El Regalo Del Tiempo
El Regalo Del Tiempo
El Regalo Del Tiempo
Texto:
"Ecl 3:1 Hay un tiempo señalado para todo, y hay un tiempo para cada
suceso bajo el cielo:
Ecl 3:2 tiempo de nacer, y tiempo de morir; tiempo de plantar, y tiempo
de arrancar lo plantado; Ecl 3:3 tiempo de matar, y tiempo de curar;
tiempo de derribar, y tiempo de edificar; Ecl 3:4 tiempo de llorar, y
tiempo de reír; tiempo de lamentarse, y tiempo de bailar; Ecl 3:5 tiempo
de lanzar piedras, y tiempo de recoger piedras; tiempo de abrazar, y
tiempo de rechazar el abrazo; Ecl 3:6 tiempo de buscar, y tiempo de dar
por perdido; tiempo de guardar, y tiempo de desechar; Ecl 3:7 tiempo de
rasgar, y tiempo de coser; tiempo de callar, y tiempo de hablar; Ecl 3:8
tiempo de amar, y tiempo de odiar; tiempo de guerra, y tiempo de paz".
Introducción:
1) ¿Qué es el tiempo?
4) Redimir el tiempo.
Madurez.
Si perdemos tiempo, este, jugará en contra nuestra. Cada etapa de la
vida tiene su debido crecimiento. Nunca paramos de crecer en esta vida,
a menos que nos estanquemos en una meseta. Se requiere tiempo para
crecer. Nadie nació maduro. La madurez psicológica y espiritual lleva
tiempo. Como también lleva tiempo sanar las heridas de la vida, muchos
tienen traumas y complejos que sanar y no va a suceder de la noche a la
mañana. Dice el doctor cristiano Henry Cloud: "El tiempo es un acto de la
gracia de Dios, ...el tiempo no es un lujo, sino una necesidad...el tiempo
es la manera de Dios de procurar la integridad perdida en el Edén". Esa
integridad perdida comienza a ser restaurada solo cuando recibimos a
Jesus como Señor de nuestras vidas. Ahí comenzará el proceso de
sanidad de nuestras heridas. Aprenderemos muchas cosas que nos
llevarán a una madurez emocional y espiritual. Si nosotros sabemos cómo
responder ante cada herida recibida, creceremos y nos desarrollaremos
bien, pero si no sabemos responder bien, emocionalmente no creceremos
y nos quedaremos estancados en esa experiencia hasta que la
resolvamos. También aprenderemos a confesar nuestros pecados y a
arrepentirnos, y recibir así el perdón que sana nuestra culpa. Y así vamos
creciendo en la vida. Dice en "1Pe 2:1 Desechando, pues, toda malicia,
todo engaño, hipocresía, envidias, y todas las detracciones, 1Pe 2:2
desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para
que por ella crezcáis para salvación..." Para poder crecer necesitamos
desechar las cosas que Pedro menciona aquí, una vez que nos libramos
del engaño, envidias, celos, enojos, etc, crecemos naturalmente. Saber
resolver nuestros dolores emocionales nos permitirá crecer sanos y llegar
a ser cada vez más maduros en nuestro ser. Dice en "Col 2:19 y no
asiéndose de la Cabeza, en virtud de quien todo el cuerpo, nutriéndose y
uniéndose por las coyunturas y ligamentos, crece con el crecimiento que
da Dios". Aquí vemos que Dios da el crecimiento por medio de Cristo y su
cuerpo. Nos necesitamos los unos a los otros para poder crecer. Somos
nutridos por el amor, la gracia y la verdad que nos demuestran nuestros
hermanos en la iglesia, y la unión espiritual con Cristo y sus miembros
producirán la madurez. Otra vez cito a Henry Cloud, dice: "Convertirse en
adulto es un proceso de tomar cada vez más poder y responsabilidad, nos
volvemos lo suficientemente mayores como para manejarlos... los adultos
toman sus propias decisiones sin el permiso de los demás, evaluan y
juzgan su propio desempeño, eligen sus propios valores y opiniones, o
estar en desacuerdo con los demás libremente y disfrutan las relaciones
sexuales con un conyugue equivalente". Llegar a la madurez, cosa que
nos lleva toda la vida, es la voluntad de Dios para nosotros, ser maduros
emocionalmente y espiritualmente es ser como Jesus.
Paciencia.
Conclusión: