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REVISTA DE PASTORAL LITÚRGICA
http://phase.cpl.es/
Director
José Antonio Goñi
Vinculada
al Instituto Consejo
Luis Fernando Álvarez, sdb (Madrid)
Superior
Dionisio Borobio (Salamanca)
de Liturgia Juan María Canals, cmf (Madrid)
de Barcelona,
REVISTA DE PASTORAL LITÚRGICA
Año 60
2020
Director
Vinculada José Antonio Goñi
al Instituto
Superior Consejo
Luis Fernando Álvarez, sdb (Madrid)
de Liturgia Dionisio Borobio (Salamanca)
de Barcelona,
REVISTA DE PASTORAL LITÚRGICA
Publicado por
Centre de Pastoral Litúrgica
+ Nàpols 346, 1. 08025 Barcelona
( 933 022 235 – wa 619 741 047
8 cpl@cpl.es – www.cpl.es
phase
año 60
enero – febrero – marzo 2020
núm. 355
Editorial
Unos cambios que apuntan mejoras (José Antonio
Goñi)......................................................................................... 5
Artículos
Maurizio Barba
El 50 aniversario del Misal Romano de Pablo VI: balance
y perspectivas de futuro...................................................... 7
Félix María Arocena
Filología, teología y culto. En torno a una oración colecta
de Cuaresma......................................................................... 39
Paula Marcela Depalma
Hacia la fe por los signos: Claves de sacramentología a
partir del cuarto evangelio.................................................. 53
Raúl García Herráez
¿Está justificada la comunión eucarística en las Celebra-
ciones dominicales en ausencia de presbítero?................ 61
Adolfo Ivorra
Notas teológicas sobre el episcopado en la antigüedad
cristiana................................................................................. 85
Puntos de vista
Domingo de la Palabra de Dios: escuchar a Jesús para tener
sus ojos y sus manos (Lino Emilio Díez Valladares)...... 101
Libros
Bibliografía reciente en español (José Antonio Goñi)..... 125
Andrés Pardo (ed.), Documentación litúrgica: Nuevo
Enquiridion de San Pío X (1903) al papa Francisco (Andrés
Pardo)................................................................................... 133
Fernando López Arias, Proyectar el espacio sagrado. Qué
es y cómo se construye una iglesia (Juan Javier Flores
Arcas)................................................................................... 134
Studium Legionense: A Mons. Julián López Martín en el L
aniversario de su Ordenación presbiteral y XXV de su Orde-
nación episcopal (Adolfo Ivorra)........................................ 136
Manuales SOMELIT. Curso medio 1 y 2 «per ritus et preces..»,
Ciudad de México 2019 (M. Fernando Sedano López) .. 138
In memoriam
Silvano María Maggiani, liturgista del rito (1947-2020)
(Juan Javier Flores Arcas).................................................... 139
*
Esta colaboración, preparada por el autor en italiano para la revista Phase,
ha sido traducida al castellano por Jordi Guardia.
1 Cf. A. Tabera, «Il nuovo Messale», en Aa.Vv., Il nuovo Messale. Atti della
XXII Settimana Liturgica Nazionale (Oropa, 30 agosto – 3 settembre 1971) (Litur-
gia – Nuova Serie 12), Padua: Messaggero di S. Antonio 1972, 23.
2 A.P. Frutaz, Messale, en Enciclopedia Cattolica VIII, 836. Frente a la
multitud de ediciones del Misal en uso simultáneamente en las diferentes
diócesis y familias religiosas, junto a la sobreabundancia de usos devociona-
les, supersticiosos e incluso simoníacos, el Concilio de Trento quiso que se
revisaran y corrigieran los libros litúrgicos, en particular el Misal. Un trabajo
así de revisión fue iniciada por Pío IV y llevada a término por Pío V, quien, en
1570, publicó el Missale Romanum ex decreto SS. Concilii Tridentini restitutum.
Las directrices de esta tarea reformadora están resumidas en la Constitución
apostólica Quo primum con la que el Papa aprobaba el Misal (cf. M. Sodi – A.M.
Triacca (eds.), Missale Romanum. Editio princeps (1570) (Monumenta Liturgica
Concilii Tridentini, 2), Ciudad del Vaticano: Libreria Editrice Vaticana 1998,
VII-XLVI); V. Raffa, Liturgia eucaristica. Mistagogia della Messa: dalla storia e
dalla teología alla pastorale pratica. Nuova edizione ampiamente riveduta e aggior-
nata secondo l’editio typica tertia del Messale Romano (Bibliotheca «Ephemerides
Liturgicæ». «Subsidia» 100), Roma: CLV-Edizioni Liturgiche 2003, 179; J.M.
