Buck-Morss - Susan - Origen - de - La - Dialectica - Negativa (Abby)
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2. MARX s in p r o l e t a r ia d o : la t e o r ía c o m o p r a x is * 70
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8. TEORÍA Y ARTE: EN BUSQUEDA DE UN MODELO 249
BIBLIOGRAFÍA 368
[U]
marxismo por parte del Instituto, fue para Adorno una aproxi
mación a Marx, así como también un reconocimiento mayor de
los límites de la praxis intelectual —de allí el creciente pesimismo
en eí tono de su crítica cultural.
La verdadera influencia formativa sobre Adorno tuvo lugar
antes de 1931, y provino de Walter Benjamin. La conferencia inau
gural documenta de manera clara este hecho, que no hace más
que aumentar el misterio que rodea el origen de su filosofía. La
conferencia procura ciertos lincamientos para una teoría “dia
léctica”, “materialista”, que es intencionalmente marxista; sin em
bargo, lo hace a través de un lenguaje y categorías conceptuales
tomadas de la temprana filosofía de Benjamin, no marxista y no
materialista. Éste incorporaba elementos estructurales de fuentes
aparentemente tan remotas como el misticismo judío, el kantis
mo, el platonismo y el romanticismo alemán.
La cuestión suscitada por la conferencia inaugural de Adorno
es el enigma al que este estudio trata de responder: ¿cómo la
temprana filosofía no marxista de Benjamin proporciona la clave
para el método dialéctico, materialista, de Adorno? La respuesta
supone seguir a Adorno en un doble proceder: traduciendo las
concepciones origínales de Benjamin a un marco teórico marxista,
y sustentando filosóficamente la teoría marxista con la ayuda de
estas concepciones, con el objeto de probar de manera inmanente
que el materialismo dialéctico era la única estructura válida de
la experiencia cognitiva. Esta tarea diferenciaba el trabajo de
Adorno de la Ideblogiekritik, crítica de la función ideológica y
social de las ideas, característica de los ensayos escritos por otros
miembros del Instituto de Frankfurt. Adorno no sólo pretendía
demostrar la falsedad del pensamiento burgués, quería demostrar
que precisamente cuando el proyecto burgués —el proyecto idea
lista de establecer la identidad entre el pensamiento y la realidad
material— fracasaba, era cuando demostraba, sin intención, la ver
dad social, probando entonces la preminencia de la realidad sobre
el pensamiento y la necesidad de una actitud crítica y dialéctica
de no-identidad hacia ella —probando en otras palabras la validez
del conocimiento materialista, dialéctico.
El proyecto de Adorno no se ajustaba claramente a la tradi
ción filosófica hegeliano-marxista. Al rechazar el concepto de
historia como progreso e insistir en la no identidad de razón y
realidad, rompió decisivamente con Hegel; al separar su filosofía
de toda referencia al proletariado, rompió radicalmente con Marx.
Adorno estaba tan influido por la fenomenología de Husserl como
por la de^Hegel. En realidad, podría decirse que si el existencia-
lismo de Kierkegaard y el materialismo de Marx representaron
las dos ramas de la protesta contra Hegel, habría un paralelo
entre las respuestas de Heidegger y de Adorno a Husserl. Pero
si Adorno estaba del lado de Marx en su rechazo del existen-
cialismo, su comprensión de la dialéctica se modelaba más sobre
la experiencia estética que, como en Marx, sobre la experiencia
de la producción económica.
Este último punto es particularmente significativo. Adorno se
pensaba a sí mismo como artista, y el tiempo que pasó en Viena
en la década de 1920 estudiando el método de composición de
Schónberg con Alban Berg, aunque breve, dejó una huella inde
leble. Benjamin y él consideraban al arte como una forma de co
nocimiento científico. Quizá su contribución más importante fue
la de redimir a la estética como una disciplina cognitiva central,
una forma de revelación secular, y en insistir en la convergencia
estructural de las experiencias científica y estética. Desafiaban así
un dualismo fundamental del pensamiento burgués, la oposición
binaría entre la “verdad” científica y el arte como “ilusión”, que
había caracterizado al pensamiento burgués desde el siglo xvn.
Sus carreras intelectuales demuestran la promesa y también los
peligros de tratar de reconciliar estas dos culturas.
A pesar o quizá a causa de la cercanía de las posiciones inte
lectuales de Adorno y de Benjamin, se vieron comprometidos en un
extenso debate, documentado en su correspondencia, en la cual
Adorno se encontró a sí mismo en la anómala posición de defender
la filosofía de Benjamin contra el propio revisionismo de este
último. Pero después del suicidio de Benjamin en 1940, su in
fluencia sobre el' pensamiento de Adorno permaneció y su mente
brillante y excéntrica ronda incluso en los escritos sociocientíficos
más empíricos del Adorno de los últimos años.
La historia dé su amistad intelectual constituye el tema central
de este estudio. La primera parte, cuya introducción es un capítulo
biográfico que describe el temprano desarrollo intelectual de Ador
no, analiza sus concepciones filosóficas tal como fueran articu
ladas por primera vez a comienzos de la década de los treinta
y demuestra su deuda para con Benjamin. Esta sección surgió
de una ponencia completada en 1974. La segunda parte regresa
a la estructura cronológica del capítulo introductorio, delineando
el debate teórico entre Adorno y Benjamin, y concluye con el sui
cidio de Benjamin y la reacción de Adorno al hecho, en particular
su sublación de las técnicas más audaces de Benjamin en la meto
dología de investigación empírica de The authoritarian personality
(1950), el estudio social-psicológico iniciador a través del cual
mejor se le conoce en este país. El recuento termina en 1953
cuando, a la edad de cincuenta años, Adorno abandona los Estados
Unidos para regresar a Frankfurt y se une a Horkheimer en el
recién restablecido Instituí für Sozialforschung.
Este libro habrá cumplido su objetivo si logra introducir la
“dialéctica negativa” a un auditorio de habla inglesa, si demuestra
la originalidad del proyecto filosófico de Adorno en comparación
con otros exponentes del marxismo occidental, y si muestra la
conexión histórica del proyecto con la teoría de Walter Benjamin,
plantea la discusión sobre la contribución de Adorno dentro de
una correcta comprensión de lo que pretendió realizar.
Estoy profundamente en deuda con Rolf Tiedemann, pin cuya generosi
dad y preciada amistad no podría haberse escrito este libro. Quiero
agradecer al Deutsche Academische Austauschdienst por el estipendio
con el que apoyó mi investigación en 1971-1972. Debo agradecer tam
bién a Martin Jay, Hirsham Sharabi, David Goldfrank, Norman Levine
y Marcus Raskin por sus penetrantes comentarios y críticas; a mi fami
lia de Frankfurt, Wolfgang Bock, Gisela Engel, Fritz Hermanin, Claudia
Honegger, Klaus Schróter y Gunter Wegeleben, por su ayuda y hospita
lidad; a István Csicsery-Ronáy, Regina Schmidt, Neal Wadler e lrving
Wohlfahrt por su entusiasmo en nuestras largas discusiones, y a María
Tokié por su ayuda en la preparación del manuscrito.) Estoy agradecida
a Elliott por su paciente y jovial apoyo.
Finalmente quisiera agradecer a cuatro mujeres cuyas enseñanzas fue
ron inspiradoras: Dorothy M. Brown, Evalyn A, Clark, Gladys M.
Kingsley y Thercsa I-. Wilson.
1. LOS COMIENZOS INTELECTUALES:
UN ENSAYO BIOGRAFICO
FR A N K FU R T AM MAIN
la luz del presente” .41 Todos estos conceptos eran también caracte
rísticos de la teoría de Adorno, pero no fue el judaismo el que lo
condujo a ellas. Fue, en cambio, su amistad con Walter Benjamin.
Adorno conoció a Benjamin en Frankfurt en 1923.42*El encuentro
había sido arreglado por su mutuo amigó Siegfried Kracauer en el
Cafe Westend am Opernplatz.48 Adorno, once años más joven que
Benjamin, recordaría lo tremendamente impresionado que se
sentía:
41 Ibid.j p. IH6.
43 Fueron presentados por primera vez por Hermann Edler Grab von
Hermannswórth, sociólogo, músico y amigo de Adorno (véase la nota dei
compilador en Walter Benjamin, Briefe, 2 vols., comp. por Gershom
Scholem y Theodor W. Adorno, Frankfurt am Main, Surhkamp Verlag,
1966, vol. 2, p. 559).
13 Theodor W. Adorno, “Erinnerungen” (1964), Über Walter Benjamín,
comp. por Rolf Tiedemann, Frankfurt am Main, Surhkamp Verlag,
1970, p. 67. Benjamin, nacido en Berlín, estaba en Frankfurt tratando de
completar su tesis de Habilitation allí. Adorno y Benjamin también estu
vieron juntos en el seminario de sociología de Gottfried Salomon-Delatour,
donde se analizaba el libro recientemente publicado sobre el historicismo
<le Ernst Troeltsch (ibid.).
44 Ibid., p. 70.
48 Ibid.
dentro de l°s datos de la experiencia. Su objetivo^ formulado por
primera vez en 1918, era fundar, sobre bases kantianas, “la uni
dad virtual de religión y filosofía”.46
En sus años de estudiante, Benjamin había formado parte de un
ala intelectual, radical y judía, de la JugendFew egung^7 Á\Íi co
noció a Gershom Scholem, su compañero intelectual más cercano
de 1916 a 1923.48 Scholem comenzaba lo que habría de ser una
tarea de por vida, la investigación de la Cabala, la hasta entonces
largamente olvidada tradición del misticismo judío.40 Juntos estu
diaron a Kant, tal como Adorno lo había hecho con Kracauer,
fantaseando “medio en serio, medio en broma” con fundar su pro
pia academia, “habiendo tan poco que aprender en la universi
dad”.60 Discutían constantemente la erudición religiosa de Scholem.
Benjamin (quien a pesar de varios intentos nunca llegó a dominar
el hebreo) adquirió a través de esta relación una forma teológica y
mística de expresión, que conservó de manera sutij en sus escritos
más intencionadamente “marxístás” de la década de los treinta.
Pero a diferenciá de Scholem (o^dé Rosenzweig o de Bloch, de quie
nes se hizo amigo en 1918),'Benjamín buscó y descubrió los oríge
nes de los conceptos místicos en la literatura estética y no en la
teológica, en las teorías de Ñovalis," Schlégel y Goethe, y en los
dramas trágicos alemanes de la época barroca.61 Da religiosidad de
“ Walter Benjamín, “Über das Programm der kommenden Philosophie”
(1918), Zur Kritik der Gewalt und andere Aufsdtze, con epílogo de Herbert
Marcuse, Frankfurt am Main, Surhkamp, 1971, p. 27. v, ,
*7 Gustav Wyneken era el director. Benjamín trabajó en la revista de este
circulo durante 1913 y 1914. (Adorno, “A l’écart de tous Ies courants”
[1969], Über Walter Benjamin, p. 97.)
48 En ese año Scholem partió para Palestina. Su amistad continuó a
través de una voluminosa correspondencia, y pasaron un tiempo juntos en
París en 1927 y en 1938. (Gershom Scholem, “Erinnerungen” [1966] en
Theodor W. Adorno et al,, über Walter Benjamín, Frankfurt am Main,
Suhrkamp Verlag, 1968, pp. 30-31.)
49 Scholem ha escrito retrospectivamente: “Creo que podemos decir sin
falta de respeto que difícilmente ha habido nunca una teología judía tan
vacua e insignificante como la que existió en las décadas anteriores a la
primera guerra m undial... La teología ortodoxa ha sufrido por lo que
podríamos llamar 'Cábala-fobÍa\” (G. Scholem, The messianie idea in Ju~
daism, p. 321.)
w Gershom Scholem, Walter Benjamin, Die Geschichte einer Freunds-
chaft, Frankfurt am Main, Suhrkamp Verlag, 1975, p, 76.
B1 Cf. Walter Benjamín, Der Begriff der Kunstkritik in de^ deutschen
Romantik (1920); Goethes Wahlverwandtschaften (1924); Ursprung des
deutschen Trauerspiels (1928); todas republicadas en Walter Benjamin,
Gesammelte Schriften, 6 vols,, comp. por Rolf Tiedemann y Hermann
SchweppenhSusér, vol. 1, Abhandlungen, Frankfurt am Main, Suhrkamp
Verlag, 1974.
Benjamín era secular y mundana, aproximándose a los objetos
profanos con religiosa reverencia. Era entonces una teología “in
vertida” o “negativa”52 en la que convergían materialismo y mis
ticismo, y esto impresionó no poco a Adorno como modelo de pen
samiento filosófico. Pero el período realmente capital de la in
fluencia de Benjamin sobre Adorno vendría luego, después de
1927, en relación con su común adopción del marxismo.
Con respecto a la teología per se y al judaismo no puede decirse
que hayan influido en Adorno en un sentido afirmativo. A dife
rencia de Benjamin, no frecuentó cuando estudiante grupos juve
niles judíos; a diferencia de Scholem, no le atraía el sionismo/1*
ni tampoco participó con Siegfried Kracauer, Franz Rosenzweig y
Martin Buber en el círculo intelectual del rabino Nehemiah A.
Nobel en Frankfurt.54 Volver a la teología para encontrar el sentido
de totalidad y la seguridad que la destrozada Weltanschauung
burguesa ya no podía proporcionar, fue una opción que Adorno
se vio impulsado a rechazar.55
En los veinte, la revuelta contra la esterilidad académica (así
como contra ía sociedad moderna y su estructura “racionalizada”,
burocráticamente organizada) tendía a tomar la forma de una.
afirmación de lo irracional. El renacimiento teológico era una de
sus manifestaciones, pero había muchas otras: el voluntarismo
soreliano en política, un renovado interés en Kierkegaard, la psi
quiatría de Jung, las novelas de Hermann Hesse, la defensa de la
“cultura” frente a la civilización y de la “comunidad” frente a la
sociedad, e incluso una cierta moda intelectual por los horóscopos
y la magia. Estaba ocurriendo un viraje en el campo de las alianzas
intelectuales: los abogados de la razón, identificados desde el Ilu-
minismo con las fuerzas sociales y políticas progresistas, abandona
ban los impulsos de la revolución y aceptaban pasivamente el estado
de cosas “dado” . La racionalidad había llegado a ser sinónimo de
ca Adorno utilizaba ambos términos para describir aquello a lo que se
refería como “nuestra teología” en una carta a Benjamín del 17 de di
ciembre de 1934. (Adorno, Über Walter Benjamin, pp. 103-104.) Tratado
infra, cap¡. ti.
ra Después de que Scholem se trasladó a Palestina en 1923, Benjamin
habló muchas veces de unírsele, aunque estos planes nunca se materiali
zaron. {Ibid., pp. 173 passim.)
M La adhesión de Kracauer terminó en 1926, cuando escribió un co
mentario fuertemente crítico de la traducción de- la Biblia por Buber y
Rosenzweig (véase Martin Jay, “The extraterritorial life of Siegfried Kra
cauer”, 51). Sobre el grupo del rabino Nobel, véase Nahum N. Glantzer,
"The Frankfurt Lehrhaus”, Year Book I, Leo Baeck Institute, Londres,
1956.
08 Véase jiipra, nota 11.
compromiso y resignación, expresada en la vida política por el
Vernunftrépublikaner que, pretendiendo ser “razonable”, aceptaba
sin entusiasmo la realidad dada de la República de Weimar, que
era en muchos aspectos muy poco republicana y democrática. Del
otro lado, la revuelta que se sustentaba a sí misma en el irraciona-
lísmo caía fácilmente en una fórmula tendiente al fascismo. Hay
que decir en su favor que Adorno y quienes estaban intelectual
mente más cerca de él no aceptaron la nueva dicotomía que estaba
madurando. Antes que alinearse en uno de los lados de esta polari
dad, insistían en que la verdad yacía en la tensión entre ambos,
en la explicación razonada dé lo que aparecía como irracional y en
la irracionalidad de lo que~se,.aceptaba como razón.
Fue la insistencia de (Benjamin^ en que religión y kantismo, mis
ticismo y materialismo 'coWtíffgían en tanto vefdádés 'Tá' qúé évitó
que se comprometiera con alguna de estas corrientes intelectuales.
Adorno era afortunado al tener como tutor en la universidad a un
hombre también excéntrico, también externo a la corriente intelec
tual principal: el profesor de filosofía Hans Cornelius,58 en cuyos
seminarios Adorno conoció a su amigo de toda la vida, Max Hork
heimer. Contra los irracionalistas, Cornelíus defendía firmemente
la tradición iluminista, pero no en su casi escolástica forma domi
nante. Cornelíus era un Aufklarer del antiguo tipo, un radical
filosóficamente hablando, más kantiano que el propio K ant en su
misión de “destruir las teorías dogmáticas y de establecer en su lugar
aquellas basadas en la experiencia y garantizadas por la experiencia,
más allá de toda duda”.57 Su rechazo de la doctrina kantiana:de la
cosa en sí que, según afirmaba, constituía un residuo metafísico,
era en efecto regresar atrás de K ant hacia el empirismo ingles y
francés temprano. Estabo de acuerdo también con el neokantismo
de sus contemporáneos vieneses Avenarius y Mach. Sin embargo,
si había una inclinación positivista en la interpretación de Cor-
nelius, no tenía en cambio la acrítica aceptación positivista del
mundo “dado” y su pasiva noción del sujeto. Cornelius era un ar-
M Cornelius (1863-1947) llegó de Munich a Frankfurt en 1910. Era
“un maestro apasionado. . , en muchos sentidos lo opuesto de la imagen,
tradicional de un profesor universitario alemán, y en fuerte oposición con
muchos de sus colegas”. (Friedrich Pollock, citado en Jay, The dialecticaL
imagination, p. ^5.;
Ésta fue la descripción de Adorno en el prefacio a su primera Habi-
litationsschrift, basada en la teoría de Cornelius. (Theodor W. Adorno,
“Der liegriff des Unbewussten in der transzendentalcn Seelenlchre” [1927],
GS, vol. 1: Früthe philosophtsche Schriften, comp. por Rolf Tiedemann,
Frankfurt am Main, Surhkamp Verlag, 1973, p. 81.) ;
tista y un bohemio.68 Para él, el “sujeto” filosófico no era un univer cultura compartida está internamente vacía y se derrumbará porque
sal uniforme, trascendental, sino un individuo viviente único, y la merece derrumbarse. Pero la nueva religión que la humanidad necesita
experiencia filosófica era personal y vivida y no abstracta y acadé emergerá primero de las ruinas de esa cultura.91
mica. Todo conocimiento se basaba en una experiencia previa, y
por lo tanto nunca era completo; la filosofía no era un sistema La filosofía de Cornelius era lo bastante conocida como para haber
cerrado y no había absolutos ontológicos. A pesar de la universalidad sido escogida por el ataque de Lenin en su crítica a la filosofía
de las formas cognitivas, la naturaleza acumulativa de la expe contemporánea, Materialismo y empiriocriticismo ^1909).92 Según
riencia garantizaba que la realidad fuera “posibilidad ilimitada” y Lenin seguía siendo subjetivista e idealista a pesar de su oposición
que los “objetos permanecieran siempre parcialmente extraños”,60 al idealismo kantiano, y citaba como evidencia el hecho de que
no por pertenecer a un cierto reino nouménico, sino porque apare Cornelius dejase abierto el camino para la posibilidad de vida
cían cada vez en una nueva configuración. En la noción de expe después de la muerte y su afirmación de que “ante todo” la edu
riencia de Cornelius, no había ser independiente de la conciencia cación es necesaria “para el respeto, no hacia los valores transitorios
ni conciencia independiente del ser. Esto suponía la revocación de de una tradición fortuita, sino hacía los valores imperecederos del
un primer principio filosófico (prima philosophia) y fue uno de los deber y de la belleza, hacía el principio divino en nosotros y fuera
primeros y más constantes credos también de Horkheimer y Adorno. de nosotros”.93 En cuanto a Cornelius, acusaba al materialismo en
Había algo refrescante en el individualismo bohemio de Gorne- general del mismo “dogmatismo” que criticaba en. el idealismo y
lius y en el empirismo tan poco alemán que defendía. Su idea de la afirmaba que hace del hombre un “autómata”.64 Instaba a sus estu
filosofía “competía por la claridad última”, y era “violentamente diantes a no conformarse con ningún “ismo” y a pensar por sí mis
hostil a cualquier tipo de dogmatismo”.00 Estimuló en Adorno y mos: “Ni K ant ni Marx, Lutero o Eichte, ni ningún otro deberán
Horkheimer el respeto por la individualidad de los fenómenos con ser vuestros amos, sino vuestra propia razón., .”65
cretos, proporcionando un contrapeso terreno al kantismo mucho Max Horkheimer había sido alumno de Cornelius desde 1918,
más esotérico de Walter Benjamin. Sin embargo, al igual que Ben y Pollock ha escrito que su “influencia sobre Horkheimer difícíl-
jamin, y a causa de su sensibilidad artística, respetaba las experien “ Hans Cornelius, “Leben und Lehre” (1923), citado en Jay, The dia
cias estéticas y religiosas tanto como aquella de la razón “científica”. lectical imagination, p. 45. ,
Crítico de la sociedad (aunque no políticamente activo), escribió ** El libro de Lenin. fue traducido y publicado en Alemania en 1922.
