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¿CÓMO VES? REVISTA DE DIVULGACIÓN


DE LA CIENCIA DE LA UNAM

ESTRELLA BURGOS RUIZ*


UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO

¿Cómo ves? es una revista mensual producida por


la Universidad Nacional Autónoma de Mexico y dirigida a
jóvenes. Se distribuye comercialmente en México, en algunas
ciudades de los EUA y en Centroamérica. Su tiraje es de 20 mil
ejemplares, tiene 40 páginas y toda la revista es a color.
El principal objetivo de la revista es acercar a los lectores
al quehacer científico y tecnológico, tanto a los resultados
de éste como a su historia y sus métodos, en forma amena y
atractiva. Todos los textos de la revista son originales, escritos
por divulgadores, periodistas, investigadores y profesores. El
diseño está orientado a lograr una integración entre materiales
escritos y gráficos que tenga valor estético y didáctico.
En sus seis años de existencia, la revista ha alcanzado un nivel
de ventas de 75% en promedio, afianzándose como una de las
principales publicaciones en su tipo en el país.

INTRODUCCIÓN

Si bien en México la divulgación de la ciencia ha ido


ganando espacios en los últimos años en diarios y revistas, en la
producción de libros, en la radio y la televisión, y con la apertura
de nuevos museos, es todavía escasa en relación al tamaño de
la población y la realidad actual del país la hace más urgente
y necesaria. Algunas características de esta realidad, relevantes
para el trabajo de divulgación de la ciencia, son:

– La matrícula en las carreras científicas ha disminuido


en los últimos diez años, y ya no basta para el reemplazo
generacional de la planta de investigadores, misma que de por sí
es muy reducida para las necesidades del desarrollo de México.
– Los recursos destinados a ciencia y tecnología son
notoriamente insuficientes; la asignación más alta en los últimos
años fue la correspondiente a 1998, y sólo alcanzó el 0.47% del
Producto Interno Bruto 1. De este presupuesto, alrededor del
30% se destinó a investigaciones relacionadas con el petróleo.
Para 2005 se espera que el presupuesto sea del 0.39% del PIB.
– Existe un desprestigio de la ciencia entre algunos
sectores de la población, donde ésta es vista como la causa
del deterioro ambiental, o como una forma de conocimiento
deshumanizada y mecánica; esta percepción es reforzada y a
veces causada por el auge del esoterismo y las pseudociencias
en el marco de lo que se ha denominado la «nueva era».

Este panorama, apenas esbozado, muestra la necesidad


de redoblar esfuerzos para hacer patente la importancia que tienen
los proyectos de ciencia y tecnología en el desarrollo del país,
tanto los de investigación aplicada como básica. Posiblemente
quienes más necesiten ahora de la divulgación de la ciencia sean
las propias instituciones que realizan investigación en ciencia y
tecnología, pues se trata de un instrumento imprescindible para
sensibilizar sobre esa importancia a la ciudadanía y a quienes
deciden el destino de los recursos públicos. El fenómeno no
es privativo de México; en los Estados Unidos, por ejemplo,
se ha detectado la misma necesidad en virtud de los recortes
presupuestales a la ciencia, que allá han alcanzado también

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a las industrias que tradicionalmente dedicaban recursos
importantes a la investigación. Hace unos años varios ganadores
estadounidenses del Premio Nobel hicieron un dramático
llamado a impulsar la divulgación como una forma de revertir
esa tendencia, ya que sentían amenazado su liderazgo mundial
en la investigación científica 2.
Los divulgadores son, como dijera Stephen Jay Gould
refiriéndose a Carl Sagan, los mejores abogados de la ciencia. Y
no es exagerado decir que en estos momentos, por lo menos para
México, su labor es estratégica.
Es en este contexto que surgió, en diciembre de 1998,
la revista ¿Cómo ves?, una publicación mensual de divulgación
de la ciencia para jóvenes, editada por la Universidad Nacional
Autónoma de México [UNAM], cuyas tareas sustantivas son:
docencia, investigación y difusión de la cultura. Esta institución
realiza el 50% de la investigación científica del país y ha
sostenido el esfuerzo más amplio en las últimas tres décadas
en materia de difusión del conocimiento científico en México,
a través de publicaciones, museos, actividades y programas de
radio y televisión.