Pommares, Trente et le Missel. L’évolution de la question de l’autorité compétente
en matière de Missels (Bibliotheca «Ephemerides Liturgicæ». «Subsidia» 94),
Roma: CLV-Edizioni Liturgiche 1997; C. Giraudo, «La reforma litúrgica a 50
anni dal Vaticano II. Parlare di “reforma della reforma” è un errore», La Civiltà
Cattolica (2016) IV, 432-445.
19 A. Bugnini, La riforma liturgica, 393. «El Misal Romano del Vaticano II sigue
siendo testigo de la tradición histórica en sus textos, ya que conserva en gran
parte los textos ya existentes en el Misal de san Pío V, procedentes a su vez
de los Sacramentarios romanos, y les une otros procedentes de las antiguas
tradiciones litúrgicas, ahora más conocidas, ya sea directamente como en el
caso de la Plegaria eucarística II procedente de la “Tradición apostólica” (s.
III), ya sea inspirándose en conceptos y estructuras de otras familias litúrgicas.
Además, para los textos nuevos, asume conceptos y formulaciones de los
Documentos conciliares, en los que se expresa la tradición viva de la Iglesia»
(cf. «Il Messale Romano nella tradizione liturgica del Rito Romano», Notitiæ
26 [1990] 519).
20 Pablo VI, «Littera apostolica motu proprio data Ministeria quædam (15
de agosto de 1972)», Acta Apostilicæ Sedis 64 (1972) 529-534; Pablo VI, «Littera
apostolica motu proprio data Ad pascendum (15 de agosto de 1972)», Acta
Apostolicæ Sedis 64 (1972) 534-540. Texto y comentario en Notitiæ 9 (1973) 4-37.
Cf. «Variationes in Institutionem generalem Missalis Romani inducendae»,
Notitiae 9 (1973) 34-38. «Emendationes in primam reimpressionem Missalis
Romani inductae», Notitiae 9 (1973) 41-42. «Aliae emendationes inducendae»,
Notitiae 9 (1973) 42-43.
21 Cf. «Variationes Missalis Romani», Notitiæ 11 (1975) 299-337.
47 Cf. M. Barba, «Le Messe rituali per altre circostanze particolari, votive
e dei defunti», Ephemerides Liturgicæ 117 (2003) 36-40 y también en Barba, Il
Messale Romano: tradizione e progresso, pág. 296-302.
48 Cf. M. Barba, «Le Messe rituali per altre circostanze particolari, votive
e dei defunti», Ephemerides Liturgicæ 117 (2003) 40-49 y también en Barba, Il
Messale Romano: tradizione e progresso, 302-313.
49 Cf. M. Barba, «I formulari eucologici delle “Missæ defunctorum”»,
en Id., Il Messale Romano: tradizione e progresso, pág. 319-385. También en
Ephemerides Liturgicæ 117 (2003) 129-182. Véase también la modificación en
la oración colecta del formulario por el Papa difunto: —, «“Vicarius Petri”:
tra anacronismo semantico e recupero filologico», en —, Il Messale Romano:
tradizione e progresso, pág. 415-433. También en Ephemerides Liturgicæ 117 (2003)
385-399.
50 Cf. M. Barba, «Il ritorno dell’anima nell’eucologia delle “Missæ
defunctorum”», en íd., Il Messale Romano: tradizione e progresso, pág. 287-413.
También en Ephemerides Liturgicæ 117 (2003) 387-413. También en Ecclesia
Orans 20 (2003) 209-233.
54 Cf. M. Barba, «Le formule alternative per il congedo della Messa», Rivista
Liturgica 96 (2009) 147-159 y también en Barba, Missale Romanum. Processi
evolutivi, 103-124.
55 Respecto a la celebración de san Juan XXIII y san Juan Pablo II, papas,
cf. «Decretum “Pastor æternus”, quo Sancti Ioannis XXIII, papæ, et Sancti
Ioannis Pauli II, papæ, in Calendarium Romanum Generale inseruntur»,
Notitiæ 50 (2014) 253-281. Cf. también M. Barba, «L’inserimento nel Calen-
dario Romano Generale delle memorie dei papi Giovanni XXIII e Giovanni
Paolo II», en Barba, Missale Romanum. Processi evolutivi, 213-224.
56 Cf. L’Osservatore Romano (7 de febrero de 2019) 6-7. M. Barba, «La
memoria di Maria “Madre della Chiesa”», Marianum 80 (2018) 119-159.
57 Cf. L’Osservatore Romano (4 de marzo de 2018) 4-5.
58 Cf. «Decretum», Notitiæ 52 (2016) 22-23; «Variationes et addictiones die
22 iulii S. Mariæ Magdalenæ. In Missali Romano», Notitiæ 52 (2016) 34-35.
Cf. también: M. Barba, «Santa Maria Maddalena: prima testimone della
risurrezione», Ephemerides Liturgicæ 130 (2016) 236-241 y también en Phase
56 (2016) 371-385.
