Historia de La Electricidad
Historia de La Electricidad
Historia de La Electricidad
HISTORIA DE LA ELECTRICIDAD
PRESENTADO POR:
DOCENTE:
CURSO:
CICLO:
III
GRUPO:
……B……
CAJAMARCA - PERÚ
2021
UNIVERSIDAD NACIONAL DE CAJAMARCA
FACULTAD DE CIENCIAS AGRARIAS
ESCUELA ACADEMICO PROFESIONAL DE INGENIERIA EN INDUSTRIAS ALIMENTARIAS
I. HISTORIA DE LA ELECTRICIDAD
Hasta finales del siglo XVIII, el término electricidad estuvo reservado a aquellos cuerpos que, tras ser
frotados, se atraían o se repelían, ámbito que se conoce hoy como electrostática. Sea como fuere, la
atracción de los cuerpos de luz por los objetos electrificados por fricción se conoce desde la
Antigüedad. Su descubrimiento se atribuye al filósofo griego Tales de Mileto (siglo VI a.C.), quien vio
que, tras frotar un pequeño trozo de ámbar enérgicamente, este adquiría la propiedad de atraer
pequeñas partículas. Precisamente, la palabra electricidad deriva del griego elektron, que significa
‘ámbar’. Sin embargo, el estudio sistemático de la electricidad no se inició realmente hasta finales del
siglo XVI, de la mano del científico inglés William Gilbert (1544-1603), autor del primer tratado
conocido acerca de este tema.
Las aportaciones de Gilbert serían retomadas por un alemán, Otto von Guericke (1602-1686), quien
inventó la primera máquina de vacío. Esta facilitaba la atracción de los cuerpos electrificados, ya que
el aire dejaba de ser un obstáculo. Von Guericke también fue el artífice de la primera máquina
electrostática: en este caso, un gran globo de azufre que el científico electrificó frotándolo con las
manos. Estos instrumentos rudimentarios le permitieron descubrir tanto el fenómeno de
la conducción eléctrica, es decir, la capacidad de esta misteriosa energía de transmitirse a través de
ciertos cuerpos, como el poder de las puntas, esto es, la tendencia de los objetos puntiagudos a
presentar propiedades eléctricas.
Este último efecto fue aprovechado un siglo después por el estadounidense Benjamin Franklin (1706-
1790), tras haber demostrado, en 1752, que el rayo es un fenómeno de naturaleza eléctrica, una
especie de chispa gigante. Esta observación, unida a los hallazgos de Von Guericke acerca de los
objetos puntiagudos, le permitió inventar el pararrayos. Se trataba de una varilla terminada en punta
que, colocada sobre los edificios o los barcos, los mantenía a salvo de los efectos de la electricidad de
las nubes.
En 1733, el físico y químico francés Charles du Fay (1698-1739) realizó otra aportación clave a la
historia de la electricidad. Du Fay descubrió que había dos tipos de electricidad —a las que hoy nos
referimos como cargas eléctricas—: un primer tipo obtenido de frotar vidrio, al que llamó electricidad
vidriosa, y una segunda tipología obtenida de la fricción de cuerpos resinosos, a los que llamó
electricidad resinosa. Dos cuerpos con una carga eléctrica de la misma naturaleza se repelen entre sí,
mientras que dos cuerpos con una carga eléctrica diferente se atraen. Por esta razón, Benjamín
Franklin adoptó años después los conceptos de electricidad positiva y negativa.
Más adelante, el físico italiano Alessandro Volta (1745-1827) retomó los avances de su compatriota y
demostró que la rana desempeñó meramente un rol secundario: el efecto eléctrico resultó en
realidad del contacto de dos metales de diferente naturaleza a través de un paño húmedo. Inspirado
por esta conclusión, en 1800 desarrolló la primera batería eléctrica, que consistía en una pila —de ahí
su nombre— de discos de cobre y zinc, entre los cuales había tejidos interconectados empapados en
ácido.
Esta invención revolucionó la electricidad: a diferencia de las máquinas electrostáticas que debían
cargarse por fricción —y que se descargaban en muy poco tiempo—, la batería Volta producía una
especie de descarga continua que el físico francés André-Marie Ampère (1775-1836) bautizó en 1820
como corriente eléctrica. Este concepto hace referencia a un desplazamiento de cargas dentro de un
conductor. En homenaje a Ampère, la unidad internacional de la intensidad de la corriente eléctrica,
es decir, la cantidad de cargas que atraviesa una sección de conductor por unidad de tiempo, se
denomina amperio. En homenaje a Volta, se acuñó el término voltaje, es decir, la capacidad de una
batería para producir una corriente eléctrica. La cantidad se expresaría en voltios.
La segunda mitad del siglo XIX estuvo marcada por un espectacular desarrollo de la electricidad
industrial o electrotécnica. La batería Volta pronto fue reemplazada por baterías más eficientes, como
la batería Daniell (1836), la batería Bunsen (1841) o la batería Leclanché (1864). En 1859, el
francés Gastón Planté (1834-1889) desarrolló la primera batería recargable o acumulador. Los
generadores experimentaron un auge similar: la invención de la dinamo en la década de 1870 a
manos de Zénobe Gramme (1826-1901) presagió la aparición de los primeros generadores o
alternadores de corriente alterna, en particular gracias al trabajo del ingeniero croata Nikola
Tesla (1856-1943). Estos dispositivos, impulsados por las enormes turbinas de las centrales eléctricas,
constituyen el elemento central de la producción de energía eléctrica. El desarrollo de generadores
acompañó de forma natural al de los dispositivos inversos, más conocidos como motores eléctricos.
Estos avances contribuyeron al desarrollo de aplicaciones de electricidad a lo largo del siglo pasado.
Ya en 1839, apareció en Inglaterra el primer instrumento de telecomunicaciones que funciona
utilizando señales eléctricas transmitidas a lo largo de un cable, el telégrafo, desarrollado por los
ingenieros William Cooke y Charles Wheatstone. En 1876, el estadounidense Alexander Graham
Bell (1847-1922) utilizó por primera vez señales eléctricas para transportar la voz humana desde la
distancia: acababa de nacer el teléfono.
Pronto fue el turno de los medios de transporte para ser electrificados: el primer tranvía eléctrico, de
los ingenieros alemanes Werner von Siemens y Johann Halske, data de 1879. El primer tren
eléctrico, inventado por Thomas Alva Edison (1847-1931), data de 1880. Edison también fue el
impulsor de numerosos inventos, como el fonógrafo, la cámara de cine o la bombilla incandescente.
III. DISCUSIONES
IV. CONCLUSIONES
-He llegado a la conclusión que la electricidad es el recurso básico para la producción industrial para
que los equipos funcionen correctamente
-Resulta importante contar con una buena instalación, aplicarle el mantenimiento adecuado y contar
siempre con buenos materiales.
-Cada año se implementa mayor tecnología con la electricidad haciendo de los equipos mas
inteligentes haciéndonos la vida mas fácil
V. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS