimental Agrícola La Molina
Otro hecho trascendente es la creación de la Estación Experimental Agrícola (EEA) de La Molina
en agosto de 1927, por la Sociedad Nacional Agraria, que la tuvo bajo su dependencia hasta el 15
de mayo de 1930, fecha en que por Decreto Supremo pasó a depender directamente de la
Dirección de Agricultura y Ganadería del Ministerio de Fomento. La carencia de personal nacional
especializado y con experiencia suficiente obligó a buscar en el extranjero a especialistas que se
hicieran cargo de las diferentes secciones.
La sección de Fitopatología de la Estación Experimental inicia el establecimiento de una
cuarentena rigurosa de las nuevas variedades de caña de azúcar para evitar el ingreso de plagas
que habían producido grandes daños en otros países; para ello, se adquirió un terreno para el
establecimiento de una Estación Cuarentenaria en el fundo “La Chalaca”, a 7 km del centro de
Lima, a inmediaciones de la Av. La Unión (hoy Av. Argentina). En diciembre de 1927, se inicia la
investigación de insectos vectores del “mosaico de la caña de azúcar” en la costa del país para
estudiar la forma de propagación de esta enfermedad.
La Sociedad Nacional Agraria solicitó al Gobierno la creación de un organismo que controle los
servicios de sanidad vegetal. El Gobierno por Decreto del 1 de junio de 1928 creó la Junta de
Sanidad Vegetal como cuerpo consultivo de la Dirección Técnica de Agricultura y Ganadería; esta
Dirección Técnica fue creada el 1918 como dependencia del Ministerio de Fomento. El actual
Ministerio de Agricultura se crea recién en 1940.
Estación experimental Agrícola de Agricultores de Cañete Merece mencionar que en la Estación
Experimental de Cañete nació el concepto y el empleo del Control Integrado de Plagas, hoy
Manejo Integrado de Plagas, por los trabajos de sus notables entomólogos en el manejo de plagas
del algodonero. Esta Estación se encuentra a la fecha totalmente desactivada.
Estación experimental Agrícola de Tingo María
Contribuyó con numerosos estudios sobre enfermedades de cultivos propios de la región de selva.
El Cabe señalar que por los años 62 a 63, esta Estación Experimental sirvió como base para la
creación de la Universidad Nacional Agraria de la Selva, Tingo María en donde la enseñanza de la
Fitopatología es ofrecida en su Facultad de Agronomía. La Misión de la Universidad del Estado de
Carolina del Norte: La llegada al Perú de esta Misión estuvo vinculada al Ministerio de Agricultura y
a la Universidad Nacional Agraria La Molina; su objetivo fue apoyar los trabajos de investigación en
el cultivo de la papa que desarrollaban el Programa Nacional de la papa del Servicio de
Investigación y Promoción Agraria (SIPA-EEA de La Molina), y el Programa de Investigación de
papa de la UNALM.
Además de sus múltiples funciones de asesoría, él trabajó en la identificación de patógenos de
cultivos en las diferentes zonas agrícolas del país; sobresalen sus trabajos sobre la marchitez
bacteriana de la papa Ralstonia solanacearum, de conservación del hongo del género Fusarium,
etc., y enseñó, en la Escuela de Posgrado de la UNALM, el curso de Técnicas y Métodos en
Fitopatología para estudiantes de esta disciplina.
Teniendo como base la Misión de la Universidad de Carolina del Norte, se creó el Centro
Internacional de la Papa (CIP) en La Molina el 20 de enero de 1971.Para algunos, la fecha es el 25
de enero de 1972, cuando el edificio en La Molina fue terminado.
La Clínica de Diagnosis, es una dependencia del Dpto. de Fitopatología de la UNALM creada para
dar servicios a la comunidad a nivel local, regional y nacional. Mantiene una bien nutrida base de
datos de los problemas de enfermedades de las plantas que crecen en el país, su etiología,
síntomas y Distribución, así como las recomendaciones para su manejo y control.
Creación de la Especialidad de Fitopatología en la Escuela de Posgrado de la Universidad
Nacional Agraria La Molina.
La creación de Nuevas Universidades con Facultades de Agronomía en el país requería
fitopatólogos para hacerse cargo de la enseñanza. Muchas de ellas no contaban con dichos
profesionales y tenían que contratar los servicios de los fitopatólogos formados en la UNALM, o a
hacer convenios con ésta para suplir dicha carencia. La creación de la especialidad de
Fitopatología de la Escuela de Posgrado de la UNALM en 1967, permitió corregir esta deficiencia
formando profesionales con grado de Magister Scientiae en esta disciplina, para lo cual, hasta
antes de su creación, había que estudiar en el extranjero (Estados Unidos, Europa, México, Costa
Rica, etc.).
La Asociación Peruana de Fitopatología ha organizado desde su creación hasta el año 2010,
veintiún Congresos Peruanos de Fitopatología. Los tres primeros tuvieron como sede Lima y se
llevaron a cabo en forma anual en 1971, 1972 y 1973. Desde 1975, los 18 restantes han sido
realizados con intervalos de dos años y en forma descentralizada.
Universidades Peruanas con Facultades de Agronomía
Las siguientes universidades cuentan con Departamentos de Fitopatología, cuyos fitopatólogos
han sido formados en la UNALM o en universidades extranjeras:
1) Universidad Nacional Agraria La Molina, Lima
2) Universidad Nacional Santiago Antúnez de Mayolo, Ancash
3) Universidad Tecnológica de los Andes, Apurimac
4) Universidad Nacional San Agustín, Arequipa
5) Universidad Particular Católica Santa María, Arequipa
6) Universidad Nacional San Cristóbal de Huamanga, Ayacucho
7) Universidad Nacional de Cajamarca, Cajamarca
8) Universidad Nacional Daniel Alcides Carrión, Cerro de Pasco
9) Universidad Nacional San Antonio de Abad, Cusco
10) Universidad Nacional de Huancavelica, Huancavelica
11) Universidad Nacional Hermilio Valdizán, Huánuco
12) Universidad Nacional Agraria de la Selva, Tingo María, Huánuco
13) Universidad Nacional San Luis Gonzaga, Ica
14) Universidad Nacional de la Amazonía Peruana, Iquitos
15) Universidad Nacional del Centro, Huancayo, Junín
16) Universidad Nacional Pedro Ruiz Gallo, Lambayeque
17) Universidad Nacional José Faustino Sánchez Carrión, Huacho, Lima
18) Universidad José Carlos Mariátegui, Moquegua
19) Universidad Nacional de Piura, Piura
20) Universidad Nacional del Altiplano, Puno
21) Universidad Nacional Jorge Basadre Grohmann, Tacna
22) Universidad Nacional de San Martín, Tarapoto
23) Universidad Particular Antenor Orrego, Trujillo
24) Universidad Nacional de Trujillo, Trujillo
25) Universidad Nacional de Tumbes, Tumbes
26) Universidad Nacional de Ucayali, Ucayali
Contribución de los fitopatólogos en el Perú.
La contribución de los fitopatólogos en el Perú puede ser resumida en la siguiente relación:
Julio Gaudron , mencionó en su informe de 1927 como Jefe de la Sección de Botánica de la ENAV,
la participación de los docentes de la Sección de Botánica Aplicada en la conformación de la
Comisión de Patología Vegetal que quedó organizada formalmente en agosto de 1905. Los
miembros de dicha comisión emitieron los siguientes informes: Hecq, “Tratamiento de la papa con
el caldo bordalés”, 1905; “La enfermedad de la papa”, 1905 y 1906. Vanderghem, “Enfermedades
del chirimoyo y del trigo”, 1907; “El Fitoftora infestans (sic), o enfermedad de la papa”, 1907.
Gaudron enfatizó que la labor más saltante de la Comisión de Patología Vegetal fue la lucha contra
el Phytophthora infestans o “hielo de la papa” en la campiña de Lima mediante el uso del caldo
bordalés. La labor de Gaudron estuvo dirigida a las áreas de entomología y de fitopatología.
Existen numerosos informes suyos concernientes a problemas insectiles sobre todo en algodonero
y frutales de pepita. En 1924 reportó “la disminución de la resistencia del algodón Tangüis al
“Cotton Wilt”.
La Comisión de Patología Vegetal fue desactivada a fines de 1909, siendo sus funciones asumidas
por la Sección de Botánica de la ENAV. En ese lapso se promulgó la ley No. 1221 sobre Policía
Sanitaria Vegetal que otorgaba al Poder Ejecutivo las más amplias facultades para impedir el
ingreso al país de cualquier género de semillas y material propagativo, sin las debidas garantías de
estar exentos de enfermedades o insectos peligrosos para los cultivos del país. En 1911 se
reglamentó la ley estableciéndose el uso de certificados fitosanitarios y licencia de internamiento.