59 Cf. «Decretum», Notitiæ 49 (2013) 217-218. M. Barba, «Cum beato Ioseph
eius sponso», Ephemerides Liturgicæ127 (2013) 129-152 y también en Barba,
Missale Romanum. Processi evolutivi, 171-211.
60 Cf. Notitiæ 52 (2016) 10-11.
1.1. Texto
Transcribimos a continuación el texto original de nuestra colecta,
tal y como lo encontramos en la editio typica tertia emendata (2008)
del Missale Romanum:
Præsta, quæsumus, Domine,
ut, per quadragesimalem observantiam eruditi
et tuo verbo nutriti,
1.2. Traducciones
Legua española (Argentina):
Te pedimos, Padre, que aleccionados por la observancia cuaresmal
y alimentados con el pan de tu Palabra, por la penitencia nos entre-
guemos a ti de todo corazón y perseveremos unidos en la oración.
Legua española (Colombia):
Concédenos, Señor, que instruidos por las prácticas cuaresmales y
alimentados con tu palabra, nos entreguemos a ti de todo corazón por
la santa moderación en el uso de las cosas terrenas y perseveremos
unidos en la oración.
Legua española (España):
Señor, instruidos en las prácticas cuaresmales y alimentados con tu
palabra, concédenos que te sirvamos fielmente con una santa aus-
teridad de vida y perseveremos unidos en la plegaria.
Legua española (Estados Unidos y México):
Concédenos, Señor, que ejercitados por las prácticas cuaresmales y
alimentados por tu palabra, con santa templanza nos mantengamos
de todo corazón entregados a ti y estemos siempre unidos, perse-
verando en oración.
Lengua italiana:
Signore Dio nostro, fa’ che i tuoi fedeli, formati nell’impegno delle
buone opere e nell’ascolto della tua parola, ti servano con generosa
dedizione liberi da ogni egoismo, en nella comune preghiera a te,
nostro Padre, si riconoscano fratelli.
Lengua francesa:
Seigneur, tu nous accordes ce temps de Carême pour nous former à
la vie avec le Christ et nous alimenter de ta parole; que notre effort
1.3. Fuentes
Los datos que consultamos sobre las fuentes de nuestra colecta
indican que el texto se construyó como un mosaico compuesto de
tres teselas: una patrística y dos litúrgicas. Veamos esos textos:3
b) b)
[…] populus christianus in quanta- et tuo verbo nutriti
cumque abstinentia, magis deside-
ret se Dei Verbo quam cibo satiare
corporeo.5
c) c)
sancto ieiunio et tibi toto simus sancta continentia tibi simus toto
corde subiecti et in tua nobis effi- corde devoti, et in oratione tua
ciamus prece concordes.6 semper efficiamur concordes.
3. La sintaxis latina
El término «oratione» es llamado sustantivo verbal porque, a dife-
rencia de otros sustantivos como casa, nave, nube..., «oratio» pre-
senta un sentido afín al verbo «orare». Acompañando al sustantivo
verbal «oratione», el adjetivo posesivo «tua», puede equivaler a un
genitivo subjetivo u objetivo. Así, por ejemplo, «metus hostium»,
puede significar «el miedo de los enemigos» (valor subjetivo,
«hostes metuunt»), o «el miedo a los enemigos» (valor objetivo,
«hostes metuimus»). Aquí, «oratione tua» puede significar «la oración
dirigida a Dios» (valor objetivo), o bien «la oración que Cristo hace
ante su Padre» (valor subjetivo). Todas las versiones vernáculas
10 Heb 7,25: «[…] unde et salvare in perpetuo potest accedentes per semet ipsum
ad Deum semper vivens ad interpellandum pro eis».
4. La teología litúrgica
Acabamos de ver cómo la cuestión radica en identificar el signifi-
cado de «oratione tua» dentro del Gelasiano. Sabemos que, ya desde
antiguo, las oraciones que se pronuncian ante el altar suelen estar
dirigidas al Padre;11 existen algunas escasas excepciones en que
están dirigidas a Cristo.12 También aquí se abren dos caminos,
ambos teológicamente congruentes:
a) si el término ad quem fuera Dios Padre, entonces «verbo tuo»
sería la palabra del Padre y en nuestra plegaria, como ekklesía,
nos reconoceríamos hermanos. El final de la oración sería Per
Dominum…, como efectivamente consta en el actual Missale
Romanum y también en su fuente, el Gelasiano. No obstante,
acudir a esta fuente nada aporta, ya que su construcción latina
es incorrecta: «et in tua nobis efficiamus prece concordes».13 El
verbo transitivo «efficiamus» carece de objeto directo y el pro-
nombre «nobis» se encuentra descontextualizado. Esta es la
razón que justifica los cambios introducidos en la redacción
actual: «et in oratione tua semper efficiamur concordes». En efecto,
sustituir «prece» por «oratione» apenas es relevante, pero trans-
ferir «efficiamus» a la voz pasiva («efficiamur») sí lo es. La voz
pasiva expresa la gratuidad del don divino. Aquí, «efficiamur»
nos habla de un ser hechos concordes. Apunta a la presencia-
acción del Espíritu en el misterio de la oración cristiana.