Hanns Eisler recordaba: “Ya estábamos esperando el libro. Lenin aún
"en 1923: vivía. Fue realmente una sensación.” (Hans Bunge, Fragen Sie mehr über
Brecht: Hanns Eisler im Gespr&ch, epílogo por Stephen Hermlin, Munich,
Los hombres han perdido la capacidad de reconocer lo Divino en sí mis Rogner und Bernhard, 1970, p, 156.)
mos y en las cosas; naturaleza y arte, familia y estado sólo tienen interés ® Cornelius, Einleitung in die Philosophie (1903), citado en V. I. Le
para ellos en tanto sensaciones. Por eso sus vidas fluyen sin sentido, y su nin, Obras completas, vol. xiv: Materialismo y empiriocriticismo, Madrid,
Akal Editor, 1977, p. 209.
^ornclius yénía de una conocida familia de pintores y compositores “ Ibid.
muniqueses. Amante de la cultura italiana, tuvo la vida de un artista, K Recordado por Theodor W. Adorno, Philosophische Terminologie:
desafió las convenciones y se casó con una mujer muchos años mayor. Zur Einleitung, 2 vols,, ed. de Rudolf zur Lippe, Frankfurt am Main,
Estaba igualmente dotado para la pintura y para la música. Enseñó pintura Suhrkamp Verlag, 1973, vol. 1, pp. 121-122. A pesar de lo que decía,
en Munich durante la guerra y le dio clases particulares de teoría de la existían ciertos límites en esta invocación al pensamiento individual entre
composición a Horkheimer. (Helmut Gumnior y Rudolf Ringguth, Max sus estudiantes. Leyendo al joven Adorno, se tiene la impresión de que se
Horkheimer in Selbstzeugnissen und Bilddokumenten, Rowohlts Monogra- podía criticar cualquier filosofía, excepto la de Cornelius. Adorno se vio
phien, núm. 208, ed. Kurt Kusenberg, Hamburgo, Rowohlt Taschenbuch en grandes dificultades para identificar su propio método con el de Cor
Verlag, 1973, p. 22.) nelius en su tesis doctoral. Esto ocurrió también en su Habilitationsschrift,
BB Hans Cornelius, Grundlagen der Erkenntnistheorie: Transcendentale la cual, sin embargo, Cornelius rechazó (véase injra). Horkheimer testimo
Systematik (1916), 2^ ed., Munich, Verlag von Ernst Reinhard, 1926, nia de los límites de la tolerancia de Cornelius al escribir en 1021: “Ayer
p. 261. conversé con un joven filósofo acerca de las tareas de la filosofía. Se mos
w Citado en una carta de Friedrich Pollock a Martin Jay, 24 de marzo traba muy entusiasta. Desgraciadamente, recién hoy descubrí que Corne
de 1970, citada en el manuscrito del libro de Jay, The dialectical imagina lius había estado en la habitación contigua, y debe haber escuchado mi
ron (p. 8), pero omitida en la versión publicada. exposición, que estuvo totalmente dirigida en contra suya.” (Citado en
Gumnior y Ringguth, Max Horkheimer, p. 23.)
36 LOS C O M IE N Z O S IN TEL EC TU A L ES
,'t-V?
mente podría ser sobrestimada” .66 Nacido cerca de Stuttgart en con el estallido de la guerra mundial) fue un resurgir de ésta, su
1895, hijo de un judío conservador, próspero fabricante textil, primera orientación, y no una ruptura radical en su desarrollo
ÍTprkheimer sé había, adiestrado durante siete anos en los aspectos intelectual, como se ha presumido.74 Desde el comienzo, el pensa
comerciales dé los negocios de su padre (formando un cierto patri miento de Horkheimer se instaló en la tensión entre el compromiso
monio financiero que más tarde mantendría a flote al Instituto de de fomentar la justicia social (más aún, “la felicidad de cada in
Frankfurt) y había viajado a Bruselas, París y Londres hasta que el dividuo”)75 y su sospecha acerca de la inutilidad del esfuerzo.
estallido de la primera guerra mundial forzó su retorno a Stuttgart. El camino hacia la paz, escribió en 1915, estaba hecho de “perdón,
La guerra se tradujo en una intensa crisis personal para Horkheimer. sufrimiento, espíritu, amor. La historia del mundo brama eterna
Sus primeros diarios documentan su apasionada condena de la gue mente más allá de estas cosas; un ciego, desesperanzado, irredimi
rra (en la que se vio obligado a servir desde 1917) así como su ble, insaciable y por siempre incansable poder” .70
odio hacia la ocupación mercantil a la que estaba atado,07 A los Eximido del servicio a causa de una enfermedad, Horkheimer
21 años soñaba con una existencia diferente: abandona el mundo de los negocios y entra a la universidad, es
tudiando primero en Munich y viajando luego a Frankfurt en 1918
Por mi anhelo de verdad he de vivir, y buscaré lo que deseo saber; ayu con su amigo Friedrich Pollock. Más tarde, con una carta de pre
daré a los afligidos, satisfaré mi odio contra la injusticia, y venceré a los sentación de Cornelius, permaneció un semestre en Friburgo para
fariseos, pero, sobre todo, buscaré el amor, amor y comprensión, , ,68 asistir a las clases de Edmund Husserl, quien lo impresionó viva-
ipjente.77 En Í921 volvió a Frankfurt, estudiando psicología con el
En aquella época escribió un par de novelas cortas: todas expre gestáltico Adhemar Gelb (como Adorno) y recibiendo su doctorado
sando la inhumanidad de la guerra y la angustia de estar atrapado en filosofía en 1922.78 Durante los siguientes tres años fue asistente
contra su voluntad, encadenado, como escribió, por una tiranía que de Cornelius. Adorno recordaba la primera vez que lo vio:
no por su invisibilidad era menos opresiva.69
Seguramente se trataba de una rebelión adolescente, que volcaba ...eras ocho años mayor que yo, no me parecía que tuvieras aspecto
contra su familia el fervor moral del que se había nutrido.70 Sin de estudiante, más bien un joven caballero de un hogar próspero, que
concedía a la academia un cierto interés distante. Estabas incontaminado
embargo, no era sólo el deber filial lo que le impedía seguir sus por esa deformación profesional deí académico que fácilmente confunde las
propios deseos. Horkheimer tenía la profunda y persistente sensa cosas aprendidas con la realidad. Pero lo que decías era tan inteligente,
ción de que la aspiración a la justicia social era una locura, de que tan nítido y, sobre todo, tan autónomo que pronto sentí que eras superior
todas las personas, aun las de mayor rectitud, eran culpables, aun a esa esfera de la cual, imperceptiblemente, te mantenías apartado.70
que indirectamente, de perpetrar las maldades del mundo.71 Quizá
ésta fuese la esencia del ser humano, esta “voluntad de poder, de En el seminario dé Cornelius, Horkheimer leyó una ponencia sobre
dominación, de conquista” : “Allí donde existan seres humanos, exis 74 Cf., por ejemplo, Jay, The dialectical imagination, p. 258. Los escritos
tirá la guerra.”72 Horkheimer se había. familiarizado con los escritos sobre la pubertad dé Horkheimer, que documentan esta temprana influencia
de Schopenhauer en 1913,78 y el pesimismo schopenhaueriano que de Schopenhauer, permanecieron inéditos hasta 1974.
comenzó a permear sus escritos en los años cuarenta (nuevamente50 78 Theodor W. Adorno, “Offener Bríef an Max Horkheimer”, Die Zeit,
12 de febrero de '1965, p. 32.
T®Horkheimer, Aus der Pubertat, p. 154.
50 Fricdrich Pollock, citado en Jay, The dialectical imagination, p. 44. 77 Gumnior y Ringguth, Max Horkheimer, p. 22. Horkheimer también co
07 Max Horkheimer, Aus der Pubertat: Novellen und 7'agebuchblatter,
noció a Martin Heidegger, entonces asistente de Husserl, y le escribió a
ed. de Álfred Schmidt, Munich, Kosel-Verlag, 1974, pp. 149-159.
Maidon en 1921: “Hoy tengo conciencia de que Heidegger fue una de las
Ibid., pp, 150-151. personalidades más importantes que conocí. ¿Si estoy de acuerdo con él?
Ibid., p. 151. Cómo podría decirlo, si sólo una cosa sé con certeza de él: para él el motivo
70 Vcase Alfred Schmidt, “Fríihe Dokumente der Kritischen Theorie”, del filosofar no emerge de la ambición intelectual ni de una teoría prefa
epílogo del editor, p. 362. Se enamoró de la secretaria privada de su padre,
bricada, sino día a día, de sus propias experiencias.” (Citado en ibid., p. 24.)
Rose Christinc Riekher (a quien llamaba Maidon), ocho años mayor que él
78 La tesis de Horkheimer, por la que recibiera su grado summa cum
y cristiana. Mantuvo la relación y se casaron en 1926.
laude, fue sobre la tercera crítica de Kant: “Zur Antinomie der teleologis-
71 Ibia., pp. 158-159. chen Urteilskraft” (inédita, 1922).
72 Ibid„ p. 153.
72 Schmidt, en ibid., p. 362. 70 Adorno, “Offener Brief an Max Horkheimer” (1965), p. 32.
Husserl que Adorno consideró “verdaderamente brillante” : “Es
pontáneamente me acerqué a ti y me presenté. Desde entonces es
tuvimos juntos.”80
El Instituí für iSozialforschung de Frankfurt, del cual llegarían
a ser codirectores, fue fundado por Félix Weíl en 1923. Pero Adorno
no estuvo ligado a su fundación, y Horkheimer sólo marginal
mente, a través de su amistad con Friedri^h Pollock, un economista
que tuvo un importante papel y cuya intervención fue decisiva para
que Horkheimer asumiera el cargo de director en 1931. Bajo la
dirección de Cari Grünberg (1924-1927), el Instituto era recono
cidamente “marxista” en un sentido ortodoxo (aunque independien
te de cualquier afiliación partidaria), y se interesaba básicamente
en la investigación histórica y empírica sobre el movimiento obrero
y las condiciones económicas.81*83Adorno y Horkheimer estaban mucho
más interesados en cuestiones de teoría ¡filosófica y estética, y no
habían asumido una posición abiertamente marxista en estas áreas,
cualesquiera que hayan sido sus convicciones políticas personales.62
Durante los primeros años de su amistad, los temas de sus discu
siones giraron más en torno a Kant y Husserl que a Marx y Hegel.
Fue gracias a Horkheimer que Adorno adquirió su respeto profundo
por Husserl, que persistió despuésde su adhesión aT ía rx (y durante
más tiempo que el propio entusiasmo de Horkheimer). Adorno siguió
convencido de .que Husserl, más que cualquier otro de sus contem
poráneos, había articulado correctamente los problemas y dilemas
a los que la filosofía se enfrentaba, que con su fenomenología el
idealismo burgués había llegado tan lejos como podía, y que pre
cisamente el fracaso de Husserl para resolver estos dilemas era una
prueba de su integridad filosófica. En tres ocasiones a lo largo de su
vida estuvo Adorno profundamente metido en la filosofía de Husserl.
Su tesis doctoral, completada en 1924, era una crítica de la teoría
del objeto de Husserl. Analizaba eí dilema hüsserliano de plantear
un retornó á los objetos, “a las cosas mismas” como fuente del co
nocimiento, temiendo ál mismo tiempo que los objetos empíricos y
temporales fueran una base muy poco segura para la verdad.
Adorno afirmaba, en la misma línea que Cornelius, que las cosas
80 Ibid.
81 Para una historia de los primeros tiempos del Instituto, véase Jay, The
dialectical imagination, cap. 1, pp. 3-40.
83 Si bien sus primeros escritos académicos eran completamente apolíticos,
esto no obstaba para un temprano interés por la política radical. Al menos,
Horkheimer parece haber tenido desde la pubertad la conciencia de un socia
lista, y el pensamiento socialista flotaba por cierto en el ambiente. Pero en
el caso de Adorno no puede documentarse ninguna conexión con la política
radical, el socialismo o el marxismo hasta fines de la década de los veinte.
empíricas debían ser la base del conocimiento, de¡,lo contrario se
caía en la metafísica.83 En 1934-1937, viviendo en Oxford, una
vez más Adorno se aferró a Husserl, intentando, a través de la ne
gación de su fenomenología, nada menos que trascender al mismo
tiempo el idealismo burgués.8384 Más tarde revisaría este estudio, (
publicándolo con una nueva introducción con el título de Metakri- \
tik der Erkenntnistheorie, en 1956.85*87 ¡
Hacia la década de los años treinta el análisis de Adorno
sobre Husserl fue concebido dentro del marco de la tradición
dialéctica hegeliano-marxista. Pero todavía eran visibles elementos
del empirismo de Cornelius: no sólo su insistencia en que el cono
cimiento seguía siendo inmanente, es decir dentro de los límites
dé lá experiencia, y en qué los objetos dé la experiencia eran
fenómenos contingentes, concretos, particulares, sino también su
convicción de que el arte proporcionaba un modelo mejor para
la filosofía que la utopía* cognitiva dé.Husserl de la matemática
pura: Desdé' luego, Adornó siempre consideró al arte y a la
filosofía como ocupaciones complementarias y sus estudios filosó
ficos rara vez podían dejar de lado su interés por la música.
En 1924 se le brindó la oportunidad de estudiar composición
musical' con Berg en Viena. Y no la dejó pasar.
VIENA
Una característica de Berg era su ojo para los detalles, una articu
lación de matices, que Adorno también encontraría en Walter
Benjamin ,183 y que se transformó en un canon de su propio pen-
129 Berg le relató una vez a Adorno que “incluso mucho después de
transformarse en adultos, él y Webern conversaban [con Schonberg] sólo
a través de preguntas” (Adorno, Berg, 1968, GS 13, pp. 346-347.)
130 “SÍ los intelectuales no deben ser padres, entonces Berg era lo me
nos paternal que uno podría esperar; su autoridad era la de una ausencia
perfecta de naturaleza autoritaria. Triunfó al no crecer, sin seguir siendo
infantil” (ibid., p. 367).
181 “Una lección con Berg se desarrollaba generalmente de la siguiente
manera; tornaba los ejercicios y los intentos de composición de su alumno
de la manera más amistosa y los dejaba sobre- el piano. Luego los reco
rrería con la mirada desde el comienzo emitiendo un montón de excla
maciones de acuerdo y entusiasmo de tipo general tales como: ‘no está
mal’, ‘una buena idea', ‘no está nada mal’, ‘bien, bien’. Luego invitaría
al alumno —quien estaba naturalmente muy complacido— a sentarse al
piano a su lado y revisaría la obra compás por compás, nota por nota,
con el resultado siguiente: después de completar su corrección, las páginas
parecían generalmente devastados campos de batalla, aparecía una com
posición totalmente diferente, que tenía muy poco que ver con lo que
el alumno había traído. Pero nunca escribiría una sola nota en el ma
nuscrito a menos que el alumno estuviera genuínamente convencido y lo
aprobara completamente, no por mera sumisión a la autoridad del brillante
maestro. La crítica más aguda que alguna vez se le escuchó emitir fue:
‘¡Usted todavía no ha escuchado eso!’ ” (Willi Reich, Alban Berg, trad.
Cornelius Cardew [Nueva York, Harcourt, Brace & World, 1963], p. 72.)
Adorno colaboró con la edición original alemana del libro de Reich sobre
Berg (Viena: Verlag Herbert Reichner, 1937), pero sus ensayos, análisis
de composiciones específicas de Berg, no aparecen en la versión inglesa.
Están publicados en Adorno, Berg (1968), GS 13.
132 Adorno, Berg (1968), GS 13, p. 365.
133 Ibid., p. 355. Una vez le comentó a Berg que le hubiese gustado
encontrar una forma de eliminar de una vez la barba masculina para
ahorrar el tiempo de rasurarse diariamente, pero Berg le contestó: “que
la suave piel rasurada que agrada a las damas no puede separarse del
hecho de que ellas sienten la barba despuntando bajo la superficie”.
Sarniento dialéctico. Similar a Benjamin era también cierto clima
estático, a pesar del principio composicíonal dinámico de la va
riación temática .184 Berg utilizaba los medios musicales del si
glo xix peró transformaba su función .186 Como en el caso de
Wagner, había nihilismo en su música, pero Wagner glorificaba
el nihilismo, mientras que la representación de Berg era un lamen
to.136 Yuxtaponía opuestos: j
Para Berg, formar siempre significó combinar, también superponer,
sintetizar lo incompatible, lo dispar, dejarlo crecer junto: transformar.
En su música la palabra concreta encuentra su lugar.187
ópera Jonny spiclt auf, sobre un músico negro de jazz. En 1928 volvió,
a Viena y estudió la técnica dodecatónica de Schonberg. La amistad con
Adorno comenzó a fines de la década de 1920, y continuó, a pesar de sus
diferencias en cuestiones de teoría musical, a través de toda su vida. Su
correspondencia ha sido publicada: Theodor W. Adorno und Ernst Kre
nek: Brieftvechsel.
144 Adorno fue miembro del comité editorial de Anbruch de 1929 a
1931.
145 Adorno, Berg (1968), GS 13. p. 344.
140 Ibid.
147 Las composiciones del patrimonio de Adorno incluyen varios cíelos
de canciones, un coro femenino y algunas piezas orquestales breves. En
la década db 1930 trabajaba en una ópera para el texto de Mark Twain
' Tom Sawyer. Sólo fue publicada una de sus partituras y sólo muy tarde
en su vida.
148 Su exitoso amigo Krenek ayudó a estrenar uno de los ciclos de can
ciones de Adorno en Viena en marzo de 1935 (carta de Krenek a Adorno,
27 de marzo- de 1935, Adorno und Krenek: Briefwechsel, p. 74).
110 Adorno, Berg (1968), GS 13, p. 361. “Para sentirme seguro, en
aquella época era yo brutalmente sincero, y ello podía enervar a un artista
maduro. Con una desafiante deferencia, me esforzaba por no decir nada
más que aquello que yo consideraba particularmente profundo. . [Ibid.)
Cf. la descripción de Adorno, de Arthur Kocstler, quien se alojaba en la
misma pensión que Adorno, la pensión Glaser en el distrito de Alsergrund
en Viena: “El Dr. Thcodore ( j í c ) Wiesengrund-Adorno” era uno "de los
más engreídos intelectuales que conocí., . Era un joven tímido, distraído
y esotérico, y tenía un encanto sutil que yo era demasiado inexperto para
discernir. . . Compartía una mesita en el comedor con una mujer rubia
e igualmente retraída: la actriz Anny Mcwcs, quien había sido amiga
de Ratner María Riíke... Adorno y Anny Mewes alguna vez me dirigieron
unas palabras amistosas desde sus remotas alturas intelectuales.” (Arthur
Kocstler, Arroto in the Blue: An Autobiography, 2 vols. (Nueva York,
The Macmillan Company, 1952], vol. 1, p. 131.)
consciente y carecía de la espontaneidad necesaria para la compo
sición desinhibida. Debe haberse dado cuenta de que, dada su
inclinación hacia la filosofía, estaba más dotado para la crítica
musical que para la composición. Además, la “era heroica” de la
escuela de Schonberg había terminado, la ruptura verdaderamente
significativa ya se había realizado.. Durante el periodo de la estancia
de Adorno en Viena, Schonberg estaba desarrollando la técnica
dodecafónica, y aunque Adorno fue un temprano partidario del
método ,150 lo era en sus propios términos, no en los de Schonberg.
Puede haber tenido desde entonces las dudas que más tarde articu
laría 151 sobre las limitaciones y restricciones del esquema dode-
cafónico, en comparación con la libertad relativa de la atonalidad
anterior .152 Seguramente rechazaba la propensión hacia la magia
y Ja superstición que imperaba en el grupo de Schonberg, a des
pecho de la insistencia en la “lógica” musical y la composición
como articulación racional: Berg era neuróticamente supersticioso
y tenía al 23 como su número mágico; Schonberg creía en los
horóscopos y temía al número 13 y a todos sus múltiplos. Cuando
Adorno volvió a Frankfurt y a la filosofía, fue a la tradición de la'
Ilustración de Cornelius. Parece haber experimentado la necesidad
de demostrar que lo irracional podía ser entendido racionalmente.
