Lo Maravilloso Como Categoría Literaria
Lo Maravilloso Como Categoría Literaria
Lo Maravilloso Como Categoría Literaria
1988
Jorge Marcone
1.2. La noción más al uso de "realismo mágico" recogió, entre los auto-
res representantivos de este movimiento, los nombres de Uslar Pietri, Asturias,
Rulfo, García Márquez, Nicolás Guillén, y Borges y Cortázar (por algunos tex-
tos tales como "Funes el memorioso", "El muerto" y "El zahir"; e "Instruc-
ciones para subir las escaleras" y "Las armas secretas", respectivamente).
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( ...) En la literatura fantástica lo sobrenatural irrumpe en un mundo
sujeto a la razón. En el realismo mágico 'el misterio no desciende al
mundo representado, sino que se esconde y palpita tras él'. Para captar
los misterios de la realidad el escritor mágicorealista exalta sus sentidos
hasta un estado límite que le permite adivinar los inadvertidos matices
del mundo externo, ese multiforme mundo en que vivimos.
(Leal, 1967: pp. 234-235).
Los principales errores en estas definiciones del realismo mágico son las
siguientes:
( ... ) El régimen causal del realismo maravilloso está dictado por la dis-
continuidad entre causa y efecto (en el espacio, en el tiempo, en el or-
den de grandeza).
(Op. Cit. pp. 87-88).
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la modificación o la transgresión de un conjunto de sistemas normativos. En
el caso de Carpentier, el sistema normativo en cuestión es el del surrealismo.
En el año 1943 visita Haití y queda sorprendido del mundo mágico, sin-
crético donde hallaba en estado vivo todo lo que los surrealistas habían inten-
tado fabricar en base a artificios. En 1945 llega a Venezuela y su conocimien-
"to de América se amplía al contacto con la geografía y pueblos venezolanos.
( ... ) Parte del problema reside en el hecho de que este tipo de ideolo-
gía literaria nacionalista (aquella que consiste en volver a valorizar lo
que precisamente el colonizador deseaba destruir), solamente parece re'
velarse en el contacto con la cultura misma del Colonizador. Carpentier,
Asturias y Césaire 'optan' por un retorno a sus legados culturales autóc-
tonos, a partir de un largo aprendizaje y 'exilio' voluntario en Europa
( ...) Sin embargo, esta nueva 'concientización' que se está formulan-
do entonces, aparece necesariamente diluida por los valores de la metró-
poli europea y refleja -a menudo inconscientemente- sus prejuicios.
(Karp-Toledo, 1982: p. 101).
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Esta definición da cuenta perfectamente del acontecimiento presentado
por Carpentier como "real maravilloso". Es un hecho que, a pesar de haber
ocurrido en el pasado, es nuevo para una conciencia que por primera vez lo re-
gistra. No integra el conjunto de hechos jac tic os incluidos en la noción de rea-
lidad. A pesar de su facticidad, la representación de tales hechos en un relato
literario ficcional es problemática para los receptores. El conflicto no radica
en que una determinada comunidad cultural haya ignorado su ocurrencia -la
noción de realidad de una comunidad es necesariamente reductora y parcial--
sino en que tales hechos son la realización de posibilidades no contempladas
o sólo contempladas como remotas. El contexto de causalidad en el que uno
se fía al actuar es resultado del conjunto de hechos y objetos fácticos que in-
tegran la noción de realidad. Los más insólitos (ni esperables ni predecibles)
modifican necesariamente el contexto de causalidad.
Entre los ejemplos más citados por Carpentier en los que se manifiesta
lo "real maravilloso americano" podemos mencionar:
1:;
( ... ) El cochecillo negro de Benito Juárez, en que Benito Juárez lleva a
toda la nación de México sobre cuatro ruedas, a través de las carreteras
de la nación, sin despacho, sin lugar donde escribir, sin palacios, sin des-
canso, y desde ese cochecito logra vencer los tres imperios más podero-
sos de la época.
(Ibid.)
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una ampliación de las escalas y categorías de la realidad, percibidas con
particular intensidad en virtud de una exaltación del espíritu que lo
conduce a un modo de 'estado límite'. Para empezar, la sensación de lo
maravilloso presupone una fe. Los que no creen en santos no pueden
curarse con milagros de santos ...