b) si el término ad quem fuera el Kyrios, entonces «verbo tuo» sería
aquel mensaje de Cristo que la Iglesia escucha en las primeras
semanas de Cuaresma: la oración, la limosna, el ayuno, la
escucha de la Palabra de Dios... De otro lado, «oratione tua»
sería más acorde con la gramática que emplea Odo Casel (†1948)
cuando trata de la plegaria litúrgica, y más acorde también con la
captación mistérica que subyace en el valor subjetivo de «tua».21 18
6. Conclusión abierta
A la luz de la exposición precedente, se comprende cómo la plega-
ria de la Iglesia conduce a que el cristiano pueda insertarse en ese
orden esencial que lo centra en Dios porque es una oración, desde
su mismo inicio, sumamente teocéntrica. Así lo afirmábamos al
comienzo de estas páginas y así lo comprobamos al final. La ora-
ción litúrgica sitúa al creyente en el equilibrio de la alabanza, de
la adoración, de la fe, del amor, del sacrificio y de la conversión. El
bautizado se siente siempre necesitado de esta oración porque le
guía a reconocer la majestad soberana de la verdad, que es Cristo.
Se trata, en definitiva, de algo verdaderamente católico: el primado
del logos sobre el ethos, del que trató Romano Guardini (†1968).22
En la oración de la Iglesia encuentra el alma el terreno propicio
donde asentar su vitalidad. Tal actitud espiritual le despreocupa
inicialmente de otra cosa que no sea un vivir pletórico de sentido
movido por un amor que es pura respuesta al valor. Le basta con
saberse situado en Cristo, en el Espíritu, en el Padre y en la Iglesia.
Y entonces, como dice Dietrich Von Hildebrand, parafraseando a
Platón:23 «al alma le salen alas».
La belleza de la liturgia.
Contemplar
la hermosura de Dios
Por Juan Javier Flores
Biblioteca Litúrgica 60. 112 págs., 17,50 €
«En mirar la hermosura de Dios y holgarme
de que la tenga». Esta frase de una humilde
monja de clausura sirve al autor de hilo
conductor para la presentación de este
libro de liturgia que pretende iniciarnos y
familiarizarnos con la hermosura de Dios,
con la belleza increada y celebrada.
2 Íd.
3 Íd.
4 Íd.
5 Con Buenaventura decimos «El que con tantos esplendores de las cosas
creadas no se ilustra, está ciego… el que con tantos indicios no advierte el
primer principio, ese tal es necio. Abrid pues los ojos, para en todas las cosas
ver, oir, alabar, amar y reverenciar a tu Dios», ver Buenaventura, Itinerario
del alma a Dios I, 15.
6 Francisco, Laudato si 222.
2 Cf. Pío XII, Encíclica Mediator Dei, núms. 149-150, Ecclesia 338 (1948).
3 Cf. Pío XII, Motu proprio Sacram Communionem: DZ 2343. 2344. 2346.
4 Cf. Sacra Congregatio Rituum, Rubricae Breviarii et Missalis Romani:
AAS 52 (1960) 680.
5 Cf. Missale Romanum ex decreto SS. Concilii Tridentini restitutum Summo-
rum Pontificum cura recognitum. Anno 1962 promulgatum, ed. C. Johnson – A.
Ward, 321-322.
6 Cf. Sacra congregatio Rituum, Instructio de Musica Sacra et Sacra
Liturgia: AAS 52 (1960) 638.
7 Cf. Concilio Ecuménico Vaticano II, Constitución Sacrosanctum
Concilium, Madrid 1965, 176.
8 Cf. Acta Synodalia Sacrosancti Concilii Oecumenici Vaticani II. Vol. I, pars
II. Animadversiones scriptae (Cittá del Vaticano 1970) 201-202.
9 Cf. Ibíd., 221.
10 Cf. Sagrada Congregación para el Culto Divino, Instrucción Actio
Pastoralis, núm. 7, Ecclesia 1448 (1969).
fieles vean la unión de ese acto con ella y entiendan que por medio
de esa comunión ellos están participando en la celebración de la
Eucaristía que la comunidad ha llevado a cabo y en la que no han
podido participar.
El Ritual de la sagrada comunión y del culto a la Eucaristía fuera de la
misa insiste en ligar la comunión fuera de la misa al sacramento
celebrado en el altar. Los Praenotanda del capítulo I del Ritual, dedi-
cado a la comunión fuera de la misa, el primer tema que abordan
es el de la relación entre dicha comunión y el sacrificio de la misa.