Esto lo condujo primero a Freud y, casi inmediatamente, a Marx.
.. ,no consideramos que estas teorías estén aisladas, sino que están co
nectadas con la situación histórica; por el hecho de que no se originan
solitariamente en la voluntad y fantasía de sus creadores, sino por el
contrario cumplen dentro de la realidad social una función precisa v
determinada, una función peligrosa, que debe ser reconocida y que
creemos debe ser combatida.167
1BT Más tarde calcularía que hacia 1933 había estado allí casi 4 años.
169 Contrajeron matrimonio en 1930, cuando Adorno estaba en Ingla
terra. Adorno no era feminista. Aunque su esposa tenía educación uni
versitaria, su “carrera” fue básicamente ser la secretaria de Adorno. No
-tuvieron hijos.
180 Kracauer, que escribía folletines para la Frankfurter Zcitung desde
1920 y publicara una exitosa novela, Gingster, en 1928, fue ascendido en
1930'a director de la-sección cultural de aquel periódico en Berlín. (Jay,
“The Extraterritorial Life of Siegfried Kracauer”, pp. 56 ss>)
100 Bloch se mantenía como escritor independíente, y Adorno lo conoció
a través de Benjamín en 1928. Bloch le escribió a Adorno, expresando su
interés en el , estudio sobre Kant y Freud y solicitando una copia, pero
Adorno no respondió al pedido, indicando así quizás su propio desencanto,
(Conversación con Rolf Tiedemann, Padenghe, Italia, marzo de 1973.)
101 1928 fue el año'del gran éxito de la ópera de tres centavos, para
la cual Weill escribió la música y en la que Lenya tuvo el papel protagóni-
co. Karl Kraus defendió en Die Fackel a Brecht contra la acusación del
crítico berlinés Alfred Kerr en el sentido de que Brecht había plagiado
las canciones de Villon —un ejemplo de traslapamiento entre los círculos
intelectuales !de las ciudades en las que Adorno vivía. También Gropius,
■que encabezaba el Bauhaus, con quien estaba conectado el pintor Moho
ly-Nagy, era el tercer esposo de Alma Mahler Werfel.
m Conversación radial entre Adorno y Lenya, cinta magnetofónica,
Frankfurt am Main, Legado Adorno.
™.!bid.
1M Brecht había comenzado a leer a Marx seriamente en 1926, motivado
por un desep de entender las maquinaciones de la economía capitalista.
Se relacionó con Erwin Piscator, cuyo teatro proletario era experimental en
sus aspectos técnicos y en sus radicales objetivos izquierdistas de movilizar
Partido ,105 el círculo de Berlín consideraba que el arte era dema
siado importante corno para ser tratado como un mero fenómeno
económicamente determinado- Mientras el Partido Comunista con
denaba el arte moderno como una manifestación de la decadencia
burguesa, Brecht creía que las nuevas técnicas estéticas podían ser -
“remodeladas” (umfunktioniert), transformadas dialécticamente -
de herramientas burguesas en herramientas proletarias que pudieran L
provocar una conciencia crítica de la naturaleza de la sociedad
burguesa.108
En relación al papel del arte en la transformación de la con-;
ciencia, no es sorprendente que el grupo de Berlín se sintiera-
atraído por un marxismo hegelianizado, que acentuaba el papel
de la conciencia en la dialéctica del cambio social, y que había '
sido formulado a comienzos de la década de 1920 por Karl Korsch 107
y Georg Lukács. Fue particular laujnfluencia del libro de Lukács
Historia y conciencia de clase, de~ 1 9 2 3 orte fundamental al na
cimiento del marxismo occidental.108 Lukács sostenía que el inate-
a las masas. Fue Piscator quien desarrolló por primera vez el “drama épico”,
que llegó a ser un concepto central en la estética marxista de Brecht.
105 La mayoría del grupo de Berlín eran simpatizantes comunistas sin ser
miembros del Partido, aunque Hanns Eisler sí pertenecía a él.
1M Walter Benjamín Tentativa sobre Brecht (Iluminaciones, III), próí.
y trad. de J. Aguirre (Madrid, l ’aurus, 1975). Véase también los ensayos
de Benjamin sobre el teatro épico de Brecht, ibid., pp. 15-60.
107 El ensayo de Korsch “Marxismus und Philosophie”, que afirmaba
que la dialéctica hegeliana era fundamental para el marxismo, se publicó
en 1923 en el diario de Cari Grünberg, director del Instituto de Frankfurt
de 1923 á 1927. Ni Adorno ni Benjamin estaban demasiado impresionados
por Korsch. Benjamín escribió a Adorno en 1930: “Leí Marxismus und
Philosophie de Korich. Pasos verdaderamente débiles —me parece— dados
en una correcta dirección.” (Carta de Benjamin a Adorno, 10 de no
viembre de 1930, Frankfurt am Main, Legado Adorno.) Durante la
segunda guerra niundial, Korsch vivía en Boston, y fue visitado por
Brecht. (Bunge, Fragen Sie mehr über Brecht, p. 92.) Brecht conocía
a Korsch desde 1920. Adorno también vio a Korsch durante su exilio:
“Karl Korsch está en Boston, y no deja de resultar interesante estar con
este hombre excéntrico e inteligente de vez en cuando, quien se ubica
tan lejos a la izquierda, que prácticamente reaparece por la derecha.” 1!
(Carta de Adorno a Krenek, 20 de octubre de 1930, Adorno und Krenek:*'
Briefwechsel, p. 131.)
1M “La discusión en torno a las cuestiones teóricas y prácticas suscitadas
por Geschichte und Klassenbewusstsein y Marxismus und Philosophie en
los años siguientes a la conmoción del período 1923-1926 fue más extensa
de lo que indican las fuentes publicadas. Esto fue particularmente cierto
en lo referente al libro de Lukács. Por ejemplo, Hans Mayer observó
que hacia mediados y fines de la década de 1920, el ‘impacto indirecto,
subterráneo’ de Geschichte und Klassenbewusstsein era ‘impresionante’/'
Mayer recuerda que muchos intelectuales y profesores lo estudiaban y que
rialismo dialéctico no era un dogma sino un "método”, un camino
hacia la verdad, que seguía siendo válido aun en el caso de que
"las tesis sueltas de M arx” fuesen descartadas "sin excepciones” .1®0
Lukács había sido el compañero de Ernst Bloch antes de la guerra,
cuando , ambos eran alumnos de Max Weber \ en Heidelberg,200
y seguramente Adorno discutió Historia y conciesicia de clase con
Bloch y el círculo de Berlín a fines de la década de 1920.201 Hork
heimer, quien también visitaba frecuentemente Berlín, estaba muy
influido por el libro de Lukács en aquella época, y comenzó a estu
diar seriamente las filosofías de Marx y de Hegel, incluyéndolas a
ambas en sus cursos de filosofía social y política .202 Cuando llegó
a director en 1931, Horkheimer trajo al Instituto de Frankfurt un
marxismo hegelianizado, influido por Lukács, y la contribución
original de una aproximación freudíaña"”a la psicología social.20*
Pero cuando Horkheimer se unió al Instituto, Adorno tomó un
camino diferente. En lugar de seguir a Horkheimer erflos problemas
de la teoría social, permaneció preocupado con problemas de filo
sofía y estética. Como él círcúlo de Berlín, quería experimentar con
el marxismo como método para el análisis estético, más que analizar
■era costumbre hablar de “reificación1 y utilizar para el análisis de los
problemas de la cultura la interpretación de Lukács del concepto marxiano
■del ‘fetichismo de la mercancía111 (Paul Breincs, “Praxis and its theorists:
the impact of Lukács and Korsch in the 192U’s”, Telas, 11, primavera de
1972, p. 95.)
JTO Georg Lukács, Historia y consciencia de clase, trad. Manuel Sa
cristán (México, Grijalbo, 1969), pp. 1-2.
200 Paul Honigsheim, “Der Max Weber-Kreis in Heidelberg”, Kolner
Vierteljahreshefte für Soziologie, 5 (1926), 270-287. (Honigsheim escribió
■que, a pesar de sus continuas disputas teóricas, Bloch y Lukács eran inte
lectualmente las dos caras dé la misma moneda, y que a menudo se encon
traban estando de acuerdo en la discusión contra Max Weber, Según sus
•observaciones, Heidelberg era por entonces un centro de extranjeros radi
cales y que por lo tanto “no era casual que tantos revolucionarios y bol
cheviques”, en aquella época, vinieran a menudo a tomar el té a la casa
de Weber (ibid., p. 272).
201 Antes de ese momento, Adorno había sido influido por otro libro, un
anterior estudio premarxista de Lukács, Die Therie des Romans, que había
leído en 1921. También esta influencia fue duradera, y será tratada más
adelante en el cap. 3.
2,12 Ernst Erich Noth, “In der vermeintlichen Hochburg des Liberalis
mos: Wie man irn Frankfurt der dreissiger -Jahre studicrtc”, Frankfurter
.Rundschau, núm. 269, 20 de noviembre de 1971, suplemento, p. v.
aia Éste era el programa delineado para el Instituto en su conferencia
inaugural como director. (Véase Max Horkheimer, “Die gegenwártige
Lage der Sozialphilosophie und die Aufgaben eines Instituís für Sozíal-
.forschung” [1931], Sozialphilosophische Studien: Aufsatze, Reden und
Vortráge, 1930-1972, ed. Werner Brede [Frankfurt am Main, Alhenáum
Fischer Taschenbuch Verlag, 1972], pp. 33-46.)
la sociedad.201*204 Y en este punto, la influencia de \Valter Benjamin
fue decisiva. - í
Eni,1928 Adorno comenzó a reunirse con Benjamin en Frankfurt,
y sostuvieron' una serie de discusiones teóricas. Aunque no existe
ninguna documentación específica acerca del contenido de estas con
versaciones,205* es claro que significaron un puntojde transforma
ción para Adorno. En sus escritos anteriores a est^ época no había^
ningún trazo de la terminología idiosincrática de Benjamín. Pero")
A..PBEÍÍr.ci® 1928 casi todo lo escrito por Adorno lleva el sello del j
-lenguaje.de Benjamín .200 Para alguien corno Adorno, nutrido en la /
tradición de Kraus y Schonberg, quienes consideraban al lenguaje ,
como la “representación de la verdad ”,207 un cambio en el voca
bulario tenía una importancia teórica de primera magnitud.
Debemos recordar que su amistad se remontaba a \923j época en
la que Benjamin estaba influido por la erudición de Scholem sobre
el"misticismo judío. Durante la éstáncia de Adorno en Viena, Ben
jamín había avanzado simultáneamente en dos dilecciones paradó
jicas? iJná, hacia su objetivo original de desarrollar una teoría cog-
riitiva sobre bases kantianas, que pudiera dar cuenta tanto de la
experiencia filosófica como de la experiencia místico-religiosa.208
La otra era hacia el marxismo.^Ásja Lacisj actriz y directora latvia,
que había participado en Moscu^efTef^oceso de proletarización de
las artes durante los primeros años leninistas, se adjudicaba el eré- :
dito por este viraje de Benjamin, y fue ella quien le presentó a
Bertolt Brecht.209 Conoció a Benjamin en 1924, y pasaron tiempo .
201 Por supuesto, un análisis marxista del arle no podía separarse del
análisis social, y Adorno tenía estrechos lazos con el Instituto a partir del
momento en que Horkheimer fue su director. Una parte del trabajo más
original de Adorno fue su intento de establecer una sociología de la música,
tema de los dos artículos cjíie fueron sü contribución a ‘la revista del Ins
tituto, Zeítschrift für Sozíalforschung, antes de ser miembro oficial del
Instituto en 1938: “Zur gesellschaftlichen Lage der Musik” (1932), que se
discute en el cap. 2, y “Über Jazz” (1936), que se trata en el cap. 6.
806 Benjamin se refirió a la importancia de estas “discusiones de Frank
furt” en una carta posterior a Adorno, 31 de mayo de 1935 (Benjamin,
Bríefe} vol. 2, p. 663.)
Esto fue evidente por primera vez en Theodor W. Adorno, “Schu-
bert”, 1928, Moments Musicaux, pp. 18-36.
m Véase antes pp. 43-4.
208 Véase p. 33. El interés de Benjamin en la investigación teológica de
Scholem era (y seguiría siendo) fuerte, particularmente en su trabajo sobre
la tradición mística de la cábala (Benjamin, Briefe, vol. 2, p, 489 y
passim),
200 Asja Lacis (1891) estudió actuación, dirección y filmación en Moscú
durante la guerra. A comienzos de la década de 1920 llegó a Alemania
y fue asistente de dirección de Brecht y también de Piscator. Comunista,
juntos en Caprí y Positano.210 Benjamin estaba estudiando hebreo
y considerando la posibilidad de reunirse con Scholem en Palestina,
pero L,acis en cambio argüía que el camino de un hombre de pro
greso conducía a Moscú.211 Benjamin comenzó a implicarse con
Marx *(y con la interpretación hegeliana de Lukács),212 pero no
tomó el camino directo a Moscú. En aquella época estaba traba
jando en un estudio literario sobre el drama barroco, Ürsprung
dTeí deutschen Trauerspiéis (‘'Origen del drama alemán”). Lacia
creía que éste era un tema muerto; Benjamin afirmaba qué el drama
Barroco'era análogo al expresionismo, y que por lo tanto legitimaba
filosóficamente también, de modo indirecto, al drama contem
poráneo .218
Pero había algo más respecto de este estudio. El capítulo in
troductorio del libro diseñaba una teoría cognitiva de base kan
tiana, aunque influenciada por la cabala, que daba cuenta de la
*¥xjpénenciá~ tanto filosófica como religiosa, objetivo que había sido
suyo desde 1918.214 Este capítulo teórico estaba unido al resto del
estudio por una actitud hacia la crítica estética similar a la de
Novalis y Schlegel, acerca de quienes Benjamin había escrito en
estaba conectada con la embajada soviética en Berlín. Ha publicado sus
memorias (no totalmente confiables): Asja Lacis, Revolutiondr im Be-
ruf:, Berichte über prole tarisches Theater, über Meyerhold, Brecht, Ben
jamin und Piscator, ed. Hildegaard Brenner (Munich: Rogner & Bernhard,
1971.)
230 Bloch los visitó allí. (Bloch, “Erinnerungen”, Adorno et al., Über
Walter Benjamín, p. 16.) Benjamin escribió a Scholem que aunque el
viaje a Capj’i lesionaba su trabajo, resultaba “del mayor beneficio para
una liberación existencial y una percepción intensa de la realidad de un
comunismo radical. Conocí a una. revolucionaria rusa de Riga [Lacis], una
de las mujeres más espléndidas que jamás he conocido”. (Citado por los
editores en Walter Benjamin, Gesammelte Schriften, 6 vols., ed. Rolf Tie-
dernan y Hermann Schweppcnhauser, vol. 1:3: Abhandlungen [Frank
furt am Main, Suhrkamp Verlag, 1974], p. 878.)
ai Lacis proclamó: “Puedo decir con seguridad que a mí se debió el
hecho de que Benjamin no fuera a Palestina.” (Lacis, Revolutiondr im
Beruf, p. 45.) Seguramente ella jugó un papel importante en el repetida
mente pospuesto viaje de Benjamin a Palestina (ver su carta a Scholem,
18 de septipmbre de 1929, en Benjamin, Briefe, vol. 2, p, 50); sin
embargo, hasta su muerte en 1940, él nunca descartó totalmente la posi
bilidad de restablecerse allí.
211 Benjamin, Gesammelte Schriften 1:3: Abhandlungen, pp. 878-879.
213 Lacis, Revolutiondr im Beruf, pp. 43-45. Benjamin había comenzado
ya a preocuparse por el problema de una estética materialista, y al
respecto estaba leyendo Geschichte und Klassenbewusstsein. Pero, aunque
menciona a Lukács en el libro sobre Trauerspíel, éste “no exhibe la más
ligera señal (de su implicancia con el marxismo” (comentario del editor;
Benjamín, Gesammelte Schriften 1:3: Abhandlungen, p. 879).
214 Vcase antes, p. 33.
BF.KMN Y WAI.TER BENJAMIN .C. ., ■i ■■ , , 65
19Í9,215 es decir afirmando que la tarea del crítico de arte era ver
y articular conceptualmente la verdad que la obra de arte expre
saba sólo sensorialmente. Como intérprete de la verdad, la actividad
del crítico y la del filósofo coincidían. Wá.uei
; Benjamín presentó su estudio sobre el Trauers piel a Cornelius
para su Habilitáiionsscíirift en 1925, y, como sucedió más tarde con
eréstudio sobre Kant y Freud de Adorno, no fue aceptado .216 De
todos modos, Benjamin lo publicó en 1928. Mientras tanto, se iba
identificando crecientemente con la izquierda marxista .217 El dilema
intelectual de Benjamin era el mismo qué él de Adorno: ¿cómo re
conciliar su compromiso marxista con su esfuerzo filosófico kantia
no, en especial cuando además consideraba como una sola la expe
riencia filosófica y la místico-religiosa?
Lo notable de Benjamin, y aquello que hizo posible su continuada
amistad intelectual con el disímil triunvirato formado por Scholem,
Adorno y Brecht (cada uno de los cuales sospechaba de los otros), /í
era que en su avance hacia Marx, en lugar de renegar de la filosofía
(kantiana) o del misticismo (cabalístico), retenía lo que consideraba
su estructura cognitiva común, aunque "remodelándola” en el sen
tido de Brecht,218* transformando la cognitividad idealista en mate
rialista, y la iluminación religiosa en iluminación profana. Esta casi
imposible realización necesitaba demostrarse para poder ser Creída.
Y ésto’és precisamente lo que ocurrió" en el otoño de 1929. En sep
tiembre y octubre, Adorno estaba con Benjamin en Kónigstein, un
pequeño pueblo en las afueras de Frankfurt, en los montes Taunus.
Adorno se referiría una década más tarde a sus “inolvidables conver
saciones” allí,210'y Benjamín mencionaría en 1935 la significación
histórica de aquellas charlas.220 Fue entonces cuando Benjamín' leyó
215 Walter Benjamín, Der Begriff der Kunstkritik in der deutschen Ro-
mantik (la. ed., Berna, Francke Verlag, 1920), en Benjamin, Gesammelte
Schriften 1:1: Abhandlungen, pp. 7-122.
*w Cornelius dijo que no pudo entender ni una sola palabra. La historia
de la pelea de Benjamin por conseguir su habilitación y poder entrar
en la carrera académica está documentada en Benjamín, Gesammelte
Schriften 1:3: Abhandlungen, pp. 869-884.
211 Visitó Moscú con Asja Lacis en el invierno de 1926-1927 y luego
vivió y escribió en Berlín, donde Lacis le presentó a Brecht. Su amistad
con Brecht data de mayo de 1929 (véase Scholem, Walter Benjamin:
Die Geschichte einer Freuridschaft, p. 198).
113 Véase antes p. 60,
210 Carta de Adorno a Benjamín, 10 de noviembre de 1938, Adorno, Über
Walter Benjamin, p. 136.
320 Carta de Benjamin a Adorno, 31 de mayo de 1935, Benjamin,
Bríefe, vol. 2, p. 663, ;
a Adorno por primera vez extractos de su Passagenarbeit,221 que
se transformaría en su trabajo más importante, un estudio de
las arcadas de París del siglo xix que ponía en práctica una versión
marxista, materialista, del método filosófico que había delineado en
su libro sobre el Trauerspiel. Como escribió, el libro sobre el Trauers-
piel aunque
I
ciertamente no era materialista, era ya dialéctico. Pero lo que aún
no sabía en la época de su formulación, y que pronto se hizo cada
vez más claro, era que desde la misma posición única de mi filosofía
del lenguaje existe una relación mediada —aunque todavía problemática
y plena de tensión— con el método de observación del materialismo
dialéctico.222
R E C E PC IÓ N DE L U K Á C S )
6 Ibid., p. 38.
Ibid., p, 189.
