La Problemática de La Naturaleza Del Contrato Kuntur Wasi
La Problemática de La Naturaleza Del Contrato Kuntur Wasi
La Problemática de La Naturaleza Del Contrato Kuntur Wasi
El Decreto Legislativo 1224, en el artículo 11.1 del Decreto Legislativo, define a las APP como
“modalidades de participación de la inversión privada en las que se incorpora experiencia,
conocimientos, equipos, tecnología, y se distribuyen riesgos y recursos, preferentemente
privados, con el objeto de crear, desarrollar, mejorar, operar o mantener infraestructura
pública, proveer servicios públicos y/o prestar los servicios vinculados a éstos que requiera
brindar el Estado”. El surgimiento de las APP se da principalmente porque hasta la fecha se
acredita al inversionista privado como el más apto para realizar las funciones u obras que
esencialmente las debe hacer el Estado, pero no puede por diferentes motivos. En ese sentido,
mediante los contratos de APP, las dos partes, el concesionario (privado) y el concedente (el
Estado) se distribuyen entre sí funciones y riesgos, siendo así que “el concesionario busca el
financiamiento y el Estado se compromete al pago en cuotas del costo de inversión,
mantenimiento y operación, las que son reducidas por cobros directos a los usuarios.
Vasallo e Izquierdo añade que una APP no es solo la unión o cooperación del sector público y
privado; no obstante, para que se configure una APP es necesario la presencia de otras
características a la par. Es así que, de modo general, “las APP requieren algo más que la simple
colaboración entre el sector público y privado para la construcción, el mantenimiento y la
explotación de una infraestructura (…) van mucho más allá de la mera relación entre ambos
sectores, en la medida en que implican no solo una relación sino una colaboración con la
finalidad de lograr un máximo bienestar social”.
Pero el caso del contrato llamado Aeropuerto de Chinchero, fue dado bajo la modalidad de
una APP cofinanciada, según el contrato mismo, de donde se desprende como se mencionó en
el segundo párrafo que los riesgos se encuentran distribuidos de manera adecuada entre la
empresa privada y el Estado y que realizados bajo el régimen de las APP nacen bajo el ideal de
ser una cooperación entre el privado y el Estado para el desarrollo de obras que beneficiaran al
cumplimiento de las necesidades públicas que en la gran mayoría de casos no pueden ser
realizadas por el Estado, debido a que este no cuenta con la especialización en la materia o
porque no cuenta con los recursos monetarios para realizar obras de gran infraestructura.
En este sentido, se puede inferir que el contrato original del aeropuerto de Chinchero fue
impreciso y como resultado de ello sobrevino una adenda que supuso ser la última actuación
definitiva para la resolución de mencionado contrato. Asimismo, de acuerdo a la doctrina
autorizada se desprende que la adenda era perjudicial a los intereses del Estado, ya que de la
misma se desprende que no se trataba de una obra realizada por una APP sino que por la
transferencia de riesgos se llegó a convertir en una obra pública. No obstante, no se termina
de configurar del todo en una obra pública, debido a la implicancia de la firma del contrato
bajo la modalidad de APP que permite que el privado se quede en concesión por 40 años, no
siendo una prestación recíproca de pago y entrega, como lo es en concreto un contrato de
obra pública. En conclusión, se produce una desnaturalización a la figura de la APP y lo que
necesita este proyecto que resulta ser de gran envergadura para nuestro país es que se
ejecute bajo la modalidad de las APP, pero en estricto cumplimiento de su naturaleza,
características y principios, para evitar así que en futuros casos los intereses del Estado se vean
nuevamente afectados.