(Carpentier, 1958 [1949]: p. 7)
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( ...) En él se narra una sucesión de hechos extraordinarios, ocurridos
en la isla de Santo Domingo, en determinada época que no alcanza el
lapso de una vida humana, dejándose que lo maravilloso fluya libremen-
te de la realidad estrictamente seguida en todos sus detalles. Porque es
menester advertir que el relato que va a leerse ha sido establecido sobre
una documentación extremadamente rigurosa que no solamente respeta
la verdad histórica de los acontecimientos, los nombres de los persona-
jes -incluso secundarios-, de lugares y hasta de calles, sino que oculta,
bajo su aparente intemporalidad, un minucioso cotejo de fechas y cro-
nologías. Y sin embargo, por la dramática singularidad de los aconteci-
mientos, por la fantástica apostura de los personajes que se encontraron
en determinado momento, en la encrucijada mágica de la Ciudad del Ca-
bo, todo resulta maravilloso en una historia imposible de situar en Euro-
pa, y que es tan real, sin embargo, como cualquier suceso ejemplar de
los consignados, para pedagógica edificación, en los manuales escolares.
¿Pero qué es la historia de América toda sino una crónica de lo real ma-
ravilloso?.
(Carpentier, 1958 [1949]: p.ll).
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de combinar distintos tipos de modificaciones de modalidades que supongan
la coexistencia problemática de elementos de distintos mundos en el interior
del mundo ficcional?
3.2. En esta novela existe otra forma más de revelar aspectos desconoci-
uos de la realidad. En algunos pasajes de El reino de este mundo el narrador
representa o menciona percepciones de personajes para quienes están vigentes
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modelos del mundo distintos a los vigentes para los receptores. El modelo del
mundo impuesto a los receptores en su proceso de socialización es, inevitable-
mente, un modelo reductor y parcial. Confrontado con otros modelos que
proceden de otros horizontes culturales, este modelo deja al descubierto sus
vacíos y simplificaciones. Las percepciones y comparaciones de estos persona-
jes muestran aspectos posibles de la realidad, pero que no son fundamentales
en el conjunto de valores impuestos en el proceso de socialización.
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ficcional cuestiona la frontera entre lo posible y lo imposible, pero este cues-
tionamiento no se realiza explícitamente en el texto puesto que o algunos
personajes son 'ciegos' ante los prodigios y otros creen en ellos, o el narrador
utiliza indistintamente y sin diferenciarlas las perspectivas de personajes con
nociones de realidad disímiles. Los imposibles que son presentados como rea-
les pertenecen al mundo ilusorio del vudú, vodú o vaudou, conjunto de su-
persticiones vigentes para un amplio sector de población negra en Haití.
En este relato existe un narrador exterior a la historia que narra (no par-
ticipa en ella como personaje), que realiza una narración no-focalizada. Es el
clásico narrador 'omnisciente' que tiene acceso a la conciencia perceptiva y
reflexiva de uno o varios personajes, pero que nunca 'cede' la focalización a
uno de ellos sino que resume, reordena o interpreta los procesos interiores y
los refiere con sus propias palabras.
- ¡Mackandal sauvé!
Pv -+ Prv + 1 -+ Prv
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Así como el pasaje que hemos analizado, hay otros más en El reino de
este mundo en los cuales los imposibles son presentados como fácticos o po-
sibles según lo relativamente verosimil. Por ejemplo en el capítulo III, parte 1:
ante el asombro de Ti Noel y la calma de Mackandal, la hechicera Mamá Loi
hunde sus brazos en una olla con aceite hirviendo sin que esto le produzca do-
lor o daño alguno: 1 __,. F. Las historias de licantropías que en el mismo lugar
Mackandal había contado anteriormente son consideradas, a partir de este
momento, como posibles: 1 __,. Prv. Capítulo IV, parte 1: Mackandal, conside-
rado a estas alturas por los negros como el Señor del Veneno, desaparece du-
rante cuatro años sin que los destacamentos militares puedan hallarlo en nin-
gún rincón de la isla porque, según los esclavos negros, se transforma en dis-
tintos seres para escapar de sus enemigos: 1 __,. Prv.
Capítulo 1, parte III: Ti Noel aprende a conversar con las cosas: 1 __,. Prv.
Capítulo V, parte 111: Cornejo Breille, a quien Henri Cristophe había manda-
do emparedar, se aparece ante él, la reina María Luisa y el padre Juan de Dios
Gonzáles y causa la parálisis del rey: I __,. F. Capítulo III, parte IV: Ti Noel,
a quien el pueblo venera como un "rey", se transforma en ave, garañón, avis-
pa, hormiga y ganso: 1 __,. Prv.