10 Debe señalarse la deuda de Lukács no sólo hacia su anterior maestro
Max Wcber, sino con el neohegeíiano Wilhelm Dilthey, por la idea de una
estructura común que se manifiesta en todos los aspectos socíetales de una
era histórica dada. El mismo Lukács reconoció su deuda para con Dilthey
(ibid., p. 170). Pero existía una diferencia significativa. El concepto de
estructura de Dilthey era puramente descriptivo, mientras que la estructura
de la mercancía en Lukács era una herramienta analítica que supuesta
mente revelaba la real naturaleza de la sociedad y de su desarrollo his
tórico.
n Ibid., p. 233.
blema fundamental del idealismo, la separación dualista del sujeto
y fej objeto, tenía su prototipo en el problema de la mercancía, en
donele^b£productos aparecen divorciados de los obreros que. Jos han
Pfp^ucido. El concepto'dereificacion proporcionaba la clave de am
bos. Así como las mercancías asumían una forma reificada en el do
minio de producción, se transformaban en “fetiches” que aparecían
escindidos del proceso social de su producción, asíala reificada
concepción del “objeto” corno lo “dado” inmutableJde la teoría
burguesa oscureció el procesp^,§pciphistónco a través del cual se
había conformado.' Y así como las mercancías feificádás adqui
rían un abstracto valor de cambio, divorciado de su valor de uso
social, así la reificación de la lógica burguesa se manifestaba en la
abstracta separación entre forma y contenido.De allí que el límite
del pensamiento burgués fuese “objetivo” : “es la situación de clase
misma” .12 La significación del análisis de Lukács consiste en que,
en lugar de ver en la teoría burguesa un mero epifenómeno, un
delgado velo sobre los desnudos intereses d e ; clase, sostenía o in
tentaba demostrar que, incluso los mejores pensadores burgueses,
en sus intentos intelectuales más honestos, no eran capaces de
resolver las contradicciones de sus teorías, porque éstas se basaban
en una realidad que era en sí misma contradictoria. Toda vez
que estos pensadores aceptaban la realidad social dada como la
realidad , se enfrentaban con una barrera de irracionalidad que
podría ser superada (y que había llevado a Kant a afirmar la cosa
en sí), porque dicha barrera no podía eliminarse de la teoría sin
ser eliminada en la sociedad. A la inversa, si los teóricos pudiesen
ver a través de las apariencias reificadas, reconocerían querías
antinomias d e ja filosofía se debían no á "las inadecuaciones de ía
razón sino a las ae la realidad, dónde la razón trataba de encon
trarse a si misma.. Y esto, afirmaba Lukács, " significaría considerar
los fenóm enos sociales ya no desde el punto de vista de la burgue
sía*Ó18 es decir, desde el de la clase revolucionaria, el proletariado.
No existe duda alguna de que, para Adorno, la percepción de
Lukács de las manifestaciones de la estructura de la mercancía
al interior de la conciencia burguesa fue “de una importancia difí
cilmente sobrestimable”,1314* y que la época de este, impacto tuvo
lugar inmediatamente después de su aproximación inicial al mar
xismo. Mientras su estudio sobre Kant y Freud de 1927 no mues-
13 ibid., p . 58.
13 Ibid.
M A lfre d S c h m id t, “ D ie Zeitschrift für Sozialforschung: G e sc h ic h te u n d
g eg e n w ái tige B e d e u tu n g ” , in tro d . a Zeitschrift für Sozialforschung, 2?
ed . (M u n ic h , K o se l-V e rla g , 1 9 7 0 ), v ol. 1, p. 34.
R ECEPCIÓ N DE LUKÁCS 75
re v e la n d o d e a lg ú n m o d o , c o m o p e n só L u k á c s, la s c o n d ic io n e s sociales-
b a jo la s c u a le s lle g ó a p la n te a rs e el p r o b le m a d e la c o sa en sí; y a q u e
el c o n te n id o d e v e r d a d d e u n p r o b le m a es en p r in c ip io d if e r e n te d e las.
c o n d ic io n e s h is tó ric a s y p sic o ló g ic a s a p a r ti r d e la s c u a le s su rg e . P e ro
p o d ría se r p o sib le q u e , a p a r t i r d e u n a c o n s tru c c ió n a d e c u a d a d e la.
e s tru c tu r a d e í a m e r c a n c ía , el p r o b le in a d e la c ó sa ' Cn' JSÍ 'd é s a p a r é c ie r a
ab sol u ta m e n te , q u e la f ig u ra h is tó ric a d e la m e rc a n c ía y d e l v a lo r d e
c a m b ió lib e r a r a , co m o u n ra y o d e lu z, la f o rm a d e u n a r e a lid a d c u y o
o c u lto sig n ific a d o , la in v e stig a c ió n s o b re el p r o b le m a d e la co sa en sí, se
p r o b le m a tiz a r a e n v a n o ; p o r q u e n o tie n e n in g ú n s ig n ific a d o o c u lto q u e
sea re d im ib le d e su p r im e r a y ú n ic a a p a r ie n c ia h is tó ric a .18
. . . d e v e rm e c o m o u n a b o g a d o d e l m a te r ia lis m o d ia lé c tic o e n ta n to
d o g m a , sino ;en c a m b io c o m o u n in v e s tig a d o r d e la r e a lid a d p a r a q u ie n
la actitud ( Haltung ) d e l m a te ria lis m o r e s u lta m á s c ie n tífic a y h u m a n a
e n to d a s ls co sas q u e se n o s p re s e n ta n , q u e l a 1 d e l id e a lis ta .21
10 V éase c a p 1. ’' 1¡
20 P a ra u n a d isc u sió n so b re el énfasis en la “v e rd a d ” c o g n itiv a en c o m
p a r a c ió n co n la o rien tació n , d e H o rk h c ím e r h a c ia la p ra x is ó tic a, v éase
el cap . 4. E n 1923 © ¿ iy a m in ^ re c íia z ó e x p re sa m e n te la e v a lu a c ió n del
a r te en fu n c ió n d e . sus e íé e tó sT ~ “N i ng q ri, p o e m a ’ ticrie p o r d e s tin a ta rio
aí lecto r, n in g ú n c u a d ro se d irig e a q u ie n lo '‘c o n te m p la , n in g u n a s in f o n í a ’
a q u ie n la e sc u c h a .” ( W a lte r B e n ja m ín , “ T h e T a sk of th e T ra n s í a to r”
(TP23)7’'Illuininaíions, ed . e ín tro d . I la n n a h Á re n d t., trac lT H á rry " Z o h n
.[N ueva Y ork, S ch o ck en Books, 1969], p. 69.)
21 C a r ta d e B e n ja m ín a M a x R y e h n c r, 7 de m a rz o de 1931, en W a lte r
.B enjam ín, Briefó, 2 vols., ed. G ersu o m S cbolcm y T h e o d o r W , A d o rn o
( F r a n k f u rt am M a in , S u h rlta m p V e rla g , 1966,. vol. 2, p. 524). M á s a d e
la n te , e n la d é c a d a d e 1930, c u a n d o B e n ja m ín , b a jo la in flu e n c ia d e B rec h t,
escribió ensayos a firm a n d o la c o n c ie n c ia d el p ro le ta ria d o en su esta d o
a c tu a l, A d o rn o le re p ro c h ó h a b e r a b a n d o n a d o su p o sició n a n te rio r (véase
■cap. 9).
Adorno creía posible, por lo tanto, aceptar el materialismo dialéc
tico de Lukács corno método cognitivo, sin abrazar su teoría
ontológica del proceso histórico o su concepto del proletariado
como sujeto-objeto de ese proceso. No era la intención de Lukács
que estos dos niveles pudieran afirmarse por separado. Insistía. '
en la identidad entre “conocimiento objetivo de la esencia de la
sociedad” y “autoconocimiento del proletariado ” .22 Marcado por
su experiencia como comisario diputado para la educación durante
la efímera República Soviética Húngara, la intención de Lukács,
era convencer a los intelectuales de convertirse en revolucionarios.
El propósito de su crítica a la conciencia burguesa era probar que ,
aquello que los pensadores de su época habían llamado “crisis/
cultural” no podía ser superada en el nivel de la teoría, sino sólo(
uniéndose a la causa del proletariado -28 ■
Pero su intención tenía el peligro de generar la reacción inversa.
La propia sofisticación de su crítica, que tornaba al materialismo-
dialéctico intelectualmente respetable ,24 proporcionó a Adorno una.
herramienta por demás efectiva para continuar filosofando.
... a la conciencia real del proletariado real, que no tiene nada, abso-,
lutamente, por encima de la burguesía, salvo un interés en la revolu
ción, pero que de todos modos tiene todas las marcas de la personalidad
trunca de la burguesía.45 j-: \^
P e ro ta m b ié n c u a n d o t r a b a j o científicamente e tc ., a c tú o socialmente
p o r q u e a c tú o e n c u a n to hombre, p e s e a q u e só lo r a r a vez p o d r é re a liz a r
e sta a c tiv id a d e n d ir e c ta c o m u n id a d c o n o tro s. N o só lo el m a te r ia l d e
m i a c tiv id a d m e es p re v io c o m o u n p r o d u c to so c ia l — al ig u a l q u e el612
EL E JE M PL O DE LA MUSICA REVOLUCIONARIA
Para ilustrar este problema, así como los elementos que distinguían
su noción de praxis intelectual de la Lukács por un lado y de la
de Brecht por otro, nada mejor que su artículo “Zur gesellschaft-
'fichen Lage der Musik” (“Sobre la situación social de la múvSica”),
de 1932. Fue la primera contribución de Adorno a la revista del
Instituto de Horkheimer, Zeitschrift für Soziaíforschung.m Dise-
104 rbid. r
100 Ibid., p. 116.
no-repetición de los elementos musicales y las formas de repeti
ción que los unían externamente” señalaba “la fachada falsa. .. de
la neue Sachlichkeit”.107
En contraste, SchÓnberg evitaba esta imposición no dialéctica
de la voluntad del compositor sobre su material. Su individualismo
no era arbitrario porque estaba controlado por las exigencias del
propio material. La forma de la música era verdaderamente obje
tiva, “no impuesta sobre el material desde afuera, sino extraída de
su interior. . .”108 SchÓnberg, a pesar de su aislamiento de la so
ciedad y su sarcasmo por el público, podía escribir la música más
socialmente progresista:
Sin embargo, tan pronto como esta música se aleja del frente de la
acción inmediata... y se erige como forma de arte, es innegable que las
formas producidas no pueden compararse con la producción burguesa, y
que se presentan como una cuestionable mezcla compuesta de migajas
burguesas, estilos formales superados, literatura coral de la pequeña
burguesía y migajas de una “nueva" música progresista a los que se
sustrae a través de esta mezcla de la agudeza del ataque y de la validez
de cualquier formulación técnica.118
" Ibid.
™ Ibid.
118 V é a se el en say o c ita d o en la a n te r io r n o ta 69. E n este ensayo B e n ja m ín
c ita b a a E isler co n a p ro b a c ió n : “ *La m ú sic a sin p a la b ra s sólo en el c a p i
talism o h a c o b ra d o su g ra n im p o r ta n c ia y su ex p re sió n p le n a .’ Es d e c ir, q u é la
ta re a d e m o d ific a r el c o n c ie rto n o re s u lta p o sib le sin la co la b o ra c ió n d e la
p a la b ra . É sta es la ú n ic a que, co m o fo rm u la Eisler, p u e d e o p e ra r la tra n s
fo rm a ció n d e u n c o n c ie rto e n u n m itin p o lític o . C o n la p ie z a d id á c tic a
Medidas tomadas h a n d e m o s tra d o B rec h t y E isle r q u e se m e ja n te tra n sfo r
m a ció n r e p re s e n ta d e h e c h o u n te n o r su m a m e n te elev a d o d e la té cn ic a
m usical y lite r a r ia .” (Ibid., p p 127-128.)
cíales q u e su rg e n d e su e sfe ra e s té tic a p ro p ia , es d e c ir, d e su tr a b a jo
y sus p r o b le m a s .120
1OT T h e o d o r W ie se n g ru n d -A d o rn o , “A n tó n v o n W e b e rn ” (1 9 3 2 ), Im
promptus, PíÜ 49-50.
111 A d o rn o , “ M u sík p á d a g o g isc h e M u sik 1’, Adorno und Krenek: Brief-
wechsel, p . ^219.
y abstracta, sin explicación acerca del medio social que pudiera
servir para conducir esta mediación, una vez rechazado el papel
del Partido. El intermediario para la “mediación” de Adorno
siguió siendo tan misterioso como el intermediario entre los espí
ritus y la carne en el mundo, y la crítica de Hanns Eisler contenía
un aspecto de innegable validez:
7 C f. T h e o d o r W íe se n g ru n d -A d o rn o , “ Z u m P ro b le m d e r R e p ro d u k tio n :
F ra g m e n te ” , Pult und Taktstock, 2 (1 9 2 5 ): 5 1 -55. E n los años tr e in ta
A d o rn o hizo p la n e s d e tra b a jo c o n R u d o lp h K o lisc h (v io lin ista , c u ñ a d o
d e S ch o n b erg ) p a ra d e s a rro lla r u n a te o ría d e la re p ro d u c c ió n m u sica l.
D u r a n te el resto d e su v id a m a n tu v o c u a d e rn o s d e n o ta s so b re este e stu d io ,
q u e a p a re c e rá n co m o v o lu m e n d e a p é n d ic e d e las Gesammelte Schriften
b a jo el títu lo d e Reproduktionstheorie,
8 W iese n g ru n d -A d o rn o , “ Z u m P ro b le m d e r R e p ro d u k tio n ” , 55.
9 T h e o d o r W ie se n g ru n d -A d o rn o , “ D re i D irig e n tc n ” , Musikblatter des
Anbruch, 8 (1 9 2 6 ): 3 1 4-315,
10 L eib o w itz escribió en re la c ió n co n la te o ría de, la co m p o sic ió n d e
S chÓ nberg: "A sí corno c a d a fo rm a -so n id o considerada, en sí m ism a tien e
u n a tra d ic ió n tras de sí y en íf misma, así to d a s las fo rm a s-so n id o d e u n
m o m e n to h istó ric o d a d o implican to d a s las fo rm as-so n id o d e l p a s a d o . . .
E s e s ta c o n tin u id a d to ta l la q u e a b ra z a la tra d ic ió n como un todo■■• la
q u e h a p a s a d o a l p re se n te v iv ie n te , q u e a su vez se e s tá a firm a n d o co m o
i»
podría haber aprendido de Schonberg que, una vez reconocido el
momento de transitoriedad al interior de la historia, la relación con
la tradición histórica deja de ser una justificación del conservadu
rismo cultural para transformarse en un mandato de radicalismo
cultural. En su Harmonielehre, escrita en 1911, SchÓnberg justifi
caba su ruptura con la tonalidad argumentando que no existían
leyes eternas que gobernaran la composición, como tampoco el des
arrollo musical estaba determinado por “leyes naturales”. El arte se
desarrollaba a través de las obras de arte y no de acuerdo a ningún
principio trascendente, y las leyes formales del pasado no podían
servir de criterio para las creaciones del presente .11 Este mismo
espíritu iríconoclasta caracterizaba los primeros artículos musicales
de Adorno. Y en este punto Adorno difería de la Theorie des Ro
mans de Lukács.' El tono dé ésta era melancólico. Lukács lamentaba
fel advenimiento de la época moderna, con sus desintegradoras for
mas reificadas que, sustraídas de contenido viviente por la historia,
sé "enfrentaban al hombre como una pura convención, una “segunda
naturaleza ” .12 Lukács hablaba con nostalgia de la decadencia de
la forma épica, como algo irrevocablemente perdido junto con la
Weltanschauung griega que corporeizaba, visión basada en la ex
periencia inmediata e incuestionada de una totalidad armoniosa
entre hombre y naturaleza, pensamiento y deseo, la idea y la reali
dad. Lukács interpretaba la novela del siglo xix como un intento
por reinstaurar un sentido de totalidad por medio de la forma esté
tica, y se preguntaba si en la era actual de desintegración cultural
avanzada era posible algún tipo de arte. Ya por entonces, y mucho
más a partir dtj¡ su adopción del marxismo, Lukács' hó aprobaba el
arte moderno. No era éste el caso de Adorno, cuya actitud frente
á ía decadencia de la cultura podría haberse sintetizado en la
frase de Nietzsche: ivas fdllt, das sollt Ihr stossen (“si algo está
cayendo, empújalo” ). De allí la ausencia de nostalgia al criticar
la ópera de Strauss Intermezzo por su intento de verter vino nuevo
en odres viejos, llenando las formas decadentes de la ópera wag-
tra d ic ió n , es defcir, com o u n n u e v o p u n to d e p a r ti d a p a r a la m ism a
tra d ic ió n . . . L a p e rfe c ta a sim ilació n d e las leyes d e la sin ta x is m u sica l
d el p a s a d o b r in d a el d o m in io p o te n c ia l d e la sin ta x is d e h o y — la ú n ic a
en q u e tiste d o m in io p u e d e se r e x p re sa d o .” (R e n e L eíb o w itz, Schdn-
berg and his school, tra d . D . N e w lin [N u e v a Y o rk , P h ilo so p h ic a l L ib ra ry ,
1949], pp. 263, 265.)
11 A rn o ld SchO nberg, Harmonielefire (V ic n a , U n iv e rs a l-E d itio n , 1922,
pp. 3-4.)
ia G e o rg L u k ác s, Die Theorie des Romans, p p . 5 3-54. E l c o n c e p to d e
“ se g u n d a n a tu ra le z a ” es d isc u tid o lu eg o .
neriana con el tema “moderno” de la vida familiar burguesa.1314
De allí su defensa en 1925 frente a la acusación de anarquía contra
Schonberg:’
N o c o n s titu y e n in g u n a o b je c ió n p e n e tr a n te a d u c ir q u e c o n d u c e a la
a n a r q u ía , y a q u e n in g ú n a r te tie n e el d e r e c h o d e p e r d u r a r si n o es
g e n u in o [y es m e n o s v á lid a a u n la a c u s a c ió n ] sí lo g e n u in o d e d ic h a
a n a r q u ía , p o s itiv a e n sí m is m a , tu v ie re el e fe c to ¡n e g a tiv o d e f o rz a r la
d e c a d e n c ia d e a q u e llo q u e n o es g e n u i n o . . , e n v is ta d e la p o s itiv a p le
n it u d y la fu e rz a in c o n c e b ib le d e la f o rm a q u e g o b ie rn a la s c o m p o s ic io n e s
d e S c h o n b e rg , c u y a d e m o n ia c a r e v u e lta d e s e n m a s c a ra c u a lq u ie r le y n a
tu r a l d e la m ú s ic a q u e se p r o c la m e h o y c o m o id e o lo g ía .14
i
En 1929 Adorno identificaba esta “ideología” específicamente como
la de la clase burguesa:
. . .d is c u tir la d e c a d e n c i a d e la s o b ra s e n la h is to ria sirv e a u n p r o p ó s ito
r e a c c io n a r io ; la id e o lo g ía d e la c u ltu r a c o m o p riv ile g io d e c la se n o
a c e p t a r á el h e c h o d e q u e sus e le v a d o s b ie n e s p u e d a n ja m á s d e c a e r, b ie
n es c u y a e t e r n id a d se s u p o n e g a r a n tiz a n la e te r n id a d d e la p r o p ia e x is
te n c ia d e la c la s e .15
1)0 I b i d p. 361.
100 Ibid., p. 357.
101 Ibid., p. 358.
lüa Benjamín, citado en ibid., p. 357.
103 Benjamín, citado en ibid., p. 359.
11,4 Walter Benjamín, Ursprung des deutschen Trauerspiels (Frankfurt
am Main, Suhrkamp Verlag, 1972), p. 195.
lugar aparece una representación crítica de la .Justaría concreta
como “la no libertad, la imperfección y la desigualdad de lo sen-
sual” .105* El modo alegórico de retratar la verdad tenía sentido
sólo en tiempos de decadencia histórica ;100 He ahí que tuviera
mayor relevancia para el presente^ £qe_el perdidó^clásTcTsmo que
J ® 1 1eñ ta ba . Ea síhi íjltu 3 en t re la alegoría barroca y el ex- ^
presionisinó no pasaba desapercibida para Ééñ^rnln, yá que como
apuntaba, ambas eran expresiones del colapso de una era his
tórica.107
El alcance desmitificador del concepto alegórico de historia, uti
lizado como concepto cognitivo crítico, era el mismo que el de
segunda naturaleza”. La verdad de ambos era su revelación de
la tra.nsitoriedad deda realidad material. Este momento de~transí-
tonedad, escribid Adorno, era ^el punto más profundo en donde
convergen historia y naturaleza ” .108 Cuando la realidad material
asumía la apariencia de una permanencia mítifca, el reconoci
miento de su devenir histórico y por lo tanto de su transítoriedad
traspasaba el mito. Cuando la historia aparecía en la forma mítica
de una “totalidad estructural”,109 su traducción nuevamente a la
“primera naturaleza” concreta y particular revelaba que la Jiis-
toria no era una unidad^sEtemática, sino un “discontinuo total,
no sólo en tanto contiene diferentes Hheclios y evidencias, "sino
tambión porque contiene una diferencia de naturaleza estructu
ral” .110 En las brechas y rupturas de la historia, que articulaba
105 Ibid.
1M Adorno, "Die Idee der Naturgeschichte” (1932), GS 1, p. 359.