ANTECEDENTES

La revista pionera en divulgación de la ciencia en México


fue Naturaleza, que publicó la Universidad Nacional durante
quince años (1978-1990), bajo la dirección de Luis Estrada,
y en la que se ensayaron y depuraron formas de acercar a los
lectores a la ciencia. La tarea que había emprendido Naturaleza
se vio reforzada con la aparición de otras dos publicaciones,
Información Científica y Tecnológica –ya desaparecida– y
Ciencia y Desarrollo, ambas del Consejo Nacional de Ciencia
y Tecnología, y poco después de la revista Ciencias, de la
misma universidad. Las dos últimas se han consolidado y

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son una fuente de información imprescindible para tener un
panorama del trabajo de investigación que se realiza en México
y lo relativo a política científica. En sus páginas, además, con
frecuencia se presentan temas de historia, filosofía y sociología
de la ciencia. En aquellos años surgieron otras publicaciones,
de esfuerzos privados, como Chispa, dirigida a niños, Nuestro
ambiente y Universo, que desafortunadamente no perduraron 3.
Actualmente varias instituciones de educación superior del país
producen publicaciones de divulgación de la ciencia, entre ellas
Conversus, del Instituto Politécnico Nacional, Elementos, de la
Universidad Autónoma de Puebla y Divulgare, de la Universidad
Autónoma de Baja California.
La oferta de revistas de divulgación de la ciencia también
se ha venido enriqueciendo con publicaciones de otros países,
o cuyo material proviene mayoritariamente de fuera, como
Muy interesante, y recientemente las ediciones en español de
Discover y National Geographic .
En la revista ¿Cómo ves? hemos buscado aprovechar toda
esta experiencia, particularmente la de la Universidad Nacional,
para divulgar la ciencia a un público de jóvenes que estudian la
preparatoria –tres últimos años de bachillerato– o los primeros
años de licenciatura. Anteriormente no existía una revista de
este tipo en el país, esto es, elaborada especialmente para
este público y que buscara colocarse en un mercado muy
competitivo, con una amplia oferta de revistas comerciales que
son principalmente de entretenimiento.

UNA REVISTA UNIVERSITARIA

Un proyecto como el de ¿Cómo ves? no sería posible


fuera de la UNAM. Por un lado, se concibe como parte de la
tarea sustantiva de difusión de la cultura a toda la sociedad,
como un servicio que la institución respalda plenamente, y

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para el cual cuenta con una tradición muy amplia y rica en
comunicación de la ciencia. Por el otro, la realización de ¿Cómo
ves? se beneficia de un clima de libertad en la política editorial,
comprometida con ese servicio, por lo que la revista no ha
estado nunca sujeta a intereses de grupo. También fundamental
es el apoyo que la comunidad científica de la UNAM ha
dado al proyecto, una comunidad siempre dispuesta a ofrecer
información sobre su trabajo y a asesorarnos para garantizar el
rigor en los contenidos científicos de la revista. Asimismo, que
éste sea un proyecto de la Dirección General de Divulgación de
la Ciencia nos ha facilitado el contacto con los miembros de la
comunidad científica y nos ha permitido contar con divulgadores
de reconocida trayectoria que laboran en esta dependencia, con
los servicios de su extenso acervo fotográfico y con los espacios
de sus dos museos para actividades de promoción y venta.
¿Cómo ves? es publicada por la Dirección General de
Divulgación de la Ciencia de la UNAM —en la Subdirección
de Medios de Comunicación―, dependencia que tiene a su
cargo dos museos de ciencias –Universum y el Museo de la
Luz– en la Ciudad de México, un área de educación no formal
en la que se diseñan talleres y materiales para estudiantes y
maestros, la producción de libros, videos, programas de radio
y discos compactos interactivos, además de un diplomado en
divulgación de la ciencia. Recientemente, junto con el Instituto
de Investigaciones Filosóficas de la UNAM; se abrió la maestría
en filosofía de la ciencia, con especialización en comunicación
de la ciencia.entretenimiento.

CARACTERÍSTICAS DE LA REVISTA

Inicialmente, ¿Cómo ves? tenía un tiraje de 10 mil


ejemplares y 32 páginas en color, en papel couché. Actualmente
el tiraje es de 20 000 ejemplares; la revista tiene 40 páginas y

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cuenta con 2000 suscriptores activos, en su mayoría estudiantes,
investigadores, profesores y bibliotecas escolares. Se distribuye
comercialmente en toda la República Mexicana, en algunas
ciudades de los Estados Unidos y en Centroamérica. En el
mercado de revistas de divulgación de la ciencia es la que se
vende a más bajo precio –20 pesos por ejemplar–, con el objeto
de hacerla accesible al mayor número posible de jóvenes.
El equipo de planta de la revista es de 9 personas
–editora, asistente editorial, jefa de redacción, jefa de
información, coordinador científico, diseñadora, y tres personas
en el área administrativa y de comercialización–. Contamos
además con el Consejo editorial, una revisora externos y dos
colaboradores especiales.

Objetivos

El propósito de la revista es ofrecer a sus lectores


una imagen realista de la ciencia, con sus logros y tropiezos,
y con ello fomentar el desarrollo de un pensamiento crítico y
el surgimiento de vocaciones científicas, con la idea de que
divulgar la ciencia es mucho más que la mera traducción del
lenguaje especializado de las ciencias a un lenguaje llano, o
simplificar los contenidos científicos para hacerlos «digeribles».
Aspiramos a recrear el quehacer científico para nuestros lectores
con el fin de que éstos puedan ser partícipes y beneficiarios de
esta experiencia de la manera más amplia posible 4, a partir de
sus propios conocimientos y vivencias, y tengan elementos para
diferenciar lo que es ciencia de aquello que no lo es. Para ello
tratamos de hacer énfasis en los métodos y procedimientos que
se utilizan en la investigación, la manera en que se valida el
conocimiento científico y cómo éste es esencialmente dinámico.
Buscamos presentar la información científica en un contexto
amplio, que permita a los lectores tanto ubicarla dentro de las
propias disciplinas de la ciencia como establecer su importancia

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para la vida social e individual, y, sobre todo, comunicar el
placer del conocimiento. Como señala el editorial de la primera
edición: «¿Cómo ves? es una invitación para ver el mundo como
la ciencia lo ve. Esta forma de ver no es ni mejor ni peor que
otra, ni más correcta, ni más falsa, ni más divertida o aburrida, ni
más fácil o difícil. Es, sin embargo, una forma de ver poderosa…
que ha transformado al mundo» 5.

Contenidos

Por lo menos un tercio del espacio de la publicación se


destina a los materiales gráficos, mismos que generalmente se
encargan a fotógrafos e ilustradores externos; además se cuenta
con archivos digitales de fotografía y con el acervo fotográfico de
la DGDC.
Cada mes, la revista ofrece 4 o 5 artículos principales y 14
secciones fijas –noticias, reseñas, entrevistas, pasatiempos, etc.–
El diseño está orientado a lograr una integración entre materiales
escritos y gráficos que tenga valor estético y didáctico.
En la página web de la revista (www.comoves.unam.mx)
se ofrecen gratuitamente materiales de números anteriores y una
selección de la edición en curso.
En la revista se han presentado temas de muy diversas
áreas de las ciencias naturales, la tecnología y, en menor medida,
de ciencias sociales. Se ha buscado abordar tanto cuestiones de
actualidad –como las células troncales, el Big Rip, la terapia
génica, la nanotecnología o los planetas extrasolares–, como
contenidos que hemos denominado de interés permanente –las
funciones matemáticas, la tectónica de placas, la estadística–, así
como aquellos temas de salud que son particularmente relevantes
para los jóvenes –anorexia y bulimia, adicciones, sida–.
Es política de la revista incluir en lo posible la reseña de
investigaciones realizadas en México que tengan relación con el
tema de los artículos.

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En la selección de los temas colabora el Consejo
Editorial, integrado por 3 investigadores, 2 divulgadores,
1 periodista y dos profesores, que además nos mantienen
informados sobre avances en sus áreas, nos recomiendan autores
y realizan revisiones de los artículos propuestos.
Hemos identificado varios temas que interesan en
especial a los jóvenes, a través de una encuesta que realizamos
con estudiantes de bachillerato, de las cartas que nos envían y
de las preferencias que nos manifiestan cuando presentamos la
revista en escuelas.

Los materiales escritos


La redacción de la revista prepara los textos de la
sección de noticias y el resto de los materiales en su mayoría
se encargan a colaboradores externos o a integrantes de la
Dirección de Divulgación que se desempeñan en otras áreas de
la misma dependencia. Recibimos también numerosos artículos
no solicitados.
En ¿Cómo ves? han escrito divulgadores, periodistas,
profesores y, principalmente, investigadores de la UNAM. La
revista somete todos los materiales recibidos a una revisión en
la que se considera la pertinencia del tema, si su tratamiento
es de divulgación y si están presentados de manera que puedan
interesar al público al que se dirige la publicación. Cuando el
material es remitido por un autor que no es experto en el tema
que aborda el artículo, solicitamos la asesoría de un especialista,
ya sea de nuestro Consejo Editorial o de algún centro o instituto
de investigación.
El reto de hacer ¿Cómo ves? es enorme porque
el público al que nos dirigimos es heterogéneo y está
acostumbrado a publicaciones y otros medios que abordan la
ciencia en forma superficial y sensacionalista. Antes de lanzar
la revista, recibimos muchos artículos escritos como si fueran
cuentos. Los personajes solían ser profesores y estudiantes, o

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niños entusiastas y sus muy sabios padres, o bien estudiantes
con una asombrosa dedicación a algún campo de la ciencia.
Otros autores utilizaban lo que ellos pensaban era un lenguaje
de adolescentes, en un tono muy informal y salpicado de jerga.
Y también había artículos que parecían formar parte de un libro
de texto. ¿Funcionaría algo de esto? ¿Lograríamos interesar así a
jóvenes que, al menos en México, tienden a mostrar poco interés
en la lectura y para quienes las materias escolares de ciencia no
son las favoritas? La verdad es que nunca lo averiguamos.
Empezamos por preguntarnos si existe un lenguaje
específico que deba utilizarse para dirigirse a estos lectores. Y
no encontrábamos una respuesta definitiva. «Estos lectores»
no formaban un grupo diferenciado, sino que pertenecían a
una gran variedad de grupos, cada uno con su propia historia,
tradiciones, intereses, nivel de ingresos y de educación, e
incluso con sus propias expresiones coloquiales. Intentar definir
perfiles específicos para cada grupo estaba fuera de nuestro
alcance; hacerlo bien implicaba llevar a cabo diversos estudios
de largo plazo, para lo cual no contábamos ni con el tiempo ni
con el dinero necesarios. De manera que tuvimos que recurrir a
nuestra experiencia e intuición. La mayoría de quienes iniciamos
la revista habíamos trabajado ya para otras publicaciones de
divulgación de la ciencia, si bien éstas se hacían para lectores
de más edad y que tenían algunos conocimientos de ciencia
–o por lo menos interés en ella–. Y varios de nosotros también
habíamos escrito libros de divulgación para estudiantes de
bachillerato. Muy pronto desechamos el enfoque del «cuento».
Los artículos no eran ni buenos cuentos ni buenos textos de
divulgación científica. Más bien parecían medicinas disfrazadas
de dulces, y eso no iba a engañar a nadie. Tampoco hacía falta
tal engaño. Los artículos escritos en «lenguaje adolescente»
parecían artificiales –a menudo, además, la jerga utilizada había
pasado de moda– y paternalistas. Nuestros autores no eran
jovencitos, ¿por qué entonces intentar parecerse a ellos? Los