Para afirmar que en El reino de este mundo hay pasajes que correspon-
den al tipo ficcional fantástico, no basta con hacer un inventario de los impo-
sibles que aparecen modificados. Es necesario mostrar que tales objetos y
acontecimientos ocurren en un mundo que está sujeto a una causalidad rigu-
rosa, se ubican en un marco de normalidad. La manera habitual de represen-
tarlo, que es la fundamental en este texto, es la de modificar las modalidades
de objetos y hechos posibles presentándolos como fácticos en el texto. Otro
procedimiento, que ya hemos explicado anteriormente, es el de hacer referen-
cia a hechos y objetos de los que los receptores tienen certeza que han ocurri-
do u ocurren. En este caso se menciona, por ejemplo, la Ciudad del Cabo,
Santiago de Cuba y otros lugares de Haití, y la rebelión del jamaiquino Bouck-
man.
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integran el conjunto de hechos fácticos que verosimilizan lo posible del mun-
do ficcional, contribuyen a verosimilizar la ficción fantástica en la medida en
que, si h<ln ocurrido hechos a los que normalmente se les hubiese atribuido la
modalidad de lo Prv o inclusive lo/, entonces también es posible que ocurran
otros más, como los imposibles fantásticos narrados en este relato. Al configu-
rar un marco de normalidad hacen factible la inclusión de imposibles que lo
arruinen.
Esta noción de realidad mantiene, por otra parte, una rígida frontera
entre lo considerado real (fáctico y posible) y lo considerado irreal (imposi-
ble) y una estricta jerarquía en el ámbito de lo posible (Pn, Pv y Prv), que pre-
tende tener validez para todas las realidades sociales y geográficas del orbe. El
contexto de causalidad en el que se fían al actuar los miembros de esta comu-
nidad está sustentado en un conjunto de hechos fácticos en donde no están
incluidos los hechos "insólitos" de lo real maravilloso americano. O, si son
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conocidos, estos hechos se consideran como excepcionalidades que expresan
posibilidades relativamente verosimiles.
4.3. El tipo ficcional real maravilloso, tal como ha sido definido aquí,
es subsumible en el tipo ficcional de lo extraño que presenta T. Todorov:
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En términos de los criterios clasificatorios para una tipología de tex-
tos literarios ficciona_les que han sido utilizados en este t[abaio, podemos
precisar algunas de las nociones de la propuesta de Todorov. Los aconteci-
mientos "increíbles, extraordinarios, chocantes, ... " que pueden explicarse
por las leyes de la razón, son, en otras palabras, acontecimientos que en la no-
ción de realidad de los receptores pertenecen al ámbito de lo Prv. A pesar de
que no estamos de acuerdo con T. Todorov en que la reacción del "miedo"
sea definitoria del tipo ficcional fantástico y menos aún de lo extraño, su in-
clusión conlleva la afirmación implícita de la necesidad de la combinación de
modificaciones de modalidades 1 _,. Prv + Pv _,. Prv, para lo fantástico, y
Pv _,. F + Prv _,. F para lo extraño. El "miedo" es una reacción esperable en
los personajes sólo si lo imposible o lo Prv coexisten, en el mundo ficcional,
con loPv.
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5. LAS MODIFICACIONES DE MODALIDADES Y EL MUNDO FICCIO·
NAL EN CIEN AÑOS DE SOLEDAD DE G. GARCIA MARQUEZ
En la sección anterior hemos propuesto una definición de lo real mara-
villoso como tipo literario ficcional basada en las reflexiones carpenterianas
sobre lo "real maravilloso americano" y en las modificaciones de modalidades
realizaüas en algunos de sus relatos, especialmente en El reino de este mundo,
y en Hombres de ma{z de M.A. Asturias.
( ... ) Por último llegó hasta el lugar donde Melquíades solía plantar su
tienda, y encontró un armenio taciturno que anunciaba en castellano un
jarabe para hacerse invisible. Se había tomado de un golpe una copa de
la sustancia ambarina, cuando José Arcado Buendía se abrió paso a em-
pujones por entre el grupo absorto que presenciaba el espectáculo, y al-
canzó a hacer la pregunta. El gitano lo envolvió en el clima atónito de
su mirada, antes de convertirse en un charco de alquitrán pestilente hu-
meante sobre el cual quedó flotando la resonancia de su respuesta: 'Mel-
quiades murió'. Aturdido por la noticia, José Arcadio Buendía perma-
neció inmóvil, tratando de sobreponerse a la aflicción, hasta que el gru-
po se dispersó reclamado por otros artificios y el charco del armenio ta-
citurno se evaporó por completo.