Benjamín, Ursprung des deutschen Trauerspiéis, p. 42. En Die The^\
orie des Romans, Lukács argumentaba que la decadencia del sentido de 1
totalidad había llegado tan lejos que incluso se había vuelto problemáticoJ
el intento de crear una totalidad subjetiva por medio de la forma literaria/
de la novela, que para que el arte se siguiera desarrollando era necesario quel
la realidad se transformara, y que "el arte jamás podría ser el agente de tal]
transformación” (p. 152). Más tarde encontraría el agente necesario en el
proletariado, comenzaría a defender la politización del arte y a abogar por/
el realismo socialista contra la “decadencia” artística capitalista (represen
tada por el expresionismo). Adorno y Benjamín sugerían que la validez del
arte expresionista radicaba en que, a diferencia del intento ideológico de la^
novela idealista de crear una falsa totalidad subjetiva, expresaba (como
antes la alegoua) la verdad acerca de la realidad, su desintegración, sus
contradicciones, y su sufrimiento humano. Éste era y continuó siendo el
criterio de validez de Adorno tanto para la filosofía actual como para el
arte.
10S Adorno, “Die Idee der Naturgeschichte” (1932), GS 1, pp. 357-358.
108 Ibid., p. 362.
110 Ibid.
e intensificaba la conciencia desmitificadora, yacía la esperanza
de un progreso histórico que no fuera simple mito.
Historia y naturaleza no eran abstractos “conceptos invariantes”
sino que “se ordenaban alrededor de la fadicidad histórica con
creta”11,111 formando una constelación que liberaba en el fenóme
no el momento de transítoriedad que podía romper su mítico
hechizo sobre el presente:
L a to ta lid a d d e su p e n s a m ie n to se c a r a c te r iz a p o r lo q u e p o d tía m o s
lla m a r “ h is to ria n a t u r a l ” , . . E s c o n d u c id o n o só lo a d e s p e r ta r la v id a
c o n g e la d a e n losi p e trific a d o s o b je to s — c o m o en la a le g o r ía — sin o t a m
b ié n fo rz a n d o a la s cosas v iv ie n te s a p re s e n ta r s e c o m o a n tig u a s , “ u r-h is -
tó r ic a s ” , y lib e r a r a b r u p ta m e n t e su s ig n ific a c ió n .119
120 A mediados de los años treinta, bajo la influencia de Brccht, había es
crito afirmativamente acerca del curso de la historia en un sentido mucho
más ortodoxamente marxista. (Véase especialmente Benjamín, “Das ICuns-
tvverk im Zeitalter seiner technischen Reproduzierbarkeit” [1936]] Ge~
sammelte Schriften, 1:2.)
in” “B.I historícismo presenta la imagen ‘eterna’ del pasado; el materia
lismo histórico presenta una única experiencia con el pasado.” {Benjamin,
Vber den Begriff der Geschichte [1940], Gesammelte Schriften, 1:2, p.
702.)
101 Ibid., p. 704.
1!* I b i d p. 695.
1"" iíorkhcimer y Adorno, Dialectic of Enlightenmeni, p. 54. Urgeschich-
te es traducida aquí por “prehistoria”.
131 Aun después de Dialektik der Aufklarung, Adorno defendía la pe-
riodizacíón histórica de Marx, “el esquema dialéctico de las épocas [feu
dal, burguesa y sin clases]”, en contra de la traducción de Mannhcim de
este esquema en un “fluido y cambiante modo de conducta del hombre
socializado en general, en el que las oposiciones determinantes desapare
cen”. Adorno, “The sociology of knovvledge and its consciousness” (1953),
Prisrns, p. 42. La frase entre paréntesis aparece en la versión mecano
grafiada de Adorno de este ensayo, pero no en la versión publicada.
"presente”. Las condiciones objetivas de 1944 no eran iguales a
las de la época de su conferencia ante la Kantgesellschaft. Cuando
en 1932 existía un potencial objetivo para la revolución frente al
orden burgués en ruinas, el mayor obstáculo cognitivo para su
realización parecía ser la reificación, que hacía aparecer a la rea
lidad como “segunda naturaleza” y no como producto histórico.
Hacia 1941, no era ya la estática apariencia de la realidad la que
requería ser desmitificada, sino la apariencia del progreso histórico.
La situación revolucionaria había conducido al totalitarismo y no
a la liberación, tanto en la Alemania de Hitler como en la Rusia
stalinista. Impresionado por el pacto nazi-soviético de 1939180
(hasta el punto de sentir la necesidad de retraer la visión revo
lucionaria al dominio de la teología, frente a la inseguridad de
todas las patrias terrenales),111S Benjamín afirm abaque el mayor
Í' l C Á.i , obstáculo para la conciencia revolucionaria -había pasado de la
i íi--U < -
’ __i Para Marx las revoluciones son las locomotoras de la historia mundial.
t l Pero quizá esto sea totalmente diferente. Quizá las revoluciones sean
cu.> t la forma de empuñar el freno de emergencia por parte de la raza hu-
b | mana que viaja en ese tren.138
Dialektik der Aufklarung fue el intento de llevar a cabo precisa
mente la tarea cognitiva que Benjamín había identificado en 1940
como la más urgente, es decir/’desmantelar el mito de la historia
como progreso. Para ello contaban con la autoridad de todo el tra
bajo del Instituto 180 y demostraban cómo aquello que Max Weber
13e Así le escribió Benjamin a Scholem en 1940 (véase Benjamin, Gesam
melte Schriften 1:3, p. 1220).
130 Véase el estrecho análisis textual de las tesis de Benjamin en el ar
tículo de Rolf Tiedemann “Historischer Materialismus oder poíitischer
Messíanisraus?”, Materiahen zu Benjamins Thesen uüber den Begriff der
Geschichte”, pp. 77-121.
181 Benjamín, über den Begriff der Geschichte (1940), Gesammelte
Schriften, 1:2, p. 698.
139 Benjamín, Gesammelte Schriften, 1:3, p. 1232,
138 Las implicancias teóricas del trabajo empírico del Instituto fueron
desarrolladas en un ensayo, “Autoritárer Staat”, que significativamente fue
incluido en la publicación especial en memoria de Walter Benjamin, en
la que aparecieron las tesis de este último sobre la historia.
había identificado como creciente racionalización y “desencanta
miento” de la sociedad, no conducía progresivamente a un orden
social racional, sino a nuevas estructuras de dominación en la forma
deF capitalismo monopolista y el totalitarismo político. Dentro de
esta configuración, Adorno y Horkheimer reconstruían la dialéc
tica histórica de la razón: la razón, originada como herramienta
para el dominio de la naturaleza pero a la vez: íntimamente co
nectada con el autorrenunciamiento y el ascetismo burgués, se ha
vuelto “contra el propio sujeto pensante” .140 El control racional
de la naturaleza interior y exterior se reflejaba en la forma misma
del pensamiento iluminista: la abstracción lógica conducía no
sólo a la reíficación de lo cognitivo sino también a la dominación de
los conceptos sobre el contenido del pensamiento; esta conceptua-
lízación legitimaba la violencia sobre la “primera naturaleza”. Los
autores concluían: “El Iluminismo es totalitario ” .141
Dialektik, der Aufklarung lionera"en"sí"misma, una filosofía de
la historia, y leerla como lina afirmación'positiva, aunque sombría,
acerca de la esencia de la historia, sería equivocarse. El Hbro era^
una negación crítica de aquella visión racionalista, idealista y pro
gresiva de la historia que se había convertido en “segunda natura
leza” de la sociedad burguesa. Esta crítica"eriT HéchX or deí
Ilummismó y^a racionalidad que prometía. Las palabras utilizadas
por Adorno para describir el método de Benjamin se aplican ade
cuadamente a su negación de la versión burguesa de la historia:
L O S O R IG EN ES DE LA DIALECTICA NEGATIVA j
w Ibid.
M Adorno todavía batallaba con la cuestión de la posibilidad de la
metafísica en el capítulo final de Negativa Dialektik. Cf. la afirmación
de Horkheimer en 1934: “No sé hasta qué punto los metafísicos tienen
una posición , correcta,'quizá existe en alguna parte un sistema o frag
mento metafísíco especialmente apremiante. Pero sé que los metafísicos
suelen estar sólo mínimamente impresionados por aquello que atormenta
y aflige a los seres humanos.” (Max Horkheimer, Dammerung, p. 86.)
La preocupación moral de Horkheimer por el sufrimiento físico (tanto
de animales como de seres humanos), opuesta en cierto modo a la orien
tación más cerebral de Adorno, puede ilustrarse por el siguiente recuerdo
de Adorno: “Una vez tú [Horkheimer] me dijiste que yo percibía a los
animales como humanos mientras tú veías a los humanos como animales.
Hay algo de eso.” (Adorno, “Offener Ilrief an Max Horkheimer”, p. 32.)
23 Como escribió Adorno: “A pesar de todo, la tensión entre los polos
de donde proveníamos no desapareció, y creció, fructificando para nos
otros.” {Ibid})
*" Aquí, como en otras situaciones, Horkheimer estaba más cerca del
Lukács de Historia y conciencia de clase. Veía en el papel del intelectual
al articulador de la conciencia de clase imputada, aunque, como Adorno,
rechaza el control del Partido sobre el trabajo teórico del intelectual.
(Véase Horkheimer, “Teoría tradicional y teoría crítica” [1937], Teoría
crítica, pp. 223-271.)
31 En su discurso inaugural como director escribió: “La discusión re
ferente a la sociedad cristaliza gradualmente y con creciente claridad
alrededor de una cuestión, básicamente la cuestión de la conexión entre
en cuestiones tales como la verdad de la teoría, o la validez del
arte como interrogante totalmente separados del problema de la
conciencia del proletariado, determinó que lajnism a noción de un
sujeto revolucionario colectivo quedara excluida de su teoría !82
Pero la polarización entre el metafísíco y el moralista no debería
acentuarse demasiado enérgicamente, ya que nunca fue categórica /13
Su trabajo fue en esencia complementario, y ello fue mucho más
evidente a partir de 1938. Aunque la opción original de Adorno fue
la de enseñar en él marco de la disciplina filosófica tradicional, en
lugar de unirse al Instituto de Horkheimer, reconoció sin embargo
desde el primer momento la dependencia que este tipo de filosofar
tiene respecto de las contribuciones de la investigación en ciencias
sociales;34 del mismo modo que Horkheimer consideraba la teoría
especulativa indispensable para el proceso de investigación. El pri- -
mero estaba haciendo filosofía sociológica; el otro sociología filoso-'1
fica. Además Adorno incorporó tempranamente la preocupación
de Horkheimer por las injusticias del sufrimiento humano, como
vimos en su crítica del concepto de historia .33 Y Plorkheimer com
partía el interés de Adorno, si no su preocupación, por la tarea de
establecer un terreno nuevo para la teoría materialista y dialéctica ,83
. . . sea que, después del fracaso de los últimos grandes esfuerzos, existe
una adecuación entre las preguntas filosóficas y la posibilidad de ser ple
namente contentadas, sea que los resultados reales de la historia más re
ciente de estos problemas sea cada vez más la incontestabilidad esencial de
los interrogantes filosóficos cardinales. La pregunta no es de modo alguno
retórica y debe ser tomada literalmente. Toda filosofía que hoy no de
penda de la seguridad de las condiciones intelectuales y sociales actuales,
sino de la verdad, se ve enfrentada al problema de una liquidación de la
filosofía.64
. . . la a p re h e n s ió n ilu m in a d o r a y la s a s o m b ro s a s e x p re s io n e s p le n a s d e
s ig n ific a c ió n d e la e v id e n c ia filo só fic a a ú n n o d e s c u b ie rta , la h a b ilid a d
p a r a v e r ta n in te n s a m e n te la s m á s p e q u e ñ a s y m e n o s e s e n c ia le s co sas d e
la v id a c o tid ia n a sub specie phüosophae, q u e la s ¡to m a b a tra n s p a re n te s ,
re v e la n d o m á s a llá d e e s ta tr a n s p a r e n c ia u n a e s tru c tu r a re la c io n a l d e l
s ig n ific a d o filo só fic o e te r n o .8tt
... lo que pienso, puedo contarlo a otros, lo que veo puede ser visto,
lo que hablo, puede ser escuchado por centenares ■—pero lo que un
individuo come no puede ser comido por otro, en ningún caso,®0
Este hecho, sostenía Simmel, proporcionaba la clave para interpre
tar los rituales sociales que rodean a las comidas. Regularidad de
tiempo y espacio, uso de utensilios y platos idénticos, estética y mo
dales de mesa —estos detalles ceremoniales simbolizaban la nece
sidad de socializar deseos individuales, que en su forma “natural”
amenazaban la cohesión de la comunidad.91
Consideremos ahora esta breve cita de Einbahnstrasse, de Ben
jamin :
/ . . .el cambio sólo tiene lugar en las cosas pequeñas. Allí donde la es-
\ cala es amplia, domina la muerte.109
V
LA VERDAD IN IN T E N C IO N A L
I n te r p r e ta c ió n d e lo in in te n c io n a l a tra v é s d e u n a y u x ta p o s ic ió n d e e le
m e n to s a n a lític a m e n te a isla d o s, e ilu m in a c ió n d e lo re a l p o r el p o d e r
d e e s ta in te r p r e ta c ió n : e s te es el p r o g r a m a d e to d o c o n o c im ie n to a u t é n
tic a m e n te m a t e r i a l i s t a . . .110
1Bfl En este punto resulta ilustrativa una comparación con Lukács. Lukács
-qpiidenaba la filosofía burguesa como ideología casi in tolo (véase t^eórg
Lukács, Die Zérstdrung der Vernunft: Der Weg des Irrationalismus von
Schetling zu Hitler [Berlín, Aufbau Vcrlag, 1953]). Sin embargo, el arte
para él era otra cuestión. Con su preferencia por la estática clásica, siguió
alabando a 'escritores como Shakespeare, Balzac y Thomas Mann, afirmando
■que su objetividad les permitía capturar , en sus obras la verdad social,
a pesar de su falta de conciencia política radical, Lo que le permitía hacer
esta excepción con ciertos artistas burgueses no era su teoría marxista,
¿sino un concepto romántico residual del artista capaz de intuiciones inme-
j,-diatas'dé la verdad. En contraste, la oposición de Adornó, fuese o nó más
"marxista”, era al menos más consistente.
383 Lukács, Historia y consciencia de clase, p. 122.
ia* Sin embargo, el tema de las rupturas y los quiebres aparece también
en los escritos tempranos de Benjamín: primero, en el sentido de que la
realidad es brüchig y que forma una totalidad no armoniosa; en segundo
lugar, en su noción de la ruptura entre la verdad (Wahrheitsgehalt) y la
.sustancia (Sachgehalt) de una obra de arte, a lo largo del histórico pasaje
-del tiempo (Benjamín, “Goelhes Wahlverwandtschaften”, pp. 255-256).
dejé impresionar tanto por su unidad y coherencia sistemática sino que^^
rh'e interesaba el juego desfuerzas opuestas y conflictivas que se desarrolla™
bajó la superficie de toda posición teórica, y que la filosofía codificada^
algunas veces reconoce como campos de fuerza, en aquel entonces fue
ciertamente Kracauer quien me dio la idea. Me presentó la Crítica ¿te®
la razón pura no simplemente como un sistema dé idealismo fraseen-
dental. Es más, me mostró., . de que modo las partes más elocuentes ^
de la obra son las heridas que el conflicto en lajteoría deja tras de sí.1BBp r
111 Cf. “En crudo contraste con el ideal científico habitual, la objetivi
dad del conocimiento dialéctico no precisa de merlos sino de más sujeto.
De otro modo la experiencia filosófica degenera. Pero el espíritu positivista
de nuestro tiempo es alérgico contra ella.” (Adorno, Dialéctica negativa,
p, 48.) 'f
EL INDIVIDUO COMO SU JETO DE LA EXPERIENCIA
más, no estaba claro que cualquier ser humano fuera capaz del
tipo de experiencia intelectual que Adorno describía. SiJa-dncon-
fgrmidad era el criterio para establecer la conciencia correcta, la
lógica interna arlaTpaTabra-tnisma'”signíf[caba”que sólo una minoría
podía poseerla.27 De hecho, Adorno reconocíá^á^naturaíezá^'prívi-
ÍFgíada’v de”Ta experiencia intelectual. Pero tenía cuidado en se
ñalar que, en contraste con los intelectuales del orden establecido
(aquellos que Ringer ha descrito como lós “mandarines” de Ale
mania),28 esta élite tenía malas relaciones con la clase gobernante,
^cuya hegemonía amenazaba.20 Sin embargo, al no poder articular
el enlace entre la experiencia individual de revuelta intelectual y
la transformación de la realidad social Adorno una vez más80 nos
deja con el interrogante: ¿precisamente a quién estaba conduelen*
-do la avant-garde?
Quizá Adorno pudo ignorar esta cuestión porque su concepto
de experiencia no incluía y ni siquiera suponía una teoría de la in
de Franz Pfemfert, que empezó en 1911 como una plataforma para la lite
ratura expresionista y la política radical. La incapacidad de combinar esté
tica y radicalismo político llevó a Pfemfert a abandonar la primera y trans
formar a Die Aktion en un órgano puramente político (comunista-rcvolu-
cionario). (Cf. Ich schneide die Zcit aus: Expressionismus und Politik in
Franz PfemferFs ‘Die AktionJ, 1911-1918, ed. Paul Raabe [Munich, Deuts-
cher Taschenbuch Verlag, 1964],)
” Debe señalarse que al rechazar la concepción burguesa del sujeto como
universal trascendental, también desafiaba sus implicancias democráticas
(la universalidad de las facultades humanas racionales, el principio de
gobierno por consenso, el axiomático "un hombre, un voto” que afirmaba
la identidad e intercambiabilidad de los sujetos). Sin embargo Adorno no
era nada sino un demócrata. Algunos de sus pensamientos más audaces in
cluían las implicancias del principio de no identidad para una nueva con
cepción de la democracia política, basada en el reconocimiento del carácter
único del individuo, donde la ‘'discriminación”-perdía así su connotación
racista y peyorativa y se transformaba en la habilidad para discernir lo que
contribuye a la justicia social en términos cuantitativos y cualitativos. (Ver,
p. ej,, Adorno, Dialéctica negativa, pp, 51-52, y passim.)
J I'ritz K . Ringer, The decline of the Germán mandarins: the Germán
academic community, 1890-1933 (Cambridge, Mass.: Harvard Univer-
sity Press, 19G9).
“ "Hay que conceder que realmente las experiencias filosóficas no están
por igual al alcance de todo el mundo., . [Para] la racionalidad virtual
mente desobjetivada de un ideal científico. . . todo es sustituible por todo. .,
El argumento se las da de democrático, pero se hace de nuevas ante lo
que el mundo administrado consigue de los que obliga a ser sus miembros.
Sólo los que éste no ha modelado del todo, están humanamente en condi
ciones de resistirle. La crítica del privilegio se convierte en privilegio: tan
dialéctica es la marcha del mundo.” (Adorno, Dialéctica negativa, p. 48.)
1,0 Ver cap. 2.
tersubjetividad.81 Como escribió en Dialéctica negativa: “La ver-
es‘objetiva y no plausible,”82 No era dependiente del consenso
subjetivo.88 Aquello que otorgaba Consistencia ál conocimiento no
era la universalidad del sujeto, sino la estructura uniforme (de mer
cancía) del objeto, “la mutua afinidad de los objetos” .84 Las expe
riencias individuales y únicas de subjetividad crítica corrían pa
ralelas porque centraban su enfoque sobre particulares que refle
jaban la misma realidad objetiva, y de allí que lá colaboración fuese
posible entre los intelectuales, aun cuando éstos trabajaran solos.
Nada le complacía más a Adorno que el hecho de que un amigo1,
llegara a percepciones similares, de manera independiente, ya que .V;
consideraba esto como una validación de su corrección, Gomo ex
clamara entusiastamente Benjamín después de leer el manuscrito del
libro de Adorno sobre Kierkegaard: “Después de todo, existe toda
vía algo asi como la colaboración. . .”30
h
nalídad, conservaba una cierta imagen de truco de magia. No es-
casual que Adorno pudiera imaginar a su amigo Benjamin con un.
bonete de mago.01
La transformación mimética puede ser vista como la reversión,
de la subjetividad kantiana. La creatividad de esta última residía
en la capacidad del sujeto de proyectar en la experiencia sus pro
pias formas y categorías a priori, absorbiendo dentro de sí el obje
to. Pero el sujeto de Adorno deja la iniciativa al objeto; forma al
objeto sólo en el sentido de transformarlo en una nueva modalidad.
El lenguaje de la expresión filosófica no era entonces ni intención
subjetiva ni un objeto a manipular, sino “una tercera cosa”, ex
presaba la verdad a través de configuraciones, “como una unidad
de concepto y materia dialécticamente imbricada y explicativa
mente indescifrable” .02 La verdad corno representación lingüística,
mimética suponía llamar a las cosas por sus nombres correctos.
EL NOMBRE
CONSTELACIONES
1M I b i d p. 335.
19# Theodor W. Adorno, “La sociología y la investigación empírica”
(1957), en T. W. Adorno y M. Horkheimer, Sociológica (Madrid: Taurus,
1966), p. 213.l
l
6. EL MÉTODO EN ACCIÓN: LA CONSTRUCCIÓN DE
CONSTELACIONES
PRINCIPIOS DE LA CONSTRUCCION
** I b i d . , p . 23.
80 Discusión en el cap. 3. Cf. “La regresión no es el origen, sino que el
origen es la ideología de la regresión.” (Theodor W, Adorno, Prisuis, trad.
Samuel y Shierry Weber [Londres: Neville Spearman, 1967], p. 127.) Del
mismo modo: “en tanto la alegría se vuelve irreal en la sociedad, la ale
gría irreal comienza a servir ideológicamente a la sociedad. . (Adorno,
“Nachtmusik” [1929], Moments musicaux, pp. 59-60.) Una de las afir
maciones más frecuentemente citadas de Adorno (de Mínima mor alid), das
Ganze ist das Unwahre” ("el todo es lo no verdadero”) era la inversión
de la sentencia de Hegel en el prefacio de la Fenomenología del espírtiu,
"das Wahre ist das Ganze” (“la verdad está en el todo”).
" Adorno, “Über Jazz” (1936), Moments musicaux, pp. 85-105.
rece de manera más sorprendente. En “Especially for You” ,41 un
breve artículo que Adorno escribiera en la década de 1930, el
“fenómeno” era una canción americana de moda. Adorno detec
taba dos elementos contradictorios: su existencia como mercancía
de la cultura de masas y el mensaje personalizado de su título. La
paradoja podía verse en las propias palabras de la canción:
Especially for you that’s what a moon’s for
Especially for you that’s what a June’s for42
IMÁGENES HISTÓRICAS
.saben mejor que mejor que el techo que está encima de ellos no está
tan sólidamente construida, y esperan que algún día lo hagan estallar y
efectúen la unión entre escenario y realidad... Hoy, estando el escenario
limitado por el texto y el auditorio por la moralidad burguesa, la galería
es el único lugar del teatro para la improvisación verdadera: se ha atrin
cherado en los, límites últimos del espacio teatral, construyendo sus
barricadas con la madera de las butacas.68
.. .se pone fuera de lo colectivo así como la síncopa rompe con los res
petables y medidos golpes rítmicos; por protesta o por incompetencia
lio quiere transformarse en un miembro de la mayoría que existe con
anterioridad a, e independientemente de, él mismo, hasta que, al fi
nal, es recibido por gracia especial del colectivo, o, mejor dicho, es
adaptado a él; en realidad, hasta que la música, concluyendo con frase
cerrada, evidencia que estaba allí desde el principio, que él mismo es
un pedazo de esta sociedad y que en realidad no puede escapar a ella
de modo alguno; de hecho que su aparente chapucería es en realidad
el virtuosismo de adaptarse, que su falta de habilidad en todo sentido,
en lo sexual sólo para comenzar, significa precisamente el ser capaz de,
significa que también puede adaptarse, que puede hacerlo mejor.00
Adorno afirmaba que el “excéntrico” era el origen, el arque-
M La versión reditada contiene algunas revisiones menores de lenguaje
que no son significativas para esta discusión.
W El ensayo dejaba claro que consideraba crucial precisamente este
aspecto de su análisis, que marcaba su no identidad con el método del
Instituto: “Sí la teoría desea penetrar... en el núcleo de la función social
del jazz, o considerarla psicológicamene, en su contenido onírico latente,
principalmente la concreta e históricamente determinada constelación
de identificación social y energía instintiva sexual, cuya escena [Schauplatz]
ella es, entonces debe plantear el problema de la contingencia en relación
a la hot music [las ‘rupturas’ de improvisación del sujeto del jazz]...; a
partir de la cual, si acaso, debe ser construida la idea del jazz.” (Adorno,
“Über Jazz” [1936], M ornents musicaux, p. 109.)
03 Ibid., pp. 110-111.
tipo histórico del sujeto del jazz.67 El payaso (una figura estre
chamente relacionada) rechazaba, por la inmediatez de sus gestos,,
el conformarse a la “vida reificada burguesa”, tornándose risible,,
pero haciendo parecer risible también a ésta.
., .el excéntrico, por supuesto, se ubica fuera de la regularidad orientada
hacia objetivos —el “ritmo”— de la vida burguesa... Pero este estar
fuera al mismo tiempo lo revela; no en tanto impotencia, ^mo en tanto1
superioridad. . . El ritmo de su arbitrariedad encaja suavemente en uno
mayor, más legítimo.. ser obediente a la ley y sin embargo diferente.6^
ire Ningún objeto, fuera éste el jazz, una obra de arte o una filosofía,
era en sí mismo “verdad” ; en cambio, la verdad aparecía, emergiendo
desde dentro de los fenómenos bajo el escrutinio de la interpretación
crítica. Los únicos fenómenos totalmente ideológicos (y de allí totalmente
“irredimibles”, en el sentido de Adorno) eran aquellos en los que se
negaban todos los antagonismos, todas las contradicciones, y que, por lo
tanto, eran totalmente conciliatorios con el s t a t u s q u o . Pero el jazz, como
configuración de opuestos, del individualismo de la música de salón por
una parte y¡ del colectivismo de la marcha militar por la otra, aprehendía
una contradicción social real, a partir de la cual podía interpretarse la
verdad. Si ambos ■polos del jazz se separaran, escribió Adorno, transfor
mándose en dos géneros de jazz diferenciados, cada uno de ellos sin con
tradiciones internas, entonces “el jazz ya no podría ser redimido” . (Ibid.,
p, 115.)
100 I b i d . , p. 113.
,[í7 I b i d . , ,|p. 90.
108 I b i d . , p. 86.
Vexierbilder, jamás podían volver a ser mirados de la misma
manera mistificadora:
Si el jazz pudiera en realidad ser sólo escuchado, perdería su poder.
Entonces las personas ya no se identificarían con él, sino consigo mis
mas .1001
09
Esto fue escrito tín 1931. En 1966 Adorno podía sostener todavía
que “la filosofía r . .se encuentra obligada a criticarse sin conside
raciones”,0 que “sin duda hay que negar la problemática filosófica
tradicional; pero también estamos encadenados a sus preguntas”.10*
* Ibid., p. 339. En Viena los positivistas lógicos alrededor de Carnap (y
en Cambridge el círculo de Bertrand Russell) estaban “liquidando” también
las cuestiones tradicionales de la filosofía, pero no dialécticamente. Ignora
ban la tradición, simplemente dejando de lado, por carecer de sentido, los
problemas de metafísica y moral. Adorno demostraba el sinsentido de los
problemas filosóficos tomándolos en serio, y en su negación del idealismo,
la tradición del idealismo permanecía superada (aufgehoben). Como escri
bió Adorno en 1966, una cuestión no debía perderse para la filosofía, y es
“cómo un pensamiento que tiene que desprenderse de la tradición puede
conservarla transformándola; la experiencia det espíritu no es otra cosa”.
(Theodor W. Adorno, Dialéctica negativa, trad. J. M. Ripalda [Madrid:
Taurus, 1975], p 60.)
* Ibid., p. H.
10 Ibid., p. 25.
Existía entonces una notable persistencia en la concepción de
Adorno acerca de la tarea de la filosofía. Y sin embargo su des- |
cripción del proceso de resolución de los enigmas cambió realmente |
de una manera tal que reflejaba un viraje en el equilibrio de fac- i
tores que incluía la construcción de constelaciones. En el programa
de 1931, reflejando la influencia de Adorno, se enfatizaba el papel
crucial de las “imágenes históricas”. La iluminación de estas imá
genes” conformaba el momento del clímax: iluminaban el pro- j
blema “como una alborada” : !
L a interpretación filosófica auténtica no se topa con un significado j
fijado que ya existe por detrás de la cuestión, sino que lo ilum ina súbita j
y m om entáneam ente, y lo consume al mismo tiem po.11 j
Esta imaginería de la luz evocaba simultáneamente varias tradicio- i
nes históricas: conjuraba al platonismo,12 pero también al ilumi-
nismo del siglo xvm; como iluminación se asociaba con la expe
riencia reveladora del misticismo18 y de la intuición poética,14 pero
también con la tecnología más moderna: un shock eléctrico,15 una
explosión atómica,18 o un flash fotográfico capturando una toma de
lo real .17 En su discurso inaugural, Adorno, al hablar de las imá-
n Adorno, “Die Aktualitát der Philosophie’’ (1931), GS 1, p. 335.
13 La asociación entre el platonismo y la teoría de Benjamin de las ideas,
y de allí de los elementos de un platonismo invertido en los propios escritos
de Adorno, ha sido discutida en el cap. 4.
10 Ésta era la influencia indirecta de la Gábala, vía Scholem y a través
de Benjamin, en Adorno.
14 La imaginería de la luz fue utilizada por los poetas románticos alemanes
(Novalis, Schlegel, Goethe), que influyeron al joven Benjamin. (Véase
Walter Benjamin, Der 'Begriff der Kunstkritik in der deutschen Romantik
[1920], ed. K crinan n Schweppenhauser [Frankfurt am Main, Suhrkamp
Verlag, 1973].) En su discurso de 1931 Adorno se refirió a Goethe defen
diendo la validez de su propio método sobre la base de su carácter “fruc
tífero” (Adorno, GS 1, p. 342). Gf. la descripción de Goethe acerca del
“sentimiento de la verdad” intuitiva, que “conduce con una velocidad
similar a la de la luz al conocimiento fructífero (citado en Rolf Tiede
mann, Studien zur Philosophie Walter Benjamins, introd. Theodor W.
Adorno [vol. 16 del Institut für Sozialforschung, Frankfurter Beitr&ge zur
Soziologie, ed. Theodor W. Adorno y Walter Dírks] [Frankfurt am Main,
Europáische Verlagoanstalt, 19G5], p. 43).
18 El elemento de shock estaba unido (vía Benjamin) a Brecht y al su
rrealismo,
10 Los trabajos de Adorno de la década de 1930 hablaban frecuentemente j
de hacer “explotar” (sprengen) el “hechizo” (Bann) del idealismo. Véase i
también la afirmación final de su conferencia inaugural: “Sería posible pe-
netrar el detalle, hacer explotar en miniatura la masa de la realidad mera- i
mente existente”. (Adorno, “Die Aktualitát der Philosophie” [1931], GS 1, ,
p. 344.) i
“ Adorno utilizó más tarde la imagen del flash fotográfico interpretando
genes históricas, afirmó que su validez se garantizaba por el hecho
de que “la realidad cuaja en ellas con asombrosa evidencia [in schla-
gender Eoidenz]”,íS Sin embargo, pronto Adorno desarrolló sus re
servas respecto’de este momento iluminador. Quizá teñía demasiadas
reminiscencias del concepto de Anschauung de Husserl, de la “mira
da intuitiva” para la cual la esencia del objeto se tornaba ferióme-?
nológicamente “evidente”, y que Adorno atacara en su crítica a
Husserl, escrita en 1934-1937. En 1938 Adorno comenzó a reco
nocer la misma invocación (Beschworung) por la verdad en los
escritos de Benjamín, donde la realidad era más intuitivamente
revelada que teóricamente interpretada. Guando Benjamin co
menzó a basarse en un “montaje” de datos objetivos para construir
“imágenes” de la verdad, sin ninguna mediación interpretativa
por parte del sujeto, Adorno le escribió:
La “m ediación” que no encuentro, y que se esconde tras la invocación
[Beschiaórung] hístoriográfico-m aterialista no es otra cosa ¡en realidad que
la teoría que su trabajo pasa por alto.10
39 I b i d . , p. 59.
40 7& í¿.,-p. 156.
“ Ibid., p. 55. t
. 4i I b i d . , p . 63.',
49 B en jam ín , “ K ie rk e g a a rd : D as E n d e des p h ilo so p h isch en Id e a lism u s” (2
d e ab ril d e 1933), G e s a m m e l t e Schriften m , p . 381.
La “resolución” filosófica de Kierkegaard no suponía dar una res
puesta al aparente sinsentido de la vida, sino demostrar el sinsen
tido de la pregunta existencial, que no era absoluta, sino limitada
a su “única y primera aparición histórica”.44 Si Adorno podía
probar que la cuestión existencial era históricamente específica,
podía destruir las pretensiones ahistóricas y ontológicas de la cues
tión, que habían conducido incorrectamente a Kierkegaard a buscar
una solución en la pura espiritualidad y no en la realidad social:
la “respuesta” no estaba en la negación de sí mismo sino en la
negación de las condiciones sociales que daban lugar al problema.
Al atacar a Kierkegaard desde dentro, utilizando sus propias pala
bras en contra de su intención, Adorno necesitaba demostrar que
la “configuración de la interioridad” que aparecía en todos los
puntos contradictorios de la filosofía de Kierkegaard, estaba deter
minada por el mundo externo. La interioridad existencial debía
ser traducida de la abstracción conceptual a la concreción socio-
histórica. Para realizar esto, Adorno construía una “imagen his
tórica” utilizando los elementos de una metáfora del propio Kier
kegaard: el interior de un apartamento burgués de mediados del
siglo xix. Adorno sostenía que la imagen del “intérieur burgués” ,45
tomada literalmente, revelaba la verdad histórica de la filosofía de
Kierkegaard y contenía al mismo tiempo su propia crítica “inma
nente” :
El n o m b re a d e c u a d o p a r a la “ s itu a c ió n ” , e n ta n to im p o te n te in d ife re n c ia
in m e d ia ta e n tre s u je to y o b je to , n o es el c a s tillo d e l c a b a lle r o co n el q u e ,
r o m á n tic a m e n te , K ie r k e g a a r d c o m p a r a la in te rio rid a d . Y n o n e c e s ita
ser e s ta b le c id o so c io ló g ic a m e n te e n m e ra “ a s o c ia c ió n ” \Zuordnung\ con
K ie rk e g a a rd , sino q u e e s tá p r a g m á tic a m e n te p re s e n te e n su p r o p ia o b ra .
E s p e c ífic a m e n te , en su m e tá f o r a d el a p a r ta m e n to i n t e r i o r . . . E s e l intérieur
b u rg u és d e l sig lo xix, a n te cu y a d isp o sic ió n to d a c h a c h a r a a c e r c a d e su je to ,
o b je to , in d ife re n c ia , situ a c ió n , e m p a lid e c e h a s ta tra n s f o r m a r s e en u n a
m e tá fo ra a b s tra c ta a u n c u a n d o , p a r a K ie r k e g a a r d , la im a g e n d el inté
rie u r es en sí u n a m e ra m e tá f o r a p a r a la c o n e x ió n e n tre sus c o n c e p to s
M I b i d p. 83.
#l Ib id ., p. 82.
01 Ib id .
03 Ib id ., p. 79.
C1 L o que el p ro p io K ie rk e g a a rd lla m a " la e n fe rm e d a d d e la época*’ es
in te rp re ta d o com o c o n d ició n in te rn a (cf. ib id ., p p . 109-114).
Ib id ., p. 79.
00 Ib id ., bP- 84-85.
Ib id ., p. 84.
k
juicio y busca resguardarse en la iluminación de la lámpara de gas,
pero “el consuelo de esta luz es también apariencia {Scheirtf' : 68
A partir del crepúsculo de tal melancolía emergen los contornos de la
“domesticidad” [Háuslichkeit] que para Kierkegaard constituye el lugar
de la existencia. Pero es, también, el lugar del existencialismo. La inte
rioridad y la melancolía, [mera] apariencia de la naturaleza y realidad del
Juicio [divino], su ideal de la vida humana individual concreta y su sueño
del infierno, que el desesperado individuo habita durante su vida como
si fueran su morada —los modelos de todos estos conceptos, se fundan
en la engañosa luz de la habitación al atardecer, que la transforma en un
cuadro mudo, del cual es mejor sustraerlos si se quiere ver qué es verdad
y qué es ilusión en ellos.00
Pero esto es precisamente aquello que Kierkegaard no hace. En
cambio se lanza en la dirección opuesta, abandonando el intérieur
burgués (que al menos era vecino del mundo externo) y retra
yéndose a la “segunda Ínterioridad,,J es decir al propio sujeto
existencial, que se transforma ahora en un puro “escenario” de la
dialéctica religiosa de la autoabnegación. Y así como Kierkegaard
vuela a través de la esfera ética hacia el dominio de la espirituali
dad pura, así lo persigue Adorno, armado con los instrumentos de
la critica dialéctica para disparar en contra del existencialismo,
exponiendo simultáneamente las contradicciones lógicas de su con
tenido y el contenido social de su lógica: la abstracta lógica “sin
objeto” de Kierkegaard es “falsa y decepcionada moralidad de
el ase’’,70 El intento de Kierkegaard por trascender aquello que
denomina el “mito” de la apariencia inmediata, motivado por una
hostilidad hacia la naturaleza (Naturfeindschaft),7í lo conduce al
sacrificio del propio cuerpo del sujeto (su primera naturaleza) y lo
atrapa en un dominio interior del espíritu más mítico que el pri
mero.72 Su dialéctica internalizada forma un sistema cerrado,73 un
círculo mítico controlado por el destino, donde el sujeto renuncia
tanto al cuerpo como a la razón crítica por un Dios desconocido e
63 Jbid., p. 86.
09 Ibid.
70 I b i d pp . 93-94.
71 Ib id ., pp. 95-96.
72 Ibid., pp. 105j 142-155. E ste te m a , el in te n to .d e tra s c e n d e r la n a tu
raleza m ític a que p a ra d ó jic a m e n te d e riv a en el m ito , se tran sfo rm ó en el
arg u m e n to c e n tra l d e Dialektik der Aufkldrung d e A d o rn o y H o rk h e im e r
(1947). V éase ta m b ié n u n a rtíc u lo p o ste rio r sobre K ie rk e g a a rd p u b lic a d o en
inglés en la rev ista del In s titu to : "S e la n z a a e x p u lsa r la n a tu ra le z a con un
trid e n te, sólo p a ra tran sfo rm arse él m ism o en la p re sa d e la N a tu ra le z a .”
(T h e o d o r W . A d o rn o , “ O n K ie rk e g a a rd D o c trin e of L o v e” , Studies in Phi
losophy and Social Science, 8 [1 9 3 9 -1 9 4 0 ]: 417.)
73 A d o rn o , Kierkegaard, p p . 156-163.
incognoscible.74 Gomo los reflejos en el espejo del apartamento
burgués, este dominio se caracteriza por la duplicación repetitiva .75
La dialéctica existencialista en realidad es estática: la dialéctica
“permanece en su lugar”, transformándose en lo que ya es, y co
rresponde por lo tanto “precisamente a la imagen del intérieur, en
la que en realidad la dialéctica se detiene”.7a
Adorno no se basa exclusivamente en el poder del intérieur bur
gués para “resolver” la filosofía de Kierkegaard. Incluso en su
estudio anterior, donde su papel es central, la imagen histórica
nunca ocupa el lugar de la argumentación lógica y filosófica. El
intérieur burgués ilumina los elementos del enigma, proporcionando
un marco donde las contradicciones fundamentales pueden ser
vistas en un chispazo:
. . .en él lo s m o m e n to s d e su te o ría [d e K ie rk e g a a rd ] d e la a rc a ic a n a
tu r a le z a f ija se p re s e n ta n a sí m ism o s sin m e d ia c ió n , c o m o a q u e llo s
m o m e n to s d e la c o n s te la c ió n q u e lo s p re s id e .77-
í
vuelve “más atrás” que Kierkegaard, ya que la percepción critica
de la realidad social de este último lo conducía, al menos, a plan
tear negativamente la cuestión ontológica. Como escribiera Adorno
en el "artículo posterior:
t
82 A dorno , “ O n . K íc rk c g a a rd ’s D o c trin e of L o v e” (19 3 9 ), 423,
8. TEORÍA Y ARTE: EN BÚSQUEDA DE UN MODELO
EL SU R R EA LISM O CO M O M O D E L O : LA E X PE R IE N C IA DEL
H A S C H IS C H
Sin duda hay numerosos casos en que la gente ha sido sacada de la cama
y golpeada o asesinada. Quizá aún más importante, pero más difícil de ex
poner, es la suerte de los prisioneros. Circulan los más horribles rumores.18
¿Por qué Adorno no había tenido miedo de permanecer, es más,
por qué quería hacerlo “a toda costa?” Quizá gran parte de la
respuesta radique en su juventud y su autoestima. No habiéndose
nunca identificado con la herencia judaica de su padre o con
ninguna organización política marxista, estaba preocupado sólo
por su propia carrera intelectual, acerca de cuyo brillante poten
cial no tenía dudas. Adorno se veía a sí mismo como un artista
y un filósofo, y todavía soñaba con el éxito como compositor
musical.14 No es sorprendente que, una vez aceptada la necesi-
9 Ibid.., p. .44.
0 Jay, The Dtaleclical Imagination, pp. 29-30.
10 Benjamin le escribió a Gretel Karplus a Berlín, el 15 de abril de
1933, que había oído que Horkheimer en Ginebra quería conocer el des
arrollo de los proyectos de Adorno y que le aseguraba que la revista del
Instituto continuaría publicándose. Benjamín continuaba: “Debes decirle
que Max pregunta por él con cierta preocupación en la carta mencionada.’*
(Walter Benjamin, Briefe, 2 vols., ecl. Gershom Scholem y Theodor W.