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artículos escritos como capítulos de libros de texto tampoco
servían. Nosotros nunca hemos pretendido enseñar ciencia
formalmente, sólo aspiramos a que los lectores se acerquen a
ella de una manera que les resulte disfrutable.
Partimos de suponer que nos enfrentábamos a lectores
inteligentes y exigentes, merecedores del más absoluto respeto.
Nuestro reto era interesar a estos lectores y decidimos que la
ciencia por sí misma es interesante si uno logra mostrar de qué
se trata y cómo se hace. Sabíamos que los jóvenes son curiosos
y aún conservan la capacidad de asombrarse. También les gustan
los desafíos. Todo esto debiera considerarse para lograr un buen
artículo de divulgación científica dirigido a jóvenes. Pero,
¿cómo hacerlo? Primero, tiene que ser claro. Todo su contenido
científico debe ser accesible para el lector y, por supuesto,
correcto. Para ello en ¿Cómo ves? consideramos cuáles son
los conceptos que a nuestros lectores les resultan familiares.
Cualquier concepto que vaya más allá debe explicarse. Por
ejemplo, podemos suponer que ellos saben lo que es una célula,
pero no el ADN recombinante. O dar por hecho que saben
algo de estrellas y galaxias, pero no sobre cuasares o cúmulos
estelares.
Sin embargo, incluso la explicación más clara puede
ser muy aburrida. De manera que el artículo debe mostrar desde
el inicio por qué sería interesante leerlo y mantener esa promesa.
Aquí tenemos varias opciones. Una es apelar a la curiosidad
de nuestros lectores, partiendo de cuestionar si ciertas ideas
sorprendentes o insólitas podrían llevarse a la práctica –por
ejemplo la terapia génica, una nave espacial solar o el viaje en el
tiempo–. Otra posibilidad es tomar un cuerpo de conocimiento
establecido y responder a la pregunta de cómo los científicos
obtuvieron sus resultados –el comportamiento de las bacterias,
la dinámica de los hoyos negros, la evolución–. Mejor aún,
podemos elegir un problema científico e invitar a los lectores
a pensar en algunos caminos de solución –en temas como la

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búsqueda de planetas extrasolares, la identificación del virus del
SARS o la naturaleza de la material oscura, por citar algunos–.
Todas estas interrogantes implican un desafío para el lector y
al mismo tiempo son una oportunidad de mostrar cómo se está
haciendo hoy la ciencia. Esto puede ser muy atractivo para los
lectores, especialmente los jóvenes.
Otra manera de enganchar a los lectores es vincular
un tema científico con sus intereses más directos. Lo que se
relaciona con salud humana, sexualidad, conservación ambiental,
computadoras, vida salvaje, música o deportes frecuentemente
resulta atractivo para lectores jóvenes. Lo novedoso, desde
luego, es muy seductor. Incluso si un artículo no trata sobre
algún hallazgo científico reciente, suele ser posible darle un giro
noticioso.
El autor debiera disfrutar el escribir sobre un
determinado tema. Si a él o a ella el tema le apasiona,
probablemente eso va a traslucirse en el artículo y lo hará más
atractivo. Con frecuencia mientras más personal sea el tono,
mejor –el humor también ayuda–. Y siempre que sea posible,
conviene incluir a personas en el artículo: la ciencia, como
cualquier empresa humana, se trata de personas que luchan y
fracasan o tienen éxito. La ciencia es una aventura y nosotros
queremos que los lectores la compartan.
A lo largo de la edición de 73 números de la revista
hemos encontrado autores dispuestos a hacer todo esto y que
además tienen las habilidades necesarias. Pero no es lo común.
Usualmente recibimos textos que no pasan de ser claros y
fracasan en atraer el interés de los lectores, o que son atractivos
pero demasiado complejos –y a veces ocurre que no son ni
claros ni atractivos–.
Una vez que un texto se acepta, generalmente sobre
la base de su potencial, se hacen varias sugerencias al autor
para mejorarlo. Entre ellas puede estar la reescritura de algunas
partes, dar una estructura nueva y añadir información, o les