(Op. Cit. p. 22)
Por último, los imposibles que Vargas Llosa llama 'fantásticos' también
rompen el orden reconocido como natural, pero se diferencian de los anterio-
res en que no son aceptados por ninguna legalidad oficial o no oficial que
acepte lo sobrenatural. Su postulación implica que es posible que ocurra lo
imposible sin mayores explicaciones. Son aptos para ficciones fantásticas en
la misma medida en que los otros imposibles; si coexistiesen con el mundo
apropiado de la normalidad.
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moverlo. Una cazuela de agua colocada en la mesa de trabajo hirvió sin
fuego durante media hora hasta evaporarse por completo. José Arcadio
Buendía y su hijo observaban aquellos fenómenos con asustado alboro-
zo, sin lograr explicárselos, pero interpretándolos como anuncios de la
materia. Un día la canastilla de Amaranta empezó a moverse con un
impulso propio y dio una vuelta completa en el cuarto, ante la conster-
nación de Aureliano, que se apresuró a detenerla. Pero su padre no se al-
teró. Puso la canastilla en su puesto y la amarró a la pata de una mesa,
convencido de que el acontecimiento esperado era inminente.
(Op. Cit. pp. 37-38)
5 .2. Entre los elementos de esta novela que más llaman la atención se
encuentra el hecho de que los personajes, en su mayoría, apenas si se sorpren-
den ante los imposibles de cualquier tipo que se encuentran a cada paso.
Cuando asisten a un prodigio, los personajes o no se asombran o pasan por el
asombro fugazmente para terminar aceptando el prodigio como real, sin mo-
dificar en absoluto su noción de realidad. Aparentemente, entonces, los habi-
tantes de Macando aceptan la existencia de poderes y objetos sobrenaturales
aunque no comprendan la causalidad que los rige. Los incluyen en su vida co-
tidiana, los toman con naturalidad a pesar de que los reconocen como acon-
tecimientos sobrenaturales.
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Simplificando y reduciendo el mundo ficcional de la novela, podemos
decir que Macando es un pueblo como muchos en Latinoamérica y la familia
Buendía es una familia como tantas de las que viven en estos pueblos, pero lo
ocurrido en este mundo macondino rebasa lo considerado verosímil en la rea-
lidad americana, aún para aquellos que se complacen en reconocer lo real ma-
ravilloso de la realidad americana. Lo real maravilloso que Carpentier pudo
encontrar en la realidad americana ha sido asumido y ampliado en este relato.
A las maravillas que son posibles en la realidad americana se han sumado ele-
mentos propios de los mitos y de la literatura oral popular: incestos, viajes,
fundaciones, etc. Alteraciones del orden cronológico, acumulación de histo-
rias, repetición de historias de otros textos literarios y aun de La Biblia, Las
mil y una noches y las novelas de caballerías.
5 .4. En Cien años de soledad coexisten, sin problemas para los recepto-
res, imposibles y posibles de su noción de realidad, debido a que estos últimos
no logran conformar un marco de normalidad que suscite la ilusión de que es-
tá de acuerdo con el mundo de la experiencia de los receptores.
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6. Cabe preguntarse al final del análisis de la constitución de los mun-
dos ficcionales de El reino de este mundo y de Cien años de soledad si la deli-
mitación de un tipo ficcional real maravilloso es realmente necesaria en los es·
tudios de la narrativa hispanoamericana contemporánea. ¿Existe un conjunto
de obras cuyos mundos ficcionales puedan ser clasificados dentro de este tipo
ficcional? o ¿hemos elaborado un modelo de análisis que sólo es pertinente
para el conjunto de obras de un solo autor? Sólo futuros análisis podrán decir-
nos si la definición teórica de este tipo ficcional se ajusta a la realidad de los
mundos ficcionales de mucha de la narrativa hispanoamericana.
Tal vez el error más común, que ya hemos mencionado aquí anterior-
mente, ha sido no reconocer que muchos textos que utilizaron alguna legali-
dad de lo sobrenatural, de origen tradicional americano, son perfecta y nece-
sariamente clasificables como ficciones fantásticas. Tal vez el error más grave
es que, por esta imprecisión en la definición del supuesto tipo literario ficcio-
nal real maravilloso, hasta los mitos y las narraciones tradicionales han sido
considerados como tales. Alguna actitud debemos tomar frente a una noción
que, salvo algunos lugares comunes, ya no nos dice nada específico sobre el
conjunto de la narrativa hispanoamericana contemporánea y que, más bien,
tiende a confundirla.
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