Ernest V. Abbott, en su labor como Jefe de la Sección de Fitopatología de la EEA de La Molina
efectuó viajes de inspección para la búsqueda de plantas enfermas en el país, indicando que logró
identificar 111 enfermedades en los siguientes cultivos: caña de azúcar, 8; algodonero, 8; maíz, 6;
cafeto, 7; papa, 12; trigo, 8; cebada, 5; alfalfa, 4; frutales, 21; verduras, 18; cultivos diversos, 14.
Las enfermedades que merecieron informes especiales fueron: “El mosaico de la caña de azúcar”,
“La marchitez del algodón en la región de Lima”, y “Las enfermedades fungosas del algodón en el
Dpto. de Piura”.
Abbott mencionó en papa la presencia de tres enfermedades de “mosaico” o del tipo virus
observada en los campos comerciales alrededor de Lima: “mosaico moderado”, “enrollamiento de
la hoja” y “tubérculo fusiforme” (el tubérculo fusiforme mencionado probablemente se debió a un
síntoma producido por algún otro patógeno o por factores abióticos), e indicó que el virus es
llevado en la semilla y transmitido de las plantas enfermas a las sanas por medio del insecto
vector, el aphis común de la papa.
Germán García Rada, en su primer informe como Ayudante Fitopatólogo a cargo de la jefatura de
la Sección de Fitopatología de la EEA de La Molina desde Junio de 1930, indicó que la labor
realizada fue la continuación de los ensayos de campo y los trabajos de Laboratorio para la
identificación de los diferentes hongos que atacan a las plantas, iniciados por Abbott. Asimismo,
informó que en el segundo semestre de 1930 fueron encontradas nuevas enfermedades, ellas
fueron: la oidiosis (Oidium sp.) de la lúcuma, Lucuma obovata; la mancha morena de la hoja
(Mycosphaerella fragariae) de la fresa, Fragaria spp.; el tumor del cuello y de la raíz (Urophlyctis
alfalfae) de la alfalfa, Medicago sativa; la roya del centeno (Puccinia graminis secalis), Secale
cereale. Indicó también que el Dr. Abbott, durante su gestión en la Jefatura, preparó el boletín
“Enfermedades de las Plantas Cultivadas en el Perú”, en el que describe todas las enfermedades
encontradas hasta la fecha de su retiro del país. Germán García Rada y J. A. Stevenson,
publicaron en 1942 “La Flora Fungosa Peruana. Lista Preliminar de Hongos que atacan a las
plantas en el Perú”. En 1947, García Rada publicó su libro: “Fitopatología Agrícola del Perú”, como
fruto de su experiencia de 20 años de trabajo en esta disciplina.
Consuelo Bazán de Segura publicó en 1965 su libro “Enfermedades de Cultivos Tropicales y
Subtropicales”, y en 1975 “Enfermedades de Cultivos Frutícolas y Hortícolas”. Su aporte a la
fitopatología se manifestó también con la publicación en 1959 de las “Principales Enfermedades de
las Plantas en el Perú”, y la “Relación de Enfermedades y Microorganismos Patógenos aislados de
plantas cultivadas, forestales y ornamentales en el Perú”, publicado en 1973.
Para la enseñanza de algunos de los cursos de Fitopatología dictados en la UNALM, se
proporcionaban a los estudiantes fascículos sobre los tópicos a tratar. Dicho material fue después
compilado en textos mimeografiados, así tenemos: Fernández-Northcote, Mont y Fribourg, 1973
“Fitopatología Agrícola”; Icochea, Teresa Ames de, 1974 “Fitopatología General”; Mont, 1976
“Control de Enfermedades de Plantas”; Fribourg, 1977 “Fitopatología Agrícola, Tomo I:
Enfermedades causadas por Virus, Viroides y Micoplasmas”; Mont y Fernández-Northcote, 1978
“Fitopatología Agrícola, Tomo II: Enfermedades Bacterianas y Fungosas”. Rosendo Postigo y
Germán García Rada, y Teresa Ames de Icochea publicaron en 1977, con motivo de la
conmemoración de las Bodas de Diamante de la UNALM, dos artículos acerca de la Fitopatología
en el Perú: “La Fitopatología en la Escuela Nacional de Agricultura y Veterinaria del Perú, en el
período 1919-1960”, y “La Fitopatologia en la Universidad Nacional Agraria La Molina”,
respectivamente. En ellos dan detalles de los inicios de esta disciplina en el país, resaltando
hechos sobre los cursos ofrecidos, los profesores pioneros, la contribución del Ingeniero Germán
García Rada como el primer fitopatólogo peruano, y el impulso que se dio a la enseñanza de esta
ciencia con la colaboración del personal técnico del Servicio de Fitopatología de la EEA de La
Molina, luego del traslado de la ENAV de su sede inicial de Santa Beatriz a la actual en La Molina;
la evolución de la especialidad en el tiempo, la formación de profesionales fitopatólogos como una
especialidad pos gradual dentro de la carrera de Agronomía y como parte de los equipos
multidisciplinarios en los diferentes Programas de Investigación de la UNALM, y para suplir las
plazas docentes de las diferentes Universidades y entidades de Sanidad Agraria del país, Edward
French y Teddy T. Hebert publicaron en 1980 el libro “Métodos de Investigación Fitopatológica”,
que es usado como texto para el curso de Técnicas y Métodos de Fitopatología en la especialidad
de Fitopatología de la Escuela de Posgrado de la UNALM. Teresa Ames de Icochea, tradujo al
español en 1980, el “Compendium of Potato Diseases” y en 1991, el “Compendium of Sweet
Potato Diseases” con autorización de The American Phytopathological Society, que han sido
publicados por el Centro Internacional de la Papa.