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ofrecemos lineamientos que lo hagan más atractivo para
lectores jóvenes. Alentamos a los autores a escribir sobre las
metodologías científicas relativas al tema y si es pertinente,
sobre su propia experiencia. En este proceso tratamos de estar
todo el tiempo del lado del lector, nos preguntamos qué de ese
artículo podría parecerles difícil o aburrido. El resultado es un
texto satisfactorio para nosotros y para el autor, aunque lograrlo
puede requerir de cuatro o cinco versiones. El contenido de
un artículo publicado suele ser relativamente exigente para
el lector; es preciso que éste haga un esfuerzo y por ello nos
tomamos tanto trabajo en lograr que el artículo valga ese
esfuerzo. Un enfoque así es necesario si se busca abordar los
temas a profundidad –tanta como lo permiten unas cuantas
páginas impresas–, mostrando qué es la ciencia y cuáles son
sus recompensas. Lo que finalmente queremos es comunicar el
placer del conocimiento y fomentar al mismo tiempo una actitud
crítica y escéptica 6.

Los lectores

El procurar adecuar los materiales para que sean


accesibles y atractivos para los lectores jóvenes ha dado
como resultado no sólo que una parte de este público se
interese por la revista, sino también adultos –entre ellos,
profesionistas de áreas científicas y no científicas–. Otro
grupo importante de lectores son profesores de bachillerato,
que utilizan la revista como material de apoyo en sus cursos.
En cada edición, ¿Cómo ves? ofrece a los suscriptores una
Guía del Maestro relacionada con uno de los artículos, en
la que se proporciona información adicional y bibliografía,
y se sugieren actividades para realizar en el salón de clase.
Por otra parte, la Secretaría de Educación Pública eligió
a la revista para editar una antología de lo publicado el primer
año dentro de la colección titulada Biblioteca de Actualización

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del Maestro, cuyos libros, con un tiraje de 50 mil ejemplares,
se entregaron gratuitamente a los profesores de enseñanza
básica de las escuelas públicas. La Antología de ¿Cómo ves? se
publicó en 2000 y se está preparando una reedición de 1 millón
de ejemplares para 2005.

Distribución y comercialización

El tiraje de la revista, de 20 mil ejemplares, se


distribuye como sigue:
15.000 para puestos de periódico y locales cerrados en todo el
país; 700 se envían a los Estados Unidos; 2.000 son para los
suscriptores; los restantes se distribuyen entre los colaboradores,
el Consejo Editorial, dependencias universitarias, para
actividades de promoción y a pequeños distribuidores. Además,
350 ejemplares de devolución van al mercado centroamericano.
La revista tiene 5 planas de publicidad en interiores
y los tres forros, espacios que en parte se destinan a anuncios
institucionales en los que se promueven actividades que pueden
ser de interés para los jóvenes y al intercambio por anuncios en
otras publicaciones.
Actualmente el promedio de ventas es del 75%, lo que
en el ambiente editorial se considera exitoso. Por otra parte, en el
país es la revista universitaria mejor colocada en el mercado, de
acuerdo con los reportes de nuestra casa distribuidora [CITEM].
Cabe hacer notar que ¿Cómo ves? no tiene muchos medios
para anunciarse ni para las tareas de promoción y se ha dado a
conocer principalmente por las recomendaciones de lectores.
En esta área, nuestro objetivo es que los ingresos por
venta de ejemplares y espacios publicitarios alcancen a cubrir
la mayor parte de los costos de impresión y de los pagos a
colaboradores.

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Reconocimientos

¿Cómo ves? obtuvo en 2000 el premio Novartis-Club


Primera Plana al mejor artículo de divulgación en ciencias de
la vida y el Premio 2002-2003 de la Red de Popularización de
la Ciencia y la Tecnología para America Latina y el Caribe y la
UNESCO en la categoría de programas, que compartió con el
Museo Maloka de Colombia.entretenimiento.