Adorno [Frankfurt am Main: Suhrkamp Verlag, 1966], vol. 2, p. 569.)
u Benjamín, carta a Gershom Scholem, 20 de marzo de 1933, en ibid.,
p. 567.
19 Ibid., p. 562.
13 ibid., p. 566.
11 En aquel momento estaba trabajando en una ópera basada en Tom
Sawyer de Mark Twain. Escribió a Krenek el 7 de octubre de 1934: ■'Em
pleé todo el verano y el otoño del 33 en completar el texto de Tom Sawyer,
dad de emigrar, su primera opción fuera volver a Viena. En su
carta a Krenek explicaba:
También quería decirte que naturalmente me esforcé por transferir mi
Habilitation a Viena; pero no tuve éxito, porque el señor Gomperz,15 que
manejaba el asunto, en realidad encontraba que en mí libro sobre Kierke
gaard sólo las citas eran interesantes, lo que no puede considerarse un
cumplido excesivo —y por lo tanto Viena estaba cerrada para mí.18
Haciendo justicia a Adorno debemos notar que, al igual que mu
chos de los izquierdistas que en esta época se habían opuesto a la
república de Weimar, se equivocaba acerca de la significación del
fenómeno nazi. Sti tolerancia se basaba claramente en la creencia
de que el régimen de Hitler sería efímero. El 21 de abril de 1934
escribió a Benjamin (que había subarrendado su departamento en
Berlín con la esperanza de retornar después de transcurrido un
año) que la situación “para los autores no arios (incluyéndome
a mí)” en relación a publicar requería simplemente “la confirma
ción de la declaración regular” de lealtad nacional, y que esta
podía ser “recibida sin dificultad, aunque la confirmación final
podía ser pospuesta indefinidamente” .17 Sin embargo, los editores
aceptarían la confirmación temporaria, y Adorno sugería que Ben
jamín dijera que había abandonado Alemania por razones más
económicas que políticas. Continuaba:
La declaración de lealtad es completamente inobjetable —desde nuestro
punto de vista, no contiene más que la obligación del servidor civil hacía
que está terminado (también están hechas varias de las composiciones), y en
el trabajo sistemático sobre la técnica composicional, porque mi contrapun
to no me satisfacía; estricta composición a cuatro voces y fuga sobre todo.”
(Adorno und Krenek: Briefwechsel, p. 4-3.) Envió el texto a Benjamin, es
cribiendo: "Como verá, el motivo central es el del perjurio: por medio del
perjurio y rompiendo la esfera mí tico-moralista del juramento. . . Tom se
hace "libre”, d’e modo que en cierto sentido toda la cosa es la ejecución
de una desmitificacíón dialéctica. Pero en la versión actual, esta misma
liberación tiene mucho el carácter de un acto moralista en nombre de la
empatia. Originalmente quería basarme exclusivamente en la curiosidad,
que ocurre en el caso del perjurio, y que conduce precisamente a lo mora
lista, en un scqtido realmente humano, que emerge a partir de la inmora
lidad psicológica.” (Carta, Adorno a Benjamín, 5 de diciembre de 1934,
Frankfurt am Main, legado de Adorno.) Benjamin tenía una posición cri
tica respecto del proyecto, y Adorno suspendió su trabajo. Dos partes del
libreto subsisten en el legado de Adorno.
19 Heinrich Gomperz, 1873-1942, profesor de filosofía en Viena, 1924-
1934; emigró a Los Angeles en 1935.
ia Carta de Adorno a Krenek, 7 de octubre de 1934, Adorno und Kre
nek: Briefwechsel, p. 44.
17 Carta de Adorno a Benjamin, 21 de abril de 1934 (Frankfurt am
Main, legado de Adorno).
su república. No le ocultaré que, sin embargo, estoy comenzando a cues
tionarme si el estado nazi durará todo ese tiempo. . . Porque aunque no soy
optimista, y espero para el futuro algún tipo de anarquía de derecha y de
realización de los sueños bronnenistas, cuando no una simple dictadura
militar ó alguna clase de régimen como el de Dollfus, de todos modos los
síntomas de desintegración [Verfall] están comenzando a acumularse, de
modo que uno ya no necesita ignorarlos por miedo a que el deseo sea el
padre del pensamiento.18 ;
No está claro por qué y cómo Adorno fue a Oxford. Horkheimer
tenía contactos en la London School of Economics. Envió allí a
Friedrich Pollock en febrero de 1934 para investigar cómo esta
blecer el Instituto en Inglaterra (antes de (decidirse por Nueva
York después de su visita en mayo),10 y sus contactos pueden
' haber sido de utilidad para Adorno. Era difícil para los emigran
tes alemanes el obtener puestos en las universidades inglesas y Ador
no, que no dominaba la lengua 20 y que tepía poco aprecio_ por
la tradición intelectual británica tuvo que volver al éstatus de
éstudiante. Su plan original era trabajar dos años para un docto
rado inglés en filosofía. Pero su intento de estudio doctoral, la crí
tica dialéctica de Husserl, en la que Adorno pretendía negar y tras
cender el idealismo burgués de una vez y para siempre, era una
empresa tan ambiciosa que todavía estaba trabajando en ella
cuatro años más tarde, cuando partió a xeunirse con Horkheimer
y el Instituto en los Estados Unidos.21 La refinada atmósfera aca
démica de Oxford satisfacía los caprichos culturales de Adorno;
sin embargo parece haber permanecido largo tiempo aislado de
la comunidad universitaria y tenía dificultades para comunicar sus
ideas a sus colegas. Escribió a Krenek con cierto orgullo:
Merton College, el más antiguo y más exclusivo de Oxford, me ha acep
tado como miembro y “estudiante avanzado", y vivo aquí en medio de una
indescriptible paz y bajo condiciones de trabajo externas muy placenteras;
en relación al material, por supuesto existen dificultades, en tanto cí hacer
comprensible para los ingleses mis pensamientos filosóficos es casi una
1B Ibid.
18 Jay, The Dialectical Imagination, pp. 37-39.
10 “Perdí mucho tiempo aprendiendo inglés. La adquisición de una nue
va lengua por un adulto es una de las experiencias más peculiares." (Carta
de Adorno a Benjamin, 4 de marzo de 1934, Frankfurt am Main, legado de
Adorno.) Más tarde recordaría que, con el objeto de aprender inglés lo
antes posible, leyó “innumerables novelas policiacas” sin utilizar diccio
nario. (Theodor W. Adorno, Terminología filosófica, 2 vols., trad. R.
Sánchez (Madrid: Taurus, 1976], vol. i, p. 27.)
21 El manuscrito, escrito entre 1934 y 1938, fue publicado por primera
vez (aumentado y algo revisado) como Zur Metakritik der Erkenntnistheo-
rie (Frankfurt am Main, Suhrkamp Verlag, 1956).
imposibilidad; en cierto sentido tengo que hacer retroceder mi trabajo a
un nivel infantil para ser inteligible —lo que supone una fisura en todo
mi trabajo entre lo académico y las cosas reales, situación, para la que
realmente me considero demasiado viejo—, pero tengo simplemente que
tomarlo y estar satisfecho de poder trabajar sin ser molestado. . . 23
Walter Benjamins oder wíe man mit der Philologíc Schlittcn fáhrt”, Das
Argument, 4'6 (marzo de 1968): 74-93.
26 La correspondencia Adorno-Benjamín todavía no ha sido publicada
completa, aunque una selección de las cartas más significativas, que no apa
recieron en la edición en 2 volúmenes de 1966 de Briefe (editada por
Adorno y Gershom Scholem), apareció en una colección de escritos de
Adorno sobre Benjamin publicada postumamente (Theodor W. Adorno,
■Über Walter Benjamín, ed. Rolf Tiedemann [Frankfurt am Main: Suhr
kamp Verlag, 1970], pp. 103*161.) La mayoría de éstas han sido traducidas
al inglés por Harry Zohn para New Lejt Review, 81 (octubre de 1973):
55-80. Una parte importante del legado de Benjamin permanece en el ddr
Zentralarchiv en Potsdam, cerrado ahora para los investigadores occiden
tales. \
20 Además de la correspondencia mencionada, es particularmente rele
vante la reciente publicación del libro de memorias de Gershom Scholem,
Walter Benjamin: Die Geschichte einer Freundschaft (Frankfurt am Main:'
Suhrkamp Verlag, 1975); y una variedad de material proporcionada por
los editores de las obras completas de Benjamin, Rolf Tiedemann y Her
mann Schweppenháuser en un suplemento de 450 páginas al primer volu
men de Benjamin, Gesammelle Schriften, vol. i: 3: Abhandlungen (Frank
furt am Main: Suhrkamp Verlag, 1974).
37 Véase cap. 1, p. 102.
fe
comenzaba en la época de las charlas en Kónigstein. Ninguna de
estas dos personas apreciaba las manifestaciones de su polo opues
to en los escritos de Benjamin. Scholem recordaba que “el elemen
to teológico en Benjamin molestaba visiblemente a Brecht”,28
quien escribió criticamente en su diario acerca del misticismo y
persistente judaismo de Benjamin .29 El mismo Scholem, un socia
lista no marxista, no defendía el materialismo dialéctico. Se re
sistía al alejamiento de la teología de Benjamin, dudando acerca
de la posibilidad de una síntesis real. Comentando el ensayo de su
amigo acerca de Karl Kraus (1931),30 sostenía que Benjamin se
engañaba a sí mismo al pensar que con la introducción de algunos
términos marxistas transformaba sus observaciones en materialismo
dialéctico. Advirtió a Benjamín para que no se transformara, si no
en el último, “quizá en el más inexplicable sacrificio a la con
fusión entre religión y política” .31
El único entre sus amigos que apoyó sus esfuerzos por incor
porar ambos polos32 fue Adorno, al menos hasta 1929, cuando
Benjamín había encontrado en el surrealismo un modelo estético
para su impulso teológico, entonces entendido como “iluminación
profana ” .33 Adorno se refería a esta iluminación profana como teo
logía '‘negativa” o “invertida”, asimilándola a la experiencia
estética.34
29 Scholem, Walter Benjamín: Die Geschichte einer Freundsckaft, p. 256.
. 59 Ibid., p. 198.
\ 80 Walter Benjamin, “Karl Kraus”, Schriften, 2 vols., ed. Theodor W.
Adorno y Gretel Adorno (Frankfurt am Main: Suhrkamp Verlag, 1955),
vol. 2, pp. 159-195.
at Carta de ^Scholem a Benjamin, 30 de marzo de 1931, en Scholem
Walter Benjamin: Die Geschichte einer Freundschaft, pp. 283-287.
** Aunque los escritos de Horkheimer desarrollaron un tono religioso po
sitivo después de la segunda guerra mundial, Scholem atestiguaba que,
en la década ¡del 30, él y los demás miembros del Instituto, fuera de
Adorno “no sabían por donde empezar con los elementos teológicos de
Benjamín” (ibid., p. 257).
33 Véase cap. 8.
84 En una carta donde elogiaba el ensayo sobre Kraus (que, irónica
mente, para Scholem era demasiado marxista), Adorno alentaba a Ben
jamin a ignorar “las. objeciones de ese ateísmo brechtiano, que nos sirven
quizá, como teología invertida, para redimir, pero en ningún caso para
aceptar. . . Debemos lograr la profundidad categorial plena, sin teolo
gías limitadas,. pero creo entonces que somos más útiles en este nivel
decisivo de la teoría marxista cuanto menos sumisamente nos apropia
mos [de esta teoría] de forma externa a nosotros, que en este punto
‘lo estético’ puede intervenir en la realidad con una profundidad incom
parablemente más revolucionaria que la teoría de las clases transformada
en un deus ex machina” (Carta de Adorno a Benjamin, 6 de noviem
bre de 1934, Frankfurt am Main, legado de Adorno.)
202
EL ROSTRO DE JANO
his Death” (1934), llluminations, ed. e introd. Hannah Arendt, trad. Harry
Zohn (Nueva York: Schocken Books, 1969), p. 127.
63 Ibid., p. 122.
r>s Ibid., p. 133.
“ Ibid., p. 132.
55 Ibid., pp. 128-129.
“ Scholem, Walter Benjamin: Die Geschichte einer Freundschaft, p.
213. Scholem continuaba: “De una vez el mundo se traduce en el
discurso, donde la redención no puede ser anticipada. ¡ Vaya uno a
explicarle esto a los Goyim!”
B1 Citado en ibid., p. 218-
Benjamín, Briefe, vol. 2, pp. 613-628.
demasiado para el gusto de Brecht.50 Adorno, sin embargo, era
más entusiasta. El 17 de diciembre le escribió a Benjamin, com
parando el estudio sobre Kafka con su propio libro sobre Kierke
gaard: “Por favor, no me tome por presuntuoso si comienzo por
decir que nunca estuve más cabalmente consciente de nuestro
acuerdo filosófico que ahora .”60 La complejidad de la interpreta
ción de Benjamin, toda la concepción de afirmar a Kafka, como
Schonberg un individualista apolítico, dentro de un marco inter
pretativo materialista y dialéctico y el lenguaje esotérico de la
presentación, que esquivaba la jerga marxista, estaban en relación
armónica con el propio trabajo de Adorno. Los motivos teológicos
del ensayo sobre Kafka funcionaban de una 'manera secular, como
teología “invertida” —por ejemplo, la definición de la plegaria
como “atentividad a los objetos”, a la que se refería Adorno, excla
mando: “No conozco nada más importante de su parte —nada
que pueda dar una elucidación más precisa de sus motivos más
internos .” 61 Sin embargo, ya comenzaba a tener reservas en
relación al estilo surrealista en el que Benjamin yuxtaponía lo
arcaico con lo más moderno en la construcción de sus imágenes
dialécticas: “La relación entre la Ur-historia y la modernidad
no se ha elevado todavía a un nivel conceptual.. .” 62 Adorno no
taba la ausencia de mediación entre estos dos polos, y mencionaba.
a Hegel como un modelo más adecuado que la teología judía .66
Adorno estaba en lo correcto al notar que la interpretación de
Benjamin acerca de Kafka no se desplegaba, al menos no en el
sentido-hegeliano. U na idea típica de Benjamín en el ensayo era
la observación:
U n a r e s ta u r a c ió n d e l a te o lo g ía ,,o m e jo r , u n a r a d ic a liz a c ió n d e la d ia lc c - ? t
tic a en el lu m in o s o n ú c le o d e la te o lo g ía , t e n d r í a q u e sig n ific a r a l m is m o j
tie m p o u n a in te n s ific a c ió n d e lo s m o tiv o s d ia lé c tic o -s o c ia le s , e n rea lid ad (¡
e c o n ó m ic o s .82
JW > Ibid,
11)0 Véase cap. 2.
107 En contraste, cuando Adorno hablaba del proceso dialéctico impli
cado en la reproducción de la música, se refería a la relación sujeto-objeto
comprometida en el acto de su ejecución. Ya en 1928 sostenía que las
nuevas técnicas de reproducción mecánica habían transformado en realidad
ese proceso, pero que su efecto era negativo: la familia ahora escuchaba
la música del gramófono, en lugar de reproducirla activamente por la
ejecución. El resultado era el dístancíamiento de lá música y el sujeto,
cuyo papel se reducía a la pasividad, en realidad a la subordinación: eí
perro que escucha la voz del amo era el auténtico signo distintivo para el
efecto del gramófono. (Theodor Wiesengrund-Adorno,' "Nadelkurven”,
Musikblatter des Anbruch, 10, 2 [1928],* 47-50.)
109 Véase cap, 8.
109 Benjamin, “L’oeuvre d’art á l’époque de sa reproduction mécanisée”
(1936), Gesammelte Schriften i: 2, pp. 714-715,
Benjamín sostenía que la filmación, síntesis de las tecnologías
revolucionarías, era el arte nuevo más progresista políticamente,
porque era el menos “árnica” : el cameraman, polo opuesto del
mago, penetraba en la realidad como un cirujano .110 El público
de la pintura o de los libros era el individuo, el de las películas
era el colectivo y Benjamin afirmaba su potencial para “movilizar
a las masas” 111 a través del efecto de shock y de la distancia
crítica. Finalmente, sostenía que ta liquidación del arte resultaba
profética, programática del futuro, en el sentido que su proceso pro
ductivo colectivizado trascendía la división del trabajo entre, el
artista y el técnico, el trabajador intelectual y el manual.112 Ben
jamín utilizaba el 'terminó “teología” negativa críticamente para
describir el art pour Vart en la era burguesa avanzada,113 la cual,
según sostenía, no era inmune a su utilización para propósitos
fascistas:
P O L ÍT IC A Y R E P R O D U C C IÓ N D EL A RTE iW ¿ U í T í : ^ ^ $ ¡ 0 ^ 297
esfuerzos activos del artista como sujeto que niega las formas
burguesas;
' Ambas llevan las marcas del capitalismo, ambas contienen elementos
de cambio (naturalmente, jamás y de ninguna,;manera el punto medio
entre Schonberg y las películas norteamericanas). Ambas son mitades
desgarradas de la libertad, a la cual sin embargo no adhieren.. .12íí
PARTE 2 : d if e r e n c ia s p o l ít ic a s
AD ORNO S E U N E AL IN S T IT U T O
M Ibid., p. 1103.
“ Ibid.
69 I b i d p. 1104.
67 Ibid., pp. 1103-1104.
314 DEBATE A D O R N O -B E N JA M IN : D IFE R EN C IA S PO LÍTIC A S
71 Ibid., p. 630.
75 Ibid,, p. 643.
70 Ibid., p. 623.
77 Ibid.
70 Ibid., p. 632.
318;
M Véase cap. 10. Este ensayo a su vez influyó sobre t) segundo ensayo
sobre Baudelaire (supra, pp. 216), en cierto sentido un acto de autocrítica.
63 Theodor W. Adorno, “A Social Critique of Radio Music”, Kenyon
Reuiew, 7, 2 (1945): 208-217; “Femsehen ais Ideologie” y “Prolog zum
Fernsehen” (1953) en i demEi ngri f f e: Neun kritische Modelle (Frank
furt am Main: Suhrkamp Verlag, 1968).
M Theodor W. Adorno, "Einleitung zur Positivismusstreit in der deutschen
Soziologie” (1969), Gesammelte Schriften, vol. 8: Soziologische Schriften
/, ed. Rolf Tiedemann (Frankfurt am Main: Suhrkamp Verlag, 1972).
55 Theodor W. Adorno, "The Psychological Technique of Martin Luther
Thomas Radio Addresses” (1943), y “Studies in the Authoritarian Perso-
nality” (1944-1949), Gesammelte Schiriften, vol. 9: 1: Soziologische Schrif
ten II: Ente H&lfte, ed. Susan I)uck-Morss y Rolf Tiedemanq . (Frankfurt
am Main: Suhrkamp Verlag, 1975),
M Theodor W. Adorno, “Superstición de segunda mano”, en Theodor W.