Las versiones en español están tituladas como: “Compendio de Enfermedades de la Papa” y
“Compendio de Enfermedades de la Batata (Camote, Boniato)”). En 1996, publicó conjuntamente
con otros autores la guía de campo “Sweetpotato: Major Pests, Diseases, and Nutricional
Disorders”, y finalmente en 1997, publicó su libro “Enfermedades Fungosas y Bacterianas de
Raíces y Tubérculos Andinos”. César Fribourg, publicó en 2007 su libro “Virus, Viroides y
Mollicutes de las Plantas Cultivadas en el Perú” en donde vuelca su experiencia de más de 40
años en trabajos realizados en el campo de la virología.
Ricardo Mont, publicó entre los años 1993 y 2008 los siguientes libros: “Principios del Control de
Enfermedades de las Plantas”, “Manejo Integrado de Enfermedades de las Plantas”, “El Control
Biológico como componente del Manejo Integrado de Enfermedades de las Plantas” y
“Enfermedades de la Cebada, el Trigo y la Avena en el Perú. Identificación y Manejo Integrado”, y
preparó por encargo del Servicio Nacional de Sanidad Agraria, SENASA, los siguientes manuales:
“Manual de Enfermedades de los Cítricos” , “Los Cítricos y sus enfermedades, Segunda parte”, “El
Papayo y sus enfermedades” , “El Palto y sus enfermedades” , “El Mango y sus enfermedades”.
La historia nos indica que la fitopatología surgió en nuestro país como una necesidad de estudio a
causa del bajo rendimiento de producción en el trigo, que antiguamente se pensaba que eran
debido a factores ambientales en los sistemas agrícolas el cual constituye nuestra primera fuente
de alimento.
La fitopatología se inicia como parte de la botánica en la escuela nacional de agricultura de santa
Beatriz y sus estudios eran muy superficiales en cuanto a análisis a nivel de genes
La fitopatología ha ido evolucionando y tomando importancia causa que no existe una manera
específica de como eliminar completamente un patógeno si no que este al interactuar con su medio
ambiente y el hospedante crean cepas que traspasen esa línea de resistencia genética y de nuevo
sean una problemática para las plantas y su producción.
Los que dan un punto de partida a la fitopatología a nuestra opinión es MANUEL GARCIA Y
MERINO puesto que las primeras descripciones de anomalía en las plantas en forma cualitativa y
rudimentaria de la roya de trigo en los tallos fue descrito como polvillos en su libro “las epidemias
en las plantas en la costa del Perú” y el que le da un punto de quiebre a la historia fue ABBOTT
describiendo las 38 formas fisiológicas del patógeno
A través de la historia la fitopatología se ha ido tomando mayor importancia en los sistemas
agrícolas y los diversos métodos para erradicar estas enfermedades han ido de controles
biológicos del patógeno para un tratamiento químico en las plantas pero la mejor forma y la más
efectiva es el de trabajar a nivel de material genético de la planta , es decir su fundamento es el
de aprovechar el genotipo de una planta resistente silvestre que tiene características de
supervivencia génica ( elevada eficacia fisiología de aprovechar nutrientes , de resistencia y
tolerancia .) para introducirlas por cruzamientos a las plantas de interés comercial y beneficioso
para la alimentación y adoptar estos genotipos superiores que mejorarían indudablemente la
producción; esto, ha tenido buenos resultados en los grandes cultivos de cebada para fábricas
cerveceras y actualmente se trabaja con los productos primarios como lo es el maíz las papas
etc.