La narradora estaba comprometida con su pareja Ben en Los Ángeles pero se sentía vacía. Cuando conoció al director de teatro en Nueva York, se sintió viva de nuevo y decidió dejar a Ben para estar con él. Aunque al principio se sentía importante como actriz, con el tiempo se dio cuenta de que su identidad se había disuelto en la de su pareja y que él no la valoraba como individuo independiente. Esto la llevó a decidir divorciarse para recuperar su propia vida.
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La narradora estaba comprometida con su pareja Ben en Los Ángeles pero se sentía vacía. Cuando conoció al director de teatro en Nueva York, se sintió viva de nuevo y decidió dejar a Ben para estar con él. Aunque al principio se sentía importante como actriz, con el tiempo se dio cuenta de que su identidad se había disuelto en la de su pareja y que él no la valoraba como individuo independiente. Esto la llevó a decidir divorciarse para recuperar su propia vida.
Descripción original:
Monologo de la película Historias de un Matrimonio
Ejercicio Actoral
La narradora estaba comprometida con su pareja Ben en Los Ángeles pero se sentía vacía. Cuando conoció al director de teatro en Nueva York, se sintió viva de nuevo y decidió dejar a Ben para estar con él. Aunque al principio se sentía importante como actriz, con el tiempo se dio cuenta de que su identidad se había disuelto en la de su pareja y que él no la valoraba como individuo independiente. Esto la llevó a decidir divorciarse para recuperar su propia vida.
La narradora estaba comprometida con su pareja Ben en Los Ángeles pero se sentía vacía. Cuando conoció al director de teatro en Nueva York, se sintió viva de nuevo y decidió dejar a Ben para estar con él. Aunque al principio se sentía importante como actriz, con el tiempo se dio cuenta de que su identidad se había disuelto en la de su pareja y que él no la valoraba como individuo independiente. Esto la llevó a decidir divorciarse para recuperar su propia vida.
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Bueno….. estaba comprometida con Ben y vivía en Los Ángeles.
Y sentía que sí, que
quería hacer películas y casarme con Ben. Dios mío, tenía como 19 o 20 años. Nunca me sentí tan vieja. En fin, si soy sincera conmigo misma era como que una parte de mí estuviera muerta o muriéndose. Pero me decía: ´Nadie es perfecto. Ninguna relación es perfecta.´ Y sí, yo era feliz con Ben y consciente de esa falta de vida y viajé a Nueva York a ver al director de una película que íbamos a filmar y cuando estaba ahí, el productor me invitó a ver una obra que se hacía en un departamento con todas las luces encendidas. Nunca antes había visto algo así. Era una historia…. rara, surrealista y distópica, estaba muy bien actuada. Uno de los actores era un oso grande greñudo que no paraba de mirarme mientras actuaba. Sabía que no podía ser, pero me dio esa impresión. Y luego supe que sí había sido así. Luego me presentaron al elenco y el oso resultó ser también el director. Me charló….y yo le seguí la charla. Esa mi parte muerta no estaba muerta, sino solo en coma. Y la charla era mejor que el sexo, aunque el sexo estuvo también como la charla. En una relación, todo se parece ¿no crees? Así que pasamos toda la noche y el día siguiente juntos y nunca me fui. Sí, la verdad es que los problemas estuvieron ahí desde el principio. Pero yo lo seguía a él y a su vida porque me encantaba sentirme viva. Al principio, yo era la actriz, la estrella…. Me sentía importante, la gente venía a verme a mí, pero mientras más me alejaba de eso, más aclamaban a la compañía, y menos peso tenía yo. Me convertí en ´Quién es?´ -´ah es la actriz de esa peli´ La atracción era él. Y eso había estado bien pero me encogí. Me di cuenta que nunca había vivido por mí misma, solo alimentaba su vida. Y bueno, él era tan inteligente y creativo… Y estaba bien. Yo le hablaba de cosas en la casa, entre nosotros, y siempre terminábamos en sus charlas de trabajo. Durante un tiempo eso me alcanzó. Me sentía tan halagada de que alguien como él pensara que mis ideas o comentarios eran valiosos como para considerarlos y probarlos y luego quedé embarazada. Pensé que tener un bebé podría ser algo realmente nuestro, pero también muy mío. El se alegró muchísimo. Fue bonito. Un tiempo, porque los niños son muy ellos. Apenas dejan tu cuerpo, empiezan a irse. Y yo no me pertenecía. Se notaba en cosas pequeñas, tontas y en cosas grandes también. Todos los muebles de la casa eran de su estilo. Yo ni sabía cuál era mi estilo porque nunca me preguntaban mi opinión. Ni siquiera elegí nuestro departamento. Me mudé al de él. Y traté de convencerlo para volver a Los Angeles, pero quedó en la nada. Y veníamos de vacaciones porque él quería a mi familia, y sí yo le sugería quedarnos un año o algo pero él me daba vueltas. Era raro que me preguntara: ¿Qué quieres hacer hoy? Hace poco vi ese documental sobre George Harrison y pensé: Ya acéptalo, asúmelo. Como la esposa de George Harrison. Ser esposa y madre alcanza. Claro luego me di cuenta de que ni siquiera recordaba el nombre de esta mujer. Así que un día tenía que filmar este piloto en Los Ángeles y pagaban bien. Fue como si me hubiera lanzado un pequeño salvavidas. ´Acá tienes algo que es tuyo´ Me daba un poco vergüenza este proyecto con él pero también era como: ´Sí, esta soy yo y esto es lo que valgo. Y tal vez sea tonto, pero al menos es mío´. Y si él me hubiera dado un buen abrazo y me hubiera dicho: ´Baby, me encanta que pases por esta aventura y claro que quiero que tengas tus proyectos´. Entonces tal vez no nos estaríamos divorciando. Pero se burló del piloto y se puso celoso como siempre y luego se dio cuenta del dinero y me dijo que lo invirtiera en la compañía de teatro. Y ahí fue cuando me di cuenta de que él de veras no me veía. No me veía como algo independiente de él. Y un día le pedí que me dijera mi número de teléfono. No se lo sabía. Así que me fui. (Historias de un Matrimonio Dir. Noah Baumbach 2019) Minutos: 7´