En el Ritual se pide que se enseñe a los fieles que cuando reciben la
comunión fuera de la misa se unen también íntimamente al sacri-
ficio con el que se perpetúa el sacrificio de la cruz y toman parte
del sagrado convite en el que por la comunión participan de los
bienes del sacrificio pascual.28 La Instrucción EM insistía en este
mismo tema, y de hecho el Ritual cita constantemente la Instrucción
cuando trata de esta cuestión. En la descripción de la celebración
que hace el Ritual para la distribución de la comunión fuera de la misa
todo hace referencia a la misa, desde la estructura a las lecturas
que se proponen, en las que se subraya el aspecto sacrificial o el
convivial, hasta las oraciones finales que aluden también al sacri-
ficio del altar como fuente y cumbre de la comunión recibida. El
Ritual quiere dejar clara la relación que debe existir entre la misa
y la comunión que se distribuye fuera de ella.
El Directorio para las CDAP insiste también en que la comunión
que allí se distribuya quede ligada a la celebración de la Eucaristía
y no se vea nunca como algo independiente de la misa. Para ello
propone algunas prácticas, como que se lleven formas consagradas
en una misa que se haya celebrado ese mismo domingo en otro
lugar, o que se distribuyan las formas consagradas en la última
misa que allí se haya celebrado.29 El Directorio insiste también en
30 Cf. Pablo VI, Encíclica Mysterium Fidei, núm. 8, Ecclesia 1261 (1965).
31 Cf. Sagrada Congregación para la Disciplina de los Sacramentos,
39 Cf. Juan Pablo II, Carta Apostólica Mane Nobiscum, Domine, núm. 30,
Ecclesia 3227 (2004).
40 Benedicto XVI, Exhortación apostólica postsinodal Verbum Domini,
núm. 56, Ecclesia 3546 (2010).
44 Cf. Benedicto XVI, Carta apostólica Porta Fidei, núm. 9, Ecclesia 3595
(2011).
45 Cf. Ritual de la sagrada comunión y del culto a la Eucaristía fuera de la misa,
núm. 25.
5. Conclusiones
Al final de este estudio queda claro que el lugar propio para recibir
la comunión es dentro de la misa, después de la comunión del sacer-
dote, ya que la comunión sacramental va ligada, indisolublemente,
al sacrificio que se ha celebrado en el altar. No se puede separar la
comunión de la misa, de la que forma parte.
Por lo tanto, la comunión fuera de la misa debe entenderse como
algo excepcional, que solo ha de llevarse a cabo por una verda-
dera «causa justa». La razón que lleva a la Iglesia a permitir que
la comunión se distribuya fuera de la Eucaristía es la gran impor-
tancia que el alimento eucarístico tiene para la vida de los fieles, y
por eso intenta que nadie que se vea imposibilitado se quede sin
poder participar de este banquete.
1. Los Doce
2 Cf. U. Luz, El evangelio según san Mateo. Mt 26-28, IV, Salamanca 2001, 526s.
3 Cf. J. Ratzinger, Jesús de Nazaret, II, Madrid 2011, 305s.
4 Cf. J. Gnilka, El evangelio según san Marcos, II, Salamanca 2001, 393.
5 Cf. R. E. Brown, Introducción a la cristología del Nuevo Testamento, Sala-
manca 2001, 188s.
6 «Después del jefe, se nombra el “colegio”. Fuera de este pasaje Pablo no
San Pablo se sitúa también en continuidad con esos Doce, «el menor
de los apóstoles […] por la gracia de Dios soy lo que soy» (1Cor
15,9s). De este modo, lo primero a subrayar es la continuidad entre
Jesús resucitado y el colegio apostólico y, posteriormente, aquellos
que por la gracia son asociados a esa misión. Esta continuidad se
realiza por la manifestación de Cristo, de ahí que san Pablo insista en
ella.7 La nueva Jerusalén, imagen de la Iglesia celeste pero en cierto
modo reflejo de la terrestre, también está edificada sobre los Doce
(cf. Ap 21,12-14). Al no estar presente Cristo resucitado al modo de
las apariciones del Nuevo Testamento, será la gracia mediada por
los signos la que dé continuidad a la misión apostólica.
2. Paternidad espiritual
El siguiente paso para comprender la naturaleza del episcopado es
el oficio apostólico. De forma retrospectiva –o anacrónica, visto de
forma peyorativa– se ha centrado en la cuestión en el sacerdocio.
Quizás ocupe un segundo plano y lo central sea la presidencia o lo
que hoy llamamos munus regendi, fundamentado necesariamente
en el hecho de pastorear una comunidad cristiana. Esta perspectiva
se ajustaría mejor al hecho de que no encontramos vocabulario
sacerdotal alguno referido a los Doce ni a aquellos que son encar-
gados de comunidades (presbíteros/epískopos). Esto no quiere
decir que no realizaran actos sacerdotales propiamente dichos.
