Bibliologia. Fabiana
Bibliologia. Fabiana
Profesor: Alumnos:
Ortiz, Luis. Maita, Samuel. C.I: 25.911.441.
Córdova, Fabiana. C.I: 27.032.167.
Inspiración.
Debido a que Dios utiliza el medio del lenguaje para revelar su voluntad al hombre, la
revelación divina se puede escribir. Pablo escribió que toda Escritura es inspirada por Dios
(2 Timoteo 3:16). Es la escritura que es inspirada, no los autores. Los autores de la Palabra
de Dios fueron movidos por el Espíritu Santo para que escribieran el texto (2 Pedro 1:20-
21). Se llama la Palabra de Dios porque procede de la boca de Dios (Mateo 4:4), lo que
quiere decir que Él es el originador de la palabra.
Canon del Antiguo Testamento y Nuevo Testamento: El término canon, del griego
Kanwvn, tiene literalmente el significado de regla, medida, metro. El canon se fue
formando o puliendo a lo largo de los siglos y aunque en el siglo XVI, durante la
celebración del Concilio de Trento, en polémica con los protestantes, se cierra
definitivamente la lista de los libros canónicos, ello no significa que el canon no existiera
antes de este Concilio, pues desde los comienzos del cristianismo se utilizaban textos sin
que se plantease ningún tipo de controversia. Por tanto, el Concilio no inventó, sino que
cerró lo que ya existía, es decir, la versión de la Vulgata.
Respecto al canon del Antiguo Testamento, hay que distinguir: Judíos, versión griega
denominada de los Setenta (LXX), cristianos y protestantes. Los primeros no reconocían
nada más que aquellos libros escritos en la lengua santa, hebreo o arameo, por tanto no
admitían la versión griega. El canon de la Biblia hebrea era la Ley o Pentateuco, Torah: la
Palabra de Dios, comunicación de Dios, revelación de Dios. Moisés escribió y dio la orden
a los levitas para que fuese depositada junto al Arca de la Alianza de Yahveh. Fue el primer
libro. Algunos de los textos se dice que provienen del siglo XI o XII a.C, aunque en el siglo
IV ac es cuando se fija o redacta totalmente el Pentateuco.
En cuanto al canon del Antiguo Testamento es la primera sección del canon bíblico
cristiano de dos partes y se basa en la Biblia hebrea, pero puede incluir varios libros
deuterocanónicos dependiendo de la denominación cristiana en particular. Siguiendo la
Veritas Hebraica de Jerónimo, el Antiguo Testamento protestante se compone de los
mismos libros de la Biblia hebrea, pero el orden y la numeración de los libros son
diferentes. Los protestantes listan 39 libros del Antiguo Testamento, mientras que los judíos
cuentan los mismos libros como 24. Esto se debe a los judíos consideran a Samuel, Reyes y
Crónicas formando un solo libro cada uno, el grupo de los 12 profetas menores en un solo
libro, y también consideran Esdras y Nehemías un solo libro.
El desarrollo del canon del Nuevo Testamento fue, al igual que el del Antiguo
Testamento, un proceso gradual. Ireneo cita y menciona 21 libros que acabarían siendo
parte del Nuevo Testamento, los excluidos son Filemón, Hebreos, Santiago, 2 Pedro, 3 Juan
y Judas. A comienzos del siglo III, Orígenes de Alejandría podría haber estado usando los
mismos 27 libros como en el moderno Nuevo Testamento, aunque todavía había disputas
sobre la canonicidad de Hebreos, Santiago, 2 Pedro, 2 y 3 Juan, y Apocalipsis. Del mismo
modo, quizás tan pronto como el año 200, existía un conjunto de escritos cristianos algo
similar a lo que hoy es el Nuevo Testamento de 27 libros, que incluía cuatro evangelios y se
oponía a las objeciones contra ellos. Así, mientras que había muchas discusiones en la
Iglesia Primitiva sobre el canon del Nuevo Testamento, los principales escritos fueron
aceptados por casi todas las autoridades cristianas a mediados del siglo II.
Confiabilidad de los textos del A.T y Nuevo Testamento: Con respecto al Antiguo
Testamento, los manuscritos más antiguos que existen fueron descubiertos en las cuevas de
Qumrán. Los manuscritos encontrados allí entre ellos el famoso rollo de los Salmos, y el
gran rollo de Isaías son los más antiguos en existencia, con fragmentos que se remontan al
año 250 a. C.
En el Nuevo Testamento, la mayoría de los eruditos consideran que el manuscrito más
antiguo es el papiro 52, un fragmento del Evangelio de Juan copiado en el año 100-150 a.
C., unos cuantos años después de la muerte del apóstol.
Si los manuscritos originales han desaparecido, ¿podemos confiar en que las copias son
fieles a los manuscritos originales? Por 2,000 años la Iglesia ha respondido con un
resonante: ¡sí! Las razones para tener esa confianza son varias, y entre ellas es la increíble
riqueza de manuscritos en existencia. Consideremos, que tan solo del Nuevo Testamento
existen 118 papiros, 3,000 documentos escritos en mayúsculas o minúsculas, y 2,400
leccionarios. Considerando que hay varios fragmentos, se podría redondear el número a
unos 5,500 manuscritos antiguos escritos en griego. Además, existen más de 10,000 copias
antiguas de la Biblia en latín, cuyos orígenes se remontan al segundo siglo.
La multitud de manuscritos antiguos son evidencia más que suficiente de que Dios se
encargó de preservar la totalidad de su Palabra a través de múltiples documentos que fueron
copiados por hombres que tenían un alto respeto por las Escrituras, y por lo tanto, aunque
hay variaciones entre los manuscritos, su unidad es impresionante