CONCLUSIONES Y PERSPECTIVAS

De la experiencia de 6 años de publicación de ¿Cómo


ves? podemos extraer las siguientes conclusiones:
– Hay interés en el público en general, y en particular
en los jóvenes, por la ciencia y la tecnología. Una revista
dirigida principalmente a jóvenes satisface una demanda
que otras publicaciones de divulgación no cubren.
– Muchos profesores consideran los materiales de
divulgación que presenta la revista como un apoyo en su
labor docente.
– Hay un interés claro por parte de numerosos
investigadores en difundir contenidos científicos, ya sean
sobre el trabajo que ellos mismos realizan o sobre aspectos
relacionados con su área de investigación, y consideran a la
revista un medio adecuado para ello.
– El trabajo de adecuación de los materiales que se
reciben en la revista para que sean accesibles a los jóvenes
y les interesen ha sido muy importante en la aceptación
que ¿Cómo ves? ha tenido entre los lectores, tanto jóvenes
como adultos. Asimismo, la presentación de esos materiales
a través de un diseño ágil y con fotografías e ilustraciones
atractivas en color es un elemento clave que ha permitido
a la revista incursionar en un mercado muy competitivo,

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con una oferta amplia de publicaciones de divulgación que
tienen presencia desde hace varios años.

El reto de ¿Cómo ves? es ahora consolidarse.

– Contar con una participación más amplia de


investigadores, divulgadores, periodistas y profesores en la
elaboración de materiales escritos.
– Reforzar de manera significativa las tareas de
promoción y comercialización a fin de tener una mayor
presencia en el mercado y aumentar los ingresos de la
revista por medio de las ventas y la publicidad.
– Lograr una retroalimentación mayor con los lectores,
que nos lleve tanto a mejorar la presentación de los
materiales escritos y gráficos como a responder con mayor
oportunidad a sus intereses.

Notas

• 1
Luis Manuel Villaseñor Cendejas. «Ciencia y Tecnología, el gran reto
nacional». Diario La Jornada, suplemento «Los lunes en la ciencia». México,
10 de abril de 2000.
• 2
Jim Hartz; Rick Chappell. Informe Worlds Apart. EUA: The Freedom
Forum First Amendment Center, Vanderbilt University, 1997.
• 3
Guadalupe Zamarrón Garza. La divulgación de la ciencia en México: una
aproximación, Serie de Cuadernos de Divulgación 1. México: Sociedad
Mexicana para la divulgación de la ciencia y la técnica (SOMEDICYT),
1994.
• 4
Luis Estrada. «La divulgación de la ciencia». En: La divulgación de la ciencia
y la tecnología, de la Serie Comunicación: educación y tecnología. México:
Consejo del Sistema Nacional de Educación Tecnológica, Secretaría de
Educación Pública, 1985.
• 5
José Antonio Chamizo Guerrero. «De entrada». ¿Cómo ves?, núm. 1,
diciembre 1998. Universidad Nacional Autónoma de México.
• 6
Estrella Burgos Ruiz, ¿Cómo puedo acercar a los jóvenes a la ciencia? Guía
electrónica de comunicación de la Ciencia [en línea]. Portal Scidev, junio
2004. Disponible en World Wide Web: <www.scidev.net>

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* Estrella Burgos Ruiz

Estrella Burgos Ruiz se ha dedicado durante 20


años a la divulgación de la ciencia, principalmente en medios
escritos y también en radio y televisión. Con estudios en
ciencias y literatura, ha publicado artículos sobre diversos
temas científicos en revistas y diarios mexicanos –Naturaleza,
Información Científica y Tecnológica, La Jornada Semanal,
Nuestro Ambiente, El Financiero–. Fue Jefa de redacción de
la revista Universo y ha ejercido como redactora y traductora
en varias casas editoriales –Salvat, Enciclopaedia Britannica,
ADN Editores, Addison-Wesley–, así como en las revistas
British Medical Journal y National Geographic –ediciones
en español–. Es autora de varios libros de divulgación y de
texto para la educación primaria. Es editora de la revista
mensual ¿Cómo ves? (www.comoves.unam.mx) desde que esta
publicación inició su andadura, en 1998.

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