Para comprender esto hay que volver al pasado, a la «religión
doméstica» y, a la vez, revisar el concepto de domus Ecclesiae que
se ha hecho popular en nuestros días.
21 Íd.
22 S. J. Schloeder, Architecture in Communion. Implementing the Second
Vatican Council through Liturgy and Architecture, San Francisco 1998, 86.
23 S. Heid, «Le origini della Chiesa Romana e la questione delle cosiddette
domus ecclesiae», 261.
4. Sucesión apostólica
La razón de ser de las iglesias y residencias episcopales (domus
Ecclesiae) era la centralidad del pastoreado del obispo. Bradshaw
también aquí intenta justificar la problemática en la que vive
especialmente la Comunión Anglicana: la ausencia de sucesión
Y los sacó hasta cerca de Betania y, levantando sus manos, los ben-
dijo. Y mientras los bendecía, se separó de ellos, y fue llevado hacia
el cielo. (Lc 24,50s)
En el libro de los Hechos los que reciben la bendición son los após-
toles. En el evangelio de Lucas lo son también esos discípulos de
Emaús, siempre que los versículos finales guarden relación con
el pasaje precedente. El resultado de este gesto de bendición es la
adoración y la alabanza:
Ellos se postraron ante él y se volvieron a Jerusalén con gran alegría;
y estaban siempre en el templo bendiciendo a Dios. (Lc 24,52s)
Si bien no se trata de una imposición de las manos en sentido
estricto,34 el gesto de bendición que recoge el evangelio de Lucas
expresa el don de Cristo que marca la continuidad entre Él y los
apóstoles. De hecho, en la tradición litúrgica cristiana en la totali-
dad de sus formas y ritos, bendición sin contacto físico e imposición
de las manos son equivalentes en lo que se refiere a la concesión de
dones espirituales. Lo que añade la imposición física es un plus de
significado en un momento especial e individual.35
La exaltación de Cristo es también momento precedente del envío
del Espíritu. Por ello no debe sorprender que la imposición de las
manos no sea en la Iglesia un sinónimo de oración o bendición, sino
una forma singular de transmitir el don del Espíritu Santo. La espe-
así como al obispo que es figura del Padre»: A los tralianos, 3, 1 (=J. J. Ayán
(ed.), Padres apostólicos, 256).
44 Concilio Vaticano II, Decreto Christus Dominus, n. 16. Cf. Id., Consti-
tución Lumen Gentium, núm. 27.
45 Ceremonial de los Obispos, CELAM 1991, núm. 44.
46 A los filadelfios, 4, 1, 270 (= J. J. Ayán [ed.], Padres apostólicos, 270).
«Mystêrion» y «Sacramentum»
Evolución en Oriente y Occidente
Por José Manuel Fernández
Cuadernos Phase 254. 168 págs., 15,00 €
El autor va más allá de la simple visión de lo que significan
estos términos a primera vista y los hace revivir a lo largo de
la historia de la Iglesia: desde el mundo clásico, hasta el mo-
vimiento ecuménico del siglo pasado.
3. Intencionalidad ecuménica
No es casual la elección de la fecha: el tercer domingo del tiempo
ordinario, cerca de la Jornada para el diálogo con los judíos y de
la Semana de oración por la unidad de los cristianos, subraya el
valor de unión de la Sagrada Escritura. Pensemos en los salmos,
4. Vivir la Palabra
El Papa cita al pobre Lázaro de la parábola, destacando que la
Palabra llama a la misericordia, a la caridad, a la solidaridad, a no
ignorar a los pobres y a los que sufren…
La Biblia es historia de Dios con el hombre; es diálogo entre el cielo
y la tierra; es llamada a mirar dentro de nosotros, pero también
a salir de nosotros mismos hacia los pobres, que son voz y carne
de Dios; son los profetas de hoy que gritan ante el Señor y con los
que él se identifica. Recordemos Mateo, 25: me disteis de comer,
de beber, me acogisteis. ¡Era yo! Pobres, enfermos, inmigrantes:
es con los últimos con quienes Dios se identifica; él, el Diferente
que viene a hacernos diversos de lo que somos. La Palabra debe
tener consecuencias concretas en nuestra vida, debe hacer historia.
Escucharla es escuchar a Jesús: tener los ojos, las manos, los pies
de Jesús que corren hacia quien pasa necesidad; ser impulsados
como él por el Espíritu hacia nuestros hermanos.
*
Esta colaboración, preparada por el autor en italiano para la revista Phase,
ha sido traducida al castellano por José Antonio Goñi.
1. El «iter» de traducción
El trabajo se desarrolló en varias etapas, que se pueden resumir
de acuerdo con algunos pasos básicos:
2. La «recognitio»
El 25 de septiembre de 2012, el texto fue enviado a la Congregación
para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos para la nece-
saria recognitio, de acuerdo con los procedimientos establecidos
por la Instrucción Liturgiam authenticam5 vigente en ese momento.