Adorno y Max Horkheimer, Sociología, trad. V. Sánchez (Madrid: Tau-
rus, 1979), pp. 149-173. '
nimo de la impotencia del sujeto y de su dominación por el sistema
social.57
*Como primer paso en esta redención exotérica del trabajo de
qm Benjamin, Adorno y Horkheimer publicaron las., tesis, sobre .la filo-
’ soñ a de la historia de ^enjam inen 1942, e n u n a *‘edición especiar5
' '"'I mimeografiaHa de la por entonces difunta Zeitschrift für Soziaí-
f forschüng con el títiiio de “Über denBegriff'der Geschichte55 (“So
bre el concepto de historia” ). El volumen también contenía dos en
sayos de Horkheimer y dos de Adorno. Las contribuciones de Hork
heimer eran artículos teóricos germinales, en el espíritu de las
tesis de Benjamín sobre la historia. En realidad podría decirse que
fundamentaban las tesis en una sustancia teórica, construyendo el
análisis del capitalismo contemporáneo desarrollado por su amigo
de toda la vida, Friedrich Pollock, quien por entonces actuaba
como director del Instituto en Nueva York. Al mismo tiempo, la
crítica benjaminiana al mito del progreso histórico, fundamentada
en su efecto político adverso sobre la clase obrera, y su concepto
radical de la libertad que iba mucho más allá de la racionaliza
ción de la economía, y por lo tanto implicaba una crítica de la
URSS, otorgaba justificación política a la obra de Pollock, que
por entonces daba origen a una discusión decisiva entre los miem
bros del Instituto .58 La posición de Pollock afirmaba esencialmente
que el capitalismo monopólico, en lugar de dirigirse hacia el co
lapso, había entrado en una nueva y relativamente estable etapa,
a la que denominaba “capitalismo de estado” .59 Se distinguía no
tanto por el modo- de propiedad económica como por la estruc
tura de la dominación autoritaria que caracterizaba sus institucio
nes —corporaciones monopólicas, partidos políticos de masas, y
burocracias gubernamentales y sindicales. La URSS no represen
taba ningún “progreso” en el camino de superación de esta “es
tructura de dominio55, en el que el motivo del beneficio había sido
remplazado por el motivo del poder, en tanto que el fascismo, a
pesar de su caos aparente, resultaba en la intensificación de esa es
tructura .60 Uno de los ensayos de Horkheimer aparecido en la edi
ción especial en homenaje a Benjamin, “Autoritarer Staat” (“El
Theodor W. Adorno, “Vorrede” (1956), Zur Metakritik der Erkennt-
nistheorie, Gesammelte Schriften, vol. 5, ed. Gretel Adorno y Rolf Tiede
mann (Frankfurt am Main: Suhrkamp Verlag, 1971).
M Véase Jay, 7'he Dtalectical Imagination, pp, 14,3-167.
El miembro del Instituto Franz Neumann, que trabajaba en su conocido
libro Behemoth, sobre la Alemania nazi (1944), rechazaba la tesis de
Pollock, considerando que el término “capitalismo de estado” era contradic
torio en sí (ibid., pp. 162-163).
00 Ibid.. d d . 152-153.
estado autoritario”) sostenía que precisamente esta estructura de
dominación era el origen de aquello que Benjamin llamaba la “bar
barie” recurrente en la historia.61
Por supuesto había habido progreso en el control de la natura
leza: Benjamín escribió en sus tesis que los “progresos del dominio
de la naturaleza” y los “retrocesos de la sociedad” formaban los
polos dialécticos del desarrollo histórico.62 No tenía, como tampoco
Adorno y Horkheimer, la conciencia de muchos ecologistas radica
les del presente, ya que al menos todavía consideraba en términos
positivos al potencial de la tecnología. Horkheimer escribió:
Problemas que hace una década fueron considerados como barreras téc
nicas u organizativas insuperables han sido rotos a los ojos de todos...
Cuando las medias pueden fabricarse con aire, sólo golpeando algún
elemento humano eterno, es decir interpretando erróneamente como in
variantes a las esencias psicológicas, puede racionalizarse la eternidad de
la dominación.68
w I b id ., p . 191.
m H o rk h e im e r, “ A u to rita re r S ta a t” (1 9 4 2 ), G e se llsch a ft im Ü b e rg a n g,
p. 34.
08 Ib id ., p. 23.
* Ib id ., p. 21.
70 B e n ja m ín , “ T esis d e filo so fía d e la h is to ria ” , D iscu rso s in te rru m p id o s
I , p. 185.
71 C f. H o rk h e im e r, “ E g o ísm o y m o v im ien to lib e ra d o r” ( 1 9 3 6 ), T e o ría
c rític a , tra d . E . A lb izu y C . L u is (B u en o s A ire s: A m o rro rtu , 1974), p p .
151-222. E l a rtíc u lo so sten ía q u e la rep resió n sex u al e r a re fle jo d el asce
tism o b u rg u é s, y p o r lo ta n tq p ro d u c id a ta n to social co m o b io ló g ic a m e n te ,
y q u e el ascetism o sex u al no c a su a lm e n te se re la c io n a b a co n el re in o d el
T e r r o r d e R o b e sp ie rre , q u e tra ic io n ó la visión re v o lu c io n a ria p o r la p r á c tic a
d e la d o m in a c ió n to ta lita r ia (v éase p p . 302-303), ,
1
E l a p a s io n a d o in te n to d e e x p re sa rse en el le n g u a je q u e h a c e b r illa r c o m o
u n ta b ú a la b a n a lid a d , es el in te n to , n o im p o r ta c u á n d e s e sp e ra n z a d o ,
d e d is ta n c ia r a la e x p e rie n c ia d e su e n e m ig o 'm ás m o r ta l, a q u e l q u e se
fo rta le c e e n la s o c ie d a d b u rg u e s a t a r d í a : el o lv id o .66
LA FISIO G N O M IC A SOCIAL
os Ibid., p. 68.
w Ibid., p. 67.
“ Theodor W. Adorno, Dialéctica negativa, trad. J. M. Ripalda (Ma
drid: Taurus, 1975), p. 157.
w Adorno, Philosophy of Modern Music, p. 102.
" Theodor W. Adorno, ras. sobre Husserl, 1934-1937, Frankfurt am
Main, legado de Adorno, p. 34 (artículo de 1937).
“ Ibid,, p. 149.
Adorno, hasta donde yo puedo ver, nunca viajó por el simple deseo de
ver. Europa le resultaba enteramente suficiente. Ni la jtndia, ni China,
ni el Tercer Mundo, ni las democracias populares, ni los movimientos
obreros.42
. THEODOR W. ADORNO
Obras completas
Ea3 obras siguientes, escritas antes de que Adorno fuera miembro oficial
del Instituto d e' Frankfurt, han sido consultadas. Los documentos ori
ginales forman parte del legado de Adorno, Frankfurt am Main. Se han
señalado fechas y lugares de republicaciones.
1920
“Expressionismus und künstlerische Wahrhaftigkeit: Zur Kritik neuer
Dichtung.1’ Die Neue Schaubühne [Dresden] 2, 9 (1920): 233-236,
Repubücado en GS 11 (1974), pp. 609-611.
1921
“ ‘Die Hochzeit des Faun’: Grundsatzliche Bemerkungen zu Bernhard
Sekles’ neuer Oper.” Neue Blatter für Kunst und Literatur [Frankfurt
am Main] 4 y 5 (1921-1922): 61-62 y 68-70.
1922
“Paul Híndemith.” Neue Blatter für Kunst und [Literatur 4, 7 (1921-
1922): 103-106. Republicado en Impromptus (1968), pp. 53-57.
1924
“Die Transzendenz des Diuglichen und Noematischen in Husserls Fha-
nomenologie.” Disertación, Universitat Frankfurt am Main, 1924. Pu
blicado por primera vez en GS 1 (1973), pp. 7-77.
1925 ¿
“Alban Berg: Zur Uraufführung des ‘WozzeckV’' Musikblátter des An~
bruch [Viena] 7, 10 (1925): 531-537,
“Hanns Eisler: Dúo für Violine und Violoncell, op. 7, Nr. 1,” Musik-
blatter des Anbruch 7, 7, Sonderheft Italien (1925): 422-423.
“Die Serenade: Zur Aufführung vori Schonbergs Serenade in Venedig.”
Pulí und Taktstock [Viena] 2, 7 (1925): 113-118.
“Über einige Werke von Béla Bartók.” Zeitschrift für Musik 92, 7/8
(1925): 428-430.
“Zeitgenossísche Musik in Frankfurt am Main.” Zeitschrift für Musik
92, 4 (1925): 216-218.
“Zum Problem der Reproduktion: Fragmente.” Pult und Taktstock 2,
4 (1925): 51-55.
1926
“Drei Dirigenten.” Musikblátter des Anbruch 8, 7 (1926): 315-319.
“Kammermusik von Paul Hindemith,” Die Musik 19, (1926-1927): 24-
28, Republicado en Impromptus (1968), pp. 58-62.
“Metronomisierung.” Pult und Taktstock 3, 7/8 (1926): 130-134. Repu
blicado en Impromptus (1968), pp. 146-149.
“Opernprobleme: Glossiert nach Frankfurter Auffülirungen.” Musikblát
ter des Anbruch 8, 5 (1926): 205-208.
“Antón Webern; Zur Aufführung der fünf Orchesterstücke in Zürich.”
Musikblátter des Anbruch 8, 6 (1926): 280-282.
1927
“Der Begriff des Unbewussten in der transzendentalen Seelenlehre.”
Primera Habilitationsschrift (no aceptada), Universitat Frankfurt am
Main, 1927. Publicada por primera vez en GS 1 (1973), pp. 79-322.
‘'Motive” [I], Musikblátter des Anbruch 9, 4 (1927): 161-162. Republica
do en Quasi una Fantasía (1963), pp. 19-21.
“Orchesterstücke op. 16.” Pult und Taktstock 4, Sonderheft Amold Schon
berg und seine Orchestenverke (1927): 36-43,
1928
“Hindemiths *Cardillac\ ..” [Primeras palabras del texto.] Neue Musik-
Zeitung [Stuttgart] 49, 22 (1928): 706-707. *
“Marginalien zur Sonata von Alexander Jamnitz.” Neue Musik-Zeitung
49, 12 (1928): 387-390.
“Motive IX; Motive III.” Musikblátter des Anbruch 10, 6 y 7 (.1928):
199-202 y 237-240. Republicado en Quasi una Fantasía (1963), pp.
21-29.
“Nadelkurven.” Musikblátter des Anbruch 10, 2 (1928): 47-50.
“Schonbergs Blaserquintett.” Pult und Taktstock 5 (1928): 45-49. Repu
blicado en Moments Musicaux (1964), pp. 161-166.
“Schubert.” Die Musik 21, 1 (1928-1929): 1-12. Republicado en Moments
Musicaux (1964), pp. 18-36, . ;
1929
“Atonales Intermezzo?” Anbruch 11, 5 (1929): 187-193. Nota: Musik -
blatter des Anbruch [Viena] se llamó Anbruch desde el volumen 11
(1929).
“Hanns Eisler: Zeitungsausschnitte. Für Gesang und Klavier, op. 11.”
Anbruch 11, 5 (1929): 219-221.
“Glosse zu Richard Strauss.” Anbruch 11, 6 (1929): 250-251. Republica
do en Quasi una Fantasía {1963), pp. 54-57.
“Motive IV: Musik von aussen.” Anbruch 11, 9/10 (1929): 335-338.
Republicado en Quasi una Fantasía (1963), pp. 29-35.
“Nachtmusik.” Anbruch 11, 1 (1929): 16-23. Republicado en Moments
A'lusicaux (1964), pp. 58-66.
“Die Oper Wozzeck.” Der Scheinwerfer: Blatter dei Stddtischen Büh-
nen Essen 3, 4 (1929-1930): 5-11.
“Sclilageranalysen.” Anbruch 11, 3 (1929): 108-114.
“Kurt Weill: Kleine Dreigroschenmusik für Blasorchester,” Anbruch
11, 7/8 ( 1929): 316-317.
“Zur Zwolftontechník.” Anbruch 11, 7/8 (1929): 290-294. Republicado
en Theodor W. Adorno und Ernst Krenek : Briefwechsel (1974), pp.
167-173.
1930
[Con Ernst Krenek.] “Arbeitsprobleme des Komponisten: Gesprach über
Musik und soziale Sitúati on.” Frankfurter Zeitung, 10 de diciembre,
1930, pp. 1-2. Republicado en Theodor W. Adorno und Ernst Kre
nek: Briefwechsel (1974), pp. 187-193.
“Bewusstsein des Konzerthorers.” Anbruch 12, 9/10 (1930): 274-275.
“Kierkegaard prophezeit Chaplin.” Frankfurter Zeitung, May 22, 1930,
p. 1...Republícado en Ohne Leitbild (1967), pp. 89-90.
“Kontroverse über die Heiterkeit.” Anbruch 12, 1 (1930): 19-21.
“Mahagonny,” Der Scheinwerfer: Blatter der Stddtischen Bühnen Essen
3, 14 (1929-1930): 12, 15. Republicado en Moments Musicaux (1964),
pp. 131-140,
“Mahler heute.” Anbruch 12, 3 (1930): 86-92.
“Motive V: Hermeneutik.” Anbruch 12, 7/8 (1930): 235-238. Republi
cado en Quasi una Fantasía (1963), pp. 35-38.
“Neue Tempi.” Pult und Taktstock 7, 1 (1930): 1-7, Republicado en
Moments Musicaux (1964), pp. 74-83.
“Notiz über Ñamen.” Frankfurter Zeitung , 7 de agosto de 1930, p. 1.
“Ravel.” Anbruch 12, 4/5 (1930): 151-154. Republicado en Moments
Musicaux (1964), pp, 67-73.
“Reaktion und Fortschritt.” Anbruch 12, 6 (1930): 191-195. Republícado
en Moments Musicaux (1964), pp. 153-160.
“Arnold Schonberg: Von heute auf morgen: Uraufführung in Frankfurt
am Main.” Die Musik 22, 6 (1929-1930): 445-446.
“Transatlantíc.” [Sobre la ópera de George Antheil.] Modern Music [Nue
va York] 7, 4 (1929-1930): 38-41.
1931
“Die Aktualitát der Philosophie.” Antrittsvorlesung, Universitat Frankfurt
am Main, 1931. GS 1 (1973), pp. 325-344.
“Applaus; Galerie” Die Musik 23, 6 y 8 (1930-1931): 467 y 626. Repu
blicado en Quasi una Fantasía (1963), pp. 94-99.
“Berg and Webern: Schonberg’s Hcírs.” Modern Music 8, 2 (1930-1931):
29-38.
“Rede über den 'Raritatenladen’ von Charles Dickens.” Frankfurter Zei
tung, 18 de abril, 1931, pp. 1-2.
. 1932
“Exkurse zu einem Exkurs.” Der Scheinwerfer: Blatter der Stddtischen
Biilmen Essen 5, 9/10 (1931-1932): 15-18.
“Die Idee der Naturgeschichte.” Vortrag vor der Frankfurter Ortsgruppe
der Kant-Gesellschaft, 15 de julio de 1932, publicado por primera
vez en GS 1 (1913), pp. 345-365.
“Kleiner Zitatenschatz ” Die Musik 24, 10 (1931-1932): 734-738. Repu
blicado en Quasi una Fantasía (1963), pp. 38-41.
“Kritik des Musikanten.” Frankfurter Zeitung, 12 de marzo de 1932, pp.
1-2. Republicado en Impromptus (1968), pp. 63-70.
“Antón V/eibem.” Schweizerische Musikzeitung und Sdngerblatt 72, 22
(1932): 679-683. Republícado en Impromptus (1968), pp. 45-50.
“Zur Deutung Krenebs,” Anbruch 14, 2/3 (1932): 42, 44-45. Republicado
en Theodor W, Adorno und Ernst Krenek: Briefwechsel (1974), pp.
194-198.
“Zur gesellschaftlíchen Lage der Musik.” Zeitschrift für Sozialforschung.
Parte i: 1, 1/2 (1932): 103-124; parte n: 1, 3 (1932): 356-378.
“Zur Naturgeschichte des Theaters: Fragmente,” Blatter des Hessischen
Landestheaters Darmstadt 9 y 13 (1931-1932): 101-108 y 153-156.
1933
Kierkegaard: Konstruktion des Aesthetischen. Tübingen: Verlag von J.
C. B. Mohr, 1933. Republicado en 1962 y 1966,
“Abschied vom Jazz.” Europaische Revue [Berlín] 9, 5 (1933): 313-316.
“Das Foyer: Zur Naturgeschichte des Theaters.” Blatter des Hessischen
Landestheaters Darmstadt 8 (1932-1933): 98-100. Republicado en
Quasi una Fantasía (1963), 107-110.
“Vierhandig, noch einmal.” Vossische Zeitung , 19 de diciembre, 1933,
pp. 5-6. Republicado en impromptus (1968), pp. 142-145.
1934
“Der dialektische Komponist.” En Arnold Schonberg zum 60. Geburtstag,
13 September 1934 [folleto], Viena, 1934. Pp. 18-23. Republicado en
Impromptus (1968), pp. 39-44.
1935
“Bine Geschichte der Musikasthetik.” Der Auftakt [Praga] 15, 1/2 (1935):
16-18.
“Zur Stilgeschíchte” Der Auftakt 15, 5/6 (1935): 65-67.
1936
[Seud: Hektor Rottweüer.] “Erinnerung an den Lebeiiden.” 23: Eine
Wiener Musikzeitschrift [Viena] 24/25 (1936): 19-29. Revisado en
1968 y republicado en GS 13 (1971), pp. 335-367.
[Seud: Hektor Rottweüer.] “Marginalien zu Mahler.” 23: Eine Wiener
Musikzeitschrift 26/27 (1936): 13-19.
[Seud: Hektor Rottweüer.] “Musikpádagogische Musik: Brief an Ernst
Krenek.” 23: Eine Wiener Musikzeitschrift 28/30 (1936); 29-37, Re
publicado en 1Theodor W. Adorno und Ernst Krenek: Briefwechsel
(1974), pp. 215-223.
[Seud: Hektor Rottweüer.] “Über Jazz.” Zeitschrift für Sozialforschung
5, 3 (1936): 235-257. Republicado en Moments Musicaux (1964), pp.
84-115-
[Seud: Hektor Rottweüer.] “Zur Lulu-Symphonie.” 23: Eine Wiener
Musikzeitschrift 24/25, Alban Berg zum Gedenken (1936): 5-11. Re
publicado en GS 13 (1971), pp, 472-477.
1937
Análisis de las obras de Berg. En Willi Reích. Alban Berg: MU Bergs
eígenen Schriften und Beitrdgen van Theodor Wiesengrund-Adorno
und Ernst Krenek. Viena: Herbert Reichner Verlag, 1937, Pp. 21-106.
Republicado en GS 13 (1971), pp. 374-401; 408-428; 451-462.
[Seud: Hektor Rottweüer.] “Ensemble.” 23: Eine Wiener Musikzeitschrift
31/33 (1937): 15-21. Republicado en Quasi una Fantasía (1963),
pp. 44-52. i
“Spátstil Beethovens.” Der Auftakt 17, 5/6 (1937): 65-67. Republicado
en Moments Musicaux (1964), pp. 13-17.
1938
“Über den Felischcharakter in der Musik und die Regression des Horens.”
Zeitschrift für Sozialforschung 7, 3 (1938): 321-355. Republicado en
Dissonanzen (1956), pp. 9-45, y en GS 14 (1973), pp. 14-50,
Han sido consultadas las siguientes ediciones. Cuando difieren las fechas
originales de publicación, se dan entre corchetes.
Manuscritos:
Cintas magnetofónicas:
Correspondencia:
Trabajos en ^colaboración:
Adorno, T. W., Else Frenkel-Brunswik, Daniel J, Levinson y R. Nevitt
Sanford. The Authoritarian Personality. Vol. 1 de Studies in Prejudice,
editado por Max Horkheimer y Samuel H. Flowerman, Social Studies
Series, publicación núm. m. Nueva York: Harper & Brothers, 1950.
Adorno, Theodor W,, y Hanns Eisler. Komposition für den Film [1944].
Munich: Rogner & Bemhard, 1969.
Horkheimer, Max, y Theodor W. Adorno. Dialektik der Aufklarung.
Amsterdam: Querido Verlag, 1947. Traducido como Dialectic of En-
lightenment por John Cumming. Nueva York: Herder and Herder,
1972.
[Horkheimer, Max, y Theodor W. Adorno.] Soziologische Exkurse. Ins
tituí für Sozialforschung, Frankfurter Beitráge zur Soziologie, editado
por Theodor W. Adorno y Walter Dirks, vol. 4. Frankfurt am Main,
Europáische Verlagsanstalt, 1956.
Theodor W Adorno und Ernst Krenek: Briefwechsel. Editado por
Wolfgang Rogge. Frankfurt am Main: Suhrkamp Verlag, 1974.
WALTER BENJAM IN
MAX HORKHEIMER
MEMORIAS Y RECUERDOS
OBRAS s e g u n d a r ia s : l ib r o s y p u b l ic a c io n e s p e r ió d ic a s