Para examinar el material enviado y facilitar el proceso de la recog-
nitio, la Congregación decidió instituir una comisión especial com-
puesta por seis obispos y ocho expertos. A los expertos se les encargó
la tarea de examinar el texto presentado y enviar sus observaciones al
dicasterio. En una etapa posterior, las observaciones de los expertos
3. Verificación celebrativa
En este punto, la Congregación, acogiendo con beneplácito la pro-
puesta presentada por los obispos miembros de la comisión para la
recognitio, concedió que se procediera a un periodo de «verificación
celebrativa» durante el año litúrgico 2014-2015. El cambio de los
superiores de la Congregación no permitió que esta «verificación»
se realizara inmediatamente, sino que se comunicó en julio de 2015
por lo que se llevó a cabo durante el año litúrgico 2015-2016.
Al final del período establecido, la Comisión Episcopal recogió y
catalogó los puntos críticos que surgieron. Durante las reuniones de
la comisión del año 2017-2018, se realizó una revisión más exhaustiva
de toda la traducción. En el curso de este trabajo, se promulgó el
Motu proprio del papa Francisco Magnum principium,6 que ahora
confía la responsabilidad de las traducciones litúrgicas a las Con-
ferencias Episcopales, que ya no tienen que presentar los textos a la
recognitio, sino pedir a la Santa Sede la confirmatio. El Motu proprio
mencionado anteriormente también nos invita a considerar la fide-
lidad al texto original como fidelidad sobre todo al significado del
texto latino, más que a la letra. Esta aclaración ha abierto un espacio
de trabajo más amplio para una traducción fiel y al mismo tiempo
atenta a la calidad literaria de los textos y a su destino orante.
El texto revisado por la comisión episcopal fue enviado al examen
de todos los obispos con vistas a someterlo a votación en la Asam-
4. Criterios de traducción
El proceso que condujo a la traducción italiana del Misal Romano
se inspiró inicialmente en los principios de la Instrucción Liturgiam
authenticam. La necesidad de tener que llevar a cabo una traducción
literal, siendo casi un calco del texto latino, produjo un resultado
ciertamente fiel al original pero con muchos aspectos críticos sobre
la calidad literaria de los textos, su comprensión y, sobre todo,
su idoneidad para configurarse como una forma de la oración
eclesial. Después se presentaron otros problemas con respecto a
la posibilidad de cantar algunos textos. La «verificación celebra-
tiva» confirmó los problemas que ya habían surgido en la fase
de trabajo de traducción. En este contexto, todas las debilidades
presentes en la Instrucción Liturgiam authenticam y las dificultades
de interpretación y aplicación de la misma por parte de los traduc-
tores se manifestaron claramente. De hecho, el principio de una
traducción completa y fiel del texto latino se relaciona a menudo
en la Instrucción con la necesidad de salvaguardar la naturaleza
específica de cada idioma y a veces se asocia con expresiones que
parecen mitigar su autoridad: quantum fieri potest, ut fieri potest.
Además, mientras algunos párrafos prescriben una traducción
fiel y precisa de los textos originales,7 otros establecen la necesidad
7 Cf. por ejemplo número 20 apela al principio según el cual «la traducción
de los textos litúrgicos de la liturgia romana sea, no tanto una labor de creación
nueva, sino de traducción fiel y cuidada de los textos originales a las lenguas
vernáculas» o el número 27 propone crear un estilo sagrado en cada lengua
vernácula, que también se reconoce como un lenguaje litúrgico propiamente
dicho. Dentro de este párrafo, sin embargo, existe un contraste entre la indica-
ción de «evitar términos y locuciones que por su misma naturaleza resultan
demasiado poco usados o inadecuados, y que impiden una comprensión
fácil» y la definición de «estilo sagrado» en el que invita a recurrir a «modos
de expresión que están fuera del uso coloquial». Se sugieren además modos
expresivos con un carácter inusual y extraño, que al principio del párrafo
se consideraban un obstáculo para una fácil comprensión, pero que luego
se sugieren ya que «se distinguen del lenguaje usado cotidianamente» y,
precisamente por ello, «resultan más eficaces para expresar las realidades
sobrenaturales».
8 El número 47 establece la necesidad de transmitir el tesoro perenne de las
oraciones en un idioma específico para que pueda entenderse en el contexto
cultural al que está destinado. El número 48 invita a una traducción fácil de
los textos de las fiestas principales del año litúrgico, para que puedan ser
memorizados. El número 52 introduce el concepto de denotación (significado
primario de palabras y expresiones) y de connotación (matices de signifi-
cado o emocionales que evocan). Una traducción que debe tener en cuenta
la denotación y la connotación no puede ser un calco puro del texto latino.
El número 59 añade que para los textos poéticos también es necesaria «una
mayor flexibilidad en la traducción» y que «es necesario con cierto cuidado
aprovechar todas las posibilidades de la lengua vernácula».
9 Cf. A. Lameri. «Tra recognitio e confirmatio. Problemi procedurali»,
Rivista Liturgica 106 (2019) 97-107.
10 Esta sugerencia señala cómo la comprensión del texto en lengua
vernácula debe ser lo más clara posible y sin necesidad de explicaciones
y catequesis anteriores, contemporáneas o posteriores a la proclamación
litúrgica. La Constitución litúrgica conciliar había recomendado: «Los ritos
deben resplandecer con noble sencillez; deben ser breves, claros, evitando
5. Algunos ejemplos
Podemos ofrecer algunos ejemplos, que han tenido también reso-
nancia mediática.
El texto más debatido, incluso por los obispos en la Asamblea
General, fue la Oración del Señor. La pregunta era si mantener el
texto actual de Padre nuestro en el que pide «e non ci indurre in
tentazione» («y no nos lleves a la tentación») o introducir en la litur-
gia la fórmula ya aprobada más de una década antes en la revisión
de la traducción de la Biblia, luego adoptada en el Leccionario: «e
non abbandonarci alla tentazione» («no nos dejes caer en la ten-
tación»). La votación en el aula aprobó esta segunda opción. De
hecho, la connotación de la palabra italiana «indurre» expresa una
voluntad positiva, mientras que el original griego eisferein tiene un
matiz concesivo (no nos dejes entrar). Con la nueva traducción, la
6. Para concluir
La tercera edición del Misal Romano en italiano, como escriben los
obispos en la presentación del mismo, reafirma la convicción de
que
el libro litúrgico sigue siendo el primer instrumento esencial para
la celebración digna de los misterios, así como la base más sólida
para una catequesis litúrgica eficaz. Si esto es cierto para cada libro
litúrgico, es aún más cierto para el Misal que, junto con los otros libros
usados en la celebración eucarística, está al servicio del misterio que
es fuente y culmen de toda la vida cristiana. De esta conciencia deriva
la importancia de promover y alentar la acción pastoral dirigida a
mejorar el conocimiento y el buen uso del libro litúrgico, en la doble
dirección de la celebración y de su profundización mistagógica.
de la IV sesión del seminario para las mismas fechas del año 2020
sobre la ascensión y la solemnidad de Pentecostés en esta vene-
rable liturgia.
Eduardo Pire Mayol
Capellán de la Iglesia Nacional Española en Roma.
Imbuidos profundamente
en el espíritu litúrgico (SC 29)
XL Semana de estudio,
oración y convivencia de SOMELIT
Este libro casi podría titularse Com- líneas básicas que los configuran.
pendio del año litúrgico. Trata, Así podemos hallar tanto comen-
prácticamente, todos los aspectos tarios teológicos como espirituales
de los tiempos que configuran el o pastorales, presentando cada una
año litúrgico, o, al menos, de los de estas facetas. Estos comenta-
principales. No faltan las notas rios, además, quedan a menudo
históricas de cada uno de ellos, justificados con textos de la misma
para pasar a un comentario de las liturgia.
El autor, padre de diez hijos, intenta que van presentándose casi espon-
responder, desde su propia expe- táneamente. Con sentido común,
riencia, a la necesidad de acudir a pero también con un profundo sen-
misa los domingos. Su contenido tido teológico y litúrgico, se van
está distribuido a lo largo de 17 contestando y dando razones a por
capítulos con abundantes suge- qué ir a misa los domingos.
rencias y respuestas a preguntas
Joao de Deus G., Breve curso de liturgia, México: San Pablo 2019,
62 pp.
La Eucaristía es fuente de la vida litúrgica con sus símbolos, gestos
de la Iglesia, por eso la celebración y significados es muy rica y for-
Dos textos de Piero Marini sobre tica del uso de la lengua vernácula
la reforma litúrgica del Concilio en la liturgia y en los problemas
Vaticano II componen este libro. que comportaba la traducción del
Uno centra la atención en la litur- latín a dichas lenguas de los textos
gia papal, mientras que el otro nos litúrgicos. La unidad que permite
sitúa frente a los planteamientos unir ambos textos es la motivación
y reacciones pastorales desde el de la reforma litúrgica que quiso
inicio del movimiento litúrgico realizar el Concilio Vaticano II. El
hasta nuestros días, con una parti- hecho de explicar cómo ser fieles
cular acentuación de la problemá- a esta reforma prestando atención
Director
José Antonio Goñi
Vinculada
al Instituto Consejo
Luis Fernando Álvarez, sdb (Madrid)
Superior
Dionisio Borobio (Salamanca)
de Liturgia Juan María Canals, cmf (Madrid)
de Barcelona,
REVISTA DE PASTORAL LITÚRGICA